1. LA RESURRECCION.
La iglesia católica está celebrando el mayor de los eventos de la liturgia cristiana, y es la
resurrección de Jesús, donde se sintetiza el triunfo del hijo de Dios sobre la muerte y todo
concepto de pecado; señalando a su iglesia el camino a seguir a través de sus enseñanzas y el
testimonio de su vida como mortal.
En estos días se ha vivido acontecimientos inimaginables en la iglesia católica, la renuncia del Papa
Benedicto XVI, ante la insostenible situación que vive el Vaticano con fuertes percepciones de
corrupción e impunidad de la curia romana que estaban debilitando a la iglesia católica, lo que
permitió visibilizar que esa jerarquía estaba conformada por mortales que también cometen
pecados.
La elección del Papa Francisco, como primado de la iglesia, con todas las connotaciones que se han
revelado de su elección y las primeras actividades de su pontificado, viene a abrigar nuevas
esperanzas en la iglesia, los signos y mensajes que envía diariamente permite avizorar un volver a
la esencia del mensaje de Cristo, el "oler a ovejas" es un mensaje directo para las diferentes
jerarquías y sacerdotes en el mundo, los diferentes mensajes que señalan volver al compromiso de
la iglesia con los más pobres, deberá poner a repensar a las diferentes curias diocesanas del
mundo su verdadero camino al servicio de la sociedad, estas manifestaciones que da el Papa
Francisco permite creer que el espíritu santo si actuó en el conclave y lo que es más esperanzador
parece que se va a quedar en el Vaticano, tenemos que orar para que no le ahuyente esta vez.
El pecado estructural que es el pecado social y que no se elimina con penitencias personales es el
que la iglesia católica debe enfrentar, dignificar al ser humano de la religión que sea, debe ser
fundamental, porque las personas representan la cúspide de la creación, por lo tanto esa lucha por
defender los derechos de las personas frente a cualquier manifestación de poder constituidos que
quiera menoscabar, es el deber de la iglesia, el pecado estructural es la corrupción y la impunidad
que reina en las sociedades establecidas en clientelismos que sirve para enriquecer a los que
ostentan el poder.
Celebremos esta resurrección de la Iglesia en la persona del Papa Francisco y oremos para que su
mensaje apostólico este lleno de la sabiduría del evangelio.
Fredy Loza G.