2. • Actuamos de forma positiva y coherente porque somos
ejemplo permanente para nuestros hijos.
• Debemos aplicar normas acordadas previamente y mostrar
siempre coherencia.
• Enseñamos al hijo a ser responsable de sus acciones.
• Ayudamos al hijo a tomar decisiones y a aceptar tanto los
aciertos como los errores.
• Mostramos interés por sus compañeros y por otros adultos
con los que se relaciona.
3. • Buscamos el momento adecuado para escucharle y
hablarle, con actitud comprensiva y firme.
• Procuramos que participe en actividades tanto en casa como
en la comunidad.
• Establecemos pautas y rutinas de horas de sueño.
• Establecemos horarios para la TV, Internet y otros juegos
electrónicos controlando el contenido.
• Somos padres firmes y cariñosos porque queremos que los
hijos sean adultos responsables y exitosos.