1. …..EN MEDIO DE UN VALLE DE HUESOS SECOS.
El capítulo 37 del libro de Ezequiel, encierra una enseñanza extraordinaria.
Dice la Biblia en los versos 1 al 10:
1La mano de Jehová vino sobre mí, y me llevó en el Espíritu de Jehová, y me puso en
medio de un valle que estaba lleno de huesos. 2Y me hizo pasar cerca de ellos por todo
en derredor; y he aquí que eran muchísimos sobre la faz del campo, y por cierto secos en
gran manera. 3Y me dijo: Hijo de hombre, ¿vivirán estos huesos? Y dije: Señor Jehová, tú
lo sabes. 4Me dijo entonces: Profetiza sobre estos huesos, y diles: Huesos secos, oíd
palabra de Jehová. 5Así ha dicho Jehová el Señor a estos huesos: He aquí, yo hago
entrar espíritu en vosotros, y viviréis. 6Y pondré tendones sobre vosotros, y haré subir
sobre vosotros carne, y os cubriré de piel, y pondré en vosotros espíritu, y viviréis; y
sabréis que yo soy Jehová.
7Profeticé, pues, como me fue mandado; y hubo un ruido mientras yo profetizaba, y he
aquí un temblor; y los huesos se juntaron cada hueso con su hueso. 8Y miré, y he aquí
tendones sobre ellos, y la carne subió, y la piel cubrió por encima de ellos; pero no había
en ellos espíritu. 9Y me dijo: Profetiza al espíritu, profetiza, hijo de hombre, y di al espíritu:
Así ha dicho Jehová el Señor: Espíritu, ven de los cuatro vientos, y sopla sobre estos
muertos, y vivirán. 10Y profeticé como me había mandado, y entró espíritu en ellos, y
vivieron, y estuvieron sobre sus pies;a un ejército grande en extremo. 1)
El profeta, cuyo nombre significa "Dios es fuerte" o "Dios fortalece", comienza
expresando que la mano de Dios vino sobre él, hablando en sentido
antropomórfico; pero sin duda refiriéndose al Poder de Dios, o el Espíritu del
Señor. La mano de Jehová es Poderosa cuando ayuda o beneficia: es pesada
cuando castiga; descansa sobre los hombres para comunicarles el Propósito o
plan del Señor mediante una Revelación Divina.
Fue llevado y puesto en medio de un valle que estaba lleno de Huesos Secos.
Imagine el escenario, Ezequiel en el centro y a su alrededor una inmensa cantidad
de cadáveres, que por el paso del tiempo ya no tenían ni carne, ni piel, estaban
absolutamente secos. Le parece familiar, sobre todo si pensamos que el Espíritu
de Dios también ha descendido, se ha posado sobre nosotros y nos ha puesto en
2. el centro de una humanidad que está llena de mortandad, ausente totalmente de
vida; miramos al rededor y lo único que vemos es desintegración familiar,
delincuencia, personas perdidas en los vicios, suicidios, violencia de todos tipos,
pecado por todos lados; dicho en otras palabras, las personas con las que nos
relacionamos son como esos huesos, ya que están muertos en sus delitos y
pecados (tal como nosotros antes de conocer a Cristo); la palabra huesos nos
refiere "sin vida"; y secos en gran manera, "sin agua, confusos, desilusionados,
marchitos, destruidos, extintos". Nuestros conocidos, compañeros de escuela o del
trabajo, la gente que no conoce a Cristo, desarrollan sus vidas, pero realmente
viven en muerte, en derrota, están caídos, abandonados a su suerte, sedientos;
desilusionados y sin esperanza alguna.
Para los antiguos Israelitas, el dejar un cuerpo tirado en el campo era
aborrecible, indigno. La humanidad se desarrolla de acuerdo a principios que van
en contra del diseño y plan original de Dios; el Ser Humano fue creado para
enseñorear, para gobernar, para estar por encima de la creación; sin embargo, por
causa del pecado, las cosas creadas gobiernan al hombre y lo controlan y llevan
hacia la perdición de su alma. Cristo dijo: "La mies es mucha", y es cierto,
Ezequiel era un sólo profeta en medio de todos esos huesos, una vida en medio
de la muerte, como un oasis en el desierto, pero esto no de si mismo; sino por
causa de la Poderosa mano de Dios. Así como él, nosotros somos vida en medio
de la muerte; luz en medio de la oscuridad; agua en el desierto. Somos puestos en
medio de un valle de Huesos secos.
El Señor le pregunta a Ezequiel ¿Vivirán estos huesos? y él contesta Señor, Tú
lo sabes. Que tremendo, los primeros que debemos convencernos de que Dios es
Todopoderoso somos nosotros; muchas veces la gente llega a platicarnos su
problemas, aún personas que no conocemos, y que hacemos?, los dejamos ir sin
presentarles al Dador de vida; o realmente tenemos la Fe suficiente y le
predicamos el Evangelio? El Señor es Todopoderoso, no debemos limitarlo, Él lo
puede hacer; aún la persona mas pecadora, el más vil, puede ser rescatado por
Dios; cualquier enfermedad es sanada por su Mano, aún los casos que nos
parecen imposibles, Él los puede hacer. ¡Es Dios, sabe cómo resolverlo!; aunque
a veces nuestros argumentos digan lo contrario.
Es necesario que abramos nuestra boca, Dios dijo a Ezequiel "Profetiza a esos
huesos", somos llamados para anunciar las virtudes de Aquel que nos saco de las
tinieblas y nos puso en su luz admirable, Jesús nos ordenó: "Vayan y prediquen el
Evangelio a toda criatura". El profeta profetizo vida en medio de esa muerte y de
inmediato esos huesos tuvieron tendones, carne, piel. En otras palabras, por la
palabra de Jehová dicha por su siervo, esos huesos obtuvieron vida, Jesús dijo:"yo
he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia". ¿Cómo vivirán esos
huesos si no hablamos, si permanecemos inertes ante los problemas de nuestra
sociedad, si nos conformamos a este mundo, si seguimos viviendo en nuestras
ideas y argumentos, pensando en nuestro puesto dentro de la iglesia?. La palabra
dice "¿Y cómo oirán si nadie les predica?", "Cuán hermosos son los pies de los
que anuncian la paz".
3. Es hora de salir al campo, de ir con el pecador que está muerto y decirle que
hay Vida en Cristo, ¿que esperamos?, tenemos el poder de Dios, Él va adelante
de nosotros. ¿Por que aun no nos decidimos?.
Es mi oración que Dios nos de de su Espíritu, para que con denuedo
prediquemos el Evangelio. Ah... y por cierto, Gloria a Dios por que un día alguien
se decidió y nos dijo: "Así ha dicho Jehová el Señor...: He aquí, yo hago entrar
espíritu en vosotros, y viviréis", ya que también un día fuimos huesos secos....
Dios le bendiga.
Alfonso Luna Martínez.
1) Reina Valera Revisada (1960). Miami : Sociedades Bíblicas Unidas, 1998, S. Ez 37.1-10.