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                                                        CONTIENE MUSICA DE FONDO
para leer los poemas elije la
                estantería del autor y haz clic
                                                                 Salir




 García Lorca                                 Gabriela Mistral


Rosalía de Castro                               Pablo Neruda


Jorge Luis Borges                                José Martí


Antonio Machado                          Gustavo Adolfo Bécquer

 Mario Benedetti                            Miguel de Unamuno




                                  Martes, 30 de Agosto de 2011
Federico García Lorca   1898 el 5 de junio nace Federico García Lorca
  Granada 1898-1936     en Fuente Vaqueros, provincia de Granada, hijo
                        de Federico García Rodríguez y Vicenta Lorca
                        Romero. Será el mayor de cuatro hermanos:
                        Francisco, Concha e Isabel.
                        1908 Pasa unos meses en Almería, donde
                        comienza sus estudios de bachillerato.
                        Primeros estudios de música. 1909 se traslada
                        con su familia a vivir a Granada.
                        1915-1917 Estudios de Filosofía y Letras y de
                        Derecho en la Universidad de Granada.
                        Amistad con el núcleo intelectual granadino
                        (Melchor Fernández Almagro, Miguel Pizarro,
                        Manuel Ángeles Ortiz, Ismael G. de la Serna,
                        Angel Barrios,...). Viajes de estudios, dirigidos
                        por el Catedrático Martín Domínguez Barrueta,
                        por Andalucía, Castillla y Galicia. Inicia su
                        amistad con el compositor Manuel de Falla,
                        quien fija su residencia en Granada.1918
                        Publica en Granada su primer libro
                        Impresiones y Paisajes y escribe algunos
                        poemas que aparecerán más tarde en su primer
                        libro de versos, Libro de Poemas.




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Romance de la Luna
La luna vino a la fragua con
                                 El jinete se acercaba tocando
     su polizón de nardos.
                                       el tambor del llano.
   El niño la mira, mira. El
                                 Dentro de la fragua el niño
 niño la está mirando. En el
                                     tiene los ojos cerrados.
  aire conmovido mueve la
                                Por el olivar venían, bronce y
  luna sus brazos y enseña,
                                        sueño, los gitanos.
 úbrica y pura, sus senos de
                                Las cabezas levantadas y los
          duro estaño.
                                         ojos entornados.
  Huye luna, luna, luna. Si
                                   ¡Cómo canta la zumaya,
vinieran los gitanos, harían
                                  ay, cómo canta en el árbol!
  con tu corazón collares y
                                Por el cielo va la luna con un
         anillos blancos.
                                         niño de la mano.
   Niño, déjame que baile.
                                 Dentro de la fragua lloran,
 Cuando vengan los gitanos,
                                   dando gritos, los gitanos.
   te encontrarán sobre el
                                      El aire la vela, vela.
             yunque
                                    El aire la está velando.
    con los ojillos cerrados.
 Huye, luna, luna, luna, que
     ya siento los caballos.
  Niño, déjame, no pises mi
      blancor almidonado


                                                        Siguiente   
Preciosa y el aire              Frunce su rumor el mar. Los olivos
                                        palidecen. Cantan las flautas de
  Su luna de pergamino Preciosa         umbría y el liso gong de la nieve.
   tocando viene por un anfibio         ¡Preciosa, corre, Preciosa, que te
  sendero de cristales y laureles.             coge el viento verde!
 El silencio sin estrellas, huyendo         ¡Preciosa, corre, Preciosa!
  del sonsonete, cae donde el mar            ¡Míralo por donde viene!
  bate y canta su noche llena de         Sátiro de estrellas bajas con sus
                peces.                         lenguas relucientes.
      En los picos de la sierra        Preciosa, llena de miedo, entra en
      os carabineros duermen          la casa que tiene, más arriba de los
   guardando las blancas torres           pinos, el cónsul de los ingleses.
      donde viven los ingleses.            Asustados por los gritos tres
  y los gitanos del agua levantan        carabineros vienen, sus negras
    por distraerse, glorietas de        capas ceñidas y los gorros en las
 caracolas yramas de pino verde.                       sienes.
Niña, deja que levante tu vestido      El inglés da a la gitana un vaso de
             para verte.               tibia leche, y una copa de ginebra
  Abre en mis dedos antiguos la       que Preciosa no se bebe. Y mientras
      rosa azul de tu vientre.           cuenta, llorando, su aventura a
 Preciosa tira el pandero y corre          aquella gente, en las tejas de
            sin detenerse.             pizarra el viento, furioso, muerde.
El viento-hombrón la persigue con
        una espada caliente.



                                                                   Siguiente   
Reyerta                  El juez, con guardia civil,
                                   por los olivares viene.
  En la mitad del barranco        Sangre resbalada gime
   las navajas de Albacete      muda canción de serpiente.
 bellas de sangre contraria,   Señores guardias civiles: aquí
    relucen como los peces.          pasó lo de siempre.
    Una dura luz de naipe      Han muerto cuatro romanos
  recorta en el agrio verde         y cinco cartagineses.
      caballos enfurecidos
      y perfiles de jinetes.     La tarde loca de higueras
     En la copa de un olivo       y de rumores calientes
  lloran dos viejas mujeres.   cae desmayada en los muslos
      El toro de la reyerta        heridos de los jinetes.
    se sube por las paredes.     Y ángeles negros volaban
     Ángeles negros traían        por el aire del poniente.
  pañuelos y agua de nieve.     Ángeles de largas trenzas
  Ángeles con grandes alas         y corazones de aceite.
   de navajas de Albacete.
Juan Antonio el de Montilla
 rueda muerto la pendiente,
   su cuerpo lleno de lirios
y una granada en las sienes.
Ahora monta cruz de fuego,
   carretera de la muerte.



                                                        Siguiente   
Romance Sonámbulo                        Tu sangre rezuma y huele alrededor de
     Verde que te quiero verde. Verde        tu faja. Pero yo ya no soy yo, ni mi casa
 viento. Verdes ramas. El barco sobre la      es ya mi casa. Dejadme subir al menos
 mar y el caballo en la montaña. Con la     hasta las altas barandas, ¡dejadme subir!,
  sombra en la cintura ella sueña en su          dejadme hasta las verdes barandas.
  baranda, verde carne, pelo verde, con     Barandales de la luna por donde retumba
  ojos de fría plata. Verde que te quiero                       el agua.
 verde. Bajo la luna gitana, las cosas la      Ya suben los dos compadres hacia las
están mirando y ella no puede mirarlas.        altas barandas. Dejando un rastro de
    Verde que te quiero verde. Grandes        sangre. Dejando un rastro de lágrimas.
 estrellas de escarcha, vienen con el pez      Temblaban en los tejados farolillos de
 de sombra que abre el camino del alba.      hojalata. Mil panderos de cristal, herían
La higuera frota su viento con la lija de                   la madrugada.
  sus ramas, y el monte, gato garduño,       Verde que te quiero verde, verde viento,
     eriza sus pitas agrias. ¿Pero quién          verdes ramas. Los dos compadres
  vendrá? ¿Y por dónde...? Ella sigue en       subieron. El largo viento, dejaba en la
   su baranda, verde carne, pelo verde,     boca un raro gusto de hiel, de menta y de
 soñando en la mar amarga. Compadre,        albahaca. ¡Compadre! ¿Dónde está, dime?
 quiero cambiar mi caballo por su casa,       ¿Dónde está tu niña amarga? ¡Cuántas
  mi montura por su espejo, mi cuchillo           veces te esperó! ¡Cuántas veces te
      por su manta. Compadre, vengo          esperara cara fresca, negro pelo, en esta
 sangrando, desde los puertos de Cabra.      verde baranda! Sobre el rostro del aljibe
     Si yo pudiera, mocito, ese trato se        se mecía la gitana. Verde cama, pelo
   cerraba. Pero yo ya no soy yo, ni mi            verde, con ojos de fría plata. Un
  casa es ya mi casa. Compadre, quiero        carámbano de luna la sostiene sobre el
   morir decentemente en mi cama. De         agua. La noche se puso íntima como una
  acero, si puede ser, con las sábanas de          pequeña plaza. Guardias civiles
                  holanda.                  borrachos en la puerta golpeaban. Verde
    ¿No ves la herida que tengo desde el    que te quiero verde. Verde viento. Verdes
 pecho a la garganta? Trescientas rosas     ramas. El barco sobre la mar. Y el caballo
     morenas lleva tu pechera blanca.                       en la montana.

                                                                             Siguiente   
La monja gitana                Por los ojos de la monja
    Silencio de cal y mirto.       galopan dos caballistas.
Malvas en las hierbas finas.      Un rumor último y sordo
   La monja borda alhelíes            le despega la camisa,
     sobre una tela pajiza.       y al mirar nubes y montes
   Vuelan en la araña gris,          en las yertas lejanías,
   siete pájaros del prisma.         se quiebra su corazón
   La iglesia gruñe a lo lejos     de azúcar y yerbaluisa.
 como un oso panza arriba.       ¡Oh!, qué llanura empinada
  ¡Qué bien borda ! ¡Con qué        con veinte soles arriba.
              gracia!               ¡Qué ríos puestos de pie
       Sobre la tela pajiza,         vislumbra su fantasía!
       ella quisiera bordar        Pero sigue con sus flores,
      flores de su fantasía.      mientras que de pie, en la
 ¡Qué girasol! ¡Qué magnolia                  brisa,
     de lentejuelas y cintas!        la luz juega el ajedrez
¡Qué azafranes y qué lunas,             alto de la celosía.
    en el mantel de la misa!                     .
 Cinco toronjas se endulzan
      en la cercana cocina.
   Las cinco llagas de Cristo
      cortadas en Almería.


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San Miguel
   Se ven desde las barandas,     San Miguel canta en los vidrios;
  por el monte, monte, monte,    efebo de tres mil noches, fragante
   mulos y sombras de mulos        de agua colonia y lejano de las
      cargados de girasoles.     flores. El mar baila por la playa,
     Sus ojos en las umbrías    un poema de balcones. Las villas de
se empañan de inmensa noche.       la luna pierden juncos, ganan
      En los recodos del aire    voces. Vienen manolas comiendo
     cruje la aurora salobre.      semillas de girasoles, los culos
   Un cielo de mulos blancos    grandes y ocultos como planetas de
    cierra sus ojos de azogue                     cobre.
 dando a la quieta penumbra     Vienen altos caballeros y damas de
      un final de corazones.         triste porte, morenas por la
      Y el agua se pone fría    nostalgia de un ayer de ruiseñores.
    para que nadie la toque.       Y el obispo de Manila, ciego de
    Agua loca y descubierta     azafrán y pobre, dice misa con dos
  por el monte, monte, monte.       filos para mujeres y hombres
                                     San Miguel se estaba quieto
 San Miguel lleno de encajes            en la alcoba de su torre,
   en la alcoba de su torre,           con las enaguas cuajadas
   enseña sus bellos muslos            de espejitos y entredoses.
    ceñidos por los faroles.        San Miguel, rey de los globos
    Arcángel domesticado                y de los números nones,
    en el gesto de las doce,            en el primor berberisco
    finge una cólera dulce               de gritos y miradores.
   de plumas y ruiseñores.


                                                           Siguiente   
Muerto de amor                 Sólo por los corredores las cuatro
¿Qué es aquello que reluce     luces clamaban con el furor de San
  por los altos corredores?                      Jorge.
Cierra la puerta, hijo mío,    Tristes mujeres del valle bajaban su
  acaban de dar las once.      sangre de hombre, tranquila de flor
  En mis ojos, sin querer,      cortada y amarga de muslo joven.
relumbran cuatro faroles.        Viejas mujeres del río lloraban al
 Será que la gente aquella            pie del monte, un minuto
 estará fregando el cobre.         intransitable de cabelleras y
               *                nombres. Fachadas de cal, ponían
    Ajo de agónica plata           cuadrada y blanca la noche.
 la luna menguante, pone            Serafines y gitanos tocaban
    cabelleras amarillas        acordeones. Madre, cuando yo me
   a las amarillas torres.      muera, que se enteren los señores.
La noche llama temblando        Pon telegramas azules que vayan
 al cristal de los balcones,               del Sur al Norte.
   perseguida por los mil         Siete gritos, siete sangres, siete
perros que no la conocen,         adormideras dobles, quebraron
y un olor de vino y ámbar      opacas lunas en los oscuros salones.
  viene de los corredores.          Lleno de manos cortadas y
               *                 coronitas de flores, el mar de los
   Brisas de caña mojada        juramentos resonaba, no sé donde.
  y rumor de viejas voces,       Y el cielo daba portazos al brusco
   resonaban por el arco            rumor del bosque, mientras
  roto de la media noche.         clamaban las luces en los altos
 Bueyes y rosas dormían.                      corredores.


                                                           Siguiente   
El Camborio de camino a             Antonio Torres Heredia,
        Sevilla                    hijo y nieto de Camborios,
    Antonio Torres Heredia,        viene sin vara de mimbre
   hijo y nieto de Camborios,      entre los cinco tricornios.
    con una vara de mimbre          Antonio, ¿quién eres tú?
  va a Sevilla a ver los toros.     Si te llamaras Camborio,
      Moreno de verde luna         hubieras hecho una fuente
    anda despacio y garboso.      de sangre con cinco chorros.
    Sus empavonados bucles          Ni tú eres hijo de nadie,
     le brillan entre los ojos.       ni legítimo Camborio.
     A la mitad del camino          ¡Se acabaron los gitanos
     cortó limones redondos,      que iban por el monte solos!
    y los fue tirando al agua       Están los viejos cuchillos
    hasta que la puso de oro.        tiritando bajo el polvo.
    Y a la mitad del camino,        A las nueve de la noche
  bajo las ramas de un olmo,           lo llevan al calabozo,
     guardia civil caminera       mientras los guardias civiles
      lo llevó codo con codo.        beben limonada todos.
       El día se va despacio,      Y a las nueve de la noche
la tarde colgada a un hombro,         le cierran el calabozo,
     dando una larga torera          mientras el cielo reluce
  sobre el mar y los arroyos.     como la grupa de un potro.
    Las aceitunas aguardan
    la noche de Capricornio,
  y una corta brisa, ecuestre,
   salta los montes de plomo.

                                                          Siguiente   
El Camborio                 Mis cuatro primos Heredias
                                          hijos de Benamejí.
  Voces de muerte sonaron      Lo que en otros no envidiaban, ya
   cerca del Guadalquivir.              lo envidiaban en mí.
 Voces antiguas que cercan     Zapatos color corinto, medallones
    voz de clavel varonil.       de marfil, y este cutis amasado
   Les clavó sobre las botas          con aceituna y jazmín.
     mordiscos de jabalí.          ¡Ay Antoñito el Camborio,
   En la lucha daba saltos          digno de una Emperatriz!
     jabonados de delfín.      Acuérdate de la Virgen porque te
  Bañó con sangre enemiga                     vas a morir.
     su corbata carmesí,                ¡Ay Federico García,
  pero eran cuatro puñales      llama a la Guardia Civil! Ya mi
    y tuvo que sucumbir.       talle se ha quebrado como caña de
 Cuando las estrellas clavan    maíz. Tres golpes de sangre tuvo
     rejones al agua gris,               y se murió de perfil.
  cuando los erales sueñan           Viva moneda que nunca
     verónicas de alhelí,                se volverá a repetir.
  voces de muerte sonaron            Un ángel marchoso pone
   cerca del Guadalquivir.             su cabeza en un cojín.
  Antonio Torres Heredia,            Otros de rubor cansado,
   Camborio de dura crin,             encendieron un candil.
    moreno de verde luna,          Y cuando los cuatro primos
    voz de clavel varonil:                llegan a Benamejí,
¿Quién te ha quitado la vida         voces de muerte cesaron
   cerca del Guadalquivir?           cerca del Guadalquivir.


                                                         Siguiente   
El Piyayo                        Sin mas sombra que la del abuelo... ¡poca
                                                 sombra, porque es tan chicuelo; en el
          ¿Tu conoces al ”Piyayo”               altozano tiene un cuchitril ¡a las vigas
 un viejecillo renegro, reseco y chicuelo;    alcanza la mano; y por lumbre y por luz,
la mirada de gallo pendenciero y hocico       un candil. Vacia sus alforjas Que son sus
 de raposo tiñoso... que pide limosna por    bolsillos, Bostezando los siete chiquillos, Se
       "tangos“ y maldice cantando             agrupan riendo. Y entre carantoñas les
           "fandangos“ gangosos?             va repartiendo Pan y pescao frito, Con la
¡A chufla lo toma la gente y a mi me da             parsimonia de un antiguo rito:
pena y me causa un respeto imponente!                           ¡chavales!
   Ata a su cuerpo una guitarra, Que         ¡pan de flor de harina! Mascarlo despasio.
 chilla como una corneja Y zumba como           Mejo pan no se come en palasio. Y este
  una chicharra Y tiene arrumacos de           pescaito, ¡no es na? sacao uno a uno del
  vieja Pelleja. Yo le he visto cantando,     fondo del má! ¡gloria pura él! Las espinas
Babeando De rabia y de vino, Bailando            se comen tamié, Que to es alimento...
 Con saltos felinos Tocando a zarpazos,.          Asi....despasito. ¡no llores, Manuela!
  Los acordes de un viejo"tangazo“ Y, a       Tu no pués, porque no tiés muelas. ¡es tan
  sus contorsiones de ardilla, Hace son       chiquitita mi niña bonita!.. así, despasito.
           con la sucia calderilla.            Muy remascaito, Migaja a migaja, que
¡ a chufla lo toma la gente y a mi me da      dure, Le van dando fin A los cinco reales
pena y me causa un respeto imponente!          que costo el festín. Luego entre guiñapos
  Es su extraño arte su cepo y su cruz,           durmiendo, Por matar el frío, muy
      su vida y su luz, su tabaco y su         apiñaditos. La Virgen María contempla
   aguardientillo... y su pan y el de sus    al “Piyayo” Riendo Y hay un Angel rubio
nietecillos: "churumbeles" con greñas de           que besa la frente De cada gitano
        alambre y panzas de sapos.               chiquito. A chufla lo toma la gente!...
Que aullan de hambre Tiritando bajo los      ¡y a mi me da penay me causa un respeto
  harapos; Sin madre que lave su roña;                         imponente!
Sin padre que "afane“ Porque pena una
             muerte en santoña



                                                                                  Siguiente   
La casada infiel                Yo me quité la corbata. Ella se
                                 quitó el vestido. Yo el cinturón con
 Y que yo me la lleve al río      revólver Ella sus cuatro corpiños.
 creyendo que era mozuela,         Ni nardos ni caracolas tienen el
      pero tenía marido.          cutis tan fino, ni los cristales con
  Fue la noche de Santiago       luna relumbran con ese brillo. Sus
   y casi por compromiso.        muslos se me escapaban como peces
   Se apagaron los faroles         sorprendidos, la mitad llenos de
 y se encendieron los grillos.      lumbre, la mitad llenos de frío.
   En las últimas esquinas       Aquella noche corrí el mejor de los
 toqué sus pechos dormidos,         caminos, montado en potra de
 y se me abrieron de pronto      nácar sin bridas y sin estribos. No
   como ramos de jacintos.       quiero decir, por hombre, las cosas
El almidón de su enagua me            que ella me dijo. La luz del
      sonaba en el oído,           entendimiento me hace ser muy
   como una pieza de seda         comedido. Sucia de besos y arena,
 rasgada por diez cuchillos      yo me la lleve del río. Con el aire se
Sin luz de plata en sus copas    batían las espadas de los lirios. Me
   los árboles han crecido,         porté como quien soy. Como un
  y un horizonte de perros           gitano legítimo. La regalé un
   ladra muy lejos del río.      costurero grande de raso pajizo, y
                                     no quise enamorarme porque
  Pasadas las zarzamoras,         teniendo marido me dijo que era
   los juncos y los espinos,      mozuela cuando la llevaba al río.
     bajo su mata de pelo
 hice un hoyo sobre el limo.


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Nació en Santiago de Compostela. Fue bautizada con los
    Rosalía de Castro              nombres de María Rosalía Rita. hija de padres
Santiago de Compostela (Galicia)   desconocidos. Muy poco se sabe de su educación. Se sabe
           1837-1885               que en la escuela mostró talento de versificadora.
                                   También le gustaba el dibujo, la música y la declamación.
                                   Rosalía de Castro contrajo matrimonio con Manuel
                                   Martínez Murguía, erudito cronista de Galicia. Al año
                                   siguiente Rosalía da luz a su primera hija, Alejandra, a la
                                   que han de seguir seis hijos más. Su domicilio cambió
                                   varias veces, entre Madrid y Simancas. Rosalía nunca
                                   disfrutó de buena salud. Luchó siempre contra
                                   enfermedades, y a menudo con la penuria, vivió dedicada
                                   a su hogar, a sus hijos y a su marido, nunca aspiró a la
                                   fama. Su marido fue quien la convenció para que
                                   publicara sus obras. Murió de cáncer a los cuarenta y
                                   ocho años en su casa de Padrón, la cual hoy es un museo.
                                   Todos sus hijos murieron antes que ella, sin poder dejar
                                   herederos.
                                   Compuso sus primeros versos a la edad de 12 años. A los
                                   17 años ya era conocida en el "Liceo de San Agustín". por
                                   su primer libro; La Flor. y Follas Novas: es el título de su
                                   último libro que contiene su manera de ver la vida, en el
                                   muestra su esencia vital. Rosalía muestra una visión
                                   sombría de la existencia humana. En los Cantares,
                                   Rosalía asume la voz del pueblo gallego. Su obra maestra
                                   en castellano es En las Orillas del Sar, versos de tono
                                   íntimo, de extraña penetración, cargados de nocturna
                                   belleza. Merece ser considerada, al lado de Gustavo
                                   Adolfo Bécquer, como la precursora de la Modernidad e
                                   iniciadora de una nueva métrica castellana.


                                                                                  Siguiente       
2
             1                   ¡Otra vez!, tras la lucha que rinde
                                     y la incertidumbre amarga
A través del follaje perenne       del viajero que errante no sabe
    que oír deja rumores               dónde dormirá mañana,
                                         en sus lares primitivos
          extraños,
                                 halla un breve descanso mi alma.
      y entre un mar de             Algo tiene este blando reposo
     ondulante verdura,              de sombrío y de halagüeño,
  amorosa mansión de los          cual lo tiene, en la noche callada,
           pájaros,                 de un ser amado el recuerdo,
  desde mis ventanas veo         que de negras traiciones y dichas
 el templo que quise tanto.            inmensas, nos habla a un
                                tiempo.Ya no lloro..., y no obstante,
                                   agobiado y afligido mi espíritu,
El templo que tanto quise...,      apenas de su cárcel estrecha y
   pues no sé decir ya si le       sombría osa dejar las tinieblas
           quiero,                    para bañarse en las ondas
 que en el rudo vaivén que           de luz que el espacio llenan.
         sin tregua                 Cual si en suelo extranjero me
se agitan mis pensamientos,     hallase, tímida y hosca, contemplo
                                   desde lejos los bosques y alturas
  dudo si el rencor adusto
                                   y los floridos senderos donde en
 vive unido al amor en mi            cada rincón me aguardaba
            pecho.                      la esperanza sonriendo.


                                                              Siguiente   
3                                              4
 Oigo el toque sonoro que entonces a mi        Tras de inútil fatiga, que mis fuerzas agota,
lecho a llamarme venía con sus ecos que         caigo en la senda amiga, donde una fuente
    el alba anunciaban, mientras, cual                   brota siempre serena y pura,
   dulce caricia, un rayo de sol dorado         y con mirada incierta, busco por la llanura
     alumbraba mi estancia tranquila.             no sé qué sombra vana o que esperanza
    Puro el aire, la luz sonrosada, ¡qué          muerta, no sé qué flor tardía de virginal
   despertar tan dichoso! Yo veía entre          frescura que no crece en la vía arenosa y
 nubes de incienso, visiones con alas de           desierta. De la oscura Trabanca tras la
     oro que llevaban la venda celeste          espesa arboleda, gallardamente arranca al
    de la fe sobre sus ojos... Ese sol es el     pie de la vereda La Torre y sus contornos
      mismo, mas ellas no acuden a mi           cubiertos de follaje, prestando a la mirada
   conjuro; y a través del espacio y las        descanso en su ramaje cuando de la ancha
nubes, y del agua en los limbos confusos,         vega por vivo sol bañada que las pupilas
   y del aire en la azul transparencia,              ciega, atraviesa el espacio, gozosa y
  ¡ay!, ya en vano las llamo y las busco.      deslumbrada. Como un eco perdido, como un
     Blanca y desierta la vía entre los        amigo acento que sueña cariñoso, el familiar
 frondosos setos y los bosques y arroyos       chirrido del carro perezoso corre en alas del
      que bordan sus orillas, con grato        viento y llega hasta mi oído cual en aquellos
 misterio atraerme parece y brindarme           días hermosos y brillantes en que las ansias
       a que siga su línea sin término.           mías eran quejas amantes, eran dorados
        Bajemos, pues, que el camino               sueños y santas alegrías. Ruge la Presa
         antiguo nos saldrá al paso,              lejos..., y, de las aves nido, Fondón cerca
    aunque triste, escabroso y desierto,          descansa; la cándida abubilla bebe en el
          y cual nosotros cambiado,            agua mansa donde un tiempo he creído de la
    lleno aún de las blancas fantasmas          esperanza hermosa beber el néctar sano, y
        que en otro tiempo adoramos              hoy bebiera anhelosa las aguas del olvido,
                                                 que es de la muerte hermano; donde de los
                                               vencejos que vuelan en la altura, la sombra
                                                                     se refleja.


                                                                                   Siguiente    
5                                        6
¡Cuán hermosa es tu vega, oh Padrón,       ¡Oh tierra, antes y ahora, siempre
  oh Iria Flavia! Mas el calor, la vida              fecunda y bella!
   juvenil y la savia que extraje de tu     Viendo cuán triste brilla nuestra
   seno, como el sediento niño el dulce                fatal estrella,
  jugo extrae del pecho blanco y lleno,            del Sar cabe la orilla
       de mi existencia oscura en el     al acabarme, siento la sed devoradora
      torrente amargo pasaron, cual           y jamás apagada que ahoga el
    barrida por la inconstancia ciega,                  sentimiento,
    una visión de armiño, una ilusión     y el hambre de justicia, que abate y
  querida, un suspiro de amor. De tus                  que anonada
         suaves rumores la acorde             cuando nuestros clamores los
  consonancia, ya para el alma yerta                arrebata el viento
 tornóse bronca y dura a impulsos del             de tempestad airada.
dolor; secáronse tus flores de virginal       Ya en vano el tibio rayo de la
  fragancia; perdió su azul tu cielo, el   naciente aurora tras del Miranda
 campo su frescura, el alba su candor. altivo, valles y cumbres dora con su
 La nieve de los años, de la tristeza el resplandor vivo; en vano llega mayo
 hielo constante, al alma niegan toda de sol y aromas lleno, con su frente de
   ilusión amada, todo dulce consuelo.    niño de rosas coronada, y con su luz
     Sólo los desengaños preñados de     serena: en mi pecho ve juntos el odio y
 temores, y de la duda el frío, avivan     el cariño, mezcla de gloria y pena,
  los dolores que siente el pecho mío, y    mi sien por la corona del mártir
 ahondando mi herida, me desti rran          agobiada y para siempre frío y
    del cielo, donde las fuentes brotan              agotado mi seno.
             eternas de la vida.

                                                                       Siguiente   
7                                       8
¡Cuán hermosa es tu vega, oh Padrón,
  oh Iria Flavia! Mas el calor, la vida     ¡Ya que de la esperanza, para la
   juvenil y la savia que extraje de tu                  vida mía,
   seno, como el sediento niño el dulce     triste y descolorido ha llegado el
  jugo extrae del pecho blanco y lleno,                    ocaso,
       de mi existencia oscura en el               a mi morada oscura,
      torrente amargo pasaron, cual                desmantelada y fría,
    barrida por la inconstancia ciega,            tornemos paso a paso,
    una visión de armiño, una ilusión      porque con su alegría no aumente
  querida, un suspiro de amor. De tus                  mi amargura
         suaves rumores la acorde                  la blanca luz del día.
  consonancia, ya para el alma yerta
 tornóse bronca y dura a impulsos del       Contenta el negro nido busca el
dolor; secáronse tus flores de virginal              ave agorera;
  fragancia; perdió su azul tu cielo, el    bien reposa la fiera en el antro
 campo su frescura, el alba su candor.                 escondido,
 La nieve de los años, de la tristeza el   en su sepulcro el muerto, el triste
 hielo constante, al alma niegan toda                 en el olvido
   ilusión amada, todo dulce consuelo.         y mi alma en su desierto.
     Sólo los desengaños preñados de
 temores, y de la duda el frío, avivan
  los dolores que siente el pecho mío, y
 ahondando mi herida, me desti rran
    del cielo, donde las fuentes brotan
             eternas de la vida.

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Jorge Luis Borges       Nació en Buenos Aires el 24 de
Buenos Aires 1899-1986   agosto de 1899. Fue bilingüe desde
                         su infancia ya que su abuela
                         materna le hablaba en Inglés.
                         "Georgie", como le decían en casa,
                         tenía apenas seis años cuando dijo
                         a su padre que quería ser escritor.
                         En 1910 aparece su primera
                         publicación en el diario El País, de
                         Buenos Aires, donde tradujo El
                         príncipe feliz, de Oscar Wilde. En
                         1914, el padre de Borges se jubiló
                         debido a su ceguera casi total, por
                         lo que la familia pasó una
                         temporada en Europa.
                         Sorprendidos por la guerra, se
                         instalaron en Ginebra donde el
                         joven Borges escribió algunos
                         poemas en francés y cursó la
                         preparatoria (1914-1918). Vivió en
                         España de 1919 a 1921 y dos años
                         después la familia regresó a
                         Buenos Aires. En 1923 publicó el
                         poemario Fervor de Buenos Aires.



                                                      Siguiente   
Alguien
           Alhambra                       Un hombre trabajado por el tiempo,
                                          un hombre que ni siquiera espera la
       Grata la voz del agua             muerte (las pruebas de la muerte son
a quien abrumaron negras arenas,       estadísticas y nadie hay que no corra el
      grato a la mano cóncava            albur de ser el primer inmortal), un
                                        hombre que ha aprendido a agradecer
el mármol circular de la columna,
                                           las modestas limosnas de los días: el
gratos los finos laberintos del agua    sueño, la rutina, el sabor del agua, una
         entre los limoneros,             no sospechada etimología, un verso
      grata la música del zéjel,       latino o sajón, la memoria de una mujer
 grato el amor y grata la plegaria       que lo ha abandonado hace ya tantos
  dirigida a un Dios que está solo,        años que hoy puede recordarla sin
                                       amargura, un hombre que no ignora que
           grato el jazmín.
                                       el presente ya es el porvenir y el olvido,
           Vano el alfanje              un hombre que ha sido desleal y con el
    ante las largas lanzas de los        que fueron desleales, puede sentir de
               muchos,                        pronto, al cruzar la calle, una
          vano ser el mejor.             misteriosa felicidad que no viene del
    Grato sentir o presentir, rey           lado de la esperanza sino de una
                                       antigua inocencia, de su propia raíz o de
               doliente,
                                            un dios disperso. Sabe que no debe
    que tus dulzuras son adioses,        mirarla de cerca, porque hay razones
     que te será negada la llave,             más terribles que tigres que le
  que la cruz del infiel borrará la       demostrarán su obligación de ser un
                 luna,                  desdichado, pero humildemente recibe
    que la tarde que miras es la          esa felicidad, esa ráfaga. Quizá en la
                                       muerte para siempre seremos, cuando el
               última.
                                       polvo sea polvo, esa indescifrable raíz, de
                                       la cual para siempre crecerá, ecuánime
                                       o atroz, nuestro solitario cielo nfierno.o...

                                                                          Siguiente    
Arte poético
     Antelación del amor                            Mirar el río hecho de tiempo y agua
                                                    y recordar que el tiempo es otro río,
  Ni la intimidad de tu frente clara como una       saber que nos perdemos como el río
                                                   y que los rostros pasan como el agua.
                        fiesta
                                                     Sentir que la vigilia es otro sueño
 ni la privanza de tu cuerpo, aún misterioso y      que sueña no soñar y que la muerte
                  tácito y de niña,                que teme nuestra carne es esa muerte
     ni la sucesión de tu vida situándose en        de cada noche, que se llama sueño.
              palabras o acallamiento               Ver en el día o en el año un símbolo
       serán favor tan persuasivo de ideas         de los días del hombre y de sus años,
                                                       convertir el ultraje de los años
        como el mirar tu sueño implicado
                                                  en una música, un rumor y un símbolo,
        en la vigilia de mis ávidos brazos.        ver en la muerte el sueño, en el ocaso
 Virgen milagrosamente otra vez por la virtud           un triste oro, tal es la poesía
               absolutoria del sueño,                que es inmortal y pobre. La poesía
quieta y resplandeciente como una dicha en la        vuelve como la aurora y el ocaso.
              selección del recuerdo,                  A veces en las tardes una cara
                                                   nos mira desde el fondo de un espejo;
me darás esa orilla de tu vida que tú misma no
                                                      el arte debe ser como ese espejo
                       tienes,                       que nos revela nuestra propia cara.
               Arrojado a la quietud              Cuentan que Ulises, harto de prodigios,
        divisaré esa playa última de tu ser           lloró de amor al divisar su Itaca
y te veré por vez primera quizás como Dios ha       verde y humilde. El arte es esa Itaca
                      de verte,                     de verde eternidad, no de prodigios.
                                                   También es como el río interminable
        desbaratada la ficción del Tiempo
                                                 que pasa y queda y es cristal de un mismo
                sin el amor, sin mí.              Heráclito inconstante, que es el mismo
                                                    y es otro, como el río interminable.



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(Sevilla, 1875 - Collioure, 1939) Poeta español. Aunque
Antonio Machado       influido por el modernismo y el simbolismo, su obra es
                      expresión lírica del ideario de la Generación del 98. Hijo
  Sevilla 1875-1939   del folclorista Antonio Machado y Álvarez y hermano
                      menor del también poeta Manuel Machado, pasó su
                      infancia en Sevilla y en 1883 se instaló con su familia en
                      Madrid.
                      Se formó en la Institución Libre de Enseñanza y en otros
                      institutos madrileños. En 1899, durante un primer viaje
                      a París, trabajó en la editorial Garnier, y posteriormente
                      regresó a la capital francesa, donde entabló amistad con
                      R. Darío. De vuelta a España frecuentó los ambientes
                      literarios, donde conoció a J. R. Jiménez, R. del Valle-
                      Inclán y M. de Unamuno.
                      En 1907 obtuvo la cátedra de francés en el instituto de
                      Soria, cuidad en la que dos años después contrajo
                      matrimonio con Leonor Izquierdo. En 1910 le fue
                      concedida una pensión para estudiar filología en París
                      durante un año, estancia que aprovechó para asistir a los
                      cursos de filosofía de H. Bergson y Bédier en el College
                      de France. Tras la muerte de su esposa, en 1912, pasó al
                      instituto de Baeza.
                      Doctorado en filosofía y letras (1918), desempeñó su
                      cátedra en Segovia y en 1928 fue elegido miembro de la
                      Real Academia Española. Al comenzar la Guerra Civil
                      se encontraba en Madrid, desde donde se trasladó con su
                      madre y otros familiares al pueblo valenciano de
                      Rocafort y luego a Barcelona. En enero de 1939
                      emprendió camino al exilio, pero la muerte lo
                      sorprendió en el pueblecito francés de Colliure.



                                                                    Siguiente      
A un olmo seco
 A un viejo y distinguido                  Al olmo viejo, hendido por el rayo
          señor                                   y en su mitad podrido,
                                        con las lluvias de abril y el sol de mayo
      Te he visto, por el parque           algunas hojas verdes le han salido.
              ceniciento                     ¡El olmo centenario en la colina
         que los poetas aman           que lame el Duero! Un musgo amarillento
    para llorar, como una noble            le mancha la corteza blanquecina
                                           al tronco carcomido y polvoriento.
                sombra                      No será, cual los álamos cantores
vagar, envuelto en tu levita larga.        que guardan el camino y la ribera,
 El talante cortés, ha tantos años            habitado de pardos ruiseñores.
   compuesto de una fiesta en la              Ejército de hormigas en hilera
               antesala,                 va trepando por él, y en sus entrañas
    ?¡qué bien tus pobres huesos             urden sus telas grises las arañas.
                                         Antes que te derribe, olmo del Duero,
       ceremoniosos guardan!?           con su hacha el leñador, y el carpintero
Yo te he visto, aspirando distraído,      te convierta en melena de campana,
con el aliento que la tierra exhala         lanza de carro o yugo de carreta;
     ?hoy, tibia tarde en que las         antes que rojo en el hogar, mañana,
            mustias hojas                     ardas en alguna mísera caseta,
      húmedo viento arranca?,                     al borde de un camino;
                                           antes que te descuaje un torbellino
         del eucalipto verde            y tronche el soplo de las sierras blancas;
el frescor de las hojas perfumadas.     antes que el río hasta la mar te empuje
 Y te he visto llevar la seca mano                por valles y barrancas,
a la perla que brilla en tu corbata.       olmo, quiero anotar en mi cartera
                                             la gracia de tu rama verdecida.
                                                    Mi corazón espera
                                         también, hacia la luz y hacia la vida,
                                              otro milagro de la primavera.

                                                                          Siguiente   
A un naranjo y limonero
A Miguel de Unamuno
             Este donquijotesco
                                           Naranjo en maceta, ¡qué triste es tu suerte!
 don Miguel de Unamuno, fuerte vasco,
           lleva el arnés grotesco            Medrosas tiritan tus hojas menguadas.
             y el irrisorio casco          Naranjo en la corte, ¡qué pena da verte con
del buen manchego. Don Miguel camina,            tus naranjitas secas y arrugadas!.
       jinete de quimérica montura,           Pobre limonero de fruto amarillo cual
  metiendo espuela de oro a su locura,        pomo pulido de pálida cera, ¡qué pena
   sin miedo de la lengua que malsina.
                                                 mirarte, mísero arbolillo criado en
          A un pueblo de arrieros,
       lechuzos y tahúres y logreros        mezquino tonel de madera! De los claros
       dicta lecciones de Caballería.       bosques de la Andalucía, ¿quién os trajo a
     Y el alma desalmada de su raza,       esta castellana tierra que barren los vientos
   que bajo el golpe de su férrea maza     de la adusta sierra, hijos de los campos de
 aún durme, puede que despierte un día.    la tierra mía? ¡Gloria de los huertos, árbol
    Quiere enseñar el ceño de la duda,
                                               limonero, que enciendes los frutos de
   antes de que cabalgue, el caballero;
  cual nuevo Hamlet, a mirar desnuda         pálido oro, y alumbras del negro cipresal
    cerca del corazón la hoja de acero.                        austero
  Tiene el aliento de una estirpe fuerte     las quietas plegarias erguidas en coro; y
    que soñó más allá de sus hogares,      fresco naranjo del patio querido, del campo
  y que el oro buscó tras de los mares.     risueño y el huerto soñado, siempre en mi
     Él señala la gloria tras la muerte.
                                                     recuerdo maduro o florido
    Quiere ser fundador, y dice: Creo;
  Dios y adelante el ánima española...        de frondas y aromas y frutos cargado!
 Y es tan bueno y mejor que fue Loyola:
     sabe a Jesús y escupe al fariseo.




                                                                                Siguiente   
¡Oh, tierra triste y noble, la de los altos llanos y yermos
          A orillas del Duero                                   y roquedas, de campos sin arados, regatos ni arboledas;
  Mediaba el mes de julio. Era un hermoso día. Yo, solo,         decrépitas ciudades, caminos sin mesones, y atónitos
por las quiebras del pedregal subía, buscando los recodos              palurdos sin danzas ni canciones que aún van,
de sombra, lentamente. A trechos me paraba para enjugar         abandonando el mortecino hogar, como tus largos ríos,
  mi frente y dar algún respiro al pecho jadeante; o bien,             Castilla, hacia la mar! Castilla miserable, ayer
   ahincando el paso, el cuerpo hacia adelante y hacia la       dominadora, envuelta en sus andrajos desprecia cuanto
mano diestra vencido y apoyado en un bastón, a guisa de        ignora. ¿Espera, duerme o sueña? ¿La sangre derramada
                        pastoril cayado,                         recuerda, cuando tuvo la fiebre de la espada? Todo se
   trepaba por los cerros que habitan las rapaces aves de      mueve, fluye, discurre, corre o gira; cambian la mar y el
   altura, hollando las hierbas montaraces de fuerte olor        monte y el ojo que los mira. ¿Pasó? Sobre sus campos
    ?romero, tomillo, salvia, espliego?. Sobre los agrios         aún el fantasma yerta de un pueblo que ponía a Dios
   campos caía un sol de fuego. Un buitre de anchas alas          sobre la guerra. La madre en otro tiempo fecunda en
  con majestuoso vuelo cruzaba solitario el puro azul del             capitanes, madrastra es hoy apenas de humildes
   cielo. Yo divisaba, lejos, un monte alto y agudo, y una       ganapanes. Castilla no es aquella tan generosa un día,
 redonda loma cual recamado escudo, y cárdenos alcores         cuando Mío Cid Rodrigo el de Vivar volvía, ufano de su
                      sobre la parda tierra                      nueva fortuna, y su opulencia, a regalar a Alfonso los
      ?harapos esparcidos de un viejo arnés de guerra?,        huertos de Valencia; o que, tras la aventura que acreditó
   las serrezuelas calvas por donde tuerce el Duero para             sus bríos, pedía la conquista de los inmensos ríos
  formar la corva ballesta de un arquero en torno a Soria.       indianos a la corte, la madre de soldados, guerreros y
?Soria es una barbacana, hacia Aragón, que tiene la torre        adalides que han de tornar, cargados de plata y oro, a
castellana?. Veía el horizonte cerrado por colinas oscuras,     España, en regios galeones, para la presa cuervos, para
 coronadas de robles y de encinas; desnudos peñascales,                                  la lid leones.
    algún humilde prado donde el merino pace y el toro,            Filósofos nutridos de sopa de convento contemplan
   arrodillado sobre la hierba, rumia; las márgenes de río          impasibles el amplio firmamento; y si les llega en
        lucir sus verdes álamos al claro sol de estío, y,       sueños, como un rumor distante, clamor de mercaderes
     silenciosamente, lejanos pasajeros, ¡tan diminutos!       de muelles de Levante, no acudirán siquiera a preguntar
?carros, jinetes y arrieros?, cruzar el largo puente, y bajo     ¿qué pasa? Y ya la guerra ha abierto las puertas de su
 las arcadas de piedra ensombrecerse las aguas plateadas                 casa. Castilla miserable, ayer dominadora,
del Duero. El Duero cruza el corazón de roble de Iberia y            envuelta en sus harapos desprecia cuanto ignora.
                          de Castilla.

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Mario Benedetti nació el 14 de septiembre
     Mario Benedetti             de 1920 en Paso de Toros, en Tacuarembó,
Tacuarembó (Uruguay) 1920-2009   Uruguay, fruto del matrimonio entre
                                 Brenno Benedetti y Matilde Farugia. La
                                 economía familiar se vio seriamente
                                 afectada por un engaño que sufrió el
                                 padre de Mario y así con tan sólo 4 años,
                                 la familia se trasladó a Montevideo (no en
                                 vano en Montevideo vive más de la mitad
                                 de la población de Uruguay, el mayor
                                 porcentaje de población que vive en una
                                 capital de toda Sudamérica). Este engaño
                                 condujo a tiempos difíciles para la familia
                                 Benedetti que tuvo que vender multitud
                                 de objetos de valor para seguir adelante y
                                 que obligó a Brenno a la clandestinidad
                                 económica para evitar a los acreedores y
                                 en busca del soñado empleo público, un
                                 auténtico sueño en el Uruguay de la época
                                 en el que el sueldo de un funcionario era
                                 inembargable y echarlo era casi una
                                 cuestión de Estado. Mario estudió en un
                                 colegio alemán, en parte por la
                                 admiración que el padre tenía por ese
                                 país. De esta experiencia, además de
                                 aprender el idioma, aprendió el gusto por
                                 el trabajo bien hecho y por la puntualidad.
                                 Pero en 1933 el padre le obligó a salir del
                                 colegio, ya que en éste obligaban a utilizar
                                 el saludo nazi, otro año en un Liceo y
                                 termina su educación.


                                                                    Siguiente   
Desde los afectos                                          Que nadie quiere estar solo.
                                                                 Que para no estar solo hay que dar.
   Cómo hacerte saber que siempre hay tiempo?
                                                                 Que para dar debimos recibir antes.
     Que uno solo tiene que buscarlo y dárselo.
                                                                         Que para que nos den
     Que nadie establece normas salvo la vida.
                                                                 también hay que saber cómo pedir.
    Que la vida sin ciertas normas pierde forma.
                                                                   Que saber pedir no es regalarse.
      Que la forma no se pierde con abrirnos.
                                                             Que regalarse es, en definiva, no quererse.
   Que abrirnos no es amar indiscriminadamente.
                                                         Que para que nos quieran debemos mostrar quiénes
            Que no está prohibido amar.
                                                                                 somos.
            Que también se puede odiar.
                                                             Que para que alguien sea hay que ayudarlo.
Cómo hacerte saber que nadie establece normas salvo
                                                                Que ayudar es poder alentar y apoyar.
                      la vida!...
                                                                       Que adular no es ayudar.
         Que el odio y el amor son afectos.
                                                        Que adular es tan pernicioso como dar vuelta la cara.
      Que la agresión porque sí, hiere mucho.
                                                               Que las cosas cara a cara son honestas.
             Que las heridas se cierran.
                                                                Que nadie es honesto porque no roba.
         Que las puertas no deben cerrarse.
                                                               Que el que roba no es ladrón por placer.
         Que la mayor puerta es el afecto.
                                                            Que cuando no hay placer en hacer las cosas,
            Que los afectos nos definen.
                                                                          no se está viviendo.
    Que definirse no es remar contra la corriente.
                                                        Que para sentir la vida no hay que olvidarse que existe
  Que no cuanto más fuerte se hace el trazo más se
                                                                               la muerte.
                        dibuja.
                                                                 Que se puede estar muerto en vida.
   Que buscar un equilibrio no implica ser tibio.
                                                               Que se siente con el cuerpo y la mente.
    Que negar palabras implica abrir distancias.
                                                                    Que con los oídos se escucha.
         Que encontrarse es muy hermoso.
                                                                Que cuesta ser sensible y no herirse.
 Que el sexo forma parte de lo hermoso de la vida.
                                                                   Que herirse no es desangrarse.
             Que la vida parte del sexo.
                                                             Que para no ser heridos levantamos muros.
    Que el porqué de los niños tiene un por qué.
                                                             Que quien siembra muros no recoge nada.
 Que querer saber de alguien no sólo es curiosidad.
                                                              Que casi todos somos albañiles de muros.
Que querer saber todo de todos es curiosidad malsana.
                                                             Que sería mucho mejor construir puentes.
         Que nunca está de más agradecer.
                                                          Que sobre ellos se va a la otra orilla y también se
Que la autodeterminación no es hacer las cosas solo.
                                                                                 vuelve.

                                                                                                    Siguiente     
Corazón coraza                      Estados de ánimo
          Porque te tengo y no
             porque te pienso                     A veces me siento
  porque la noche está de ojos abiertos     como un águila en el aire
   porque la noche pasa y digo amor            Unas veces me siento
porque has venido a recoger tu imagen             como pobre colina
  y eres mejor que todas tus imágenes         y otras como montaña
 porque eres linda desde el pie hasta el       de cumbres repetidas.
                   alma                        Unas veces me siento
 porque eres buena desde el alma a mí           como un acantilado
 porque te escondes dulce en el orgullo      y en otras como un cielo
             pequeña y dulce                       azul pero lejano.
             corazón coraza                         A veces uno es
             porque eres mía                  manantial entre rocas
           porque no eres mía                 y otras veces un árbol
        porque te miro y muero                 con las últimas hojas.
            y peor que muero               Pero hoy me siento apenas
           si no te miro amor                  como laguna insomne
               si no te miro                    con un embarcadero
porque tú siempre existes dondequiera          ya sin embarcaciones
   pero existes mejor donde te quiero             una laguna verde
        porque tu boca es sangre                 inmóvil y paciente
               y tienes frío                  conforme con sus algas
        tengo que amarte amor                 sus musgos y sus peces,
            tengo que amarte                 sereno en mi confianza
   aunque esta herida duela como dos       confiando en que una tarde
  aunque te busque y no te encuentre          te acerques y te mires,
                 y aunque                      te mires al mirarme.
      la noche pase y yo te tenga
                   y no..


                                                                    Siguiente   
Hagamos un trato                                 Pasatiempo
    Cuando sientas tu herida sangrar
              cuando sientas tu voz sollozar            Cuando éramos niños
               cuenta conmigo.                    los viejos tenían como treinta
            Compañera,usted sabe                      un charco era un océano
        que puede contar conmigo,                       la muerte lisa y llana
         no hasta dos ni hasta diez
                                                              no existía.
             sino contar conmigo.
                Si algunas veces                     Luego cuando muchachos
      advierte que la miro a los ojos,          los viejos eran gente de cuarenta
y una veta de amor reconoce en los míos,               un estanque un océano
              no alerte sus fusiles                      la muerte solamente
             ni piense que deliro;                           una palabra.
              a pesar de la veta,
                                                      Ya cuando nos casamos
           o tal vez porque existe,
       usted puede contar conmigo.             los ancianos estaban en cincuenta
        Si otras veces me encuentra                    un lago era un océano
   huraño sin motivo, no piense que es                la muerte era la muerte
   flojera igual puede contar conmigo.                        de los otros.
   Pero hagamos un trato: yo quisiera                      Ahora veteranos
       contar con usted, es tan lindo
                                                 ya le dimos alcance a la verdad
            saber que usted existe,
  uno se siente vivo; y cuando digo esto           el océano es por fin el océano
quiero decir contar aunque sea hasta dos,         pero la muerte empieza a ser
           aunque sea hasta cinco.                            la nuestra.
           No ya para que acuda
          presurosa en mi auxilio,
     sino para saber a ciencia cierta
         que usted sabe que puede
                contar conmigo.


                                                                           Siguiente   
Rostro de vos                                    Si Dios fuera una mujer
            Tengo una soledad tan concurrida                                 ¿Y si Dios fuera mujer?
        tan llena de nostalgias y de rostros de vos                        pregunta Juan sin inmutarse,
      de adioses hace tiempo y besos bienvenidos                         vaya, vaya si Dios fuera mujer
       de primeras de cambio y de último vagón.                         es posible que agnósticos y ateos
            Tengo una soledad tan concurrida                              no dijéramos no con la cabeza
       que puedo organizarla como una procesión                          y dijéramos sí con las entrañas.
  por colores tamaños y promesas por época por tacto             Tal vez nos acercáramos a su divina desnudez
    y por sabor. Sin temblor de más me abrazo a tus                     para besar sus pies no de bronce,
ausencias que asisten y me asisten con mi rostro de vos.                       su pubis no de piedra,
       Estoy lleno de sombras de noches y deseos           sus pechos no de mármol, sus labios no de yeso. Si Dios
              de risas y de alguna maldición.                              fuera mujer la abrazaríamos
   Mis huéspedes concurren concurren como sueños                        para arrancarla de su lontananza
       con sus rencores nuevos su falta de candor                               y no habría que jurar
          yo les pongo una escoba tras la puerta                         hasta que la muerte nos separe
     porque quiero estar solo con mi rostro de vos.                  ya que sería inmortal por antonomasia
          Pero el rostro de vos mira a otra parte                   y en vez de transmitirnos SIDA o pánico
  con sus ojos de amor que ya no aman como víveres                      nos contagiaría su inmortalidad.
                   que buscan su hambre                                Si Dios fuera mujer no se instalaría
                        miran y miran                                    lejana en el reino de los cielos,
                    y apagan mi jornada.                    sino que nos aguardaría en el zaguán del infierno, con
                     Las paredes se van                                       sus brazos no cerrados,
                       queda la noche                      su rosa no de plástico y su amor no de ángeles. Ay Dios
                    las nostalgias se van                                          mío, Dios mío
                       no queda nada.                       si hasta siempre y desde siempre fueras una mujer qué
                     Ya mi rostro de vos                                       lindo escándalo sería,
                        cierra los ojos                        qué venturosa, espléndida, imposible, prodigiosa
                      y es una soledad                                               blasfemia.
                        tan desolada.


                                                                                                       Siguiente     
Alguien                                                     Allende
                                                                          Para matar al hombre de la paz
                  Alguien limpia la celda                           para golpear su frente limpia de pesadillas
                        de la tortura                                  tuvieron que convertirse en pesadilla
                  que no quede la sangre                                  para vencer al hombre de la paz
                       ni la amargura                                 tuvieron que congregar todos los odios
                alguien pone en los muros                        y además los aviones y los tanques para batir al
                     el nombre de ella                       hombre de la paz tuvieron que bombardearlo hacerlo
                  ya no cabe en la noche                       llama porque el hombre de la paz era una fortaleza
                      ninguna estrella                      para matar al hombre de la paz tuvieron que desatar la
                  alguien limpia su rabia                   guerra turbia para vencer al hombre de la paz y acallar
                      con un consejo                         su voz modesta y taladrante tuvieron que empujar el
                     y la deja brillante                          terror hasta el abismo y matar más para seguir
                      como un espejo                         matando para batir al hombre de la paz tuvieron que
               alguien piensa hasta cuando                    asesinarlo muchas vecesporque el hombre de la paz
                      alguien camina                             era una fortalezapara matar al hombre de la paz
                   suenan lejos las risas                    tuvieron que imaginar que era una tropa una armada
  una bocinay un gallo que propone su canto en hora         una hueste una brigada tuvieron que creer que era otro
mientras sube la angustia la voladora alguien piensa en          ejército pero el hombre de la paz era tan sólo un
afuera que allá no hay plazo piensa en niños de vida y       pueblo y tenía en sus manos un fusil y un mandato y
 en un abrazo alguien quiso ser justo no tuvo suerte es           eran necesarios más tanques más rencores más
difícil la lucha contra la muerte alguien limpia la celda    bombas más aviones más oprobios porque el hombre
    de la tortura lava la sangre pero no la amargura.        del paz era una fortaleza para matar al hombre de la
                                                                  paz para golpear su frente limpia de pesadillas
                                                              tuvieron que convertirse en pesadilla para vencer al
                                                            hombre de la paz tuvieron que afiliarse para siempre a
                                                              la muerte matar y matar más para seguir matando y
                                                                  condenarse a la blindada soledad para matar al
                                                             hombre que era un pueblo tuvieron que quedarse sin
                                                                                      el pueblo.


                                                                                                       Siguiente      
Amor de tarde                                          Ausencia de Dios
                                                               Digamos que te alejas definitivamente
      Es una lástima que no estés conmigo                      hacia el pozo de olvido que prefieres,
      cuando miro el reloj y son las cuatro                       pero la mejor parte de tu espacio,
    y acabo la planilla y pienso diez minutos               en realidad la única constante de tu espacio,
    y estiro las piernas como todas las tardes                 quedará para siempre en mí, doliente,
y hago así con los hombros para aflojar la espalda                persuadida, frustrada, silenciosa,
    y me doblo los dedos y les saco mentiras.              quedará en mí tu corazón inerte y sustancial,
                                                                  tu corazón de una promesa única
       Es una lástima que no estés conmigo                        en mí que estoy enteramente solo
        cuando miro el reloj y son las cinco                              sobreviviéndote.
      y soy una manija que calcula intereses                  Después de ese dolor redondo y eficaz,
   o dos manos que saltan sobre cuarenta teclas             pacientemente agrio, de invencible ternura,
  o un oído que escucha como ladra el teléfono            ya no importa que use tu insoportable ausencia
 o un tipo que hace números y les saca verdades.                ni que me atreva a preguntar si cabes
                                                     como siempre en una palabra. Lo cierto es que ahora ya
      Es una lástima que no estés conmigo             no estás en mi noche desgarradoramente idéntica a las
       cuando miro el reloj y son las seis.          otras que repetí buscándote, rodeándote. Hay solamente
          Podrías acercarte de sorpresa                un eco irremediable de mi voz como niño, esa que no
      y decirme "¿Qué tal?" y quedaríamos             sabía. Ahora que miedo inútil, qué vergüenza no tener
       yo con la mancha roja de tus labios           oración para morder, no tener fe para clavar las uñas, no
      tú con el tizne azul de mi carbónico.           tener nada más que la noche, saber que Dios se muere,
                                                      se resbala, que Dios retrocede con los brazos cerrados,
                                                          con los labios cerrados, con la niebla, como un
                                                      campanario atrozmente en ruinas que desandara siglos
                                                        de ceniza. Es tarde. Sin embargo yo daría todos los
                                                        juramentos y las lluvias, las paredes con insultos y
                                                     mimos, las ventanas de invierno, el mar a veces, por no
                                                     tener tu corazón en mí, tu corazón inevitable y doloroso
                                                        en mí que estoy enteramente solo sobreviviéndote..


                                                                                                   Siguiente     
Síndrome                          Táctica y estrategia
                                                      Mi táctica es
    Todavía tengo casi todos mis                         mirarte
                                                   aprender como sos
               dientes                             quererte como sos.
casi todos mis cabellos y poquísimas                  Mi táctica es
                canas                                   hablarte
  puedo hacer y deshacer el amor                      y escucharte
 trepar una escalera de dos en dos              construir con palabras
y correr cuarenta metros detrás del            un puente indestructible.
                                                      Mi táctica es
              ómnibus                          quedarme en tu recuerdo
o sea que no debería sentirme viejo                 no sé cómo ni sé
pero el grave problema es que antes                 con qué pretexto
   no me fijaba en estos detalles.               pero quedarme en vos.
                                                      Mi táctica es
                                                       ser franco
                                                 y saber que sos franca
                                                y que no nos vendamos
                                                       simulacros
                                                 para que entre los dos
                                                     no haya telón
                                                       ni abismos.
                                                    Mi estrategia es
                                                       en cambio
                                                  más profunda y más
                                                         simple.
                                                    Mi estrategia es
                                       que un día cualquiera no sé cómo ni sé con
                                           qué pretexto por fin me necesites.


                                                                         Siguiente   
Te quiero                                Una mujer desnuda
          Tus manos son mi caricia,
             mis acordes cotidianos;                 Una mujer desnuda y en lo oscuro
         te quiero porque tus manos                 tiene una claridad que nos alumbra
            trabajan por la justicia.            de modo que si ocurre un desconsuelo un
           Si te quiero es porque sos                  apagón o una noche sin luna es
        mi amor, mi cómplice, y todo.           conveniente y hasta imprescindible tener
           Y en la calle codo a codo             a mano una mujer desnuda. Una mujer
          somos mucho más que dos.                    desnuda y en lo oscuro genera un
            Tus ojos son mi conjuro                resplandor que da confianza entonces
            contra la mala jornada;                dominguea el almanaquevibran en su
            te quiero por tu mirada               rincón las telarañas y los ojos felices y
         que mira y siembra futuro.            felinos miran y de mirar nunca se cansan.
         Tu boca que es tuya y mía,              Una mujer desnuda y en lo oscuro es una
            Tu boca no se equivoca;             vocación para las manos para los labios es
           te quiero por que tu boca                casi un destino y para el corazón un
              sabe gritar rebeldía.                 despilfarro una mujer desnuda es un
   Si te quiero es porque sos mi amor mi       enigma y siempre es una fiesta descifrarlo.
cómplice y todo. Y en la calle codo a codo      Una mujer desnuda y en lo oscuro genera
somos mucho más que dos. Y por tu rostro       una luz propia y nos enciende el cielo raso
sincero. Y tu paso vagabundo. Y tu llanto       se convierte en cielo y es una gloria no ser
por el mundo. Porque sos pueblo te quiero.     inocente una mujer querida o vislumbrada
 Y porque amor no es aurora, ni cándida              desbarata por una vez la muerte.
moraleja, y porque somos pareja que sabe
que no está sola. Te quiero en mi paraíso;
es decir, que en mi país la gente vive feliz
 aunque no tenga permiso. Si te quiero es
 por que sos mi amor, mi cómplice y todo.
  Y en la calle codo a codo somos mucho
                  más que dos.


                                                                                   Siguiente   
Ustedes y nosotros                                     Viceversa
 Ustedes cuando aman exigen bienestar una cama de
cedro y un colchón especial, nosotros cuando amamos        Tengo miedo de verte
es fácil de arreglar con sábanas qué bueno sin sábanas
                                                            necesidad de verte
    da igual. Ustedes cuando aman calculan interés
    y cuando se desaman calculan otra vez, nosotros         esperanza de verte
cuando amamos es como renacer y si nos desamamos            desazones de verte.
no la pasamos bien. Ustedes cuando aman son de otra      Tengo ganas de hallarte
  magnitud hay fotos chismes prensa y el amor es un      preocupación de hallarte
  boom, nosotros cuando amamos es un amor común          certidumbre de hallarte
  tan simple y tan sabroso como tener salud. Ustedes
                                                         pobres dudas de hallarte.
 cuando aman consultan el reloj porque el tiempo que
 pierden vale medio millón, nosotros cuando amamos        Tengo urgencia de oírte
  sin prisa y con fervor gozamos y nos sale barata la         alegría de oírte
             función. Ustedes cuando aman                  buena suerte de oírte
                      al analista van                       y temores de oírte.
                  él es quien dictamina                             o sea,
                 si lo hacen bien o mal,
                                                                resumiendo
                nosotros cuando amamos
                    sin tanta cortedad                          estoy jodido
                 el subconsciente piola                          y radiante
                   se pone a disfrutar.                    quizá más lo primero
                  Ustedes cuando aman                         que lo segundo
                     exigen bienestar                            y también
                   una cama de cedro
                                                                 viceversa.
                 y un colchón especial,
                nosotros cuando amamos
                    es fácil de arreglar
                 con sábanas qué bueno
                  sin sábanas da igual.


                                                                                Siguiente   
Ayer                                    Bienvenida
                                                Se me ocurre que vas a llegar distinta
 Ayer pasó el pasado lentamente                        no exactamente más linda
    con su vacilación definitiva                               ni más fuerte
                                                               ni más docil
  sabiéndote infeliz y a la deriva                             ni más cauta
con tus dudas selladas en la frente                tan solo que vas a llegar distinta
                                                como si esta temporada de no verme
ayer pasó el pasado por el puente               te hubiera sorprendido a vos también
  y se llevó tu libertad cautiva                           quizá porque sabes
 cambiando su silencio en carne                      cómo te pienso y te enumero
                                                  después de todo la nostalgia existe
               viva                       aunque no lloremos en los andenes fantasmales
por tus leves alarmas de inocente                  ni sobre las almohadas de candor
                                                         ni bajo el cielo opaco
ayer pasó el pasado con su historia                            yo nostalgio
y su deshilachada incertidumbre/                               tu nostalgias
   con su huella de espanto y de                 y cómo me revienta que él nostalgie
                                                       tu rostro es la vanguardia
             reproche                                     tal vez llega primero
                                                     porque lo pinto en las paredes
     fue haciendo del dolor una                     con trazos invisibles y seguros
             costumbre                                  no olvides que tu rostro
sembrando de fracasos tu memoria                         me mira como pueblo
  y dejándote a solas con la noche.                      sonríe y rabia y canta
                                                               como pueblo
                                      y eso te da una lumbre inapagable ahora no tengo dudas
                                         vas a llegar distinta y con señales con nuevas con
                                          hondura con franqueza sé que voy a quererte sin
                                          preguntas sé que vas a quererme sin respuestas.


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Gabriela Mistral                  Lucila Godoy, llamada Gabriela Mistral (conocida
                                      mejor como Gabriela Mistral), escritora chilena.
Vicuña (Chile)1889- Nueva York 1957   Hija de un maestro rural, que abandonó el hogar a
                                      los tres años del nacimiento de Gabriela, la
                                      muchacha tuvo una niñez difícil en uno de los
                                      parajes más desolados de Chile. A los 15 años
                                      publicó sus primeros versos en la prensa local, y
                                      empezó a estudiar para maestra. En 1906 se
                                      enamoró de un modesto empleado de
                                      ferrocarriles, Romelio Ureta, que, por causas
                                      desconocidas, se suicidó al poco tiempo; de la
                                      enorme impresión que le causó aquella pérdida
                                      surgieron sus primeros versos importantes. En
                                      1910 obtuvo el título de maestra en Santiago, y
                                      cuatro años después se produjo su consagración
                                      poética en los juegos florales de la capital de
                                      Chile; los versos ganadores- Los sonetos de la
                                      muerte- pertenecen a su libro Desolación (1922),
                                      que publicaría el instituto de las Españas de
                                      Nueva York. En 1925 dejó la enseñanza, y, tras
                                      actuar como representante de Chile en el Instituto
                                      de cooperación intelectual de la S.D.N., fue
                                      cónsul en Nápoles y en Lisboa. Vuelta a su patria
                                      colaboró decisivamente en la campaña electoral
                                      del Frente popular (1938), que llevó a la
                                      presidencia de la república a su amigo de juventud
                                      P. Aguirre Cerda. En 1945 recibió el premio
                                      Nobel de literatura; viajó por todo el mundo, y en
                                      1951 recogió en su país el premio nacional.



                                                                                Siguiente   
Adios                                                  Agua
                                                                      Hay países que yo recuerdo
                     En costa lejana
                                                                    como recuerdo mis infancias.
                   y en mar de Pasión,
                                                                        Son países de mar o río,
                     dijimos adioses
                                                                    de pastales, de vegas y aguas.
                     sin decir adiós.
                                                                      Aldea mía sobre el Ródano,
                     Y no fue verdad
                                                                      rendida en río y en cigarras;
                      la alucinación.
                                                                   Antilla en palmas verdi-negras
                      Ni tú la creíste
                                                                  que a medio mar está y me llama;
                       ni la creo yo,
                                                                       ¡roca lígure de Portofino,
               «y es cierto y no es cierto»
                                                                       mar italiana, mar italiana!
                  como en la canción.
                                                                      Me han traído a país sin río,
                 Que yendo hacia el Sur
                                                                     tierras-Agar, tierras sin agua;
                     diciendo iba yo:
                                                                      Saras blancas y Saras rojas,
                  «Vamos hacia el mar
                                                                       donde pecaron otras razas,
                   que devora al Sol».
                                                                        de pecado rojo de atridas
                 Y yendo hacia el Norte
                                                                     que cuentan gredas tajeadas;
                       decía tu voz:
                                                                    que no nacieron como un niño
                  «Vamos a ver juntos
                                                                      con unas carnazones grasas,
                 donde se hace el Sol».
                                                                     cuando las oigo, sin un silbo,
                   Ni por juego digas
                                                                    cuando las cruzo, sin mirada.
  o exageración que nos separaron tierra y mar, que
                                                            Quiero volver a tierras niñas; llévenme a un
 son ella, sueño y el alucinación. No te digas solo ni
                                                                          blando país de aguas.
pida tu voz albergue para uno al albergador. Echarás
                                                         En grandes pastos envejezca y haga al río fábula y
   la sombra que siempre se echó, morderás la duna
                                                           fábula. Tenga una fuente por mi madre y en la
  con paso de dos... Para que ninguno, ni hombre ni
                                                           siesta salga a buscarla, y en jarras baje de una
dios, nos llame partidos como luna y sol; para que ni
                                                          peña un agua dulce, aguda y áspera. Me venza y
     roca ni viento errador, ni río con vado ni árbol
                                                             pare los alientos el agua acérrima y helada.
  sombreador, aprendan y digan mentira o error del
                                                         ¡Rompa mi vaso y al beberla me vuelva niñas las
           Sur y del Norte, del uno y del dos!
                                                                                entrañas!


                                                                                                   Siguiente   
Amor                                          Ausencia
                                                            Se va de ti mi cuerpo gota a gota.
   Anda libre en el surco, bate el ala en el viento,         Se va mi cara en un óleo sordo;
        late vivo en el sol y se prende al pinar.          se van mis manos en azogue suelto;
   No te vale olvidarlo como al mal pensamiento:        se van mis pies en dos tiempos de polvo.
               ¡le tendrás que escuchar!
   Habla lengua de bronce y habla lengua de ave,             ¡Se te va todo, se nos va todo!
          ruegos tímidos, imperativos de mar.
    No te vale ponerle gesto audaz, ceño grave:           Se va mi voz, que te hacía campana
               ¡lo tendrás que hospedar!                  cerrada a cuanto no somos nosotros.
   Gasta trazas de dueño; no le ablandan excusas.         Se van mis gestos que se devanaban,
    Rasga vasos de flor, hiende el hondo glaciar.            en lanzaderas, debajo tus ojos.
      No te vale decirle que albergarlo rehúsas:            Y se te va la mirada que entrega,
               ¡lo tendrás que hospedar!                  cuando te mira, el enebro y el olmo.
       Tiene argucias sutiles en la réplica fina,
     argumentos de sabio, pero en voz de mujer.          Me voy de ti con tus mismos alientos:
  Ciencia humana te salva, menos ciencia divina:         como humedad de tu cuerpo evaporo.
 ¡le tendrás que creer! Te echa venda de lino; tú la     Me voy de ti con vigilia y con sueño,
venda toleras. Te ofrece el brazo cálido, no le sabes    y en tu recuerdo más fiel ya me borro.
 huir. Echa a andar, tú le sigues hechizada aunque      Y en tu memoria me vuelvo como esos
             vieras que eso para en morir!              que no nacieron ni en llanos ni en sotos.

                                                         Sangre sería y me fuese en las palmas
                                                           de tu labor, y en tu boca de mosto.
                                                           Tu entraña fuese, y sería quemada
                                                         en marchas tuyas que nunca más oigo,
                                                        ¡y en tu pasión que retumba en la noche
                                                            como demencia de mares solos!
                                                            ¡Se nos va todo, se nos va todo!



                                                                                               Siguiente   
Besos
                                                 Desde entonces en los besos palpita
 Hay besos que pronuncian por sí solos
                                                    el amor, la traición y los dolores,
    la sentencia de amor condenatoria,
                                                    en las bodas humanas se parecen
   hay besos que se dan con la mirada
                                                   a la brisa que juega con las flores.
  hay besos que se dan con la memoria.
                                                  Hay besos que producen desvaríos
   Hay besos silenciosos, besos nobles
                                                  de amorosa pasión ardiente y loca,
      hay besos enigmáticos, sinceros
                                                  tú los conoces bien son besos míos
   hay besos que se dan sólo las almas
                                                    inventados por mí, para tu boca.
  hay besos por prohibidos, verdaderos.
                                                Besos de llama que en rastro impreso
  Hay besos que calcinan y que hieren,
                                                llevan los surcos de un amor vedado,
  hay besos que arrebatan los sentidos,
                                                  besos de tempestad, salvajes besos
  hay besos misteriosos que han dejado
                                                que solo nuestros labios han probado.
       mil sueños errantes y perdidos.
                                              ¿Te acuerdas del primero...? Indefinible;
 Hay besos problemáticos que encierran
                                                  cubrió tu faz de cárdenos sonrojos
    una clave que nadie ha descifrado,
                                               y en los espasmos de emoción terrible,
   hay besos que engendran la tragedia
                                                    llenaron sé de lágrimas tus ojos.
 cuantas rosas en broche han deshojado.
                                             ¿Te acuerdas que una tarde en loco exceso
   Hay besos perfumados, besos tibios
                                                   te vi celoso imaginando agravios,
      que palpitan en íntimos anhelos,
                                             te suspendí en mis brazos... vibró un beso,
hay besos que en los labios dejan huellas
                                            y qué viste después...? Sangre en mis labios.
 como un campo de sol entre dos hielos.
                                                 Yo te enseñe a besar: los besos fríos
     Hay besos que parecen azucenas
                                                   son de impasible corazón de roca,
   por sublimes, ingenuos y por puros,
                                                 yo te enseñé a besar con besos míos
    hay besos traicioneros y cobardes,
                                                    inventados por mí, para tu boca.
     hay besos maldecidos y perjuros.
     Judas besa a Jesús y deja impresa
      en su rostro de Dios, la felonía,
  mientras la Magdalena con sus besos
        fortifica piadosa su agonía.



                                                                                    Siguiente   
Canción amarga
                                   El cordero está espesando
                                    el vellón que he de tejer.
  ¡Ay! ¡Juguemos, hijo mío,        Y son tuyas las majadas,
    a la reina con el rey!        ¿De quién más podrían ser?

 Este verde campo es tuyo.           Y la leche del establo
 ¿De quién más podría ser?        que en la ubre ha de correr,
  Las oleadas de la alfalfa        y el manojo de las mieses
  para ti se han de mecer.        ¿de quién más podrían ser?

   Este valle es todo tuyo.       (¡Ay! ¡No es cierto que tiritas
 ¿De quién más podría ser?            como el Niño de Belén
  Para que los disfrutemos          y que el seno de tu madre
 los pomares se hacen miel.            se secó de padecer!)

(¡Ay! ¡No es cierto que tiritas     ¡Sí! ¡Juguemos, hijo mío,
    como el Niño de Belén             a la reina con el rey!
  y que el seno de tu madre
     se secó de padecer!)




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Pablo Neruda              Neftalí Ricardo Reyes Basoalto, nombre auténtico
                           de Pablo Neruda
Parral (Chile) 1904-1973   —seudónimo que utilizó por primera vez en 1920 y
                           adoptó desde 1946—, nació el 12 de julio de 1904
                           en Parral, Chile, pero se crió en
                           la localidad de Temuco, entre «la poesía y la lluvia»,
                           como diría en sus memorias. Sus padres fueron Rosa
                           Basoalto, que murió de tuberculosis cuando tenía un
                           mes de nacido, y José del Carmen Reyes, quien
                           abandonó el campo para trabajar como obrero en los
                           diques del puerto de Talcahuano, hasta alcanzar el
                           cargo de ferroviario en Temuco. Neruda aprendió a
                           amar la naturaleza en sus años de infancia, durante
                           sus recorridos en tren hacia la exuberante vegetación
                           de Boroa. La región había sido en el pasado
                           escenario de enfrentamientos entre los
                           conquistadores españoles y los araucanos, que con el
                           tiempo fueron despojados de su territorio y
                           posteriormente aniquilados por los colonos
                           protagonistas de la «pacificación de la Araucanía».
                           Esas frías y húmedas tierras australes, bordeadas por
                           el más puro océano Pacífico, emergen en una
                           poética de la desesperanza, de la soledad del ser
                           humano y del amor, como en Veinte poemas de amor
                           y una canción desesperada, libro que llevó a su
                           autor a los circuitos internacionales y le dio una
                           fama similar a la de Rubén Darío, hasta hacerlo
                           merecedor del Premio Nobel en 1971




                                                                     Siguiente      
Poema 1                                   Poema 2
   Cuerpo de mujer, blancas colinas,
            muslos blancos,                    En su llama mortal la luz te
 te pareces al mundo en tu actitud de                     envuelve.
                entrega.                   Absorta, pálida doliente, así situada
    Mi cuerpo de labriego salvaje te            contra las viejas hélices del
                 socava                                  crepúsculo
  y hace saltar el hijo del fondo de la        que en torno a ti da vueltas.
                 tierra.                              Muda, mi amiga,
 Fui solo como un túnel. De mí huían        sola en lo solitario de esta hora de
               los pájaros                                 muertes
y en mí la noche entraba su invasión           y llena de las vidas del fuego,
                poderosa.                    pura heredera del día destruido.
  Para sobrevivirme te forjé como un        Del sol cae un racimo en tu vestido
                  arma,                                     oscuro.
   como una flecha en mi arco, como           De la noche las grandes raíces
       una piedra en mi honda.                crecen de súbito desde tu alma,
Pero cae la hora de la venganza, y te     y a lo exterior regresan las cosas en ti
                   amo.                                    ocultas,
   Cuerpo de piel, de musgo, de leche      de modo que un pueblo pálido y azul
            ávida y firme.                    de ti recién nacido se alimenta.
Ah los vasos del pecho! Ah los ojos de    Oh grandiosa y fecunda y magnética
                ausencia!                                   esclava
   Ah las rosas del pubis! Ah tu voz        del círculo que en negro y dorado
             lenta y triste!                                sucede:
Cuerpo de mujer mía, persistiré en tu      erguida, trata y logra una creación
gracia. Mi sed, mi ansia sin límite, mi                   tan viva
    camino indeciso! Oscuros cauces       que sucumben sus flores, y llena es de
donde la sed eterna sigue, y la fatiga                     tristeza.
       sigue, y el dolor infinito.


                                                                         Siguiente   
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  • 2. Ahora enciende la chimenea, haciendo clic en el botón CONTIENE MUSICA DE FONDO
  • 3. para leer los poemas elije la estantería del autor y haz clic Salir García Lorca Gabriela Mistral Rosalía de Castro Pablo Neruda Jorge Luis Borges José Martí Antonio Machado Gustavo Adolfo Bécquer Mario Benedetti Miguel de Unamuno Martes, 30 de Agosto de 2011
  • 4. Federico García Lorca 1898 el 5 de junio nace Federico García Lorca Granada 1898-1936 en Fuente Vaqueros, provincia de Granada, hijo de Federico García Rodríguez y Vicenta Lorca Romero. Será el mayor de cuatro hermanos: Francisco, Concha e Isabel. 1908 Pasa unos meses en Almería, donde comienza sus estudios de bachillerato. Primeros estudios de música. 1909 se traslada con su familia a vivir a Granada. 1915-1917 Estudios de Filosofía y Letras y de Derecho en la Universidad de Granada. Amistad con el núcleo intelectual granadino (Melchor Fernández Almagro, Miguel Pizarro, Manuel Ángeles Ortiz, Ismael G. de la Serna, Angel Barrios,...). Viajes de estudios, dirigidos por el Catedrático Martín Domínguez Barrueta, por Andalucía, Castillla y Galicia. Inicia su amistad con el compositor Manuel de Falla, quien fija su residencia en Granada.1918 Publica en Granada su primer libro Impresiones y Paisajes y escribe algunos poemas que aparecerán más tarde en su primer libro de versos, Libro de Poemas. Siguiente 
  • 5. Romance de la Luna La luna vino a la fragua con El jinete se acercaba tocando su polizón de nardos. el tambor del llano. El niño la mira, mira. El Dentro de la fragua el niño niño la está mirando. En el tiene los ojos cerrados. aire conmovido mueve la Por el olivar venían, bronce y luna sus brazos y enseña, sueño, los gitanos. úbrica y pura, sus senos de Las cabezas levantadas y los duro estaño. ojos entornados. Huye luna, luna, luna. Si ¡Cómo canta la zumaya, vinieran los gitanos, harían ay, cómo canta en el árbol! con tu corazón collares y Por el cielo va la luna con un anillos blancos. niño de la mano. Niño, déjame que baile. Dentro de la fragua lloran, Cuando vengan los gitanos, dando gritos, los gitanos. te encontrarán sobre el El aire la vela, vela. yunque El aire la está velando. con los ojillos cerrados. Huye, luna, luna, luna, que ya siento los caballos. Niño, déjame, no pises mi blancor almidonado Siguiente 
  • 6. Preciosa y el aire Frunce su rumor el mar. Los olivos palidecen. Cantan las flautas de Su luna de pergamino Preciosa umbría y el liso gong de la nieve. tocando viene por un anfibio ¡Preciosa, corre, Preciosa, que te sendero de cristales y laureles. coge el viento verde! El silencio sin estrellas, huyendo ¡Preciosa, corre, Preciosa! del sonsonete, cae donde el mar ¡Míralo por donde viene! bate y canta su noche llena de Sátiro de estrellas bajas con sus peces. lenguas relucientes. En los picos de la sierra Preciosa, llena de miedo, entra en os carabineros duermen la casa que tiene, más arriba de los guardando las blancas torres pinos, el cónsul de los ingleses. donde viven los ingleses. Asustados por los gritos tres y los gitanos del agua levantan carabineros vienen, sus negras por distraerse, glorietas de capas ceñidas y los gorros en las caracolas yramas de pino verde. sienes. Niña, deja que levante tu vestido El inglés da a la gitana un vaso de para verte. tibia leche, y una copa de ginebra Abre en mis dedos antiguos la que Preciosa no se bebe. Y mientras rosa azul de tu vientre. cuenta, llorando, su aventura a Preciosa tira el pandero y corre aquella gente, en las tejas de sin detenerse. pizarra el viento, furioso, muerde. El viento-hombrón la persigue con una espada caliente. Siguiente 
  • 7. Reyerta El juez, con guardia civil, por los olivares viene. En la mitad del barranco Sangre resbalada gime las navajas de Albacete muda canción de serpiente. bellas de sangre contraria, Señores guardias civiles: aquí relucen como los peces. pasó lo de siempre. Una dura luz de naipe Han muerto cuatro romanos recorta en el agrio verde y cinco cartagineses. caballos enfurecidos y perfiles de jinetes. La tarde loca de higueras En la copa de un olivo y de rumores calientes lloran dos viejas mujeres. cae desmayada en los muslos El toro de la reyerta heridos de los jinetes. se sube por las paredes. Y ángeles negros volaban Ángeles negros traían por el aire del poniente. pañuelos y agua de nieve. Ángeles de largas trenzas Ángeles con grandes alas y corazones de aceite. de navajas de Albacete. Juan Antonio el de Montilla rueda muerto la pendiente, su cuerpo lleno de lirios y una granada en las sienes. Ahora monta cruz de fuego, carretera de la muerte. Siguiente 
  • 8. Romance Sonámbulo Tu sangre rezuma y huele alrededor de Verde que te quiero verde. Verde tu faja. Pero yo ya no soy yo, ni mi casa viento. Verdes ramas. El barco sobre la es ya mi casa. Dejadme subir al menos mar y el caballo en la montaña. Con la hasta las altas barandas, ¡dejadme subir!, sombra en la cintura ella sueña en su dejadme hasta las verdes barandas. baranda, verde carne, pelo verde, con Barandales de la luna por donde retumba ojos de fría plata. Verde que te quiero el agua. verde. Bajo la luna gitana, las cosas la Ya suben los dos compadres hacia las están mirando y ella no puede mirarlas. altas barandas. Dejando un rastro de Verde que te quiero verde. Grandes sangre. Dejando un rastro de lágrimas. estrellas de escarcha, vienen con el pez Temblaban en los tejados farolillos de de sombra que abre el camino del alba. hojalata. Mil panderos de cristal, herían La higuera frota su viento con la lija de la madrugada. sus ramas, y el monte, gato garduño, Verde que te quiero verde, verde viento, eriza sus pitas agrias. ¿Pero quién verdes ramas. Los dos compadres vendrá? ¿Y por dónde...? Ella sigue en subieron. El largo viento, dejaba en la su baranda, verde carne, pelo verde, boca un raro gusto de hiel, de menta y de soñando en la mar amarga. Compadre, albahaca. ¡Compadre! ¿Dónde está, dime? quiero cambiar mi caballo por su casa, ¿Dónde está tu niña amarga? ¡Cuántas mi montura por su espejo, mi cuchillo veces te esperó! ¡Cuántas veces te por su manta. Compadre, vengo esperara cara fresca, negro pelo, en esta sangrando, desde los puertos de Cabra. verde baranda! Sobre el rostro del aljibe Si yo pudiera, mocito, ese trato se se mecía la gitana. Verde cama, pelo cerraba. Pero yo ya no soy yo, ni mi verde, con ojos de fría plata. Un casa es ya mi casa. Compadre, quiero carámbano de luna la sostiene sobre el morir decentemente en mi cama. De agua. La noche se puso íntima como una acero, si puede ser, con las sábanas de pequeña plaza. Guardias civiles holanda. borrachos en la puerta golpeaban. Verde ¿No ves la herida que tengo desde el que te quiero verde. Verde viento. Verdes pecho a la garganta? Trescientas rosas ramas. El barco sobre la mar. Y el caballo morenas lleva tu pechera blanca. en la montana. Siguiente 
  • 9. La monja gitana Por los ojos de la monja Silencio de cal y mirto. galopan dos caballistas. Malvas en las hierbas finas. Un rumor último y sordo La monja borda alhelíes le despega la camisa, sobre una tela pajiza. y al mirar nubes y montes Vuelan en la araña gris, en las yertas lejanías, siete pájaros del prisma. se quiebra su corazón La iglesia gruñe a lo lejos de azúcar y yerbaluisa. como un oso panza arriba. ¡Oh!, qué llanura empinada ¡Qué bien borda ! ¡Con qué con veinte soles arriba. gracia! ¡Qué ríos puestos de pie Sobre la tela pajiza, vislumbra su fantasía! ella quisiera bordar Pero sigue con sus flores, flores de su fantasía. mientras que de pie, en la ¡Qué girasol! ¡Qué magnolia brisa, de lentejuelas y cintas! la luz juega el ajedrez ¡Qué azafranes y qué lunas, alto de la celosía. en el mantel de la misa! . Cinco toronjas se endulzan en la cercana cocina. Las cinco llagas de Cristo cortadas en Almería. Siguiente 
  • 10. San Miguel Se ven desde las barandas, San Miguel canta en los vidrios; por el monte, monte, monte, efebo de tres mil noches, fragante mulos y sombras de mulos de agua colonia y lejano de las cargados de girasoles. flores. El mar baila por la playa, Sus ojos en las umbrías un poema de balcones. Las villas de se empañan de inmensa noche. la luna pierden juncos, ganan En los recodos del aire voces. Vienen manolas comiendo cruje la aurora salobre. semillas de girasoles, los culos Un cielo de mulos blancos grandes y ocultos como planetas de cierra sus ojos de azogue cobre. dando a la quieta penumbra Vienen altos caballeros y damas de un final de corazones. triste porte, morenas por la Y el agua se pone fría nostalgia de un ayer de ruiseñores. para que nadie la toque. Y el obispo de Manila, ciego de Agua loca y descubierta azafrán y pobre, dice misa con dos por el monte, monte, monte. filos para mujeres y hombres San Miguel se estaba quieto San Miguel lleno de encajes en la alcoba de su torre, en la alcoba de su torre, con las enaguas cuajadas enseña sus bellos muslos de espejitos y entredoses. ceñidos por los faroles. San Miguel, rey de los globos Arcángel domesticado y de los números nones, en el gesto de las doce, en el primor berberisco finge una cólera dulce de gritos y miradores. de plumas y ruiseñores. Siguiente 
  • 11. Muerto de amor Sólo por los corredores las cuatro ¿Qué es aquello que reluce luces clamaban con el furor de San por los altos corredores? Jorge. Cierra la puerta, hijo mío, Tristes mujeres del valle bajaban su acaban de dar las once. sangre de hombre, tranquila de flor En mis ojos, sin querer, cortada y amarga de muslo joven. relumbran cuatro faroles. Viejas mujeres del río lloraban al Será que la gente aquella pie del monte, un minuto estará fregando el cobre. intransitable de cabelleras y * nombres. Fachadas de cal, ponían Ajo de agónica plata cuadrada y blanca la noche. la luna menguante, pone Serafines y gitanos tocaban cabelleras amarillas acordeones. Madre, cuando yo me a las amarillas torres. muera, que se enteren los señores. La noche llama temblando Pon telegramas azules que vayan al cristal de los balcones, del Sur al Norte. perseguida por los mil Siete gritos, siete sangres, siete perros que no la conocen, adormideras dobles, quebraron y un olor de vino y ámbar opacas lunas en los oscuros salones. viene de los corredores. Lleno de manos cortadas y * coronitas de flores, el mar de los Brisas de caña mojada juramentos resonaba, no sé donde. y rumor de viejas voces, Y el cielo daba portazos al brusco resonaban por el arco rumor del bosque, mientras roto de la media noche. clamaban las luces en los altos Bueyes y rosas dormían. corredores. Siguiente 
  • 12. El Camborio de camino a Antonio Torres Heredia, Sevilla hijo y nieto de Camborios, Antonio Torres Heredia, viene sin vara de mimbre hijo y nieto de Camborios, entre los cinco tricornios. con una vara de mimbre Antonio, ¿quién eres tú? va a Sevilla a ver los toros. Si te llamaras Camborio, Moreno de verde luna hubieras hecho una fuente anda despacio y garboso. de sangre con cinco chorros. Sus empavonados bucles Ni tú eres hijo de nadie, le brillan entre los ojos. ni legítimo Camborio. A la mitad del camino ¡Se acabaron los gitanos cortó limones redondos, que iban por el monte solos! y los fue tirando al agua Están los viejos cuchillos hasta que la puso de oro. tiritando bajo el polvo. Y a la mitad del camino, A las nueve de la noche bajo las ramas de un olmo, lo llevan al calabozo, guardia civil caminera mientras los guardias civiles lo llevó codo con codo. beben limonada todos. El día se va despacio, Y a las nueve de la noche la tarde colgada a un hombro, le cierran el calabozo, dando una larga torera mientras el cielo reluce sobre el mar y los arroyos. como la grupa de un potro. Las aceitunas aguardan la noche de Capricornio, y una corta brisa, ecuestre, salta los montes de plomo. Siguiente 
  • 13. El Camborio Mis cuatro primos Heredias hijos de Benamejí. Voces de muerte sonaron Lo que en otros no envidiaban, ya cerca del Guadalquivir. lo envidiaban en mí. Voces antiguas que cercan Zapatos color corinto, medallones voz de clavel varonil. de marfil, y este cutis amasado Les clavó sobre las botas con aceituna y jazmín. mordiscos de jabalí. ¡Ay Antoñito el Camborio, En la lucha daba saltos digno de una Emperatriz! jabonados de delfín. Acuérdate de la Virgen porque te Bañó con sangre enemiga vas a morir. su corbata carmesí, ¡Ay Federico García, pero eran cuatro puñales llama a la Guardia Civil! Ya mi y tuvo que sucumbir. talle se ha quebrado como caña de Cuando las estrellas clavan maíz. Tres golpes de sangre tuvo rejones al agua gris, y se murió de perfil. cuando los erales sueñan Viva moneda que nunca verónicas de alhelí, se volverá a repetir. voces de muerte sonaron Un ángel marchoso pone cerca del Guadalquivir. su cabeza en un cojín. Antonio Torres Heredia, Otros de rubor cansado, Camborio de dura crin, encendieron un candil. moreno de verde luna, Y cuando los cuatro primos voz de clavel varonil: llegan a Benamejí, ¿Quién te ha quitado la vida voces de muerte cesaron cerca del Guadalquivir? cerca del Guadalquivir. Siguiente 
  • 14. El Piyayo Sin mas sombra que la del abuelo... ¡poca sombra, porque es tan chicuelo; en el ¿Tu conoces al ”Piyayo” altozano tiene un cuchitril ¡a las vigas un viejecillo renegro, reseco y chicuelo; alcanza la mano; y por lumbre y por luz, la mirada de gallo pendenciero y hocico un candil. Vacia sus alforjas Que son sus de raposo tiñoso... que pide limosna por bolsillos, Bostezando los siete chiquillos, Se "tangos“ y maldice cantando agrupan riendo. Y entre carantoñas les "fandangos“ gangosos? va repartiendo Pan y pescao frito, Con la ¡A chufla lo toma la gente y a mi me da parsimonia de un antiguo rito: pena y me causa un respeto imponente! ¡chavales! Ata a su cuerpo una guitarra, Que ¡pan de flor de harina! Mascarlo despasio. chilla como una corneja Y zumba como Mejo pan no se come en palasio. Y este una chicharra Y tiene arrumacos de pescaito, ¡no es na? sacao uno a uno del vieja Pelleja. Yo le he visto cantando, fondo del má! ¡gloria pura él! Las espinas Babeando De rabia y de vino, Bailando se comen tamié, Que to es alimento... Con saltos felinos Tocando a zarpazos,. Asi....despasito. ¡no llores, Manuela! Los acordes de un viejo"tangazo“ Y, a Tu no pués, porque no tiés muelas. ¡es tan sus contorsiones de ardilla, Hace son chiquitita mi niña bonita!.. así, despasito. con la sucia calderilla. Muy remascaito, Migaja a migaja, que ¡ a chufla lo toma la gente y a mi me da dure, Le van dando fin A los cinco reales pena y me causa un respeto imponente! que costo el festín. Luego entre guiñapos Es su extraño arte su cepo y su cruz, durmiendo, Por matar el frío, muy su vida y su luz, su tabaco y su apiñaditos. La Virgen María contempla aguardientillo... y su pan y el de sus al “Piyayo” Riendo Y hay un Angel rubio nietecillos: "churumbeles" con greñas de que besa la frente De cada gitano alambre y panzas de sapos. chiquito. A chufla lo toma la gente!... Que aullan de hambre Tiritando bajo los ¡y a mi me da penay me causa un respeto harapos; Sin madre que lave su roña; imponente! Sin padre que "afane“ Porque pena una muerte en santoña Siguiente 
  • 15. La casada infiel Yo me quité la corbata. Ella se quitó el vestido. Yo el cinturón con Y que yo me la lleve al río revólver Ella sus cuatro corpiños. creyendo que era mozuela, Ni nardos ni caracolas tienen el pero tenía marido. cutis tan fino, ni los cristales con Fue la noche de Santiago luna relumbran con ese brillo. Sus y casi por compromiso. muslos se me escapaban como peces Se apagaron los faroles sorprendidos, la mitad llenos de y se encendieron los grillos. lumbre, la mitad llenos de frío. En las últimas esquinas Aquella noche corrí el mejor de los toqué sus pechos dormidos, caminos, montado en potra de y se me abrieron de pronto nácar sin bridas y sin estribos. No como ramos de jacintos. quiero decir, por hombre, las cosas El almidón de su enagua me que ella me dijo. La luz del sonaba en el oído, entendimiento me hace ser muy como una pieza de seda comedido. Sucia de besos y arena, rasgada por diez cuchillos yo me la lleve del río. Con el aire se Sin luz de plata en sus copas batían las espadas de los lirios. Me los árboles han crecido, porté como quien soy. Como un y un horizonte de perros gitano legítimo. La regalé un ladra muy lejos del río. costurero grande de raso pajizo, y no quise enamorarme porque Pasadas las zarzamoras, teniendo marido me dijo que era los juncos y los espinos, mozuela cuando la llevaba al río. bajo su mata de pelo hice un hoyo sobre el limo.  Volver a la biblioteca
  • 16. Nació en Santiago de Compostela. Fue bautizada con los Rosalía de Castro nombres de María Rosalía Rita. hija de padres Santiago de Compostela (Galicia) desconocidos. Muy poco se sabe de su educación. Se sabe 1837-1885 que en la escuela mostró talento de versificadora. También le gustaba el dibujo, la música y la declamación. Rosalía de Castro contrajo matrimonio con Manuel Martínez Murguía, erudito cronista de Galicia. Al año siguiente Rosalía da luz a su primera hija, Alejandra, a la que han de seguir seis hijos más. Su domicilio cambió varias veces, entre Madrid y Simancas. Rosalía nunca disfrutó de buena salud. Luchó siempre contra enfermedades, y a menudo con la penuria, vivió dedicada a su hogar, a sus hijos y a su marido, nunca aspiró a la fama. Su marido fue quien la convenció para que publicara sus obras. Murió de cáncer a los cuarenta y ocho años en su casa de Padrón, la cual hoy es un museo. Todos sus hijos murieron antes que ella, sin poder dejar herederos. Compuso sus primeros versos a la edad de 12 años. A los 17 años ya era conocida en el "Liceo de San Agustín". por su primer libro; La Flor. y Follas Novas: es el título de su último libro que contiene su manera de ver la vida, en el muestra su esencia vital. Rosalía muestra una visión sombría de la existencia humana. En los Cantares, Rosalía asume la voz del pueblo gallego. Su obra maestra en castellano es En las Orillas del Sar, versos de tono íntimo, de extraña penetración, cargados de nocturna belleza. Merece ser considerada, al lado de Gustavo Adolfo Bécquer, como la precursora de la Modernidad e iniciadora de una nueva métrica castellana. Siguiente 
  • 17. 2 1 ¡Otra vez!, tras la lucha que rinde y la incertidumbre amarga A través del follaje perenne del viajero que errante no sabe que oír deja rumores dónde dormirá mañana, en sus lares primitivos extraños, halla un breve descanso mi alma. y entre un mar de Algo tiene este blando reposo ondulante verdura, de sombrío y de halagüeño, amorosa mansión de los cual lo tiene, en la noche callada, pájaros, de un ser amado el recuerdo, desde mis ventanas veo que de negras traiciones y dichas el templo que quise tanto. inmensas, nos habla a un tiempo.Ya no lloro..., y no obstante, agobiado y afligido mi espíritu, El templo que tanto quise..., apenas de su cárcel estrecha y pues no sé decir ya si le sombría osa dejar las tinieblas quiero, para bañarse en las ondas que en el rudo vaivén que de luz que el espacio llenan. sin tregua Cual si en suelo extranjero me se agitan mis pensamientos, hallase, tímida y hosca, contemplo desde lejos los bosques y alturas dudo si el rencor adusto y los floridos senderos donde en vive unido al amor en mi cada rincón me aguardaba pecho. la esperanza sonriendo. Siguiente 
  • 18. 3 4 Oigo el toque sonoro que entonces a mi Tras de inútil fatiga, que mis fuerzas agota, lecho a llamarme venía con sus ecos que caigo en la senda amiga, donde una fuente el alba anunciaban, mientras, cual brota siempre serena y pura, dulce caricia, un rayo de sol dorado y con mirada incierta, busco por la llanura alumbraba mi estancia tranquila. no sé qué sombra vana o que esperanza Puro el aire, la luz sonrosada, ¡qué muerta, no sé qué flor tardía de virginal despertar tan dichoso! Yo veía entre frescura que no crece en la vía arenosa y nubes de incienso, visiones con alas de desierta. De la oscura Trabanca tras la oro que llevaban la venda celeste espesa arboleda, gallardamente arranca al de la fe sobre sus ojos... Ese sol es el pie de la vereda La Torre y sus contornos mismo, mas ellas no acuden a mi cubiertos de follaje, prestando a la mirada conjuro; y a través del espacio y las descanso en su ramaje cuando de la ancha nubes, y del agua en los limbos confusos, vega por vivo sol bañada que las pupilas y del aire en la azul transparencia, ciega, atraviesa el espacio, gozosa y ¡ay!, ya en vano las llamo y las busco. deslumbrada. Como un eco perdido, como un Blanca y desierta la vía entre los amigo acento que sueña cariñoso, el familiar frondosos setos y los bosques y arroyos chirrido del carro perezoso corre en alas del que bordan sus orillas, con grato viento y llega hasta mi oído cual en aquellos misterio atraerme parece y brindarme días hermosos y brillantes en que las ansias a que siga su línea sin término. mías eran quejas amantes, eran dorados Bajemos, pues, que el camino sueños y santas alegrías. Ruge la Presa antiguo nos saldrá al paso, lejos..., y, de las aves nido, Fondón cerca aunque triste, escabroso y desierto, descansa; la cándida abubilla bebe en el y cual nosotros cambiado, agua mansa donde un tiempo he creído de la lleno aún de las blancas fantasmas esperanza hermosa beber el néctar sano, y que en otro tiempo adoramos hoy bebiera anhelosa las aguas del olvido, que es de la muerte hermano; donde de los vencejos que vuelan en la altura, la sombra se refleja. Siguiente 
  • 19. 5 6 ¡Cuán hermosa es tu vega, oh Padrón, ¡Oh tierra, antes y ahora, siempre oh Iria Flavia! Mas el calor, la vida fecunda y bella! juvenil y la savia que extraje de tu Viendo cuán triste brilla nuestra seno, como el sediento niño el dulce fatal estrella, jugo extrae del pecho blanco y lleno, del Sar cabe la orilla de mi existencia oscura en el al acabarme, siento la sed devoradora torrente amargo pasaron, cual y jamás apagada que ahoga el barrida por la inconstancia ciega, sentimiento, una visión de armiño, una ilusión y el hambre de justicia, que abate y querida, un suspiro de amor. De tus que anonada suaves rumores la acorde cuando nuestros clamores los consonancia, ya para el alma yerta arrebata el viento tornóse bronca y dura a impulsos del de tempestad airada. dolor; secáronse tus flores de virginal Ya en vano el tibio rayo de la fragancia; perdió su azul tu cielo, el naciente aurora tras del Miranda campo su frescura, el alba su candor. altivo, valles y cumbres dora con su La nieve de los años, de la tristeza el resplandor vivo; en vano llega mayo hielo constante, al alma niegan toda de sol y aromas lleno, con su frente de ilusión amada, todo dulce consuelo. niño de rosas coronada, y con su luz Sólo los desengaños preñados de serena: en mi pecho ve juntos el odio y temores, y de la duda el frío, avivan el cariño, mezcla de gloria y pena, los dolores que siente el pecho mío, y mi sien por la corona del mártir ahondando mi herida, me desti rran agobiada y para siempre frío y del cielo, donde las fuentes brotan agotado mi seno. eternas de la vida. Siguiente 
  • 20. 7 8 ¡Cuán hermosa es tu vega, oh Padrón, oh Iria Flavia! Mas el calor, la vida ¡Ya que de la esperanza, para la juvenil y la savia que extraje de tu vida mía, seno, como el sediento niño el dulce triste y descolorido ha llegado el jugo extrae del pecho blanco y lleno, ocaso, de mi existencia oscura en el a mi morada oscura, torrente amargo pasaron, cual desmantelada y fría, barrida por la inconstancia ciega, tornemos paso a paso, una visión de armiño, una ilusión porque con su alegría no aumente querida, un suspiro de amor. De tus mi amargura suaves rumores la acorde la blanca luz del día. consonancia, ya para el alma yerta tornóse bronca y dura a impulsos del Contenta el negro nido busca el dolor; secáronse tus flores de virginal ave agorera; fragancia; perdió su azul tu cielo, el bien reposa la fiera en el antro campo su frescura, el alba su candor. escondido, La nieve de los años, de la tristeza el en su sepulcro el muerto, el triste hielo constante, al alma niegan toda en el olvido ilusión amada, todo dulce consuelo. y mi alma en su desierto. Sólo los desengaños preñados de temores, y de la duda el frío, avivan los dolores que siente el pecho mío, y ahondando mi herida, me desti rran del cielo, donde las fuentes brotan eternas de la vida.  Volver a la biblioteca
  • 21. Jorge Luis Borges Nació en Buenos Aires el 24 de Buenos Aires 1899-1986 agosto de 1899. Fue bilingüe desde su infancia ya que su abuela materna le hablaba en Inglés. "Georgie", como le decían en casa, tenía apenas seis años cuando dijo a su padre que quería ser escritor. En 1910 aparece su primera publicación en el diario El País, de Buenos Aires, donde tradujo El príncipe feliz, de Oscar Wilde. En 1914, el padre de Borges se jubiló debido a su ceguera casi total, por lo que la familia pasó una temporada en Europa. Sorprendidos por la guerra, se instalaron en Ginebra donde el joven Borges escribió algunos poemas en francés y cursó la preparatoria (1914-1918). Vivió en España de 1919 a 1921 y dos años después la familia regresó a Buenos Aires. En 1923 publicó el poemario Fervor de Buenos Aires. Siguiente 
  • 22. Alguien Alhambra Un hombre trabajado por el tiempo, un hombre que ni siquiera espera la Grata la voz del agua muerte (las pruebas de la muerte son a quien abrumaron negras arenas, estadísticas y nadie hay que no corra el grato a la mano cóncava albur de ser el primer inmortal), un hombre que ha aprendido a agradecer el mármol circular de la columna, las modestas limosnas de los días: el gratos los finos laberintos del agua sueño, la rutina, el sabor del agua, una entre los limoneros, no sospechada etimología, un verso grata la música del zéjel, latino o sajón, la memoria de una mujer grato el amor y grata la plegaria que lo ha abandonado hace ya tantos dirigida a un Dios que está solo, años que hoy puede recordarla sin amargura, un hombre que no ignora que grato el jazmín. el presente ya es el porvenir y el olvido, Vano el alfanje un hombre que ha sido desleal y con el ante las largas lanzas de los que fueron desleales, puede sentir de muchos, pronto, al cruzar la calle, una vano ser el mejor. misteriosa felicidad que no viene del Grato sentir o presentir, rey lado de la esperanza sino de una antigua inocencia, de su propia raíz o de doliente, un dios disperso. Sabe que no debe que tus dulzuras son adioses, mirarla de cerca, porque hay razones que te será negada la llave, más terribles que tigres que le que la cruz del infiel borrará la demostrarán su obligación de ser un luna, desdichado, pero humildemente recibe que la tarde que miras es la esa felicidad, esa ráfaga. Quizá en la muerte para siempre seremos, cuando el última. polvo sea polvo, esa indescifrable raíz, de la cual para siempre crecerá, ecuánime o atroz, nuestro solitario cielo nfierno.o... Siguiente 
  • 23. Arte poético Antelación del amor Mirar el río hecho de tiempo y agua y recordar que el tiempo es otro río, Ni la intimidad de tu frente clara como una saber que nos perdemos como el río y que los rostros pasan como el agua. fiesta Sentir que la vigilia es otro sueño ni la privanza de tu cuerpo, aún misterioso y que sueña no soñar y que la muerte tácito y de niña, que teme nuestra carne es esa muerte ni la sucesión de tu vida situándose en de cada noche, que se llama sueño. palabras o acallamiento Ver en el día o en el año un símbolo serán favor tan persuasivo de ideas de los días del hombre y de sus años, convertir el ultraje de los años como el mirar tu sueño implicado en una música, un rumor y un símbolo, en la vigilia de mis ávidos brazos. ver en la muerte el sueño, en el ocaso Virgen milagrosamente otra vez por la virtud un triste oro, tal es la poesía absolutoria del sueño, que es inmortal y pobre. La poesía quieta y resplandeciente como una dicha en la vuelve como la aurora y el ocaso. selección del recuerdo, A veces en las tardes una cara nos mira desde el fondo de un espejo; me darás esa orilla de tu vida que tú misma no el arte debe ser como ese espejo tienes, que nos revela nuestra propia cara. Arrojado a la quietud Cuentan que Ulises, harto de prodigios, divisaré esa playa última de tu ser lloró de amor al divisar su Itaca y te veré por vez primera quizás como Dios ha verde y humilde. El arte es esa Itaca de verte, de verde eternidad, no de prodigios. También es como el río interminable desbaratada la ficción del Tiempo que pasa y queda y es cristal de un mismo sin el amor, sin mí. Heráclito inconstante, que es el mismo y es otro, como el río interminable.  Volver a la biblioteca
  • 24. (Sevilla, 1875 - Collioure, 1939) Poeta español. Aunque Antonio Machado influido por el modernismo y el simbolismo, su obra es expresión lírica del ideario de la Generación del 98. Hijo Sevilla 1875-1939 del folclorista Antonio Machado y Álvarez y hermano menor del también poeta Manuel Machado, pasó su infancia en Sevilla y en 1883 se instaló con su familia en Madrid. Se formó en la Institución Libre de Enseñanza y en otros institutos madrileños. En 1899, durante un primer viaje a París, trabajó en la editorial Garnier, y posteriormente regresó a la capital francesa, donde entabló amistad con R. Darío. De vuelta a España frecuentó los ambientes literarios, donde conoció a J. R. Jiménez, R. del Valle- Inclán y M. de Unamuno. En 1907 obtuvo la cátedra de francés en el instituto de Soria, cuidad en la que dos años después contrajo matrimonio con Leonor Izquierdo. En 1910 le fue concedida una pensión para estudiar filología en París durante un año, estancia que aprovechó para asistir a los cursos de filosofía de H. Bergson y Bédier en el College de France. Tras la muerte de su esposa, en 1912, pasó al instituto de Baeza. Doctorado en filosofía y letras (1918), desempeñó su cátedra en Segovia y en 1928 fue elegido miembro de la Real Academia Española. Al comenzar la Guerra Civil se encontraba en Madrid, desde donde se trasladó con su madre y otros familiares al pueblo valenciano de Rocafort y luego a Barcelona. En enero de 1939 emprendió camino al exilio, pero la muerte lo sorprendió en el pueblecito francés de Colliure. Siguiente 
  • 25. A un olmo seco A un viejo y distinguido Al olmo viejo, hendido por el rayo señor y en su mitad podrido, con las lluvias de abril y el sol de mayo Te he visto, por el parque algunas hojas verdes le han salido. ceniciento ¡El olmo centenario en la colina que los poetas aman que lame el Duero! Un musgo amarillento para llorar, como una noble le mancha la corteza blanquecina al tronco carcomido y polvoriento. sombra No será, cual los álamos cantores vagar, envuelto en tu levita larga. que guardan el camino y la ribera, El talante cortés, ha tantos años habitado de pardos ruiseñores. compuesto de una fiesta en la Ejército de hormigas en hilera antesala, va trepando por él, y en sus entrañas ?¡qué bien tus pobres huesos urden sus telas grises las arañas. Antes que te derribe, olmo del Duero, ceremoniosos guardan!? con su hacha el leñador, y el carpintero Yo te he visto, aspirando distraído, te convierta en melena de campana, con el aliento que la tierra exhala lanza de carro o yugo de carreta; ?hoy, tibia tarde en que las antes que rojo en el hogar, mañana, mustias hojas ardas en alguna mísera caseta, húmedo viento arranca?, al borde de un camino; antes que te descuaje un torbellino del eucalipto verde y tronche el soplo de las sierras blancas; el frescor de las hojas perfumadas. antes que el río hasta la mar te empuje Y te he visto llevar la seca mano por valles y barrancas, a la perla que brilla en tu corbata. olmo, quiero anotar en mi cartera la gracia de tu rama verdecida. Mi corazón espera también, hacia la luz y hacia la vida, otro milagro de la primavera. Siguiente 
  • 26. A un naranjo y limonero A Miguel de Unamuno Este donquijotesco Naranjo en maceta, ¡qué triste es tu suerte! don Miguel de Unamuno, fuerte vasco, lleva el arnés grotesco Medrosas tiritan tus hojas menguadas. y el irrisorio casco Naranjo en la corte, ¡qué pena da verte con del buen manchego. Don Miguel camina, tus naranjitas secas y arrugadas!. jinete de quimérica montura, Pobre limonero de fruto amarillo cual metiendo espuela de oro a su locura, pomo pulido de pálida cera, ¡qué pena sin miedo de la lengua que malsina. mirarte, mísero arbolillo criado en A un pueblo de arrieros, lechuzos y tahúres y logreros mezquino tonel de madera! De los claros dicta lecciones de Caballería. bosques de la Andalucía, ¿quién os trajo a Y el alma desalmada de su raza, esta castellana tierra que barren los vientos que bajo el golpe de su férrea maza de la adusta sierra, hijos de los campos de aún durme, puede que despierte un día. la tierra mía? ¡Gloria de los huertos, árbol Quiere enseñar el ceño de la duda, limonero, que enciendes los frutos de antes de que cabalgue, el caballero; cual nuevo Hamlet, a mirar desnuda pálido oro, y alumbras del negro cipresal cerca del corazón la hoja de acero. austero Tiene el aliento de una estirpe fuerte las quietas plegarias erguidas en coro; y que soñó más allá de sus hogares, fresco naranjo del patio querido, del campo y que el oro buscó tras de los mares. risueño y el huerto soñado, siempre en mi Él señala la gloria tras la muerte. recuerdo maduro o florido Quiere ser fundador, y dice: Creo; Dios y adelante el ánima española... de frondas y aromas y frutos cargado! Y es tan bueno y mejor que fue Loyola: sabe a Jesús y escupe al fariseo. Siguiente 
  • 27. ¡Oh, tierra triste y noble, la de los altos llanos y yermos A orillas del Duero y roquedas, de campos sin arados, regatos ni arboledas; Mediaba el mes de julio. Era un hermoso día. Yo, solo, decrépitas ciudades, caminos sin mesones, y atónitos por las quiebras del pedregal subía, buscando los recodos palurdos sin danzas ni canciones que aún van, de sombra, lentamente. A trechos me paraba para enjugar abandonando el mortecino hogar, como tus largos ríos, mi frente y dar algún respiro al pecho jadeante; o bien, Castilla, hacia la mar! Castilla miserable, ayer ahincando el paso, el cuerpo hacia adelante y hacia la dominadora, envuelta en sus andrajos desprecia cuanto mano diestra vencido y apoyado en un bastón, a guisa de ignora. ¿Espera, duerme o sueña? ¿La sangre derramada pastoril cayado, recuerda, cuando tuvo la fiebre de la espada? Todo se trepaba por los cerros que habitan las rapaces aves de mueve, fluye, discurre, corre o gira; cambian la mar y el altura, hollando las hierbas montaraces de fuerte olor monte y el ojo que los mira. ¿Pasó? Sobre sus campos ?romero, tomillo, salvia, espliego?. Sobre los agrios aún el fantasma yerta de un pueblo que ponía a Dios campos caía un sol de fuego. Un buitre de anchas alas sobre la guerra. La madre en otro tiempo fecunda en con majestuoso vuelo cruzaba solitario el puro azul del capitanes, madrastra es hoy apenas de humildes cielo. Yo divisaba, lejos, un monte alto y agudo, y una ganapanes. Castilla no es aquella tan generosa un día, redonda loma cual recamado escudo, y cárdenos alcores cuando Mío Cid Rodrigo el de Vivar volvía, ufano de su sobre la parda tierra nueva fortuna, y su opulencia, a regalar a Alfonso los ?harapos esparcidos de un viejo arnés de guerra?, huertos de Valencia; o que, tras la aventura que acreditó las serrezuelas calvas por donde tuerce el Duero para sus bríos, pedía la conquista de los inmensos ríos formar la corva ballesta de un arquero en torno a Soria. indianos a la corte, la madre de soldados, guerreros y ?Soria es una barbacana, hacia Aragón, que tiene la torre adalides que han de tornar, cargados de plata y oro, a castellana?. Veía el horizonte cerrado por colinas oscuras, España, en regios galeones, para la presa cuervos, para coronadas de robles y de encinas; desnudos peñascales, la lid leones. algún humilde prado donde el merino pace y el toro, Filósofos nutridos de sopa de convento contemplan arrodillado sobre la hierba, rumia; las márgenes de río impasibles el amplio firmamento; y si les llega en lucir sus verdes álamos al claro sol de estío, y, sueños, como un rumor distante, clamor de mercaderes silenciosamente, lejanos pasajeros, ¡tan diminutos! de muelles de Levante, no acudirán siquiera a preguntar ?carros, jinetes y arrieros?, cruzar el largo puente, y bajo ¿qué pasa? Y ya la guerra ha abierto las puertas de su las arcadas de piedra ensombrecerse las aguas plateadas casa. Castilla miserable, ayer dominadora, del Duero. El Duero cruza el corazón de roble de Iberia y envuelta en sus harapos desprecia cuanto ignora. de Castilla.  Volver a la biblioteca
  • 28. Mario Benedetti nació el 14 de septiembre Mario Benedetti de 1920 en Paso de Toros, en Tacuarembó, Tacuarembó (Uruguay) 1920-2009 Uruguay, fruto del matrimonio entre Brenno Benedetti y Matilde Farugia. La economía familiar se vio seriamente afectada por un engaño que sufrió el padre de Mario y así con tan sólo 4 años, la familia se trasladó a Montevideo (no en vano en Montevideo vive más de la mitad de la población de Uruguay, el mayor porcentaje de población que vive en una capital de toda Sudamérica). Este engaño condujo a tiempos difíciles para la familia Benedetti que tuvo que vender multitud de objetos de valor para seguir adelante y que obligó a Brenno a la clandestinidad económica para evitar a los acreedores y en busca del soñado empleo público, un auténtico sueño en el Uruguay de la época en el que el sueldo de un funcionario era inembargable y echarlo era casi una cuestión de Estado. Mario estudió en un colegio alemán, en parte por la admiración que el padre tenía por ese país. De esta experiencia, además de aprender el idioma, aprendió el gusto por el trabajo bien hecho y por la puntualidad. Pero en 1933 el padre le obligó a salir del colegio, ya que en éste obligaban a utilizar el saludo nazi, otro año en un Liceo y termina su educación. Siguiente 
  • 29. Desde los afectos Que nadie quiere estar solo. Que para no estar solo hay que dar. Cómo hacerte saber que siempre hay tiempo? Que para dar debimos recibir antes. Que uno solo tiene que buscarlo y dárselo. Que para que nos den Que nadie establece normas salvo la vida. también hay que saber cómo pedir. Que la vida sin ciertas normas pierde forma. Que saber pedir no es regalarse. Que la forma no se pierde con abrirnos. Que regalarse es, en definiva, no quererse. Que abrirnos no es amar indiscriminadamente. Que para que nos quieran debemos mostrar quiénes Que no está prohibido amar. somos. Que también se puede odiar. Que para que alguien sea hay que ayudarlo. Cómo hacerte saber que nadie establece normas salvo Que ayudar es poder alentar y apoyar. la vida!... Que adular no es ayudar. Que el odio y el amor son afectos. Que adular es tan pernicioso como dar vuelta la cara. Que la agresión porque sí, hiere mucho. Que las cosas cara a cara son honestas. Que las heridas se cierran. Que nadie es honesto porque no roba. Que las puertas no deben cerrarse. Que el que roba no es ladrón por placer. Que la mayor puerta es el afecto. Que cuando no hay placer en hacer las cosas, Que los afectos nos definen. no se está viviendo. Que definirse no es remar contra la corriente. Que para sentir la vida no hay que olvidarse que existe Que no cuanto más fuerte se hace el trazo más se la muerte. dibuja. Que se puede estar muerto en vida. Que buscar un equilibrio no implica ser tibio. Que se siente con el cuerpo y la mente. Que negar palabras implica abrir distancias. Que con los oídos se escucha. Que encontrarse es muy hermoso. Que cuesta ser sensible y no herirse. Que el sexo forma parte de lo hermoso de la vida. Que herirse no es desangrarse. Que la vida parte del sexo. Que para no ser heridos levantamos muros. Que el porqué de los niños tiene un por qué. Que quien siembra muros no recoge nada. Que querer saber de alguien no sólo es curiosidad. Que casi todos somos albañiles de muros. Que querer saber todo de todos es curiosidad malsana. Que sería mucho mejor construir puentes. Que nunca está de más agradecer. Que sobre ellos se va a la otra orilla y también se Que la autodeterminación no es hacer las cosas solo. vuelve. Siguiente 
  • 30. Corazón coraza Estados de ánimo Porque te tengo y no porque te pienso A veces me siento porque la noche está de ojos abiertos como un águila en el aire porque la noche pasa y digo amor Unas veces me siento porque has venido a recoger tu imagen como pobre colina y eres mejor que todas tus imágenes y otras como montaña porque eres linda desde el pie hasta el de cumbres repetidas. alma Unas veces me siento porque eres buena desde el alma a mí como un acantilado porque te escondes dulce en el orgullo y en otras como un cielo pequeña y dulce azul pero lejano. corazón coraza A veces uno es porque eres mía manantial entre rocas porque no eres mía y otras veces un árbol porque te miro y muero con las últimas hojas. y peor que muero Pero hoy me siento apenas si no te miro amor como laguna insomne si no te miro con un embarcadero porque tú siempre existes dondequiera ya sin embarcaciones pero existes mejor donde te quiero una laguna verde porque tu boca es sangre inmóvil y paciente y tienes frío conforme con sus algas tengo que amarte amor sus musgos y sus peces, tengo que amarte sereno en mi confianza aunque esta herida duela como dos confiando en que una tarde aunque te busque y no te encuentre te acerques y te mires, y aunque te mires al mirarme. la noche pase y yo te tenga y no.. Siguiente 
  • 31. Hagamos un trato Pasatiempo Cuando sientas tu herida sangrar cuando sientas tu voz sollozar Cuando éramos niños cuenta conmigo. los viejos tenían como treinta Compañera,usted sabe un charco era un océano que puede contar conmigo, la muerte lisa y llana no hasta dos ni hasta diez no existía. sino contar conmigo. Si algunas veces Luego cuando muchachos advierte que la miro a los ojos, los viejos eran gente de cuarenta y una veta de amor reconoce en los míos, un estanque un océano no alerte sus fusiles la muerte solamente ni piense que deliro; una palabra. a pesar de la veta, Ya cuando nos casamos o tal vez porque existe, usted puede contar conmigo. los ancianos estaban en cincuenta Si otras veces me encuentra un lago era un océano huraño sin motivo, no piense que es la muerte era la muerte flojera igual puede contar conmigo. de los otros. Pero hagamos un trato: yo quisiera Ahora veteranos contar con usted, es tan lindo ya le dimos alcance a la verdad saber que usted existe, uno se siente vivo; y cuando digo esto el océano es por fin el océano quiero decir contar aunque sea hasta dos, pero la muerte empieza a ser aunque sea hasta cinco. la nuestra. No ya para que acuda presurosa en mi auxilio, sino para saber a ciencia cierta que usted sabe que puede contar conmigo. Siguiente 
  • 32. Rostro de vos Si Dios fuera una mujer Tengo una soledad tan concurrida ¿Y si Dios fuera mujer? tan llena de nostalgias y de rostros de vos pregunta Juan sin inmutarse, de adioses hace tiempo y besos bienvenidos vaya, vaya si Dios fuera mujer de primeras de cambio y de último vagón. es posible que agnósticos y ateos Tengo una soledad tan concurrida no dijéramos no con la cabeza que puedo organizarla como una procesión y dijéramos sí con las entrañas. por colores tamaños y promesas por época por tacto Tal vez nos acercáramos a su divina desnudez y por sabor. Sin temblor de más me abrazo a tus para besar sus pies no de bronce, ausencias que asisten y me asisten con mi rostro de vos. su pubis no de piedra, Estoy lleno de sombras de noches y deseos sus pechos no de mármol, sus labios no de yeso. Si Dios de risas y de alguna maldición. fuera mujer la abrazaríamos Mis huéspedes concurren concurren como sueños para arrancarla de su lontananza con sus rencores nuevos su falta de candor y no habría que jurar yo les pongo una escoba tras la puerta hasta que la muerte nos separe porque quiero estar solo con mi rostro de vos. ya que sería inmortal por antonomasia Pero el rostro de vos mira a otra parte y en vez de transmitirnos SIDA o pánico con sus ojos de amor que ya no aman como víveres nos contagiaría su inmortalidad. que buscan su hambre Si Dios fuera mujer no se instalaría miran y miran lejana en el reino de los cielos, y apagan mi jornada. sino que nos aguardaría en el zaguán del infierno, con Las paredes se van sus brazos no cerrados, queda la noche su rosa no de plástico y su amor no de ángeles. Ay Dios las nostalgias se van mío, Dios mío no queda nada. si hasta siempre y desde siempre fueras una mujer qué Ya mi rostro de vos lindo escándalo sería, cierra los ojos qué venturosa, espléndida, imposible, prodigiosa y es una soledad blasfemia. tan desolada. Siguiente 
  • 33. Alguien Allende Para matar al hombre de la paz Alguien limpia la celda para golpear su frente limpia de pesadillas de la tortura tuvieron que convertirse en pesadilla que no quede la sangre para vencer al hombre de la paz ni la amargura tuvieron que congregar todos los odios alguien pone en los muros y además los aviones y los tanques para batir al el nombre de ella hombre de la paz tuvieron que bombardearlo hacerlo ya no cabe en la noche llama porque el hombre de la paz era una fortaleza ninguna estrella para matar al hombre de la paz tuvieron que desatar la alguien limpia su rabia guerra turbia para vencer al hombre de la paz y acallar con un consejo su voz modesta y taladrante tuvieron que empujar el y la deja brillante terror hasta el abismo y matar más para seguir como un espejo matando para batir al hombre de la paz tuvieron que alguien piensa hasta cuando asesinarlo muchas vecesporque el hombre de la paz alguien camina era una fortalezapara matar al hombre de la paz suenan lejos las risas tuvieron que imaginar que era una tropa una armada una bocinay un gallo que propone su canto en hora una hueste una brigada tuvieron que creer que era otro mientras sube la angustia la voladora alguien piensa en ejército pero el hombre de la paz era tan sólo un afuera que allá no hay plazo piensa en niños de vida y pueblo y tenía en sus manos un fusil y un mandato y en un abrazo alguien quiso ser justo no tuvo suerte es eran necesarios más tanques más rencores más difícil la lucha contra la muerte alguien limpia la celda bombas más aviones más oprobios porque el hombre de la tortura lava la sangre pero no la amargura. del paz era una fortaleza para matar al hombre de la paz para golpear su frente limpia de pesadillas tuvieron que convertirse en pesadilla para vencer al hombre de la paz tuvieron que afiliarse para siempre a la muerte matar y matar más para seguir matando y condenarse a la blindada soledad para matar al hombre que era un pueblo tuvieron que quedarse sin el pueblo. Siguiente 
  • 34. Amor de tarde Ausencia de Dios Digamos que te alejas definitivamente Es una lástima que no estés conmigo hacia el pozo de olvido que prefieres, cuando miro el reloj y son las cuatro pero la mejor parte de tu espacio, y acabo la planilla y pienso diez minutos en realidad la única constante de tu espacio, y estiro las piernas como todas las tardes quedará para siempre en mí, doliente, y hago así con los hombros para aflojar la espalda persuadida, frustrada, silenciosa, y me doblo los dedos y les saco mentiras. quedará en mí tu corazón inerte y sustancial, tu corazón de una promesa única Es una lástima que no estés conmigo en mí que estoy enteramente solo cuando miro el reloj y son las cinco sobreviviéndote. y soy una manija que calcula intereses Después de ese dolor redondo y eficaz, o dos manos que saltan sobre cuarenta teclas pacientemente agrio, de invencible ternura, o un oído que escucha como ladra el teléfono ya no importa que use tu insoportable ausencia o un tipo que hace números y les saca verdades. ni que me atreva a preguntar si cabes como siempre en una palabra. Lo cierto es que ahora ya Es una lástima que no estés conmigo no estás en mi noche desgarradoramente idéntica a las cuando miro el reloj y son las seis. otras que repetí buscándote, rodeándote. Hay solamente Podrías acercarte de sorpresa un eco irremediable de mi voz como niño, esa que no y decirme "¿Qué tal?" y quedaríamos sabía. Ahora que miedo inútil, qué vergüenza no tener yo con la mancha roja de tus labios oración para morder, no tener fe para clavar las uñas, no tú con el tizne azul de mi carbónico. tener nada más que la noche, saber que Dios se muere, se resbala, que Dios retrocede con los brazos cerrados, con los labios cerrados, con la niebla, como un campanario atrozmente en ruinas que desandara siglos de ceniza. Es tarde. Sin embargo yo daría todos los juramentos y las lluvias, las paredes con insultos y mimos, las ventanas de invierno, el mar a veces, por no tener tu corazón en mí, tu corazón inevitable y doloroso en mí que estoy enteramente solo sobreviviéndote.. Siguiente 
  • 35. Síndrome Táctica y estrategia Mi táctica es Todavía tengo casi todos mis mirarte aprender como sos dientes quererte como sos. casi todos mis cabellos y poquísimas Mi táctica es canas hablarte puedo hacer y deshacer el amor y escucharte trepar una escalera de dos en dos construir con palabras y correr cuarenta metros detrás del un puente indestructible. Mi táctica es ómnibus quedarme en tu recuerdo o sea que no debería sentirme viejo no sé cómo ni sé pero el grave problema es que antes con qué pretexto no me fijaba en estos detalles. pero quedarme en vos. Mi táctica es ser franco y saber que sos franca y que no nos vendamos simulacros para que entre los dos no haya telón ni abismos. Mi estrategia es en cambio más profunda y más simple. Mi estrategia es que un día cualquiera no sé cómo ni sé con qué pretexto por fin me necesites. Siguiente 
  • 36. Te quiero Una mujer desnuda Tus manos son mi caricia, mis acordes cotidianos; Una mujer desnuda y en lo oscuro te quiero porque tus manos tiene una claridad que nos alumbra trabajan por la justicia. de modo que si ocurre un desconsuelo un Si te quiero es porque sos apagón o una noche sin luna es mi amor, mi cómplice, y todo. conveniente y hasta imprescindible tener Y en la calle codo a codo a mano una mujer desnuda. Una mujer somos mucho más que dos. desnuda y en lo oscuro genera un Tus ojos son mi conjuro resplandor que da confianza entonces contra la mala jornada; dominguea el almanaquevibran en su te quiero por tu mirada rincón las telarañas y los ojos felices y que mira y siembra futuro. felinos miran y de mirar nunca se cansan. Tu boca que es tuya y mía, Una mujer desnuda y en lo oscuro es una Tu boca no se equivoca; vocación para las manos para los labios es te quiero por que tu boca casi un destino y para el corazón un sabe gritar rebeldía. despilfarro una mujer desnuda es un Si te quiero es porque sos mi amor mi enigma y siempre es una fiesta descifrarlo. cómplice y todo. Y en la calle codo a codo Una mujer desnuda y en lo oscuro genera somos mucho más que dos. Y por tu rostro una luz propia y nos enciende el cielo raso sincero. Y tu paso vagabundo. Y tu llanto se convierte en cielo y es una gloria no ser por el mundo. Porque sos pueblo te quiero. inocente una mujer querida o vislumbrada Y porque amor no es aurora, ni cándida desbarata por una vez la muerte. moraleja, y porque somos pareja que sabe que no está sola. Te quiero en mi paraíso; es decir, que en mi país la gente vive feliz aunque no tenga permiso. Si te quiero es por que sos mi amor, mi cómplice y todo. Y en la calle codo a codo somos mucho más que dos. Siguiente 
  • 37. Ustedes y nosotros Viceversa Ustedes cuando aman exigen bienestar una cama de cedro y un colchón especial, nosotros cuando amamos Tengo miedo de verte es fácil de arreglar con sábanas qué bueno sin sábanas necesidad de verte da igual. Ustedes cuando aman calculan interés y cuando se desaman calculan otra vez, nosotros esperanza de verte cuando amamos es como renacer y si nos desamamos desazones de verte. no la pasamos bien. Ustedes cuando aman son de otra Tengo ganas de hallarte magnitud hay fotos chismes prensa y el amor es un preocupación de hallarte boom, nosotros cuando amamos es un amor común certidumbre de hallarte tan simple y tan sabroso como tener salud. Ustedes pobres dudas de hallarte. cuando aman consultan el reloj porque el tiempo que pierden vale medio millón, nosotros cuando amamos Tengo urgencia de oírte sin prisa y con fervor gozamos y nos sale barata la alegría de oírte función. Ustedes cuando aman buena suerte de oírte al analista van y temores de oírte. él es quien dictamina o sea, si lo hacen bien o mal, resumiendo nosotros cuando amamos sin tanta cortedad estoy jodido el subconsciente piola y radiante se pone a disfrutar. quizá más lo primero Ustedes cuando aman que lo segundo exigen bienestar y también una cama de cedro viceversa. y un colchón especial, nosotros cuando amamos es fácil de arreglar con sábanas qué bueno sin sábanas da igual. Siguiente 
  • 38. Ayer Bienvenida Se me ocurre que vas a llegar distinta Ayer pasó el pasado lentamente no exactamente más linda con su vacilación definitiva ni más fuerte ni más docil sabiéndote infeliz y a la deriva ni más cauta con tus dudas selladas en la frente tan solo que vas a llegar distinta como si esta temporada de no verme ayer pasó el pasado por el puente te hubiera sorprendido a vos también y se llevó tu libertad cautiva quizá porque sabes cambiando su silencio en carne cómo te pienso y te enumero después de todo la nostalgia existe viva aunque no lloremos en los andenes fantasmales por tus leves alarmas de inocente ni sobre las almohadas de candor ni bajo el cielo opaco ayer pasó el pasado con su historia yo nostalgio y su deshilachada incertidumbre/ tu nostalgias con su huella de espanto y de y cómo me revienta que él nostalgie tu rostro es la vanguardia reproche tal vez llega primero porque lo pinto en las paredes fue haciendo del dolor una con trazos invisibles y seguros costumbre no olvides que tu rostro sembrando de fracasos tu memoria me mira como pueblo y dejándote a solas con la noche. sonríe y rabia y canta como pueblo y eso te da una lumbre inapagable ahora no tengo dudas vas a llegar distinta y con señales con nuevas con hondura con franqueza sé que voy a quererte sin preguntas sé que vas a quererme sin respuestas.  Volver a la biblioteca
  • 39. Gabriela Mistral Lucila Godoy, llamada Gabriela Mistral (conocida mejor como Gabriela Mistral), escritora chilena. Vicuña (Chile)1889- Nueva York 1957 Hija de un maestro rural, que abandonó el hogar a los tres años del nacimiento de Gabriela, la muchacha tuvo una niñez difícil en uno de los parajes más desolados de Chile. A los 15 años publicó sus primeros versos en la prensa local, y empezó a estudiar para maestra. En 1906 se enamoró de un modesto empleado de ferrocarriles, Romelio Ureta, que, por causas desconocidas, se suicidó al poco tiempo; de la enorme impresión que le causó aquella pérdida surgieron sus primeros versos importantes. En 1910 obtuvo el título de maestra en Santiago, y cuatro años después se produjo su consagración poética en los juegos florales de la capital de Chile; los versos ganadores- Los sonetos de la muerte- pertenecen a su libro Desolación (1922), que publicaría el instituto de las Españas de Nueva York. En 1925 dejó la enseñanza, y, tras actuar como representante de Chile en el Instituto de cooperación intelectual de la S.D.N., fue cónsul en Nápoles y en Lisboa. Vuelta a su patria colaboró decisivamente en la campaña electoral del Frente popular (1938), que llevó a la presidencia de la república a su amigo de juventud P. Aguirre Cerda. En 1945 recibió el premio Nobel de literatura; viajó por todo el mundo, y en 1951 recogió en su país el premio nacional. Siguiente 
  • 40. Adios Agua Hay países que yo recuerdo En costa lejana como recuerdo mis infancias. y en mar de Pasión, Son países de mar o río, dijimos adioses de pastales, de vegas y aguas. sin decir adiós. Aldea mía sobre el Ródano, Y no fue verdad rendida en río y en cigarras; la alucinación. Antilla en palmas verdi-negras Ni tú la creíste que a medio mar está y me llama; ni la creo yo, ¡roca lígure de Portofino, «y es cierto y no es cierto» mar italiana, mar italiana! como en la canción. Me han traído a país sin río, Que yendo hacia el Sur tierras-Agar, tierras sin agua; diciendo iba yo: Saras blancas y Saras rojas, «Vamos hacia el mar donde pecaron otras razas, que devora al Sol». de pecado rojo de atridas Y yendo hacia el Norte que cuentan gredas tajeadas; decía tu voz: que no nacieron como un niño «Vamos a ver juntos con unas carnazones grasas, donde se hace el Sol». cuando las oigo, sin un silbo, Ni por juego digas cuando las cruzo, sin mirada. o exageración que nos separaron tierra y mar, que Quiero volver a tierras niñas; llévenme a un son ella, sueño y el alucinación. No te digas solo ni blando país de aguas. pida tu voz albergue para uno al albergador. Echarás En grandes pastos envejezca y haga al río fábula y la sombra que siempre se echó, morderás la duna fábula. Tenga una fuente por mi madre y en la con paso de dos... Para que ninguno, ni hombre ni siesta salga a buscarla, y en jarras baje de una dios, nos llame partidos como luna y sol; para que ni peña un agua dulce, aguda y áspera. Me venza y roca ni viento errador, ni río con vado ni árbol pare los alientos el agua acérrima y helada. sombreador, aprendan y digan mentira o error del ¡Rompa mi vaso y al beberla me vuelva niñas las Sur y del Norte, del uno y del dos! entrañas! Siguiente 
  • 41. Amor Ausencia Se va de ti mi cuerpo gota a gota. Anda libre en el surco, bate el ala en el viento, Se va mi cara en un óleo sordo; late vivo en el sol y se prende al pinar. se van mis manos en azogue suelto; No te vale olvidarlo como al mal pensamiento: se van mis pies en dos tiempos de polvo. ¡le tendrás que escuchar! Habla lengua de bronce y habla lengua de ave, ¡Se te va todo, se nos va todo! ruegos tímidos, imperativos de mar. No te vale ponerle gesto audaz, ceño grave: Se va mi voz, que te hacía campana ¡lo tendrás que hospedar! cerrada a cuanto no somos nosotros. Gasta trazas de dueño; no le ablandan excusas. Se van mis gestos que se devanaban, Rasga vasos de flor, hiende el hondo glaciar. en lanzaderas, debajo tus ojos. No te vale decirle que albergarlo rehúsas: Y se te va la mirada que entrega, ¡lo tendrás que hospedar! cuando te mira, el enebro y el olmo. Tiene argucias sutiles en la réplica fina, argumentos de sabio, pero en voz de mujer. Me voy de ti con tus mismos alientos: Ciencia humana te salva, menos ciencia divina: como humedad de tu cuerpo evaporo. ¡le tendrás que creer! Te echa venda de lino; tú la Me voy de ti con vigilia y con sueño, venda toleras. Te ofrece el brazo cálido, no le sabes y en tu recuerdo más fiel ya me borro. huir. Echa a andar, tú le sigues hechizada aunque Y en tu memoria me vuelvo como esos vieras que eso para en morir! que no nacieron ni en llanos ni en sotos. Sangre sería y me fuese en las palmas de tu labor, y en tu boca de mosto. Tu entraña fuese, y sería quemada en marchas tuyas que nunca más oigo, ¡y en tu pasión que retumba en la noche como demencia de mares solos! ¡Se nos va todo, se nos va todo! Siguiente 
  • 42. Besos Desde entonces en los besos palpita Hay besos que pronuncian por sí solos el amor, la traición y los dolores, la sentencia de amor condenatoria, en las bodas humanas se parecen hay besos que se dan con la mirada a la brisa que juega con las flores. hay besos que se dan con la memoria. Hay besos que producen desvaríos Hay besos silenciosos, besos nobles de amorosa pasión ardiente y loca, hay besos enigmáticos, sinceros tú los conoces bien son besos míos hay besos que se dan sólo las almas inventados por mí, para tu boca. hay besos por prohibidos, verdaderos. Besos de llama que en rastro impreso Hay besos que calcinan y que hieren, llevan los surcos de un amor vedado, hay besos que arrebatan los sentidos, besos de tempestad, salvajes besos hay besos misteriosos que han dejado que solo nuestros labios han probado. mil sueños errantes y perdidos. ¿Te acuerdas del primero...? Indefinible; Hay besos problemáticos que encierran cubrió tu faz de cárdenos sonrojos una clave que nadie ha descifrado, y en los espasmos de emoción terrible, hay besos que engendran la tragedia llenaron sé de lágrimas tus ojos. cuantas rosas en broche han deshojado. ¿Te acuerdas que una tarde en loco exceso Hay besos perfumados, besos tibios te vi celoso imaginando agravios, que palpitan en íntimos anhelos, te suspendí en mis brazos... vibró un beso, hay besos que en los labios dejan huellas y qué viste después...? Sangre en mis labios. como un campo de sol entre dos hielos. Yo te enseñe a besar: los besos fríos Hay besos que parecen azucenas son de impasible corazón de roca, por sublimes, ingenuos y por puros, yo te enseñé a besar con besos míos hay besos traicioneros y cobardes, inventados por mí, para tu boca. hay besos maldecidos y perjuros. Judas besa a Jesús y deja impresa en su rostro de Dios, la felonía, mientras la Magdalena con sus besos fortifica piadosa su agonía. Siguiente 
  • 43. Canción amarga El cordero está espesando el vellón que he de tejer. ¡Ay! ¡Juguemos, hijo mío, Y son tuyas las majadas, a la reina con el rey! ¿De quién más podrían ser? Este verde campo es tuyo. Y la leche del establo ¿De quién más podría ser? que en la ubre ha de correr, Las oleadas de la alfalfa y el manojo de las mieses para ti se han de mecer. ¿de quién más podrían ser? Este valle es todo tuyo. (¡Ay! ¡No es cierto que tiritas ¿De quién más podría ser? como el Niño de Belén Para que los disfrutemos y que el seno de tu madre los pomares se hacen miel. se secó de padecer!) (¡Ay! ¡No es cierto que tiritas ¡Sí! ¡Juguemos, hijo mío, como el Niño de Belén a la reina con el rey! y que el seno de tu madre se secó de padecer!)  Volver a la biblioteca
  • 44. Pablo Neruda Neftalí Ricardo Reyes Basoalto, nombre auténtico de Pablo Neruda Parral (Chile) 1904-1973 —seudónimo que utilizó por primera vez en 1920 y adoptó desde 1946—, nació el 12 de julio de 1904 en Parral, Chile, pero se crió en la localidad de Temuco, entre «la poesía y la lluvia», como diría en sus memorias. Sus padres fueron Rosa Basoalto, que murió de tuberculosis cuando tenía un mes de nacido, y José del Carmen Reyes, quien abandonó el campo para trabajar como obrero en los diques del puerto de Talcahuano, hasta alcanzar el cargo de ferroviario en Temuco. Neruda aprendió a amar la naturaleza en sus años de infancia, durante sus recorridos en tren hacia la exuberante vegetación de Boroa. La región había sido en el pasado escenario de enfrentamientos entre los conquistadores españoles y los araucanos, que con el tiempo fueron despojados de su territorio y posteriormente aniquilados por los colonos protagonistas de la «pacificación de la Araucanía». Esas frías y húmedas tierras australes, bordeadas por el más puro océano Pacífico, emergen en una poética de la desesperanza, de la soledad del ser humano y del amor, como en Veinte poemas de amor y una canción desesperada, libro que llevó a su autor a los circuitos internacionales y le dio una fama similar a la de Rubén Darío, hasta hacerlo merecedor del Premio Nobel en 1971 Siguiente 
  • 45. Poema 1 Poema 2 Cuerpo de mujer, blancas colinas, muslos blancos, En su llama mortal la luz te te pareces al mundo en tu actitud de envuelve. entrega. Absorta, pálida doliente, así situada Mi cuerpo de labriego salvaje te contra las viejas hélices del socava crepúsculo y hace saltar el hijo del fondo de la que en torno a ti da vueltas. tierra. Muda, mi amiga, Fui solo como un túnel. De mí huían sola en lo solitario de esta hora de los pájaros muertes y en mí la noche entraba su invasión y llena de las vidas del fuego, poderosa. pura heredera del día destruido. Para sobrevivirme te forjé como un Del sol cae un racimo en tu vestido arma, oscuro. como una flecha en mi arco, como De la noche las grandes raíces una piedra en mi honda. crecen de súbito desde tu alma, Pero cae la hora de la venganza, y te y a lo exterior regresan las cosas en ti amo. ocultas, Cuerpo de piel, de musgo, de leche de modo que un pueblo pálido y azul ávida y firme. de ti recién nacido se alimenta. Ah los vasos del pecho! Ah los ojos de Oh grandiosa y fecunda y magnética ausencia! esclava Ah las rosas del pubis! Ah tu voz del círculo que en negro y dorado lenta y triste! sucede: Cuerpo de mujer mía, persistiré en tu erguida, trata y logra una creación gracia. Mi sed, mi ansia sin límite, mi tan viva camino indeciso! Oscuros cauces que sucumben sus flores, y llena es de donde la sed eterna sigue, y la fatiga tristeza. sigue, y el dolor infinito. Siguiente 