Según Peter F. Durcker: “Innovar es encontrar nuevos o mejorados usos a los recursos de que ya disponemos”.
Tomar decisiones mejores es factible, si aprovechamos las oportunidades que encierra la compleja realidad, con nuestros talentos. Además, hace falta método y coraje para pasar de fantasear a crear y –más aún- para innovar.
Ayer, nos resignábamos a elegir entre productos caros y buenos, o baratos y malos. Hoy, Calidad y Coste no son irreconciliables. Evitemos lo fácil: elegir entre extremos, porque tiene tantas ventajas como inconvenientes.
La 3ª alternativa existe, a través de nuevas combinaciones de lo ya conocido, al jugar con los niveles lógicos descritos en “STOP, la contraparadoja”. Para cambiar de perspectiva, hay que hacer un ALTO en el camino
UNIDAD DE APRENDIZAJE DE PRIMER GRADO DEL MES DE MAYO PARA TRABAJAR CON ESTUD...
102 el filo de lo posible
1. Efrén Martín, gerente de FV y profesor de Deusto Business School
EEll ffiilloo ddee lloo ppoossiibbllee
“El demonio Jirania Kashipú, con sus duras
penitencias y enormes sacrificios, complació tanto
al dios Brahmá; que éste le concedió sus deseos:
«Que no pueda ser matado por ninguna de las
criaturas creadas, ni por ser humano ni animal. No
morir ni de día ni de noche; ni dentro ni fuera de
una residencia; ni en la tierra, ni en el aire; ni por
arma; ni por nada que esté vivo o muerto».
Aún así, respetando todas las limitaciones, Visnú le
mató”. (Fuente: Bhàgavat-purana)
Nº 102 junio 2015 http://fvmartin.blogspot.com.es
Superar obstáculos y lograr objetivos no es
fácil, sobre todo cuando la resistencia está
más en nuestra mente que en la realidad.
Casi siempre recurrimos a lo simple, a una
elección entre «extremos» -cara o cruz-;
desistiendo de buscar la -a priori imposible- 3ª
alternativa, «de canto».
Cuando elegimos algo, suele importarnos
poco la calidad de la decisión. Nos importa
más quedarnos a gusto con ella y eso es
realmente sencillo para el pensamiento. Solo
hemos de recurrir a la justificación:
Si compramos algo, inmediatamente después
nos arrepentimos. ¿Y si no debiéramos
haberlo hecho, o hubiese una opción mejor?
Nos torturamos con la comparación entre las
ventajas de las alternativas desestimadas y
los inconvenientes de la elegida.
Pero pronto nos vamos al otro extremo;
comparando lo beneficiosa que ha sido
nuestra elección, en base al coste del resto.
Todo acaba con alivio y satisfacción. Poco
importa que todas las opciones fuesen
erradas. Nos conformamos con la que
creemos menos mala, a base de repetírnoslo.
Se recomienda focalizar la atención, para
captar el «meollo» del problema y crear nuevas
combinaciones, como relata el Bhàgavat-purana:
Para matar al demonio, Visnú eligió su
forma eterna como Narasinja; que no había
sido creada por Brahmá y que no era ni
hombre ni animal, porque era mitad
hombre y mitad león. Se le apareció al
atardecer y le arrastró hasta la puerta,
donde le sentó en su regazo. Entonces le
preguntó: ¿Es de día o de noche?; ¿estás
dentro o fuera?; ¿en el suelo o en el aire? A
continuación le rajó «por la mitad» con sus
garras que, como las uñas, no están ni
vivas ni muertas, y no son armas.
Otro ejemplo, esta vez turístico, de hace 25
años: Suiza tenía precios altos en hotelería
y bajos en gasolina. Justo lo contrario que
Francia. Nos hospedamos «en la frontera» del
lado francés y, pasando a diario la
aduana, exploramos -y repostamos en- el
pequeño país helvético. Disfrutamos así de
más días de vacaciones y con menor gasto.
Los problemas complejos han de resolverse
de forma sencilla o no se solucionarán.
Decidir significa «cortar», que es la forma
más radical de construir una 3ª alternativa.
Recordemos el ejemplo de Alejandro Magno
quien, ante el Nudo Gordiano, decidió zanjar
por lo sano con:
El filo de la espada