La crisis actual tiene varias vertientes, incluyendo una económica y una antropológica relacionada con la crisis del sujeto. Esto ha resultado en una triple fractura: 1) el fallo de las instituciones sociales, 2) una crisis del trabajo, y 3) cambios en las identidades individuales y colectivas. La crisis del sujeto se debe al individualismo creciente, lo que lleva a una pérdida de identidad, mayor incertidumbre y repliegue sobre sí mismo.