TEMA 14.DERIVACIONES ECONÓMICAS, SOCIALES Y POLÍTICAS DEL PROCESO DE INTEGRAC...
Funciones
1.
2. Concretando y sintetizando las
competencias profesionales descritas
anteriormente, podemos decir que el/la
formador/a ocupacional debe llevar a
cabo tres funciones o procesos claves:
3. 1. PROGRAMAR LA FORMACIÓN:
El/la formador/a ocupacional ha de programar las sesiones
formativas (también podría programar módulos o curos
completos). Para ello, tendrá que especificar y explicitar los
siguientes elementos de la programación:
• Los objetivos de formación
• Los contenidos ha de desarrollar para alcanzar dichos
objetivos
• Seleccionar la metodología más adecuada a emplear
• Escoger, diseñar, revisar y/o controlar los medios que
va a utilizar
• Plantear las actividades que va a llevar a cabo
• Definir los criterios de evaluación
(Todos los puntos de la programación están explicados en
el Módulo 2)
4. 2. IMPLEMENTAR LA FORMACIÓN:
Nos referimos a la función más conocida por todos/as
como “dar clase”, es decir, impartir las sesiones formativas.
El/la formador/a debe informar a sus alumnos/as
presentándoles los objetivos, recapitulando, resumiendo,
sintetizando, etc., y utilizando para ello los métodos y
procedimientos más adecuados en cada caso.
Por otra parte, no debe olvidar nunca su papel de
orientador/a animando al alumnado a resolver sus
problemas o situaciones de conflicto por sí mismos/as,
orientándolos sobre técnicas de trabajo y estudios,
respondiendo a sus peticiones, consultas y dudas, etc.
El/la formador/a deberá, además, organizar el trabajo de
sus alumnos/as en grupo, indicando las tareas que han de
realizar y regulando la marcha y logro de los objetivos.
5. 3. EVALUAR LA FORMACIÓN:
Otra de las funciones que el/la formador/a debe realizar
siendo totalmente consciente de su importancia y
comprendiendo de qué manera afecta a la calidad de la
formación es la evaluación.
El/la formador/a debe valorar y someter a evaluación a
todos y cada uno de los elementos que afectan al proceso
de enseñanza-aprendizaje: desde los/as alumnos/as, los
contenidos de aprendizaje, los recursos utilizados, las
técnicas de evaluación empleadas con su alumnado, etc
hasta su propia labor como docente.
Esta evaluación debe servir, en última instancia, al/a la
formador/a para comprender la realidad educativa y
promover estrategias de auto-reflexión interna para
mejorar el desarrollo de la formación; es decir, para
contribuir a la calidad de la formación.