1.
Presentación
del
matrimonio
igualitario
por
parte
del
gobierno
inglés,
dirigido
por
el
conservador
James
Cameron.
El
matrimonio
es
una
institución
tremendamente
importante
en
este
país.
Los
principios
del
compromiso
a
largo
plazo
y
responsabilidad
que
lo
sustentan
unen
a
las
generaciones
entre
sí
y
robustecen
a
nuestra
sociedad.
El
matrimonio
es
también
una
institución
que
tiene
una
historia
de
constante
evolución.
A
medida
que
la
sociedad
ha
cambiado,
el
matrimonio
también
ha
cambiado,
y
se
ha
vuelto
cada
vez
más
disponible
para
un
amplio
rango
de
personas.
De
hecho,
si
la
historia
del
matrimonio
nos
dice
algo,
es
que
cuando
la
época
lo
ha
requerido,
los
defensores
del
matrimonio
han
sido
reformadores
radicales.
Durante
el
curso
del
siglo
XIX
se
terminó
con
muchas
inequidades
de
la
institución.
El
siglo
XX
vio
grandes
batallas
acerca
del
estatus
de
la
mujer
en
el
matrimonio.
Estas
han
sido
resueltas:
hombres
casados
y
mujeres
casadas
son
ahora
iguales
ante
la
ley.
Así
es
como
el
matrimonio
en
el
siglo
XXI
es
una
institución
inclusiva,
no
exclusiva.
Está
disponible
para
todos
aquellos
mayores
de
16
años
que
están
preparados
a
tomar
los
votos
de
fidelidad
para
toda
la
vida
y
compromiso.
Excepto,
eso
sí,
si
ocurre
que
tú
amas
a
alguien
de
tu
mismo
sexo.
Esto
simplemente
no
puede
estar
bien.
Desde
1836
el
matrimonio
ha
sido
tanto
una
institución
civil
como
religiosa:
el
Estado
reconoce
iguales
derechos
en
todos
los
aspectos
de
la
vida
civil
y
no
puede
justificar
que
se
le
impida
a
la
gente
casarse,
a
no
ser
de
que
hallan
razones
extremadamente
buenas
para
hacerlo.
Ser
gay
o
lesbiana
sencillamente
no
es
una
de
ellas.
Algunos
dicen
que
este
error
fue
subsanado
por
la
introducción
de
las
uniones
civiles
en
2005.
Ciertamente
fue
un
importante
paso
adelante,
pero
el
hecho
es
que
las
parejas
del
mismo
sexo
siguen
estando
excluidas
del
matrimonio.
Para
mí,
extender
el
matrimonio
a
las
parejas
del
mismo
sexo
tiene
solamente
que
ver
con
cómo
una
sociedad
trata
a
sus
ciudadanos.
Somos
todos
iguales.
El
matrimonio
igualitario
reforzará
y
no
debilitará
esta
institución
vital
y
ayudará
a
asegurar
que
siga
siendo
un
cimiento
esencial
de
nuestra
sociedad.
Pero
también
sé
que
hay
preocupaciones.
Mientras
algunas
organizaciones
religiosas
han
dejando
en
claro
que
a
ellas
les
gustaría
casar
a
todas
las
parejas,
otras
han
sido
absolutamente
claras
en
cuanto
a
que
su
fe
se
los
prohíbe.
Así
es
que
esta
proposición
define
cómo
vamos
a
asegurar
inequívocamente
que
ninguna
organización
religiosa
se
verá
forzada
a
realizar
matrimonios
de
parejas
del
mismo
sexo,
al
tiempo
que
asegurará
que
aquellas
que
quieran
realizar
estos
matrimonios
puedan
hacerlo
como
ya
lo
hacen
con
las
uniones
civiles.
La
libertad
de
creencia
es
tan
importante
para
mí
y
para
el
gobierno
como
lo
es

2.
la
igualdad
de
todos
ante
la
ley.
Tanto
la
jurisprudencia
de
la
Corte
Europea
de
Derechos
Humanos
y
los
derechos
protegidos
por
la
Convención
Europea
de
Derechos
Humanos
ponen
la
protección
de
las
creencias
religiosas
en
esta
materia
fuera
de
duda.
Hemos
creado
una
serie
de
protecciones
legales
que
aseguren
que
estos
derechos
son
salvaguardados
y
que
ninguna
organización
religiosa
pueda
ser
exitosamente
demandada
por
rehusarse
a
casar
a
parejas
del
mismo
sexo.
Ahora
espero
que
se
dé
un
debate
libre,
abierto
y
riguroso
acerca
de
esta
legislación
que
ingresaremos
al
Parlamento
en
esta
temporada
de
sesiones.
Maria
Miller
Ministra
de
la
Mujer
e
Igualdades