3. 1 Jehová es mi pastor; nada me faltará.
2 En lugares de delicados pastos me
hará descansar; junto a aguas de
reposo me pastoreará.
3 Confortará mi alma; me guiará por
sendas de justicia por amor de su
nombre.
4 Aunque ande en valle de sombra de
muerte, no temeré mal alguno, porque
tú estarás conmigo; tu vara y tu
cayado me infundirán aliento.
5 Aderezas mesa delante de mí en
presencia de mis angustiadores;
Unges mi cabeza con aceite;
mi copa está rebosando.
6 Ciertamente el bien y la misericordia
me seguirán todos los días de mi vida,
y en la casa de Jehová moraré por
largos días.
Reina Valera Revisada
7. ¿Sabes lo que esto implica?
• No hago las cosas
a mi manera, dejo
que Él me guíe.
• No busco saciarme
con aquello que
me provoca, Él me
brinda sustento.
• No me protejo a
mí mismo, Él
cuida de mi
siempre.
8. ¿Sabes qué pasaría si esto
no fuera así?
• Tendría que cuidar de ¡BEEEE!
mí mismo, lo que me
resultaría muy difícil,
pues yo sé que soy:
• Bobo
• Endeble
• Egocéntrico
• Embaucador
• Embustero
• Etcétera, etc.
9. Sí, yo, David...
• Me comporté como ¡BEEEE!
un gran necio, falto
de entendimiento.
• Fui presa fácil del
pecado y caí por
satisfacer mis
propios deseos.
• Con engaños traté
de encubrir mi más
graves errores.
10. Pero, aprendí a hacer lo
correcto…
“Ten piedad de mí, oh Dios,
conforme a tu misericordia;
Conforme a la multitud de tus
piedades borra mis rebeliones.
Lávame más y más de mi
maldad, y límpiame de mi
pecado. Porque yo reconozco
mis rebeliones, y mi pecado
está siempre delante de mí.
Contra ti, contra ti solo he
pecado, y he hecho lo malo SALMO 51
delante de tus ojos…” Arrepentimiento y plegaria
pidiendo purificación
RVR
11. El arrepentimiento y la
confesión sincera y
oportuna nunca son
desechados por Dios.
Su misericordia no está
limitada por nuestra
humana fragilidad, sino
por nuestra propia
naturaleza rebelde y
autosuficiente.
12. “Bienaventurado aquel cuya
trasgresión ha sido
perdonada, y cubierto su
pecado. Bienaventurado el
hombre a quien Jehová no
culpa de iniquidad, y en cuyo
espíritu no hay engaño.
Mientras callé, se
envejecieron mis huesos en
mi gemir todo el día. Porque
de día y de noche se agravó
sobre mí tu mano; se volvió
mi verdor en sequedades de
verano.
Mi pecado te declaré, y no
encubrí mi iniquidad. Dije:
SALMO 32
Confesaré mis transgresiones RVR
a Jehová; y tú perdonaste la
maldad de mi pecado…”
14. ¿Sabes lo qué dice Dios?
“Todos nosotros nos
descarriamos como ovejas, cada
cual se apartó por su camino…”
Isaías 53:6a
RVR
15. … mas Jehová cargó en él
el pecado de todos nosotros.”
Isaías 53:6b
RVR
16. “Jehová es mi Pastor”
“Qué diferencia hace
ese monosílabo, toda
la diferencia del
mundo. Significa que
puedo tener toda la
atencion de Dios y
todo su tiempo, como
si yo fuera su única
criatura. Tal vez yo
sea parte de un
rebaño, pero soy único
e irrepetible…
17. “Jehová es mi Pastor”
“Una cosa es decir ‘Jehová
es un pastor’; otra muy
diferente es decir ‘Jehová
es mi pastor’.
Martín Lutero observó
que la fe es una cuestión
de pronombres
personales: Señor mío y
Dios mío. Esta es la fe
que salva”.
David Roper, Salmo 23, pg. 55
19. “Puedo aún ver en mi
recuerdo una de las
haciendas de ovejas de
nuestro distrito, que
estaba en manos de un
pastor que las arrendaba.
Nunca le debieron haber
permitido guardar ovejas.
Sus animales estaban
flacos, débiles y llenos de
enfermedades y parásitos.
Solían pararse junto a la
cerca y contemplar
pasmadas por el cedazo el
verde y suculento pasto
que disfrutaba mi rebaño.
20. Si hubieran podido hablar,
estoy seguro que habrían
dicho: ¡Ay, si nos libraran
de este terrible dueño!
Este es un cuadro que
nunca se ha borrado de
mi memoria. Es el cuadro
patético de la gente de
todo el mundo que no ha
conocido lo que es
pertenecer al Buen Pastor,
que sufre bajo el pecado y
Satán.”
Phillip Keller, La Vida en el Redil, pg. 17
21. Jesucristo dijo
“Yo soy el buen pastor;
y conozco mis ovejas,
y las mías me conocen…”
Juan 10:14
RVR
22. “No dejes que la conciencia de tu
debilidad te estorbe ni que el
sueño de ser apto te embelese,
porque toda la aptitud que Él
requiere, es que sientas tu
necesidad infinita de Él”.
Joseph Hart