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BREVIARIOS DE
  OPINIÓN PÚBLICA




La aprobación presidencial de
      Michelle Bachelet




   ALEJANDRO GONZÁLEZ LLAGUNO
     DOCUMENTO DE TRABAJO # 1
            15-MAYO 2011
INDÍCE


1. Introducción …………………………………………………………………………………………….…………..…. 02

2. Aspectos Metodológicos ……………………………………………………………………………..………………. 04

3. La aprobación de Bachelet …………………………………………………………………………...…………..…. 06

 3.1. Evolución Global ………………………………………………………………………………………………..… 06

 3.2. Evolución mensual en el largo plazo …………………………………………………………………………… 08

  3.2.1. Entre Marzo del 2006 y Noviembre del 2008 …………………………………….…………….…………. 09

  3.2.2. Entre Diciembre del 2008 y Marzo del 2010 ……………………………………….………..……….…… 11

 3.3. Los promedios de la aprobación ……………………………………………………………………….…..…… 12

  3.3.1. Aprobación trimestral de la gestión Bachelet ……………………………………………….…………….. 14

  3.3.2. Aprobación anual de la gestión Bachelet …………………………………………………..……………… 15

  3.3.3. Aprobación promedio del período ………………………………………………….……..……………….. 15

4. La desaprobación de Bachelet ……………………………………………..………………………………..…….… 17

 4.1. Evolución Global ………………………………………………………………………………………………….. 17

 4.2. Evolución mensual en el largo plazo …………………………………………….…………………………..…. 18

  4.2.1. Entre Marzo del 2006 y Noviembre del 2007 …………………………………………………….……..…. 19

  4.2.2. Entre Diciembre del 2007 y Marzo del 2010 ………………………………………………………….….… 21

 4.3. Los promedios de la desaprobación ……………………………………………………………………..……… 22

  4.3.1. Desaprobación trimestral de la gestión Bachelet …………………………………………………….……. 22

  4.3.2. Desaprobación anual de la gestión Bachelet …………………………………………………….………… 23

  4.3.3. Desaprobación promedio del período …………………………………………………….…..……….……. 24

5. Aprobación y Sucesión Presidencial ……………….………………………………………………………….......… 25

 5.1. La sucesión Aylwin-Frei …………………………………………………………………………………………… 25

 5.2. La sucesión Frei-Lagos ……………………………………………………………………………….…………… 26

 5.3. La sucesión Lagos-Bachelet …………………………………………………………………...……………….… 26

 5.4. La sucesión Bachelet-Piñera ……………………………………………………………………………………… 27

6. Conclusiones ……………………………………………………..………………………………………………..……. 27
1. INTRODUCCIÓN
El escenario político de nuestro país se ve tensionado mes a mes por la publicación de los
resultados de distintas Encuestas de Opinión Pública. Los más diversos temas del acontecer
político y social se evalúan desde el punto de vista de las opiniones y percepciones de los
ciudadanos. Temas culturales, económicos y políticos se suceden uno a uno marcando y
construyendo tendencias que van configurando el alma-perfil de Chile. No obstante, son las
problemáticas políticas las que más inquietan a los actores nacionales; aprobación-
desaprobación de los presidentes, gobiernos, ministros, partidos y coaliciones, problemas
más relevantes a los que hay que enfrentar, políticos con más futuros, intenciones de voto y
perspectivas presidenciales son algunas de las preguntas que abordan esos estudios.
La clase política está muy atenta a esos resultados. De hecho, se ha hecho común que
muchas acciones de los presidentes y gobiernos se hacen en función de obtener
evaluaciones positivas en esos estudios. Con el tiempo esas mediciones se han ido
convirtiendo en un hecho político con efectos de poder como cualquier otra acción ejecutiva,
parlamentaria o política. No olvidemos que una candidatura presidencial se potencia o diluye
en función de los datos que las encuestas van generando. Los casos muestran como
Bachelet en su momento se posiciono como la mejor carta presidencial del conglomerado.
Con Piñera paso algo similar que termino doblegando los deseos más profundos del ADN de
la Udi. En la actualidad ocurre algo similar con Golborne y el re-posicionamiento de Bachelet.
Sin duda, los resultados de esas mediciones preocupan a los actores involucrados; sobre todo
cuando éstos forman parte de la sociedad política (Estado, Partidos, Gobiernos, Congreso). A
su vez, esta inquietud está directamente relacionada con las lecturas e interpretaciones que
hacen esos mismos actores de los resultados y datos que estos estudios producen.
Como en muchos aspectos de la vida hay tantas interpretaciones como actores o individuos
involucrados. En efecto, actores políticos, medios de comunicación, analistas y electores
interpretan esos datos según sus particulares intereses. Al final de día todos se convierten de
una u otra manera en ganadores al convertir la derrota en victoria; sobre todo, cuando se trata
de mediciones que evalúan la gestión del presidente, del gobierno y de los actores políticos
en general.

En esa dirección se puede mencionar que el estancamiento del Presidente Piñera en torno al
42 por ciento en la aprobación y al 49 por ciento en la desaprobación en Marzo del 2011 en el
contexto de un gran mes para el gobierno (buen rendimiento de la economía, baja en los
índices de delincuencia, promoción agenda social), es interpretado por el propio mandatario
no sólo en la dirección de que la “Opinión pública esta muy exigente”, sino también de que es
una buena cifra en relación a lo que obtienen las coaliciones políticas.

Al mismo tiempo, surgen distintas lecturas de ese estancamiento; mientras unos lo atribuyen
al efecto Van Rysselberghe, otros a que la obra del gobierno se comunica mal. Desde la
oposición surgen voces que hablan de que “es una mala noticia para el gobierno”, “que no
está haciendo bien las cosas”, “que no sabe gobernar y que “a pesar de todas las ofertas que
ha hecho en proyectos de beneficio social, la gente siente que las ofertas no llegan nunca a
ser concretas y se siente defraudada".
A su vez, miembros de alianza no se explican cómo puede ocurrir algo así, teniendo en
cuenta que no sólo ha sido un buen gobierno, sino también el mes de Marzo fue excepcional
en anuncios y gestión.

Interpretaciones e interrogantes varias. Políticos, medios y analistas saben cómo convertir la
mentira en verdad o la derrota en victoria. Los resultados de los estudios de Opinión Pública,
sobre todo aquéllos cuyas temáticas son políticas, forman parte de esa misma lógica. Se
observa un loco afán por no perder posiciones de poder y quedar bien posicionados luego de
conocer los resultados de una u otra encuesta convertida en hecho político.
Esta situación se debe a que predomina una lectura política de corto plazo sobre los
resultados y datos que cada estudio genera. Con ello, no sólo no ven ni perciben la riqueza de
los distintos aspectos, variables y correlaciones que se manifiestan y que surgen en cada
medición, sino también olvidan la perspectiva de largo plazo y las tendencias que se van
configurando a lo largo de los meses, años y ciclos.
Sin embargo, la lectura política de las encuestas en tan legítima como una lectura académica
y científica. Ese no es el problema ni lo relevante. La problemática surge cuando esa
interpretación genera conclusiones apresuradas y equivocadas que generan efectos y
acciones que debilitan las posiciones de poder que cada fuerza política tiene a corto y largo
plazo. El ejemplo, más directo es la relación que hay entre aprobación de un presidente y los
efectos sobre la sucesión presidencial o las posibilidades presidenciales de un ministro por
tener buena evaluación y/o por ser conocido. Esto ocurre, entre otros, por el hecho de que la
variable aprobación-desaprobación de un Presidente o Ministro se asocia con “popularidad”;
Sin embargo, no olvidemos que la pregunta que se hace es en relación a si se aprueba o no
como tal o cuál Presidente esta “conduciendo su gobierno”.
Que sean lecturas apresuradas y equivocadas no debe extrañar. En efecto, los distintos
actores deben responder de manera rápida e inmediata frente a los resultados que cada
estudio provoca. La primera reacción, por tanto, es defensiva. Hay que neutralizar toda mala
medida que puede dañar las posiciones de poder que se mantienen hasta ese entonces.
Cuando un presidente o un gobierno son mal evaluados, rápidamente hay que blindarlo como
una manera de disminuir los efectos de poder que ese hecho político –el dato del estudio-
genera en sus posicionamientos. Al contrario, cuando la medición es favorable comienzan a
destacarse y fortalecerse todos los aspectos comunicacionales y de liderazgo que hacen
posible esa positiva evaluación.
No hay que olvidar, no obstante, que en un campo de fuerzas siempre hay al menos dos
contrincantes. Al final del día, uno gana y otro pierde. Las encuestas políticas de Opinión
Pública generan el mismo efecto; es decir, genera a partir de los datos y variables ganadores
y perdedores. En definitiva las encuestas de Opinión generan realidad. Son un hecho político.
Como una manera de entender la mecánica de los estudios de Opinión Pública en una
perspectiva de largo plazo e inclusiva (es decir, que analice variables internas y externas a la
encuesta) Brandmaster pone a disposición de los distintos actores del quehacer nacional sus
“Breviarios de Opinión Pública”.
El objetivo de estas reflexiones tiene como horizonte analizar de manera breve y sistemática
los datos que surgen de las distintas encuestas de Opinión que aparecen cada cierto tiempo
en el escenario nacional y cuyos resultados son de circulación y conocimiento público. La idea
es analizar esos datos en la perspectiva de a) observar aspectos específicos de cada
encuesta, es decir, peguntas-respuestas concretas de manera profunda y amplia, b) entender
los datos en una perspectiva de largo plazo, c) comparar aspectos internos de la encuesta
(cruce de variables) con el fin de develar aspectos ocultos a primera vista), d) relacionar los
datos de cada pregunta con aspectos de la coyuntura con el fin de entender las alzas o las
bajas en los datos, e) relacionar los datos de cada pregunta con variables macroeconómicas
(crecimiento, empleo, inflación) y sociales (estilo gestión, identificación política, demográficas,
expectativas) con el fin de entender las alzas o las bajas en los datos en la perspectiva de las
tendencias que configuran, debilitan y/o diluyen, f) comparar gestiones entre gobiernos,
presidentes y presidenciables y g) plantear hipótesis con el fin de generar bases para una
teoría de la relación existente entre Opinión Pública y política.
Por cuestiones metodológicas de espacio y tiempo no todo estudio (documento de trabajo)
pondrá atención en cada uno de esos objetivos. Como cada día tiene su afán; cada análisis
tiene su afán y objetivos concretos.
Este primer breviario es parte de una serie de reflexiones y análisis que no sólo pondrán
atención en los estudios que una empresa o institución (Adimark, Cep, Cerc, UDD, Opina,
Activa, Mori, UDP, Ipsos, etc) genera de manera sistemática a lo largo del tiempo en relación
a una u otra variable (como aprobación o intención de voto), sino también pretende comparar
los resultados que obtiene cada empresa/institución sobre una misma pregunta (variable) con
el fin de fortalecer y consolidar esos datos y tendencias. Aún cuando se trate de metodologías
distintas que cada organización utiliza, se indagara en torno a las tendencias que cada una
produce en cada medición y que van más allá de los números que cada una arroje de manera
aislada.
Se trata, finalmente, de entender la relación existente entre los ciudadanos cuyas opiniones,
percepciones, y lealtades se expresan en distintas encuestas o estudios de Opinión Pública y
los efectos sobre el acontecer político en general y las elecciones (presidenciales,
parlamentarias) en particular.



2. ASPECTOS METODOLÓGICOS
Los datos sometidos al análisis son los de la encuesta de Opinión Pública que realiza mes a
mes la empresa Adimark. En esa dirección, es muy importante tener presente que el análisis
se hace sobre la base de todas las mediciones que se hicieron de Bachelet desde Marzo del
2006 hasta la finalización de su gobierno en Marzo del 2010 que llegan a un total de 49.
El presente “documento de trabajo” y análisis pone atención básicamente en la relación
existente entre las alzas-bajas-estabilización en las aprobación-desaprobación presidencial y
las coyunturas políticas.
Se busca como objetivo general explicar esos movimientos en función de a) analizar los
efectos de la aprobación-desaprobación sobre el escenario político y b) analizar los efectos
del escenario político sobre las alzas, bajas y estabilización en las cifras de aprobación-
desaprobación presidencial.
Los objetivos específicos del análisis buscan generar una interpretación que permita
entender esta pregunta en a) una perspectiva de largo plazo identificando tendencias, b)
generar una sistematización de los datos para compararlos con la gestión Piñera, c) plantear
algunas hipótesis en la perspectiva de la sucesión presidencial, d) plantear algunas hipótesis
que expliquen las alzas-bajas-estabilización en la aprobación-desaprobación y d) relacionar
los datos de aprobación-desaprobación con variables sociales y macroeconómicas con el fin
de plantear algunas hipótesis preliminares.
La pregunta que evalúa esta dimensión se ha convertido en un clásico del mundo político y
social del país. “Independientemente de su posición política ¿Usted aprueba o
desaprueba la forma como Michelle Bachelet está conduciendo su gobierno? es la
pregunta que se ha convertido en un hecho político fundamental en el Chile actual. Este
punto, es importante por cuánto nos remite a la pregunta concreta y nos aleja de la clásica
asociación entre aprobación-desaprobación y popularidad presidencial. En efecto, a la
Opinión Pública no se le pregunta sobre si es popular o no un Presidente o un Ministro. Como
vemos la pegunta es otra. Es más, la pregunta dice, “independientemente de su posición
política” lo que no remite y explica el hecho de que se puede aprobar una gestión sin
identificarse con la posición política del Presidente como en los casos de Lagos y Bachelet;
que, sin duda, muestran que sectores que no se identifican con sus apoyos socio-políticos
aprueban su gestión.
La metodología de la encuesta en general y de esta pregunta en particular a lo largo de esos
cuatro años es similar en sus aspectos centrales. En efecto, entre los antecedentes técnicos
similares y que hacen posible construir tendencias tenemos a) la redacción de la pregunta, b)
las alternativas de respuesta, c) que se trata de una muestra probabilística con selección
aleatoria de hogar y entrevistado, d) con un error del +/- 3% y un intervalo de confianza del
95%, e) el grupo objetivo son hombres y mujeres mayores de 18 años, f) las entrevistas son
telefónicas, g) los entrevistados se encuentran en los principales centros urbanos del país en
cuyos hogares hay teléfono, y h) la ponderación de los datos se hace en función de ciudad,
sexo y nivel socio-económico según los datos del censo del 2002.
A su vez, entre los aspectos en lo que podemos encontrar diferencia mínimas y que no
dificultan el análisis y la identificación de tendencias son a) el total de la muestra que oscila en
torno a los 1.100 casos, b) las fechas del trabajo de campo que oscila en torno a los 20-22
días y c) las coyunturas o tiempo histórico en que se hace cada medición son muy distintos
unos de otros.
El presente artículo está estructurado en seis secciones. Las dos primeras corresponden a la
introducción (que vincula de manera breve política y Opinión Pública) y a los aspectos
metodológicos que hacen posible el análisis.
Luego en la sección tres y cuatro se analiza la aprobación-desaprobación presidencial en la
perspectiva de vincular los datos de corto (mes) y largo plazo (tendencia) con la coyunturas
políticas, sociales y económicas que debe enfrentar el gobierno.
La sección quinta relaciona la aprobación-desaprobación con la sucesión presidencial. No
sólo se toma el caso de Bachelet, sino también los casos de Aylwin, Frei y Lagos. Y
finalmente, el artículo termina con algunas conclusiones generales que van a servir de base
para el análisis y desarrollo de los “Breviarios de Opinión Pública” que van a ir apareciendo a
lo largo de las siguientes semanas y meses.



3. LA APROBACIÓN DE BACHELET
Desde que Bachelet dejo el gobierno en Marzo del 2010 se han escuchado de manera
recurrente dos consideraciones. La primera, que se trata de un Presidente que se va con
los más altos niveles de aprobación. La consecuencia de esta situación es que se convierte
de manera automática en presidenciable para el 2013. Con ese dato, la lectura política y de
corto plazo de tales resultados genera ilusión y falsas expectativas. Lagos Escobar, también
termino su mandato con altos niveles de aprobación
En segundo lugar, surge la pregunta de ¿por qué la coalición gobernante (la Concertación)
no tuvo la capacidad de transferir ese apoyo a su candidato presidencial, el Dc Eduardo Frei?
De hecho, su votación en la primera vuelta llego al 29 por ciento; para luego, subir en la
segunda vuelta a una votación en torno al 47 por ciento. No hay correspondencia entre esos
resultados y los obtenidos por Bachelet en la variable aprobación.
Una de las hipótesis que explica este hecho se encuentra en la lectura errónea que se hace
de las encuestas en general y de esta pregunta en particular. En términos generales, hay una
confusión entre aprobación presidencial y resultado electoral en una presidencial. Los datos
muestran que el candidato oficialista y sucesor no depende para su triunfo de los niveles de
aprobación presidencial de su antecesor. La evidencia empírica indica que se pueden dar las
más diversas situaciones.


3.1. Evolución global
Lo primero que se observa en el largo plazo es que la ex presidenta Bachelet durante su
gobierno aumentó de manera lenta y discontinúa (subidas y bajadas) sus niveles de
aprobación; en efecto, en sus cuatro años de gestión pasó de un 52,6% inicial en marzo del
2006 a un 84% en marzo del 2010. En el gráfico # 1 podemos ver estos datos que muestran
un aumento significativo de más de 30 puntos porcentuales.
Para la Opinión Pública su gestión como presidenta de Chile fue buena; expresándose en
altos niveles de aprobación. Para ello, es fundamental cruzar la barrera de sus apoyos
básicos y lograr captar opositores. De hecho, que adherentes de la Alianza aprueben su
gestión (“conducción de su gobierno”) no implica que electoralmente se inclinen hacia sus
posiciones político-ideológicas ni antes (cuando fue electa) o después (cuando su coalición
con Frei se enfrente a Piñera). En efecto, se puede aprobar una “conducción” y no
identificarse con el sector político.
A su vez, esa alta aprobación es correlativa con bajos niveles de desaprobación. En efecto,
mientras al terminar su gobierno llega a un 84% de aprobación, los niveles de desaprobación
llegan al 10%. Se trata, de una cifra similar a la obtenida a principios de su gobierno en Marzo
del 2006 con un 8,2%.


                                              GRÁFICO # 1

            APROBACIÓN PRESIDENCIAL AL INICIAR Y FINALIZAR LA GESTIÓN (%)



  90
  80                                                                                 84,0 %

  70
  60
  50                53,5 %                         52,6 %

  40
  30
  20
  10
    0
                  Presidencial                    Marzo 2006                         Marzo 2010



Fuente: Elaborado por BrandMaster sobre la base de los datos generados por Adimark



Se observa, que al empezar su gestión su apoyo se encontraba principalmente entre sus
partidarios y electores. Al final, su apoyo había captado sectores que tradicionalmente se
identifican con partidos y simpatizantes opositores. Situación similar ocurre con Ricardo
Lagos. Esto, no obstante, no significa que logre captar nuevos electores y votos para su
coalición. La aprobación no es endosable.
Al observar los datos de manera sistemática –a lo largo del tiempo- vemos como en la mayor
parte del gobierno la aprobación de Bachelet es inferior al 50%. En efecto, de las 49
mediciones realizadas por Adimark, en 28 ocasiones la aprobación llegaba a menos del 50
por ciento. Su gestión, por tanto, convivió más de la mitad de su período con bajas
cifras de aprobación; entre Junio del 2006 y Noviembre del 2008.

De los 30 meses que hay entre ambas fechas, en 27 ocasiones se bajo del umbral del
cincuenta por ciento. Sólo en Mayo, Noviembre y Diciembre del 2006 se logra superar esa
cifra; con un 54.5%, un 51% y un 54 por ciento respectivamente.

El ascenso por sobre el umbral del 50 por ciento se observa desde Diciembre del 2008. En
ese mes se llega a una aprobación del 51,1 por ciento. Desde entonces comienza un alza
sistemática y sostenida que culmina en Marzo del 2010 con un 84 por ciento de aprobación.



3.2. La evolución mensual en el largo plazo
Las cifras muestran que el crecimiento en la aprobación entre Marzo del 2006 y 2010 fue
discontinúo a lo largo de esos cuatro años. Mientras en uno meses hay alzas; en otros hay
bajas. En la tabla # 1 podemos ver las cifras.
La discontinuidad en las cifras se debe a las situaciones políticas, económicas y sociales que
el Presidente debe enfrentar en cada coyuntura de su gestión. En esa dirección, se plantea la
hipótesis preliminar de que las cifras de aprobación-desaprobación manifiestan alzas, bajas
y estabilizaciones en función del manejo que se hace de las coyunturas políticas, sociales y
económicas que se van sucediendo durante los años de gestión gubernamental. Las
respuestas que el gobierno tiene frente a esos hechos críticos son claves para entender la
dinámica aprobación-desaprobación en el corto y largo plazo.


                                              TABLA # 1

                         APROBACIÓN MENSUAL GESTIÓN BACHELET (%)

       Enero    Febrero    Marzo    Abril   Mayo      Junio Julio Agosto Sept. Oct. Nov. Dic.
2006                        52,6    62,1    54,5       44,2 43,4   45,5  44,5 46,0 51,0 54,3
2007    47,2      49,3      45,6    43,4    41,4       43,1 41,5   39,1  35,3 38,9 38,2 45,1
2008    43,0      42,3      46,4    46,1    44,1       42,4 44,6   42,1  42,0 46,3 45,6 51,1
2009    53,1      58,5       62      67      69         74   73     73    76    80   77   81
2010     83        84        84
Fuente: Encuestas Opinión Pública Adimark 2006-2010


En el caso de Bachelet es muy claro como las bajas en la aprobación se producen a partir del
manejo de la revolución Pingüina y la crisis del Transporte Público ocurridas entre Mayo del
2006 y finales del 2008. El 2007-2008 fueron los dos años más bajos con una aprobación
promedio del 43.5 por ciento. Al contrario, las alzas ocurren a partir del bueno manejo de la
crisis económica conocida como Subprime desde finales del 2008.
En el largo plazo se observan dos fases en la aprobación de Bachelet; la fase del descenso
entre Mayo del 2006 y Noviembre del 2008 y la del alza entre Diciembre del 2008 y Marzo del
2010.


3.2.1. Entre Marzo del 2006 y Noviembre del 2008.
Bachelet en Marzo del 2006 tiene una aprobación del 52.6 por ciento; cifra similar a la
obtenida en la segunda vuelta presidencial efectuada en Enero del 2006. En Abril sube
fuertemente a un 62,1 y baja en Mayo al 54.5 por ciento. Sin duda, tres buenos primeros
meses con una aprobación promedio del 56.4 por ciento.
Sin embargo, desde Mayo la aprobación comienza a bajar. En Junio se baja del umbral del
50% llegando al 44.2 por ciento en la aprobación. Entre Junio y Octubre la aprobación
promedio llego al 44.7 por ciento; doce puntos porcentuales menos que lo observado durante
los tres primeros meses de gobierno.
La baja que se observa desde Mayo es consecuencia de la crisis estudiantil conocida como
“revolución Pingüina”. Sus efectos se hacen notar hasta finales del 2006. El tema
educacional es de alta sensibilidad pública afectado a la sociedad en su conjunto. Por ello,
su impacto es de largo alcance. Hay que considerar que las protestas estudiantiles
comienzan a finales de Abril, por lo que la baja de Mayo no se explica por ese hecho. La
medición de Mayo (que se hace pública en Abril) se expresa en la cifra de Junio que llega al
44.2 por ciento.
Entre Noviembre y Diciembre se observa un alza que supera el umbral del cincuenta por
ciento y que se extiende (en el marco de una tendencia a la recuperación) hasta Febrero del
2007. En esto cuatro meses (entre Noviembre del 2006 y Febrero del 2007) el promedio de la
aprobación llega al 50.5 por ciento.
Sin embargo, la tendencia al alza se diluye rápidamente cuando entra en funciones el
Transantiago en Febrero del 2007; mes, en que la aprobación llega al 49.3 por ciento. La baja
ya se siente en Marzo. Desde entonces todo es a la baja. Un largo ciclo con bajos niveles de
aprobación. Otro tema de alto impacto social y político.
En efecto, es una fase caracterizada por una baja sostenida en la aprobación desde el inicial
52,6% hasta llegar a una cifra del 35.5 por ciento en Septiembre del 2007; que es, la más baja
de su período. Desde Octubre del mismo año se observa un alza lenta y sostenida que se
prolonga hasta Noviembre del 2008 cuando se llega al 45,6 por ciento de aprobación.
Hay muchos acontecimientos críticos que marcan las alzas o bajas en la aprobación o
desaprobación. En efecto, durante esos duros años del 2006-2007-2008 no sólo se
manifiestan las coyunturas antes mencionadas, sino también hay otras como la crisis en
Chile-Deportes, la crisis de la Concertación (expresada en la emergencia de los díscolos
como el Senador Navarro, la salida de los colorines de la Dc y de algunos miembros del PPd
como Flores, Schaulshon y Valenzuela y la elección municipal con una Concertación dividida
en dos listas), el paro de los camioneros, la crisis hospitalaria y el aumento de la inflación, etc.
No obstante, hay dos hechos que permiten neutralizar la crisis; el anuncio de la reforma
previsional en Marzo del 2008 y la respuesta frente a la erupción del Volcán Chaitén en Mayo
del mismo año.
Curiosamente en Julio del 2008 el Centro de Estudios Públicos hace pública su encuesta
(cuyo trabajo en terreno fue en Junio) que muestra no sólo que la próxima elección
presidencial se definirá en segunda vuelta, sino también que el ganador será Sebastián
Piñera. Es más, en Octubre la consultora Imagina confirma esta tendencia. Este hecho, es
relevante.
Si bien hay distintas explicaciones que dan cuenta de la derrota presidencial de la
Concertación que van desde el desgaste de la coalición hasta el mal candidato, quiero
plantear la hipótesis que la elección estaba perdida no desde mediados del 2008 como
anunciaba la encuesta del Cep, sino desde mediados del 2007 con las protestas estudiantiles
y la profundización de la crisis del Transantiago. No es casualidad, por tanto, que la
aprobación más baja del período de Bachelet ocurra entre Julio y Noviembre del 2007. En
efecto, en Septiembre se da la aprobación más baja con un 35.3 por ciento y la
desaprobación más alta con un 46.1 por ciento. La Concertación estaba derrotada cuando
realizó la primaria y la campaña presidencial.
La Revolución pingüina y el Transantiago más otras situaciones críticas de la fase impactan
negativamente la aprobación presidencial y el manejo de la Concertación.


                                              TABLA # 2

            APROBACIÓN BACHELET ENTRE MARZO 2006 Y NOVIEMBRE 2008 (%)

       Enero Febrero       Marzo    Abril   Mayo      Junio Julio Agosto Sept. Oct. Nov. Dic.
2006                        52,6    62,1    54,5       44,2 43,4   45,5  44,5 46,0 51,0 54,3
2007    47,2      49,3      45,6    43,4    41,4       43,1 41,5   39,1  35,3 38,9 38,2 45,1
2008    43,0      42,3      46,4    46,1    44,1       42,4 44,6   42,1  42,0 46,3 45,6
Fuente: Encuestas Opinión Pública Adimark 2006-2008


Los números azules vuelven en Diciembre del 2008. La crisis económica empieza a inundar el
escenario y la coyuntura de recesión avanza. El paro de los camioneros y las protestas
estudiantiles han terminado. Son hechos, que comienzan a revertir los bajos niveles de
aprobación presidencial. En ese entonces, Piñera ya es ganador en todas las encuestas; y la
Concertación comienza a “desalojar” La Moneda. Se abre una nueva fase.


3.2.2. Entre Diciembre del 2008 y Marzo del 2010.
Desde Diciembre del 2008 hay una fuerte tendencia al alza de manera sostenida y sistemática
que culmina en Marzo del 2010 con una aprobación del 84 por ciento. Desde entonces, nunca
más aparecieron cifras inferiores al 50 por ciento en la aprobación presidencial. De hecho, la
primera vuelta presidencial en Diciembre del 2009 en la que la Concertación saco el 29 por
ciento de los votos, la aprobación de Bachelet llegó al 81 por ciento.
Diciembre marca el inicio del alza en la aprobación. La baja en la desaprobación viene
manifestándose desde Septiembre del 2008. Se observa una coincidencia que indica que en
la medida en que sube la aprobación, baja la desaprobación.


                                              TABLA # 3

                APROBACIÓN BACHELET ENTRE DICIEMBRE 2008 Y MARZO 2010 (%)

        Enero     Febrero   Marzo    Abril   Mayo     Junio   Julio   Agosto   Sept.   Oct.   Nov.   Dic.
2008                                                                                                 51,1
2009     53,1      58,5      62       67      69       74      73      73       76     80     77      81
2010      83        84       84
Fuente: Encuestas Opinión Pública Adimark 2008-2010


El hecho determinante es el manejo que Bachelet y su Ministro de Hacienda hacen de la crisis
económica internacional. Es interesante destacar que mientras se observa un alza en los
niveles de aprobación se empiezan a ver indicadores económicos negativos; principalmente
crecimiento y desempleo. Al mismo tiempo, se pone en práctica la política contra cíclica que
impulsa Velasco desde Hacienda. Esta relación entre bajo rendimiento en la economía y
tendencia al alza en la aprobación presidencial, muestra que no hay relación directa entre
ambas variables. La situación de Piñera confirma la situación; mientras su gobierno muestra
un buen rendimiento económico, sus niveles de aprobación son bajos. En otro estudio de esta
serie, pondremos atención en profundidad entre variables macroeconómicas y aprobación
presidencial; y responderemos la pregunta de ¿por qué sube la aprobación de Bachelet
fuertemente durante el 2009 cuando se trata de un año con crecimiento económico negativo?
Una primera aproximación, indica que entre las variables macroeconómicas que más influyen
e impactan sobre la aprobación-desaprobación presidencial son la inflación y el empleo. De
ese modo, el crecimiento –por sí mismo- no sería de tanta relevancia.
Durante el 2009 no se observan hechos de alto impacto social que condicionen una baja en la
aprobación o que logren romper la tendencia al alza que viene manifestándose desde
Diciembre del 2008. Es un año en que se manifiestan pequeñas crisis que no logran empañar
el alza en la aprobación. Entre ellos, se observa la crisis por el déficit que ha generado el
Transantiago, la prolongación de la crisis de la salud (hospitalaria y deuda), la crisis Mapuche
y la crisis política de la Concertación expresada en la emergencia de Marco Enríquez
Ominami, el pacto con el Pc y la debilidad de un candidato que no logra re-encantar a sus
electores.
El manejo de la crisis económica logra hacer subir la aprobación y bajar la desaprobación de
la conducción que Bachelet hace del gobierno. En esa dirección, observamos que la
aprobación promedio de ese año llega al 70.3 por ciento. Durante los tres primeros meses del
2010 que es, a la vez, el último trimestre de la presidenta Bachelet se logra consolidar el alza
observada durante el año anterior. Ni siquiera la gestión del Terremoto logra debilitar la
aprobación.
3.3. Los promedios de la aprobación
¿Por qué es importante hacer el análisis con datos agregados a nivel trimestral, semestral y
anual? Porque buscamos tendencia y dinámicas, más que meses sueltos y aislados.
Lo primero que surge es que por medio de datos o indicadores que resumen datos mensuales
la lectura de largo plazo se hace más clara y fácil. Hay que entender, no obstante, que no
siempre los cortes que se proponen en esta ocasión (trimestral, semestral, anual) son los más
relevantes para entender determinadas coyunturas y los hechos que la configuran; y, a partir
de los cuáles van apareciendo alzas y bajas en la aprobación presidencial. En efecto, hay
fases en que trascurren cuatro o más meses que constituyen una tendencia que es relevante
analizar y que entrega luces sobre el comportamiento de la aprobación-desaprobación de la
conducción presidencial en un determinado período.
En la medida que se ha ido haciendo necesario el análisis ha incorporado promedios que no
coinciden con los propuestos en esta sección (trimestral, semestral, anual) y que han sido
relevantes para entender la dinámica de la aprobación-desaprobación que se establece entre
los ciudadanos y la conducción presidencial.
No obstante, los datos agregados confirman y refuerzan las cifras, las hipótesis y las
conclusiones que hemos desarrollado en la sección anterior y que dan cuenta de la
aprobación.
Hacer el análisis en esta perspectiva requiere algunas consideraciones metodológicas. En
primer lugar, surge el problema de que se trata de muestras distintas a lo largo de las distintas
mediciones. Si bien, ello no nos permite evaluar sobre la bases de unidades similares
(individuos) como sería un estudio longitudinal con la misma muestra, si podemos construir la
tendencia y evolución en el sentido de que el grupo objetivo que no participa en una muestra
forma en esa ocasión parte del universo; por lo que, la generalización que se hace es perfecta
y teóricamente válida para comparar a lo largo de tiempo muestras distintas desde el punto de
vista de los individuos que responden en una u otra ocasión.
Es más, esto podría ser positivo en la dirección de que los resultados del estudio no sólo dan
cuenta de la muestra mensual que oscila en torno a los 1.100 sujetos, sino que al año las
entrevistas totales llegan a un poco más de trece mil individuos (hombres y mujeres mayores
de 18 años en los principales centros urbanos del país). En el período de los cuatro años de
gestión la cifra supera las cincuenta mil entrevistas. Por ello, analizar los datos de manera
agregada (trimestral, semestral, anual) es de gran utilidad; sobre todo, cuando se observan
tendencias y cifras que entre una y otra medición se encuentra dentro del error estimado del
estudio que en este caso es del 3%.
En efecto, esta situación se refuerza cuando observamos que en la mayoría de las veces las
mediciones entre un mes y otro (por ejemplo de Abril a Mayo) se encuentran dentro el error
estimado. De hecho, solo en 19 ocasiones la medición rompió el margen de error tolerado. Sin
embargo, en ocho de ellas esa situación se debe a un alza rápida y constante que va
estructurando una tendencia distinta a la anterior. Ello, ocurre con mucha fuerza durante el
observa en el 2009.
Lo que indica este hecho es la configuración de tendencias que puede consolidarse o diluirse.
Por ejemplo, Mayo es un mes en que la medición rompe el antes y el después; se sale del
error en dos direcciones. La cifra es estadísticamente significativa. Luego entre Junio y
Octubre las cifras y sus cambios se enmarcan dentro del error definido. En la tabla cuatro,
podemos ver los meses en los que hay cifras que rompen el error; y que, por tanto, van
indicado la emergencia o el quiebre de una tendencia. Desde Octubre del 2008 se observa
una tendencia rápida y sistemática al alza que culmina en Marzo del 2010 con un 84 por
ciento de aprobación.
En los otros aspectos la muestra es similar; cantidad de sujetos, grupo objetivo, error,
confianza, telefónicas, probabilística, ponderación y territorialidad.
Otro problema metodológico que surge es que se trata de mediciones en las que las
coyunturas sociales, económicas y políticas del país son distintas. Por tanto, ¿cómo puede
ser comparable la medición mes a mes cuando los hechos y las coyunturas que se evalúan
son distintos?
La respuesta se encuentra en que la pregunta aprobación-desaprobación no indaga
sobre hechos específicos ni concretos ocurridos en el mes de la recolección de los
datos. No obstante, es muy probable que una situación crítica y compleja pueda afectar la
opinión o percepción final de los entrevistados y determinar finalmente el dato global de la
pregunta en un mes u otro. Ello, puede ser pasajero y coyuntural; y no, afectar la lealtad en el
largo plazo. De hecho, se puede aprobar una gestión; y ello, no implicar un cambio en la
lealtad.


                                                 TABLA # 4

                       APROBACIÓN Y QUIEBRES DEL ERROR PERMITIDO (%)

       Enero    Febrero   Marzo    Abril   Mayo     Junio    Julio   Agosto   Sept.   Oct.   Nov.   Dic.
2006                      52,6    62,1 54,5 44,2             43,4    45,5     44,5    46,0   51,0   54,3
2007   47,2      49,3     45,6    43,4     41,4     43,1     41,5    39,1     35,3    38,9   38,2   45,1
2008    43,0     42,3     46,4    46,1     44,1     42,4     44,6    42,1     42,0    46,3   45,6   51,1
2009    53,1    58,5       62      67       69        74      73      73       76      80     77     81
2010     83       84       84
Fuente: Encuestas Opinión Pública Adimark 2008-2010


Sin embargo, es relevante entender que cuando se responde a la pregunta aprobación-
desaprobación se hace con una visión de largo plazo que va más allá de la coyuntura; y que,
incorpora no sólo aspectos emocionales de corto plazo, sino también elementos racionales e
ideológicos de largo plazo.
En efecto, planteo la hipótesis de que los electores e individuos no cambian de manera
espontánea y rápida sus visiones, actitudes y opiniones políticas. Al contrario, esos
cambios (por lo menos a nivel masivo) responden a dinámica cognitivas que duran años.
Hay cambio, sin duda; pero, son lentos y llenos de tensiones entre lo que se cree, lo que se
está dejando de creer y lo que se comienza a creer o pensar. Con las actitudes ocurre lo
mismo.
Por ello, un individuo o elector que se identifica con un sector político-ideológico determinado
puede aprobar una determinada “conducción de gobierno” sin comprometer sus lealtades ni
visiones de mundo. Por ello, Bachelet y Lagos tuvieron la finalizar su período presidencial
altos niveles de aprobación.
Por tanto, hechos críticos o favorables no generan cambios significativos cuando son
de corto alcance o impacto. Ellos no generan tendencias ni las diluyen. Al contrario,
cuando son de alto impacto social y político los cambios se producen de manera más
rápida.
No obstante, no todos logran votar en una elección presidencial por un candidato distinto a lo
que dicen sus preferencias e identificaciones políticas. Sólo aquéllos que forman parte del
voto blando y frágil realizan ese cambio. La alianza que instalo a Piñera en el gobierno
demoro muchos años en lograr una trasvasije de votos.
En esa situación el instrumento y el diseño de la investigación tienen que tener la sensibilidad
suficiente para captar esas situaciones. No olvidemos que a nivel electoral la derrota de la
concertación fue lenta y paulatina. Ocurre lo mismo, con las encuestas de Opinión Pública
diseñadas como tracking.
Luego de estas consideraciones metodológicas podemos analizar los datos en términos
agregados (trimestre, semestre y año) en la dirección de observar y entender las tendencias
que se configuran en el período de manera más clara y transparente.


3.3.1. Aprobación Trimestral de la Gestión Bachelet
Los datos trimestrales muestran una baja en la aprobación del tercer trimestre del 2006 con
respecto a lo observado en los meses anteriores. Lo que ocurre en el último trimestre de ese
año y el primer trimestre del 2007 es una tendencia al alza que no logra consolidarse. Vemos,
nuevamente como la implementación del Transantiago fue determinante en la baja que se
observa desde el segundo trimestre del 2007 y que se prolonga hasta el tercer trimestre del
2008 cuando el paro de los estudiantes y de los camineros ha llegado a su fin luego de largos
meses de negociaciones y tensiones.
Desde el último trimestre del 2008 se observa un alza importante y estadísticamente
significativa que abre una nueva fase. Durante el 2007-2008 las cifras trimestrales fueron
siempre inferiores al umbral del 50% (incluso el 47.7% del último trimestre del 2008). De
hecho, la aprobación promedio de esos dos años complejos llego al 43.5 por ciento.
El primer trimestre del 2009 fue diez puntos porcentuales superior al último del 2008. Se llegó,
en ese entonces a una aprobación del 58 por ciento; las más alta (hasta el momento) del
período presidencial. Desde entonces, el crecimiento fue vertiginoso llegando al 70 por ciento
en el segundo trimestre y al 80 por ciento a finales de año.
TABLA # 5

                     APROBACIÓN TRIMESTRAL GESTIÓN BACHELET (%)

                               I          II        III      IV      1° s   2° s
                     2006     52,6       53,6      44,5     50,4     53,3   47,5
                     2007     47,4       42,6      38,6     40,7     45,0   39,7
                     2008     43,9       44,2      42,9     47,7     44,1   45,3
                     2009     57,9       70,0      74,0     79,3     63,9   76,7
                     2010     83,7
                 Fuente: BrandMaster sobre la base de los datos generados por Adimark



El trimestre crítico fue el tercero del 2007. Lo mismo puede decirse del último trimestre de ese
año en el que la aprobación promedio llegó al 48%. Son datos, se encuentran en el rango de
error del estudio. El mejor, el primero del 2010; es decir, el último de su gestión. La
administración del terremoto no logro debilitar la tendencia.
En términos semestrales las tendencias se ratifican. Indican, entre otros, que el segundo
semestre del 2007 fue el período más crítico. Al contrario, lo mejor fue durante el segundo
semestre del 2009. Los mejores momentos de Bachelet en relación a sus niveles de
aprobación fue cuando se instalo y se desinstalo su gobierno; al principio y al final.


3.3.2. Aprobación Anual de la Gestión Bachelet
Los datos anuales muestran que sólo al final de su gobierno logró superar el umbral del 50
por ciento en la aprobación. De hecho, el promedio de los tres primeros años llegó al 45,6%.
Nuevamente vemos como el 2009 fue su mejor año. Se llego a una aprobación promedio
anual del setenta por ciento. Cifra, superior en 25 puntos porcentuales al promedio de los tres
años anteriores.


                                             TABLA # 6
                        APROBACIÓN ANUAL GESTIÓN BACHELET (%)

                    2006         2007            2008         2009          2010

                    49,8          42,3            44,7        70,3          83,7

                 Fuente: BrandMaster, sobre la base de los datos generados por Adimark



A mi entender el alza del último año no sólo se debe a la política contra cíclica que se impulso
desde Hacienda y que neutralizo los efectos de la crisis económica, sino también en que la
Opinión Pública –independientemente de su posición política, como dice la pregunta de la
encuesta- ha comenzado a valorar el sello social que su administración ha tenido. El aumento
del gasto social en el período ratificán ese hecho.
Es más, la campaña presidencial en plena manifestación ese año tuvo como eje esa
situación. Todos los candidatos (incluido Piñera) planteaban y prometían mantener y
profundizar la política social que se venía implementando. En un país como Chile era un
activo importante que había que mantener.


3.3.3. La aprobación promedio del período
Analizar la aprobación en el largo plazo teniendo como horizonte toda su gestión puede ser
difícil de digerir políticamente. A unos les gustara y acomodara; a otros, molestara y dirán que
en términos metodológicos no es una cifra válida ni confiable.


                                             GRÁFICO # 2
                         APROBACIÓN PERÍODO GESTIÓN BACHELET (%)



   90
   80                                               84,0 %


   70
   60
   50                52,6 %                                                          53,8 %


   40
   30
   20
   10
     0              Marzo 2006                      Marzo 2010                       Promedio



Fuente: Elaborado por BrandMaster sobre la base de los datos generados por Adimark
No obstante, este dato es importante para entender que la presidencial de fin de año no se
ganaba con esa cifra y que la gente valoraba la figura presidencial y su gestión. No ocurría lo
que mismo con su gobierno, ministros ni coalición.
Aquí, observamos, cómo una lectura de los datos de largo plazo y más técnica que política se
hace necesaria. Es más, incorporar otras preguntas de la encuesta y analizarlas en esa
misma perspectiva era y es un ejercicio primordial para entender el comportamiento de la
Opinión Pública; sobre todo, cuando ésta coincide fuertemente con los electores.
La aprobación promedio de Bachelet durante su gestión de gobierno llegó al 53.8 por ciento.
Se trata, de una cifra similar a la votación obtenida en la segunda vuelta presidencial en Enero
del 2006 y a la primera medición de su período en Marzo del 2006. Al contrario, muy distinta
al nivel de aprobación con el que termino su mandato en Marzo del 2010 que llegó al 84 por
ciento.



4. LA DESAPROBACIÓN DE BACHELET
La desaprobación en la manera en que se conduce el gobierno es parte de la misma pregunta
que se hace en la encuesta. No olvidemos que ella dice: “Independientemente de su posición
política ¿Usted aprueba o desaprueba la forma como Michelle Bachelet está conduciendo
su gobierno?
Sin embargo, la respuesta que se da a la pregunta hacia un lado u otro manifiesta lógicas y
tendencias distintas. Hay que entender, que lo que no se aprueba, no necesariamente, se
desaprueba. De hecho, las respuestas que se proponen en el cuestionario incorporan el “ni
aprueba/ni desaprueba” y “no sabe/no responde”.
En efecto, las tendencias y los cambios que se observan a lo largo de las distintas mediciones
no tienen por qué ser coincidentes; no por qué una sube, la otra baja. En ocasiones, ambas
variables suben o bajan al mismo tiempo. Las velocidades en las alzas o bajas también se
presentan de forma diferente; en ritmos (más intensos o menos intensos) y tiempos (más
meses, menos meses).


4.1. La evolución global
La gestión de Bachelet empezó y terminó con bajos niveles de desaprobación En Marzo del
2006 llegó al 8.2 por ciento. Cuatro años después, en Marzo del 2010 llegó al 10 por ciento.
Acá, una primera diferencia entre ambas medidas; mientras la desaprobación es estable entre
una y otra fecha; en la aprobación hay un crecimiento muy significativo superior a los 30
puntos porcentuales pasando del 52 por ciento inicial al 84 por ciento final.
No obstante, al igual que en la aprobación, la desaprobación pasó por situaciones y
coyunturas que la hicieron variar a lo largo de esos 49 meses de gestión; mientras en un mes
hay alzas, en otros hay bajas. Lo mismo ocurre al analizar las distintas tendencias que
emergen, consolidan y/o diluyen.
Los hechos de la coyuntura que van determinando las alzas o bajas en la aprobación, son los
mismos que para la desaprobación.


                                              GRÁFICO # 3

          DESAPROBACIÓN PRESIDENCIAL AL INICIAR Y FINALIZAR LA GESTIÓN (%)



  12

  10                                                                    10,0 %


    8                    8.2 %


    6

    4

    2

    0
                            Marzo 2006                                    Marzo 2010



Fuente: Elaborado por BrandMaster sobre la base de los datos generados por Adimark



La primera afirmación que surge en el largo plazo es que durante su gestión entre Julio del
2007 y Noviembre del 2007 la desaprobación superó la aprobación. Fueron cinco meses
en que no sólo se baja del umbral de cincuenta, sino también la aprobación es más baja que
la desaprobación. La situación se repite en Agosto del 2008.
Por tanto, de las 49 mediciones de su gestión, sólo en seis oportunidades la
desaprobación supera a la aprobación. Es más, nunca la desaprobación superó el umbral
del 50 por ciento.


4.2. La evolución mensual en el largo plazo
Si bien la administración Bachelet empezó y terminó con niveles bajos en la desaprobación,
se observa que durante esos cuatro años de gestión la tendencia alcanzó su nivel más alto en
Septiembre del 2007 y Agosto del 2008 con una cifra del 46,1 por ciento para ambos meses.
Al igual que en la aprobación en la desaprobación también podemos identificar dos fases; la
primera que se extiende entre Marzo del 2006 y Noviembre del 2007 caracterizada por un
aumento inicial y luego una consolidación de esa alza que encuentra un peak del 46.1 por
ciento.
Luego, aparece una segunda fase que se extiende entre Diciembre del 2007 y Marzo del
2010 caracterizada por una baja lenta y desigual en la desaprobación. Hay que apuntar, no
obstante, que al interior de cada fase se observan sub fases bien diferenciadas que marcan
tendencias importantes para analizar.
En la tabla siete podemos observar la evolución mensual de la desaprobación que obtiene la
gestión Bachelet.


                                              TABLA # 7

                     DESAPROBACIÓN MENSUAL GESTIÓN BACHELET (%)

        Enero    Febrero    Marzo    Abril   Mayo      Junio   Julio   Agosto   Sept. Oct. Nov. Dic.
2006                         8,2     11,5    20,9      34,8    37,8     37,3    38,2 35,3 31,3 28,9
2007     31,2     32,5       40,1    41,5    38,5      39,8    42,8     42,7    46,1 42,9 44,2 39,2
2008     38,6     39,4       35,2    38,8    38,1      41,4    41,1     46,1    38,3 41,0 40,1 34,7
2009     30,0     30,6       26,2     22      20        17      19       19      16   13    15  13
2010      10       11         10
Fuente : Encuestas Opinión Pública Adimark 2006-2010


4.2.1 Entre Marzo del 2006 y Noviembre del 2007
Al mirar las cifras en el largo plazo observamos una primera fase que está marcada por una
rápida, sistemática y profunda alza que alcanza su peak en Septiembre del 2007 cuando se
llega a una desaprobación del 46,1 por ciento, la más alta de su gestión. Es interesante
destacar que es una cifra que coincide con su nivel más bajo en su aprobación con un 35,3
por ciento. De hecho, cuando en Agosto del 2008 se manifiesta una cifra similar en la
desaprobación (46,1%) la aprobación es superior en siete puntos porcentuales alcanzando un
42,1 por ciento respecto de su nivel más bajo en Septiembre del 2007.
Al observar esta fase podemos identificar algunos momentos. La primera sub fase se
extiende entre Marzo y Septiembre del 2006. Se caracteriza una rápida alza pasando del
inicial 8.2 por ciento hasta el 38.2 por ciento en Septiembre. Son siete meses de alza en la
desaprobación que es correlativa a la baja que se observa en la aprobación durante el mismo
período de tiempo. Sin embargo, el aumento de la desaprobación es mucho más intenso y
profundo que lo que vemos con la aprobación; mientras la desaprobación aumenta en 30
puntos porcentuales, la aprobación sólo baja en torno a los siete unos porcentuales.
TABLA # 8

          DESAPROBACIÓN BACHELET ENTRE MARZO 2006 Y NOVIEMBRE 2007 (%)

        Enero    Febrero    Marzo    Abril   Mayo      Junio   Julio   Agosto   Sept. Oct. Nov. Dic.
2006                         8,2     11,5    20,9      34,8    37,8     37,3    38,2 35,3 31,3 28,9
2007     31,2     32,5       40,1    41,5    38,5      39,8    42,8     42,7    46,1 42,9 44,2
Fuente : Encuestas Opinión Pública Adimark 2006-2007


Luego observamos lo que ocurre entre Octubre del 2006 y Febrero del 2007. Es una
pequeña sub fase de cinco meses que se abre con un 35.3 por ciento en la desaprobación. Si
bien es una baja respecto del mes anterior y de lo que se observa en general desde Marzo del
2006 (alza constante) y en particular de las cifras del tercer trimestre, hay que apuntar que se
trata de una cifra que s encuentra dentro del error estimado. Sin embargo, es una baja que se
consolida y prolonga hasta Febrero del 2007.
Nuevamente esa baja es correlativa con lo observado en la aprobación. En ambos casos,
mejores resultados que no logran prolongarse más allá de Febrero del 2007. El efecto
negativo del Transantiago se instala fuerte y decisivamente en la aprobación-desaprobación.
Desde Marzo del 2007 hasta Noviembre del 2007. Es una sub fase que se abre con una
desaprobación que llega al 40.1 por ciento. Esa cifra se estabiliza hasta Agosto.
En Septiembre del 2007 se observa un peak en la desaprobación llegando al 46.1 por ciento;
que se constituye en la cifra más alta del período Bachelet. Sin embargo, es una cifra que
ésta en el límite del error en relación a lo que se observa en el mes anterior (Agosto) y en los
siguientes (Octubre y Noviembre). En esa sub fase, la desaprobación promedio llegó al 42 por
ciento.
Si bien durante el 2007 se observa un fase crítica y que se prolonga hasta el 2008, podemos
identificar que el peak de la crisis, tal como hemos venido observado es en Septiembre del
2007. En ese entonces se observan tres situaciones; a) se da la cifra más baja del período en
la aprobación con un 35,3 por ciento, b) se da la cifra más alta en la desaprobación del
período con un 46,1 por ciento y c) la diferencia entre aprobación-desaprobación es la más
alta de la fase crítica con un delta de 10.8 de distancia entre ambos indicadores; que indica
baja aprobación y alta desaprobación. Al contrario, en Marzo del 2010 esa distancia era de 74
punto; que indica alta aprobación, baja desaprobación.
Lo interesante, es observar que no se trata de meses aislados. Al contrario, se trata de una
tendencia que se prolonga por cinco meses; entre Julio y Noviembre del 2007 en plena crisis
del Transantiago que no sólo inundaba la gestión Bachelet, sino también que salpicaba a la
gestión de Lagos. En esa coyuntura, el ex Presidente anunciaba que no se postularía para el
2009.
TABLA # 9
          CICLO CRÍTICO EN LA APROBACIÓN-DESAPROBACIÓN DE BACHELET (%)

                                                      aprobación   Desaprobación
                           2007         Julio            41,5          42,8
                           2007        Agosto            39,1          42,7
                           2007         Sept.            35,3          46,1
                           2007         Oct.             38,9          42,9
                           2007         Nov.             38,2          44,2
                                      Promedio                38,6          43,6
                           2008        Agosto            42,1          46,1
                         Fuente: Brandmaster, sobre la base de los datos de Adimark



4.2.2. Entre Diciembre 2007 y Marzo del 2010
Es una fase que está marcada por una lenta y paulatina baja en los niveles de la
desaprobación presidencial. En efecto, en Diciembre no sólo se rompe la tendencia del
umbral del 40 por ciento, sino también es una cifra que se sale del error estimado. En
Diciembre del 2007 la desaprobación llega al 39.2 por ciento. Desde y durante el 2008 la
desaprobación se estabiliza en torno al 40 por ciento. Desde Diciembre del 2008 y hasta
Marzo del 2010 se configura una fuerte tendencia a la baja que parte en un 34.7 y llega al 10
por ciento al terminar el período Bachelet.


                                               TABLA # 10

           DESAPROBACIÓN BACHELET ENTRE DICIEMBRE 2009 Y MARZO 2010 (%)

        Enero    Febrero    Marzo     Abril   Mayo      Junio   Julio   Agosto   Sept.   Oct.   Nov.   Dic.
2007                                                                                                   39,2
2008     38,6     39,4       35,2     38,8     38,1      41,4   41,1     46,1     38,3   41,0   40,1   34,7
2009     30,0     30,6       26,2      22       20        17     19       19       16     13     15     13
2010      10       11         10
Fuente : Encuestas Opinión Pública Adimark 2007-2010


Entre Diciembre del 2007 y Noviembre del 2008 la sub fase se caracteriza porque la
desaprobación se estabiliza en torno al 40 por ciento. En términos concretos, es ese período
la desaprobación promedio llegó al 39.8 por ciento
Hay dos situaciones que merecen análisis. La primera es la baja en la desaprobación en
Marzo del 2008 al 35.2 por ciento y el alza en Agosto de ese año que llega al 46.1 por ciento.
En ambas situaciones las cifras salen del error estimado respecto del mes anterior y siguiente.
Es más, en ninguno de ambos casos se logra configurar tendencia. La cifra del 46.1 es igual a
la que se observa en Septiembre del 2007; las dos son las más altas del período.
Entre Diciembre del 2007 y Enero-Febrero del 2008 se empieza a configurar una tendencia a
la baja que se profundiza en Marzo del 2008 con el 35.2 por ciento. Sin embargo, lo que se
observa desde el mes siguiente (Abril 2008) es nuevamente un alza y el quiebre de una baja
significativa. Ese 35 por ciento vuelve a aparecer a fines de año. Se plantea, por tanto, la
hipótesis de que la tendencia a la baja en la desaprobación pudo comenzar en Marzo del
2008 y no en Diciembre del mismo año, como ocurrió efectivamente.
Entre Diciembre 2008 y Marzo 2010 encontramos otra sub fase que se caracteriza por una
baja en los niveles de desaprobación significativa, continúa y sistemática desde el 34.7 al 10
por ciento. El promedio de la fase llega al 19 por ciento.
El umbral del 30 por ciento en la desaprobación se rompe en Marzo del 2009. El umbral del
20 por ciento se rompe en Junio del mismo año.


4.3. Los promedios de la desaprobación
Lo mismo que en la desaprobación se hace necesario analizar las cifras agregadas que si
bien logran ratificar las tendencias observadas a nivel mensual nos permiten tener una mirada
de largo plazo más amplia y consolidada.


4.3.1. Desaprobación Trimestral de la Gestión Bachelet
En primer lugar se observa cómo entre el segundo y el tercer trimestre del 2006 hay una alza
importante en la desaprobación. El último trimestre del año manifiesta una baja que llega al 32
por ciento. Esa tendencia a la baja se prolonga durante el primer trimestre del año 2007. Sin
embargo, la cifra de Marzo de ese año que llega al 40 por ciento, determina fuertemente que
el 34.6 del primer trimestre no sea más bajo. De hecho, la desaprobación promedio de los dos
primeros meses del año llega al 31.8 por ciento.
Desde el segundo trimestre del 2007 la desaprobación nuevamente manifiesta una tendencia
al alza llegando al 40 por ciento. El alza se prolonga durante todo el año y el promedio de
esos nueve meses es de 42 por ciento. El promedio del año es de 40.1 por ciento. Las cifras
muestran la misma tendencia a nivel semestral
En el primer trimestre del 2008 se observa una baja en la desaprobación que llaga al 37.7 por
ciento. Es 4.4 puntos porcentuales inferior a la cifra del último trimestre del año anterior. La
cifra del trimestre siguiente se enmarca dentro del error estimado por lo que se observa una
tendencia en torno al 38.6 por ciento. El alza del segundo semestre el leve.
Las cifras muestran y confirman que la crisis ocurre entre el 2007 y 2008. La desaprobación
de esos dos años se instala como tendencia en torno al 40 por ciento.
TABLA # 11

                  DESAPROBACIÓN TRIMESTRAL GESTIÓN BACHELET (%)

                               I        II         III     IV      1° s       2° s
                     2006     8,2      22,4       37,8    31,8     18,9       34,8
                     2007     34,6     39,9       43,9    42,1     37,2       43,0
                     2008     37,7     39,4       41,8    38,6     38,6       40,2
                     2009     28,9     19,7       18,0    13,7     24,3       15,8
                     2010     10,3
                      Fuente: Brandmaster, sobre la base de los datos de Adimark



El primer trimestre del 2009 ya marca una baja significativa que se instala bajo el 30 por
ciento (28.9). Desde entonces la tendencia a la baja es fuerte y sistemática; llegando, entre el
segundo y tercer trimestre a una desaprobación que baja del 20 por ciento y se instala en
promedio en un 19 por ciento. La baja sigue y llega al 14 en el último trimestre del 2009 y al
10 en el primer trimestre del 2010. En un año la baja en la desaprobación fue vertiginosa. La
aprobación mostraba la misma dinámica a la inversa.


4.3.2. Desaprobación Anual de la Gestión Bachelet
Nuevamente nos encontramos que los años críticos fueron el 2007 y el 2008 con cifras
promedio en torno al 40 por ciento; doce puntos porcentuales más que en el 2006, el doble
que lo observado durante el 2009. La gestión presidencial termina con una desaprobación del
10 por ciento.


                                            TABLA # 12
                     DESAPROBACIÓN ANUAL GESTIÓN BACHELET (%)

                         2006        2007      2008        2009       2010

                         28,4        40,1       39,4       20,1        10,3

                      Fuente: Brandmaster, sobre la base de los datos de Adimark



La aprobación de los años críticos llega al 43.5 por ciento. Desde el 2009 la diferencia
promedio entre aprobación-desaprobación se amplía fuertemente dejando atrás el delta
observado entre el 2007 y el 2008 que oscilaba en torno a los tres puntos porcentuales.
En efecto, en el 2009 esa diferencia llego a los cincuenta puntos porcentuales de diferencia.
En el 2010 esa diferencia superó los setenta puntos.
4.3.3. La desaprobación promedio del período
El promedio en la desaprobación del gobierno de Bachelet llegó al 31 por ciento.
Sin duda, una cifra que muy superior a lo que observamos al iniciar y terminar el período
presidencial. No obstante, es una cifra inferior a lo que sucede en el 2007 y 2008 donde el
promedio de desaprobación oscila en torno al 40 por ciento. A su vez, es superior a lo que
ocurre en los años 2006, 2009 y 2010 que llegan respectivamente al 28.4%, 20.1% y 10.3%
respectivamente.


                                             GRÁFICO # 4
                       DESAPROBACIÓN GLOBAL GESTIÓN BACHELET (%)


   35
   30                                                                                30,8 %


   25
   20

   15

   10                                              10,0 %
                    8,2 %
    5

    0
                   Marzo 2006                      Marzo 2010                        Promedio



Fuente: Elaborado por BrandMaster sobre la base de los datos generados por Adimark
5. APROBACIÓN Y SUSECIÓN PRESIDENCIAL
Al analizar los datos de la pregunta básica (aprobación/desaprobación) no sólo en relación a
lo que ocurre con Bachelet, sino también con los otros presidentes de la Concertación (Aylwin,
Frei y Lagos) podemos plantear la hipótesis de no hay relación relevante ni directa entre la
aprobación de un Presidente y el sucesor oficialista. En la tabla siguiente podemos ver los
datos que confirman la hipótesis anterior.


                                               TABLA # 13

                   APROBACIÓN BACHELET Y SUCESIÓN PRESIDENCIAL (%)

                                           Aylwin    Frei     Lagos    Bachelet     Frei    Piñera
         Primera vuelta presidencial        55.2     58.0      48.0      46.0       29.6     44.1
         Segunda vuelta presidencial                           51.3      53.5       48.4     51.6

         Aprobación inicio gobierno          50       49        49       52.6                 52
          Aprobación fin gobierno            51       28      58-78       84
        Aprobación promedio gestión         52.7     37.2      50.5      53.8
        Fuente: Brandmaster, sobre la base de los datos de Adimark y Centro de Estudios Públicos. Las
        cifras de Aylwin, Frei y Lagos son del Cep, que tiene algunas diferencias metodológicas con la
        que hace Adimark desde Marzo del 2006. La cifra de Lagos al finalizar de su gobierno
        corresponde a las mediciones que hacen Cep y Adimark.



5.1. La sucesión Aylwin-Frei
Frei sucedió a Aylwin de manera clara y fácil en Diciembre de 1993. En efecto, se impuso
sobre un amplio abanico de candidatos con un 58 por ciento de las preferencias. En este
caso, las condiciones políticas de la coyuntura sobre todo la debilidad en las candidaturas de
la derecha, la fortaleza de Frei (en el contexto de la época) y la necesidad política e histórica
de seguir con la re-democratización iniciada cuatro años antes, son más relevantes que las
mediciones sobre aprobación-desaprobación que en ese entonces realizaba el Centro de
Estudios Públicos.
La aprobación de Aylwin puede ser descrita como intermedia entre buena y mala. Su
aprobación promedio llego al 52.7 por ciento. Su sucesor gano la elección presidencial con un
58 por ciento; una cifra no sólo superior al 55.2 por ciento de Aylwin en la presidencial de
1989, sino también a lo observado con los niveles de aprobación.
Con esas cifras, era inexplicable la alta votación presidencial de Frei; la más alta con que un
Presidente gana una elección. Las cifras de aprobación de Aylwin no se corresponden con la
elección de Frei Ruiz-Tagle. Por tanto, surge la hipótesis de que no hay relación entre los
niveles de aprobación y la votación electoral del sucesor oficialista. Las condiciones y
características políticas de la fase son determinantes en lo que ocurrirá en la presidencial
y en las probabilidades de sucesión oficialista.
5.2. La sucesión Frei-Lagos
Lagos estuvo a 31.140 votos de perder la elección presidencial en primera vuelta. Su triunfo
en la segunda vuelta sobre Joaquín Lavín fue de 51.3 por ciento contra 48.7 por ciento. Sin
duda, un resultado estrecho que a principios de año ni lo imaginaban. Las encuestas de ese
año electoral mostraban un empate técnico entre ambos candidatos.
Para la Concertación fue un triunfo electoral y una derrota política. Si no fuera por la potencia
de Lagos, la Concertación hubiese perdido en esta oportunidad el gobierno y no diez años
después cuando Piñera le gano a Bachelet. Planteo, por tanto, la hipótesis de que la
Concertación comenzó a perder posiciones de poder en diciembre del ’99; y que, la
derrota presidencial del 2009 encuentra antecedentes en esa coyuntura. El trasvasije de votos
comenzó en esa época.
Cuando Frei termino su mandato –en el marco de la crisis asiática- su nivel de aprobación en
Octubre de 1999 llegaba sólo al 28 por ciento con una desaprobación que alcanzaba el 45%.
Su promedio de aprobación llegó al 37.2 por ciento sostenido por las cifras pre crisis asiática.
Las cifras de aprobación de Frei son las bajas que se conocen hasta hoy.
Con Frei nos encontramos no sólo con un mal manejo de la crisis asiática que se expreso en
bajas cifras de crecimiento y alto desempleo, sino también con una crisis eléctrica que dejo
sin luz a los chilenos durante algunas horas del día durante varios día. Sin duda, coyunturas
de alto impacto social que debilitaron al Presidente, al Gobierno y a la coalición en general.
En ese contexto, Lagos se convirtió en Presidente de la República con una cantidad de votos
mayor en 20 puntos al nivel de aprobación que tenía Frei. Su aprobación inicial llegó al 49 por
ciento, que es 21 punto porcentuales más que el 28 por ciento de aprobación con que Frei
dejo el gobierno. El piso que Frei le deja a Lagos es malo. Tan malo, que la Concertación
estuvo a 30 mil votos de perder la elección. Un elemento de la coyuntura que contribuye a
entender esta dinámica es la negociación laboral que se realizó a meses de la elección
presidencial y que fue decisiva para el resultado final.
Sin embargo, surgen dos afirmaciones. La primera es que las malas cifras de Frei explican el
hecho de que la Concertación con Lagos estuvo a treinta mil votos de perder la elección. Y
segundo, que una Coalición de gobierno puede ganar una elección presidencial cuando
el piso que deja el Presidente anterior (en términos de aprobación-desaprobación) es
malo. Ello, depende principalmente del candidato oficialista, del estado de la coalición,
del posicionamiento electoral y político de la oposición y de las condiciones políticas
de la fase.


5.3. La sucesión Lagos-Bachelet
La aprobación promedio de Lagos llega al 50.5 por ciento. Una cifra más baja en 2.2 puntos
porcentuales a la obtenida por Aylwin y en 13 puntos porcentuales más que Frei. Su gobierno
se inicia con una aprobación del 49 por ciento y termina con un 58 por ciento. Aylwin mantuvo
estabilidad en su aprobación en sus años de gestión pasando del 50 al 51 por ciento. Frei
bajo de manera significativa pasando del 49% inicial al 28% final entre 1993 y 1999. Al
contrario, Lagos subió once puntos porcentuales en su gestión pasando del 49% inicial al 58%
al terminan su gobierno en Marzo del 2006.
Adimark comenzó a medir la aprobación-desaprobación en Marzo del 2006. Las metodologías
entre la Cep y Adimark son distintas. En ese contexto las cifras de aprobación de Lagos en
ambas encuestas son distintas. Mientras la del Cep hace la evaluación final del período en
Noviembre del 2005, la de Adimark se hace en Marzo del 2006. Mientras en la primera llega a
una aprobación del 58 por ciento, en la de Adimark llega al 78 por ciento. Si bien es una cifra
20 puntos mayor, hay que apuntar que la segunda medición se hace cuatro meses después y
con otra metodología.
Según esos datos, el gobierno de Lagos genera las condiciones políticas para que el
oficialismo y su candidato presidencial ganaran la elección. Se junta buena evaluación, buen
candidato, condiciones políticas favorables y oposición dividida. No obstante, Bachelet saco
menos votos que Lagos en primera vuelta. Al contrario, saco más votos que Lagos en la
segunda vuelta.


5.4. La sucesión Bachelet-Piñera
Bachelet inicio su gestión con un 52.6 por ciento de aprobación. Terminó en Marzo del 2010
con un 84 por ciento. Su promedio durante sus cuatros años de gobierno llegó al 53.8 por
ciento. Esos datos, sin duda prometían una buena presidencial y generaban condiciones para
la sucesión presidencial oficialista. ¿Cómo explicar el 29% que saco Frei en la primera vuelta
presidencial y el 48% en la segunda vuelta?
Nuevamente, se confirma la hipótesis que hemos venido planteando. No hay relación
entre aprobación presidencial y sucesión presidencial oficialista. En efecto, se puede
ganar una elección aún cuando el Presidente del oficialismo tenga buenos o malos
niveles de aprobación. No olvidemos que la pregunta de la encuesta dice “independiente de
su posición política”.
Las condiciones políticas de la coyuntura (entre ellas lo que sucede en la coalición oficial),
la calidad del candidato sucesor y la fuerza de la oposición contribuyen de manera decisiva a
sepultar o no al candidato.



6. CONCLUSIONES
De acuerdo a los datos anteriores estamos en condiciones de plantear la hipótesis de que la
votación presidencial de una coalición gobernante no tiene relación directa ni
significativa con los niveles de aprobación-desaprobación que muestra el Presidente
de la República. Ayuda, pero no es suficiente ni determinante.
En efecto, el binomio Aylwin-Frei, Frei-Lagos, Lagos-Bachelet y Bachelet-Piñera muestran
antecedentes que validan lo que estamos planteando. No porque el Presidente y su gobierno
tengan altos niveles de aprobación, los electores van elegir un candidato del mismo sector
político.
Se observan, por tanto, dos situaciones. En primer lugar, el hecho de un bajo nivel en la
aprobación de un presidente si daña la perspectiva presidencial del candidato oficial. Luego,
en segundo lugar, un buen nivel de aprobación genera condiciones favorable para la
sucesión dentro del oficialismo. En ambos casos cada afirmación no es concluyente ni
suficiente. La sucesión Frei-Lagos y Bachelet-Piñera son ejemplos de lo que se plantea.
Son las condiciones políticas de la fase, el estado de la coalición gobernante, la fortaleza o
debilidad del candidato oficialista y del opositor son los elementos que, finalmente, deciden la
elección. La última elección presidencial muestra de manera muy clara esta afirmación.
Otro aspecto que conviene destacar es la relación existe entre la Opinión Pública (como
potenciales electores) y los distintos escenarios políticos, económicos y sociales que le toca
enfrentar a cada gobierno y coalición gobernante. En efecto, los ciudadanos enfrentan y
responden frente a la pregunta aprobación-desaprobación teniendo como horizonte
cognitivo no sólo elementos blandos de coyuntura, sino también aspectos duros como
creencias, convicciones, percepciones, expectativas, lealtades e ideologías que hacen
que los cambios políticos sean lentos y se configuren a lo largo de los años. El día a día
de la política pone a prueba todos estos aspectos.
En esa dirección, toda encuesta de Opinión Pública, sobre todo, aquéllas de objetivos
políticos tienen que tener la sensibilidad suficiente como para captar todos esos cambios.
En ese escenario las bajas y las alzas que muestra la relación aprobación-
desaprobación en la encuesta Adimark (que es la que hemos analizado en este trabajo)
responde al mal o buen manejo que el Presidente hace de las distintas coyunturas que
le toca enfrentar. El buen manejo genera alza que puede convertirse en tendencia; el mal
manejo genera bajas que también se pueden expresar en tendencias; que se consolidan o
diluyen.
En esa dirección podemos identificar dos coyunturas; la de alto y bajo impacto. De ese
modo, las coyunturas de bajo impacto no generan grandes cambios en la evaluación y
tendencias existentes. Al contrario, esos cambios se manifiestan no sólo cuando emergen
hechos de alto impacto, sino también cuando la autoridad no tiene un buen manejo de la
crisis. De hecho, toda crisis es una oportunidad
En efecto, es el manejo que se hace de los escenarios de alto impacto público, social y
político lo que puede producir cambios y rupturas de las tendencias dominantes. Un
mal manejo hace, en la mayoría de las veces, que la aprobación baje y la desaprobación
suba. Entre esos escenarios de lato impacto tenemos el Transantiago (que todavía golpea al
gobierno), la revolución pingüina, el manejo contra cíclico de la crisis económica, el rescate
minero o el caso Van Rysselberghe, etc.
Debilitar los elementos duros de cada elector-ciudadano (ideología, convicciones, etc.) es más
complejo y largo que una opinión específica y coyuntural sobre todo cuando se trata de
aspectos de bajo impacto.
El triunfo de Piñera se empezó a gestar en la presidencial de 1999 cuando Lavín estuvo a
muy pocos votos de vencer a Lagos. En ese escenario se expresó los cambios ocurridos
durante la gestión Frei. No olvidemos que no sólo fue un gobierno con muy bajos niveles de
aprobación, sino también con un mal manejo de la crisis asiática.

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Aprobación presidencial de Michelle Bachelet 2006-2010

  • 1. BREVIARIOS DE OPINIÓN PÚBLICA La aprobación presidencial de Michelle Bachelet ALEJANDRO GONZÁLEZ LLAGUNO DOCUMENTO DE TRABAJO # 1 15-MAYO 2011
  • 2. INDÍCE 1. Introducción …………………………………………………………………………………………….…………..…. 02 2. Aspectos Metodológicos ……………………………………………………………………………..………………. 04 3. La aprobación de Bachelet …………………………………………………………………………...…………..…. 06 3.1. Evolución Global ………………………………………………………………………………………………..… 06 3.2. Evolución mensual en el largo plazo …………………………………………………………………………… 08 3.2.1. Entre Marzo del 2006 y Noviembre del 2008 …………………………………….…………….…………. 09 3.2.2. Entre Diciembre del 2008 y Marzo del 2010 ……………………………………….………..……….…… 11 3.3. Los promedios de la aprobación ……………………………………………………………………….…..…… 12 3.3.1. Aprobación trimestral de la gestión Bachelet ……………………………………………….…………….. 14 3.3.2. Aprobación anual de la gestión Bachelet …………………………………………………..……………… 15 3.3.3. Aprobación promedio del período ………………………………………………….……..……………….. 15 4. La desaprobación de Bachelet ……………………………………………..………………………………..…….… 17 4.1. Evolución Global ………………………………………………………………………………………………….. 17 4.2. Evolución mensual en el largo plazo …………………………………………….…………………………..…. 18 4.2.1. Entre Marzo del 2006 y Noviembre del 2007 …………………………………………………….……..…. 19 4.2.2. Entre Diciembre del 2007 y Marzo del 2010 ………………………………………………………….….… 21 4.3. Los promedios de la desaprobación ……………………………………………………………………..……… 22 4.3.1. Desaprobación trimestral de la gestión Bachelet …………………………………………………….……. 22 4.3.2. Desaprobación anual de la gestión Bachelet …………………………………………………….………… 23 4.3.3. Desaprobación promedio del período …………………………………………………….…..……….……. 24 5. Aprobación y Sucesión Presidencial ……………….………………………………………………………….......… 25 5.1. La sucesión Aylwin-Frei …………………………………………………………………………………………… 25 5.2. La sucesión Frei-Lagos ……………………………………………………………………………….…………… 26 5.3. La sucesión Lagos-Bachelet …………………………………………………………………...……………….… 26 5.4. La sucesión Bachelet-Piñera ……………………………………………………………………………………… 27 6. Conclusiones ……………………………………………………..………………………………………………..……. 27
  • 3. 1. INTRODUCCIÓN El escenario político de nuestro país se ve tensionado mes a mes por la publicación de los resultados de distintas Encuestas de Opinión Pública. Los más diversos temas del acontecer político y social se evalúan desde el punto de vista de las opiniones y percepciones de los ciudadanos. Temas culturales, económicos y políticos se suceden uno a uno marcando y construyendo tendencias que van configurando el alma-perfil de Chile. No obstante, son las problemáticas políticas las que más inquietan a los actores nacionales; aprobación- desaprobación de los presidentes, gobiernos, ministros, partidos y coaliciones, problemas más relevantes a los que hay que enfrentar, políticos con más futuros, intenciones de voto y perspectivas presidenciales son algunas de las preguntas que abordan esos estudios. La clase política está muy atenta a esos resultados. De hecho, se ha hecho común que muchas acciones de los presidentes y gobiernos se hacen en función de obtener evaluaciones positivas en esos estudios. Con el tiempo esas mediciones se han ido convirtiendo en un hecho político con efectos de poder como cualquier otra acción ejecutiva, parlamentaria o política. No olvidemos que una candidatura presidencial se potencia o diluye en función de los datos que las encuestas van generando. Los casos muestran como Bachelet en su momento se posiciono como la mejor carta presidencial del conglomerado. Con Piñera paso algo similar que termino doblegando los deseos más profundos del ADN de la Udi. En la actualidad ocurre algo similar con Golborne y el re-posicionamiento de Bachelet. Sin duda, los resultados de esas mediciones preocupan a los actores involucrados; sobre todo cuando éstos forman parte de la sociedad política (Estado, Partidos, Gobiernos, Congreso). A su vez, esta inquietud está directamente relacionada con las lecturas e interpretaciones que hacen esos mismos actores de los resultados y datos que estos estudios producen. Como en muchos aspectos de la vida hay tantas interpretaciones como actores o individuos involucrados. En efecto, actores políticos, medios de comunicación, analistas y electores interpretan esos datos según sus particulares intereses. Al final de día todos se convierten de una u otra manera en ganadores al convertir la derrota en victoria; sobre todo, cuando se trata de mediciones que evalúan la gestión del presidente, del gobierno y de los actores políticos en general. En esa dirección se puede mencionar que el estancamiento del Presidente Piñera en torno al 42 por ciento en la aprobación y al 49 por ciento en la desaprobación en Marzo del 2011 en el contexto de un gran mes para el gobierno (buen rendimiento de la economía, baja en los índices de delincuencia, promoción agenda social), es interpretado por el propio mandatario no sólo en la dirección de que la “Opinión pública esta muy exigente”, sino también de que es una buena cifra en relación a lo que obtienen las coaliciones políticas. Al mismo tiempo, surgen distintas lecturas de ese estancamiento; mientras unos lo atribuyen al efecto Van Rysselberghe, otros a que la obra del gobierno se comunica mal. Desde la oposición surgen voces que hablan de que “es una mala noticia para el gobierno”, “que no está haciendo bien las cosas”, “que no sabe gobernar y que “a pesar de todas las ofertas que ha hecho en proyectos de beneficio social, la gente siente que las ofertas no llegan nunca a ser concretas y se siente defraudada".
  • 4. A su vez, miembros de alianza no se explican cómo puede ocurrir algo así, teniendo en cuenta que no sólo ha sido un buen gobierno, sino también el mes de Marzo fue excepcional en anuncios y gestión. Interpretaciones e interrogantes varias. Políticos, medios y analistas saben cómo convertir la mentira en verdad o la derrota en victoria. Los resultados de los estudios de Opinión Pública, sobre todo aquéllos cuyas temáticas son políticas, forman parte de esa misma lógica. Se observa un loco afán por no perder posiciones de poder y quedar bien posicionados luego de conocer los resultados de una u otra encuesta convertida en hecho político. Esta situación se debe a que predomina una lectura política de corto plazo sobre los resultados y datos que cada estudio genera. Con ello, no sólo no ven ni perciben la riqueza de los distintos aspectos, variables y correlaciones que se manifiestan y que surgen en cada medición, sino también olvidan la perspectiva de largo plazo y las tendencias que se van configurando a lo largo de los meses, años y ciclos. Sin embargo, la lectura política de las encuestas en tan legítima como una lectura académica y científica. Ese no es el problema ni lo relevante. La problemática surge cuando esa interpretación genera conclusiones apresuradas y equivocadas que generan efectos y acciones que debilitan las posiciones de poder que cada fuerza política tiene a corto y largo plazo. El ejemplo, más directo es la relación que hay entre aprobación de un presidente y los efectos sobre la sucesión presidencial o las posibilidades presidenciales de un ministro por tener buena evaluación y/o por ser conocido. Esto ocurre, entre otros, por el hecho de que la variable aprobación-desaprobación de un Presidente o Ministro se asocia con “popularidad”; Sin embargo, no olvidemos que la pregunta que se hace es en relación a si se aprueba o no como tal o cuál Presidente esta “conduciendo su gobierno”. Que sean lecturas apresuradas y equivocadas no debe extrañar. En efecto, los distintos actores deben responder de manera rápida e inmediata frente a los resultados que cada estudio provoca. La primera reacción, por tanto, es defensiva. Hay que neutralizar toda mala medida que puede dañar las posiciones de poder que se mantienen hasta ese entonces. Cuando un presidente o un gobierno son mal evaluados, rápidamente hay que blindarlo como una manera de disminuir los efectos de poder que ese hecho político –el dato del estudio- genera en sus posicionamientos. Al contrario, cuando la medición es favorable comienzan a destacarse y fortalecerse todos los aspectos comunicacionales y de liderazgo que hacen posible esa positiva evaluación. No hay que olvidar, no obstante, que en un campo de fuerzas siempre hay al menos dos contrincantes. Al final del día, uno gana y otro pierde. Las encuestas políticas de Opinión Pública generan el mismo efecto; es decir, genera a partir de los datos y variables ganadores y perdedores. En definitiva las encuestas de Opinión generan realidad. Son un hecho político. Como una manera de entender la mecánica de los estudios de Opinión Pública en una perspectiva de largo plazo e inclusiva (es decir, que analice variables internas y externas a la encuesta) Brandmaster pone a disposición de los distintos actores del quehacer nacional sus “Breviarios de Opinión Pública”.
  • 5. El objetivo de estas reflexiones tiene como horizonte analizar de manera breve y sistemática los datos que surgen de las distintas encuestas de Opinión que aparecen cada cierto tiempo en el escenario nacional y cuyos resultados son de circulación y conocimiento público. La idea es analizar esos datos en la perspectiva de a) observar aspectos específicos de cada encuesta, es decir, peguntas-respuestas concretas de manera profunda y amplia, b) entender los datos en una perspectiva de largo plazo, c) comparar aspectos internos de la encuesta (cruce de variables) con el fin de develar aspectos ocultos a primera vista), d) relacionar los datos de cada pregunta con aspectos de la coyuntura con el fin de entender las alzas o las bajas en los datos, e) relacionar los datos de cada pregunta con variables macroeconómicas (crecimiento, empleo, inflación) y sociales (estilo gestión, identificación política, demográficas, expectativas) con el fin de entender las alzas o las bajas en los datos en la perspectiva de las tendencias que configuran, debilitan y/o diluyen, f) comparar gestiones entre gobiernos, presidentes y presidenciables y g) plantear hipótesis con el fin de generar bases para una teoría de la relación existente entre Opinión Pública y política. Por cuestiones metodológicas de espacio y tiempo no todo estudio (documento de trabajo) pondrá atención en cada uno de esos objetivos. Como cada día tiene su afán; cada análisis tiene su afán y objetivos concretos. Este primer breviario es parte de una serie de reflexiones y análisis que no sólo pondrán atención en los estudios que una empresa o institución (Adimark, Cep, Cerc, UDD, Opina, Activa, Mori, UDP, Ipsos, etc) genera de manera sistemática a lo largo del tiempo en relación a una u otra variable (como aprobación o intención de voto), sino también pretende comparar los resultados que obtiene cada empresa/institución sobre una misma pregunta (variable) con el fin de fortalecer y consolidar esos datos y tendencias. Aún cuando se trate de metodologías distintas que cada organización utiliza, se indagara en torno a las tendencias que cada una produce en cada medición y que van más allá de los números que cada una arroje de manera aislada. Se trata, finalmente, de entender la relación existente entre los ciudadanos cuyas opiniones, percepciones, y lealtades se expresan en distintas encuestas o estudios de Opinión Pública y los efectos sobre el acontecer político en general y las elecciones (presidenciales, parlamentarias) en particular. 2. ASPECTOS METODOLÓGICOS Los datos sometidos al análisis son los de la encuesta de Opinión Pública que realiza mes a mes la empresa Adimark. En esa dirección, es muy importante tener presente que el análisis se hace sobre la base de todas las mediciones que se hicieron de Bachelet desde Marzo del 2006 hasta la finalización de su gobierno en Marzo del 2010 que llegan a un total de 49. El presente “documento de trabajo” y análisis pone atención básicamente en la relación existente entre las alzas-bajas-estabilización en las aprobación-desaprobación presidencial y las coyunturas políticas.
  • 6. Se busca como objetivo general explicar esos movimientos en función de a) analizar los efectos de la aprobación-desaprobación sobre el escenario político y b) analizar los efectos del escenario político sobre las alzas, bajas y estabilización en las cifras de aprobación- desaprobación presidencial. Los objetivos específicos del análisis buscan generar una interpretación que permita entender esta pregunta en a) una perspectiva de largo plazo identificando tendencias, b) generar una sistematización de los datos para compararlos con la gestión Piñera, c) plantear algunas hipótesis en la perspectiva de la sucesión presidencial, d) plantear algunas hipótesis que expliquen las alzas-bajas-estabilización en la aprobación-desaprobación y d) relacionar los datos de aprobación-desaprobación con variables sociales y macroeconómicas con el fin de plantear algunas hipótesis preliminares. La pregunta que evalúa esta dimensión se ha convertido en un clásico del mundo político y social del país. “Independientemente de su posición política ¿Usted aprueba o desaprueba la forma como Michelle Bachelet está conduciendo su gobierno? es la pregunta que se ha convertido en un hecho político fundamental en el Chile actual. Este punto, es importante por cuánto nos remite a la pregunta concreta y nos aleja de la clásica asociación entre aprobación-desaprobación y popularidad presidencial. En efecto, a la Opinión Pública no se le pregunta sobre si es popular o no un Presidente o un Ministro. Como vemos la pegunta es otra. Es más, la pregunta dice, “independientemente de su posición política” lo que no remite y explica el hecho de que se puede aprobar una gestión sin identificarse con la posición política del Presidente como en los casos de Lagos y Bachelet; que, sin duda, muestran que sectores que no se identifican con sus apoyos socio-políticos aprueban su gestión. La metodología de la encuesta en general y de esta pregunta en particular a lo largo de esos cuatro años es similar en sus aspectos centrales. En efecto, entre los antecedentes técnicos similares y que hacen posible construir tendencias tenemos a) la redacción de la pregunta, b) las alternativas de respuesta, c) que se trata de una muestra probabilística con selección aleatoria de hogar y entrevistado, d) con un error del +/- 3% y un intervalo de confianza del 95%, e) el grupo objetivo son hombres y mujeres mayores de 18 años, f) las entrevistas son telefónicas, g) los entrevistados se encuentran en los principales centros urbanos del país en cuyos hogares hay teléfono, y h) la ponderación de los datos se hace en función de ciudad, sexo y nivel socio-económico según los datos del censo del 2002. A su vez, entre los aspectos en lo que podemos encontrar diferencia mínimas y que no dificultan el análisis y la identificación de tendencias son a) el total de la muestra que oscila en torno a los 1.100 casos, b) las fechas del trabajo de campo que oscila en torno a los 20-22 días y c) las coyunturas o tiempo histórico en que se hace cada medición son muy distintos unos de otros. El presente artículo está estructurado en seis secciones. Las dos primeras corresponden a la introducción (que vincula de manera breve política y Opinión Pública) y a los aspectos metodológicos que hacen posible el análisis.
  • 7. Luego en la sección tres y cuatro se analiza la aprobación-desaprobación presidencial en la perspectiva de vincular los datos de corto (mes) y largo plazo (tendencia) con la coyunturas políticas, sociales y económicas que debe enfrentar el gobierno. La sección quinta relaciona la aprobación-desaprobación con la sucesión presidencial. No sólo se toma el caso de Bachelet, sino también los casos de Aylwin, Frei y Lagos. Y finalmente, el artículo termina con algunas conclusiones generales que van a servir de base para el análisis y desarrollo de los “Breviarios de Opinión Pública” que van a ir apareciendo a lo largo de las siguientes semanas y meses. 3. LA APROBACIÓN DE BACHELET Desde que Bachelet dejo el gobierno en Marzo del 2010 se han escuchado de manera recurrente dos consideraciones. La primera, que se trata de un Presidente que se va con los más altos niveles de aprobación. La consecuencia de esta situación es que se convierte de manera automática en presidenciable para el 2013. Con ese dato, la lectura política y de corto plazo de tales resultados genera ilusión y falsas expectativas. Lagos Escobar, también termino su mandato con altos niveles de aprobación En segundo lugar, surge la pregunta de ¿por qué la coalición gobernante (la Concertación) no tuvo la capacidad de transferir ese apoyo a su candidato presidencial, el Dc Eduardo Frei? De hecho, su votación en la primera vuelta llego al 29 por ciento; para luego, subir en la segunda vuelta a una votación en torno al 47 por ciento. No hay correspondencia entre esos resultados y los obtenidos por Bachelet en la variable aprobación. Una de las hipótesis que explica este hecho se encuentra en la lectura errónea que se hace de las encuestas en general y de esta pregunta en particular. En términos generales, hay una confusión entre aprobación presidencial y resultado electoral en una presidencial. Los datos muestran que el candidato oficialista y sucesor no depende para su triunfo de los niveles de aprobación presidencial de su antecesor. La evidencia empírica indica que se pueden dar las más diversas situaciones. 3.1. Evolución global Lo primero que se observa en el largo plazo es que la ex presidenta Bachelet durante su gobierno aumentó de manera lenta y discontinúa (subidas y bajadas) sus niveles de aprobación; en efecto, en sus cuatro años de gestión pasó de un 52,6% inicial en marzo del 2006 a un 84% en marzo del 2010. En el gráfico # 1 podemos ver estos datos que muestran un aumento significativo de más de 30 puntos porcentuales. Para la Opinión Pública su gestión como presidenta de Chile fue buena; expresándose en altos niveles de aprobación. Para ello, es fundamental cruzar la barrera de sus apoyos básicos y lograr captar opositores. De hecho, que adherentes de la Alianza aprueben su gestión (“conducción de su gobierno”) no implica que electoralmente se inclinen hacia sus posiciones político-ideológicas ni antes (cuando fue electa) o después (cuando su coalición
  • 8. con Frei se enfrente a Piñera). En efecto, se puede aprobar una “conducción” y no identificarse con el sector político. A su vez, esa alta aprobación es correlativa con bajos niveles de desaprobación. En efecto, mientras al terminar su gobierno llega a un 84% de aprobación, los niveles de desaprobación llegan al 10%. Se trata, de una cifra similar a la obtenida a principios de su gobierno en Marzo del 2006 con un 8,2%. GRÁFICO # 1 APROBACIÓN PRESIDENCIAL AL INICIAR Y FINALIZAR LA GESTIÓN (%) 90 80 84,0 % 70 60 50 53,5 % 52,6 % 40 30 20 10 0 Presidencial Marzo 2006 Marzo 2010 Fuente: Elaborado por BrandMaster sobre la base de los datos generados por Adimark Se observa, que al empezar su gestión su apoyo se encontraba principalmente entre sus partidarios y electores. Al final, su apoyo había captado sectores que tradicionalmente se identifican con partidos y simpatizantes opositores. Situación similar ocurre con Ricardo Lagos. Esto, no obstante, no significa que logre captar nuevos electores y votos para su coalición. La aprobación no es endosable. Al observar los datos de manera sistemática –a lo largo del tiempo- vemos como en la mayor parte del gobierno la aprobación de Bachelet es inferior al 50%. En efecto, de las 49 mediciones realizadas por Adimark, en 28 ocasiones la aprobación llegaba a menos del 50
  • 9. por ciento. Su gestión, por tanto, convivió más de la mitad de su período con bajas cifras de aprobación; entre Junio del 2006 y Noviembre del 2008. De los 30 meses que hay entre ambas fechas, en 27 ocasiones se bajo del umbral del cincuenta por ciento. Sólo en Mayo, Noviembre y Diciembre del 2006 se logra superar esa cifra; con un 54.5%, un 51% y un 54 por ciento respectivamente. El ascenso por sobre el umbral del 50 por ciento se observa desde Diciembre del 2008. En ese mes se llega a una aprobación del 51,1 por ciento. Desde entonces comienza un alza sistemática y sostenida que culmina en Marzo del 2010 con un 84 por ciento de aprobación. 3.2. La evolución mensual en el largo plazo Las cifras muestran que el crecimiento en la aprobación entre Marzo del 2006 y 2010 fue discontinúo a lo largo de esos cuatro años. Mientras en uno meses hay alzas; en otros hay bajas. En la tabla # 1 podemos ver las cifras. La discontinuidad en las cifras se debe a las situaciones políticas, económicas y sociales que el Presidente debe enfrentar en cada coyuntura de su gestión. En esa dirección, se plantea la hipótesis preliminar de que las cifras de aprobación-desaprobación manifiestan alzas, bajas y estabilizaciones en función del manejo que se hace de las coyunturas políticas, sociales y económicas que se van sucediendo durante los años de gestión gubernamental. Las respuestas que el gobierno tiene frente a esos hechos críticos son claves para entender la dinámica aprobación-desaprobación en el corto y largo plazo. TABLA # 1 APROBACIÓN MENSUAL GESTIÓN BACHELET (%) Enero Febrero Marzo Abril Mayo Junio Julio Agosto Sept. Oct. Nov. Dic. 2006 52,6 62,1 54,5 44,2 43,4 45,5 44,5 46,0 51,0 54,3 2007 47,2 49,3 45,6 43,4 41,4 43,1 41,5 39,1 35,3 38,9 38,2 45,1 2008 43,0 42,3 46,4 46,1 44,1 42,4 44,6 42,1 42,0 46,3 45,6 51,1 2009 53,1 58,5 62 67 69 74 73 73 76 80 77 81 2010 83 84 84 Fuente: Encuestas Opinión Pública Adimark 2006-2010 En el caso de Bachelet es muy claro como las bajas en la aprobación se producen a partir del manejo de la revolución Pingüina y la crisis del Transporte Público ocurridas entre Mayo del 2006 y finales del 2008. El 2007-2008 fueron los dos años más bajos con una aprobación promedio del 43.5 por ciento. Al contrario, las alzas ocurren a partir del bueno manejo de la crisis económica conocida como Subprime desde finales del 2008.
  • 10. En el largo plazo se observan dos fases en la aprobación de Bachelet; la fase del descenso entre Mayo del 2006 y Noviembre del 2008 y la del alza entre Diciembre del 2008 y Marzo del 2010. 3.2.1. Entre Marzo del 2006 y Noviembre del 2008. Bachelet en Marzo del 2006 tiene una aprobación del 52.6 por ciento; cifra similar a la obtenida en la segunda vuelta presidencial efectuada en Enero del 2006. En Abril sube fuertemente a un 62,1 y baja en Mayo al 54.5 por ciento. Sin duda, tres buenos primeros meses con una aprobación promedio del 56.4 por ciento. Sin embargo, desde Mayo la aprobación comienza a bajar. En Junio se baja del umbral del 50% llegando al 44.2 por ciento en la aprobación. Entre Junio y Octubre la aprobación promedio llego al 44.7 por ciento; doce puntos porcentuales menos que lo observado durante los tres primeros meses de gobierno. La baja que se observa desde Mayo es consecuencia de la crisis estudiantil conocida como “revolución Pingüina”. Sus efectos se hacen notar hasta finales del 2006. El tema educacional es de alta sensibilidad pública afectado a la sociedad en su conjunto. Por ello, su impacto es de largo alcance. Hay que considerar que las protestas estudiantiles comienzan a finales de Abril, por lo que la baja de Mayo no se explica por ese hecho. La medición de Mayo (que se hace pública en Abril) se expresa en la cifra de Junio que llega al 44.2 por ciento. Entre Noviembre y Diciembre se observa un alza que supera el umbral del cincuenta por ciento y que se extiende (en el marco de una tendencia a la recuperación) hasta Febrero del 2007. En esto cuatro meses (entre Noviembre del 2006 y Febrero del 2007) el promedio de la aprobación llega al 50.5 por ciento. Sin embargo, la tendencia al alza se diluye rápidamente cuando entra en funciones el Transantiago en Febrero del 2007; mes, en que la aprobación llega al 49.3 por ciento. La baja ya se siente en Marzo. Desde entonces todo es a la baja. Un largo ciclo con bajos niveles de aprobación. Otro tema de alto impacto social y político. En efecto, es una fase caracterizada por una baja sostenida en la aprobación desde el inicial 52,6% hasta llegar a una cifra del 35.5 por ciento en Septiembre del 2007; que es, la más baja de su período. Desde Octubre del mismo año se observa un alza lenta y sostenida que se prolonga hasta Noviembre del 2008 cuando se llega al 45,6 por ciento de aprobación. Hay muchos acontecimientos críticos que marcan las alzas o bajas en la aprobación o desaprobación. En efecto, durante esos duros años del 2006-2007-2008 no sólo se manifiestan las coyunturas antes mencionadas, sino también hay otras como la crisis en Chile-Deportes, la crisis de la Concertación (expresada en la emergencia de los díscolos como el Senador Navarro, la salida de los colorines de la Dc y de algunos miembros del PPd como Flores, Schaulshon y Valenzuela y la elección municipal con una Concertación dividida en dos listas), el paro de los camioneros, la crisis hospitalaria y el aumento de la inflación, etc.
  • 11. No obstante, hay dos hechos que permiten neutralizar la crisis; el anuncio de la reforma previsional en Marzo del 2008 y la respuesta frente a la erupción del Volcán Chaitén en Mayo del mismo año. Curiosamente en Julio del 2008 el Centro de Estudios Públicos hace pública su encuesta (cuyo trabajo en terreno fue en Junio) que muestra no sólo que la próxima elección presidencial se definirá en segunda vuelta, sino también que el ganador será Sebastián Piñera. Es más, en Octubre la consultora Imagina confirma esta tendencia. Este hecho, es relevante. Si bien hay distintas explicaciones que dan cuenta de la derrota presidencial de la Concertación que van desde el desgaste de la coalición hasta el mal candidato, quiero plantear la hipótesis que la elección estaba perdida no desde mediados del 2008 como anunciaba la encuesta del Cep, sino desde mediados del 2007 con las protestas estudiantiles y la profundización de la crisis del Transantiago. No es casualidad, por tanto, que la aprobación más baja del período de Bachelet ocurra entre Julio y Noviembre del 2007. En efecto, en Septiembre se da la aprobación más baja con un 35.3 por ciento y la desaprobación más alta con un 46.1 por ciento. La Concertación estaba derrotada cuando realizó la primaria y la campaña presidencial. La Revolución pingüina y el Transantiago más otras situaciones críticas de la fase impactan negativamente la aprobación presidencial y el manejo de la Concertación. TABLA # 2 APROBACIÓN BACHELET ENTRE MARZO 2006 Y NOVIEMBRE 2008 (%) Enero Febrero Marzo Abril Mayo Junio Julio Agosto Sept. Oct. Nov. Dic. 2006 52,6 62,1 54,5 44,2 43,4 45,5 44,5 46,0 51,0 54,3 2007 47,2 49,3 45,6 43,4 41,4 43,1 41,5 39,1 35,3 38,9 38,2 45,1 2008 43,0 42,3 46,4 46,1 44,1 42,4 44,6 42,1 42,0 46,3 45,6 Fuente: Encuestas Opinión Pública Adimark 2006-2008 Los números azules vuelven en Diciembre del 2008. La crisis económica empieza a inundar el escenario y la coyuntura de recesión avanza. El paro de los camioneros y las protestas estudiantiles han terminado. Son hechos, que comienzan a revertir los bajos niveles de aprobación presidencial. En ese entonces, Piñera ya es ganador en todas las encuestas; y la Concertación comienza a “desalojar” La Moneda. Se abre una nueva fase. 3.2.2. Entre Diciembre del 2008 y Marzo del 2010. Desde Diciembre del 2008 hay una fuerte tendencia al alza de manera sostenida y sistemática que culmina en Marzo del 2010 con una aprobación del 84 por ciento. Desde entonces, nunca más aparecieron cifras inferiores al 50 por ciento en la aprobación presidencial. De hecho, la primera vuelta presidencial en Diciembre del 2009 en la que la Concertación saco el 29 por ciento de los votos, la aprobación de Bachelet llegó al 81 por ciento.
  • 12. Diciembre marca el inicio del alza en la aprobación. La baja en la desaprobación viene manifestándose desde Septiembre del 2008. Se observa una coincidencia que indica que en la medida en que sube la aprobación, baja la desaprobación. TABLA # 3 APROBACIÓN BACHELET ENTRE DICIEMBRE 2008 Y MARZO 2010 (%) Enero Febrero Marzo Abril Mayo Junio Julio Agosto Sept. Oct. Nov. Dic. 2008 51,1 2009 53,1 58,5 62 67 69 74 73 73 76 80 77 81 2010 83 84 84 Fuente: Encuestas Opinión Pública Adimark 2008-2010 El hecho determinante es el manejo que Bachelet y su Ministro de Hacienda hacen de la crisis económica internacional. Es interesante destacar que mientras se observa un alza en los niveles de aprobación se empiezan a ver indicadores económicos negativos; principalmente crecimiento y desempleo. Al mismo tiempo, se pone en práctica la política contra cíclica que impulsa Velasco desde Hacienda. Esta relación entre bajo rendimiento en la economía y tendencia al alza en la aprobación presidencial, muestra que no hay relación directa entre ambas variables. La situación de Piñera confirma la situación; mientras su gobierno muestra un buen rendimiento económico, sus niveles de aprobación son bajos. En otro estudio de esta serie, pondremos atención en profundidad entre variables macroeconómicas y aprobación presidencial; y responderemos la pregunta de ¿por qué sube la aprobación de Bachelet fuertemente durante el 2009 cuando se trata de un año con crecimiento económico negativo? Una primera aproximación, indica que entre las variables macroeconómicas que más influyen e impactan sobre la aprobación-desaprobación presidencial son la inflación y el empleo. De ese modo, el crecimiento –por sí mismo- no sería de tanta relevancia. Durante el 2009 no se observan hechos de alto impacto social que condicionen una baja en la aprobación o que logren romper la tendencia al alza que viene manifestándose desde Diciembre del 2008. Es un año en que se manifiestan pequeñas crisis que no logran empañar el alza en la aprobación. Entre ellos, se observa la crisis por el déficit que ha generado el Transantiago, la prolongación de la crisis de la salud (hospitalaria y deuda), la crisis Mapuche y la crisis política de la Concertación expresada en la emergencia de Marco Enríquez Ominami, el pacto con el Pc y la debilidad de un candidato que no logra re-encantar a sus electores. El manejo de la crisis económica logra hacer subir la aprobación y bajar la desaprobación de la conducción que Bachelet hace del gobierno. En esa dirección, observamos que la aprobación promedio de ese año llega al 70.3 por ciento. Durante los tres primeros meses del 2010 que es, a la vez, el último trimestre de la presidenta Bachelet se logra consolidar el alza observada durante el año anterior. Ni siquiera la gestión del Terremoto logra debilitar la aprobación.
  • 13. 3.3. Los promedios de la aprobación ¿Por qué es importante hacer el análisis con datos agregados a nivel trimestral, semestral y anual? Porque buscamos tendencia y dinámicas, más que meses sueltos y aislados. Lo primero que surge es que por medio de datos o indicadores que resumen datos mensuales la lectura de largo plazo se hace más clara y fácil. Hay que entender, no obstante, que no siempre los cortes que se proponen en esta ocasión (trimestral, semestral, anual) son los más relevantes para entender determinadas coyunturas y los hechos que la configuran; y, a partir de los cuáles van apareciendo alzas y bajas en la aprobación presidencial. En efecto, hay fases en que trascurren cuatro o más meses que constituyen una tendencia que es relevante analizar y que entrega luces sobre el comportamiento de la aprobación-desaprobación de la conducción presidencial en un determinado período. En la medida que se ha ido haciendo necesario el análisis ha incorporado promedios que no coinciden con los propuestos en esta sección (trimestral, semestral, anual) y que han sido relevantes para entender la dinámica de la aprobación-desaprobación que se establece entre los ciudadanos y la conducción presidencial. No obstante, los datos agregados confirman y refuerzan las cifras, las hipótesis y las conclusiones que hemos desarrollado en la sección anterior y que dan cuenta de la aprobación. Hacer el análisis en esta perspectiva requiere algunas consideraciones metodológicas. En primer lugar, surge el problema de que se trata de muestras distintas a lo largo de las distintas mediciones. Si bien, ello no nos permite evaluar sobre la bases de unidades similares (individuos) como sería un estudio longitudinal con la misma muestra, si podemos construir la tendencia y evolución en el sentido de que el grupo objetivo que no participa en una muestra forma en esa ocasión parte del universo; por lo que, la generalización que se hace es perfecta y teóricamente válida para comparar a lo largo de tiempo muestras distintas desde el punto de vista de los individuos que responden en una u otra ocasión. Es más, esto podría ser positivo en la dirección de que los resultados del estudio no sólo dan cuenta de la muestra mensual que oscila en torno a los 1.100 sujetos, sino que al año las entrevistas totales llegan a un poco más de trece mil individuos (hombres y mujeres mayores de 18 años en los principales centros urbanos del país). En el período de los cuatro años de gestión la cifra supera las cincuenta mil entrevistas. Por ello, analizar los datos de manera agregada (trimestral, semestral, anual) es de gran utilidad; sobre todo, cuando se observan tendencias y cifras que entre una y otra medición se encuentra dentro del error estimado del estudio que en este caso es del 3%. En efecto, esta situación se refuerza cuando observamos que en la mayoría de las veces las mediciones entre un mes y otro (por ejemplo de Abril a Mayo) se encuentran dentro el error estimado. De hecho, solo en 19 ocasiones la medición rompió el margen de error tolerado. Sin embargo, en ocho de ellas esa situación se debe a un alza rápida y constante que va estructurando una tendencia distinta a la anterior. Ello, ocurre con mucha fuerza durante el observa en el 2009.
  • 14. Lo que indica este hecho es la configuración de tendencias que puede consolidarse o diluirse. Por ejemplo, Mayo es un mes en que la medición rompe el antes y el después; se sale del error en dos direcciones. La cifra es estadísticamente significativa. Luego entre Junio y Octubre las cifras y sus cambios se enmarcan dentro del error definido. En la tabla cuatro, podemos ver los meses en los que hay cifras que rompen el error; y que, por tanto, van indicado la emergencia o el quiebre de una tendencia. Desde Octubre del 2008 se observa una tendencia rápida y sistemática al alza que culmina en Marzo del 2010 con un 84 por ciento de aprobación. En los otros aspectos la muestra es similar; cantidad de sujetos, grupo objetivo, error, confianza, telefónicas, probabilística, ponderación y territorialidad. Otro problema metodológico que surge es que se trata de mediciones en las que las coyunturas sociales, económicas y políticas del país son distintas. Por tanto, ¿cómo puede ser comparable la medición mes a mes cuando los hechos y las coyunturas que se evalúan son distintos? La respuesta se encuentra en que la pregunta aprobación-desaprobación no indaga sobre hechos específicos ni concretos ocurridos en el mes de la recolección de los datos. No obstante, es muy probable que una situación crítica y compleja pueda afectar la opinión o percepción final de los entrevistados y determinar finalmente el dato global de la pregunta en un mes u otro. Ello, puede ser pasajero y coyuntural; y no, afectar la lealtad en el largo plazo. De hecho, se puede aprobar una gestión; y ello, no implicar un cambio en la lealtad. TABLA # 4 APROBACIÓN Y QUIEBRES DEL ERROR PERMITIDO (%) Enero Febrero Marzo Abril Mayo Junio Julio Agosto Sept. Oct. Nov. Dic. 2006 52,6 62,1 54,5 44,2 43,4 45,5 44,5 46,0 51,0 54,3 2007 47,2 49,3 45,6 43,4 41,4 43,1 41,5 39,1 35,3 38,9 38,2 45,1 2008 43,0 42,3 46,4 46,1 44,1 42,4 44,6 42,1 42,0 46,3 45,6 51,1 2009 53,1 58,5 62 67 69 74 73 73 76 80 77 81 2010 83 84 84 Fuente: Encuestas Opinión Pública Adimark 2008-2010 Sin embargo, es relevante entender que cuando se responde a la pregunta aprobación- desaprobación se hace con una visión de largo plazo que va más allá de la coyuntura; y que, incorpora no sólo aspectos emocionales de corto plazo, sino también elementos racionales e ideológicos de largo plazo. En efecto, planteo la hipótesis de que los electores e individuos no cambian de manera espontánea y rápida sus visiones, actitudes y opiniones políticas. Al contrario, esos cambios (por lo menos a nivel masivo) responden a dinámica cognitivas que duran años.
  • 15. Hay cambio, sin duda; pero, son lentos y llenos de tensiones entre lo que se cree, lo que se está dejando de creer y lo que se comienza a creer o pensar. Con las actitudes ocurre lo mismo. Por ello, un individuo o elector que se identifica con un sector político-ideológico determinado puede aprobar una determinada “conducción de gobierno” sin comprometer sus lealtades ni visiones de mundo. Por ello, Bachelet y Lagos tuvieron la finalizar su período presidencial altos niveles de aprobación. Por tanto, hechos críticos o favorables no generan cambios significativos cuando son de corto alcance o impacto. Ellos no generan tendencias ni las diluyen. Al contrario, cuando son de alto impacto social y político los cambios se producen de manera más rápida. No obstante, no todos logran votar en una elección presidencial por un candidato distinto a lo que dicen sus preferencias e identificaciones políticas. Sólo aquéllos que forman parte del voto blando y frágil realizan ese cambio. La alianza que instalo a Piñera en el gobierno demoro muchos años en lograr una trasvasije de votos. En esa situación el instrumento y el diseño de la investigación tienen que tener la sensibilidad suficiente para captar esas situaciones. No olvidemos que a nivel electoral la derrota de la concertación fue lenta y paulatina. Ocurre lo mismo, con las encuestas de Opinión Pública diseñadas como tracking. Luego de estas consideraciones metodológicas podemos analizar los datos en términos agregados (trimestre, semestre y año) en la dirección de observar y entender las tendencias que se configuran en el período de manera más clara y transparente. 3.3.1. Aprobación Trimestral de la Gestión Bachelet Los datos trimestrales muestran una baja en la aprobación del tercer trimestre del 2006 con respecto a lo observado en los meses anteriores. Lo que ocurre en el último trimestre de ese año y el primer trimestre del 2007 es una tendencia al alza que no logra consolidarse. Vemos, nuevamente como la implementación del Transantiago fue determinante en la baja que se observa desde el segundo trimestre del 2007 y que se prolonga hasta el tercer trimestre del 2008 cuando el paro de los estudiantes y de los camineros ha llegado a su fin luego de largos meses de negociaciones y tensiones. Desde el último trimestre del 2008 se observa un alza importante y estadísticamente significativa que abre una nueva fase. Durante el 2007-2008 las cifras trimestrales fueron siempre inferiores al umbral del 50% (incluso el 47.7% del último trimestre del 2008). De hecho, la aprobación promedio de esos dos años complejos llego al 43.5 por ciento. El primer trimestre del 2009 fue diez puntos porcentuales superior al último del 2008. Se llegó, en ese entonces a una aprobación del 58 por ciento; las más alta (hasta el momento) del período presidencial. Desde entonces, el crecimiento fue vertiginoso llegando al 70 por ciento en el segundo trimestre y al 80 por ciento a finales de año.
  • 16. TABLA # 5 APROBACIÓN TRIMESTRAL GESTIÓN BACHELET (%) I II III IV 1° s 2° s 2006 52,6 53,6 44,5 50,4 53,3 47,5 2007 47,4 42,6 38,6 40,7 45,0 39,7 2008 43,9 44,2 42,9 47,7 44,1 45,3 2009 57,9 70,0 74,0 79,3 63,9 76,7 2010 83,7 Fuente: BrandMaster sobre la base de los datos generados por Adimark El trimestre crítico fue el tercero del 2007. Lo mismo puede decirse del último trimestre de ese año en el que la aprobación promedio llegó al 48%. Son datos, se encuentran en el rango de error del estudio. El mejor, el primero del 2010; es decir, el último de su gestión. La administración del terremoto no logro debilitar la tendencia. En términos semestrales las tendencias se ratifican. Indican, entre otros, que el segundo semestre del 2007 fue el período más crítico. Al contrario, lo mejor fue durante el segundo semestre del 2009. Los mejores momentos de Bachelet en relación a sus niveles de aprobación fue cuando se instalo y se desinstalo su gobierno; al principio y al final. 3.3.2. Aprobación Anual de la Gestión Bachelet Los datos anuales muestran que sólo al final de su gobierno logró superar el umbral del 50 por ciento en la aprobación. De hecho, el promedio de los tres primeros años llegó al 45,6%. Nuevamente vemos como el 2009 fue su mejor año. Se llego a una aprobación promedio anual del setenta por ciento. Cifra, superior en 25 puntos porcentuales al promedio de los tres años anteriores. TABLA # 6 APROBACIÓN ANUAL GESTIÓN BACHELET (%) 2006 2007 2008 2009 2010 49,8 42,3 44,7 70,3 83,7 Fuente: BrandMaster, sobre la base de los datos generados por Adimark A mi entender el alza del último año no sólo se debe a la política contra cíclica que se impulso desde Hacienda y que neutralizo los efectos de la crisis económica, sino también en que la Opinión Pública –independientemente de su posición política, como dice la pregunta de la
  • 17. encuesta- ha comenzado a valorar el sello social que su administración ha tenido. El aumento del gasto social en el período ratificán ese hecho. Es más, la campaña presidencial en plena manifestación ese año tuvo como eje esa situación. Todos los candidatos (incluido Piñera) planteaban y prometían mantener y profundizar la política social que se venía implementando. En un país como Chile era un activo importante que había que mantener. 3.3.3. La aprobación promedio del período Analizar la aprobación en el largo plazo teniendo como horizonte toda su gestión puede ser difícil de digerir políticamente. A unos les gustara y acomodara; a otros, molestara y dirán que en términos metodológicos no es una cifra válida ni confiable. GRÁFICO # 2 APROBACIÓN PERÍODO GESTIÓN BACHELET (%) 90 80 84,0 % 70 60 50 52,6 % 53,8 % 40 30 20 10 0 Marzo 2006 Marzo 2010 Promedio Fuente: Elaborado por BrandMaster sobre la base de los datos generados por Adimark
  • 18. No obstante, este dato es importante para entender que la presidencial de fin de año no se ganaba con esa cifra y que la gente valoraba la figura presidencial y su gestión. No ocurría lo que mismo con su gobierno, ministros ni coalición. Aquí, observamos, cómo una lectura de los datos de largo plazo y más técnica que política se hace necesaria. Es más, incorporar otras preguntas de la encuesta y analizarlas en esa misma perspectiva era y es un ejercicio primordial para entender el comportamiento de la Opinión Pública; sobre todo, cuando ésta coincide fuertemente con los electores. La aprobación promedio de Bachelet durante su gestión de gobierno llegó al 53.8 por ciento. Se trata, de una cifra similar a la votación obtenida en la segunda vuelta presidencial en Enero del 2006 y a la primera medición de su período en Marzo del 2006. Al contrario, muy distinta al nivel de aprobación con el que termino su mandato en Marzo del 2010 que llegó al 84 por ciento. 4. LA DESAPROBACIÓN DE BACHELET La desaprobación en la manera en que se conduce el gobierno es parte de la misma pregunta que se hace en la encuesta. No olvidemos que ella dice: “Independientemente de su posición política ¿Usted aprueba o desaprueba la forma como Michelle Bachelet está conduciendo su gobierno? Sin embargo, la respuesta que se da a la pregunta hacia un lado u otro manifiesta lógicas y tendencias distintas. Hay que entender, que lo que no se aprueba, no necesariamente, se desaprueba. De hecho, las respuestas que se proponen en el cuestionario incorporan el “ni aprueba/ni desaprueba” y “no sabe/no responde”. En efecto, las tendencias y los cambios que se observan a lo largo de las distintas mediciones no tienen por qué ser coincidentes; no por qué una sube, la otra baja. En ocasiones, ambas variables suben o bajan al mismo tiempo. Las velocidades en las alzas o bajas también se presentan de forma diferente; en ritmos (más intensos o menos intensos) y tiempos (más meses, menos meses). 4.1. La evolución global La gestión de Bachelet empezó y terminó con bajos niveles de desaprobación En Marzo del 2006 llegó al 8.2 por ciento. Cuatro años después, en Marzo del 2010 llegó al 10 por ciento. Acá, una primera diferencia entre ambas medidas; mientras la desaprobación es estable entre una y otra fecha; en la aprobación hay un crecimiento muy significativo superior a los 30 puntos porcentuales pasando del 52 por ciento inicial al 84 por ciento final. No obstante, al igual que en la aprobación, la desaprobación pasó por situaciones y coyunturas que la hicieron variar a lo largo de esos 49 meses de gestión; mientras en un mes hay alzas, en otros hay bajas. Lo mismo ocurre al analizar las distintas tendencias que emergen, consolidan y/o diluyen.
  • 19. Los hechos de la coyuntura que van determinando las alzas o bajas en la aprobación, son los mismos que para la desaprobación. GRÁFICO # 3 DESAPROBACIÓN PRESIDENCIAL AL INICIAR Y FINALIZAR LA GESTIÓN (%) 12 10 10,0 % 8 8.2 % 6 4 2 0 Marzo 2006 Marzo 2010 Fuente: Elaborado por BrandMaster sobre la base de los datos generados por Adimark La primera afirmación que surge en el largo plazo es que durante su gestión entre Julio del 2007 y Noviembre del 2007 la desaprobación superó la aprobación. Fueron cinco meses en que no sólo se baja del umbral de cincuenta, sino también la aprobación es más baja que la desaprobación. La situación se repite en Agosto del 2008. Por tanto, de las 49 mediciones de su gestión, sólo en seis oportunidades la desaprobación supera a la aprobación. Es más, nunca la desaprobación superó el umbral del 50 por ciento. 4.2. La evolución mensual en el largo plazo Si bien la administración Bachelet empezó y terminó con niveles bajos en la desaprobación, se observa que durante esos cuatro años de gestión la tendencia alcanzó su nivel más alto en Septiembre del 2007 y Agosto del 2008 con una cifra del 46,1 por ciento para ambos meses.
  • 20. Al igual que en la aprobación en la desaprobación también podemos identificar dos fases; la primera que se extiende entre Marzo del 2006 y Noviembre del 2007 caracterizada por un aumento inicial y luego una consolidación de esa alza que encuentra un peak del 46.1 por ciento. Luego, aparece una segunda fase que se extiende entre Diciembre del 2007 y Marzo del 2010 caracterizada por una baja lenta y desigual en la desaprobación. Hay que apuntar, no obstante, que al interior de cada fase se observan sub fases bien diferenciadas que marcan tendencias importantes para analizar. En la tabla siete podemos observar la evolución mensual de la desaprobación que obtiene la gestión Bachelet. TABLA # 7 DESAPROBACIÓN MENSUAL GESTIÓN BACHELET (%) Enero Febrero Marzo Abril Mayo Junio Julio Agosto Sept. Oct. Nov. Dic. 2006 8,2 11,5 20,9 34,8 37,8 37,3 38,2 35,3 31,3 28,9 2007 31,2 32,5 40,1 41,5 38,5 39,8 42,8 42,7 46,1 42,9 44,2 39,2 2008 38,6 39,4 35,2 38,8 38,1 41,4 41,1 46,1 38,3 41,0 40,1 34,7 2009 30,0 30,6 26,2 22 20 17 19 19 16 13 15 13 2010 10 11 10 Fuente : Encuestas Opinión Pública Adimark 2006-2010 4.2.1 Entre Marzo del 2006 y Noviembre del 2007 Al mirar las cifras en el largo plazo observamos una primera fase que está marcada por una rápida, sistemática y profunda alza que alcanza su peak en Septiembre del 2007 cuando se llega a una desaprobación del 46,1 por ciento, la más alta de su gestión. Es interesante destacar que es una cifra que coincide con su nivel más bajo en su aprobación con un 35,3 por ciento. De hecho, cuando en Agosto del 2008 se manifiesta una cifra similar en la desaprobación (46,1%) la aprobación es superior en siete puntos porcentuales alcanzando un 42,1 por ciento respecto de su nivel más bajo en Septiembre del 2007. Al observar esta fase podemos identificar algunos momentos. La primera sub fase se extiende entre Marzo y Septiembre del 2006. Se caracteriza una rápida alza pasando del inicial 8.2 por ciento hasta el 38.2 por ciento en Septiembre. Son siete meses de alza en la desaprobación que es correlativa a la baja que se observa en la aprobación durante el mismo período de tiempo. Sin embargo, el aumento de la desaprobación es mucho más intenso y profundo que lo que vemos con la aprobación; mientras la desaprobación aumenta en 30 puntos porcentuales, la aprobación sólo baja en torno a los siete unos porcentuales.
  • 21. TABLA # 8 DESAPROBACIÓN BACHELET ENTRE MARZO 2006 Y NOVIEMBRE 2007 (%) Enero Febrero Marzo Abril Mayo Junio Julio Agosto Sept. Oct. Nov. Dic. 2006 8,2 11,5 20,9 34,8 37,8 37,3 38,2 35,3 31,3 28,9 2007 31,2 32,5 40,1 41,5 38,5 39,8 42,8 42,7 46,1 42,9 44,2 Fuente : Encuestas Opinión Pública Adimark 2006-2007 Luego observamos lo que ocurre entre Octubre del 2006 y Febrero del 2007. Es una pequeña sub fase de cinco meses que se abre con un 35.3 por ciento en la desaprobación. Si bien es una baja respecto del mes anterior y de lo que se observa en general desde Marzo del 2006 (alza constante) y en particular de las cifras del tercer trimestre, hay que apuntar que se trata de una cifra que s encuentra dentro del error estimado. Sin embargo, es una baja que se consolida y prolonga hasta Febrero del 2007. Nuevamente esa baja es correlativa con lo observado en la aprobación. En ambos casos, mejores resultados que no logran prolongarse más allá de Febrero del 2007. El efecto negativo del Transantiago se instala fuerte y decisivamente en la aprobación-desaprobación. Desde Marzo del 2007 hasta Noviembre del 2007. Es una sub fase que se abre con una desaprobación que llega al 40.1 por ciento. Esa cifra se estabiliza hasta Agosto. En Septiembre del 2007 se observa un peak en la desaprobación llegando al 46.1 por ciento; que se constituye en la cifra más alta del período Bachelet. Sin embargo, es una cifra que ésta en el límite del error en relación a lo que se observa en el mes anterior (Agosto) y en los siguientes (Octubre y Noviembre). En esa sub fase, la desaprobación promedio llegó al 42 por ciento. Si bien durante el 2007 se observa un fase crítica y que se prolonga hasta el 2008, podemos identificar que el peak de la crisis, tal como hemos venido observado es en Septiembre del 2007. En ese entonces se observan tres situaciones; a) se da la cifra más baja del período en la aprobación con un 35,3 por ciento, b) se da la cifra más alta en la desaprobación del período con un 46,1 por ciento y c) la diferencia entre aprobación-desaprobación es la más alta de la fase crítica con un delta de 10.8 de distancia entre ambos indicadores; que indica baja aprobación y alta desaprobación. Al contrario, en Marzo del 2010 esa distancia era de 74 punto; que indica alta aprobación, baja desaprobación. Lo interesante, es observar que no se trata de meses aislados. Al contrario, se trata de una tendencia que se prolonga por cinco meses; entre Julio y Noviembre del 2007 en plena crisis del Transantiago que no sólo inundaba la gestión Bachelet, sino también que salpicaba a la gestión de Lagos. En esa coyuntura, el ex Presidente anunciaba que no se postularía para el 2009.
  • 22. TABLA # 9 CICLO CRÍTICO EN LA APROBACIÓN-DESAPROBACIÓN DE BACHELET (%) aprobación Desaprobación 2007 Julio 41,5 42,8 2007 Agosto 39,1 42,7 2007 Sept. 35,3 46,1 2007 Oct. 38,9 42,9 2007 Nov. 38,2 44,2 Promedio 38,6 43,6 2008 Agosto 42,1 46,1 Fuente: Brandmaster, sobre la base de los datos de Adimark 4.2.2. Entre Diciembre 2007 y Marzo del 2010 Es una fase que está marcada por una lenta y paulatina baja en los niveles de la desaprobación presidencial. En efecto, en Diciembre no sólo se rompe la tendencia del umbral del 40 por ciento, sino también es una cifra que se sale del error estimado. En Diciembre del 2007 la desaprobación llega al 39.2 por ciento. Desde y durante el 2008 la desaprobación se estabiliza en torno al 40 por ciento. Desde Diciembre del 2008 y hasta Marzo del 2010 se configura una fuerte tendencia a la baja que parte en un 34.7 y llega al 10 por ciento al terminar el período Bachelet. TABLA # 10 DESAPROBACIÓN BACHELET ENTRE DICIEMBRE 2009 Y MARZO 2010 (%) Enero Febrero Marzo Abril Mayo Junio Julio Agosto Sept. Oct. Nov. Dic. 2007 39,2 2008 38,6 39,4 35,2 38,8 38,1 41,4 41,1 46,1 38,3 41,0 40,1 34,7 2009 30,0 30,6 26,2 22 20 17 19 19 16 13 15 13 2010 10 11 10 Fuente : Encuestas Opinión Pública Adimark 2007-2010 Entre Diciembre del 2007 y Noviembre del 2008 la sub fase se caracteriza porque la desaprobación se estabiliza en torno al 40 por ciento. En términos concretos, es ese período la desaprobación promedio llegó al 39.8 por ciento Hay dos situaciones que merecen análisis. La primera es la baja en la desaprobación en Marzo del 2008 al 35.2 por ciento y el alza en Agosto de ese año que llega al 46.1 por ciento. En ambas situaciones las cifras salen del error estimado respecto del mes anterior y siguiente. Es más, en ninguno de ambos casos se logra configurar tendencia. La cifra del 46.1 es igual a la que se observa en Septiembre del 2007; las dos son las más altas del período.
  • 23. Entre Diciembre del 2007 y Enero-Febrero del 2008 se empieza a configurar una tendencia a la baja que se profundiza en Marzo del 2008 con el 35.2 por ciento. Sin embargo, lo que se observa desde el mes siguiente (Abril 2008) es nuevamente un alza y el quiebre de una baja significativa. Ese 35 por ciento vuelve a aparecer a fines de año. Se plantea, por tanto, la hipótesis de que la tendencia a la baja en la desaprobación pudo comenzar en Marzo del 2008 y no en Diciembre del mismo año, como ocurrió efectivamente. Entre Diciembre 2008 y Marzo 2010 encontramos otra sub fase que se caracteriza por una baja en los niveles de desaprobación significativa, continúa y sistemática desde el 34.7 al 10 por ciento. El promedio de la fase llega al 19 por ciento. El umbral del 30 por ciento en la desaprobación se rompe en Marzo del 2009. El umbral del 20 por ciento se rompe en Junio del mismo año. 4.3. Los promedios de la desaprobación Lo mismo que en la desaprobación se hace necesario analizar las cifras agregadas que si bien logran ratificar las tendencias observadas a nivel mensual nos permiten tener una mirada de largo plazo más amplia y consolidada. 4.3.1. Desaprobación Trimestral de la Gestión Bachelet En primer lugar se observa cómo entre el segundo y el tercer trimestre del 2006 hay una alza importante en la desaprobación. El último trimestre del año manifiesta una baja que llega al 32 por ciento. Esa tendencia a la baja se prolonga durante el primer trimestre del año 2007. Sin embargo, la cifra de Marzo de ese año que llega al 40 por ciento, determina fuertemente que el 34.6 del primer trimestre no sea más bajo. De hecho, la desaprobación promedio de los dos primeros meses del año llega al 31.8 por ciento. Desde el segundo trimestre del 2007 la desaprobación nuevamente manifiesta una tendencia al alza llegando al 40 por ciento. El alza se prolonga durante todo el año y el promedio de esos nueve meses es de 42 por ciento. El promedio del año es de 40.1 por ciento. Las cifras muestran la misma tendencia a nivel semestral En el primer trimestre del 2008 se observa una baja en la desaprobación que llaga al 37.7 por ciento. Es 4.4 puntos porcentuales inferior a la cifra del último trimestre del año anterior. La cifra del trimestre siguiente se enmarca dentro del error estimado por lo que se observa una tendencia en torno al 38.6 por ciento. El alza del segundo semestre el leve. Las cifras muestran y confirman que la crisis ocurre entre el 2007 y 2008. La desaprobación de esos dos años se instala como tendencia en torno al 40 por ciento.
  • 24. TABLA # 11 DESAPROBACIÓN TRIMESTRAL GESTIÓN BACHELET (%) I II III IV 1° s 2° s 2006 8,2 22,4 37,8 31,8 18,9 34,8 2007 34,6 39,9 43,9 42,1 37,2 43,0 2008 37,7 39,4 41,8 38,6 38,6 40,2 2009 28,9 19,7 18,0 13,7 24,3 15,8 2010 10,3 Fuente: Brandmaster, sobre la base de los datos de Adimark El primer trimestre del 2009 ya marca una baja significativa que se instala bajo el 30 por ciento (28.9). Desde entonces la tendencia a la baja es fuerte y sistemática; llegando, entre el segundo y tercer trimestre a una desaprobación que baja del 20 por ciento y se instala en promedio en un 19 por ciento. La baja sigue y llega al 14 en el último trimestre del 2009 y al 10 en el primer trimestre del 2010. En un año la baja en la desaprobación fue vertiginosa. La aprobación mostraba la misma dinámica a la inversa. 4.3.2. Desaprobación Anual de la Gestión Bachelet Nuevamente nos encontramos que los años críticos fueron el 2007 y el 2008 con cifras promedio en torno al 40 por ciento; doce puntos porcentuales más que en el 2006, el doble que lo observado durante el 2009. La gestión presidencial termina con una desaprobación del 10 por ciento. TABLA # 12 DESAPROBACIÓN ANUAL GESTIÓN BACHELET (%) 2006 2007 2008 2009 2010 28,4 40,1 39,4 20,1 10,3 Fuente: Brandmaster, sobre la base de los datos de Adimark La aprobación de los años críticos llega al 43.5 por ciento. Desde el 2009 la diferencia promedio entre aprobación-desaprobación se amplía fuertemente dejando atrás el delta observado entre el 2007 y el 2008 que oscilaba en torno a los tres puntos porcentuales. En efecto, en el 2009 esa diferencia llego a los cincuenta puntos porcentuales de diferencia. En el 2010 esa diferencia superó los setenta puntos.
  • 25. 4.3.3. La desaprobación promedio del período El promedio en la desaprobación del gobierno de Bachelet llegó al 31 por ciento. Sin duda, una cifra que muy superior a lo que observamos al iniciar y terminar el período presidencial. No obstante, es una cifra inferior a lo que sucede en el 2007 y 2008 donde el promedio de desaprobación oscila en torno al 40 por ciento. A su vez, es superior a lo que ocurre en los años 2006, 2009 y 2010 que llegan respectivamente al 28.4%, 20.1% y 10.3% respectivamente. GRÁFICO # 4 DESAPROBACIÓN GLOBAL GESTIÓN BACHELET (%) 35 30 30,8 % 25 20 15 10 10,0 % 8,2 % 5 0 Marzo 2006 Marzo 2010 Promedio Fuente: Elaborado por BrandMaster sobre la base de los datos generados por Adimark
  • 26. 5. APROBACIÓN Y SUSECIÓN PRESIDENCIAL Al analizar los datos de la pregunta básica (aprobación/desaprobación) no sólo en relación a lo que ocurre con Bachelet, sino también con los otros presidentes de la Concertación (Aylwin, Frei y Lagos) podemos plantear la hipótesis de no hay relación relevante ni directa entre la aprobación de un Presidente y el sucesor oficialista. En la tabla siguiente podemos ver los datos que confirman la hipótesis anterior. TABLA # 13 APROBACIÓN BACHELET Y SUCESIÓN PRESIDENCIAL (%) Aylwin Frei Lagos Bachelet Frei Piñera Primera vuelta presidencial 55.2 58.0 48.0 46.0 29.6 44.1 Segunda vuelta presidencial 51.3 53.5 48.4 51.6 Aprobación inicio gobierno 50 49 49 52.6 52 Aprobación fin gobierno 51 28 58-78 84 Aprobación promedio gestión 52.7 37.2 50.5 53.8 Fuente: Brandmaster, sobre la base de los datos de Adimark y Centro de Estudios Públicos. Las cifras de Aylwin, Frei y Lagos son del Cep, que tiene algunas diferencias metodológicas con la que hace Adimark desde Marzo del 2006. La cifra de Lagos al finalizar de su gobierno corresponde a las mediciones que hacen Cep y Adimark. 5.1. La sucesión Aylwin-Frei Frei sucedió a Aylwin de manera clara y fácil en Diciembre de 1993. En efecto, se impuso sobre un amplio abanico de candidatos con un 58 por ciento de las preferencias. En este caso, las condiciones políticas de la coyuntura sobre todo la debilidad en las candidaturas de la derecha, la fortaleza de Frei (en el contexto de la época) y la necesidad política e histórica de seguir con la re-democratización iniciada cuatro años antes, son más relevantes que las mediciones sobre aprobación-desaprobación que en ese entonces realizaba el Centro de Estudios Públicos. La aprobación de Aylwin puede ser descrita como intermedia entre buena y mala. Su aprobación promedio llego al 52.7 por ciento. Su sucesor gano la elección presidencial con un 58 por ciento; una cifra no sólo superior al 55.2 por ciento de Aylwin en la presidencial de 1989, sino también a lo observado con los niveles de aprobación. Con esas cifras, era inexplicable la alta votación presidencial de Frei; la más alta con que un Presidente gana una elección. Las cifras de aprobación de Aylwin no se corresponden con la elección de Frei Ruiz-Tagle. Por tanto, surge la hipótesis de que no hay relación entre los niveles de aprobación y la votación electoral del sucesor oficialista. Las condiciones y características políticas de la fase son determinantes en lo que ocurrirá en la presidencial y en las probabilidades de sucesión oficialista.
  • 27. 5.2. La sucesión Frei-Lagos Lagos estuvo a 31.140 votos de perder la elección presidencial en primera vuelta. Su triunfo en la segunda vuelta sobre Joaquín Lavín fue de 51.3 por ciento contra 48.7 por ciento. Sin duda, un resultado estrecho que a principios de año ni lo imaginaban. Las encuestas de ese año electoral mostraban un empate técnico entre ambos candidatos. Para la Concertación fue un triunfo electoral y una derrota política. Si no fuera por la potencia de Lagos, la Concertación hubiese perdido en esta oportunidad el gobierno y no diez años después cuando Piñera le gano a Bachelet. Planteo, por tanto, la hipótesis de que la Concertación comenzó a perder posiciones de poder en diciembre del ’99; y que, la derrota presidencial del 2009 encuentra antecedentes en esa coyuntura. El trasvasije de votos comenzó en esa época. Cuando Frei termino su mandato –en el marco de la crisis asiática- su nivel de aprobación en Octubre de 1999 llegaba sólo al 28 por ciento con una desaprobación que alcanzaba el 45%. Su promedio de aprobación llegó al 37.2 por ciento sostenido por las cifras pre crisis asiática. Las cifras de aprobación de Frei son las bajas que se conocen hasta hoy. Con Frei nos encontramos no sólo con un mal manejo de la crisis asiática que se expreso en bajas cifras de crecimiento y alto desempleo, sino también con una crisis eléctrica que dejo sin luz a los chilenos durante algunas horas del día durante varios día. Sin duda, coyunturas de alto impacto social que debilitaron al Presidente, al Gobierno y a la coalición en general. En ese contexto, Lagos se convirtió en Presidente de la República con una cantidad de votos mayor en 20 puntos al nivel de aprobación que tenía Frei. Su aprobación inicial llegó al 49 por ciento, que es 21 punto porcentuales más que el 28 por ciento de aprobación con que Frei dejo el gobierno. El piso que Frei le deja a Lagos es malo. Tan malo, que la Concertación estuvo a 30 mil votos de perder la elección. Un elemento de la coyuntura que contribuye a entender esta dinámica es la negociación laboral que se realizó a meses de la elección presidencial y que fue decisiva para el resultado final. Sin embargo, surgen dos afirmaciones. La primera es que las malas cifras de Frei explican el hecho de que la Concertación con Lagos estuvo a treinta mil votos de perder la elección. Y segundo, que una Coalición de gobierno puede ganar una elección presidencial cuando el piso que deja el Presidente anterior (en términos de aprobación-desaprobación) es malo. Ello, depende principalmente del candidato oficialista, del estado de la coalición, del posicionamiento electoral y político de la oposición y de las condiciones políticas de la fase. 5.3. La sucesión Lagos-Bachelet La aprobación promedio de Lagos llega al 50.5 por ciento. Una cifra más baja en 2.2 puntos porcentuales a la obtenida por Aylwin y en 13 puntos porcentuales más que Frei. Su gobierno se inicia con una aprobación del 49 por ciento y termina con un 58 por ciento. Aylwin mantuvo estabilidad en su aprobación en sus años de gestión pasando del 50 al 51 por ciento. Frei bajo de manera significativa pasando del 49% inicial al 28% final entre 1993 y 1999. Al
  • 28. contrario, Lagos subió once puntos porcentuales en su gestión pasando del 49% inicial al 58% al terminan su gobierno en Marzo del 2006. Adimark comenzó a medir la aprobación-desaprobación en Marzo del 2006. Las metodologías entre la Cep y Adimark son distintas. En ese contexto las cifras de aprobación de Lagos en ambas encuestas son distintas. Mientras la del Cep hace la evaluación final del período en Noviembre del 2005, la de Adimark se hace en Marzo del 2006. Mientras en la primera llega a una aprobación del 58 por ciento, en la de Adimark llega al 78 por ciento. Si bien es una cifra 20 puntos mayor, hay que apuntar que la segunda medición se hace cuatro meses después y con otra metodología. Según esos datos, el gobierno de Lagos genera las condiciones políticas para que el oficialismo y su candidato presidencial ganaran la elección. Se junta buena evaluación, buen candidato, condiciones políticas favorables y oposición dividida. No obstante, Bachelet saco menos votos que Lagos en primera vuelta. Al contrario, saco más votos que Lagos en la segunda vuelta. 5.4. La sucesión Bachelet-Piñera Bachelet inicio su gestión con un 52.6 por ciento de aprobación. Terminó en Marzo del 2010 con un 84 por ciento. Su promedio durante sus cuatros años de gobierno llegó al 53.8 por ciento. Esos datos, sin duda prometían una buena presidencial y generaban condiciones para la sucesión presidencial oficialista. ¿Cómo explicar el 29% que saco Frei en la primera vuelta presidencial y el 48% en la segunda vuelta? Nuevamente, se confirma la hipótesis que hemos venido planteando. No hay relación entre aprobación presidencial y sucesión presidencial oficialista. En efecto, se puede ganar una elección aún cuando el Presidente del oficialismo tenga buenos o malos niveles de aprobación. No olvidemos que la pregunta de la encuesta dice “independiente de su posición política”. Las condiciones políticas de la coyuntura (entre ellas lo que sucede en la coalición oficial), la calidad del candidato sucesor y la fuerza de la oposición contribuyen de manera decisiva a sepultar o no al candidato. 6. CONCLUSIONES De acuerdo a los datos anteriores estamos en condiciones de plantear la hipótesis de que la votación presidencial de una coalición gobernante no tiene relación directa ni significativa con los niveles de aprobación-desaprobación que muestra el Presidente de la República. Ayuda, pero no es suficiente ni determinante. En efecto, el binomio Aylwin-Frei, Frei-Lagos, Lagos-Bachelet y Bachelet-Piñera muestran antecedentes que validan lo que estamos planteando. No porque el Presidente y su gobierno
  • 29. tengan altos niveles de aprobación, los electores van elegir un candidato del mismo sector político. Se observan, por tanto, dos situaciones. En primer lugar, el hecho de un bajo nivel en la aprobación de un presidente si daña la perspectiva presidencial del candidato oficial. Luego, en segundo lugar, un buen nivel de aprobación genera condiciones favorable para la sucesión dentro del oficialismo. En ambos casos cada afirmación no es concluyente ni suficiente. La sucesión Frei-Lagos y Bachelet-Piñera son ejemplos de lo que se plantea. Son las condiciones políticas de la fase, el estado de la coalición gobernante, la fortaleza o debilidad del candidato oficialista y del opositor son los elementos que, finalmente, deciden la elección. La última elección presidencial muestra de manera muy clara esta afirmación. Otro aspecto que conviene destacar es la relación existe entre la Opinión Pública (como potenciales electores) y los distintos escenarios políticos, económicos y sociales que le toca enfrentar a cada gobierno y coalición gobernante. En efecto, los ciudadanos enfrentan y responden frente a la pregunta aprobación-desaprobación teniendo como horizonte cognitivo no sólo elementos blandos de coyuntura, sino también aspectos duros como creencias, convicciones, percepciones, expectativas, lealtades e ideologías que hacen que los cambios políticos sean lentos y se configuren a lo largo de los años. El día a día de la política pone a prueba todos estos aspectos. En esa dirección, toda encuesta de Opinión Pública, sobre todo, aquéllas de objetivos políticos tienen que tener la sensibilidad suficiente como para captar todos esos cambios. En ese escenario las bajas y las alzas que muestra la relación aprobación- desaprobación en la encuesta Adimark (que es la que hemos analizado en este trabajo) responde al mal o buen manejo que el Presidente hace de las distintas coyunturas que le toca enfrentar. El buen manejo genera alza que puede convertirse en tendencia; el mal manejo genera bajas que también se pueden expresar en tendencias; que se consolidan o diluyen. En esa dirección podemos identificar dos coyunturas; la de alto y bajo impacto. De ese modo, las coyunturas de bajo impacto no generan grandes cambios en la evaluación y tendencias existentes. Al contrario, esos cambios se manifiestan no sólo cuando emergen hechos de alto impacto, sino también cuando la autoridad no tiene un buen manejo de la crisis. De hecho, toda crisis es una oportunidad En efecto, es el manejo que se hace de los escenarios de alto impacto público, social y político lo que puede producir cambios y rupturas de las tendencias dominantes. Un mal manejo hace, en la mayoría de las veces, que la aprobación baje y la desaprobación suba. Entre esos escenarios de lato impacto tenemos el Transantiago (que todavía golpea al gobierno), la revolución pingüina, el manejo contra cíclico de la crisis económica, el rescate minero o el caso Van Rysselberghe, etc. Debilitar los elementos duros de cada elector-ciudadano (ideología, convicciones, etc.) es más complejo y largo que una opinión específica y coyuntural sobre todo cuando se trata de aspectos de bajo impacto.
  • 30. El triunfo de Piñera se empezó a gestar en la presidencial de 1999 cuando Lavín estuvo a muy pocos votos de vencer a Lagos. En ese escenario se expresó los cambios ocurridos durante la gestión Frei. No olvidemos que no sólo fue un gobierno con muy bajos niveles de aprobación, sino también con un mal manejo de la crisis asiática.