Tema 5 QUE HARIAS SIN LIBERTAD QUE EL MUNDO NO PUEDE DAR.pdf
Oraciones para la tercera edad
1. SEÑOR, ENSÉÑAME A ENVEJECER
¡Señor! ¡Enséñame a envejecer! Hazme comprender que la Comunidad no tiene la
culpa si ya no me encomienda responsabilidades ni pide mi opinión y ha llamado
a otros para que ocupen mi lugar. Aleja de mí el orgullo de la experiencia vivida
y la convicción de que soy necesario.
Que no me aferro únicamente a la ley del tiempo mientras poco a poco me voy
desprendiendo de las cosas y me dé cuenta de que en este turnarse de tareas,
descubro una de las experiencias más interesantes de la vida que se renueva
bajo el impulso de tu Providencia.
Haz , oh Señor, que yo pueda ser útil todavía, contribuyendo con el optimismo y
la oración a la alegría y al entusiasmo de quienes están de turno en las
responsabilidades, viviendo un estilo de vida humilde y sereno en contacto con
el mundo en continua renovación, sin quejas sobre el pasado, conviertiendo mis
sufrimientos humanos en un don de reparación social.
Que mi retiro de la vida activa se cumpla de una manera simple y natural como
un feliz ocaso del sol.
Perdona si solamente hoy, en la tranquilidad, logro comprender todo lo que Tú
me has amado y socorrido. Que al menos ahora yo tenga viva y penetrante la
percepción del destino de gozo que me has preparado y hacia el cual me has
encaminado desde el primer día de mi vida.
Señor, ¡enséñame a envejecer así! AMEN
DIOS, FORTALEZA DEL QUE SUFRE
Señor, ayúdame a ser un cristiano tan consciente,
que me dé cuenta de mis propias limitaciones;
tan valiente, que no me hunda
ante las inevitables dificultades de la vida;
y tan humilde que llegue a descubrir que sin Ti
nunca sabré llevar mi cruz de cada día
Haz, Señor, que cuando me llegue el dolor o la prueba,
no la mire nunca como un castigo que Tú me envías,
2. sino como una oportunidad que me brindas
de poderte demostrar
que mi amor es serio
y que soy consecuente con la fe que profeso.
Que el dolor, Señor, me haga cada vez más maduro
como persona y como cristiano;
que me haga más comprensivo con los demás;
que me haga más amable, más tierno, más humano
que cuando el dolor llegue a mi puerta,
lejos de hacerme el mártir
o de tomar actitudes de víctima propiciatoria,
sepa repartir paz y alegría en medio de los que me rodean.
Cántico del anciano
•
Dichoso el anciano que valora su ancianidad, porque en su atardecer
sabrá dar gracias a Dios por el gran don de la vida.
•
Dichoso el anciano que es portador de paz y energía creadora, porque
contribuirá hasta el último momento a la construcción del mundo.
•
Dichoso el anciano que se mantiene optimista, porque no tendrá la
sensación de haber desperdiciado su vida.
•
Dichoso el anciano, que se acerca al sufrimiento de los demás, porque
nunca carecerá de compañía.
•
Dichoso el anciano que no fomenta el egoísmo de vivir buscando sus
seguridades, porque las encontrará cubiertas todas por añadidura.
•
Dichoso el anciano que viviendo su pobreza siembra alegría a su
alrededor, porque conocerá el gozo de vivir.
•
Dichoso el anciano que acepta con mirada confiada y serena sus
limitaciones, porque descubrirá la felicidad de la sencillez.
•
Dichosos y felices todos los ancianos que encontrándose solos y
abandonados continúan amando porque se sentirán amados por Dios.
Texto aportado por Marta Lambretch
3. ANCIANOS PERO DICHOSOS
•
Dichoso el anciano que valora su ancianidad, porque en su atardecer
sabrá dar gracias a Dios por el gran don de la vida.
•
Dichoso el anciano que es portador de paz y energía creadora, porque
contribuirá hasta el último momento a la construcción del mundo.
•
Dichoso el anciano que se mantiene optimista, porque no tendrá la
sensación de haber desperdiciado su vida.
•
Dichoso el anciano, que se acerca al sufrimiento de los demás, porque
nunca carecerá de compañía.
•
Dichoso el anciano que no fomenta el egoísmo de vivir buscando sus
seguridades, porque las encontrará cubiertas todas por añadidura.
•
Dichoso el anciano que viviendo su pobreza siembra alegría a su
alrededor, porque conocerá el gozo de vivir.
•
Dichoso el anciano que acepta con mirada confiada y serena sus
limitaciones, porque descubrirá la felicidad de la sencillez.
•
Dichosos y felices todos los ancianos que encontrándose solos y
abandonados continúan amando porque se sentirán amados por Dios.
Texto aportado por Marta Lambrecht
PLEGARIA PARA LA TERCERA EDAD
Bendice, Señor, a los que tienen comprensión de mis pasos vacilantes y mis
manos temblorosas.
Bendice a los que saben que hoy mis oídos van a sufrir para entender a otros.
Bendice los que apartan los ojos, como si no vieran, cuando se me cae el café
del desayuno.
Bendice a los que nunca me dicen: es la segunda vez que cuentas lo mismo.
Bendice a los que tienen el don de hacerme evocar los días felices de otros
tiempos.
Bendice a los que hacen de mí un ser amado, respetado y no abandonado.
Bendice a los que adivinan que no sé ya cómo encontrar fuerzas para llevar mi
cruz.
Bendice a los que endulzan con su amor los días que me quedan de vida, en este
viaje hacia la casa del Padre.
4. Que sepa ser buen viejo
Señor, que has dividido la vida del hombre en etapas
y que has hecho la vejez;
no permitas que yo me convierta en uno de esos viejos gruñones,
siempre dispuestos a denigrar, a protestar, a gruñir, a refunfuñar,
que se entristecen a sí mismos
y resultan insoportables a los demás.
Consérvame la sonrisa y la risa
aunque muestre mi boca desdentada o mis dientes postizos.
Consérvame el sentido del humor,
que sabe poner las cosas, las personas -y a mí mismoen su justo lugar,
que nos permite reírnos de nuestros propios males
y transformar nuestras penas
en objeto de simpáticas bromas.
Haz de mí, Señor, un viejo sonriente,
que no pudiendo ya dar grandes cosas a mis hermanos,
les dé, al menos, un poco de alegría.
Señor, que has plantado en mi pecho un corazón de carne
para amar y ser amado,
un corazón semejante al Corazón traspasado de tu Hijo,
no permitas que me convierta en un viejo egoísta,
acurrucado y encapsulado sobre mí pequeño yo,
encerrado en mis limitaciones como entre cuatro paredes,
azarado continuamente por el temor de lo que me falta,
de lo que me puede faltar y de las corrientes de aire.
Consérvame un corazón abierto,
y unas manos dispuestas a apretar otras manos
y a abrirse para dar.
5. NECESITO A ALGUIEN...
TE NECESITO A TI
Envíame a alguien, Señor,
que tenga tiempo para estar conmigo
que venga a verme
y rompa el pesado silencio de mis días,
que me sonría y piense conmigo,
que se sienta libre
para poner su mano en mi corazón
y sacar a la luz
mis más íntimos pensamientos.
¿No serás Tú a quien yo espero?
Tú no tienes reparo en regalarme tu tiempo,
con tal de que yo sea capaz
de advertir tu presencia.
Tú sabes escucharme,
con tal de que yo también te escuche
y sepa estar en silencio delante de Ti.
Toma mi mano, Señor,
y quédate junto a mí
te necesito..
Autor: Arnaldo PANGRAZZI
LO QUE EL ENFERMO PUEDE
6. ENSEÑARNOS
http://www.ctv.es/USERS/jalolo/home.html
Que todo en la vida es muy relativo: vida, placer, dinero...
A dar importancia a las cosas pequeñas: un vaso de agua, una sonrisa, una
palabra...
A sentir la necesidad de los demás.
A valorar cuánto vale tener una persona a tu lado, que esté contigo en los
momentos difíciles.
A valorar lo que supone tener a alguien que te escuche; que te diga unas
palabras; que sepa callar cuando no sabe qué decir; silencio antes que acudir a
frases hechas que no dicen nada.
A valorar lo que supone sentir que alguien se te acerca, te quiere, te respeta,
no te deja solo...
A apreciar el que alguien sabe respetar tu intimidad y puedes confiar en él
plenamente.
A valorar que alguien a tu lado sepa respetar tus creencias religiosas aunque no
las comparta.
ACEPTAR LA ENFERMEDAD
He aquí mi vida, Señor,
quiero poner en ella amor para Ti.
Esto, en apariencia, es poco glorioso;
mi amor tendrá que manifestarse
humildemente, por mi paciencia en soportar
la monotonía de los días y el retorno
incesante del mal
No tendré ni la gloria de sufrir bellamente,
pues la enfermedad no permite ilusiones
7. sobre los propios defectos.
Mi heroísmo consistirá en sonreír a pesar de
todo, en aceptar mis imperfecciones, y sobre
todo de aparecer ante los demás con mis debilidades.
Estaría satisfecho si logro:
ser menos duro con los que me cuidan,
compartir una palabra con mis vecinos de
dolor, rezar por mis hermanos enfermos.
Todo esto es un trabajo muy duro, Señor;
preferiría predicar el Evangelio en África, y
sin duda me sería mucho más fácil; pero,
¿se trata de hacer lo que yo quiero o de
cumplir vuestra voluntad, Señor?
Plegarias para el tiempo de enfermedad, del
Padre Pedro Lyormet, S.J.
PARA TI, ENFERMO
¿Qué opinaba la misma Santa sobre el dolor y el sufrimiento?: «Con el dolor se
salvan muchas almas. Se salvan más almas con el dolor que con los más brillantes
sermones»... «Mientras más intenso es el dolor y menos se muestra a los ojos
de las criaturas, tanto más os hace sonreír, oh Dios mío». «Los sufrimientos nos
vuelven más buenos e indulgentes con los demás, porque el sufrimiento nos
acerca más a Dios». Una de las ventajas del sufrimiento con amor es que
madura a la persona y la capacita para comprender a los demás. El sufrimiento
es, de hecho, el gran altavoz del que se suele servir Dios para dejarse sentir
como Padre. «Al enfrentarme con la perfección he visto que para llegar a ser
santo era necesario sufrir mucho». Tanto en salud como en enfermedad esta es
la voluntad de Dios: nuestra santificación.
Mejor es sufrir por Dios que hacer milagros. Para hacer milagros quizás no se
8. necesite un amor tan puro como para ofrecer a diario, a Dios, una enfermedad,
que nos es misteriosa. Tienes que aprender a padecer. También el padecer es un
arte y como todo arte tiene sus leyes de aprendizaje. No debes sufrir mucho,
sino saber sufrir. De esta manera sufrirás menos y mejor. He aquí las tres
claves para aprender el arte del padecer o sufrir: sufrir con paciencia, con
oración y con amor por Jesús. Si puedes sufrir en silencio y con amor, grande
será tu perfección. Pero tampoco exageres. También es humano y cristiano
comunicar amablemente la intensidad del sufrimiento.
Que tu enfermedad o sufrimiento no te hagan perder la calma, la paz. Para ello
ten presente el papel que Dios ha asignado al sufrimiento, después que su Hijo
predilecto lo tomó sobre sí: ser instrumento certero de redención y
santificación individual y eclesial. Tú eres discípulo de Jesús si tomas tu cruz,
tu enfermedad y le sigues, si con tu cruz diaria también sigues redimiendo al
mundo. Cristo tiene muchos que quieren trabajar por Él, pero pocos que quieren
sufrir por Él y con Él.
Jesús
«Y cuando sobre mi cuerpo
y más aún, sobre mi espíritu,
empiece a despuntar el desgaste de la edad;
-o salga desde dentro
el mal que te empequeñece o te aniquila,
en el minuto doloroso en que, repentinamente,
me dé cuenta de que estoy enfermo
y de que me hago viejo, Señor,
en aquella hora sombría
haz que mi FE sea lo suficientemente fuerte
para comprender que eres Tú el que, dolorosamente,
separas las fibras de mi vida
para penetrar hasta la médula de mi substancia
y exaltarme en Ti »
9. THEILARD DE Chardin
El AMOR
El amor es paciente, es servicial;
el amor no tiene envidia,
no se jacta ni se engríe,
no es grosero, no busca su interés;
no se irrita ni toma en cuenta el mal;
no simpatiza con la injusticia,
simpatiza con la verdad
Disculpa siempre,
se fía siempre
espera siempre,
aguanta siempre
El amor no acaba nunca.
(1 Cor. 13, 4-8)
10. UN PEDAZO DE CIELO
Si muero antes que tú, hazme un favor:
Llora cuando quieras, pero no te enojes con Dios por haberme llevado.
Si no quieres llorar, no llores.
Si no logras llorar no te preocupes.
Si quieres reír, ríe.
Si algunos amigos te cuentan algo de mí,
óyelos y cree lo que digan.
Si me elogian demasiado, corrige la exageración.
Si me critican demasiado, defiéndeme.
Si quieren hacerme un santo, sólo por que he muerto,
di que yo tenia algo de santo.
Pero estaba lejos de ser el santo que pintan.
Si quieren hacerme un demonio,
muestra que yo también tuve algo de demonio,
pero toda la vida procuré ser bueno y buen amigo.
Si intentan canonizarme di que yo nunca quise ser incensado en vida.
Si hablan más de mí que de Cristo, llámales la atención.
Si sientes tristeza y deseas rezar por mí,
puedes hacerlo, pues quizás necesite tu ORACIÓN.
Si quieres hablar conmigo, habla con Jesús y yo lo escucharé.
Espero estar con Él lo suficiente,
para continuar siendo útil para ti donde esté.
Y si quieres escribir algo sobre mí,
di solo una frase:
¡Fue amigo, creyó en mi y me quiso para Dios!
¡Era una Flecha que vivía apuntando en dirección a Dios!
Ahí, entonces, derrama una lágrima.
Yo no estaré presente para enjuagarla,
pero no hace falta, pues otros amigos lo harán en mi lugar.
Y viéndome bien sustituido,
iré a atender a mi nueva tarea en el cielo.
Pero de vez en cuando, da una escapadita hacia Dios;
no me verás, pero yo estaré muy feliz viéndote a ti mirar hacia Él.
Y cuando llegue para ti la hora de ir a ver al Padre,
ahí donde nadie puede separarnos,
viviremos la amistad que aquí nos preparó para Él.
¿Crees en esta cosas?
Entonces, reza para que los dos vivamos
como quien sabe que va a morir un día
y que nunca muramos como quien supo vivir bien.
La amistad sólo tiene sentido,
si hace el cielo más cercano
y si aquí inaugura su comienzo.
11. Pero, si yo muero antes que tú,
creo que no voy a extrañar el cielo...
Ser tu Amigo
¡Ya era Un Pedazo de Cielo!