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María Cristina Mata   De la cultura
                      masiva a la
                             cultura
                       mediática



                                                                               M.C. Mata
                             Docente e investigadora en la Maestría en Comunicación y
                          Cultura Contemporánea del Centro de Estudios Avanzados de
                                                   la Universidad Nacional de Córdoba.
                                   Dirección: Adolfo Orma 1354, Barrio Parque Tablada,
                                                  5009 Córdoba. Telefax: (5451)814024
                                                      E-mail: mmata@mail.agora.com.ar




                                                                                 81

                                                         diálogos de la        comunicación



                                                                          80          81
dida básicamente como un




                                                                  María Cristina Mata
De la cultura masiva a la cultura mediática
                                                                                                       1.                   conjunto de objetos, produci-
                                                                                                                            dos para las masas y consu-
                                                                                        La aparición de la noción de        midos por ellas.
                                                                                        cultura mediática o de las
                                                                                        equivalentes y/o contiguas          De todos modos, no era esa
                                                                                        nociones de mediatización de        la única perspectiva -descrip-
                                                                                        la cultura o sociedades me-         tiva y clasificatoria- desde la
                                                                                        diatizadas (o incluso en vías       cual se construyó y utilizó
                                                                                        de mediatización) en textos de      dicha categoría. Planteos
                                                                                        diverso carácter disciplinario      como el de Franco Rositi,
                                                                                        -sociológicos, antropológicos,      ampliando su alcance no sólo
                                                                                        semióticos- tuvo la preten-         a un conjunto de objetos cul-
                                                                                        sión, o al menos sembró la ilu-     turales sino a un conjunto de
                                                                                        sión de proveer un nuevo prin-      «modelos de comportamien-
                                                                                        cipio de comprensión acerca         to operantes» que le habilita-
                                                                                        de los fenómenos de produc-         ron para plantear la unidad
                                                                                        ción colectiva de significados      de dicha cultura tras su «apa-
                                                                                        en las sociedades actuales, ca-     rente indeterminación» 1 o
                                                                                        lificadas al mismo tiempo           proposiciones como las for-
                                                                                        como post-industriales.             muladas por Jesús Martín
                                                                                                                            Barbero, planteando que la
                                                                                        Esa pretensión o ilusión ha-        cultura masiva es el modo en
                                                                                        bló, consecuentemente, de la        que se producen las significa-
                                                                                        insuficiencia de anteriores         ciones en las sociedades don-
                                                                                        categorías para dar cuenta de       de «todo» (las relaciones so-
                                                                                        tales fenómenos. En particu-        ciales) se ha masificado2 , in-
                                              «Toda profecía generalizada               lar, aludió a la insuficiencia de   trodujeron una dimensión di-
                                              que parte de un solo sector de            la noción «cultura masiva» o        námica a la noción y la vol-
                                              lo social, aun cuando se trate            «cultura de masas», bajo cuyo       vieron apta para dar cuenta
                                              de un sector tan espectacular             genérico campo se habían            de particulares configuracio-
                                              como el de las tecnologías de             analizado los intercambios de       nes de sentido características
                                              la comunicación, es evidente-             productos culturales elabora-       de situaciones y momentos
                                              mente una profecía impruden-              dos de manera industrial y          determinados: valores, mo-
                                              te porque subestima por fuer-             destinados a grandes masas          dos de vincularse entre los
                                              za la pluralidad y la compleji-           de la población. Sin embargo,       individuos, divisiones del
                                              dad sociológicas de la innova-            y creo que este es el primer        tiempo, organización del es-
                                              ción en un conjunto planeta-              rasgo interesante en la apari-      pacio público y el espacio
                                              rio que aún está en gran medi-            ción de esas nociones, ellas        privado, modos de legitima-
                                              da diversificado...                       revelaron que esa insuficien-       ción, etc. y no sólo de un con-
                                                                                        cia no sólo se debía a trans-       junto de mensajes produci-
                                              ... La cuestión particular se re-         formaciones materiales en los       dos estandarizadamente y
                                              fiere al hecho de saber cuál es           modos de producción cultu-          consumidos más o menos
                                              nuestra relación con lo real              ral, sino a una transformación      indiscriminadamente.
                                              cuando las condiciones de la              de los puntos de vista adop-
                                              simbolización cambian»                    tados para el análisis de la co-    Desde perspectivas de ese
                                                                                        municación y la cultura. En         tipo fue posible hipotetizar y
                                                              Marc Augé,                otras palabras, si la noción de     analizar empíricamente cier-
                                                  La guerra de los sueños               cultura masiva ya no alcanza-       tos rasgos que dotaban de
                                                                                        ba era porque ella fue enten-       unidad a esa cultura colecti-


                                              diálogos
                                                    de la   comunicación
va en el marco de la cual eran     de intermediación ante el po-      nuevas formas expresivas,
pensables -todavía- ciertos        der político.                      anteriores circuitos de pro-
islotes subculturales -en ter-                                        ducción con nuevas estrate-
minología de Rositi- o modos       Se tematizaron de ese modo,        gias discursivas y de recep-
particulares de vivir lo masi-     las diferentes zonas de lo real    ción.
vo, en términos de Martín          que las tecnologías y medios
Barbero, para seguir con esos      de producción y trasmisión         En ese sentido, lo masivo se
autores. No detallaré aquí la      de información y mensajes          imponía como forma cultural
totalidad de rasgos pero re-       cubrieron con estrategias          dominante. Un dominio fun-
sultará útil señalar algunos       que, en términos de resulta-       dado básicamente en datos
que, a título indicativo, pue-     dos, bien podrían definirse        cuantitativos vinculados a la
den situarnos en el tipo de        como de extensión o multipli-      esfera del consumo -desde la
caracterizaciones que nos          cación. En otras palabras, los     cantidad de horas que los in-
permitieron reconocer la cul-      medios alcanzaban donde la         dividuos pasaban frente a la
tura masiva como un estadio        interacción personal y la in-      pantalla del televisor, por
del desarrollo de la moderni-      fluencia institucional no llega-   ejemplo, o la cantidad de in-
dad.                               ban. Y no aludimos sólo a la       formación que recogían a
                                   dimensión espacial sino al         través del conjunto de me-
Podemos, por ejemplo, reco-        terreno del poder hacer. Los       dios masivos consumidos- o
nocer la centralidad que fue-      medios -y ese era el carácter      a la esfera de la producción -
ron adquiriendo los medios         más estructural de la cultura      la dimensión de las inversio-
masivos de comunicación en         masiva- se hacían cargo de         nes en el sistema de medios
la vida cotidiana como fuen-       una serie de tareas confina-       y su articulación con otras
tes de información y entrete-      das anteriormente a una di-        esferas de la producción-, y
nimiento, como fuentes de la       versidad de instituciones y        en la fuerza que adquiría la




                                                                                                             M.C. Mata
construcción de imaginarios        modos de vinculación perso-        realidad construida desde los
colectivos entendidos como         nalizados, los completaban y       medios como agenda pública
espacios identitarios nacio-       complementaban, conflictiva        y espacio de legitimación de
nales, epocales, generacio-        o congruentemente.                 nociones.
nales. El saber al mismo tiem-
po y el compartir modos de         Los análisis más agudos acer-      De todos modos, lo predomi-
ser a través de ciertos relatos    ca de la cultura masiva fueron     nante en el campo de los es-
estuvieron en la base de la        permitiendo constatar que          tudios sociológicos fue con-
constitución cultural de los       ese «hacerse cargo» no podía       siderar que esa forma cultu-
estados nacionales latinoa-        ser asumido de manera ins-         ral se vinculaba con el con-
mericanos; la información          trumental, desconociendo la        junto de lo social a través de
acerca de las innovaciones         capacidad configuradora de         relaciones de funcionalidad -
estilísticas y la difusión de un   las tecnologías y los lengua-      Rositi plantearía la necesidad
modelo de cuerpo estuvieron        jes. Superando justamente          de establecer «cuánta reali-
en la base de la instauración      ese tipo de visiones que redu-     dad social son capaces de
de la «moda» como regulación       jeron los canales a instancias     comprender y organizar los
vestimentaria… Pero tam-           transportadoras de significa-      discursos que entienden la cul-
bién pueden reconocerse pa-        dos, fue posible pensar la cul-    tura de masas como fuente y
peles equivalentes en la con-      tura articulada en torno a         reflejo de modelos reales de
figuración de los modos de         medios y tecnologías como          comportamiento» (1980:37).
acción pública: el diseño de       una nueva matriz para la pro-
reglas del decir que constitu-     ducción simbólica dotada de        Fue justamente la voluntad de
yeron hablantes legitimados        un estatuto propio y comple-       encontrar otro camino de
y atentos oyentes; dirigentes      jo en tanto fundía anteriores      comprensión que superase                83
y dirigidos; variadas formas       modos de interacción con           dualismos y visiones instru-



                                                                                                        82         83
mentales la que estuvo en el       titución de la modernidad la-      supuesto el desarrollo cre-


De la cultura masiva a la cultura mediática
                                              origen de otras nociones que       tinoamericana, la cultura ma-      ciente del sector de las tecno-
                                              enriquecieron y compleji-          siva llegaba a confundirse         logías de comunicación y su
                                              zaron el campo. Así, por ejem-     con ciertas nociones de la he-     paulatina y notoria institución
                                              plo, la de mediaciones, acu-       gemonía: «todo un cuerpo de        como espacios significativos
                                              ñada por Jesús Martín Barbe-       prácticas y expectativas en        de la trama social. Los abor-
                                              ro, plantearía la articulación     relación con la totalidad de la    dajes más fructíferos dentro
                                              entre los procesos de produc-      vida: nuestros sentidos y do-      de esta perspectiva general
                                              ción de sentido en torno a los     sis de energía, las percepcio-     fueron, sin dudas, aquellos
                                              medios masivos de comuni-          nes definidas que tenemos de       que transitando distintas vías
                                              cación y otras prácticas coti-     nosotros mismos y de nues-         metodológicas, intentaron re-
                                              dianas de significación; aludi-    tro mundo […] un vívido sis-       componer la homogeneidad
                                              ría a los dispositivos a través    tema de significados y valo-       sin desconocer las particula-
                                              de los cuales «los medios ad-      res -fundamentales y consti-       ridades y diferencias dando
                                              quirieron materialidad insti-      tutivos- que en la medida que      cuenta de la compleja trama
                                              tucional y espesor cultural»       son experimentados como            en que se articulaban las ins-
                                              (1987:177); a las complejas        prácticas parecen confirmar-       tituciones, los textos, las prác-
                                              interacciones e interseccio-       se recíprocamente […] en el        ticas y los actores.
                                              nes entre variadas y plurales      sentido más firme […] una
                                              temporalidades sociales y          ‘cultura’, pero una que debe       Pero hubo un momento -tem-
                                              matrices culturales (Id. 203);     ser considerada asimismo           poral y teórico deberíamos
                                              a la articulación entre las téc-   como la vívida dominación y        entender- en que ello ya pa-
                                              nicas y procedimientos de          subordinación de clases par-       recía no alcanzar.
                                              producción de una cultura          ticulares» (Williams 1980: 131-
                                              para todos -y en ese sentido       132). Y si llegaba a con-fundir-
                                              masiva- y las transformacio-       se con esa noción era porque,                     2.
                                              nes de las culturas subalter-      de diversos modos, la
                                              nas; a los «dispositivos a tra-    tematización de la cultura         «Las sociedades preindus-
                                              vés de los cuales la hegemo-       masiva provenía de una inte-       triales son sociedades en vías
                                              nía transforma desde dentro        rrogación básica acerca del        de mediatización, es decir,
                                              el sentido del trabajo y la vida   poder, de sus mecanismos de        sociedades en que las prácti-
                                              de la comunidad» (Id. 207); a      producción y reproducción,         cas sociales (modalidades de
                                              los lugares «de los que provie-    de las posibilidades de resis-     funcionamiento institucional,
                                              nen las constricciones que         tir a él o de subvertirlo.         mecanismos de toma de deci-
                                              delimitan y configuran la ma-                                         sión, hábitos de consumo, con-
                                              terialidad social y la expresi-    En ese sentido, hablar de cul-     ductas más o menos rituali-
                                              vidad cultural» de los medios      tura masiva era nombrar las        zadas, etc.) se transforman por
                                              masivos (Id. 233).                 masas: las clases sociales         el hecho de que hay medios…
                                                                                 pretendidamente reunificadas       Una sociedad en vías de me-
                                              Lejos estábamos entonces,          sin conflictos en el campo del     diatización […] no por eso es
                                              de un pensamiento que hacía        consumo; hablar de cultura         una sociedad dominada por
                                              de la cultura masiva una es-       masiva era nombrar lo que se       una sola forma estructurante,
                                              tructura, un sistema dentro        producía como efecto de igua-      lo cual explicaría la totalidad
                                              del orden social y, como tal,      lación en sociedades atravesa-     de su funcionamiento. La me-
                                              aislable y estudiable en sus       das por las diferencias; reco-     diatización opera a través de
                                              mutuas interacciones e inter-      nocer en el campo de la pro-       diversos mecanismos según
                                              dependencias con el todo o         ducción de sentido los efectos     los sectores de la práctica so-
                                              alguna de sus partes. Por el       de la industrialización y la       cial que interese y produce, en
                                              contrario, enraizada en el         mercantilización capitalista       cada sector, distintas conse-
                                              proceso histórico de la cons-      que, entre otras cosas, había      cuencias» (Verón 1992: 124).


                                              diálogos
                                                    de la   comunicación
Con esa noción -equivalente       que esa transformación no es      que extraen las relaciones
en otros textos a la de cultura   uniforme.                         sociales de sus circunstan-
mediática e incluso a las de                                        cias particulares y la reflexi-
sociedad informatizada o so-      Ello no sólo nos habla de un      vidad, vale decir, la «utiliza-
ciedad de la información-,        cambio epocal; remite tam-        ción regularizada del conoci-
Eliseo Verón nos coloca en un     bién a un modo de pensar          miento de las circunstancias
escenario temporalmente           que, de alguna manera, pone       de la vida social en cuanto
nuevo: el del tiempo de lo        de manifiesto la necesidad        elemento constituyente de su
post: tiempo que habla en         de recuperar la materialidad      organización y transforma-
ciertos casos de superación       de los procesos significantes     ción» (Id.: 34). En la «moder-
o en otros, como constitui-       o, si se quiere, de reponer la    nidad reciente» el desarrollo
rían los términos «moderni-       centralidad de los medios en      interrelacionado entre me-
dad reciente» o «sobremoder-      el análisis cultural pero no ya   dios impresos y comunica-
nidad» de realización plena       en su carácter de transpor-       ción electrónica potenciará,
de lo que en ciernes estaba en    tadores de algún sentido aña-     según Giddens, ese dinamis-
el proyecto mismo de la mo-       dido -los mensajes- o como        mo.
dernidad.                         espacios de interacción de
                                  productores y receptores,         Analizando un conjunto más
Pero la cultura mediática no      sino en tanto marca, mode-        o menos vasto e incluso con-
se concibe sólo como un es-       lo, matriz, racionalidad pro-     tradictorio de textos3 que,
tadio más avanzado en el in-      ductora y organizadora de         más allá de la casuística, in-
tercambio de productos cul-       sentido.                          tentan exponer con alguna
turales: un estadio en el que                                       sistematicidad los rasgos de
se han incrementado las tec-      Al reflexionar sobre los aspec-   la cultura llamada mediática,
nologías e instituciones des-     tos constitutivos de la moder-    lo que se encuentra es, ni más




                                                                                                           M.C. Mata
tinadas a la producción de        nidad, Anthony Giddens seña-      ni menos, la exacerbada mos-
mensajes y en el que se ha        laría que una de las caracte-     tración de esos aspectos
incrementado el uso y consu-      rísticas más evidentes que la     tematizados por Giddens.
mo de esas tecnologías y me-      separan de cualquier otra         Nos detendremos en algunos
dios. Constituiría, en cambio,    época anterior, es su «extre-     de ellos.
un nuevo modo en el diseño        mo dinamismo», su carácter
de las interacciones, una nue-    de mundo «desbocado», en          Una de las constantes
va forma de estructuración        tanto no sólo implica una ace-    remarcadas es la transforma-
de las prácticas sociales, mar-   leración de los cambios sino      ción de dos nociones funda-
cada por la existencia de los     que alude a la «profundidad»      mentales en la constitución
medios. En ese sentido, la        con que afecta a las prácticas    de la modernidad: las nocio-
mediatización de la sociedad      sociales y a los modos de         nes de tiempo y espacio.
-la cultura mediática- nos        comportamiento antes exis-
plantea la necesidad de reco-     tentes» (1995: 28). Ese dina-     «Los cuentos infantiles ocurren
nocer que es el proceso co-       mismo constitutivo de la mo-      en países muy lejanos... Y por
lectivo de producción de sig-     dernidad está dado, básica-       eso son cuentos… Porque nin-
nificados a través del cual un    mente, por lo que denomina        gún lugar es muy lejano».
orden social se comprende,        la separación entre tiempo y
se comunica, se reproduce y       espacio -la condición para la     De ese modo, Telecom, una de
se transforma, el que se ha       articulación de las relaciones    las compañías que detentan el
rediseñado a partir de la exis-   sociales no mediadas por los      monopolio telefónico en Ar-
tencia de las tecnologías y       lugares-; el desenclave de las    gentina, y que se autopro-
medios de producción y            instituciones sociales -opera-    mociona como «un mundo
transmisión de información y      da a través de señales simbó-     próximo», nos anunciaba es-             85
la necesidad de reconocer         licas y mecanismos expertos       tar «preparada para el futuro».



                                                                                                      84         85
La copresencia e intercam-         Deportiva en días anteriores,    junto de modificaciones espa-


De la cultura masiva a la cultura mediática
                                              biabilidad discursiva de la es-    Menotti es el nuevo técnico de   cio-temporales que vienen de
                                              pacialidad y la temporalidad,      Independiente.                   lejos y hoy resultan potencia-
                                              de la irrealidad y la lejanía no   USTED NOS ESCUCHA POR-           das por las tecnologías de
                                              son casuales. Si uno de los me-    QUE NOS ENTERAMOS ANTES          trasmisión a distancia. Si el
                                              canismos productivos de la         QUE OTRAS RADIOS. LOS            teléfono habilitó las comuni-
                                              modernidad fue la desarticu-       PROTAGONISTAS NOS ESCU-          caciones más íntimas o
                                              lación del tiempo y el espacio     CHAN PORQUE NOS ENTERA-          personalizadas sin importar
                                              de situaciones o lugares espe-     MOS ANTES QUE ELLOS.             la lejanía, si fue capaz de man-
                                              cíficos mediante el vaciamien-     RIVADAVIA, ANTES LA VER-         tener y crear comunidades
                                              to -la abstracción- de ambas       DAD».4                           afectivas, comerciales o polí-
                                              nociones, facilitando de ese                                        ticas con sólo una llamada, el
                                              modo su recombinación sin          Tradicionalmente el periodis-    celular deviene hoy la próte-
                                              referencias obligadas a luga-      mo fue constituyéndose en        sis ineludible para asegurar el
                                              res precisos, requisito para or-   torno de la valoración de la     contacto permanente: no im-
                                              ganizar «las acciones de mu-       primicia: los medios compe-      porta dónde se esté; siempre
                                              chos seres humanos física-         tían por la novedad y ella       se está: al alcance y pudien-
                                              mente ausentes entre sí» (Id.:     pasó a identificarse con la      do ser alcanzado, informán-
                                              30), el perfeccionamiento de       propia noción de estar infor-    dose e informando; en co-
                                              las tecnologías de información     mado. Hoy, de lo que se trata    nexión. La idea del acceso y
                                              ha permitido construir un nue-     no es ya de «saber inmediata-    del acceso inmediato, multi-
                                              vo régimen espacio-temporal:       mente», sino de «saber antes»    plicada por las trasmisiones
                                              el de la coexistencia, el de la    y es esa capacidad de antici-    en directo y por las redes
                                              cohabitación.                      pación la que otorgará a los     informáticas, aceleran la ne-
                                                                                 medios y las técnicas de in-     cesidad de conocer o, mejor,
                                              Se trata de un régimen que,        formación un carácter perfor-    tornan obsoletas y poco efi-
                                              entre otras cosas, impone la       mativo, instaurando una nue-     caces las apropiaciones dife-
                                              inmediatez, en tanto «acelera-     va dimensión de lo real: lo      ridas.
                                              ción» del saber, como nueva        real informativo. Un real que
                                              categoría valorativa (Virilio,     no es asociable con una cons-    Por ello la relevancia de otro
                                              1996) que altera las jerar-        trucción fantasiosa o imagi-     de los aspectos destacados
                                              quías establecidas en los sis-     naria, sino con una realidad     de esta nueva cultura, lo que
                                              temas informativos y cog-          anterior, que, incluso operará   se ha dado en llamar la me-
                                              noscitivos.                        como instancia de contras-       diatización de la experien-
                                                                                 tación con los hechos efecti-    cia. Eduardo Subirats re-
                                              «Jueves 26 de julio: Domin-        vamente acontecidos pero en      flexiona sobre el particular
                                              go Cavallo se entera a través      cuya producción intervendrá      aludiendo al confinamiento
                                              del Rotativo del Aire que ya no    activamente. Hasta el cansan-    de lo real y a la exclusión de
                                              era Ministro.                      cio se ha dicho que esperába-    la experiencia frente a «una
                                                                                 mos la Guerra del Golfo, más     sola instancia que goza del
                                              Viernes 16 de agosto: En pre-      allá de las evaluaciones         privilegio absoluto de atrave-
                                              sidencia se enteran por el Ro-     geopolíticas, como relato        sar impunemente» las barre-
                                              tativo del Aire que se había       anunciado; hasta el cansan-      ras: «En las situaciones más
                                              convertido en Ley el proyecto      cio vemos producir resulta-      íntimas o en la más letal de
                                              que eximirá a diputados y se-      dos electorales en función de    las guerras, en los eventos
                                              nadores del pago del impues-       su modelación paulatina por      políticos o en los accidentes,
                                              to a las ganancias.                los sondeos de opinión.          sólo los media parecen tener
                                                                                                                  acceso universal» (1995: 55).
                                              Martes 21 de agosto: se con-       Ese «saber antes» va a ligarse   Ya no se trata, como Giddens
                                              firma lo adelantado por la Oral    estrechamente con otro con-      lo postularía, de la siempre


                                              diálogos
                                                    de la   comunicación
mediada experiencia humana         Siguiendo a Giddens, puede        basadas en los sistemas inter-
a través del lenguaje y los pro-   reconocerse que la moderni-       activos (Maldonado 1998); a
cesos de socialización cons-       dad proveyó una vida cotidia-     la seguridad que proveerían
titutivos de la cultura en tan-    na más previsible en tanto las    las construcciones inteligen-
to somos con los otros. Se tra-    cuestiones existenciales ca-      tes a los ciudadanos acosa-
ta ahora, de una nueva cir-        paces de provocar inquietud       dos por la violencia urbana o
cunscripción político-episte-      son «desarmadas» por el con-      limitados por la edad o las
mológica, al decir de              curso de «sistemas interna-       enfermedades7; a las redise-
Subirats, del actuar humano        mente referenciales» dotando      ñadas experiencias respecto
que, al mismo tiempo, revela       a los individuos de una cier-     de lo propio y lo ajeno, del sí
el nuevo carácter «ontoló-         ta necesaria seguridad onto-      mismo y de los otros, de lo
gicamente privilegiado de los      lógica. La delegación expe-       local y lo global, de lo públi-
medios de comunicación»            riencial en los artefactos téc-   co y lo privado.
como productores centrales         nicos constituye un rease-
de la realidad. Se acrecientan,    guro de primer orden en tan-      Para nuestra intención basta
de tal suerte, las zonas de la     to aparecen despojados de la      con lo hasta aquí planteado.
existencia de los individuos       falible condición de lo parti-    Porque de lo que se trata es
que se realizan -o prometen        cular-individual, de lo subje-    de interrogar estas miradas y,
realizarse- a través de los        tivo, para inscribirse en el      en consecuencia, la propia
medios y tecnologías que, en       marco de los sistemas exper-      noción de mediatización.
consecuencia, se constituyen       tos que restauran la confian-     Para ello creemos convenien-
en garantes de la posibilidad      za que la propia modernidad,      te reponer en el centro de la
del ser y el actuar.               constituida sobre el desen-       reflexión lo que ella ilumina y
                                   cantamiento del mundo y so-       oscurece, tal como viene sien-
Las autoridades locales ofre-      bre la impronta de la duda        do asumida en el campo de




                                                                                                            M.C. Mata
cen a los ciudadanos la posi-      metódica, no puede propor-        los estudios de comunica-
bilidad de comunicarse direc-      cionar.                           ción.
tamente con ellas a través de
Internet, los productores de       Podríamos -como lo venimos
La Biblioteca Total5 prometen      haciendo hasta aquí- precisar                   3.
a los usuarios «viajar por el      otro conjunto de rasgos y
mundo de Borges con un CD-         transformaciones conceptua-       Es evidente que con la noción
Rom de muy fácil manejo y          les que no habrían hecho sino     de mediatización de las so-
sumamente entretenido»; las        ahondar las ideas de alcance      ciedades -y de la cultura
hot-lines aseguran excitación      ilimitado, de potencialidad de    mediática- se hace referencia
y placeres sin riesgos ni des-     las técnicas de producción,       a una alteración sustantiva
ilusiones físicas. ¿Qué se sus-    procesamiento y distribución      que producirían las tecnolo-
trae, en medio de las prome-       de información para hacer de      gías y medios de producción
sas? El cuerpo, la interacción,    los individuos seres sobera-      y distribución de información
el esfuerzo, la posibilidad de     nos y capaces de superar las      en dos órdenes que, conver-
fracasar por la complejidad        barreras que los alejan entre     gentes, no pueden confundir-
de las situaciones físicas y       sí; es decir, para lograr cada    se; el de las prácticas socia-
espirituales. En el caso de CD     vez más capacidades de sa-        les y el de su representación.
hasta se valoriza el ahorro de     ber y obrar en un único uni-      Poder comunicarse efectiva y
espacio y su condición porta-      verso interconectado. En tal      rápidamente vía satelital en-
ble6. Las garantías de como-       sentido, podríamos referir-       tre varias personas, por ejem-
didad y éxito operan como las      nos a las posibilidades del       plo, y tejer una red que las
nuevas condiciones de vali-        ciberespacio como «espacio        acerca superando distancias,
dación de las experiencias         democrático» o a las prome-       no es lo mismo que experi-              87
mediadas.                          sas de reconversión laboral       mentar el sentimiento de in-



                                                                                                       86         87
terconexión y menos aún ha-       la cultura mediática: su capa-     do en que viven9. En tercer


De la cultura masiva a la cultura mediática
                                              ber eliminado barreras comu-      cidad para con-fundir el mos-      lugar, porque reubica a los
                                              nicativas. Asistir a través de    trar/ver con el ser/saber en el    medios masivos de comuni-
                                              los medios electrónicos en        orden de las representaciones      cación como una práctica
                                              tiempo real a una manifesta-      pero, al mismo tiempo, él re-      más entre aquellas que son
                                              ción callejera no es lo mismo     vela la doble transformación       transformadas, aun cuando,
                                              que experimentar el roce con      a que he aludido. Si el dirigen-   por su propia naturaleza in-
                                              los otros, la sensación de que    te entrevistado confía en la       tervengan en la modelación
                                              la voz particular se funde en     capacidad configuradora de lo      social adquiriendo, de tal
                                              el grito colectivo, el miedo a    real de las imágenes tele-         modo, un doble estatuto.
                                              los riesgos físicos. Ser filma-   visivas, es esa confianza la que
                                              dos mientras se plantea una       opera como base para el dise-      Pero esa misma riqueza y la
                                              demanda no es lo mismo que        ño de las modalidades de pro-      remisión a los dos órdenes
                                              acceder con ella al poder.        testa que significarán modifi-     que antes señalamos pueden
                                                                                caciones en las prácticas: la      convertir la noción en un fe-
                                              Sin embargo, no puedo dejar       olla popular, fruto de la re-      tiche; dotarla de una capaci-
                                              de recordar una escena            unión de lo poco que cada          dad comprensiva y explicati-
                                              televisiva que pone de relie-     pobre aporta -el pocillo de        va que convierta en «mediá-
                                              ve cierta dosis de confusión.     aceite, el hueso, alguna verdu-    tico» todo lo que toque como
                                              En medio de una jornada de        ra- organizada en el lugar que     ocurre en cierta literatura
                                              protesta sindical en la que se    se vive y/o se trabaja, deviene    ensayística y algunas que
                                              habían organizado ollas po-       «puesta en escena» en la que       otras investigaciones que
                                              pulares, la policía arremetió     los insumos comprados en           equiparan a las tecnologías y
                                              contra una de ellas. Mientras     abundancia en algún mercado        medios en nuevos determi-
                                              los comestibles rodaban por       y trasladados en repletos ca-      nantes de nociones y com-
                                              el suelo de una céntrica pla-     nastos hacia las plazas sedes      portamientos de manera ge-
                                              za, un dirigente manifestaba      de la representación, constitu-    neralizada. En ese sentido, no
                                              ante las cámaras: «Lo que su-     yen toda una utilería.8            sólo deberíamos afirmar que
                                              cede es que el gobierno no                                           -como afirma Eliseo Verón- no
                                              quiere que se vea por televi-     Tal -queremos afirmar- la ri-      todas las prácticas sociales
                                              sión lo que está pasando». La     queza de la noción. En primer      se mediatizan de manera ho-
                                              frase resultaba paradójica ya     lugar porque permite y obli-       mogénea, sino que debería
                                              que no existía ninguna cen-       ga reconocer los modos de          reconocerse que esa capaci-
                                              sura o restricción para la la-    expresión y simbolización en       dad transformadora se reve-
                                              bor periodística. Pero, en        cada zona de lo real, repo-        lará en grado desigual y ope-
                                              realidad su decir era otro: «El   niendo para la cultura su es-      rando distintas alteraciones
                                              gobierno no quiere que el         tatuto de dimensión signifi-       según los particulares acto-
                                              hambre se vea por televi-         cante de todas las prácticas.      res de esas prácticas; según
                                              sión»; el hambre que las ollas    En segundo lugar porque per-       los desiguales -y profunda-
                                              populares simbolizaban. Por-      mite y orienta el reconoci-        mente desiguales- universos
                                              que la visibilidad que otorga     miento de que en todas ellas,      materiales en que ellas se
                                              la pantalla -podríamos re-        independientemente de la in-       desarrollan.
                                              componer así su razona-           tervención que en ellas ten-
                                              miento, que todos entendi-        gan las tecnologías y medios       Ambos resguardos concep-
                                              mos- garantiza la existencia      de información, operan unas        tuales tienen, evidentemente,
                                              de lo que padecemos aún.          nociones que las incluyen por      implicancias metodológicas.
                                                                                cuanto ellas se proponen           Si para conjurar el poder de
                                              De algún modo nos enfrenta-       como organizadoras de las          determinación textual de la
                                              mos, en este caso, con la alu-    interacciones de los hombres       cultura masiva fue necesario
                                              cinación-límite que produciría    entre sí y de ellas con el mun-    reponer las figuras producti-


                                              diálogos
                                                   de la   comunicación
vas de la recepción y el com-      No otra parece la perspecti-        complejos. Doble limitación,
plejo entramado de las «me-        va que se encuentra en un           deberíamos decir, en tanto se
diaciones» -entre las cuales los   texto como el citado de             elude considerar las perspec-
modos de producción de la          Subirats. «Junto al proceso         tivas y categorías como
cultura masiva encontraban         concentracionario de lo real,       configuradoras de sus pro-
su lugar- se impondría ahora       y de su confinamiento simbó-        pios objetos. El riesgo, en el
la necesidad de evitar cual-       lico como package informati-        campo que venimos transi-
quier «desenclave» de las tec-     vo, se constituye la masa elec-     tanto, es considerable: per-
nologías y medios de trasmi-       trónica... Una masa inducida,       der de vista que los sentidos
sión de información. Ello im-      definida y controlada por las       inscritos en la materialidad
plica, no sólo su historizacion    instancias metadiscursivas del      de las tecnologías y medios
y localización como procedi-       flujo electrónico... la masa con-   pueden disolver la de aque-
mientos de vinculación a los       finada dentro del espacio y         llas prácticas que transfor-
procesos económicos y polí-        tiempo virtuales que estos          man. De ahí el requerimiento
ticos que las viabilizan, sino     medios de comunicación defi-        de encontrar las proposicio-
como procedimientos de vin-        nen, desde su disposción físi-      nes teóricas metodológicas
culación con quienes las usan      ca o biológica en el asiento        que aseguren su articulación.
en términos materiales y sim-      frente a la pantalla, hasta su
bólicos, diseñadores-produc-       producción metonímica de            Al respecto no sería pertinen-
tores y usuarios consumido-        imágenes automatizadas»             te postular alguna vía privile-
res en peculiares interac-         (1995:56). Toda considera-          giada en desmedro de otras.
ciones.                            ción acerca de sus condicio-        Así, las reflexiones sobre el
                                   nes materiales de existencia        sentido comunicativo inscri-
La necesidad de una tarea          y de su particular vinculación      to en las tecnologías, pro-
semejante se impone, por           con medios y tecnologías re-        puesto por Héctor Schmucler,




                                                                                                              M.C. Mata
otro lado, ante lo que quisie-     sulta para el autor «una obje-      las marcas que su «imagina-
ra calificar como la tendencia     ción trivial». La masa produ-       ción» deja en las culturas po-
a postular una gradual des-        cida por los medios «es tanto       pulares y letradas y que Bea-
aparición de la materialidad       más eficaz instrumental o sim-      triz Sarlo rastrea, resultan a
individual y social que se         bólicamente hablando, cuanto        nuestro juicio tan producti-
virtualizaría hoy en las socie-    más invisible y etérea es su        vas e inspiradoras como los
dades mediatizadas. Si la cul-     existencia» (Idem, 57). Pero lo     estudios acerca de los consu-
tura de masas nombraba una         que se atribuye a los medios        mos tecnológicos hogare-
sociedad en la cual las mayo-      bien podría predicarse de           ños10, o las investigaciones en
rías consumían compleja-           este propio modo de pensar-         torno a la articulación de las
mente, desde particulares          los: la trivialización de la ma-    tecnologías de información y
condiciones de subordina-          terialidad de las prácticas y       comunicación y el espacio
ción, los productos que se         los individuos virtualiza el        urbano11. Lo que todas esas
fabricaban desde diversas          poder.                              vías permiten valorizar, en
estrategias de poder econó-                                            esta nueva comprensión de la
mico e ideológico, si ello no      Si algo se ha reclamado con         sociedad y la cultura como
lograba encubrir que su con-       insistencia como debilidad de       «mediatizadas», es que más
dición de públicos y consumi-      la investigación comunicativa       allá de lógicas ineludibles y
dores se entremezclaba con         es su repentismo teórico: la        efectos prediseñados, lo que
su condición económico-so-         adopción poco reflexiva de          debemos enfrentar son dispo-
cial, ciertas nociones asocia-     perspectivas y categorías que       sitivos modeladores, antici-
das a la mediatización de la       se prometen reveladoras y           paciones, tendencias y poten-
sociedad parecen tornar irre-      superadoras de aquellas que         cialidades cuya realización
levante -insignificante- el es-    no alcanzan para comprender         hegemónica sólo podrá com-              89
tar en el mundo.                   los procesos, siempre más           prenderse en tanto se revelen



                                                                                                         88         89
los conflictos de los que for-             3. Nos referimos, entre otros, a obras    sidad de Brunel.



De la cultura masiva a la cultura mediática
                                              man parte, las desigualdades               como las de Paul Virilio, Marc Augé,
                                              que refuerzan, las creaciones              Tomás Maldonado, Javier Echeverría,       11. Como las realizadas entre otros
                                              desviadas y alternativas que               Gianni Vattimo, Regis Debray, Jean        por Tomás Maldonado o Manuel
                                              suscitan. En suma, los nuevos              Baudrillard.                              Castells y que, a nivel nacional se re-
                                              mundos donde se siguen ma-                                                           velan en los aportes que se expresa-
                                              nifestando las contradiccio-               4 Aviso aparecido en Argentina, en        ron en 1996 en la Jornada «Innovación
                                              nes sociales.                              diarios de circulación nacional.          tecnológica, ciudad y territorio. Las
                                                                                                                                   redes de información y comunica-
                                              Reflexionando acerca del                   5. Producción de Nicolás Helft rese-      ción», organizadas por el Instituto
                                              «Cómo leer desde la periferia              ñada y publicitada en la edición del 6    Gino Germani de la Universidad Na-
                                              las nuevas relaciones entre                de octubre de 1996 del diario La Na-      cional de Buenos Aires y el Centro de
                                              tecnología y sociedad», Mario              ción de Buenos Aires.                     Estudios e Investigaciones de la Uni-
                                              Albornoz se preguntaba, por                                                          versidad Nacional de Quilmes.
                                              ejemplo, por el sentido de                 6. «Es decir que La Biblioteca Total es
                                              utilizar un concepto neo-                  un laberinto lleno de señales… Sí, es
                                              schumpeteriano como el de                  una forma linda de decirlo. Busqué tra-
                                              «innovación», propio de so-                tar temas muy complejos en una for-
                                              ciedades organizadas compe-                ma simple y agradable y crear un am-
                                              titivamente, «para aplicarlo a             biente de intimidad […] Además es un
                                              sociedades de marginali-                   objeto liviano, chico. Lleva un librito
                                              zación creciente, aparente-                como prólogo…»
                                              mente destinadas a perder en                                                                          Marc Augé, La guerra de




                                                                                                                                   BIBLIOGRÁFICAS
                                              la competencia». Se pregunta-              7. Tal como se diseñan y experimen-                        los sueños. Ejercicios de
                                              ba hasta qué punto ese con-                tan en el área de infraestructuras                         etno-ficción, Gedisa, Bar-




                                                                                                                                   REFERENCIAS
                                              cepto permitía pensar los pro-             adaptables del MIT, dirigido por Chris                     celona, 1998.
                                              blemas de esas sociedades y                Luebkeman, según se informa en la
                                              postulaba su redefinición, su              Revista de La Nación de Buenos Ai-                         Finquelievich, Schiavo,
                                              lectura desde las propias con-             res, 28 de marzo de 1999.                                  Albornoz, Sutz y otros, La
                                              diciones (1998:24). Nuestra                                                                           ciudad y sus TICs, Univer-
                                              interrogante acerca de la cul-             8. Hemos reflexionado en detalle so-                       sidad    Nacional      de
                                              tura mediática aspira a colo-              bre esta temática en «Entre la plaza y                     Quilmes, 1998.
                                              carse en esa dirección.                    la platea» en H. Schmucler y M.C.
                                                                                         Mata (coords.) 1992.                      Anthony Giddens, Modernidad e iden-
                                                                                                                                   tidad del yo. El yo y la sociedad en la
                                                                                         9. En ese sentido, Judith Sutz            época contemporánea, Península, Bar-
                                                                                         (1998:41) señala que «la probablemen-     celona, 1995.
                                                                                         te inigualada convergencia tecnológi-
                                                                                         ca provocada por la informática deri-     Jesús Martín Barbero, De los medios
                                                                                         va de aquello a lo que se dirige: no se   a las mediaciones. Comunicación, cul-
                                                       1. Ver Historia y teoría de la    trata ya de movimiento o de energía       tura y hegemonía, Gustavo Gili, Bar-
                                              NOTAS




                                                       cultura de masas, Gustavo         sino de organización, es decir, ‘el       celona, 1987.
                                                       Gili, Barcelona, 1980. Espe-      todo’».
                                                       cialmente la Introducción y                                                 Franco Rositi, Historia y teoría de la
                                                       los capítulos X y XI.             10. Cabe resaltar entre ellos los apor-   cultura de masas, Gustavo Gili, Bar-
                                                                                         tes realizados por Roger Silverstone      celona, 1980.
                                              2. Todas las citas y referencias corres-   (1996) y por otro conjunto de inves-
                                              ponden a De los medios a las media-        tigadores ingleses impulsados por el      Beatriz Sarlo, La imaginación técnica.
                                              ciones. Comunicación, cultura y hege-      Centre for Research into Innovation       Sueños modernos de la cultura argen-
                                              monía, Gustavo Gili, Barcelona, 1987.      Culture and Technologie de la Univer-     tina, Nueva Visión, Buenos Aires, 1992.


                                              diálogosde la   comunicación
Héctor Schmucler, Memoria de la co-
municación, Biblios Buenos Aires,
1997.


Héctor Schmucler y Maria C. Mata
(coords.) Política y comunicación
¿hay un lugar para la política en la
cultura mediática?, Catálogos, Buenos
Aires, 1992.


Roger Silverstone y Eric Hirsch (eds.)
Los efectos de la nueva comunicación,
Bosch, Barcelona, 1996.


Roger Silverstone, Televisión y vida
cotidiana, Amorrortu, Buenos Aires,
1996.


Eduardo Subirats, «La masa electró-
nica» en Confines Nº 2, Buenos Aires,
noviembre de 1995.


Elieo Verón, «Interfaces sobre la de-
mocracia audiovisual evolucionada»,
en Ferry, Wolton y otros, El nuevo




                                               M.C. Mata
espacio público, Gedisa, Barcelona,
1992.


Paul Virilio, El arte del motor. Acele-
ración y realidad virtual, Manantial,
Buenos Aires, 1996.


Raymond Williams, Marxismo y lite-
ratura, Península, Barcelona, 1980.




                                                91




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María Cristina Mata

  • 1. María Cristina Mata De la cultura masiva a la cultura mediática M.C. Mata Docente e investigadora en la Maestría en Comunicación y Cultura Contemporánea del Centro de Estudios Avanzados de la Universidad Nacional de Córdoba. Dirección: Adolfo Orma 1354, Barrio Parque Tablada, 5009 Córdoba. Telefax: (5451)814024 E-mail: mmata@mail.agora.com.ar 81 diálogos de la comunicación 80 81
  • 2. dida básicamente como un María Cristina Mata De la cultura masiva a la cultura mediática 1. conjunto de objetos, produci- dos para las masas y consu- La aparición de la noción de midos por ellas. cultura mediática o de las equivalentes y/o contiguas De todos modos, no era esa nociones de mediatización de la única perspectiva -descrip- la cultura o sociedades me- tiva y clasificatoria- desde la diatizadas (o incluso en vías cual se construyó y utilizó de mediatización) en textos de dicha categoría. Planteos diverso carácter disciplinario como el de Franco Rositi, -sociológicos, antropológicos, ampliando su alcance no sólo semióticos- tuvo la preten- a un conjunto de objetos cul- sión, o al menos sembró la ilu- turales sino a un conjunto de sión de proveer un nuevo prin- «modelos de comportamien- cipio de comprensión acerca to operantes» que le habilita- de los fenómenos de produc- ron para plantear la unidad ción colectiva de significados de dicha cultura tras su «apa- en las sociedades actuales, ca- rente indeterminación» 1 o lificadas al mismo tiempo proposiciones como las for- como post-industriales. muladas por Jesús Martín Barbero, planteando que la Esa pretensión o ilusión ha- cultura masiva es el modo en bló, consecuentemente, de la que se producen las significa- insuficiencia de anteriores ciones en las sociedades don- categorías para dar cuenta de de «todo» (las relaciones so- tales fenómenos. En particu- ciales) se ha masificado2 , in- «Toda profecía generalizada lar, aludió a la insuficiencia de trodujeron una dimensión di- que parte de un solo sector de la noción «cultura masiva» o námica a la noción y la vol- lo social, aun cuando se trate «cultura de masas», bajo cuyo vieron apta para dar cuenta de un sector tan espectacular genérico campo se habían de particulares configuracio- como el de las tecnologías de analizado los intercambios de nes de sentido características la comunicación, es evidente- productos culturales elabora- de situaciones y momentos mente una profecía impruden- dos de manera industrial y determinados: valores, mo- te porque subestima por fuer- destinados a grandes masas dos de vincularse entre los za la pluralidad y la compleji- de la población. Sin embargo, individuos, divisiones del dad sociológicas de la innova- y creo que este es el primer tiempo, organización del es- ción en un conjunto planeta- rasgo interesante en la apari- pacio público y el espacio rio que aún está en gran medi- ción de esas nociones, ellas privado, modos de legitima- da diversificado... revelaron que esa insuficien- ción, etc. y no sólo de un con- cia no sólo se debía a trans- junto de mensajes produci- ... La cuestión particular se re- formaciones materiales en los dos estandarizadamente y fiere al hecho de saber cuál es modos de producción cultu- consumidos más o menos nuestra relación con lo real ral, sino a una transformación indiscriminadamente. cuando las condiciones de la de los puntos de vista adop- simbolización cambian» tados para el análisis de la co- Desde perspectivas de ese municación y la cultura. En tipo fue posible hipotetizar y Marc Augé, otras palabras, si la noción de analizar empíricamente cier- La guerra de los sueños cultura masiva ya no alcanza- tos rasgos que dotaban de ba era porque ella fue enten- unidad a esa cultura colecti- diálogos de la comunicación
  • 3. va en el marco de la cual eran de intermediación ante el po- nuevas formas expresivas, pensables -todavía- ciertos der político. anteriores circuitos de pro- islotes subculturales -en ter- ducción con nuevas estrate- minología de Rositi- o modos Se tematizaron de ese modo, gias discursivas y de recep- particulares de vivir lo masi- las diferentes zonas de lo real ción. vo, en términos de Martín que las tecnologías y medios Barbero, para seguir con esos de producción y trasmisión En ese sentido, lo masivo se autores. No detallaré aquí la de información y mensajes imponía como forma cultural totalidad de rasgos pero re- cubrieron con estrategias dominante. Un dominio fun- sultará útil señalar algunos que, en términos de resulta- dado básicamente en datos que, a título indicativo, pue- dos, bien podrían definirse cuantitativos vinculados a la den situarnos en el tipo de como de extensión o multipli- esfera del consumo -desde la caracterizaciones que nos cación. En otras palabras, los cantidad de horas que los in- permitieron reconocer la cul- medios alcanzaban donde la dividuos pasaban frente a la tura masiva como un estadio interacción personal y la in- pantalla del televisor, por del desarrollo de la moderni- fluencia institucional no llega- ejemplo, o la cantidad de in- dad. ban. Y no aludimos sólo a la formación que recogían a dimensión espacial sino al través del conjunto de me- Podemos, por ejemplo, reco- terreno del poder hacer. Los dios masivos consumidos- o nocer la centralidad que fue- medios -y ese era el carácter a la esfera de la producción - ron adquiriendo los medios más estructural de la cultura la dimensión de las inversio- masivos de comunicación en masiva- se hacían cargo de nes en el sistema de medios la vida cotidiana como fuen- una serie de tareas confina- y su articulación con otras tes de información y entrete- das anteriormente a una di- esferas de la producción-, y nimiento, como fuentes de la versidad de instituciones y en la fuerza que adquiría la M.C. Mata construcción de imaginarios modos de vinculación perso- realidad construida desde los colectivos entendidos como nalizados, los completaban y medios como agenda pública espacios identitarios nacio- complementaban, conflictiva y espacio de legitimación de nales, epocales, generacio- o congruentemente. nociones. nales. El saber al mismo tiem- po y el compartir modos de Los análisis más agudos acer- De todos modos, lo predomi- ser a través de ciertos relatos ca de la cultura masiva fueron nante en el campo de los es- estuvieron en la base de la permitiendo constatar que tudios sociológicos fue con- constitución cultural de los ese «hacerse cargo» no podía siderar que esa forma cultu- estados nacionales latinoa- ser asumido de manera ins- ral se vinculaba con el con- mericanos; la información trumental, desconociendo la junto de lo social a través de acerca de las innovaciones capacidad configuradora de relaciones de funcionalidad - estilísticas y la difusión de un las tecnologías y los lengua- Rositi plantearía la necesidad modelo de cuerpo estuvieron jes. Superando justamente de establecer «cuánta reali- en la base de la instauración ese tipo de visiones que redu- dad social son capaces de de la «moda» como regulación jeron los canales a instancias comprender y organizar los vestimentaria… Pero tam- transportadoras de significa- discursos que entienden la cul- bién pueden reconocerse pa- dos, fue posible pensar la cul- tura de masas como fuente y peles equivalentes en la con- tura articulada en torno a reflejo de modelos reales de figuración de los modos de medios y tecnologías como comportamiento» (1980:37). acción pública: el diseño de una nueva matriz para la pro- reglas del decir que constitu- ducción simbólica dotada de Fue justamente la voluntad de yeron hablantes legitimados un estatuto propio y comple- encontrar otro camino de y atentos oyentes; dirigentes jo en tanto fundía anteriores comprensión que superase 83 y dirigidos; variadas formas modos de interacción con dualismos y visiones instru- 82 83
  • 4. mentales la que estuvo en el titución de la modernidad la- supuesto el desarrollo cre- De la cultura masiva a la cultura mediática origen de otras nociones que tinoamericana, la cultura ma- ciente del sector de las tecno- enriquecieron y compleji- siva llegaba a confundirse logías de comunicación y su zaron el campo. Así, por ejem- con ciertas nociones de la he- paulatina y notoria institución plo, la de mediaciones, acu- gemonía: «todo un cuerpo de como espacios significativos ñada por Jesús Martín Barbe- prácticas y expectativas en de la trama social. Los abor- ro, plantearía la articulación relación con la totalidad de la dajes más fructíferos dentro entre los procesos de produc- vida: nuestros sentidos y do- de esta perspectiva general ción de sentido en torno a los sis de energía, las percepcio- fueron, sin dudas, aquellos medios masivos de comuni- nes definidas que tenemos de que transitando distintas vías cación y otras prácticas coti- nosotros mismos y de nues- metodológicas, intentaron re- dianas de significación; aludi- tro mundo […] un vívido sis- componer la homogeneidad ría a los dispositivos a través tema de significados y valo- sin desconocer las particula- de los cuales «los medios ad- res -fundamentales y consti- ridades y diferencias dando quirieron materialidad insti- tutivos- que en la medida que cuenta de la compleja trama tucional y espesor cultural» son experimentados como en que se articulaban las ins- (1987:177); a las complejas prácticas parecen confirmar- tituciones, los textos, las prác- interacciones e interseccio- se recíprocamente […] en el ticas y los actores. nes entre variadas y plurales sentido más firme […] una temporalidades sociales y ‘cultura’, pero una que debe Pero hubo un momento -tem- matrices culturales (Id. 203); ser considerada asimismo poral y teórico deberíamos a la articulación entre las téc- como la vívida dominación y entender- en que ello ya pa- nicas y procedimientos de subordinación de clases par- recía no alcanzar. producción de una cultura ticulares» (Williams 1980: 131- para todos -y en ese sentido 132). Y si llegaba a con-fundir- masiva- y las transformacio- se con esa noción era porque, 2. nes de las culturas subalter- de diversos modos, la nas; a los «dispositivos a tra- tematización de la cultura «Las sociedades preindus- vés de los cuales la hegemo- masiva provenía de una inte- triales son sociedades en vías nía transforma desde dentro rrogación básica acerca del de mediatización, es decir, el sentido del trabajo y la vida poder, de sus mecanismos de sociedades en que las prácti- de la comunidad» (Id. 207); a producción y reproducción, cas sociales (modalidades de los lugares «de los que provie- de las posibilidades de resis- funcionamiento institucional, nen las constricciones que tir a él o de subvertirlo. mecanismos de toma de deci- delimitan y configuran la ma- sión, hábitos de consumo, con- terialidad social y la expresi- En ese sentido, hablar de cul- ductas más o menos rituali- vidad cultural» de los medios tura masiva era nombrar las zadas, etc.) se transforman por masivos (Id. 233). masas: las clases sociales el hecho de que hay medios… pretendidamente reunificadas Una sociedad en vías de me- Lejos estábamos entonces, sin conflictos en el campo del diatización […] no por eso es de un pensamiento que hacía consumo; hablar de cultura una sociedad dominada por de la cultura masiva una es- masiva era nombrar lo que se una sola forma estructurante, tructura, un sistema dentro producía como efecto de igua- lo cual explicaría la totalidad del orden social y, como tal, lación en sociedades atravesa- de su funcionamiento. La me- aislable y estudiable en sus das por las diferencias; reco- diatización opera a través de mutuas interacciones e inter- nocer en el campo de la pro- diversos mecanismos según dependencias con el todo o ducción de sentido los efectos los sectores de la práctica so- alguna de sus partes. Por el de la industrialización y la cial que interese y produce, en contrario, enraizada en el mercantilización capitalista cada sector, distintas conse- proceso histórico de la cons- que, entre otras cosas, había cuencias» (Verón 1992: 124). diálogos de la comunicación
  • 5. Con esa noción -equivalente que esa transformación no es que extraen las relaciones en otros textos a la de cultura uniforme. sociales de sus circunstan- mediática e incluso a las de cias particulares y la reflexi- sociedad informatizada o so- Ello no sólo nos habla de un vidad, vale decir, la «utiliza- ciedad de la información-, cambio epocal; remite tam- ción regularizada del conoci- Eliseo Verón nos coloca en un bién a un modo de pensar miento de las circunstancias escenario temporalmente que, de alguna manera, pone de la vida social en cuanto nuevo: el del tiempo de lo de manifiesto la necesidad elemento constituyente de su post: tiempo que habla en de recuperar la materialidad organización y transforma- ciertos casos de superación de los procesos significantes ción» (Id.: 34). En la «moder- o en otros, como constitui- o, si se quiere, de reponer la nidad reciente» el desarrollo rían los términos «moderni- centralidad de los medios en interrelacionado entre me- dad reciente» o «sobremoder- el análisis cultural pero no ya dios impresos y comunica- nidad» de realización plena en su carácter de transpor- ción electrónica potenciará, de lo que en ciernes estaba en tadores de algún sentido aña- según Giddens, ese dinamis- el proyecto mismo de la mo- dido -los mensajes- o como mo. dernidad. espacios de interacción de productores y receptores, Analizando un conjunto más Pero la cultura mediática no sino en tanto marca, mode- o menos vasto e incluso con- se concibe sólo como un es- lo, matriz, racionalidad pro- tradictorio de textos3 que, tadio más avanzado en el in- ductora y organizadora de más allá de la casuística, in- tercambio de productos cul- sentido. tentan exponer con alguna turales: un estadio en el que sistematicidad los rasgos de se han incrementado las tec- Al reflexionar sobre los aspec- la cultura llamada mediática, nologías e instituciones des- tos constitutivos de la moder- lo que se encuentra es, ni más M.C. Mata tinadas a la producción de nidad, Anthony Giddens seña- ni menos, la exacerbada mos- mensajes y en el que se ha laría que una de las caracte- tración de esos aspectos incrementado el uso y consu- rísticas más evidentes que la tematizados por Giddens. mo de esas tecnologías y me- separan de cualquier otra Nos detendremos en algunos dios. Constituiría, en cambio, época anterior, es su «extre- de ellos. un nuevo modo en el diseño mo dinamismo», su carácter de las interacciones, una nue- de mundo «desbocado», en Una de las constantes va forma de estructuración tanto no sólo implica una ace- remarcadas es la transforma- de las prácticas sociales, mar- leración de los cambios sino ción de dos nociones funda- cada por la existencia de los que alude a la «profundidad» mentales en la constitución medios. En ese sentido, la con que afecta a las prácticas de la modernidad: las nocio- mediatización de la sociedad sociales y a los modos de nes de tiempo y espacio. -la cultura mediática- nos comportamiento antes exis- plantea la necesidad de reco- tentes» (1995: 28). Ese dina- «Los cuentos infantiles ocurren nocer que es el proceso co- mismo constitutivo de la mo- en países muy lejanos... Y por lectivo de producción de sig- dernidad está dado, básica- eso son cuentos… Porque nin- nificados a través del cual un mente, por lo que denomina gún lugar es muy lejano». orden social se comprende, la separación entre tiempo y se comunica, se reproduce y espacio -la condición para la De ese modo, Telecom, una de se transforma, el que se ha articulación de las relaciones las compañías que detentan el rediseñado a partir de la exis- sociales no mediadas por los monopolio telefónico en Ar- tencia de las tecnologías y lugares-; el desenclave de las gentina, y que se autopro- medios de producción y instituciones sociales -opera- mociona como «un mundo transmisión de información y da a través de señales simbó- próximo», nos anunciaba es- 85 la necesidad de reconocer licas y mecanismos expertos tar «preparada para el futuro». 84 85
  • 6. La copresencia e intercam- Deportiva en días anteriores, junto de modificaciones espa- De la cultura masiva a la cultura mediática biabilidad discursiva de la es- Menotti es el nuevo técnico de cio-temporales que vienen de pacialidad y la temporalidad, Independiente. lejos y hoy resultan potencia- de la irrealidad y la lejanía no USTED NOS ESCUCHA POR- das por las tecnologías de son casuales. Si uno de los me- QUE NOS ENTERAMOS ANTES trasmisión a distancia. Si el canismos productivos de la QUE OTRAS RADIOS. LOS teléfono habilitó las comuni- modernidad fue la desarticu- PROTAGONISTAS NOS ESCU- caciones más íntimas o lación del tiempo y el espacio CHAN PORQUE NOS ENTERA- personalizadas sin importar de situaciones o lugares espe- MOS ANTES QUE ELLOS. la lejanía, si fue capaz de man- cíficos mediante el vaciamien- RIVADAVIA, ANTES LA VER- tener y crear comunidades to -la abstracción- de ambas DAD».4 afectivas, comerciales o polí- nociones, facilitando de ese ticas con sólo una llamada, el modo su recombinación sin Tradicionalmente el periodis- celular deviene hoy la próte- referencias obligadas a luga- mo fue constituyéndose en sis ineludible para asegurar el res precisos, requisito para or- torno de la valoración de la contacto permanente: no im- ganizar «las acciones de mu- primicia: los medios compe- porta dónde se esté; siempre chos seres humanos física- tían por la novedad y ella se está: al alcance y pudien- mente ausentes entre sí» (Id.: pasó a identificarse con la do ser alcanzado, informán- 30), el perfeccionamiento de propia noción de estar infor- dose e informando; en co- las tecnologías de información mado. Hoy, de lo que se trata nexión. La idea del acceso y ha permitido construir un nue- no es ya de «saber inmediata- del acceso inmediato, multi- vo régimen espacio-temporal: mente», sino de «saber antes» plicada por las trasmisiones el de la coexistencia, el de la y es esa capacidad de antici- en directo y por las redes cohabitación. pación la que otorgará a los informáticas, aceleran la ne- medios y las técnicas de in- cesidad de conocer o, mejor, Se trata de un régimen que, formación un carácter perfor- tornan obsoletas y poco efi- entre otras cosas, impone la mativo, instaurando una nue- caces las apropiaciones dife- inmediatez, en tanto «acelera- va dimensión de lo real: lo ridas. ción» del saber, como nueva real informativo. Un real que categoría valorativa (Virilio, no es asociable con una cons- Por ello la relevancia de otro 1996) que altera las jerar- trucción fantasiosa o imagi- de los aspectos destacados quías establecidas en los sis- naria, sino con una realidad de esta nueva cultura, lo que temas informativos y cog- anterior, que, incluso operará se ha dado en llamar la me- noscitivos. como instancia de contras- diatización de la experien- tación con los hechos efecti- cia. Eduardo Subirats re- «Jueves 26 de julio: Domin- vamente acontecidos pero en flexiona sobre el particular go Cavallo se entera a través cuya producción intervendrá aludiendo al confinamiento del Rotativo del Aire que ya no activamente. Hasta el cansan- de lo real y a la exclusión de era Ministro. cio se ha dicho que esperába- la experiencia frente a «una mos la Guerra del Golfo, más sola instancia que goza del Viernes 16 de agosto: En pre- allá de las evaluaciones privilegio absoluto de atrave- sidencia se enteran por el Ro- geopolíticas, como relato sar impunemente» las barre- tativo del Aire que se había anunciado; hasta el cansan- ras: «En las situaciones más convertido en Ley el proyecto cio vemos producir resulta- íntimas o en la más letal de que eximirá a diputados y se- dos electorales en función de las guerras, en los eventos nadores del pago del impues- su modelación paulatina por políticos o en los accidentes, to a las ganancias. los sondeos de opinión. sólo los media parecen tener acceso universal» (1995: 55). Martes 21 de agosto: se con- Ese «saber antes» va a ligarse Ya no se trata, como Giddens firma lo adelantado por la Oral estrechamente con otro con- lo postularía, de la siempre diálogos de la comunicación
  • 7. mediada experiencia humana Siguiendo a Giddens, puede basadas en los sistemas inter- a través del lenguaje y los pro- reconocerse que la moderni- activos (Maldonado 1998); a cesos de socialización cons- dad proveyó una vida cotidia- la seguridad que proveerían titutivos de la cultura en tan- na más previsible en tanto las las construcciones inteligen- to somos con los otros. Se tra- cuestiones existenciales ca- tes a los ciudadanos acosa- ta ahora, de una nueva cir- paces de provocar inquietud dos por la violencia urbana o cunscripción político-episte- son «desarmadas» por el con- limitados por la edad o las mológica, al decir de curso de «sistemas interna- enfermedades7; a las redise- Subirats, del actuar humano mente referenciales» dotando ñadas experiencias respecto que, al mismo tiempo, revela a los individuos de una cier- de lo propio y lo ajeno, del sí el nuevo carácter «ontoló- ta necesaria seguridad onto- mismo y de los otros, de lo gicamente privilegiado de los lógica. La delegación expe- local y lo global, de lo públi- medios de comunicación» riencial en los artefactos téc- co y lo privado. como productores centrales nicos constituye un rease- de la realidad. Se acrecientan, guro de primer orden en tan- Para nuestra intención basta de tal suerte, las zonas de la to aparecen despojados de la con lo hasta aquí planteado. existencia de los individuos falible condición de lo parti- Porque de lo que se trata es que se realizan -o prometen cular-individual, de lo subje- de interrogar estas miradas y, realizarse- a través de los tivo, para inscribirse en el en consecuencia, la propia medios y tecnologías que, en marco de los sistemas exper- noción de mediatización. consecuencia, se constituyen tos que restauran la confian- Para ello creemos convenien- en garantes de la posibilidad za que la propia modernidad, te reponer en el centro de la del ser y el actuar. constituida sobre el desen- reflexión lo que ella ilumina y cantamiento del mundo y so- oscurece, tal como viene sien- Las autoridades locales ofre- bre la impronta de la duda do asumida en el campo de M.C. Mata cen a los ciudadanos la posi- metódica, no puede propor- los estudios de comunica- bilidad de comunicarse direc- cionar. ción. tamente con ellas a través de Internet, los productores de Podríamos -como lo venimos La Biblioteca Total5 prometen haciendo hasta aquí- precisar 3. a los usuarios «viajar por el otro conjunto de rasgos y mundo de Borges con un CD- transformaciones conceptua- Es evidente que con la noción Rom de muy fácil manejo y les que no habrían hecho sino de mediatización de las so- sumamente entretenido»; las ahondar las ideas de alcance ciedades -y de la cultura hot-lines aseguran excitación ilimitado, de potencialidad de mediática- se hace referencia y placeres sin riesgos ni des- las técnicas de producción, a una alteración sustantiva ilusiones físicas. ¿Qué se sus- procesamiento y distribución que producirían las tecnolo- trae, en medio de las prome- de información para hacer de gías y medios de producción sas? El cuerpo, la interacción, los individuos seres sobera- y distribución de información el esfuerzo, la posibilidad de nos y capaces de superar las en dos órdenes que, conver- fracasar por la complejidad barreras que los alejan entre gentes, no pueden confundir- de las situaciones físicas y sí; es decir, para lograr cada se; el de las prácticas socia- espirituales. En el caso de CD vez más capacidades de sa- les y el de su representación. hasta se valoriza el ahorro de ber y obrar en un único uni- Poder comunicarse efectiva y espacio y su condición porta- verso interconectado. En tal rápidamente vía satelital en- ble6. Las garantías de como- sentido, podríamos referir- tre varias personas, por ejem- didad y éxito operan como las nos a las posibilidades del plo, y tejer una red que las nuevas condiciones de vali- ciberespacio como «espacio acerca superando distancias, dación de las experiencias democrático» o a las prome- no es lo mismo que experi- 87 mediadas. sas de reconversión laboral mentar el sentimiento de in- 86 87
  • 8. terconexión y menos aún ha- la cultura mediática: su capa- do en que viven9. En tercer De la cultura masiva a la cultura mediática ber eliminado barreras comu- cidad para con-fundir el mos- lugar, porque reubica a los nicativas. Asistir a través de trar/ver con el ser/saber en el medios masivos de comuni- los medios electrónicos en orden de las representaciones cación como una práctica tiempo real a una manifesta- pero, al mismo tiempo, él re- más entre aquellas que son ción callejera no es lo mismo vela la doble transformación transformadas, aun cuando, que experimentar el roce con a que he aludido. Si el dirigen- por su propia naturaleza in- los otros, la sensación de que te entrevistado confía en la tervengan en la modelación la voz particular se funde en capacidad configuradora de lo social adquiriendo, de tal el grito colectivo, el miedo a real de las imágenes tele- modo, un doble estatuto. los riesgos físicos. Ser filma- visivas, es esa confianza la que dos mientras se plantea una opera como base para el dise- Pero esa misma riqueza y la demanda no es lo mismo que ño de las modalidades de pro- remisión a los dos órdenes acceder con ella al poder. testa que significarán modifi- que antes señalamos pueden caciones en las prácticas: la convertir la noción en un fe- Sin embargo, no puedo dejar olla popular, fruto de la re- tiche; dotarla de una capaci- de recordar una escena unión de lo poco que cada dad comprensiva y explicati- televisiva que pone de relie- pobre aporta -el pocillo de va que convierta en «mediá- ve cierta dosis de confusión. aceite, el hueso, alguna verdu- tico» todo lo que toque como En medio de una jornada de ra- organizada en el lugar que ocurre en cierta literatura protesta sindical en la que se se vive y/o se trabaja, deviene ensayística y algunas que habían organizado ollas po- «puesta en escena» en la que otras investigaciones que pulares, la policía arremetió los insumos comprados en equiparan a las tecnologías y contra una de ellas. Mientras abundancia en algún mercado medios en nuevos determi- los comestibles rodaban por y trasladados en repletos ca- nantes de nociones y com- el suelo de una céntrica pla- nastos hacia las plazas sedes portamientos de manera ge- za, un dirigente manifestaba de la representación, constitu- neralizada. En ese sentido, no ante las cámaras: «Lo que su- yen toda una utilería.8 sólo deberíamos afirmar que cede es que el gobierno no -como afirma Eliseo Verón- no quiere que se vea por televi- Tal -queremos afirmar- la ri- todas las prácticas sociales sión lo que está pasando». La queza de la noción. En primer se mediatizan de manera ho- frase resultaba paradójica ya lugar porque permite y obli- mogénea, sino que debería que no existía ninguna cen- ga reconocer los modos de reconocerse que esa capaci- sura o restricción para la la- expresión y simbolización en dad transformadora se reve- bor periodística. Pero, en cada zona de lo real, repo- lará en grado desigual y ope- realidad su decir era otro: «El niendo para la cultura su es- rando distintas alteraciones gobierno no quiere que el tatuto de dimensión signifi- según los particulares acto- hambre se vea por televi- cante de todas las prácticas. res de esas prácticas; según sión»; el hambre que las ollas En segundo lugar porque per- los desiguales -y profunda- populares simbolizaban. Por- mite y orienta el reconoci- mente desiguales- universos que la visibilidad que otorga miento de que en todas ellas, materiales en que ellas se la pantalla -podríamos re- independientemente de la in- desarrollan. componer así su razona- tervención que en ellas ten- miento, que todos entendi- gan las tecnologías y medios Ambos resguardos concep- mos- garantiza la existencia de información, operan unas tuales tienen, evidentemente, de lo que padecemos aún. nociones que las incluyen por implicancias metodológicas. cuanto ellas se proponen Si para conjurar el poder de De algún modo nos enfrenta- como organizadoras de las determinación textual de la mos, en este caso, con la alu- interacciones de los hombres cultura masiva fue necesario cinación-límite que produciría entre sí y de ellas con el mun- reponer las figuras producti- diálogos de la comunicación
  • 9. vas de la recepción y el com- No otra parece la perspecti- complejos. Doble limitación, plejo entramado de las «me- va que se encuentra en un deberíamos decir, en tanto se diaciones» -entre las cuales los texto como el citado de elude considerar las perspec- modos de producción de la Subirats. «Junto al proceso tivas y categorías como cultura masiva encontraban concentracionario de lo real, configuradoras de sus pro- su lugar- se impondría ahora y de su confinamiento simbó- pios objetos. El riesgo, en el la necesidad de evitar cual- lico como package informati- campo que venimos transi- quier «desenclave» de las tec- vo, se constituye la masa elec- tanto, es considerable: per- nologías y medios de trasmi- trónica... Una masa inducida, der de vista que los sentidos sión de información. Ello im- definida y controlada por las inscritos en la materialidad plica, no sólo su historizacion instancias metadiscursivas del de las tecnologías y medios y localización como procedi- flujo electrónico... la masa con- pueden disolver la de aque- mientos de vinculación a los finada dentro del espacio y llas prácticas que transfor- procesos económicos y polí- tiempo virtuales que estos man. De ahí el requerimiento ticos que las viabilizan, sino medios de comunicación defi- de encontrar las proposicio- como procedimientos de vin- nen, desde su disposción físi- nes teóricas metodológicas culación con quienes las usan ca o biológica en el asiento que aseguren su articulación. en términos materiales y sim- frente a la pantalla, hasta su bólicos, diseñadores-produc- producción metonímica de Al respecto no sería pertinen- tores y usuarios consumido- imágenes automatizadas» te postular alguna vía privile- res en peculiares interac- (1995:56). Toda considera- giada en desmedro de otras. ciones. ción acerca de sus condicio- Así, las reflexiones sobre el nes materiales de existencia sentido comunicativo inscri- La necesidad de una tarea y de su particular vinculación to en las tecnologías, pro- semejante se impone, por con medios y tecnologías re- puesto por Héctor Schmucler, M.C. Mata otro lado, ante lo que quisie- sulta para el autor «una obje- las marcas que su «imagina- ra calificar como la tendencia ción trivial». La masa produ- ción» deja en las culturas po- a postular una gradual des- cida por los medios «es tanto pulares y letradas y que Bea- aparición de la materialidad más eficaz instrumental o sim- triz Sarlo rastrea, resultan a individual y social que se bólicamente hablando, cuanto nuestro juicio tan producti- virtualizaría hoy en las socie- más invisible y etérea es su vas e inspiradoras como los dades mediatizadas. Si la cul- existencia» (Idem, 57). Pero lo estudios acerca de los consu- tura de masas nombraba una que se atribuye a los medios mos tecnológicos hogare- sociedad en la cual las mayo- bien podría predicarse de ños10, o las investigaciones en rías consumían compleja- este propio modo de pensar- torno a la articulación de las mente, desde particulares los: la trivialización de la ma- tecnologías de información y condiciones de subordina- terialidad de las prácticas y comunicación y el espacio ción, los productos que se los individuos virtualiza el urbano11. Lo que todas esas fabricaban desde diversas poder. vías permiten valorizar, en estrategias de poder econó- esta nueva comprensión de la mico e ideológico, si ello no Si algo se ha reclamado con sociedad y la cultura como lograba encubrir que su con- insistencia como debilidad de «mediatizadas», es que más dición de públicos y consumi- la investigación comunicativa allá de lógicas ineludibles y dores se entremezclaba con es su repentismo teórico: la efectos prediseñados, lo que su condición económico-so- adopción poco reflexiva de debemos enfrentar son dispo- cial, ciertas nociones asocia- perspectivas y categorías que sitivos modeladores, antici- das a la mediatización de la se prometen reveladoras y paciones, tendencias y poten- sociedad parecen tornar irre- superadoras de aquellas que cialidades cuya realización levante -insignificante- el es- no alcanzan para comprender hegemónica sólo podrá com- 89 tar en el mundo. los procesos, siempre más prenderse en tanto se revelen 88 89
  • 10. los conflictos de los que for- 3. Nos referimos, entre otros, a obras sidad de Brunel. De la cultura masiva a la cultura mediática man parte, las desigualdades como las de Paul Virilio, Marc Augé, que refuerzan, las creaciones Tomás Maldonado, Javier Echeverría, 11. Como las realizadas entre otros desviadas y alternativas que Gianni Vattimo, Regis Debray, Jean por Tomás Maldonado o Manuel suscitan. En suma, los nuevos Baudrillard. Castells y que, a nivel nacional se re- mundos donde se siguen ma- velan en los aportes que se expresa- nifestando las contradiccio- 4 Aviso aparecido en Argentina, en ron en 1996 en la Jornada «Innovación nes sociales. diarios de circulación nacional. tecnológica, ciudad y territorio. Las redes de información y comunica- Reflexionando acerca del 5. Producción de Nicolás Helft rese- ción», organizadas por el Instituto «Cómo leer desde la periferia ñada y publicitada en la edición del 6 Gino Germani de la Universidad Na- las nuevas relaciones entre de octubre de 1996 del diario La Na- cional de Buenos Aires y el Centro de tecnología y sociedad», Mario ción de Buenos Aires. Estudios e Investigaciones de la Uni- Albornoz se preguntaba, por versidad Nacional de Quilmes. ejemplo, por el sentido de 6. «Es decir que La Biblioteca Total es utilizar un concepto neo- un laberinto lleno de señales… Sí, es schumpeteriano como el de una forma linda de decirlo. Busqué tra- «innovación», propio de so- tar temas muy complejos en una for- ciedades organizadas compe- ma simple y agradable y crear un am- titivamente, «para aplicarlo a biente de intimidad […] Además es un sociedades de marginali- objeto liviano, chico. Lleva un librito zación creciente, aparente- como prólogo…» mente destinadas a perder en Marc Augé, La guerra de BIBLIOGRÁFICAS la competencia». Se pregunta- 7. Tal como se diseñan y experimen- los sueños. Ejercicios de ba hasta qué punto ese con- tan en el área de infraestructuras etno-ficción, Gedisa, Bar- REFERENCIAS cepto permitía pensar los pro- adaptables del MIT, dirigido por Chris celona, 1998. blemas de esas sociedades y Luebkeman, según se informa en la postulaba su redefinición, su Revista de La Nación de Buenos Ai- Finquelievich, Schiavo, lectura desde las propias con- res, 28 de marzo de 1999. Albornoz, Sutz y otros, La diciones (1998:24). Nuestra ciudad y sus TICs, Univer- interrogante acerca de la cul- 8. Hemos reflexionado en detalle so- sidad Nacional de tura mediática aspira a colo- bre esta temática en «Entre la plaza y Quilmes, 1998. carse en esa dirección. la platea» en H. Schmucler y M.C. Mata (coords.) 1992. Anthony Giddens, Modernidad e iden- tidad del yo. El yo y la sociedad en la 9. En ese sentido, Judith Sutz época contemporánea, Península, Bar- (1998:41) señala que «la probablemen- celona, 1995. te inigualada convergencia tecnológi- ca provocada por la informática deri- Jesús Martín Barbero, De los medios va de aquello a lo que se dirige: no se a las mediaciones. Comunicación, cul- 1. Ver Historia y teoría de la trata ya de movimiento o de energía tura y hegemonía, Gustavo Gili, Bar- NOTAS cultura de masas, Gustavo sino de organización, es decir, ‘el celona, 1987. Gili, Barcelona, 1980. Espe- todo’». cialmente la Introducción y Franco Rositi, Historia y teoría de la los capítulos X y XI. 10. Cabe resaltar entre ellos los apor- cultura de masas, Gustavo Gili, Bar- tes realizados por Roger Silverstone celona, 1980. 2. Todas las citas y referencias corres- (1996) y por otro conjunto de inves- ponden a De los medios a las media- tigadores ingleses impulsados por el Beatriz Sarlo, La imaginación técnica. ciones. Comunicación, cultura y hege- Centre for Research into Innovation Sueños modernos de la cultura argen- monía, Gustavo Gili, Barcelona, 1987. Culture and Technologie de la Univer- tina, Nueva Visión, Buenos Aires, 1992. diálogosde la comunicación
  • 11. Héctor Schmucler, Memoria de la co- municación, Biblios Buenos Aires, 1997. Héctor Schmucler y Maria C. Mata (coords.) Política y comunicación ¿hay un lugar para la política en la cultura mediática?, Catálogos, Buenos Aires, 1992. Roger Silverstone y Eric Hirsch (eds.) Los efectos de la nueva comunicación, Bosch, Barcelona, 1996. Roger Silverstone, Televisión y vida cotidiana, Amorrortu, Buenos Aires, 1996. Eduardo Subirats, «La masa electró- nica» en Confines Nº 2, Buenos Aires, noviembre de 1995. Elieo Verón, «Interfaces sobre la de- mocracia audiovisual evolucionada», en Ferry, Wolton y otros, El nuevo M.C. Mata espacio público, Gedisa, Barcelona, 1992. Paul Virilio, El arte del motor. Acele- ración y realidad virtual, Manantial, Buenos Aires, 1996. Raymond Williams, Marxismo y lite- ratura, Península, Barcelona, 1980. 91 90 91