En un pueblo rural en los años 50, una larga sequía amenazaba con arruinar a los habitantes que dependían de la agricultura. Los campesinos le pidieron al párroco que le rogara a Dios que enviara lluvia. El párroco accedió con la condición de que le pidieran con fe. A pesar de ir a la iglesia diariamente, no llovía. Los campesinos reclamaron al párroco, quien les preguntó si habían pedido con fe verdadera, señalando que ninguno había traí