Debemos invertir esfuerzos y trabajo en la formación de buenos ciudadanos, hombres y mujeres, que puedan convivir en la sociedad, aportando para su crecimiento y mejora. La educación importa, y mucho. Al igual que la urgencia de sumar los aportes del hogar, la comunidad, y la influencia positiva de una ética en las relaciones interpersonales.