2. Y otra vez Jesús se puso a ense ñ ar a orillas del mar. Y se reunió tanta gente junto a él que hubo de subir a una barca y, ya en el mar. Les enseñaba muchas cosas por medio de parábolas. Les decia en su instrucción:
3. “ Escuchad. Una vez salió un sembrador a sembrar. Y sucedió que, al sembrar, una parte cayó a lo largo del camino; vinieron las aves y se la comieron
4. Otra parte cayó en terreno pedregoso, donde no tenían mucha tierra, y brotó enseguida por no tener hondura de tierra; pero en cuanto salió el sol se agostó y, por no tener raíz, se secó
5. Otra parte cayó entre abrojos; crecieron los abrojos y la ahogaron y no dio fruto
6. Otras partes cayeron en tierra buena y, creciendo se desarrollaron, dieron fruto; unas produjeron treinta, otras sesenta, otras ciento”. Y decía: “El que tenga oídos para oír, que oiga”
8. Lo sembrado a lo largo del camino… Le sucede a todo el que oye la Palabra de Dios y NO la COMPRENDE … entonces viene Satanás y arrebata todo lo sembrado en su corazón.
9. Lo sembrado en el pedregal … Es el que oye la Palabra, y la recibe con alegría; pero no tiene raíz en sí mismo, sino que ES INCONSTANTE y, cuando se presenta una tribulación o persecución por causa de la Palabra, sucumbe enseguida.
10. Lo sembrado entre abrojos … Es el que oye la Palabra, pero LAS PREOCUPACIONES DEL MUNDO Y LA SEDUCCION DE LAS RIQUEZAS ahogan la Palabra, y queda sin fruto
11. Lo sembrado en tierra buena … Es el que oye la Palabra y LA COMPRENDE, éste sí que da fruto y produce, uno treinta, otro sesenta, otro ciento.
12. ¿Por qué no damos fruto? NO COMPRENDEMOS SOMOS INCONSTANTES POR LAS PREOCUPACIONES DEL MUNDO Y LA SEDUCCIÒN DE LAS RIQUEZAS
13. Debemos ser tierra dispuesta para que el Agricultor del cielo, siembre lo que quiera y todo dé fruto