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HESPÉRIDES 2015
“Patena de Cristo en Majestad"
(Vidrio del siglo IV. Cástulo, Linares-Jaén)
Fotografía: Proyecto Forum MMX
Dibujo: Francisco Arias.
EDITA: ASOCIACIÓN DE PROFESORES
DE GEOGRAFÍA E HISTORIA DE BACHILLERATO
DE ANDALUCÍA «HESPÉRIDES»
I.E.S. San Blas
Plaza de Doña Elvira Embid, s/n
21200 ARACENA (Huelva)
JUNTA DIRECTIVA DE HESPÉRIDES
Presidente: José Virgilio Sánchez Sánchez (jvss45@gmail.com)
Vicepresidente: Javier Lazo Vélez
Secretario-Tesorero: Jesús Martín
COMITÉ CIENTÍFICO
Francisco Andújar Castillo,
Catedrático de Hª Moderna de la Universidad de Almería
Juan Manuel Serón Muñoz,
Profesor Titular de Ciencias de la Educación de la Univ.de Cádiz
José Manuel De Bernardo Ares,
Catedrático de Hª Moderna de la Universidad de Córdoba
Antonio Luis Cortés Peña,
Profesor Titular de Hª Moderna de la Universidad de Granada
Luis Garrido González,
Profesor Titular de Hª Económica de la Universidad de Jaén
Marion Reder Gadow,
Profesora Titular de Hª Moderna y Contemp. de la Univ. de Málaga
Julio Ponce Alberca,
Profesor Titular de Hª Contemporánea de la Universidad de Sevilla
Dirección Revista:
Pedro Martínez Gómez (pedromar185@hotmail.com)
Diseño Revista:
David Rodríguez Rivas
Imprime:
ISSN: 1576/9194
Depósito Legal: CA - 517/96
www.asociacionhesperidesandalucia.es
correo@asociacionhesperidesandalucia.es
DICIEMBRE 2015
on cierto retraso, pero con la misma ilusión de
siempre La Revista de Hespérides ve de nuevo
la luz. Con la edición del número 17 de nues-
tra revista, el proyecto colectivo de Hespérides
sigue plenamente vigente y no sucumbe al
desánimo a pesar del paso del tiempo y las
dificultades profesionales con las que nos tenemos que enfren-
tar a diario. Las reformas y contrarreformas educativas, las con-
gelaciones salariales, el aumento de ratio y horas lectivas no
minan el entusiasmo de quienes componemos Hespérides y
damos forma y contenido a sus actividades. Volvemos para
convertirnos, una vez más, en una herramienta de comunica-
ción donde compartir investigaciones y experiencias didácticas.
En nuestro recorrido por el rico y variado patrimonio
histórico-artístico andaluz, en esta ocasión, traemos a nuestra
portada la imagen de la “Patena de Cristo en Majestad” acom-
pañada de una recreación sobre un llamativo fondo, procedente
del yacimiento de Cástulo en la localidad jienense de Linares.
La Revista de Hespérides está atenta a diferentes cues-
tiones sociales que tengan repercusión en nuestras aulas de
Educación Secundaria. La problemática suscitada por la Ley
de Memoria Histórica genera distintas interpretaciones de las
que en ocasiones nuestro alumnado se hace eco. Hemos que-
rido que sea el Director General de la Memoria Democrática
de la Junta de Andalucía, Javier Giráldez, quien nos acerque a
la situación en la que se encuentra la cuestión desde el punto
de vista de la Administración.
Con la Guerra Civil como temática, recogemos tres
artículos complementarios entre sí. Comenzamos con un rela-
to pormenorizado del desarrollo de la Guerra Civil en el muni-
cipio onubense de Cortegana y las trágicas consecuencias para
algunos de sus protagonistas. Continuamos con un sugerente
artículo que nos acerca a la actitud que los anarquistas mostra-
ron hacia la prostitución en plena Guerra Civil. Concluimos el
apartado de la guerra con una propuesta de trabajo a través de
fuentes primarias de fácil acceso, con las que el autor pretende
desarrollar el pensamiento crítico entre el alumnado.
Las propuestas didácticas van tomando forma y conti-
nuidad en nuestra revista. La presencia de Santa Teresa de
Jesús en Sevilla o la celebración del Milenio de Almería cons-
tituyen dos instrumentos para motivar y aportar nuevas ideas
al profesorado.
Las reseñas de los congresos que Hespérides celebró
en 2015 ponen de manifiesto una vez más, la inquietud de
nuestra asociación por el perfeccionamiento del profesorado.
Desde una realidad candente como es la cuestión nacionalista
a una profundización en la Historia del Arte son temas que
centran nuestra labor como asociación.
Esperamos que los contenidos sean del agrado de
nuestros lectores, a la vez que invitamos a todos nuestros aso-
ciados y asociadas a participar en próximos números.
EN ESTE NÚMERO
28
18
2
5
ENTREVISTA
• Francisco Javier Giráldez Díaz
CULTURA
• ¿Quién fue Pelegrín? La defensa de
cortegana ante la llegada de los nacionales
• Los anarquistas, el sexo y la moral:
Una aproximación a la sexualidad libertaria
durante la Guerra Civil en Almería
EXPERIENCIAS DIDÁCTICAS
• Miguel Granados Ruiz:
Compromiso, represión y olvido
• Teresa de Jesús en Sevilla
• El Milenio del Reino de Almería
CONGRESOS
• Los nacionalismos en la enseñanza de la
Historia en Educación Secundaria
• XXIII Jornadas de Perfeccionamiento.
Andalucía y América en el Barroco
NOTICIAS HESPERIDIANAS
• “Cervantes y Andalucía.
Comisario al Servicio de Su Majestad”
C
Editorial 1
31
Pedro Martínez Gómez
Diciembre de 2015
— Todos conocemos la Ley de Memo-
ria Histórica aprobada por el Gobier-
no Socialista de Zapatero en 2007 y la
controversia entre partidarios y
detractores. Posteriormente el Gobier-
no Popular dejó sin partida presupues-
taria a la Ley. Recientemente la Junta
de Andalucía aprobó el Anteproyecto
de Ley de Memoria Democrática de
Andalucía, ¿en qué situación se
encuentra esta iniciativa y cuáles son
sus elementos fundamentales?
— El Proyecto de Ley de Memoria
Democrática fue aprobado por el Conse-
jo de Gobierno de la Junta de Andalucía
el pasado día 12 de octubre de 2015. A
partir de este momento es remitido al
Parlamento donde comenzará su trami-
tación con un doble objetivo: la mejora
del texto con la aportaciones de los gru-
pos parlamentarios y obtener el máximo
consenso posible.
En relación con los elementos funda-
mentales de este proyecto de ley lo pri-
mero que hay que señalar es que se sus-
tenta en una experiencia de 15 años de
políticas de memoria en nuestra Comu-
nidad Autónoma. Se trata, por tanto, de
la culminación de proceso que nace en el
año 2001 con el Decreto de indemniza-
ciones a expresos/as políticos y que ha
tenido normas tan determinantes como
la creación del Comisariado del Memo-
ria Histórica en 2005; el Decreto de
indemnizaciones a mujeres vejadas por
el franquismo en 2010 o el Decreto de
lugares de memoria de año 2011.
En cualquier caso, este proyecto de ley
va más allá de la Ley de Memoria His-
tórica de 2007 y está en consonancia
con las recomendaciones del Grupo de
Trabajo sobre Desapariciones forzadas
de Naciones Unidas, abordando asuntos
como la simbología franquista, los luga-
res de memoria, el ámbito documental y,
por supuesto, las fosas comunes.
— ¿Por qué el calificativo de Memoria
Democrática?
— Se trata de reconocer la lucha del
pueblo andaluz en favor de las liberta-
des y por eso el proyecto de ley se pre-
senta con vocación de consenso como
decíamos antes, con la finalidad de que
no sea solamente una ley para las vícti-
mas y sus familiares sino una ley para el
conjunto de la sociedad andaluza. Pero,
sobre todo, se trata de poner de mani-
fiesto que tenemos un pasado trágico
que hay que asumir y que hay temas
pendientes como la reparación efectiva
de las víctimas que deben abordarse de
inmediato para hacer más sólido nuestro
estado de derecho. Así lo ha puesto de
manifiesto Naciones Unidas en diferen-
tes informes y recomendaciones y cree-
mos que desde Andalucía es convenien-
te aplicar esas recomendaciones.
— La Junta de Andalucía ha apostado
por desarrollar la Ley de Memoria
Histórica como indicábamos anterior-
mente. ¿A través de qué Consejería lo
hace y qué importancia se le concede
dentro del organigrama de la misma?
— La Ley de Memoria Democrática de
Andalucía será desarrollada por la Con-
sejería de Cultura, donde residen actual-
mente las competencias de Memoria
Democrática. La memoria forma parte
de la cultura democrática, y sin lugar a
dudas, esta es una de las líneas de actua-
ción de la Consejería, lo que indica la
importancia de esta dirección general en
el organigrama de Cultura. Aunque, evi-
dentemente, somos conscientes de la
transversalidad de esta norma en relación
con aspectos tan determinantes como son
la educación, la sanidad, la justicia... y en
este sentido trabajamos en cooperación
con otros departamentos de la Junta.
— Hay voces que muestran su recha-
zo a que instituciones públicas se ocu-
pen de este tema y que incluso lleguen
a colaborar con dinero público, ¿qué
le diría a quienes piensan así?
— Afortunadamente cada vez hay
menos sectores políticos y sociales que
están en contra de las políticas de repa-
ración de las víctimas. A los que aún se
oponen a cualquier tipo de iniciativa en
este sentido les pediría un esfuerzo de
empatía con miles de personas que lle-
van ochenta años la reparación, la digni-
2 Entrevista
Francisco Javier Giráldez Díaz
Director General de Memoria Democrática de la Junta de Andalucía
Pedro Martínez Gómez
I.E.S. Alborán. Almería
rancisco Javier Giráldez Díaz es natural de Montellano (Sevilla), donde
nació en 1976. Doctor en Historia por la Universidad de Sevilla, entre
2009 y 2012 ha desarrollado su labor en el Comisariado de la Memoria
Histórica de la Junta de Andalucía como asesor y coordinador de proyec-
tos e investigaciones.
Ha sido también profesor asociado en la Universidad de Huelva (2005) y miembro del
Grupo de Investigación Sur-Clío de la Universidad de Almería. Ha colaborado en la
edición de diversas obras y publicaciones como ‘Lugares de Memoria. Golpe militar,
represión y resistencia en Sevilla’ (2014) o ‘La Memoria de todos. Las heridas del pasa-
do se curan con más verdad’ (2014)
F
DICIEMBRE 2015
3Entrevista
ficación de los espacios de memoria y
dar sepultura a las víctimas de una gue-
rra y una represión que dejó a España
sumida en una dictadura que duró dema-
siado. Por ejemplo, un tema a destacar es
que en todas las exhumaciones que
hemos participado lo que nos encontra-
mos son personas respetuosas y agrade-
cidas con la ansiedad lógica de recuperar
lo antes posible los restos de sus familia-
res para darles sepultura.
Creemos que, ahora que podemos disfru-
tar de una democracia consolidada y que
no tenemos ninguna excusa, es urgente
dar solución a este tema. En resumen,
tenemos la obligación de trasladar al
conjunto de la sociedad que la reparación
y las garantías de no repetición no deben
ser asuntos de política partidista, sino de
principios y derechos generales que con-
ciernen a todos la ciudadanía.
— ¿En qué consiste el Proyecto Todos
los Nombres?
— Se trata de un proyecto de gran inte-
rés que desarrolla desde hace 10 años el
Grupo para la Recuperación de la
Memoria Social de la CGT junto con la
Asociación para la recuperación de la
memoria y justicia de Andalucía, en
colaboración con investigadores y fami-
liares de víctimas.
Sin duda es una referencia para todos los
interesados en el estudio de la represión
franquista enAndalucía así como para los
familiares de las víctimas ya que contie-
ne una base de datos consultable con más
de ochenta mil nombres de desaparecidos
además de referencias documentales,
publicaciones, noticias, eventos... En
dicho proyecto han participado investiga-
dores de la talla de Francisco Espinosa
Maestre, José María García Márquez,
Fernando Romero, José Luis Gutiérrez
Molina, Ángel del Río, Arcángel Bed-
mar... además de cientos de historiadores,
investigadores, responsables de entidades
memorialistas y familiares de víctimas.
— ¿Y los Lugares de Memoria Histó-
rica y las Fosas Comunes?
— En relación con los Lugares de
Memoria Histórica de Andalucía hay
que decir que disponemos de 50 lugares
declarados como tales por el Consejo de
Gobierno en base al Decreto 264/2011,
de 2 de agosto.
En este sentido, la identificación de
estos lugares -escenarios de los aconte-
cimientos acaecidos durante la guerra
civil y la posguerra, como revitalizado-
res de la memoria democrática, e incen-
tivadores de nuestra identidad cultural-
constituyen una magnífica vía para este
cumplimiento, así como una inmejora-
ble forma de poner en valor nuestra
herencia democrática.
De la misma forma la señalización de un
espacio como Lugar de Memoria Histó-
rica de Andalucía supone otra magnífica
oportunidad de revitalizar el papel de
esos “soportes de la Memoria” que repre-
sentan familiares, colectivos memorialis-
tas, asociaciones de diversa índole y
administraciones locales, de nuevo fun-
damentales para el mejor conocimiento
de nuestro pasado.
En lo que respecta a las fosas comunes,
sin ninguna duda, su localización y exhu-
mación constituyen el mejor ejemplo de
la esencia de la Consejería de Cultura en
relación a su objetivo de atención a las
víctimas de la represión franquista, así
como a la manifestación más gráfica de
los valores de verdad y de reparación.
Abrir una fosa es cerrar una herida, por
primera vez limpia, por cada uno de los
familiares de las víctimas que en ella se
encuentran, y la posibilidad de que éstos
puedan recuperar los restos de sus seres
queridos para poder ofrecerles sepultura
digna, constituyen desde luego la razón
de ser y la mayor satisfacción en nuestra
labor como institución implicada, invo-
lucrada y sensible con la memoria.
Y es que ellos son, fundamentalmente,
los promotores que hacen posible iniciar
actuaciones en fosas, bien de forma par-
ticular o amparados en asociaciones
memorialistas, y desde luego con la
inestimable colaboración de los ayunta-
mientos, útiles interlocutores de las par-
tes implicadas.
Las actuaciones en fosas comprenden
desde los estudios preliminares de com-
pilación de información e investigación,
indagación, localización y delimitación
de la fosa, exhumación, individualiza-
ción y estudio antropológico de los cuer-
pos, así como, en los casos en que sea
posible, realizar pruebas que permitan
vincular genéticamente a las víctimas
con los familiares que las reclaman. Pre-
cisamente por esto mismo intentamos
priorizar aquellas intervenciones en fosas
con víctimas que cuentan con familiares
vivos, fundamentalmente hijos e hijas.
— Para desarrollar toda esta labor,
¿con qué instituciones viene colaboran-
do la Administración Andaluza: uni-
versidades, colectivos sociales, investi-
gadores, otras administraciones…?
— Las políticas de memoria deben
basarse en dos principios claros: la cola-
boración y el rigor. En este sentido,
todos los proyectos que estamos des-
arrollando se llevan a cabo en colabora-
ción con diferentes instituciones, admi-
nistraciones públicas, entidades memo-
rialistas y familiares.
Pongamos como ejemplo las fosas
comunes. En estas intervenciones los
familiares son el principio y el fin de
todo el proceso y en torno a ellos se arti-
culan los trabajos en fosas. Por tanto,
son claves: los familiares y entidades
memorialistas que solicitan las actuacio-
nes en base a las cuales comenzamos los
procedimientos; los equipos técnicos
multidisciplinares (historiadores,
arqueólogos y antropólogos forenses);
los ayuntamientos a la hora de conceder
las autorizaciones, prestar apoyo logísti-
co o ceder instalaciones para los estu-
dios antropológicos, y otras administra-
ciones, como las diputaciones, que ha
apoyado económicamente muchos pro-
yectos en Andalucía.
Asimismo, son muy importantes los
proyectos de investigación desarrolla-
H
Abrir
una fosa
es cerrar
una herida
DICIEMBRE 2015
4 Entrevista
dos por las Universidades Públicas
andaluzas para conocer aspectos rele-
vantes de la guerra civil y de la repre-
sión que hasta este momento habían
sido poco estudiados por la historiogra-
fía. Las investigaciones coordinadas por
el catedrático de la universidad de
Almería Fernando Martínez López en
relación a los Tribunales de Responsabi-
lidades Políticas y las incautaciones de
bienes, la investigación del exilio anda-
luz o el estudio de los Tribunales para la
Represión de la Masonería y el Comu-
nismo, son magníficos ejemplos. En
todos ellos han participado más de 40
investigadores e investigadoras de nue-
ve universidades públicas andaluzas con
apoyo de la Junta de Andalucía.
— Como sabe, Hespérides es una aso-
ciación de profesores y profesoras de
Geografía e Historia por lo que esta-
mos estrechamente ligados al mundo
de la Enseñanza Secundaria. ¿Han
diseñado o tienen planificado de algu-
na manera llevar este proyecto hasta
las aulas de los institutos?
— Será el desarrollo de la Ley el que
arbitrará los procedimientos para la incor-
poración de los contenidos relacionados
con este tema en la enseñanza andaluza.
Lo que es seguro que estos contenidos
serán desarrollados por un profesorado
especializado en colaboración con las
universidades públicas andaluzas.
— Además de las actividades que
hemos comentado, ¿qué otro tipo de
actividades o iniciativas han puesto
en marcha?
— Muy diversas, desde la organización
y colaboración en exposiciones, jorna-
das y publicaciones especializadas; ayu-
das para la creación e instalación de
monumentos de dignificación y recuer-
do a las víctimas; o la colaboración con
la Universidad de Granada en la elabora-
ción de un Banco de ADN.
— Ya conocemos la opinión del
Gobierno Central sobre todo lo rela-
cionado con la Memoria Histórica.
Pero, ¿cuál es la situación en el resto
de Comunidades Autónomas goberna-
das por diferentes partidos?
— La situación es muy desigual a día de
hoy en España. Nos consta que se está
trabajando en el País Vasco, Asturias,
Cataluña o Navarra desde hace varios
años y en los últimos meses hemos podi-
do comprobar el interés de otras Comu-
nidades Autónomas en desarrollar actua-
ciones relacionadas con la recuperación
de la memoria democrática.
En cualquier caso, lo que está claro en
nuestra opinión es que el desarrollo
efectivo de políticas de memoria, de ini-
ciativas de reparación a las víctimas de
la guerra civil y el franquismo no se pue-
de llevar a cabo desde una sola adminis-
tración. Es imprescindible la colabora-
ción de las administraciones públicas y
de la cooperación de éstas con las enti-
dades y los familiares. Necesitamos el
compromiso de las Comunidades Autó-
nomas, de ayuntamientos y de diputacio-
nes para trabajar con más eficacia. En
Andalucía lo estamos consiguiendo y
este hecho está facilitando y acelerando
muchas actuaciones.
En cualquier caso, creemos que son las
políticas de estado las que darían al pro-
ceso de recuperación de la memoria
democrática un verdadero impulso que
igualaría a toda la ciudadanía española.
— Para terminar y pensando en los
detractores de este proyecto, ¿por qué
es necesaria la Memoria Democrática
en Andalucía?
— Si no somos capaces de comprender
la dimensión de la represión ejercida
sobre las víctimas de la guerra civil y del
franquismo, de entender el derecho de
cada persona a enterrar dignamente a sus
muertos o de asumir que la recuperación
de la memoria y la reparación de las víc-
timas son fundamentales para garantizar
la no repetición, estamos abocados a que
estos hechos puedan repetirse.
En este sentido, me gustaría finalizar esta
entrevista recordando, en primer lugar el
pronunciamiento del Tribunal Supremo
que en su auto de marzo de 2012 indica-
ba lo siguiente: “si hay algo inobjetable
desde cualquier punto de vista -por
imperativo del respeto debido a la digni-
dad de todas las personas (Art. 10,1º de
la Constitución), y hasta por razones de
policía sanitaria mortuoria- es que los
restos de quienes hubieran sufrido muer-
tes violentas no pueden permanecer en el
anonimato ni fuera de los lugares pro-
pios de enterramiento. Y tampoco cabe
imponer a sus familiares el gravamen
representado por tal clase de situacio-
nes, moral y jurídicamente insostenible”
En segundo lugar, el de la Convención
Internacional para la protección de
todas las personas contra las desapari-
ciones forzadas de Naciones Unidas
(ratificada por el Jefe del Estado de
nuestro país el 14 de julio de 2009) que
dispone en su artículo 24: “cada víctima
tiene el derecho de conocer la verdad
sobre las circunstancias de la desapari-
ción forzada, la evolución y resultados
de la investigación y la suerte de la per-
sona desaparecida”.
Y por último, no podemos olvidar el
mensaje del Secretario General de
Naciones Unidas Ban Ki Moon en 2014,
coincidiendo con el ‘Día Internacional
contra las Desapariciones Forzadas’,
donde insistió en que “los Estados
deben informar plenamente sobre el
paradero de las personas que han des-
aparecido. Y deben aplicar de manera
efectiva el derecho a la verdad, la justi-
cia y la reparación a todas las víctimas
y sus familiares. Las desapariciones for-
zadas constituyen una práctica que no
puede tolerarse en el siglo XXI”.
En resumen, obligaciones y deberes que
debemos cumplir como país para como
decía antes reparar a las víctimas y for-
talecer nuestra democracia.
H
Las desapa-
riciones
forzadas
constituyen
una práctica
que no puede
tolerarse en
el siglo XXI
5Cultura
ada la complejidad de abarcar un tema tan
controvertido de nuestra historia, habría que
aclarar que este artículo sólo pretende narrar
unos hechos que tuvieron lugar en el munici-
pio onubense de Cortegana durante los días
transcurridos desde el estallido de la Guerra
Civil, el 18 de julio en la Península, y el día de la toma del pue-
blo por los nacionales, el 20 de agosto de 1936. Los aconteci-
mientos que se van a explicar a continuación deben entender-
se dentro del contexto de la guerra, por lo que la mayor parte
de las actuaciones llevadas a cabo por el Ayuntamiento del
Frente Popular de Cortegana fueron ordenadas directamente
por las autoridades superiores. Y, por supuesto, en nada justi-
fica la masacre que la derecha llevó a cabo en esta localidad de
la Sierra de Huelva.
La tensión acumulada años atrás entre la izquierda y
la derecha se intensificó durante el periodo republicano
dejando seriamente dañadas las relaciones entre ambas ideo-
logías. Heridas que quedaron abiertas y que generaron un
odio irreversible entre las personas de una y otra tendencia
política. La segunda experiencia republicana no pudo funcio-
nar por ese odio enquistado que culminó con el estallido de
la Guerra Civil.
Tras las elecciones de febrero de 1936, como ocurrió
en la mayor parte de España, en Cortegana se estableció un
gobierno del Frente Popular. Era el triunfo de la unión de los
distintos partidos de izquierdas que se habían coaligado para
derrotar a la derecha en las elecciones. El nuevo Ayuntamien-
to estaba representado por el alcalde Antonio Alves López y
trece concejales: Rufino Pelegrín Vázquez Galán, Gregorio
Romero Vázquez, Rafael López Vázquez, Julián Vázquez
González, Manuel Navarro Fernández, Manuel Fernández
Moriña, Matías Romero Rodríguez, Manuel de la Noval Fer-
nández, Antonio Martín Borrallo, Manuel Gómez Acosta,
José Borrallo Menguiano, José Menguiano Forero y Ramón
González Colete 1.
Rufino Pelegrín Vázquez Galán, o simplemente Pele-
grín, como lo conocían todos, era, además de responsable de la
Comisión de Obras Públicas, el primer teniente de alcalde 2.
Este corteganés contaba entonces con 44 años, estaba casado,
aunque pronto enviudaría, y trabajaba como capataz de carre-
teras 3. Fiel a una república de izquierdas, no dudó en ponerse
al frente del Cabildo y liderar el Comité Circunstancial 4 crea-
do en Cortegana, convirtiéndose en el gran protagonista de los
acontecimientos ocurridos durante aquel primer mes de gue-
rra. Así, mientras el alcalde Antonio Alves y el resto de conce-
jales se mantuvieron prácticamente al margen de los actos que
se llevaron a cabo durante esos días, él encabezó la defensa del
pueblo en contra del Movimiento Nacional haciendo cumplir
las órdenes que le llegaban del gobernador civil de la provin-
cia primero, y del delegado de este después.
El 17 de julio Franco iniciaba el golpe de estado desde
Canarias y el 18 se alzaban los nacionales en la Península. A
partir de ese día los pueblos de Huelva fieles a la República
comenzaron a preparar la resistencia. Desde el inicio de la
Guerra Civil hasta la entrada de las tropas franquistas en Cor-
tegana, la derecha utilizó el calificativo de “días rojos” para
designar las actuaciones llevadas a cabo por la izquierda. Fue-
ron momentos difíciles que pagarían caro sus protagonistas
cuando los nacionales “liberaron al pueblo” de aquellos “32
días de pesadilla comunista”, frase con la que los afines al
Movimiento bautizaron los acontecimientos que tuvieron
lugar entre el 18 julio y el 20 de agosto de 1936 5.
¿Quién fue Pelegrín?
La defensa de cortegana ante la llegada de los nacionales
Mª Teresa Menguiano Romero
D
1 Archivo Municipal de Cortegana (a partir de ahora A.M.C.), Actas Capitulares, legajo 19, 22 y 23 de febrero de 1936.
2 A.M.C., Actas Capitulares, legajo 19, 23 de febrero de 1936. Al sustituir a Alves en sus funciones los vecinos se referían a él como “el alcalde Pelegrín”.
3 A.M.C., Correspondencia, legajo 147. Informes respecto a presos militares, 1937-1949.
4 El Comité Circunstancial, denominado por la derecha sublevada “Comité Revolucionario”, se creó para mantener el orden en los pueblos. En FERIA VÁZ-
QUEZ, P.J. y VÁZQUEZ LAZO, J.M.: “Los expedientes de incautación de bienes. El caso del Partido Judicial de Aracena (Huelva, 1936-1937)”, HAOL,
nº 18, 2009, p. 130.
5 De los expedientes de los procesados por los Consejos de Guerra se extraen los calificativos “rojos”, “marxistas” o “comunistas” para designar, de un modo
general, a los defensores de una república de izquierda, pues para el bando nacional los partidos que formaban parte del Frente Popular eran todos identifi-
cados con la ideología comunista o marxista (o “rojos”, por el color de su bandera) aunque formando parte del Frente Popular se hallaban partidos tan
diversos como Izquierda Republicana, Unión Republicana, el Partido Socialista Obrero Español entre otros, y, por supuesto, el Partido Comunista.
Cartel publicitario
de las elecciones
de febrero de 1936.
DICIEMBRE 2015
El día del golpe de estado la tensión se apreciaba en el
ambiente. La última reunión del Cabildo fue el 11 de julio y,
declarada la guerra, la mayoría de los concejales dejaron de
acudir al ayuntamiento. Sin embargo, el teniente de alcalde
Pelegrín se pasaría allí la mayor parte del tiempo 6. Aquel 18
de julio, a la 13:30, recibió la primera llamada del gobernador
civil en la que le daba órdenes de detener a un vehículo con
matrícula ML-3983 que atravesaría el pueblo procedente de
Portugal con dirección a Sevilla. Debían arrestar a todos sus
ocupantes pues, según le había comunicado el gobernador, en
ese coche viajaba el general Sanjurjo 7 deseoso de ponerse al
mando del golpe de estado. Pelegrín comunicó la noticia a los
alcaldes de Aroche y Rosal de la Frontera para que intensifica-
sen la vigilancia de la carretera 8 e inmediatamente nombró a
unos miembros del Comité, entre los que figuraba su sobrino
Eloy Maya, para controlar el pueblo y las vías de comunica-
ción 9. Daban comienzo los “días rojos”.
Los acontecimientos se aceleraron en aquellos últimos
días de julio. Las primeras medidas del Ayuntamiento, siempre
“cumpliendo órdenes de la superioridad”, se centraron en los
medios de comunicación.
Pelegrín se acercó a la Casa de Teléfonos y Telégrafos
dándole instrucciones a Tomás Cobos Díaz para que nadie uti-
lizara aquellos medios “al menos que esta alcaldía lo preci-
se”10. Dos días más tarde se dirigió a todos los corteganeses
que tuvieran radio prohibiéndoles “terminantemente ponerlos
con más estación emisora que la de Madrid” y “todo aquel que
haga uso de otras estaciones distintas sufrirán las sanciones y
demás responsabilidades que crea oportuno esta alcaldía”.
Dicho documento fue firmado por todos los vecinos que tení-
an radio en sus casas o establecimientos, que se comprometí-
an a no escuchar nada más que la emisora del gobierno legíti-
mo. En relación a esto, se le confiscó a Sebastián Martín Fer-
nández un micrófono y a Tobías Romero Carvajal la radio que
poseía en su domicilio 11. No se libró de esta medida el lugar
frecuentado por la derecha del pueblo, el Gran Casino 12, cuyo
presidente recibió la siguiente orden de Pelegrín:
“En atención a las circunstancias por las que de
momento atraviesa el país y las necesidades que demanda el
actual estado de excepción y de conformidad con lo ordenado
por la superioridad, vengo por el presente en requisar el apa-
rato receptor de radio perteneciente a esta sociedad que usted
preside, la cual pondrá inmediatamente a disposición de esta
alcaldía para su utilización”13.
Ante el viraje que tomaban los acontecimientos, el
Gran Casino no dudó en cerrar sus puertas 14. Tan sólo estaba
abierto el Nuevo Casino 15 adonde, por el contrario, concurrí-
an los afines a la República para escuchar la frecuencia que
retransmitía desde la capital madrileña 16.
Cultura6
6 Archivo del Tribunal Militar Territorial II de Sevilla (a partir de ahora A.T.M.T.S.S.), caja 56, legajo 623, Consejo de Guerra nº 1227, 1938.
7 En un principio, el general encargado de encabezar el Alzamiento era Sanjurjo, protagonista de un golpe de estado contra la República en 1932 que fracasó.
Por este motivo lo condenaron a cadena perpetua, pena que le fue conmutada durante el bienio de derechas marchándose a vivir a Estoril. Los informes
alertaron a los republicanos de la posibilidad de que el regreso a España lo hiciera en coche; sin embargo, lo hizo en avión que, por cierto, sufrió un acci-
dente al despegar falleciendo el propio Sanjurjo. Por todo lo cual, fue el general Franco quien lo sustituyó como comandante en jefe del bando sublevado.
8 A.M.C., Correspondencia, legajo 82, 18 de julio de 1936.
9 A.T.M.T.S.S., caja 79, legajo 991, Consejo de Guerra nº 1394, 1939.
10 A.M.C., Correspondencia, legajo 82, 20 de julio de 1936.
11 Ibídem, 22 de julio de 1936.
12 El Gran Casino está situado en la actual Plaza del Divino Salvador, aunque es más conocida por los corteganeses como El Pase, que entonces se llamaba
oficialmente Plaza Fermín Galán.
13 A.M.C., Correspondencia, legajo 82, 22 de julio de 1936.
14 A.T.M.T.S.S., caja 24, legajo 346, Consejo de Guerra nº 546, 547 y 567, 1937.
15 El Nuevo Casino y el Ayuntamiento se ubican en la Plaza de la Constitución que en aquella época se llamaba Plaza de la República. Los corteganeses la
conocen como La Plaza.
16 A.T.M.T.S.S., caja 101, legajo 1335, Consejo de Guerra nº 2619, 1939.
Imagen de Cortegana. Fotografía facilitada por Luis Sánchez Pinto. Gran Casino. Fotografía facilitada por Luis Sánchez Pinto.
DICIEMBRE 2015
También el 22 de julio el Ayuntamiento recibió un tele-
grama que decía:
“Ante la gravedad momentos para la República en
general y para el proletariado en particular, ordenamos enér-
gicamente todo ciudadano frente popular tengan la mayor
serenidad. El que atente contra personas o cosas, siembra la
inquietud y es un enemigo de la república quien no fraternice
con la guardia civil en absoluto leal a la república es un trai-
dor porque procura prestar fuerzas al gobierno legítimo. Por
la república y contra el fascismo serenidad, orden y sensatez.
Se ruega a las autoridades comuniquen este telegrama en for-
ma acostumbrada de bando y comunique a los pueblos inme-
diatos en la forma acostumbrada”17.
Sin embargo, la proximidad de las tropas de Queipo de
Llano, que avanzaban desde Sevilla, provocó que el miedo se
apoderara de los republicanos. El 29 de julio los nacionales
tomaron Huelva desde donde el nuevo gobernador civil de la
provincia, Gregorio de Haro, envió un telegrama a la Casa de
Teléfonos y Telégrafos de Cortegana en el que declaraba el
estado de excepción, daba a conocer el Bando de Guerra y le
comunicaba a la Guardia Civil que debía desarmar a las
izquierdas. El telegrama lo recibió la telefonista Josefa Cáce-
res Morcillo quien debía remitirlo al cuartel, como de hecho
hizo 18. Ese mismo día, unas horas más tarde y con el fin de
evitar la llegada de más órdenes del bando sublevado, miem-
bros del Comité cortaron los hilos del telégrafo 19.
En aquellos días se organizó un mitin en la Plaza de
Toros en el cual, además de atacar a Franco y a Queipo de Lla-
no, se incitó a los vecinos a formar parte de la milicia que par-
tiría a luchar al Frente con la columna que comandaba el capi-
tán Molina 20. Poco tiempo después salió desde la puerta del
ayuntamiento la primera camioneta que llevó a muchos corte-
ganeses a enfrentarse con los nacionales en el frente extreme-
ño y en Madrid 21.
Desde el estallido de la guerra, el Ayuntamiento dirigi-
do por Pelegrín había intensificado la búsqueda de todo tipo de
armamento. Eso llevó a los republicanos a confiscar las esco-
petas propiedad de las personas de derechas, si bien es cierto
que con anterioridad, y ante los rumores de un levantamiento
militar, el gobierno del Frente Popular corteganés había retira-
do las licencias y las armas a aquellas personas 22. Este alijo de
armamento, más el que poco después le fue incautado a la
Guardia Civil el día de la toma del cuartel, fue repartido entre
los defensores del sistema republicano 23 para realizar un tra-
bajo que la derecha denominó después “guardias rojas”. Se
hicieron guardias en el Ayuntamiento, en La Plaza, donde se
habían colocado sacos de tierra a modo de trincheras, en el
pósito, en los casinos, en la Central de Teléfonos, en un esta-
blecimiento frente al Ayuntamiento llamado La Petaca o en la
puerta de la Tabacalera. También controlaron las salidas del
pueblo pidiendo la documentación a las personas que pasaban
por la carretera de Almonaster la Real, el surtidor de gasolina
o Valdecastaño. Por cada una de aquellas guardias Pelegrín les
pagaba tres pesetas, no era mucho pero varios encausados
reconocieron ante los Consejos de Guerra que las hicieron por-
que necesitaban el dinero, dada la situación de carestía que
asolaba a la población 24.
Cultura 7
17 A.M.C., Correspondencia, legajo 82, 22 de julio de 1936.
18 A.T.M.T.S.S., caja 43, legajo 479, Consejo de Guerra nº 784, 1937.
19 A.T.M.T.S.S., caja 103, legajo 1369, Consejo de Guerra nº 2593, 1939.
20 El 18 de julio Antonio Molina se puso al frente de una columna de mineros que salió de Nerva y fue recogiendo a milicianos por la Sierra. Muchos corte-
ganeses se sumaron a este grupo que terminó en Madrid luchando por la República. En PICHARDO BOLAÑOS, M. y PÉREZ LÓPEZ, J.M.:www.todos-
losnombres.org (12-12-2014).
21 A.T.M.T.S.S., caja 24, legajo 346, Consejo de Guerra nº 546, 547 y 567, 1937.
22 A.M.C., Actas Capitulares, legajo 19, 30 de marzo de 1936.
23 A.M.C., Guardia Civil, legajo 421. Relación de escopetas entregadas y listado de señores que se han llevado escopetas, 1936.
24 A.T.M.T.S.S., caja 24, legajo 346, Consejo de Guerra nº546, 547 y 567, 1937; A.T.M.T.S.S.,caja 143, legajo 1934, Consejo de Guerra nº2238, 1940;
A.T.M.T.S.S.,caja 11, legajo 197, Consejo de Guerra nº 247, 1937.
Nuevo Casino. Fotografía facilitada por Luis Sánchez Pinto.
Fotografía de La Plaza. A la izquierda, el Ayuntamiento.
Fuente: unaventanaencortegana.blogspot.com.
DICIEMBRE 2015
8
La planta alta del consistorio, además de servir como
almacén de armas, era el lugar destinado a preparar bombas
con la dinamita requisada a algunos vecinos del pueblo. Al
comerciante Joaquín Ruiz lo llamó Pelegrín la noche del 18 de
julio para que le entregara la dinamita que tenía en su tienda
ya que, entre otras cosas, se dedicaba a la venta de material
explosivo 25. En el inventario que llegó a firmar Antonio Alves
quedó reflejado que le incautaron:
“1 escopeta de caza de un cañón calibre 20 y otra de
calibre 16, 100 cartuchos cargados para escopeta del calibre
20, pólvora sin humo, 1.250 cartuchos cargados para escope-
ta del calibre 16, pólvoras varias y 2.990 cartuchos cargados
para escopeta del calibre 12 pólvoras varias” 26.
Por el mismo motivo el Ayuntamiento se puso en con-
tacto con Diego Rodríguez ordenándole que le hiciera entrega
de la pólvora que, por su profesión de constructor de obras,
tenía almacenada en su casa. Sin embargo, al manifestarle que
no podía ir, el alcalde envió a cuatro personas del Comité a su
casa con el siguiente comunicado:
“Ruégole se sirva de hacer entrega a los agentes de mi
autoridad de la dinamita que posea en su domicilio, así como
de toda clase de explosivos que posea” 27.
De allí se llevaron “20 k. de dinamita y 80 m. de mecha
con una caja casi completa de fulminantes”. Estos hombres, entre
los cuales estaban Eloy Maya y José Sánchez, serían fusilados28.
Cuando el 20 de agosto entraron las tropas en Cortega-
na realizaron una inspección y dijeron haber hallado armamen-
to, bombas y dinamita no sólo en el ayuntamiento, también en
el juzgado 29, en el cuarto de la torre del reloj de la iglesia 30 y
en otras casas particulares; por ejemplo, en la casa del Rico
Nuevo, a 500 metros de Cortegana, hallaron “más de 198 bom-
bas cargadas, más de 700 cartuchos de caza del número 12, 10
y 6, 38 tubos de hierro con sus correspondientes tornillos y
chapas dispuestos para la carga y varias cajas de dinamita
vacías aunque una estaba intacta” 31.
También llegó dinamita de Riotinto que canjearon por
chacina, que los miembros del Comité habían requisado por
las casas y distintos establecimientos del pueblo 32. Esa pólvo-
ra se utilizó para construir en el ayuntamiento las bombas que
se colocaron en El Pilar de la Virgen con la intención de cor-
tar el paso a los nacionales 33.
Celestino Gómez Losada, El Gafas, reconoció ser el
fabricante de las bombas y el encargado de colocarlas allí. Se
había prestado como voluntario para ponerse a las órdenes del
Comité, convirtiéndose también en el conductor de uno de los
coches al servicio de Pelegrín. Junto a otros corteganeses, se
dirigió a la fábrica de electricidad de Santa Teresa para conse-
guir unos cables que utilizaron para la fabricación de las tres,
bombas colocadas en El Pilar de la Virgen y que pensaban
hacer explotar por control remoto 34.
El Juzgado Municipal, situado en la planta baja del
Ayuntamiento, a la derecha, se convirtió en un depósito donde
se almacenaba toda la chacina y el pan requisados por el
Comité. Cuando entraron las tropas, el juez Julián Macías fue
acusado de permitir utilizar aquellas dependencias como alma-
cén de armas y víveres 35 por lo que le aplicaron el Bando de
Guerra, es decir, fue condenado a muerte. Según los afines al
Movimiento aquellos enseres fueron distribuidos entre los
miembros del Comité, pero los republicanos aclararon en su
defensa que los repartieron entre la clase obrera y personas
más necesitadas del pueblo 36.
Cultura8
25 A.T.M.T.S.S., caja 56, legajo 623, Consejo de Guerra nº 1227, 1938.
26 A.M.C., Guardia Civil, legajo 421. Relación de escopetas entregadas y listado de señores que se han llevado escopetas, 1936.
27 Ibídem.
28 A.T.M.T.S.S., caja 34, legajo 407, Consejo de Guerra nº 458, 1937.
29 A.T.M.T.S.S., caja 59, legajo 662, Consejo de Guerra nº 982, 1938.
30 A.T.M.T.S.S., caja 34, legajo 405, Consejo de Guerra nº 457, 1937.
31 A.T.M.T.S.S., caja 56, legajo 623, Consejo de Guerra nº 1227, 1938.
32 Ibídem.
33 Al principio pensaron que las tropas sublevadas llegarían a Cortegana por la Nacional que conecta el pueblo con Sevilla; sin embargo, la columna dirigida
por el comandante Redondo entró el 20 de agosto por la carretera de Almonaster la Real.
34 A.T.M.T.S.S., caja 24, legajo 346, Consejo de Guerra nº546, 547 y 567, 1937; A.T.M.T.S.S.,caja 103, legajo 1369, Consejo de Guerra nº 2593, 1939.
35 A.T.M.T.S.S., caja 59, legajo 662, Consejo de Guerra nº 982, 1938.
36 A.T.M.T.S.S., caja 34, legajo 407, Consejo de Guerra nº 458, 1937.
H
además de atacar a
Franco y a Queipo de
Llano se incitó a los
vecinos a formar parte
de la milicia
El Pilar de la Virgen. Fotografía de Luis Sánchez Pinto.
DICIEMBRE 2015
La requisa de alimentos respondía a las órdenes que
desde el principio de la guerra recibieron los pueblos de abas-
tecer a los soldados que luchaban contra el ejército de Queipo
de Llano. Las autoridades superiores obligaron a los Ayunta-
mientos a notificarles las existencias que había de gasolina y
de artículos de primera necesidad. Por ello, también el 22 de
julio, el gobernador civil republicano, aún desde Huelva, hizo
saber al cabildo de Cortegana que:
“Las autoridades de esta comarca recaben la mayor
cantidad de víveres para que, en camiones debidamente requi-
sados, sean llevados a las fuerzas milicianas leales y adictas
a nuestro gobierno único legalmente constituido que luchan
de la manera más heroica en las inmediaciones de Sevilla” 37.
Y al día siguiente insistía:
“Recabe almacenistas esa plaza tengan existencias
disposición comerciantes este pueblo para abastecimiento
población que de no ser así faltará dentro tres días” 38.
En la panadería de la madre de Santiago Carvajal se tra-
bajaba sin descanso elaborando panes que los miembros del
Comité de Cortegana y de otros pueblos le solicitaban. Tampo-
co Santiago Carvajal se libraría de la pena máxima cuando
entraron las tropas, pues fue acusado de hacer pan para la
izquierda y de guardar armamento en la torre del reloj, del que
estaba encargado 39.
Ante la necesidad de almacenar todo el alimento posi-
ble, el gobernador civil ordenó al Comité confiscar los camio-
nes y coches de los ricos del pueblo. Con dichos medios de
transporte se procedió al robo de ganado en varias fincas ubi-
cadas principalmente en el término de Aroche, Cumbres
Mayores y Cortegana. Fueron a la finca del señor Ternero y a
la de Juan Campos, en la Belleza, o a El Álamo, fincas situa-
das en el término de Aroche. El capataz de El Álamo recorda-
ba que fueron varias veces y se llevaron 74 cabezas de vacu-
no, 100 de cabrío aproximadamente y 10 cerdos. Oyó decir
que pertenecían al Comité de Cortegana, al de Riotinto, al de
Aroche y al de Jabugo. En la finca de Juan Campos robaron
tres vacas y muchas cabras. En Cortegana requisaron ganado
en El Majadal. Los dueños, o los trabajadores de aquellas tie-
rras, señalaron que en ocasiones solían pedir permiso y coinci-
dían en que el comportamiento de aquellos hombres era bue-
no40. Muchas de esas reses fueron sacrificadas en la Plaza de
los Toros o en plena calle, procediendo después a su reparto 41.
El que fuera chófer de Juan Esteban Amigo, Pablo
Borrallo Martín, fue requerido por el Ayuntamiento para que
realizara su trabajo de conductor con el camión que le fue con-
fiscado a su jefe. Pablo Borrallo hizo todo lo que el alcalde
Pelegrín le encomendó: fue a llevar víveres a La Algaba, a por
harina a El Repilado, a por borregos a dos fincas en Aroche, e
incluso se atrevió a recoger en aquel vehículo las armas de la
Guardia Civil tras el asalto al cuartel 42.
Con el camión requisado a Dolores Maestre Moreno, el
alcalde, ordenó a Luis Pichel Pérez que llevara al concejal
Manuel Fernández Moriña a Aroche y al Rosal de la Frontera
para recoger los víveres que habían almacenado43. También, el
conductor Domingo Bermúdez Maestre y dos personas más se
encargaron de llevar provisiones a los soldados que luchaban
en el frente sevillano 44.
Un aspecto que venía repitiéndose en otros pueblos fue
la agresión que la izquierda cometió contra la Iglesia. Esta
práctica anticlerical no era una novedad de este momento ini-
cial de la guerra ni exclusiva de esta parte de la geografía espa-
ñola. Los desmanes contra esta institución habían comenzado
desde que se iniciara el periodo republicano en distintas partes
de España, y es una de las razones que impulsó a los militares
a rebelarse contra un gobierno que, según ellos, permitía esas
atrocidades contra la Iglesia. Es por esto que el bando nacio-
nal se tomó la Guerra Civil como una auténtica cruzada contra
todos los republicanos a los que consideraban enemigos de la
Patria y de Dios.
Una columna de mineros de Riotinto venía de Rosal de
la Frontera y de Aroche reclutando a hombres para ir a Arace-
na a enfrentarse a las tropas nacionales. En Aroche habían
estado los días 10 y 11 de agosto participando en el ataque al
cuartel que se cobró la vida de varias personas. La columna
llegó el mismo día 11 a Cortegana tomando parte en el asalto
a las iglesias, a la Casa Estrada, propiedad de Eduardo Váz-
quez González-Bravo, y al Cuartel de la Guardia Civil y Cara-
Cultura 9
37 A.M.C., Correspondencia, legajo 82, 22 de julio de 1936.
38 Ibídem, 23 de julio de 1936.
39A.T.M.T.S.S., caja 34, legajo 405, Consejo de Guerra nº 457, 1937.
40 A.T.M.T.S.S., caja 24, legajo 346, Consejo de Guerra nº 546, 547 y 567, 1937.
41 A.T.M.T.S.S., caja 101, legajo 1335, Consejo de Guerra nº 2619, 1939; A.T.M.T.S.S.,caja 105, legajo 1393, Consejo de Guerra nº 1386, 1939.
42 A.T.M.T.S.S., caja 98, legajo 1279, Consejo de Guerra nº 9182, 1939.
43 A.M.C., Correspondencia, legajo 82, 24 de julio de 1936.
44 A.T.M.T.S.S., caja 156, legajo 2051, Consejo de Guerra nº 6844, 1940.
Iglesia del Divino Salvador
DICIEMBRE 2015
bineros 45. Según lo recuerdan los testimonios, aquel 11 de
agosto los mineros entraron en Cortegana y unas mujeres sen-
tadas en la fuente de La Plaza los incitaron a destruir las igle-
sias y los santos 46.
Sobre las 12:30 los mineros, acompañados de los veci-
nos más anticlericales, se dirigieron a la Iglesia del Divino Sal-
vador. Un vecino desde la puerta de su casa, situada en El
Paseo, declaró haber visto a Pelegrín en compañía de unos
mineros y cómo les abrió la puerta de la parroquia 47. Momen-
tos antes, el sacristán Francisco Álvarez había ido a casa del
cura a por la llave porque, según dijo, así se lo había ordenado
el alcalde 48. Sin embargo, aunque para algunos corteganeses
Pelegrín fue el responsable de estas actuaciones, otros vecinos
afirmaron que el teniente de alcalde se opuso en todo momen-
to a la destrucción de las iglesias y de la casa de Eduardo Váz-
quez. En concreto, Joaquín Martín Fernández vio a Pelegrín
enfrentase al cabecilla del grupo cuando estos se disponían a
entrar en la iglesia parroquial manifestándole “que traía una
columna de sinvergüenzas y de bandidos” y cómo quiso impe-
dir, también sin éxito, el saqueo de la Casa Estrada con una
pistola en la mano 49.
La parroquia fue destrozada completamente. Como no
alcanzaban a los santos y retablos más altos se subieron en la
escalera con la que trabajaban los electricistas municipales y
utilizaron un objeto de hierro 50 para tirarlos al suelo. Lo últi-
mo que destruyeron fue el púlpito 51. Lo tiraron todo a la calle
y al porche, después lo cargaron en un camión 52 y lo transpor-
taron a Las Eritas para quemarlo 53. Inmediatamente después
se dirigieron a la Iglesia de San Sebastián lanzando al Cristo
de la Vera-Cruz al recinto aledaño, y un poco más tarde entra-
ron en la Ermita de El Calvario cortándole la cabeza al Cristo.
Una vecina la recogió y la guardó en su casa, por lo que el
Nazareno aún conserva su auténtico rostro. Algunos mucha-
chos del pueblo subieron a la Ermita del Castillo donde se
hallaba la patrona del pueblo, la Virgen de la Piedad. Unas
jóvenes sentadas en la puerta de la iglesia parroquial escucha-
ron cómo alguien gritaba: “¡Qué traen a la Virgen!”. A conti-
nuación, observaron incrédulas cómo aquellos muchachos la
traían arrastrándola desde el Castillo para ser destruida con el
resto de la imaginería y retablos de la parroquia 54.
En el atestado que redactaron los nacionales se detalla-
ron todos los destrozos ocasionados:
“Iglesia del Divino Salvador: daño en parte de sus
muros, se destruyeron todos los retablos, el coro desapareció
con su Facistol, considerado este como gran joya del arte.
Todos los retablos fueron incendiados junto con las imágenes
de El Divino Salvador con los doce apóstoles del Altar Mayor
y el crucifijo con la Magdalena y San Juan, Corazón de Jesús,
Niño Perdido, San Vicente y Santa Bárbara, Nuestra Señora
del Rosario, San Bartolomé, San Martín, y Santo Domingo de
Guzmán, La Milagrosa, San Jorge, Santa Rita, Santa Bárbara
(esta última de inmenso valor por su antigüedad, que data del
siglo XV), San Nicolás, Virgen del Carmen, San Juan Nepomu-
ceno y dos crucifijos, pequeños de mucho valor artístico, Niño
de Jesús de la escuela de Montañés, San Francisco, San Anto-
nio, Virgen de los Dolores, Santa Ana, el Eccehomo, la Inma-
culada, San Rafael y San Miguel Arcángel, y otro hermoso
crucifijo. Objetos y joyas: destrucción total de cajoneras y
ornamentos, otro crucifijo, un hermoso órgano y un melodio,
el tenebrario y el Santo Sepulcro, el Catafalco y cuatro pasos
de imágenes, varios cuadros, entre ellos dos de gran mérito de
la Santísima virgen y Santiago Apóstol. Desaparición de un
Cáliz de plata sobredorado, de varias Custodias y Manifesta-
dor de procedencia mejicana, a más de otros desperfectos pro-
ducidos en otras alhajas.
Iglesia del Castillo: destrucción completa por incendio
de la Santísima virgen de la Piedad, patrona de este pueblo,
las imágenes de San Blas y Santa Lucía y destrucción de todo
el Camerín y el Altar.
Cultura10
45 A.T.M.T.S.S., caja 76, legajo 936, Consejo de Guerra nº 1229, 1938; A.T.M.T.S.S., caja 105, legajo 1393, Consejo de Guerra nº 1386, 1939.
46 Entrevista a Ana Domínguez Sánchez y Clotilde Martín García. Cortegana, mayo de 2013.
47 A.T.M.T.S.S., caja 98, legajo 1275, Consejo de Guerra nº 7442, 1939.
48 A.T.M.T.S.S., caja 22, legajo 331, Consejo de Guerra nº 371,1937.
49 A.T.M.T.S.S., caja 211, legajo 2596, Consejo de Guerra nº 9160, 1939.
50 Los documentos aluden a tal herramienta como “marrillo” o “almandarilla” y era utilizado para sacar cosas de los pozos.
51 A.T.M.T.S.S., caja 24, legajo 346, Consejo de Guerra nº 546, 547 y 567, 1937; A.T.M.T.S.S., caja 22, legajo 331, Consejo de Guerra nº 371,1937.
52 A.T.M.T.S.S., caja 34, legajo 406, Consejo de Guerra nº 193, 1937;A.T.M.T.S.S.,caja 143, legajo 1934, Consejo de Guerra nº2238, 1940.
53 A.T.M.T.S.S., caja 22, legajo 331, Consejo de Guerra nº 371,1937.
54 Entrevista a Ana Domínguez Sánchez. Cortegana, mayo de 2013.
H
El bando nacional se
tomó la Guerra Civil
como una auténtica
cruzada
Iglesia de San Sebastián. Fotografía facilitada por Luis Sánchez Pinto.
DICIEMBRE 2015
Iglesia de San Sebastián: destrucción de tres retablos
con todas las imágenes. A saber: Santísimo Cristo de la Vera-
Cruz de gran valor artístico, San Elías, San Sebastián, virgen
de la Soledad, Sagrado Corazón de Jesús, Santa Ana, San José
y Santa Teresa de Jesús, dos hermosos estandartes de la Vir-
gen del Rosario, destrucción del cancel y cajonera de Sacris-
tía con varios ornamentos.
Ermita del Calvario: destrucción de nuestro padre
Jesús de Nazareno, de inmenso valor artístico con todo lo que
además contenía esta Ermita” 55.
Ese mismo día asaltaron la casa de Eduardo Vázquez,
conocida como Casa Estrada. Según el informe, destruyeron
el mobiliario, robaron enseres, joyas y dinero, entre muchas
otras cosas:
“En este saqueo se llevaron una máquina de escribir
marca Remigton, unos gemelos de campaña forrados en marfil,
una maleta conteniendo joyas de gran valor, una máquina foto-
gráfica, cubiertos de plata, ropa de cama y de vestir, una caja de
caudal de acero portátil, la que según un hermano del perjudi-
cado debía contener varios miles de duros por haberse encon-
trado un escrito en el suelo de puño y letra del perjudicado que
decía: la cantidad que contiene el cofre será destinada a la
construcción de un Santuario en lugar indicado en el escrito”56.
Esta casa señorial acabó convirtiéndose en el cuartel
general de la Falange durante la guerra.
El 13 de agosto la columna de mineros se dirigió al
Cuartel de la Guardia Civil y Carabineros para desarmarlos y
evitar que se sumaran al Alzamiento. Ante el temor de que se
produjera el mismo asalto violento que tuvo lugar en Aroche
días atrás, algunos miembros del Ayuntamiento, entre los que
se encontraba Pelegrín, Rafael López Vázquez, Manuel
Gómez Acosta y el alcalde Antonio Alves, además del médico
Pepe Fernández, entraron en el cuartel mientras la columna
esperaba fuera. Su intención era la de intermediar entre los
mineros y los guardias pidiéndoles a estos que entregaran pací-
ficamente las armas. Pepe Fernández insistió en la necesidad
de hacerlo así para evitar una masacre y ordenó a los milicia-
nos que estaban en la puerta que cogieran las escopetasy las
metieran en la camioneta que traían. La buena fe de estos
mediadores fue mal interpretada por los guardias que los acu-
saron de forzarles a firmar el acta de desarme y, por tanto,
señalados como los dirigentes de la toma del cuartel. Al pare-
cer, Antonio Alves, a quien habían obligado a ir, lloraba y
exclamaba que acababa de firmar su sentencia de muerte 57.
El 20 de agosto entraron las tropas del comandante
Redondo en Cortegana. La defensa que los fieles a la Repúbli-
ca llevaban organizando desde hacía un mes, se esfumó como
por arte de magia y la mayoría de los que habían participado
en estos acontecimientos huyeron para evitar represalias,
incluido Pelegrín. Las personas afines al Movimiento Nacio-
nal no les perdonaron el miedo que pasaron en aquellos días,
y se vengaron. Es cierto que lo miembros del Comité se pre-
sentaron en sus casas exigiéndoles dinero, armas o alimen-
tos58; que los sometieron a un arresto domiciliario, si bien
muchos habían optado por la reclusión voluntaria; encarcela-
ron a algunas personas de derechas, aunque gracias a la inter-
vención del concejal Moriña y del alcalde Antonio Alves se
evitó la de tantos otros 59. A pesar de ello, conviene recordar
que no se asesinó a nadie por lo que en ningún caso estaría jus-
tificada la represión desproporcionada que después llevaron a
cabo los nacionales contra los protagonistas de esos días.
Los que se quedaron fueron ejecutados rápidamente;
los que huyeron tuvieron más suerte pues, a pesar de los largos
días que pasaron escondidos en sus casas o del duro exilio que
llevó a algunos incluso atravesar la frontera francesa, cuando
regresaron fueron, en el peor de los casos, encarcelados y, en
el mejor, absueltos.
Pelegrín llegó a la capital de España y allí fue captura-
do cuando finalizó la guerra en abril de 1939. En mayo, el Juez
Militar Permanente nº 3 de Madrid solicitó información al
Ayuntamiento de Cortegana sobre su conducta. Los informes
que elaboraron el nuevo alcalde y el jefe de la Falange no le
beneficiaron en absoluto:
“Era jefe del partido socialista y dirigente del Frente
Popular; ostentaba el cargo de Primer Teniente de Alcalde
de este ayuntamiento en aquella fecha: muy activo y despier-
to en ideales revolucionarios, dominando fácilmente a toda
la horda que aquí existía; al comienzo del Movimiento ejer-
Cultura 11
55 ARCHIVO HISTÓRICO NACIONAL, Causa General, 1041, Exp.17, Estado nº3. Relación de tormentos, torturas, incendios de edificios, saqueos, destruc-
ciones de iglesia y objetos de culto, profanaciones y otros hechos delictivos que por sus circunstancias, por la alarma o el terror que produjeron deban con-
siderarse como graves, con exclusión de los asesinatos, que fueron cometidos en este término municipal durante la dominación roja, 1940-1949.
56 Ibídem.
57 A.T.M.T.S.S., caja 119, legajo 1619, Consejo de Guerra nº 2946, 1941; A.T.M.T.S.S., caja 83, legajo1063, Consejo de Guerra nº 2503, 1939;
A.T.M.T.S.S., caja 99, legajo 1300, Consejo de Guerra nº 2851, 1939.
58 A.T.M.T.S.S., caja 143, legajo 1934, Consejo de Guerra nº 2238, 1940; A.T.M.T.S.S., caja 105, legajo1393, Consejo de Guerra nº 1386, 1939.
59 A.T.M.T.S.S., caja 59, legajo 662, Consejo de Guerra nº 982, 1938; A.T.M.T.S.S., caja 99, legajo 1300, Consejo de Guerra nº 2851, 1939.
Casa Estrada. Fotografía propia.
DICIEMBRE 2015
cía su dominio y acción con bastante cautela, pues si bien
demostraba algunas veces ciertas reprensiones sobre la hor-
da marxista, para justificar tal vez su conducta para el exte-
rior, puede decirse que era él el Jefe de cuantos hechos aquí
se registraron durante el dominio rojo, habiendo huido de la
población momentos antes de ser esta liberada por las fuer-
zas de nuestro Glorioso Ejército; considerado como elemen-
to muy peligroso” 60.
Además de la cruel represión física que sufrieron por
haber pertenecido a algún partido del Frente Popular y haber
sido acusados de participar en cualquiera de las actuaciones
que se realizaron en defensa del sistema republicano, fueron
víctimas de lo que Feria Vázquez y Vázquez Lozano denomi-
nan “represión económica” y que se materializó con la expro-
piación de sus bienes inmuebles 61.
A Pelegrín le confiscaron todo lo que tenía en el bar que
poseía en La Plaza 62; no fue el único, pues a Antonio Alves
López, Matías Romero López, José Borrallo Borrallo y Joa-
quín Ruiz Carrasco también les incautaron sus propiedades 63.
En el caso particular de este último, su comercio fue saqueado
cuando entraron las tropas, la Falange se apropió de su domi-
cilio durante un tiempo y finalmente le confiscaron el local
donde después se construyó la Plaza de Abastos 64.
En cuanto a lo que les ocurrió a algunas de las personas
que se han nombrado en este artículo, su final fue el siguiente:
• Ramón González Colete (concejal): Aparece como fusila-
do el 20 de agosto de 1936 65, sin embargo, en posteriores
informaciones que ofrece el Ayuntamiento parece que huyó
cuando entraron las tropas 66.
• Manuel de la Noval Fernández (concejal): Fusilado el 25
de agosto de 1936 67.
• José Fernández Vázquez El de tabacalera (médico):
Fusilado el 28 de agosto de 1936 68.
• Antonio Martín Borrallo (concejal): Fusilado el 13 de
septiembre de 1936 69.
• Manuel Navarro Fernández (concejal): Fusilado en sep-
tiembre de 1936 70.
• Julián Vázquez González (concejal): Fusilado (sin fecha)71.
• Julián Macías Fernández (juez municipal): Fusilado en
septiembre de 1936 72.
• Santiago Carvajal Romero (romanero): Fusilado el 19 de
agosto de 1937 73.
• José Sánchez Sánchez Parranda: Fusilado el 19 de agos-
to de 1937 74.
• Daniel Gómez Menguiano: Fusilado el 18 de septiembre
de 1937 75.
• Manuel Fernández Moriña (concejal): Estuvo escondido
en su casa hasta que en 1938 decidió presentarse. El Con-
sejo de Guerra que lo juzgó ese año lo indultó por todas las
buenas acciones que demostró durante aquellos días 76.
• Joaquín Ruiz Carrasco (dueño de comercio): Deambuló
por los campos durante algún tiempo y después volvió a su
casa donde permaneció oculto hasta que se entregó en
1938. Fue encarcelado y finalmente liberado 77.
• Eloy Maya Vázquez (sobrino de Pelegrín): Fusilado el 7
de noviembre de 1939 78.
Cultura12
60 A.M.C., Correspondencia, legajo 147. Informes respecto a presos militares, 1937-1949.
61 FERIA VÁZQUEZ, P. J. y VÁZQUEZ LAZO, J.M.: op. cit., p. 117.
62 A.M.C., Correspondencia, legajo 147. Informes respecto a presos militares,1937-1949.
63 FERIA VÁZQUEZ, P. J. y VÁZQUEZ LAZO, J.M.: op. cit., pp. 128,129 y 130.
64 Entrevista a Carmen Ruiz Ramos. Cortegana, julio de 2013.
65 ESPINOSA MAESTRE, F.: La Guerra Civil en Huelva. Huelva, Diputación de Huelva, 4ª edición, 2005, p. 590. Esta información ha sido extraída por el
autor del Registro Civil del Juzgado de Paz de Cortegana.
66 A.M.C., Correspondencia, legajo 147. Informes respecto a presos militares,1937-1949.
67 ESPINOSA MAESTRE, F.: op. cit., p. 590.
68 Ibídem.
69 Ibídem. En la entrevista que mantuve con Clotilde Martín García me aclaró que el primer apellido de su abuelo era exactamente Martín de Miguel.
70 Así reza una de las placas del monumento a los fusilados que se encuentra en el Cementerio Municipal de Cortegana.
71 Entrevista a Carmen Mancera Ruiz. Cortegana, julio de 2013.
72 Entrevista a Isabel Castilla Macías. Cortegana, enero de 2013.
73 A.T.M.T.S.S., caja 34, legajo 405, Consejo de Guerra nº 457, 1937.
74 A.T.M.T.S.S., caja 34, legajo 407, Consejo de Guerra nº 458, 1937.
75 A.T.M.T.S.S., caja 22, legajo 331, Consejo de Guerra nº 371, 1937.
76 A.T.M.T.S.S., caja 59, legajo 662, Consejo de Guerra nº 982, 1938.
77 A.T.M.T.S.S., caja 56, legajo 623, Consejo de Guerra nº 1227, 1938.
78 A.T.M.T.S.S., caja 79, legajo 991, Consejo de Guerra nº 1394, 1939.
Entrada de las tropas nacionales en Cortegana el 20 de agosto de 1936.
Fotografía de Sebastián Martín Sacri.
DICIEMBRE 2015
13Cultura
• Antonio Alves López (alcalde): Huyó a Francia regresan-
do al final de la guerra. Fue juzgando por un Consejo de
Guerra que lo absolvió en 1939 79.
• Celestino Gómez Losada El Gafas (mecánico): Abando-
nó el pueblo como tantos otros. En 1939 el Consejo de Gue-
rra lo acusó de Auxilio a la Rebelión y fue encarcelado en
la Prisión Provincial de Huelva 80.
• Pablo Borrallo Martín (chófer): También huyó pero deci-
dió regresar y esconderse en su casa donde permaneció has-
ta 1939. En el juicio fue absuelto 81.
• Rafael López Vázquez El Emiliano (concejal): Llegó a
Madrid con Pelegrín y Manuel Gómez Acosta. En 1939 lo
condenaron a veinte años de reclusión temporal por el deli-
to de Rebelión Militar, pena después conmutada a ocho
años siendo liberado en 1947 82.
• Matías Romero Rodríguez (concejal): Abandonó el pue-
blo ante la inminente llegada de los nacionales. Fue juzga-
do en 1940, encarcelado y finalmente absuelto 83.
• Manuel Gómez Acosta (concejal): Buscó refugio en Fran-
cia. Regresó en 1941 y, aunque fue encarcelado, a finales de
ese año le concedieron la libertad 84.
• José Menguiano Forero Casino (concejal): Huyó y llegó
a Madrid. También estuvo en Francia hasta que regresó al
pueblo en los años cincuenta 85.
• Rufino Pelegrín Vázquez Galán (teniente de alcalde):
Llegó a Madrid junto a otros miembros de la corporación
municipal y al finalizar la guerra fue detenido y encarcela-
do en la prisión de aquella ciudad. Poco después, el juez
instructor de la plaza de Huelva pidió a la cárcel de Madrid
su traslado a Cortegana para ser juzgado por el Tribunal
Militar de la provincia; sin embargo, y desconociendo los
motivos, había sido puesto en libertad. En 1941, ignorando
su paradero y sospechando que podía haber cambiado de
identidad, el Consejo de Guerra lo declaró en rebeldía
pasando a estar en busca y captura 86.
Rufino Pelegrín Vázquez Galán tuvo que ser un perso-
naje conocido en Cortegana, no sólo por haber sido concejal y
teniente de alcalde del Frente Popular, por haber liderado el
Comité encargado de proteger el sistema republicano, sino
también porque, con anterioridad, había defendido sus ideales
oponiéndose a medidas como la clausura de la Agrupación
Socialista de Cortegana, ejecutada por el gobierno anterior de
derechas 87. A pesar de ello, resulta curioso cómo los cortega-
neses y corteganesas que vivieron y recuerdan el conflicto han
olvidado por completo quién fue Pelegrín.
79 A.T.M.T.S.S., caja 99, legajo 1300, Consejo de Guerra nº 2851, 1939.
80 A.T.M.T.S.S., caja 103, legajo 1369, Consejo de Guerra nº 2593, 1939.
81 A.T.M.T.S.S., caja 98, legajo 1279, Consejo de Guerra nº 9182, 1939.
82 A.T.M.T.S.S., caja 83, legajo 1063, Consejo de Guerra nº 2503, 1939.
83 A.T.M.T.S.S., caja 127, legajo 1741, Consejo de Guerra nº 3275, 1940.
84 A.T.M.T.S.S., caja 119, legajo 1619, Consejo de Guerra nº 2946, 1941. Tanto el concejal Manuel Gómez Acosta como Ramón González Colete aparecen
en el registro de defunciones como fusilados. Lo cierto es que ambos huyeron al entrar las tropas nacionales en el pueblo pero sus familiares, al no saber
nada de ellos, los dieron por muertos o desaparecidos.
85 Entrevista a José López, agosto de 2015.
86 A.T.M.T.S.S., caja 211, legajo 2596, Consejo de Guerra nº 9.160, 1939.
87 A.M.C., Sedes de Obreros de Cortegana, legajo 421. Disolución de la Agrupación Socialista de Cortegana y hojas "Al Pueblo de Cortegana", 1935.
H
El 13 de agosto
la columna de mineros
se dirigió al cuartel de la
Guardia Civil y Carabineros
para desarmarlos
Imagen panorámica de Cortegana
DICIEMBRE 2015
14 Cultura
Los anarquistas, el sexo y la moral:
Una aproximación a la sexualidad libertaria durante la Guerra Civil en Almería
Antonio Ramírez Navarro
I.E.S. La Puebla. Vícar (Almería)
diferencia de lo que
ocurrió con otras ideo-
logías del movimiento
obrero, la sexualidad
fue una preocupación
central entre los anar-
quistas. El intento de construir una nue-
va moral revolucionaria que superara la
mentalidad gazmoña del catolicismo lle-
vó a los ensayistas libertarios a plantear
toda una nueva serie de actitudes frente
a la sexualidad. Sin embargo y a pesar de
los proclamas sobre el amor libre -los
más 'avanzados' llegaron a definir el
matrimonio como una forma de prostitu-
ción burguesa-, la mentalidad tradicional
y un cierto puritanismo siguieron for-
mando parte de las concepciones liberta-
rias sobre el sexo. Los escritores y perio-
distas ácratas llevaron a la prensa temas
no muy habituales en la España de los
años treinta como la prostitución, la
masturbación o la homosexualidad y sus
propuestas, en numerosos casos, resulta-
ron contradictorias.
El doctor anarquista Félix Martí
Ibáñez llevó a cabo en 1935 una serie de
encuestas que le permitieron afirmar que
en España, afectada aún por una enorme
represión, se vivía la sexualidad entre
dos polos: el matrimonio y la prostitu-
ción. Los libertarios abogaron por que el
amor y las uniones libres sustituyeran a
las uniones contractuales características
de las sociedades burguesas. Para que se
produjese la anhelada transformación
social, era imprescindible que una nueva
moral sexual sustituyese a las conven-
ciones burguesas. 1
Durante la guerra, el debate sobre
la licitud de la prostitución adquirió una
especial importancia por sus implicacio-
nes en la marcha de los acontecimientos
bélicos. A comienzos de 1938, el diario
libertario Emancipación ponía de mani-
fiesto que, a pesar de las promesas de
redención social asociadas a la revolu-
ción, el número de prostitutas en Alme-
ría no había dejado de crecer. La ciudad
contaba, tal como describe Gerald Bre-
nan, con un barrio de burdeles situado
entre la Plaza Vieja y el cerro de San
Cristóbal. 2 El autor de la columna anó-
nima, aseguraba haber visto en la aveni-
da de la República la "caravana de
dolor" formada por las meretrices que
volvían del reconocimiento médico. A
falta de dinero, se permitía incluso que
los usuarios de la prostitución pagaran
con vales. El columnista se muestra
escandalizado por el hecho de que se
permita una actividad que contribuye a
difundir las enfermedades venéreas y
favorece el espionaje: "Combatientes
con venéreo (sic) son indignos de figurar
en nuestras trincheras". 3
En diciembre de 1936 la Delega-
ción de Orden Público y Presos, encabe-
zada por el anarquista Juan del Águila,
prohibía terminantemente la entrada a
las casas de prostitución a partir de las
siete de la tarde a toda persona ajena a
las mismas para evitar "la degeneración
que a nuestras juventudes proporciona
estos lugares (sic) y por exigirlo además
la moral revolucionaria". 4 Sin embargo
fueron las prostitutas, por su "desviación
sexual", las que cargaron con la culpa de
propagar las enfermedades venéreas
mientras que se eximía de toda respon-
sabilidad a sus clientes. 5
La revista quincenal del comisa-
riado de guerra de la 147 Brigada Mixta
¡Nervio! reconocía en su primer número
que "las bajas en nuestro Ejército han
sido más numerosas por las enfermeda-
des venéreas que por las balas de nues-
tros enemigos". 6 En Madrid, al estallar
la guerra, numerosas prostitutas acudie-
ron al frente de Somosierra haciéndose
pasar por milicianas, en busca de un
negocio que comenzaba a decaer en la
capital 7 y la fama de la relajación sexual
en las trincheras llegó a tal extremo que
la mujer del comandante comunista
Ledesma Carreño se empeñó en acom-
pañarlo al frente de Mecina Bombarón, a
pesar de no ser miliciana, "para evitar
que hiciera vida marital con otras muje-
res". 8 Sin embargo, la considerable
expansión de las enfermedades venéreas
seguramente estuvo más relacionada con
A
1 MASJUAN, Eduard. "Población y recursos naturales en el Anarquismo Ibérico: Una perspectiva ecológico-humna en el marco del socialismo de los pobres".
Ecología Política, nº 5. Barcelona, 1993, pp. 41-56.
2 BRENAN, Gerald. Al sur de Granada. (Véase el capítulo "Almería y sus burdeles"). Tusquets. Barcelona, 1997, pp. 237-260.
3 Emancipación, 2-1-1938.
4 ¡Adelante!, 30-12-1936.
5 MATTHEWS, James. Soldados a la fuerza. Reclutamiento obligatorio durante la guerra civil 1936-1939. Alianza. Madrid, 2012, pp. 204-205.
6 ¡Nervio!, 1-1-1938.
7 CAMPOAMOR, Clara. La revolución española vista por una republicana. Espuela de plata. Sevilla, 2011, p. 100.
8 Juzgado Togado Territorial (Jutoter) nº 23, sumaria 29.146/39.
DICIEMBRE 2015
15Cultura
el aumento de la prostitución en la reta-
guardia, motivada por la creciente
demanda de los soldados de permiso,
que con la actividad de las prostitutas en
los frentes.
En el mismo número de ¡Nervio!,
prueba de que el problema llegó a ser
casi una obsesión para las autoridades
militares, se daban una serie de consejos
a los soldados, algunos perogrullescos,
para que intentasen evitar el contagio.
Una visión pesimista que consideraba
los burdeles algo inevitable convivía,
pues, con la de los partidarios de supri-
mir radicalmente la prostitución: "En
primer lugar hay que echar mano al
prostíbulo el menor número de veces
posible. Cuanto menos se recurra a las
prostitutas, menos posibilidad hay de
que nos contagien. Al burdel hay que ir
solo en aquellos casos en que no nos sea
posible escapar por otro punto". El anó-
nimo columnista ofrece a los soldados
una alternativa en la que, poniéndose
como ejemplo, encuentra solo ventajas:
"Yo recurro a la masturbación antes que
al prostíbulo. Al menos así me prostitu-
yo solo. Y me evito tres cosas: gastar
dinero, ser contagiado y fomentar la
prostitución." En cualquier caso el obje-
tivo para los anarquistas ha de ser el de
rechazar "la cómoda satisfacción que da
el burdel" y "superarse y hacerse acree-
dor de las caricias sanas, plenas y ale-
gres de las mujeres decentes". 9
A pesar de esta apología del ona-
nismo, en un primer momento, los anar-
quistas se pronunciaron también contra
la masturbación en términos parecidos a
los que empleaba la Iglesia católica. Así,
en los años veinte, la revista Generación
Consciente, preocupada siempre por
temas relacionados con la salud y la
sexualidad, publicaba un artículo de
Caro Crespo en el que se asegura que
"una de las causas que originan y pro-
longan la degeneración de la especie
arrojando cada año un aumento conside-
rable sobre el año anterior de tuberculo-
sos, de tísicos, de degenerados y enfer-
mos de toda especie, son los llamados
vicios solitarios, en los cuales la juven-
tud siente el placer de los sentidos des-
viados, de las pasiones desenfrenadas,
incontenidas, despertadas en la más
escandalosa orgía de la más impúdica y
absurda moral". 10
En los años treinta el ideólogo
anarquista Isaac Puente, médico de pro-
fesión, consideró exagerados los peli-
gros de la masturbación y ya en 1935
Llauradó publicó en la prensa anarquista
una "rehabilitación del onanismo" en la
que se rechazaba el concepto de vicio
solitario y se consideraba la masturba-
ción una práctica normal y saludable. 11
Aunque con poco éxito, la propa-
ganda de guerra hizo todo lo posible
para evitar que los milicianos frecuenta-
ran los burdeles. Desde las páginas de
Fragua Social se conminaba al comba-
tiente: "Recuerda que tras las frágiles
caricias se esconden los gérmenes de
males sucios y dolorosos (...) lo mejor
sería que sublimaras el deseo fundiéndo-
lo en anhelos de esperanza y victoria". 12
No consta que la propuesta de la subli-
mación, extrañamente parecida a la dada
por la Iglesia católica, lograse los resul-
tados previstos.
Ya en 1919, la posteriormente
diputada comunista Margarita Nelken
denunciaba que en España, a diferencia
de lo que ocurría en países más avanza-
dos, no se hacía otra cosa para impedir la
prostitución que no fuese intentar recluir
a las prostitutas en conventos.13 Las
autoridades republicanas, antes del esta-
llido de la guerra, habían mostrado una
clara tendencia abolicionista. Se creó un
Patronato de Protección de la Mujer que
sustituyó al Patronato para la Represión
de la Trata de Blancas. Un decreto publi-
cado en junio de 1935 aseguraba que en
España no se reconocía la prostitución
como medio lícito de vida. Sin embargo
la contienda hizo que la prostitución
aumentara en los dos bandos.14
Los anarquistas se pronunciaron
desde sus medios informativos contra la
prostitución e intentaron aleccionar a sus
militantes para que no recurrieran a sus
servicios. Así, en un consultorio de una
revista libertaria de la época, podía leer-
se: "¿Un anarquista puede acudir a los
prostíbulos para satisfacer una necesidad
sexual?" "No -responde la Revista Blan-
ca-, el hombre que acude a las casas de
mala nota no puede ser anarquista".15 La
organización libertaria Mujeres Libres
realizó una activa campaña planteando la
prostitución como un problema de salud
que, a través de las enfermedades venére-
as, producía numerosas bajas entre los
soldados republicanos y también como
un mal social al que se veían abocadas
las mujeres por falta de recursos econó-
micos. La organización llegó a crear
unos liberatorios de la prostitución con
los que se intentaba regenerar a las muje-
res públicas.16 Eran una especie de asilos
en los que las mujeres que querían aban-
donar el oficio recibían ayuda y forma-
9 ¡Nervio!, 1-1-1938.
10 CLEMINSON, Richard. Anarquismo y sexualidad en España (1900-1939). Universidad de Cádiz, 2008, p. 140.
11 Ibídem, p. 147.
12 Fragua Social, 27-6-1937, citado en SAFÓN SUPERVÍA, Agustín y SIMEÓN RIERA, José Daniel. Valencia 1936-1937. Una ciudad en guerra. Ayun-
tamiento de Valencia, 1986, p. 86.
13 NELKEN, Margarita. La condición social de la mujer en España. CVS. Madrid, 2012, p. 127.
14 SÁNCHEZ, Pura. Individuas de dudosa moral. La represión de las mujeres en Andalucía (1936-1958). Crítica. Barcelona, 2009, pp. 76-77.
15 PANIAGUA FUENTES, Xabier. "Religión y anticlericalismo en el anarquismo español". Estudis d'Història Contemporània del País Valencià, nº 1. Valen-
cia, 1979, pp. 257-269.
16 Ruta, 28-1-1937.
H
Crear unos
liberatorios de
la prostitución
con los que se
intentaba
regenerar a
las mujeres
públicas
DICIEMBRE 2015
16 Cultura
ción pero la iniciativa, en líneas genera-
les, fue un fracaso.17 La prostitución,
lejos de disminuir durante la guerra, se
incrementó considerablemente.
Sin embargo no todas las enfer-
medades venéreas, que fueron definidas
en un cartel de la época como "el fascis-
mo de la naturaleza", eran achacables a
la prostitución. Durante los primeros
meses de la guerra, en el bando republi-
cano se vivió un debate sobre si las
mujeres debían incorporarse directa-
mente al frente o limitarse a realizar fun-
ciones de apoyo al Ejército desde la reta-
guardia. En un primer momento los
anarquistas apoyaron el papel activo de
la mujer en el combate, pero la prolifera-
ción de venéreas y la relajación en la
moral de guerra llevaron a que muchos
libertarios cambiaran de opinión y adop-
taran posiciones sexistas. Martí Ibáñez,
responsable de la legalización del aborto
en Cataluña en diciembre de 1936, abo-
gó por la retirada de las mujeres del fren-
te para que los hombres no malgastasen
sus energías en relaciones eróticas. La
propuesta de Martí pasaba por la casti-
dad y la disciplina sexual para potenciar
al máximo el esfuerzo bélico. 18
Los anarquistas se pronunciaron
también contra la pornografía y los
espectáculos subidos de tono que proli-
feraron durante el régimen republicano.
En su labor emancipatoria de mujeres y
jóvenes, el Ateneo Libertario tuvo una
actuación moralizante y así, en octubre
de 1933, dirigía una carta al Diario de
Almería, para que cesara el espectáculo
de varietés que se estaba representando
con carácter ambulante en el parque
Nicolás Salmerón y en el que, "cinco
desgraciadas mujeres" eran obligadas "a
ejecutar unos actos que traspasan todos
los límites de la obscenidad dando con
ello lugar a que los espectadores que
acuden a estos lugares caigan en las abe-
rraciones más repugnantes". 19 El Ateneo
Libertario se instaló en la iglesia de los
Franciscanos, donde el periodista Maria-
no Brisa, que firmaba sus artículos en
Emancipación con el pseudónimo de
'Gabay', pronunció conferencias de
"tema sexual". 20 Tras incautarse del
templo los libertarios instalaron una pis-
cina en la que según los franquistas,
siempre dados a imaginar todo tipo de
conductas desenfrenadas en el bando
republicano, niños y niñas se bañaban
"totalmente desnudos y al mismo tiempo
unas y otros". 21
Los anarquistas adoptaron tam-
bién posturas antinatalistas. Mariano
Brisa pronunció en el Ateneo libertario
una conferencia sobre maternidad cons-
ciente ante un nutrido auditorio en el que
abundaban las "féminas curiosas".
Gabay se quejó del alto número de
embarazos en unos momentos en los que
habría que evitar las fecundaciones ya
que los sobresaltos a los que se veían
sometidas las madres a causa de los
bombardeos afectaban a los fetos. El
redactor anarquista fue aún más lejos y
ante su auditorio explicó varios métodos
anticonceptivos "algunos tan sencillísi-
mos que están al alcance de cualquier
mujer". El conferenciante terminó su
intervención recordando a las jóvenes
presentes su "derecho a elegir" antes de
unirse sexualmente a un hombre. 22
Los libertarios intentaron susti-
tuir la moral tradicional en torno a las
relaciones sexuales por su concepto de
amor libre que, en los casos más extre-
mos, dejaba sin sentido el concepto de
adulterio. Desde las páginas de ¡Nervio!,
Mariano Gallardo rompía una lanza en
favor de la libertad de las mujeres para
tener relaciones con hombres que no
fueran sus parejas habituales: "Suponga-
mos que 'mi' mujer cohabita con otro
hombre. Este hecho ¿en qué puede dis-
minuir la integridad ética de 'mi' mujer?
Yo creo que en nada. ¿Qué diferencia
puede haber entre una cópula realizada
conmigo y otra cópula verificada con
otro? Si mi cópula es perfectamente
moral, lo mismo lo será la cópula del
otro. No puede haber un coito 'decente' y
un coito 'inmoral' por el hecho de ser
diferentes los órganos copuladores mas-
culinos". 23 Gallardo culpaba a las muje-
res, por su negativa a tener relaciones
prematrimoniales y extramaritales, de
que los hombres se vieran obligados a
recurrir a los lupanares. "Parece ser que
las mujeres no se prestan fácilmente a
las relaciones sexuales sin haber tenido
con el hombre un cierto tiempo de trato
amistoso o de idilios palabreros y senti-
mentalistas. Ese empalagoso e irritante
sentimentalismo femenino da por resul-
tado el tener el hombre que echar mano
a la prostitución para satisfacerse
17 GUEREÑA, Jean-Louis. La prostitución en la España contemporánea. Marcial Pons. Madrid, 2003, p. 408
18 NASH, Mary. Rojas. Las mujeres republicanas en la Guerra Civil. Taurus. Madrid, 2000, pp. 171-172.
19 Diario de Almería, 31-10-1933.
20 Emancipación, 30-1-1938.
21 Causa General, 1164, Exp. 7-168.
22 Emancipación, 1-2-1938.
23 ¡Nervio!, 1-3-1938.
DICIEMBRE 2015
17Cultura
sexualmente". En su opinión la virgini-
dad debía tratarse como "un delito
social, un atentado a la salud y a la tran-
quilidad de los hombres (...) esa virgini-
dad es la causa de que haya burdeles, de
que muchas jóvenes caigan en el cieno
de la prostitución, de que haya enferme-
dades sexuales, y de que los hombres se
embrutezcan en el prostíbulo, en el caba-
ret". 24 Eso sí, Brisa no especificó a par-
tir de qué edad la virginidad debería ser
considerada delito.
El concepto de amor libre no
abarcaba las relaciones sexuales entre
personas de un mismo sexo. El escritor
libertario Javier Serrano consideraba la
homosexualidad "una enfermedad repug-
nante" mientras que el médico naturista
Roberto Remartínez la veía como una
degeneración sexual. La literatura anar-
quista de la época está llena de ejemplos
en las que el señorito burgués es identifi-
cado con la perversión homosexual
mientras que el obrero es encarnación de
la sana virilidad heterosexual. 25 En el
mejor de los casos, los libertarios consi-
deraban la homosexualidad una patolo-
gía, lo que les llevó a oponerse a que se
adoptaran sanciones contra aquellos
invertidos que lo fuesen por su naturale-
za y no por vicio o esnobismo.
A pesar de su defensa del amor
libre, muchos anarquistas siguieron
optando por el matrimonio aunque, eso
sí, despojado de todas sus connotaciones
burguesas. El juez de instrucción de Sor-
bas Francisco Escribano contó a las auto-
ridades franquistas los numerosos pro-
blemas que tuvo con los milicianos que
acudían al registro civil para casarse. Per-
trechados con fusiles y bombas de mano,
se presentaban ante el alcalde para con-
traer matrimonio pero se negaban a cum-
plir las formalidades legales exigidas. 26
Las proclamas a favor del amor
libre convivían con una mentalidad puri-
tana heredada de una España tradicio-
nalmente católica. Especialmente curio-
so es el caso de Juan del Águila, líder de
la FAI en Almería y presidente del comi-
té de presos, responsable de la mayoría
de los crímenes que se cometieron
durante los primeros meses
de la guerra. En su declara-
ción ante las autoridades
franquistas asumió la res-
ponsabilidad directa en
400 asesinatos, cifra en la
que bien pudieron influir
los expeditivos métodos de
los interrogadores para
arrancar confesiones. A
propuesta de Francisco
Maroto, el comité regional
de la CNT, reunido en
Baza en abril de 1937, soli-
citó la expulsión de Juan
del Águila por inmoral, 27
pero no se basaba en los
asesinatos sino en que
vivía con su amante Fer-
nanda Mañas tras haber
abandonado a su esposa
Carmen Ibáñez.
Su hermano Fran-
cisco, uno de los principa-
les dirigentes anarquistas
almerienses, fusilado como
Juan al acabar la guerra,
protagonizó también un
'escándalo' a pesar de la nueva moral
revolucionaria. Abandonó a su novia
embarazada de catorce años para unirse
con otra mujer. Los franquistas, que ten-
dían a imaginar un bando republicano
con una moral sexual mucha más relaja-
da de la que tuvo en la realidad, asegura-
ron en el informe de la Falange que Fran-
cisco del Águila "no tenía reparos en la
violación de mujeres, considerando esto
como un caso de deportismo (sic)". 28
En general, la moral de los anar-
quistas vivió instalada en una contradic-
ción entre el hedonismo y la defensa de
los goces naturales que postulaban los
defensores del amor libre y un purita-
nismo de herencia cristiana que no se
privaba de recurrir a imágenes evangé-
licas para aleccionar a los creyentes en
el ideal. 29
Más pacatos que los anarquistas,
los comunistas se ocuparon mucho
menos de las cuestiones sexuales.
Seguían así el criterio de Lenin, que se
opuso a la liberación de la mujer y pos-
tuló un puritanismo revolucionario no
siempre acorde con su vida personal:
"No tengo ninguna confianza en la segu-
ridad y perseverancia en la lucha de las
mujeres, para las cuales la novela perso-
nal se mezcla con la política. Como tam-
poco en los hombres que corren detrás
de todas las faldas y se enamoran de
todas las mujeres. ¡No, no, eso no va con
la revolución!" 30
24 NASH, Mary. Mujer, familia y trabajo en España (1875-1936). Anthropos. Barcelona, 1983, pp. 275-276.
25 LORA MEDINA, Alejandro. "Consideraciones sobre el homosexualismo en el anarquismo español de los anos 30", en CASAS SÁNCHEZ, José Luis y
DURÁN ALCALÁ, Francisco (coord.). Republicanismo en España. Cultura, política e ideologías. Patronato Niceto Alcalá-Zamora y Torres. Priego de Cór-
doba, 2013.
26 Causa General, 1161, exp. 3-682.
27 AMORÓS, Miquel. Maroto, el héroe. Virus. Barcelona, 2011, p. 171.
28 Jutoter nº 23. Sumaria 137A/41.
29 ÁLVAREZ JUNCO, José. La ideología política del anarquismo español (1868-1910). Siglo XXI. Madrid, 1991, p. 132.
30 DUCRET, Diane. Las mujeres de los dictadores. Aguilar. Madrid, 2011, p. 106.
“FALLAMOS: Que debemos condenar y condenamos al pro-
cesado rebelde MIGUEL GRANADOS RUIZ, como autor de
un delito consumado de Masonería, con la concurrencia de
circunstancias agravantes de la responsabilidad criminal a la
pena, de TREINTA AÑOS de reclusión mayor, y accesorias de
interdicción civil durante el tiempo de condena y las inhabili-
taciones y separación para el ejercicio de cualquier cargo del
Estado, Corporaciones Públicas y Oficiales, Entidades Sub-
vencionadas y Empresas Concesionarias, Gerencias y Conse-
jos de Administración de Empresas Privadas, así como cargos
de confianza, mando y dirección de las mismas, separándole
definitivamente de los aludidos cargos”
Madrid, a treinta de enero de mil novecientos cuarenta y dos.1
sí concluía el sumario abierto por el Tribunal
Especial para la Represión de la Masonería y
el Comunismo contra Miguel Granados. No
será ésta la única condena que recayó sobre
Miguel Granados Ruiz. Según lo previsto en
el artículo octavo de la Ley de 1 de marzo de
1940 sobre Represión de la Masonería y del Comunismo, por
su condición de masón también se le abrió un procedimiento
para una imposición de sanción económica en base a la Ley de
Responsabilidades Políticas de 9 de febrero de 1939. En octu-
bre de 1945 el Tribunal de Responsabilidades Políticas aprobó
el embargo de parte de la que fue su vivienda en la ciudad de
Almería. Meses después el mismo tribunal declaró finalmente
el sobreseimiento del caso al no exceder sus bienes a la canti-
dad de 25.000 pesetas. 2
Miguel Granados Ruiz no tuvo que cumplir ni la pena
privativa de libertad ni la sanción económica a las que aludía-
mos anteriormente. Y no tuvo que hacerlo, porque pagó una
pena mucho más dura, cruel y prolongada como fue la del exi-
lio de por vida y la del olvido de los almerienses.
Con este breve trabajo centrado en la biografía de uno
de esos muchos republicanos casi anónimos, pretendemos
acercar al lector a la difícil situación a la que se vieron aboca-
dos al final de la Guerra Civil muchos de quienes durante años
lucharon por las libertades dentro de la legalidad Republicana.
A través de todo un cuerpo legal que incumplía las garantías
jurídicas mínimas exigibles en Derecho, las autoridades Fran-
quistas prolongaron su particular lucha por imponer su mode-
lo de Espala más allá de los campos de batalla.
El trabajo se complementa con el esbozo de una pro-
puesta didáctica destinada al alumnado de 2º de Bachillerato
en Historia de España. A través de diferentes fuentes históricas
los alumnos reconstruyen la trayectoria política del personaje
con la intención de hacerles reflexionar sobre la causalidad y
la empatía histórica necesaria.
El Sumario número 250-941 contra Miguel Granados Ruiz
En el Preámbulo de la Ley sobre la Represión de la
Masonería y el Comunismo de 1 de marzo de 1940, las autori-
dades franquistas dejan patente su beligerancia hacia lo que
consideraban grandes males de la Patria: “En la pérdida del
imperio colonial español, en la cruente guerra de la Indepen-
dencia, en las guerras civiles que asolaron a España durante el
pasado siglo, y en las perturbaciones que aceleraron la caída
de la Monarquía constitucional y minaron la etapa de la Dicta-
dura, así como en los numerosos crímenes de Estado, se descu-
Experiencias Didácticas18
A
Miguel Granados Ruiz: compromiso, represión y olvido.
Una propuesta didáctica
Pedro Martínez Gómez
I.E.S. Alborán (Almería)
1 Centro Documental de la Memoria Histórica, Expediente personal masónico y Sumario del Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el
Comunismo contra Miguel Granados Ruiz, Exp. 23, Leg. 21. Archivo General de la Administración, Expediente de Miguel Granados Ruiz en el Tribunal
de Responsabilidades Políticas (7) 39.0275/741
2 Ley de 1 de marzo de 1940 sobre la Represión de la Masonería y el Comunismo, en Boletín Oficial del Estado, 2 de marzo de 1940. Ley de Responsabili-
dades Políticas, en Boletín Oficial del Estado, 13 de febrero de 1939
DICIEMBRE 2015
19Experiencias Didácticas
bre siempre la acción conjunta de la masonería y de las fuerzas
anarquizantes movidas a su vez por ocultos resortes internacio-
nales”. En el artículo cuarto concretan el objeto de su actua-
ción: “Son masones todos los que han ingresado en la masone-
ría y no han sido expulsados o no se han dado de baja de la
misma o no han roto explícitamente toda relación con ella”.
El Preámbulo no deja duda sobre la culpabilidad histó-
rica de los males de España que el Franquismo otorga a la
Masonería. Por tanto, el panorama se dibujaba bastante gris
para toda una generación de políticos que habían estado liga-
dos por convencimiento o conveniencia a la Masonería, funda-
mentalmente durante la Dictadura de Primo de Rivera y a lo
largo de la Segunda República. 3
Adentrándonos en el proceso contra nuestro personaje,
la primera ilegalidad que se produce es el carácter retroactivo
de la ley. Miguel Granados forma parte de todo un amplísimo
grupo de personas que fueron encausados y juzgados por
actuaciones que en el momento de realizarse estaban dentro de
la legalidad de la Dictadura o la Segunda República. 4 Además,
son procesos que no cumplen con los requisitos de garantía
jurídica necesaria. Con una celeridad inusual la incoación de
su expediente comienza el 15 de noviembre de 1941 y se dic-
ta sentencia el 30 de enero de 1942. En ese periodo dio tiem-
po a realizar la denuncia, recopilar la información necesaria,
declararle en rebeldía, hacer la petición por el Ministerio Fis-
cal y dictar sentencia.
La composición de los tribunales evidencia también la
falta de imparcialidad exigible. Para juzgar a Miguel Granados
Ruiz se constituyó un Tribunal integrado por el general Sali-
quet como presidente y como vocales el Sr. Pradera y el gene-
ral Ricardo Rada Peral. No parece lo más apropiado que el pre-
sidente del Tribunal fuese un militar forzado al retiro por la
Reforma de Azaña y que participó activamente en la Guerra
Civil. Pero el caso más significativo es el del general Rada.
Durante la Dictadura de Primo de Rivera, el general Rada con
el empleo entonces de comandante, actuó como delegado
gubernativo en el partido judicial almeriense de Vera en los
primeros meses de 1924. Apenas unos meses atrás, en septiem-
bre de 1923, Miguel Granados había sido el único concejal del
Ayuntamiento de Almería que había mostrado públicamente su
disconformidad con el acuerdo municipal de felicitar a Alfon-
so XIII por su decisión de apoyar el golpe militar del general
Miguel Primo de Rivera. En 1931 Granados Ruiz fue elegido
Alcalde de Almería y Diputado a Cortes. Militante del Partido
Republicano Radical Socialista y más tarde de Izquierda
Republicana, tras las elecciones de febrero de 1936 fue nom-
brado Gobernador Civil de Badajoz. El general Rada, propie-
tario de una finca en la localidad almeriense de Fiñana, ade-
más de su cargo durante la dictadura primorriverista, en la
República militó en la Acción Popular almeriense y más tarde
en la Comunión Tradicionalista, siendo candidato a Cortes en
febrero de 1936. Los otrora adversarios políticos se veían de
nuevo las caras. No parece que entre juez y enjuiciado existie-
se la relación más deseada en aras de la imparcialidad precisa.
En el expediente comprobamos que en la Conceptua-
ción policial de Miguel Granados aparece: “Socialista y
Masón” y en su Grado de Peligrosidad es calificado como:
“Muy Peligroso”. Conviene que, aunque sea brevemente, rela-
temos algunos aspectos de su vida política a fin de determinar
la veracidad o inexactitud de estos calificativos. Efectivamen-
te, Miguel Granados se había iniciado en la masonería a través
de la logia Evolución nº 403 (GOE) en enero de 1921 con el
nombre simbólico de Pepe Jesús. En 1923 adquirió el grado de
maestre masón. Durante la dictadura primorriverista, Miguel
Granados, al igual que otros muchos republicanos, encontró el
refugio necesario para mantener su actividad y reflexión polí-
tica gracias a la permisividad de las autoridades. En esos años
encontramos a un Granados masón que participó en la Asam-
blea celebrada en Sevilla por la Gran Logia Simbólica Regio-
nal Mediodía de España o siendo uno de los fundadores de la
Logia Progreso nº 28 en Almería. Su actividad masónica al
igual que la del resto de masones españoles se vio interrumpi-
da en 1928 por el cambio de opinión de Primo de Rivera que
optó por suspender las logias. En 1930 retoma su actividad
masónica a través ahora de la Logia Actividad nº 24, pero
según consta en su expediente masónico, a finales de 1931
abandona la masonería por plancha de quite. A la vista de los
datos, efectivamente sí perteneció a la masonería, pero lo hizo
con el beneplácito de las autoridades gubernativas del momen-
to e incluso consta su baja. Retroactividad y revisión parcial de
su expediente masónico no otorgan ningún tipo de validez jurí-
dica a su proceso judicial.
El otro calificativo es el de “socialista”. Granados había
iniciado su trayectoria política al inicio de la década de los años
veinte presidiendo el Círculo Instructivo Benéfico Republicano
de Almería y siendo elegido concejal del Ayuntamiento de
Almería entre 1920 y 1923 como republicano. Son años de una
3 Para profundizar sobre la evolución de la Masonería, GÓMEZ MOLLEDA, María Dolores, La masonería en la crisis española del siglo XX, Madrid,
1986; y ÁLVAREZ REY, Leandro, “Republicanismo y masonería en Andalucía. Una aproximación” en MARTÍNEZ LÓPEZ, Fernando (Ed), Nicolás
Salmerón y el republicanismo parlamentario. Madrid, 2007, pp: 240-247. Una visión de conjunto sobre la Ley de Responsabilidades Políticas en ÁLVARO
DUEÑAS, Manuel, Por ministerio de la ley y voluntad del Caudillo. Jurisprudencia Especial de Responsabilidades Políticas (1939-19445), Madrid, 2006.
Un análisis completo sobre la actuación de estos tribunales en Andalucía en GÓMEZ OLIVER, Miguel y MARTÍNEZ SÁNCHEZ, Fernando (Coord), El
“botín” de guerra en Andalucía. Cultura represiva y víctimas de la Ley de Responsabilidades Políticas, Madrid, 2015
4 Para la trayectoria política de Miguel Granados Ruiz y Ricardo Rada Peral, MARTÍNEZ GÓMEZ, Pedro, La dictadura de Primo de Rivera en Almería.
Almería, 2008; QUIROSA-CHEYROUZE MUÑOZ, Rafael, Católicos, monárquicos y fascistas en Almería durante la Segunda República. Almería, 1998;
y ÁLVAREY REY, Leandro, Los Diputados por Andalucía de la Segunda República: 1931-1939. Diccionario biográfico, Sevilla, 2009
H
Socialista
y Masón
DICIEMBRE 2015
20 Experiencias Didácticas
intensa labor para contrarrestar la actuación de unos ayunta-
mientos controlados por los partidos del turno y en los que Gra-
nados Ruiz se erige en portavoz de los obreros almerienses que
se veían abocados a la emigración ante la falta de trabajo o que
protagonizaban la huelga minera en la cuenca de Serón. Denun-
cias por las irregularidades en las contrataciones municipales o
la defensa de la secularización de las instituciones ejempli-
fican su actuación. Tras la visita
de Alfonso XIII a Almería en
1922, Granados no dudó en mani-
festar en un pleno municipal: “que
no vuelva, que la ciudad no está
para estos gastos”. En plena Dic-
tadura presidió el comité de la
Alianza Republicana almeriense.
Tras la caída de la Dictadura retomó
su acta de concejal a la vez que fue
uno de los impulsores del Partido
Republicano Radical Socialista en
Almería. Seguidor de la línea políti-
ca de Marcelino Domingo terminó
integrándose en las filas de la
Izquierda Republicana de Manuel
Azaña. Su notoriedad política le valió
para ser elegido primer Alcalde repu-
blicano de Almería en 1931, Diputado
a Cortes en 1931 y Gobernador Civil
de Badajoz en 1936. Evidentemente,
son cargos para los que fue “elegido”
con la misma legitimación que los polí-
ticos de posiciones más conservadoras
que desempeñaron cargos similares en
el periodo republicano.
Pero si su presencia en la maso-
nería y su actividad política se adecua a
la legalidad del momento, tal vez el cali-
ficativo de “Muy Peligroso” habría que buscarlo en su actua-
ción al ocupar cargos políticos. Ya hemos dado cuenta de su
labor como concejal en defensa de
los intereses de los obreros, el res-
peto a los procedimientos adminis-
trativos y de la República. Iniciati-
vas que en su momento no le supu-
sieron ningún tipo de recriminación
gubernativa. En los primeros
momentos de la Dictadura de Pri-
mo de Rivera, sí tenemos constan-
cia de un destierro en Granada que
responde más a una labor preventi-
va, ya que son años de calma en la
provincia. Tal es la normalidad de
estos años, que Miguel Granados
participó en 1926 en la celebración
del aniversario de la Primera Repú-
blica y la erección de la estatura en
honor a Nicolás Salmerón en su
pueblo natal de Alhama. Como
Diputado fue elegido Secretario de
la Mesa del Congreso. Sus intervenciones parlamentarias se
limitan a sumarse a las iniciativas de otros Diputados alme-
rienses reclamando inversiones públicas que paliasen la falta
de agua para riegos. En febrero de 1932 se unió, a través de
una enmienda, al proyecto de Ley sobre el Régimen del Patri-
monio de la Corona solicitando que los edificios y vías públi-
cas de La Granja (Segovia)
pasasen a usufructo del pueblo.
Como Gobernador de Badajoz
tuvo que hacer frente a la ocu-
pación de fincas por los sindi-
catos en la primavera y el vera-
no de 1936, y a la sublevación
militar en julio con la deten-
ción de falangistas y revolu-
cionarios de izquierda. Ante
el avance de las tropas del
teniente coronel Yagüe y días
antes de la toma de Badajoz,
Miguel Granados huyó a
Portugal. Días después, un
grupo de falangistas penetró
en Portugal con la intención
de secuestrarlo y llevarlo de
nuevo a España para juz-
garlo por haber encarcelado
al Jefe provincial de Falan-
ge. Gracias a la actuación
del Gobernador de Elvas
pudo salvar su vida.
En su expediente
no consta ningún hecho
que venga a dar sentido al
calificativo de “Muy
Peligroso” y en nuestro
relato tampoco encontramos evidencia alguna al respecto.
¿Por qué entonces esa calificación? Es una pregunta a la que
no encontramos respuesta más allá del simple hecho de haber
R. Hespérides nº 17 (2015)
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R. Hespérides nº 17 (2015)

  • 1.
  • 2. HESPÉRIDES 2015 “Patena de Cristo en Majestad" (Vidrio del siglo IV. Cástulo, Linares-Jaén) Fotografía: Proyecto Forum MMX Dibujo: Francisco Arias. EDITA: ASOCIACIÓN DE PROFESORES DE GEOGRAFÍA E HISTORIA DE BACHILLERATO DE ANDALUCÍA «HESPÉRIDES» I.E.S. San Blas Plaza de Doña Elvira Embid, s/n 21200 ARACENA (Huelva) JUNTA DIRECTIVA DE HESPÉRIDES Presidente: José Virgilio Sánchez Sánchez (jvss45@gmail.com) Vicepresidente: Javier Lazo Vélez Secretario-Tesorero: Jesús Martín COMITÉ CIENTÍFICO Francisco Andújar Castillo, Catedrático de Hª Moderna de la Universidad de Almería Juan Manuel Serón Muñoz, Profesor Titular de Ciencias de la Educación de la Univ.de Cádiz José Manuel De Bernardo Ares, Catedrático de Hª Moderna de la Universidad de Córdoba Antonio Luis Cortés Peña, Profesor Titular de Hª Moderna de la Universidad de Granada Luis Garrido González, Profesor Titular de Hª Económica de la Universidad de Jaén Marion Reder Gadow, Profesora Titular de Hª Moderna y Contemp. de la Univ. de Málaga Julio Ponce Alberca, Profesor Titular de Hª Contemporánea de la Universidad de Sevilla Dirección Revista: Pedro Martínez Gómez (pedromar185@hotmail.com) Diseño Revista: David Rodríguez Rivas Imprime: ISSN: 1576/9194 Depósito Legal: CA - 517/96 www.asociacionhesperidesandalucia.es correo@asociacionhesperidesandalucia.es
  • 3. DICIEMBRE 2015 on cierto retraso, pero con la misma ilusión de siempre La Revista de Hespérides ve de nuevo la luz. Con la edición del número 17 de nues- tra revista, el proyecto colectivo de Hespérides sigue plenamente vigente y no sucumbe al desánimo a pesar del paso del tiempo y las dificultades profesionales con las que nos tenemos que enfren- tar a diario. Las reformas y contrarreformas educativas, las con- gelaciones salariales, el aumento de ratio y horas lectivas no minan el entusiasmo de quienes componemos Hespérides y damos forma y contenido a sus actividades. Volvemos para convertirnos, una vez más, en una herramienta de comunica- ción donde compartir investigaciones y experiencias didácticas. En nuestro recorrido por el rico y variado patrimonio histórico-artístico andaluz, en esta ocasión, traemos a nuestra portada la imagen de la “Patena de Cristo en Majestad” acom- pañada de una recreación sobre un llamativo fondo, procedente del yacimiento de Cástulo en la localidad jienense de Linares. La Revista de Hespérides está atenta a diferentes cues- tiones sociales que tengan repercusión en nuestras aulas de Educación Secundaria. La problemática suscitada por la Ley de Memoria Histórica genera distintas interpretaciones de las que en ocasiones nuestro alumnado se hace eco. Hemos que- rido que sea el Director General de la Memoria Democrática de la Junta de Andalucía, Javier Giráldez, quien nos acerque a la situación en la que se encuentra la cuestión desde el punto de vista de la Administración. Con la Guerra Civil como temática, recogemos tres artículos complementarios entre sí. Comenzamos con un rela- to pormenorizado del desarrollo de la Guerra Civil en el muni- cipio onubense de Cortegana y las trágicas consecuencias para algunos de sus protagonistas. Continuamos con un sugerente artículo que nos acerca a la actitud que los anarquistas mostra- ron hacia la prostitución en plena Guerra Civil. Concluimos el apartado de la guerra con una propuesta de trabajo a través de fuentes primarias de fácil acceso, con las que el autor pretende desarrollar el pensamiento crítico entre el alumnado. Las propuestas didácticas van tomando forma y conti- nuidad en nuestra revista. La presencia de Santa Teresa de Jesús en Sevilla o la celebración del Milenio de Almería cons- tituyen dos instrumentos para motivar y aportar nuevas ideas al profesorado. Las reseñas de los congresos que Hespérides celebró en 2015 ponen de manifiesto una vez más, la inquietud de nuestra asociación por el perfeccionamiento del profesorado. Desde una realidad candente como es la cuestión nacionalista a una profundización en la Historia del Arte son temas que centran nuestra labor como asociación. Esperamos que los contenidos sean del agrado de nuestros lectores, a la vez que invitamos a todos nuestros aso- ciados y asociadas a participar en próximos números. EN ESTE NÚMERO 28 18 2 5 ENTREVISTA • Francisco Javier Giráldez Díaz CULTURA • ¿Quién fue Pelegrín? La defensa de cortegana ante la llegada de los nacionales • Los anarquistas, el sexo y la moral: Una aproximación a la sexualidad libertaria durante la Guerra Civil en Almería EXPERIENCIAS DIDÁCTICAS • Miguel Granados Ruiz: Compromiso, represión y olvido • Teresa de Jesús en Sevilla • El Milenio del Reino de Almería CONGRESOS • Los nacionalismos en la enseñanza de la Historia en Educación Secundaria • XXIII Jornadas de Perfeccionamiento. Andalucía y América en el Barroco NOTICIAS HESPERIDIANAS • “Cervantes y Andalucía. Comisario al Servicio de Su Majestad” C Editorial 1 31 Pedro Martínez Gómez Diciembre de 2015
  • 4. — Todos conocemos la Ley de Memo- ria Histórica aprobada por el Gobier- no Socialista de Zapatero en 2007 y la controversia entre partidarios y detractores. Posteriormente el Gobier- no Popular dejó sin partida presupues- taria a la Ley. Recientemente la Junta de Andalucía aprobó el Anteproyecto de Ley de Memoria Democrática de Andalucía, ¿en qué situación se encuentra esta iniciativa y cuáles son sus elementos fundamentales? — El Proyecto de Ley de Memoria Democrática fue aprobado por el Conse- jo de Gobierno de la Junta de Andalucía el pasado día 12 de octubre de 2015. A partir de este momento es remitido al Parlamento donde comenzará su trami- tación con un doble objetivo: la mejora del texto con la aportaciones de los gru- pos parlamentarios y obtener el máximo consenso posible. En relación con los elementos funda- mentales de este proyecto de ley lo pri- mero que hay que señalar es que se sus- tenta en una experiencia de 15 años de políticas de memoria en nuestra Comu- nidad Autónoma. Se trata, por tanto, de la culminación de proceso que nace en el año 2001 con el Decreto de indemniza- ciones a expresos/as políticos y que ha tenido normas tan determinantes como la creación del Comisariado del Memo- ria Histórica en 2005; el Decreto de indemnizaciones a mujeres vejadas por el franquismo en 2010 o el Decreto de lugares de memoria de año 2011. En cualquier caso, este proyecto de ley va más allá de la Ley de Memoria His- tórica de 2007 y está en consonancia con las recomendaciones del Grupo de Trabajo sobre Desapariciones forzadas de Naciones Unidas, abordando asuntos como la simbología franquista, los luga- res de memoria, el ámbito documental y, por supuesto, las fosas comunes. — ¿Por qué el calificativo de Memoria Democrática? — Se trata de reconocer la lucha del pueblo andaluz en favor de las liberta- des y por eso el proyecto de ley se pre- senta con vocación de consenso como decíamos antes, con la finalidad de que no sea solamente una ley para las vícti- mas y sus familiares sino una ley para el conjunto de la sociedad andaluza. Pero, sobre todo, se trata de poner de mani- fiesto que tenemos un pasado trágico que hay que asumir y que hay temas pendientes como la reparación efectiva de las víctimas que deben abordarse de inmediato para hacer más sólido nuestro estado de derecho. Así lo ha puesto de manifiesto Naciones Unidas en diferen- tes informes y recomendaciones y cree- mos que desde Andalucía es convenien- te aplicar esas recomendaciones. — La Junta de Andalucía ha apostado por desarrollar la Ley de Memoria Histórica como indicábamos anterior- mente. ¿A través de qué Consejería lo hace y qué importancia se le concede dentro del organigrama de la misma? — La Ley de Memoria Democrática de Andalucía será desarrollada por la Con- sejería de Cultura, donde residen actual- mente las competencias de Memoria Democrática. La memoria forma parte de la cultura democrática, y sin lugar a dudas, esta es una de las líneas de actua- ción de la Consejería, lo que indica la importancia de esta dirección general en el organigrama de Cultura. Aunque, evi- dentemente, somos conscientes de la transversalidad de esta norma en relación con aspectos tan determinantes como son la educación, la sanidad, la justicia... y en este sentido trabajamos en cooperación con otros departamentos de la Junta. — Hay voces que muestran su recha- zo a que instituciones públicas se ocu- pen de este tema y que incluso lleguen a colaborar con dinero público, ¿qué le diría a quienes piensan así? — Afortunadamente cada vez hay menos sectores políticos y sociales que están en contra de las políticas de repa- ración de las víctimas. A los que aún se oponen a cualquier tipo de iniciativa en este sentido les pediría un esfuerzo de empatía con miles de personas que lle- van ochenta años la reparación, la digni- 2 Entrevista Francisco Javier Giráldez Díaz Director General de Memoria Democrática de la Junta de Andalucía Pedro Martínez Gómez I.E.S. Alborán. Almería rancisco Javier Giráldez Díaz es natural de Montellano (Sevilla), donde nació en 1976. Doctor en Historia por la Universidad de Sevilla, entre 2009 y 2012 ha desarrollado su labor en el Comisariado de la Memoria Histórica de la Junta de Andalucía como asesor y coordinador de proyec- tos e investigaciones. Ha sido también profesor asociado en la Universidad de Huelva (2005) y miembro del Grupo de Investigación Sur-Clío de la Universidad de Almería. Ha colaborado en la edición de diversas obras y publicaciones como ‘Lugares de Memoria. Golpe militar, represión y resistencia en Sevilla’ (2014) o ‘La Memoria de todos. Las heridas del pasa- do se curan con más verdad’ (2014) F
  • 5. DICIEMBRE 2015 3Entrevista ficación de los espacios de memoria y dar sepultura a las víctimas de una gue- rra y una represión que dejó a España sumida en una dictadura que duró dema- siado. Por ejemplo, un tema a destacar es que en todas las exhumaciones que hemos participado lo que nos encontra- mos son personas respetuosas y agrade- cidas con la ansiedad lógica de recuperar lo antes posible los restos de sus familia- res para darles sepultura. Creemos que, ahora que podemos disfru- tar de una democracia consolidada y que no tenemos ninguna excusa, es urgente dar solución a este tema. En resumen, tenemos la obligación de trasladar al conjunto de la sociedad que la reparación y las garantías de no repetición no deben ser asuntos de política partidista, sino de principios y derechos generales que con- ciernen a todos la ciudadanía. — ¿En qué consiste el Proyecto Todos los Nombres? — Se trata de un proyecto de gran inte- rés que desarrolla desde hace 10 años el Grupo para la Recuperación de la Memoria Social de la CGT junto con la Asociación para la recuperación de la memoria y justicia de Andalucía, en colaboración con investigadores y fami- liares de víctimas. Sin duda es una referencia para todos los interesados en el estudio de la represión franquista enAndalucía así como para los familiares de las víctimas ya que contie- ne una base de datos consultable con más de ochenta mil nombres de desaparecidos además de referencias documentales, publicaciones, noticias, eventos... En dicho proyecto han participado investiga- dores de la talla de Francisco Espinosa Maestre, José María García Márquez, Fernando Romero, José Luis Gutiérrez Molina, Ángel del Río, Arcángel Bed- mar... además de cientos de historiadores, investigadores, responsables de entidades memorialistas y familiares de víctimas. — ¿Y los Lugares de Memoria Histó- rica y las Fosas Comunes? — En relación con los Lugares de Memoria Histórica de Andalucía hay que decir que disponemos de 50 lugares declarados como tales por el Consejo de Gobierno en base al Decreto 264/2011, de 2 de agosto. En este sentido, la identificación de estos lugares -escenarios de los aconte- cimientos acaecidos durante la guerra civil y la posguerra, como revitalizado- res de la memoria democrática, e incen- tivadores de nuestra identidad cultural- constituyen una magnífica vía para este cumplimiento, así como una inmejora- ble forma de poner en valor nuestra herencia democrática. De la misma forma la señalización de un espacio como Lugar de Memoria Histó- rica de Andalucía supone otra magnífica oportunidad de revitalizar el papel de esos “soportes de la Memoria” que repre- sentan familiares, colectivos memorialis- tas, asociaciones de diversa índole y administraciones locales, de nuevo fun- damentales para el mejor conocimiento de nuestro pasado. En lo que respecta a las fosas comunes, sin ninguna duda, su localización y exhu- mación constituyen el mejor ejemplo de la esencia de la Consejería de Cultura en relación a su objetivo de atención a las víctimas de la represión franquista, así como a la manifestación más gráfica de los valores de verdad y de reparación. Abrir una fosa es cerrar una herida, por primera vez limpia, por cada uno de los familiares de las víctimas que en ella se encuentran, y la posibilidad de que éstos puedan recuperar los restos de sus seres queridos para poder ofrecerles sepultura digna, constituyen desde luego la razón de ser y la mayor satisfacción en nuestra labor como institución implicada, invo- lucrada y sensible con la memoria. Y es que ellos son, fundamentalmente, los promotores que hacen posible iniciar actuaciones en fosas, bien de forma par- ticular o amparados en asociaciones memorialistas, y desde luego con la inestimable colaboración de los ayunta- mientos, útiles interlocutores de las par- tes implicadas. Las actuaciones en fosas comprenden desde los estudios preliminares de com- pilación de información e investigación, indagación, localización y delimitación de la fosa, exhumación, individualiza- ción y estudio antropológico de los cuer- pos, así como, en los casos en que sea posible, realizar pruebas que permitan vincular genéticamente a las víctimas con los familiares que las reclaman. Pre- cisamente por esto mismo intentamos priorizar aquellas intervenciones en fosas con víctimas que cuentan con familiares vivos, fundamentalmente hijos e hijas. — Para desarrollar toda esta labor, ¿con qué instituciones viene colaboran- do la Administración Andaluza: uni- versidades, colectivos sociales, investi- gadores, otras administraciones…? — Las políticas de memoria deben basarse en dos principios claros: la cola- boración y el rigor. En este sentido, todos los proyectos que estamos des- arrollando se llevan a cabo en colabora- ción con diferentes instituciones, admi- nistraciones públicas, entidades memo- rialistas y familiares. Pongamos como ejemplo las fosas comunes. En estas intervenciones los familiares son el principio y el fin de todo el proceso y en torno a ellos se arti- culan los trabajos en fosas. Por tanto, son claves: los familiares y entidades memorialistas que solicitan las actuacio- nes en base a las cuales comenzamos los procedimientos; los equipos técnicos multidisciplinares (historiadores, arqueólogos y antropólogos forenses); los ayuntamientos a la hora de conceder las autorizaciones, prestar apoyo logísti- co o ceder instalaciones para los estu- dios antropológicos, y otras administra- ciones, como las diputaciones, que ha apoyado económicamente muchos pro- yectos en Andalucía. Asimismo, son muy importantes los proyectos de investigación desarrolla- H Abrir una fosa es cerrar una herida
  • 6. DICIEMBRE 2015 4 Entrevista dos por las Universidades Públicas andaluzas para conocer aspectos rele- vantes de la guerra civil y de la repre- sión que hasta este momento habían sido poco estudiados por la historiogra- fía. Las investigaciones coordinadas por el catedrático de la universidad de Almería Fernando Martínez López en relación a los Tribunales de Responsabi- lidades Políticas y las incautaciones de bienes, la investigación del exilio anda- luz o el estudio de los Tribunales para la Represión de la Masonería y el Comu- nismo, son magníficos ejemplos. En todos ellos han participado más de 40 investigadores e investigadoras de nue- ve universidades públicas andaluzas con apoyo de la Junta de Andalucía. — Como sabe, Hespérides es una aso- ciación de profesores y profesoras de Geografía e Historia por lo que esta- mos estrechamente ligados al mundo de la Enseñanza Secundaria. ¿Han diseñado o tienen planificado de algu- na manera llevar este proyecto hasta las aulas de los institutos? — Será el desarrollo de la Ley el que arbitrará los procedimientos para la incor- poración de los contenidos relacionados con este tema en la enseñanza andaluza. Lo que es seguro que estos contenidos serán desarrollados por un profesorado especializado en colaboración con las universidades públicas andaluzas. — Además de las actividades que hemos comentado, ¿qué otro tipo de actividades o iniciativas han puesto en marcha? — Muy diversas, desde la organización y colaboración en exposiciones, jorna- das y publicaciones especializadas; ayu- das para la creación e instalación de monumentos de dignificación y recuer- do a las víctimas; o la colaboración con la Universidad de Granada en la elabora- ción de un Banco de ADN. — Ya conocemos la opinión del Gobierno Central sobre todo lo rela- cionado con la Memoria Histórica. Pero, ¿cuál es la situación en el resto de Comunidades Autónomas goberna- das por diferentes partidos? — La situación es muy desigual a día de hoy en España. Nos consta que se está trabajando en el País Vasco, Asturias, Cataluña o Navarra desde hace varios años y en los últimos meses hemos podi- do comprobar el interés de otras Comu- nidades Autónomas en desarrollar actua- ciones relacionadas con la recuperación de la memoria democrática. En cualquier caso, lo que está claro en nuestra opinión es que el desarrollo efectivo de políticas de memoria, de ini- ciativas de reparación a las víctimas de la guerra civil y el franquismo no se pue- de llevar a cabo desde una sola adminis- tración. Es imprescindible la colabora- ción de las administraciones públicas y de la cooperación de éstas con las enti- dades y los familiares. Necesitamos el compromiso de las Comunidades Autó- nomas, de ayuntamientos y de diputacio- nes para trabajar con más eficacia. En Andalucía lo estamos consiguiendo y este hecho está facilitando y acelerando muchas actuaciones. En cualquier caso, creemos que son las políticas de estado las que darían al pro- ceso de recuperación de la memoria democrática un verdadero impulso que igualaría a toda la ciudadanía española. — Para terminar y pensando en los detractores de este proyecto, ¿por qué es necesaria la Memoria Democrática en Andalucía? — Si no somos capaces de comprender la dimensión de la represión ejercida sobre las víctimas de la guerra civil y del franquismo, de entender el derecho de cada persona a enterrar dignamente a sus muertos o de asumir que la recuperación de la memoria y la reparación de las víc- timas son fundamentales para garantizar la no repetición, estamos abocados a que estos hechos puedan repetirse. En este sentido, me gustaría finalizar esta entrevista recordando, en primer lugar el pronunciamiento del Tribunal Supremo que en su auto de marzo de 2012 indica- ba lo siguiente: “si hay algo inobjetable desde cualquier punto de vista -por imperativo del respeto debido a la digni- dad de todas las personas (Art. 10,1º de la Constitución), y hasta por razones de policía sanitaria mortuoria- es que los restos de quienes hubieran sufrido muer- tes violentas no pueden permanecer en el anonimato ni fuera de los lugares pro- pios de enterramiento. Y tampoco cabe imponer a sus familiares el gravamen representado por tal clase de situacio- nes, moral y jurídicamente insostenible” En segundo lugar, el de la Convención Internacional para la protección de todas las personas contra las desapari- ciones forzadas de Naciones Unidas (ratificada por el Jefe del Estado de nuestro país el 14 de julio de 2009) que dispone en su artículo 24: “cada víctima tiene el derecho de conocer la verdad sobre las circunstancias de la desapari- ción forzada, la evolución y resultados de la investigación y la suerte de la per- sona desaparecida”. Y por último, no podemos olvidar el mensaje del Secretario General de Naciones Unidas Ban Ki Moon en 2014, coincidiendo con el ‘Día Internacional contra las Desapariciones Forzadas’, donde insistió en que “los Estados deben informar plenamente sobre el paradero de las personas que han des- aparecido. Y deben aplicar de manera efectiva el derecho a la verdad, la justi- cia y la reparación a todas las víctimas y sus familiares. Las desapariciones for- zadas constituyen una práctica que no puede tolerarse en el siglo XXI”. En resumen, obligaciones y deberes que debemos cumplir como país para como decía antes reparar a las víctimas y for- talecer nuestra democracia. H Las desapa- riciones forzadas constituyen una práctica que no puede tolerarse en el siglo XXI
  • 7. 5Cultura ada la complejidad de abarcar un tema tan controvertido de nuestra historia, habría que aclarar que este artículo sólo pretende narrar unos hechos que tuvieron lugar en el munici- pio onubense de Cortegana durante los días transcurridos desde el estallido de la Guerra Civil, el 18 de julio en la Península, y el día de la toma del pue- blo por los nacionales, el 20 de agosto de 1936. Los aconteci- mientos que se van a explicar a continuación deben entender- se dentro del contexto de la guerra, por lo que la mayor parte de las actuaciones llevadas a cabo por el Ayuntamiento del Frente Popular de Cortegana fueron ordenadas directamente por las autoridades superiores. Y, por supuesto, en nada justi- fica la masacre que la derecha llevó a cabo en esta localidad de la Sierra de Huelva. La tensión acumulada años atrás entre la izquierda y la derecha se intensificó durante el periodo republicano dejando seriamente dañadas las relaciones entre ambas ideo- logías. Heridas que quedaron abiertas y que generaron un odio irreversible entre las personas de una y otra tendencia política. La segunda experiencia republicana no pudo funcio- nar por ese odio enquistado que culminó con el estallido de la Guerra Civil. Tras las elecciones de febrero de 1936, como ocurrió en la mayor parte de España, en Cortegana se estableció un gobierno del Frente Popular. Era el triunfo de la unión de los distintos partidos de izquierdas que se habían coaligado para derrotar a la derecha en las elecciones. El nuevo Ayuntamien- to estaba representado por el alcalde Antonio Alves López y trece concejales: Rufino Pelegrín Vázquez Galán, Gregorio Romero Vázquez, Rafael López Vázquez, Julián Vázquez González, Manuel Navarro Fernández, Manuel Fernández Moriña, Matías Romero Rodríguez, Manuel de la Noval Fer- nández, Antonio Martín Borrallo, Manuel Gómez Acosta, José Borrallo Menguiano, José Menguiano Forero y Ramón González Colete 1. Rufino Pelegrín Vázquez Galán, o simplemente Pele- grín, como lo conocían todos, era, además de responsable de la Comisión de Obras Públicas, el primer teniente de alcalde 2. Este corteganés contaba entonces con 44 años, estaba casado, aunque pronto enviudaría, y trabajaba como capataz de carre- teras 3. Fiel a una república de izquierdas, no dudó en ponerse al frente del Cabildo y liderar el Comité Circunstancial 4 crea- do en Cortegana, convirtiéndose en el gran protagonista de los acontecimientos ocurridos durante aquel primer mes de gue- rra. Así, mientras el alcalde Antonio Alves y el resto de conce- jales se mantuvieron prácticamente al margen de los actos que se llevaron a cabo durante esos días, él encabezó la defensa del pueblo en contra del Movimiento Nacional haciendo cumplir las órdenes que le llegaban del gobernador civil de la provin- cia primero, y del delegado de este después. El 17 de julio Franco iniciaba el golpe de estado desde Canarias y el 18 se alzaban los nacionales en la Península. A partir de ese día los pueblos de Huelva fieles a la República comenzaron a preparar la resistencia. Desde el inicio de la Guerra Civil hasta la entrada de las tropas franquistas en Cor- tegana, la derecha utilizó el calificativo de “días rojos” para designar las actuaciones llevadas a cabo por la izquierda. Fue- ron momentos difíciles que pagarían caro sus protagonistas cuando los nacionales “liberaron al pueblo” de aquellos “32 días de pesadilla comunista”, frase con la que los afines al Movimiento bautizaron los acontecimientos que tuvieron lugar entre el 18 julio y el 20 de agosto de 1936 5. ¿Quién fue Pelegrín? La defensa de cortegana ante la llegada de los nacionales Mª Teresa Menguiano Romero D 1 Archivo Municipal de Cortegana (a partir de ahora A.M.C.), Actas Capitulares, legajo 19, 22 y 23 de febrero de 1936. 2 A.M.C., Actas Capitulares, legajo 19, 23 de febrero de 1936. Al sustituir a Alves en sus funciones los vecinos se referían a él como “el alcalde Pelegrín”. 3 A.M.C., Correspondencia, legajo 147. Informes respecto a presos militares, 1937-1949. 4 El Comité Circunstancial, denominado por la derecha sublevada “Comité Revolucionario”, se creó para mantener el orden en los pueblos. En FERIA VÁZ- QUEZ, P.J. y VÁZQUEZ LAZO, J.M.: “Los expedientes de incautación de bienes. El caso del Partido Judicial de Aracena (Huelva, 1936-1937)”, HAOL, nº 18, 2009, p. 130. 5 De los expedientes de los procesados por los Consejos de Guerra se extraen los calificativos “rojos”, “marxistas” o “comunistas” para designar, de un modo general, a los defensores de una república de izquierda, pues para el bando nacional los partidos que formaban parte del Frente Popular eran todos identifi- cados con la ideología comunista o marxista (o “rojos”, por el color de su bandera) aunque formando parte del Frente Popular se hallaban partidos tan diversos como Izquierda Republicana, Unión Republicana, el Partido Socialista Obrero Español entre otros, y, por supuesto, el Partido Comunista. Cartel publicitario de las elecciones de febrero de 1936.
  • 8. DICIEMBRE 2015 El día del golpe de estado la tensión se apreciaba en el ambiente. La última reunión del Cabildo fue el 11 de julio y, declarada la guerra, la mayoría de los concejales dejaron de acudir al ayuntamiento. Sin embargo, el teniente de alcalde Pelegrín se pasaría allí la mayor parte del tiempo 6. Aquel 18 de julio, a la 13:30, recibió la primera llamada del gobernador civil en la que le daba órdenes de detener a un vehículo con matrícula ML-3983 que atravesaría el pueblo procedente de Portugal con dirección a Sevilla. Debían arrestar a todos sus ocupantes pues, según le había comunicado el gobernador, en ese coche viajaba el general Sanjurjo 7 deseoso de ponerse al mando del golpe de estado. Pelegrín comunicó la noticia a los alcaldes de Aroche y Rosal de la Frontera para que intensifica- sen la vigilancia de la carretera 8 e inmediatamente nombró a unos miembros del Comité, entre los que figuraba su sobrino Eloy Maya, para controlar el pueblo y las vías de comunica- ción 9. Daban comienzo los “días rojos”. Los acontecimientos se aceleraron en aquellos últimos días de julio. Las primeras medidas del Ayuntamiento, siempre “cumpliendo órdenes de la superioridad”, se centraron en los medios de comunicación. Pelegrín se acercó a la Casa de Teléfonos y Telégrafos dándole instrucciones a Tomás Cobos Díaz para que nadie uti- lizara aquellos medios “al menos que esta alcaldía lo preci- se”10. Dos días más tarde se dirigió a todos los corteganeses que tuvieran radio prohibiéndoles “terminantemente ponerlos con más estación emisora que la de Madrid” y “todo aquel que haga uso de otras estaciones distintas sufrirán las sanciones y demás responsabilidades que crea oportuno esta alcaldía”. Dicho documento fue firmado por todos los vecinos que tení- an radio en sus casas o establecimientos, que se comprometí- an a no escuchar nada más que la emisora del gobierno legíti- mo. En relación a esto, se le confiscó a Sebastián Martín Fer- nández un micrófono y a Tobías Romero Carvajal la radio que poseía en su domicilio 11. No se libró de esta medida el lugar frecuentado por la derecha del pueblo, el Gran Casino 12, cuyo presidente recibió la siguiente orden de Pelegrín: “En atención a las circunstancias por las que de momento atraviesa el país y las necesidades que demanda el actual estado de excepción y de conformidad con lo ordenado por la superioridad, vengo por el presente en requisar el apa- rato receptor de radio perteneciente a esta sociedad que usted preside, la cual pondrá inmediatamente a disposición de esta alcaldía para su utilización”13. Ante el viraje que tomaban los acontecimientos, el Gran Casino no dudó en cerrar sus puertas 14. Tan sólo estaba abierto el Nuevo Casino 15 adonde, por el contrario, concurrí- an los afines a la República para escuchar la frecuencia que retransmitía desde la capital madrileña 16. Cultura6 6 Archivo del Tribunal Militar Territorial II de Sevilla (a partir de ahora A.T.M.T.S.S.), caja 56, legajo 623, Consejo de Guerra nº 1227, 1938. 7 En un principio, el general encargado de encabezar el Alzamiento era Sanjurjo, protagonista de un golpe de estado contra la República en 1932 que fracasó. Por este motivo lo condenaron a cadena perpetua, pena que le fue conmutada durante el bienio de derechas marchándose a vivir a Estoril. Los informes alertaron a los republicanos de la posibilidad de que el regreso a España lo hiciera en coche; sin embargo, lo hizo en avión que, por cierto, sufrió un acci- dente al despegar falleciendo el propio Sanjurjo. Por todo lo cual, fue el general Franco quien lo sustituyó como comandante en jefe del bando sublevado. 8 A.M.C., Correspondencia, legajo 82, 18 de julio de 1936. 9 A.T.M.T.S.S., caja 79, legajo 991, Consejo de Guerra nº 1394, 1939. 10 A.M.C., Correspondencia, legajo 82, 20 de julio de 1936. 11 Ibídem, 22 de julio de 1936. 12 El Gran Casino está situado en la actual Plaza del Divino Salvador, aunque es más conocida por los corteganeses como El Pase, que entonces se llamaba oficialmente Plaza Fermín Galán. 13 A.M.C., Correspondencia, legajo 82, 22 de julio de 1936. 14 A.T.M.T.S.S., caja 24, legajo 346, Consejo de Guerra nº 546, 547 y 567, 1937. 15 El Nuevo Casino y el Ayuntamiento se ubican en la Plaza de la Constitución que en aquella época se llamaba Plaza de la República. Los corteganeses la conocen como La Plaza. 16 A.T.M.T.S.S., caja 101, legajo 1335, Consejo de Guerra nº 2619, 1939. Imagen de Cortegana. Fotografía facilitada por Luis Sánchez Pinto. Gran Casino. Fotografía facilitada por Luis Sánchez Pinto.
  • 9. DICIEMBRE 2015 También el 22 de julio el Ayuntamiento recibió un tele- grama que decía: “Ante la gravedad momentos para la República en general y para el proletariado en particular, ordenamos enér- gicamente todo ciudadano frente popular tengan la mayor serenidad. El que atente contra personas o cosas, siembra la inquietud y es un enemigo de la república quien no fraternice con la guardia civil en absoluto leal a la república es un trai- dor porque procura prestar fuerzas al gobierno legítimo. Por la república y contra el fascismo serenidad, orden y sensatez. Se ruega a las autoridades comuniquen este telegrama en for- ma acostumbrada de bando y comunique a los pueblos inme- diatos en la forma acostumbrada”17. Sin embargo, la proximidad de las tropas de Queipo de Llano, que avanzaban desde Sevilla, provocó que el miedo se apoderara de los republicanos. El 29 de julio los nacionales tomaron Huelva desde donde el nuevo gobernador civil de la provincia, Gregorio de Haro, envió un telegrama a la Casa de Teléfonos y Telégrafos de Cortegana en el que declaraba el estado de excepción, daba a conocer el Bando de Guerra y le comunicaba a la Guardia Civil que debía desarmar a las izquierdas. El telegrama lo recibió la telefonista Josefa Cáce- res Morcillo quien debía remitirlo al cuartel, como de hecho hizo 18. Ese mismo día, unas horas más tarde y con el fin de evitar la llegada de más órdenes del bando sublevado, miem- bros del Comité cortaron los hilos del telégrafo 19. En aquellos días se organizó un mitin en la Plaza de Toros en el cual, además de atacar a Franco y a Queipo de Lla- no, se incitó a los vecinos a formar parte de la milicia que par- tiría a luchar al Frente con la columna que comandaba el capi- tán Molina 20. Poco tiempo después salió desde la puerta del ayuntamiento la primera camioneta que llevó a muchos corte- ganeses a enfrentarse con los nacionales en el frente extreme- ño y en Madrid 21. Desde el estallido de la guerra, el Ayuntamiento dirigi- do por Pelegrín había intensificado la búsqueda de todo tipo de armamento. Eso llevó a los republicanos a confiscar las esco- petas propiedad de las personas de derechas, si bien es cierto que con anterioridad, y ante los rumores de un levantamiento militar, el gobierno del Frente Popular corteganés había retira- do las licencias y las armas a aquellas personas 22. Este alijo de armamento, más el que poco después le fue incautado a la Guardia Civil el día de la toma del cuartel, fue repartido entre los defensores del sistema republicano 23 para realizar un tra- bajo que la derecha denominó después “guardias rojas”. Se hicieron guardias en el Ayuntamiento, en La Plaza, donde se habían colocado sacos de tierra a modo de trincheras, en el pósito, en los casinos, en la Central de Teléfonos, en un esta- blecimiento frente al Ayuntamiento llamado La Petaca o en la puerta de la Tabacalera. También controlaron las salidas del pueblo pidiendo la documentación a las personas que pasaban por la carretera de Almonaster la Real, el surtidor de gasolina o Valdecastaño. Por cada una de aquellas guardias Pelegrín les pagaba tres pesetas, no era mucho pero varios encausados reconocieron ante los Consejos de Guerra que las hicieron por- que necesitaban el dinero, dada la situación de carestía que asolaba a la población 24. Cultura 7 17 A.M.C., Correspondencia, legajo 82, 22 de julio de 1936. 18 A.T.M.T.S.S., caja 43, legajo 479, Consejo de Guerra nº 784, 1937. 19 A.T.M.T.S.S., caja 103, legajo 1369, Consejo de Guerra nº 2593, 1939. 20 El 18 de julio Antonio Molina se puso al frente de una columna de mineros que salió de Nerva y fue recogiendo a milicianos por la Sierra. Muchos corte- ganeses se sumaron a este grupo que terminó en Madrid luchando por la República. En PICHARDO BOLAÑOS, M. y PÉREZ LÓPEZ, J.M.:www.todos- losnombres.org (12-12-2014). 21 A.T.M.T.S.S., caja 24, legajo 346, Consejo de Guerra nº 546, 547 y 567, 1937. 22 A.M.C., Actas Capitulares, legajo 19, 30 de marzo de 1936. 23 A.M.C., Guardia Civil, legajo 421. Relación de escopetas entregadas y listado de señores que se han llevado escopetas, 1936. 24 A.T.M.T.S.S., caja 24, legajo 346, Consejo de Guerra nº546, 547 y 567, 1937; A.T.M.T.S.S.,caja 143, legajo 1934, Consejo de Guerra nº2238, 1940; A.T.M.T.S.S.,caja 11, legajo 197, Consejo de Guerra nº 247, 1937. Nuevo Casino. Fotografía facilitada por Luis Sánchez Pinto. Fotografía de La Plaza. A la izquierda, el Ayuntamiento. Fuente: unaventanaencortegana.blogspot.com.
  • 10. DICIEMBRE 2015 8 La planta alta del consistorio, además de servir como almacén de armas, era el lugar destinado a preparar bombas con la dinamita requisada a algunos vecinos del pueblo. Al comerciante Joaquín Ruiz lo llamó Pelegrín la noche del 18 de julio para que le entregara la dinamita que tenía en su tienda ya que, entre otras cosas, se dedicaba a la venta de material explosivo 25. En el inventario que llegó a firmar Antonio Alves quedó reflejado que le incautaron: “1 escopeta de caza de un cañón calibre 20 y otra de calibre 16, 100 cartuchos cargados para escopeta del calibre 20, pólvora sin humo, 1.250 cartuchos cargados para escope- ta del calibre 16, pólvoras varias y 2.990 cartuchos cargados para escopeta del calibre 12 pólvoras varias” 26. Por el mismo motivo el Ayuntamiento se puso en con- tacto con Diego Rodríguez ordenándole que le hiciera entrega de la pólvora que, por su profesión de constructor de obras, tenía almacenada en su casa. Sin embargo, al manifestarle que no podía ir, el alcalde envió a cuatro personas del Comité a su casa con el siguiente comunicado: “Ruégole se sirva de hacer entrega a los agentes de mi autoridad de la dinamita que posea en su domicilio, así como de toda clase de explosivos que posea” 27. De allí se llevaron “20 k. de dinamita y 80 m. de mecha con una caja casi completa de fulminantes”. Estos hombres, entre los cuales estaban Eloy Maya y José Sánchez, serían fusilados28. Cuando el 20 de agosto entraron las tropas en Cortega- na realizaron una inspección y dijeron haber hallado armamen- to, bombas y dinamita no sólo en el ayuntamiento, también en el juzgado 29, en el cuarto de la torre del reloj de la iglesia 30 y en otras casas particulares; por ejemplo, en la casa del Rico Nuevo, a 500 metros de Cortegana, hallaron “más de 198 bom- bas cargadas, más de 700 cartuchos de caza del número 12, 10 y 6, 38 tubos de hierro con sus correspondientes tornillos y chapas dispuestos para la carga y varias cajas de dinamita vacías aunque una estaba intacta” 31. También llegó dinamita de Riotinto que canjearon por chacina, que los miembros del Comité habían requisado por las casas y distintos establecimientos del pueblo 32. Esa pólvo- ra se utilizó para construir en el ayuntamiento las bombas que se colocaron en El Pilar de la Virgen con la intención de cor- tar el paso a los nacionales 33. Celestino Gómez Losada, El Gafas, reconoció ser el fabricante de las bombas y el encargado de colocarlas allí. Se había prestado como voluntario para ponerse a las órdenes del Comité, convirtiéndose también en el conductor de uno de los coches al servicio de Pelegrín. Junto a otros corteganeses, se dirigió a la fábrica de electricidad de Santa Teresa para conse- guir unos cables que utilizaron para la fabricación de las tres, bombas colocadas en El Pilar de la Virgen y que pensaban hacer explotar por control remoto 34. El Juzgado Municipal, situado en la planta baja del Ayuntamiento, a la derecha, se convirtió en un depósito donde se almacenaba toda la chacina y el pan requisados por el Comité. Cuando entraron las tropas, el juez Julián Macías fue acusado de permitir utilizar aquellas dependencias como alma- cén de armas y víveres 35 por lo que le aplicaron el Bando de Guerra, es decir, fue condenado a muerte. Según los afines al Movimiento aquellos enseres fueron distribuidos entre los miembros del Comité, pero los republicanos aclararon en su defensa que los repartieron entre la clase obrera y personas más necesitadas del pueblo 36. Cultura8 25 A.T.M.T.S.S., caja 56, legajo 623, Consejo de Guerra nº 1227, 1938. 26 A.M.C., Guardia Civil, legajo 421. Relación de escopetas entregadas y listado de señores que se han llevado escopetas, 1936. 27 Ibídem. 28 A.T.M.T.S.S., caja 34, legajo 407, Consejo de Guerra nº 458, 1937. 29 A.T.M.T.S.S., caja 59, legajo 662, Consejo de Guerra nº 982, 1938. 30 A.T.M.T.S.S., caja 34, legajo 405, Consejo de Guerra nº 457, 1937. 31 A.T.M.T.S.S., caja 56, legajo 623, Consejo de Guerra nº 1227, 1938. 32 Ibídem. 33 Al principio pensaron que las tropas sublevadas llegarían a Cortegana por la Nacional que conecta el pueblo con Sevilla; sin embargo, la columna dirigida por el comandante Redondo entró el 20 de agosto por la carretera de Almonaster la Real. 34 A.T.M.T.S.S., caja 24, legajo 346, Consejo de Guerra nº546, 547 y 567, 1937; A.T.M.T.S.S.,caja 103, legajo 1369, Consejo de Guerra nº 2593, 1939. 35 A.T.M.T.S.S., caja 59, legajo 662, Consejo de Guerra nº 982, 1938. 36 A.T.M.T.S.S., caja 34, legajo 407, Consejo de Guerra nº 458, 1937. H además de atacar a Franco y a Queipo de Llano se incitó a los vecinos a formar parte de la milicia El Pilar de la Virgen. Fotografía de Luis Sánchez Pinto.
  • 11. DICIEMBRE 2015 La requisa de alimentos respondía a las órdenes que desde el principio de la guerra recibieron los pueblos de abas- tecer a los soldados que luchaban contra el ejército de Queipo de Llano. Las autoridades superiores obligaron a los Ayunta- mientos a notificarles las existencias que había de gasolina y de artículos de primera necesidad. Por ello, también el 22 de julio, el gobernador civil republicano, aún desde Huelva, hizo saber al cabildo de Cortegana que: “Las autoridades de esta comarca recaben la mayor cantidad de víveres para que, en camiones debidamente requi- sados, sean llevados a las fuerzas milicianas leales y adictas a nuestro gobierno único legalmente constituido que luchan de la manera más heroica en las inmediaciones de Sevilla” 37. Y al día siguiente insistía: “Recabe almacenistas esa plaza tengan existencias disposición comerciantes este pueblo para abastecimiento población que de no ser así faltará dentro tres días” 38. En la panadería de la madre de Santiago Carvajal se tra- bajaba sin descanso elaborando panes que los miembros del Comité de Cortegana y de otros pueblos le solicitaban. Tampo- co Santiago Carvajal se libraría de la pena máxima cuando entraron las tropas, pues fue acusado de hacer pan para la izquierda y de guardar armamento en la torre del reloj, del que estaba encargado 39. Ante la necesidad de almacenar todo el alimento posi- ble, el gobernador civil ordenó al Comité confiscar los camio- nes y coches de los ricos del pueblo. Con dichos medios de transporte se procedió al robo de ganado en varias fincas ubi- cadas principalmente en el término de Aroche, Cumbres Mayores y Cortegana. Fueron a la finca del señor Ternero y a la de Juan Campos, en la Belleza, o a El Álamo, fincas situa- das en el término de Aroche. El capataz de El Álamo recorda- ba que fueron varias veces y se llevaron 74 cabezas de vacu- no, 100 de cabrío aproximadamente y 10 cerdos. Oyó decir que pertenecían al Comité de Cortegana, al de Riotinto, al de Aroche y al de Jabugo. En la finca de Juan Campos robaron tres vacas y muchas cabras. En Cortegana requisaron ganado en El Majadal. Los dueños, o los trabajadores de aquellas tie- rras, señalaron que en ocasiones solían pedir permiso y coinci- dían en que el comportamiento de aquellos hombres era bue- no40. Muchas de esas reses fueron sacrificadas en la Plaza de los Toros o en plena calle, procediendo después a su reparto 41. El que fuera chófer de Juan Esteban Amigo, Pablo Borrallo Martín, fue requerido por el Ayuntamiento para que realizara su trabajo de conductor con el camión que le fue con- fiscado a su jefe. Pablo Borrallo hizo todo lo que el alcalde Pelegrín le encomendó: fue a llevar víveres a La Algaba, a por harina a El Repilado, a por borregos a dos fincas en Aroche, e incluso se atrevió a recoger en aquel vehículo las armas de la Guardia Civil tras el asalto al cuartel 42. Con el camión requisado a Dolores Maestre Moreno, el alcalde, ordenó a Luis Pichel Pérez que llevara al concejal Manuel Fernández Moriña a Aroche y al Rosal de la Frontera para recoger los víveres que habían almacenado43. También, el conductor Domingo Bermúdez Maestre y dos personas más se encargaron de llevar provisiones a los soldados que luchaban en el frente sevillano 44. Un aspecto que venía repitiéndose en otros pueblos fue la agresión que la izquierda cometió contra la Iglesia. Esta práctica anticlerical no era una novedad de este momento ini- cial de la guerra ni exclusiva de esta parte de la geografía espa- ñola. Los desmanes contra esta institución habían comenzado desde que se iniciara el periodo republicano en distintas partes de España, y es una de las razones que impulsó a los militares a rebelarse contra un gobierno que, según ellos, permitía esas atrocidades contra la Iglesia. Es por esto que el bando nacio- nal se tomó la Guerra Civil como una auténtica cruzada contra todos los republicanos a los que consideraban enemigos de la Patria y de Dios. Una columna de mineros de Riotinto venía de Rosal de la Frontera y de Aroche reclutando a hombres para ir a Arace- na a enfrentarse a las tropas nacionales. En Aroche habían estado los días 10 y 11 de agosto participando en el ataque al cuartel que se cobró la vida de varias personas. La columna llegó el mismo día 11 a Cortegana tomando parte en el asalto a las iglesias, a la Casa Estrada, propiedad de Eduardo Váz- quez González-Bravo, y al Cuartel de la Guardia Civil y Cara- Cultura 9 37 A.M.C., Correspondencia, legajo 82, 22 de julio de 1936. 38 Ibídem, 23 de julio de 1936. 39A.T.M.T.S.S., caja 34, legajo 405, Consejo de Guerra nº 457, 1937. 40 A.T.M.T.S.S., caja 24, legajo 346, Consejo de Guerra nº 546, 547 y 567, 1937. 41 A.T.M.T.S.S., caja 101, legajo 1335, Consejo de Guerra nº 2619, 1939; A.T.M.T.S.S.,caja 105, legajo 1393, Consejo de Guerra nº 1386, 1939. 42 A.T.M.T.S.S., caja 98, legajo 1279, Consejo de Guerra nº 9182, 1939. 43 A.M.C., Correspondencia, legajo 82, 24 de julio de 1936. 44 A.T.M.T.S.S., caja 156, legajo 2051, Consejo de Guerra nº 6844, 1940. Iglesia del Divino Salvador
  • 12. DICIEMBRE 2015 bineros 45. Según lo recuerdan los testimonios, aquel 11 de agosto los mineros entraron en Cortegana y unas mujeres sen- tadas en la fuente de La Plaza los incitaron a destruir las igle- sias y los santos 46. Sobre las 12:30 los mineros, acompañados de los veci- nos más anticlericales, se dirigieron a la Iglesia del Divino Sal- vador. Un vecino desde la puerta de su casa, situada en El Paseo, declaró haber visto a Pelegrín en compañía de unos mineros y cómo les abrió la puerta de la parroquia 47. Momen- tos antes, el sacristán Francisco Álvarez había ido a casa del cura a por la llave porque, según dijo, así se lo había ordenado el alcalde 48. Sin embargo, aunque para algunos corteganeses Pelegrín fue el responsable de estas actuaciones, otros vecinos afirmaron que el teniente de alcalde se opuso en todo momen- to a la destrucción de las iglesias y de la casa de Eduardo Váz- quez. En concreto, Joaquín Martín Fernández vio a Pelegrín enfrentase al cabecilla del grupo cuando estos se disponían a entrar en la iglesia parroquial manifestándole “que traía una columna de sinvergüenzas y de bandidos” y cómo quiso impe- dir, también sin éxito, el saqueo de la Casa Estrada con una pistola en la mano 49. La parroquia fue destrozada completamente. Como no alcanzaban a los santos y retablos más altos se subieron en la escalera con la que trabajaban los electricistas municipales y utilizaron un objeto de hierro 50 para tirarlos al suelo. Lo últi- mo que destruyeron fue el púlpito 51. Lo tiraron todo a la calle y al porche, después lo cargaron en un camión 52 y lo transpor- taron a Las Eritas para quemarlo 53. Inmediatamente después se dirigieron a la Iglesia de San Sebastián lanzando al Cristo de la Vera-Cruz al recinto aledaño, y un poco más tarde entra- ron en la Ermita de El Calvario cortándole la cabeza al Cristo. Una vecina la recogió y la guardó en su casa, por lo que el Nazareno aún conserva su auténtico rostro. Algunos mucha- chos del pueblo subieron a la Ermita del Castillo donde se hallaba la patrona del pueblo, la Virgen de la Piedad. Unas jóvenes sentadas en la puerta de la iglesia parroquial escucha- ron cómo alguien gritaba: “¡Qué traen a la Virgen!”. A conti- nuación, observaron incrédulas cómo aquellos muchachos la traían arrastrándola desde el Castillo para ser destruida con el resto de la imaginería y retablos de la parroquia 54. En el atestado que redactaron los nacionales se detalla- ron todos los destrozos ocasionados: “Iglesia del Divino Salvador: daño en parte de sus muros, se destruyeron todos los retablos, el coro desapareció con su Facistol, considerado este como gran joya del arte. Todos los retablos fueron incendiados junto con las imágenes de El Divino Salvador con los doce apóstoles del Altar Mayor y el crucifijo con la Magdalena y San Juan, Corazón de Jesús, Niño Perdido, San Vicente y Santa Bárbara, Nuestra Señora del Rosario, San Bartolomé, San Martín, y Santo Domingo de Guzmán, La Milagrosa, San Jorge, Santa Rita, Santa Bárbara (esta última de inmenso valor por su antigüedad, que data del siglo XV), San Nicolás, Virgen del Carmen, San Juan Nepomu- ceno y dos crucifijos, pequeños de mucho valor artístico, Niño de Jesús de la escuela de Montañés, San Francisco, San Anto- nio, Virgen de los Dolores, Santa Ana, el Eccehomo, la Inma- culada, San Rafael y San Miguel Arcángel, y otro hermoso crucifijo. Objetos y joyas: destrucción total de cajoneras y ornamentos, otro crucifijo, un hermoso órgano y un melodio, el tenebrario y el Santo Sepulcro, el Catafalco y cuatro pasos de imágenes, varios cuadros, entre ellos dos de gran mérito de la Santísima virgen y Santiago Apóstol. Desaparición de un Cáliz de plata sobredorado, de varias Custodias y Manifesta- dor de procedencia mejicana, a más de otros desperfectos pro- ducidos en otras alhajas. Iglesia del Castillo: destrucción completa por incendio de la Santísima virgen de la Piedad, patrona de este pueblo, las imágenes de San Blas y Santa Lucía y destrucción de todo el Camerín y el Altar. Cultura10 45 A.T.M.T.S.S., caja 76, legajo 936, Consejo de Guerra nº 1229, 1938; A.T.M.T.S.S., caja 105, legajo 1393, Consejo de Guerra nº 1386, 1939. 46 Entrevista a Ana Domínguez Sánchez y Clotilde Martín García. Cortegana, mayo de 2013. 47 A.T.M.T.S.S., caja 98, legajo 1275, Consejo de Guerra nº 7442, 1939. 48 A.T.M.T.S.S., caja 22, legajo 331, Consejo de Guerra nº 371,1937. 49 A.T.M.T.S.S., caja 211, legajo 2596, Consejo de Guerra nº 9160, 1939. 50 Los documentos aluden a tal herramienta como “marrillo” o “almandarilla” y era utilizado para sacar cosas de los pozos. 51 A.T.M.T.S.S., caja 24, legajo 346, Consejo de Guerra nº 546, 547 y 567, 1937; A.T.M.T.S.S., caja 22, legajo 331, Consejo de Guerra nº 371,1937. 52 A.T.M.T.S.S., caja 34, legajo 406, Consejo de Guerra nº 193, 1937;A.T.M.T.S.S.,caja 143, legajo 1934, Consejo de Guerra nº2238, 1940. 53 A.T.M.T.S.S., caja 22, legajo 331, Consejo de Guerra nº 371,1937. 54 Entrevista a Ana Domínguez Sánchez. Cortegana, mayo de 2013. H El bando nacional se tomó la Guerra Civil como una auténtica cruzada Iglesia de San Sebastián. Fotografía facilitada por Luis Sánchez Pinto.
  • 13. DICIEMBRE 2015 Iglesia de San Sebastián: destrucción de tres retablos con todas las imágenes. A saber: Santísimo Cristo de la Vera- Cruz de gran valor artístico, San Elías, San Sebastián, virgen de la Soledad, Sagrado Corazón de Jesús, Santa Ana, San José y Santa Teresa de Jesús, dos hermosos estandartes de la Vir- gen del Rosario, destrucción del cancel y cajonera de Sacris- tía con varios ornamentos. Ermita del Calvario: destrucción de nuestro padre Jesús de Nazareno, de inmenso valor artístico con todo lo que además contenía esta Ermita” 55. Ese mismo día asaltaron la casa de Eduardo Vázquez, conocida como Casa Estrada. Según el informe, destruyeron el mobiliario, robaron enseres, joyas y dinero, entre muchas otras cosas: “En este saqueo se llevaron una máquina de escribir marca Remigton, unos gemelos de campaña forrados en marfil, una maleta conteniendo joyas de gran valor, una máquina foto- gráfica, cubiertos de plata, ropa de cama y de vestir, una caja de caudal de acero portátil, la que según un hermano del perjudi- cado debía contener varios miles de duros por haberse encon- trado un escrito en el suelo de puño y letra del perjudicado que decía: la cantidad que contiene el cofre será destinada a la construcción de un Santuario en lugar indicado en el escrito”56. Esta casa señorial acabó convirtiéndose en el cuartel general de la Falange durante la guerra. El 13 de agosto la columna de mineros se dirigió al Cuartel de la Guardia Civil y Carabineros para desarmarlos y evitar que se sumaran al Alzamiento. Ante el temor de que se produjera el mismo asalto violento que tuvo lugar en Aroche días atrás, algunos miembros del Ayuntamiento, entre los que se encontraba Pelegrín, Rafael López Vázquez, Manuel Gómez Acosta y el alcalde Antonio Alves, además del médico Pepe Fernández, entraron en el cuartel mientras la columna esperaba fuera. Su intención era la de intermediar entre los mineros y los guardias pidiéndoles a estos que entregaran pací- ficamente las armas. Pepe Fernández insistió en la necesidad de hacerlo así para evitar una masacre y ordenó a los milicia- nos que estaban en la puerta que cogieran las escopetasy las metieran en la camioneta que traían. La buena fe de estos mediadores fue mal interpretada por los guardias que los acu- saron de forzarles a firmar el acta de desarme y, por tanto, señalados como los dirigentes de la toma del cuartel. Al pare- cer, Antonio Alves, a quien habían obligado a ir, lloraba y exclamaba que acababa de firmar su sentencia de muerte 57. El 20 de agosto entraron las tropas del comandante Redondo en Cortegana. La defensa que los fieles a la Repúbli- ca llevaban organizando desde hacía un mes, se esfumó como por arte de magia y la mayoría de los que habían participado en estos acontecimientos huyeron para evitar represalias, incluido Pelegrín. Las personas afines al Movimiento Nacio- nal no les perdonaron el miedo que pasaron en aquellos días, y se vengaron. Es cierto que lo miembros del Comité se pre- sentaron en sus casas exigiéndoles dinero, armas o alimen- tos58; que los sometieron a un arresto domiciliario, si bien muchos habían optado por la reclusión voluntaria; encarcela- ron a algunas personas de derechas, aunque gracias a la inter- vención del concejal Moriña y del alcalde Antonio Alves se evitó la de tantos otros 59. A pesar de ello, conviene recordar que no se asesinó a nadie por lo que en ningún caso estaría jus- tificada la represión desproporcionada que después llevaron a cabo los nacionales contra los protagonistas de esos días. Los que se quedaron fueron ejecutados rápidamente; los que huyeron tuvieron más suerte pues, a pesar de los largos días que pasaron escondidos en sus casas o del duro exilio que llevó a algunos incluso atravesar la frontera francesa, cuando regresaron fueron, en el peor de los casos, encarcelados y, en el mejor, absueltos. Pelegrín llegó a la capital de España y allí fue captura- do cuando finalizó la guerra en abril de 1939. En mayo, el Juez Militar Permanente nº 3 de Madrid solicitó información al Ayuntamiento de Cortegana sobre su conducta. Los informes que elaboraron el nuevo alcalde y el jefe de la Falange no le beneficiaron en absoluto: “Era jefe del partido socialista y dirigente del Frente Popular; ostentaba el cargo de Primer Teniente de Alcalde de este ayuntamiento en aquella fecha: muy activo y despier- to en ideales revolucionarios, dominando fácilmente a toda la horda que aquí existía; al comienzo del Movimiento ejer- Cultura 11 55 ARCHIVO HISTÓRICO NACIONAL, Causa General, 1041, Exp.17, Estado nº3. Relación de tormentos, torturas, incendios de edificios, saqueos, destruc- ciones de iglesia y objetos de culto, profanaciones y otros hechos delictivos que por sus circunstancias, por la alarma o el terror que produjeron deban con- siderarse como graves, con exclusión de los asesinatos, que fueron cometidos en este término municipal durante la dominación roja, 1940-1949. 56 Ibídem. 57 A.T.M.T.S.S., caja 119, legajo 1619, Consejo de Guerra nº 2946, 1941; A.T.M.T.S.S., caja 83, legajo1063, Consejo de Guerra nº 2503, 1939; A.T.M.T.S.S., caja 99, legajo 1300, Consejo de Guerra nº 2851, 1939. 58 A.T.M.T.S.S., caja 143, legajo 1934, Consejo de Guerra nº 2238, 1940; A.T.M.T.S.S., caja 105, legajo1393, Consejo de Guerra nº 1386, 1939. 59 A.T.M.T.S.S., caja 59, legajo 662, Consejo de Guerra nº 982, 1938; A.T.M.T.S.S., caja 99, legajo 1300, Consejo de Guerra nº 2851, 1939. Casa Estrada. Fotografía propia.
  • 14. DICIEMBRE 2015 cía su dominio y acción con bastante cautela, pues si bien demostraba algunas veces ciertas reprensiones sobre la hor- da marxista, para justificar tal vez su conducta para el exte- rior, puede decirse que era él el Jefe de cuantos hechos aquí se registraron durante el dominio rojo, habiendo huido de la población momentos antes de ser esta liberada por las fuer- zas de nuestro Glorioso Ejército; considerado como elemen- to muy peligroso” 60. Además de la cruel represión física que sufrieron por haber pertenecido a algún partido del Frente Popular y haber sido acusados de participar en cualquiera de las actuaciones que se realizaron en defensa del sistema republicano, fueron víctimas de lo que Feria Vázquez y Vázquez Lozano denomi- nan “represión económica” y que se materializó con la expro- piación de sus bienes inmuebles 61. A Pelegrín le confiscaron todo lo que tenía en el bar que poseía en La Plaza 62; no fue el único, pues a Antonio Alves López, Matías Romero López, José Borrallo Borrallo y Joa- quín Ruiz Carrasco también les incautaron sus propiedades 63. En el caso particular de este último, su comercio fue saqueado cuando entraron las tropas, la Falange se apropió de su domi- cilio durante un tiempo y finalmente le confiscaron el local donde después se construyó la Plaza de Abastos 64. En cuanto a lo que les ocurrió a algunas de las personas que se han nombrado en este artículo, su final fue el siguiente: • Ramón González Colete (concejal): Aparece como fusila- do el 20 de agosto de 1936 65, sin embargo, en posteriores informaciones que ofrece el Ayuntamiento parece que huyó cuando entraron las tropas 66. • Manuel de la Noval Fernández (concejal): Fusilado el 25 de agosto de 1936 67. • José Fernández Vázquez El de tabacalera (médico): Fusilado el 28 de agosto de 1936 68. • Antonio Martín Borrallo (concejal): Fusilado el 13 de septiembre de 1936 69. • Manuel Navarro Fernández (concejal): Fusilado en sep- tiembre de 1936 70. • Julián Vázquez González (concejal): Fusilado (sin fecha)71. • Julián Macías Fernández (juez municipal): Fusilado en septiembre de 1936 72. • Santiago Carvajal Romero (romanero): Fusilado el 19 de agosto de 1937 73. • José Sánchez Sánchez Parranda: Fusilado el 19 de agos- to de 1937 74. • Daniel Gómez Menguiano: Fusilado el 18 de septiembre de 1937 75. • Manuel Fernández Moriña (concejal): Estuvo escondido en su casa hasta que en 1938 decidió presentarse. El Con- sejo de Guerra que lo juzgó ese año lo indultó por todas las buenas acciones que demostró durante aquellos días 76. • Joaquín Ruiz Carrasco (dueño de comercio): Deambuló por los campos durante algún tiempo y después volvió a su casa donde permaneció oculto hasta que se entregó en 1938. Fue encarcelado y finalmente liberado 77. • Eloy Maya Vázquez (sobrino de Pelegrín): Fusilado el 7 de noviembre de 1939 78. Cultura12 60 A.M.C., Correspondencia, legajo 147. Informes respecto a presos militares, 1937-1949. 61 FERIA VÁZQUEZ, P. J. y VÁZQUEZ LAZO, J.M.: op. cit., p. 117. 62 A.M.C., Correspondencia, legajo 147. Informes respecto a presos militares,1937-1949. 63 FERIA VÁZQUEZ, P. J. y VÁZQUEZ LAZO, J.M.: op. cit., pp. 128,129 y 130. 64 Entrevista a Carmen Ruiz Ramos. Cortegana, julio de 2013. 65 ESPINOSA MAESTRE, F.: La Guerra Civil en Huelva. Huelva, Diputación de Huelva, 4ª edición, 2005, p. 590. Esta información ha sido extraída por el autor del Registro Civil del Juzgado de Paz de Cortegana. 66 A.M.C., Correspondencia, legajo 147. Informes respecto a presos militares,1937-1949. 67 ESPINOSA MAESTRE, F.: op. cit., p. 590. 68 Ibídem. 69 Ibídem. En la entrevista que mantuve con Clotilde Martín García me aclaró que el primer apellido de su abuelo era exactamente Martín de Miguel. 70 Así reza una de las placas del monumento a los fusilados que se encuentra en el Cementerio Municipal de Cortegana. 71 Entrevista a Carmen Mancera Ruiz. Cortegana, julio de 2013. 72 Entrevista a Isabel Castilla Macías. Cortegana, enero de 2013. 73 A.T.M.T.S.S., caja 34, legajo 405, Consejo de Guerra nº 457, 1937. 74 A.T.M.T.S.S., caja 34, legajo 407, Consejo de Guerra nº 458, 1937. 75 A.T.M.T.S.S., caja 22, legajo 331, Consejo de Guerra nº 371, 1937. 76 A.T.M.T.S.S., caja 59, legajo 662, Consejo de Guerra nº 982, 1938. 77 A.T.M.T.S.S., caja 56, legajo 623, Consejo de Guerra nº 1227, 1938. 78 A.T.M.T.S.S., caja 79, legajo 991, Consejo de Guerra nº 1394, 1939. Entrada de las tropas nacionales en Cortegana el 20 de agosto de 1936. Fotografía de Sebastián Martín Sacri.
  • 15. DICIEMBRE 2015 13Cultura • Antonio Alves López (alcalde): Huyó a Francia regresan- do al final de la guerra. Fue juzgando por un Consejo de Guerra que lo absolvió en 1939 79. • Celestino Gómez Losada El Gafas (mecánico): Abando- nó el pueblo como tantos otros. En 1939 el Consejo de Gue- rra lo acusó de Auxilio a la Rebelión y fue encarcelado en la Prisión Provincial de Huelva 80. • Pablo Borrallo Martín (chófer): También huyó pero deci- dió regresar y esconderse en su casa donde permaneció has- ta 1939. En el juicio fue absuelto 81. • Rafael López Vázquez El Emiliano (concejal): Llegó a Madrid con Pelegrín y Manuel Gómez Acosta. En 1939 lo condenaron a veinte años de reclusión temporal por el deli- to de Rebelión Militar, pena después conmutada a ocho años siendo liberado en 1947 82. • Matías Romero Rodríguez (concejal): Abandonó el pue- blo ante la inminente llegada de los nacionales. Fue juzga- do en 1940, encarcelado y finalmente absuelto 83. • Manuel Gómez Acosta (concejal): Buscó refugio en Fran- cia. Regresó en 1941 y, aunque fue encarcelado, a finales de ese año le concedieron la libertad 84. • José Menguiano Forero Casino (concejal): Huyó y llegó a Madrid. También estuvo en Francia hasta que regresó al pueblo en los años cincuenta 85. • Rufino Pelegrín Vázquez Galán (teniente de alcalde): Llegó a Madrid junto a otros miembros de la corporación municipal y al finalizar la guerra fue detenido y encarcela- do en la prisión de aquella ciudad. Poco después, el juez instructor de la plaza de Huelva pidió a la cárcel de Madrid su traslado a Cortegana para ser juzgado por el Tribunal Militar de la provincia; sin embargo, y desconociendo los motivos, había sido puesto en libertad. En 1941, ignorando su paradero y sospechando que podía haber cambiado de identidad, el Consejo de Guerra lo declaró en rebeldía pasando a estar en busca y captura 86. Rufino Pelegrín Vázquez Galán tuvo que ser un perso- naje conocido en Cortegana, no sólo por haber sido concejal y teniente de alcalde del Frente Popular, por haber liderado el Comité encargado de proteger el sistema republicano, sino también porque, con anterioridad, había defendido sus ideales oponiéndose a medidas como la clausura de la Agrupación Socialista de Cortegana, ejecutada por el gobierno anterior de derechas 87. A pesar de ello, resulta curioso cómo los cortega- neses y corteganesas que vivieron y recuerdan el conflicto han olvidado por completo quién fue Pelegrín. 79 A.T.M.T.S.S., caja 99, legajo 1300, Consejo de Guerra nº 2851, 1939. 80 A.T.M.T.S.S., caja 103, legajo 1369, Consejo de Guerra nº 2593, 1939. 81 A.T.M.T.S.S., caja 98, legajo 1279, Consejo de Guerra nº 9182, 1939. 82 A.T.M.T.S.S., caja 83, legajo 1063, Consejo de Guerra nº 2503, 1939. 83 A.T.M.T.S.S., caja 127, legajo 1741, Consejo de Guerra nº 3275, 1940. 84 A.T.M.T.S.S., caja 119, legajo 1619, Consejo de Guerra nº 2946, 1941. Tanto el concejal Manuel Gómez Acosta como Ramón González Colete aparecen en el registro de defunciones como fusilados. Lo cierto es que ambos huyeron al entrar las tropas nacionales en el pueblo pero sus familiares, al no saber nada de ellos, los dieron por muertos o desaparecidos. 85 Entrevista a José López, agosto de 2015. 86 A.T.M.T.S.S., caja 211, legajo 2596, Consejo de Guerra nº 9.160, 1939. 87 A.M.C., Sedes de Obreros de Cortegana, legajo 421. Disolución de la Agrupación Socialista de Cortegana y hojas "Al Pueblo de Cortegana", 1935. H El 13 de agosto la columna de mineros se dirigió al cuartel de la Guardia Civil y Carabineros para desarmarlos Imagen panorámica de Cortegana
  • 16. DICIEMBRE 2015 14 Cultura Los anarquistas, el sexo y la moral: Una aproximación a la sexualidad libertaria durante la Guerra Civil en Almería Antonio Ramírez Navarro I.E.S. La Puebla. Vícar (Almería) diferencia de lo que ocurrió con otras ideo- logías del movimiento obrero, la sexualidad fue una preocupación central entre los anar- quistas. El intento de construir una nue- va moral revolucionaria que superara la mentalidad gazmoña del catolicismo lle- vó a los ensayistas libertarios a plantear toda una nueva serie de actitudes frente a la sexualidad. Sin embargo y a pesar de los proclamas sobre el amor libre -los más 'avanzados' llegaron a definir el matrimonio como una forma de prostitu- ción burguesa-, la mentalidad tradicional y un cierto puritanismo siguieron for- mando parte de las concepciones liberta- rias sobre el sexo. Los escritores y perio- distas ácratas llevaron a la prensa temas no muy habituales en la España de los años treinta como la prostitución, la masturbación o la homosexualidad y sus propuestas, en numerosos casos, resulta- ron contradictorias. El doctor anarquista Félix Martí Ibáñez llevó a cabo en 1935 una serie de encuestas que le permitieron afirmar que en España, afectada aún por una enorme represión, se vivía la sexualidad entre dos polos: el matrimonio y la prostitu- ción. Los libertarios abogaron por que el amor y las uniones libres sustituyeran a las uniones contractuales características de las sociedades burguesas. Para que se produjese la anhelada transformación social, era imprescindible que una nueva moral sexual sustituyese a las conven- ciones burguesas. 1 Durante la guerra, el debate sobre la licitud de la prostitución adquirió una especial importancia por sus implicacio- nes en la marcha de los acontecimientos bélicos. A comienzos de 1938, el diario libertario Emancipación ponía de mani- fiesto que, a pesar de las promesas de redención social asociadas a la revolu- ción, el número de prostitutas en Alme- ría no había dejado de crecer. La ciudad contaba, tal como describe Gerald Bre- nan, con un barrio de burdeles situado entre la Plaza Vieja y el cerro de San Cristóbal. 2 El autor de la columna anó- nima, aseguraba haber visto en la aveni- da de la República la "caravana de dolor" formada por las meretrices que volvían del reconocimiento médico. A falta de dinero, se permitía incluso que los usuarios de la prostitución pagaran con vales. El columnista se muestra escandalizado por el hecho de que se permita una actividad que contribuye a difundir las enfermedades venéreas y favorece el espionaje: "Combatientes con venéreo (sic) son indignos de figurar en nuestras trincheras". 3 En diciembre de 1936 la Delega- ción de Orden Público y Presos, encabe- zada por el anarquista Juan del Águila, prohibía terminantemente la entrada a las casas de prostitución a partir de las siete de la tarde a toda persona ajena a las mismas para evitar "la degeneración que a nuestras juventudes proporciona estos lugares (sic) y por exigirlo además la moral revolucionaria". 4 Sin embargo fueron las prostitutas, por su "desviación sexual", las que cargaron con la culpa de propagar las enfermedades venéreas mientras que se eximía de toda respon- sabilidad a sus clientes. 5 La revista quincenal del comisa- riado de guerra de la 147 Brigada Mixta ¡Nervio! reconocía en su primer número que "las bajas en nuestro Ejército han sido más numerosas por las enfermeda- des venéreas que por las balas de nues- tros enemigos". 6 En Madrid, al estallar la guerra, numerosas prostitutas acudie- ron al frente de Somosierra haciéndose pasar por milicianas, en busca de un negocio que comenzaba a decaer en la capital 7 y la fama de la relajación sexual en las trincheras llegó a tal extremo que la mujer del comandante comunista Ledesma Carreño se empeñó en acom- pañarlo al frente de Mecina Bombarón, a pesar de no ser miliciana, "para evitar que hiciera vida marital con otras muje- res". 8 Sin embargo, la considerable expansión de las enfermedades venéreas seguramente estuvo más relacionada con A 1 MASJUAN, Eduard. "Población y recursos naturales en el Anarquismo Ibérico: Una perspectiva ecológico-humna en el marco del socialismo de los pobres". Ecología Política, nº 5. Barcelona, 1993, pp. 41-56. 2 BRENAN, Gerald. Al sur de Granada. (Véase el capítulo "Almería y sus burdeles"). Tusquets. Barcelona, 1997, pp. 237-260. 3 Emancipación, 2-1-1938. 4 ¡Adelante!, 30-12-1936. 5 MATTHEWS, James. Soldados a la fuerza. Reclutamiento obligatorio durante la guerra civil 1936-1939. Alianza. Madrid, 2012, pp. 204-205. 6 ¡Nervio!, 1-1-1938. 7 CAMPOAMOR, Clara. La revolución española vista por una republicana. Espuela de plata. Sevilla, 2011, p. 100. 8 Juzgado Togado Territorial (Jutoter) nº 23, sumaria 29.146/39.
  • 17. DICIEMBRE 2015 15Cultura el aumento de la prostitución en la reta- guardia, motivada por la creciente demanda de los soldados de permiso, que con la actividad de las prostitutas en los frentes. En el mismo número de ¡Nervio!, prueba de que el problema llegó a ser casi una obsesión para las autoridades militares, se daban una serie de consejos a los soldados, algunos perogrullescos, para que intentasen evitar el contagio. Una visión pesimista que consideraba los burdeles algo inevitable convivía, pues, con la de los partidarios de supri- mir radicalmente la prostitución: "En primer lugar hay que echar mano al prostíbulo el menor número de veces posible. Cuanto menos se recurra a las prostitutas, menos posibilidad hay de que nos contagien. Al burdel hay que ir solo en aquellos casos en que no nos sea posible escapar por otro punto". El anó- nimo columnista ofrece a los soldados una alternativa en la que, poniéndose como ejemplo, encuentra solo ventajas: "Yo recurro a la masturbación antes que al prostíbulo. Al menos así me prostitu- yo solo. Y me evito tres cosas: gastar dinero, ser contagiado y fomentar la prostitución." En cualquier caso el obje- tivo para los anarquistas ha de ser el de rechazar "la cómoda satisfacción que da el burdel" y "superarse y hacerse acree- dor de las caricias sanas, plenas y ale- gres de las mujeres decentes". 9 A pesar de esta apología del ona- nismo, en un primer momento, los anar- quistas se pronunciaron también contra la masturbación en términos parecidos a los que empleaba la Iglesia católica. Así, en los años veinte, la revista Generación Consciente, preocupada siempre por temas relacionados con la salud y la sexualidad, publicaba un artículo de Caro Crespo en el que se asegura que "una de las causas que originan y pro- longan la degeneración de la especie arrojando cada año un aumento conside- rable sobre el año anterior de tuberculo- sos, de tísicos, de degenerados y enfer- mos de toda especie, son los llamados vicios solitarios, en los cuales la juven- tud siente el placer de los sentidos des- viados, de las pasiones desenfrenadas, incontenidas, despertadas en la más escandalosa orgía de la más impúdica y absurda moral". 10 En los años treinta el ideólogo anarquista Isaac Puente, médico de pro- fesión, consideró exagerados los peli- gros de la masturbación y ya en 1935 Llauradó publicó en la prensa anarquista una "rehabilitación del onanismo" en la que se rechazaba el concepto de vicio solitario y se consideraba la masturba- ción una práctica normal y saludable. 11 Aunque con poco éxito, la propa- ganda de guerra hizo todo lo posible para evitar que los milicianos frecuenta- ran los burdeles. Desde las páginas de Fragua Social se conminaba al comba- tiente: "Recuerda que tras las frágiles caricias se esconden los gérmenes de males sucios y dolorosos (...) lo mejor sería que sublimaras el deseo fundiéndo- lo en anhelos de esperanza y victoria". 12 No consta que la propuesta de la subli- mación, extrañamente parecida a la dada por la Iglesia católica, lograse los resul- tados previstos. Ya en 1919, la posteriormente diputada comunista Margarita Nelken denunciaba que en España, a diferencia de lo que ocurría en países más avanza- dos, no se hacía otra cosa para impedir la prostitución que no fuese intentar recluir a las prostitutas en conventos.13 Las autoridades republicanas, antes del esta- llido de la guerra, habían mostrado una clara tendencia abolicionista. Se creó un Patronato de Protección de la Mujer que sustituyó al Patronato para la Represión de la Trata de Blancas. Un decreto publi- cado en junio de 1935 aseguraba que en España no se reconocía la prostitución como medio lícito de vida. Sin embargo la contienda hizo que la prostitución aumentara en los dos bandos.14 Los anarquistas se pronunciaron desde sus medios informativos contra la prostitución e intentaron aleccionar a sus militantes para que no recurrieran a sus servicios. Así, en un consultorio de una revista libertaria de la época, podía leer- se: "¿Un anarquista puede acudir a los prostíbulos para satisfacer una necesidad sexual?" "No -responde la Revista Blan- ca-, el hombre que acude a las casas de mala nota no puede ser anarquista".15 La organización libertaria Mujeres Libres realizó una activa campaña planteando la prostitución como un problema de salud que, a través de las enfermedades venére- as, producía numerosas bajas entre los soldados republicanos y también como un mal social al que se veían abocadas las mujeres por falta de recursos econó- micos. La organización llegó a crear unos liberatorios de la prostitución con los que se intentaba regenerar a las muje- res públicas.16 Eran una especie de asilos en los que las mujeres que querían aban- donar el oficio recibían ayuda y forma- 9 ¡Nervio!, 1-1-1938. 10 CLEMINSON, Richard. Anarquismo y sexualidad en España (1900-1939). Universidad de Cádiz, 2008, p. 140. 11 Ibídem, p. 147. 12 Fragua Social, 27-6-1937, citado en SAFÓN SUPERVÍA, Agustín y SIMEÓN RIERA, José Daniel. Valencia 1936-1937. Una ciudad en guerra. Ayun- tamiento de Valencia, 1986, p. 86. 13 NELKEN, Margarita. La condición social de la mujer en España. CVS. Madrid, 2012, p. 127. 14 SÁNCHEZ, Pura. Individuas de dudosa moral. La represión de las mujeres en Andalucía (1936-1958). Crítica. Barcelona, 2009, pp. 76-77. 15 PANIAGUA FUENTES, Xabier. "Religión y anticlericalismo en el anarquismo español". Estudis d'Història Contemporània del País Valencià, nº 1. Valen- cia, 1979, pp. 257-269. 16 Ruta, 28-1-1937. H Crear unos liberatorios de la prostitución con los que se intentaba regenerar a las mujeres públicas
  • 18. DICIEMBRE 2015 16 Cultura ción pero la iniciativa, en líneas genera- les, fue un fracaso.17 La prostitución, lejos de disminuir durante la guerra, se incrementó considerablemente. Sin embargo no todas las enfer- medades venéreas, que fueron definidas en un cartel de la época como "el fascis- mo de la naturaleza", eran achacables a la prostitución. Durante los primeros meses de la guerra, en el bando republi- cano se vivió un debate sobre si las mujeres debían incorporarse directa- mente al frente o limitarse a realizar fun- ciones de apoyo al Ejército desde la reta- guardia. En un primer momento los anarquistas apoyaron el papel activo de la mujer en el combate, pero la prolifera- ción de venéreas y la relajación en la moral de guerra llevaron a que muchos libertarios cambiaran de opinión y adop- taran posiciones sexistas. Martí Ibáñez, responsable de la legalización del aborto en Cataluña en diciembre de 1936, abo- gó por la retirada de las mujeres del fren- te para que los hombres no malgastasen sus energías en relaciones eróticas. La propuesta de Martí pasaba por la casti- dad y la disciplina sexual para potenciar al máximo el esfuerzo bélico. 18 Los anarquistas se pronunciaron también contra la pornografía y los espectáculos subidos de tono que proli- feraron durante el régimen republicano. En su labor emancipatoria de mujeres y jóvenes, el Ateneo Libertario tuvo una actuación moralizante y así, en octubre de 1933, dirigía una carta al Diario de Almería, para que cesara el espectáculo de varietés que se estaba representando con carácter ambulante en el parque Nicolás Salmerón y en el que, "cinco desgraciadas mujeres" eran obligadas "a ejecutar unos actos que traspasan todos los límites de la obscenidad dando con ello lugar a que los espectadores que acuden a estos lugares caigan en las abe- rraciones más repugnantes". 19 El Ateneo Libertario se instaló en la iglesia de los Franciscanos, donde el periodista Maria- no Brisa, que firmaba sus artículos en Emancipación con el pseudónimo de 'Gabay', pronunció conferencias de "tema sexual". 20 Tras incautarse del templo los libertarios instalaron una pis- cina en la que según los franquistas, siempre dados a imaginar todo tipo de conductas desenfrenadas en el bando republicano, niños y niñas se bañaban "totalmente desnudos y al mismo tiempo unas y otros". 21 Los anarquistas adoptaron tam- bién posturas antinatalistas. Mariano Brisa pronunció en el Ateneo libertario una conferencia sobre maternidad cons- ciente ante un nutrido auditorio en el que abundaban las "féminas curiosas". Gabay se quejó del alto número de embarazos en unos momentos en los que habría que evitar las fecundaciones ya que los sobresaltos a los que se veían sometidas las madres a causa de los bombardeos afectaban a los fetos. El redactor anarquista fue aún más lejos y ante su auditorio explicó varios métodos anticonceptivos "algunos tan sencillísi- mos que están al alcance de cualquier mujer". El conferenciante terminó su intervención recordando a las jóvenes presentes su "derecho a elegir" antes de unirse sexualmente a un hombre. 22 Los libertarios intentaron susti- tuir la moral tradicional en torno a las relaciones sexuales por su concepto de amor libre que, en los casos más extre- mos, dejaba sin sentido el concepto de adulterio. Desde las páginas de ¡Nervio!, Mariano Gallardo rompía una lanza en favor de la libertad de las mujeres para tener relaciones con hombres que no fueran sus parejas habituales: "Suponga- mos que 'mi' mujer cohabita con otro hombre. Este hecho ¿en qué puede dis- minuir la integridad ética de 'mi' mujer? Yo creo que en nada. ¿Qué diferencia puede haber entre una cópula realizada conmigo y otra cópula verificada con otro? Si mi cópula es perfectamente moral, lo mismo lo será la cópula del otro. No puede haber un coito 'decente' y un coito 'inmoral' por el hecho de ser diferentes los órganos copuladores mas- culinos". 23 Gallardo culpaba a las muje- res, por su negativa a tener relaciones prematrimoniales y extramaritales, de que los hombres se vieran obligados a recurrir a los lupanares. "Parece ser que las mujeres no se prestan fácilmente a las relaciones sexuales sin haber tenido con el hombre un cierto tiempo de trato amistoso o de idilios palabreros y senti- mentalistas. Ese empalagoso e irritante sentimentalismo femenino da por resul- tado el tener el hombre que echar mano a la prostitución para satisfacerse 17 GUEREÑA, Jean-Louis. La prostitución en la España contemporánea. Marcial Pons. Madrid, 2003, p. 408 18 NASH, Mary. Rojas. Las mujeres republicanas en la Guerra Civil. Taurus. Madrid, 2000, pp. 171-172. 19 Diario de Almería, 31-10-1933. 20 Emancipación, 30-1-1938. 21 Causa General, 1164, Exp. 7-168. 22 Emancipación, 1-2-1938. 23 ¡Nervio!, 1-3-1938.
  • 19. DICIEMBRE 2015 17Cultura sexualmente". En su opinión la virgini- dad debía tratarse como "un delito social, un atentado a la salud y a la tran- quilidad de los hombres (...) esa virgini- dad es la causa de que haya burdeles, de que muchas jóvenes caigan en el cieno de la prostitución, de que haya enferme- dades sexuales, y de que los hombres se embrutezcan en el prostíbulo, en el caba- ret". 24 Eso sí, Brisa no especificó a par- tir de qué edad la virginidad debería ser considerada delito. El concepto de amor libre no abarcaba las relaciones sexuales entre personas de un mismo sexo. El escritor libertario Javier Serrano consideraba la homosexualidad "una enfermedad repug- nante" mientras que el médico naturista Roberto Remartínez la veía como una degeneración sexual. La literatura anar- quista de la época está llena de ejemplos en las que el señorito burgués es identifi- cado con la perversión homosexual mientras que el obrero es encarnación de la sana virilidad heterosexual. 25 En el mejor de los casos, los libertarios consi- deraban la homosexualidad una patolo- gía, lo que les llevó a oponerse a que se adoptaran sanciones contra aquellos invertidos que lo fuesen por su naturale- za y no por vicio o esnobismo. A pesar de su defensa del amor libre, muchos anarquistas siguieron optando por el matrimonio aunque, eso sí, despojado de todas sus connotaciones burguesas. El juez de instrucción de Sor- bas Francisco Escribano contó a las auto- ridades franquistas los numerosos pro- blemas que tuvo con los milicianos que acudían al registro civil para casarse. Per- trechados con fusiles y bombas de mano, se presentaban ante el alcalde para con- traer matrimonio pero se negaban a cum- plir las formalidades legales exigidas. 26 Las proclamas a favor del amor libre convivían con una mentalidad puri- tana heredada de una España tradicio- nalmente católica. Especialmente curio- so es el caso de Juan del Águila, líder de la FAI en Almería y presidente del comi- té de presos, responsable de la mayoría de los crímenes que se cometieron durante los primeros meses de la guerra. En su declara- ción ante las autoridades franquistas asumió la res- ponsabilidad directa en 400 asesinatos, cifra en la que bien pudieron influir los expeditivos métodos de los interrogadores para arrancar confesiones. A propuesta de Francisco Maroto, el comité regional de la CNT, reunido en Baza en abril de 1937, soli- citó la expulsión de Juan del Águila por inmoral, 27 pero no se basaba en los asesinatos sino en que vivía con su amante Fer- nanda Mañas tras haber abandonado a su esposa Carmen Ibáñez. Su hermano Fran- cisco, uno de los principa- les dirigentes anarquistas almerienses, fusilado como Juan al acabar la guerra, protagonizó también un 'escándalo' a pesar de la nueva moral revolucionaria. Abandonó a su novia embarazada de catorce años para unirse con otra mujer. Los franquistas, que ten- dían a imaginar un bando republicano con una moral sexual mucha más relaja- da de la que tuvo en la realidad, asegura- ron en el informe de la Falange que Fran- cisco del Águila "no tenía reparos en la violación de mujeres, considerando esto como un caso de deportismo (sic)". 28 En general, la moral de los anar- quistas vivió instalada en una contradic- ción entre el hedonismo y la defensa de los goces naturales que postulaban los defensores del amor libre y un purita- nismo de herencia cristiana que no se privaba de recurrir a imágenes evangé- licas para aleccionar a los creyentes en el ideal. 29 Más pacatos que los anarquistas, los comunistas se ocuparon mucho menos de las cuestiones sexuales. Seguían así el criterio de Lenin, que se opuso a la liberación de la mujer y pos- tuló un puritanismo revolucionario no siempre acorde con su vida personal: "No tengo ninguna confianza en la segu- ridad y perseverancia en la lucha de las mujeres, para las cuales la novela perso- nal se mezcla con la política. Como tam- poco en los hombres que corren detrás de todas las faldas y se enamoran de todas las mujeres. ¡No, no, eso no va con la revolución!" 30 24 NASH, Mary. Mujer, familia y trabajo en España (1875-1936). Anthropos. Barcelona, 1983, pp. 275-276. 25 LORA MEDINA, Alejandro. "Consideraciones sobre el homosexualismo en el anarquismo español de los anos 30", en CASAS SÁNCHEZ, José Luis y DURÁN ALCALÁ, Francisco (coord.). Republicanismo en España. Cultura, política e ideologías. Patronato Niceto Alcalá-Zamora y Torres. Priego de Cór- doba, 2013. 26 Causa General, 1161, exp. 3-682. 27 AMORÓS, Miquel. Maroto, el héroe. Virus. Barcelona, 2011, p. 171. 28 Jutoter nº 23. Sumaria 137A/41. 29 ÁLVAREZ JUNCO, José. La ideología política del anarquismo español (1868-1910). Siglo XXI. Madrid, 1991, p. 132. 30 DUCRET, Diane. Las mujeres de los dictadores. Aguilar. Madrid, 2011, p. 106.
  • 20. “FALLAMOS: Que debemos condenar y condenamos al pro- cesado rebelde MIGUEL GRANADOS RUIZ, como autor de un delito consumado de Masonería, con la concurrencia de circunstancias agravantes de la responsabilidad criminal a la pena, de TREINTA AÑOS de reclusión mayor, y accesorias de interdicción civil durante el tiempo de condena y las inhabili- taciones y separación para el ejercicio de cualquier cargo del Estado, Corporaciones Públicas y Oficiales, Entidades Sub- vencionadas y Empresas Concesionarias, Gerencias y Conse- jos de Administración de Empresas Privadas, así como cargos de confianza, mando y dirección de las mismas, separándole definitivamente de los aludidos cargos” Madrid, a treinta de enero de mil novecientos cuarenta y dos.1 sí concluía el sumario abierto por el Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo contra Miguel Granados. No será ésta la única condena que recayó sobre Miguel Granados Ruiz. Según lo previsto en el artículo octavo de la Ley de 1 de marzo de 1940 sobre Represión de la Masonería y del Comunismo, por su condición de masón también se le abrió un procedimiento para una imposición de sanción económica en base a la Ley de Responsabilidades Políticas de 9 de febrero de 1939. En octu- bre de 1945 el Tribunal de Responsabilidades Políticas aprobó el embargo de parte de la que fue su vivienda en la ciudad de Almería. Meses después el mismo tribunal declaró finalmente el sobreseimiento del caso al no exceder sus bienes a la canti- dad de 25.000 pesetas. 2 Miguel Granados Ruiz no tuvo que cumplir ni la pena privativa de libertad ni la sanción económica a las que aludía- mos anteriormente. Y no tuvo que hacerlo, porque pagó una pena mucho más dura, cruel y prolongada como fue la del exi- lio de por vida y la del olvido de los almerienses. Con este breve trabajo centrado en la biografía de uno de esos muchos republicanos casi anónimos, pretendemos acercar al lector a la difícil situación a la que se vieron aboca- dos al final de la Guerra Civil muchos de quienes durante años lucharon por las libertades dentro de la legalidad Republicana. A través de todo un cuerpo legal que incumplía las garantías jurídicas mínimas exigibles en Derecho, las autoridades Fran- quistas prolongaron su particular lucha por imponer su mode- lo de Espala más allá de los campos de batalla. El trabajo se complementa con el esbozo de una pro- puesta didáctica destinada al alumnado de 2º de Bachillerato en Historia de España. A través de diferentes fuentes históricas los alumnos reconstruyen la trayectoria política del personaje con la intención de hacerles reflexionar sobre la causalidad y la empatía histórica necesaria. El Sumario número 250-941 contra Miguel Granados Ruiz En el Preámbulo de la Ley sobre la Represión de la Masonería y el Comunismo de 1 de marzo de 1940, las autori- dades franquistas dejan patente su beligerancia hacia lo que consideraban grandes males de la Patria: “En la pérdida del imperio colonial español, en la cruente guerra de la Indepen- dencia, en las guerras civiles que asolaron a España durante el pasado siglo, y en las perturbaciones que aceleraron la caída de la Monarquía constitucional y minaron la etapa de la Dicta- dura, así como en los numerosos crímenes de Estado, se descu- Experiencias Didácticas18 A Miguel Granados Ruiz: compromiso, represión y olvido. Una propuesta didáctica Pedro Martínez Gómez I.E.S. Alborán (Almería) 1 Centro Documental de la Memoria Histórica, Expediente personal masónico y Sumario del Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo contra Miguel Granados Ruiz, Exp. 23, Leg. 21. Archivo General de la Administración, Expediente de Miguel Granados Ruiz en el Tribunal de Responsabilidades Políticas (7) 39.0275/741 2 Ley de 1 de marzo de 1940 sobre la Represión de la Masonería y el Comunismo, en Boletín Oficial del Estado, 2 de marzo de 1940. Ley de Responsabili- dades Políticas, en Boletín Oficial del Estado, 13 de febrero de 1939
  • 21. DICIEMBRE 2015 19Experiencias Didácticas bre siempre la acción conjunta de la masonería y de las fuerzas anarquizantes movidas a su vez por ocultos resortes internacio- nales”. En el artículo cuarto concretan el objeto de su actua- ción: “Son masones todos los que han ingresado en la masone- ría y no han sido expulsados o no se han dado de baja de la misma o no han roto explícitamente toda relación con ella”. El Preámbulo no deja duda sobre la culpabilidad histó- rica de los males de España que el Franquismo otorga a la Masonería. Por tanto, el panorama se dibujaba bastante gris para toda una generación de políticos que habían estado liga- dos por convencimiento o conveniencia a la Masonería, funda- mentalmente durante la Dictadura de Primo de Rivera y a lo largo de la Segunda República. 3 Adentrándonos en el proceso contra nuestro personaje, la primera ilegalidad que se produce es el carácter retroactivo de la ley. Miguel Granados forma parte de todo un amplísimo grupo de personas que fueron encausados y juzgados por actuaciones que en el momento de realizarse estaban dentro de la legalidad de la Dictadura o la Segunda República. 4 Además, son procesos que no cumplen con los requisitos de garantía jurídica necesaria. Con una celeridad inusual la incoación de su expediente comienza el 15 de noviembre de 1941 y se dic- ta sentencia el 30 de enero de 1942. En ese periodo dio tiem- po a realizar la denuncia, recopilar la información necesaria, declararle en rebeldía, hacer la petición por el Ministerio Fis- cal y dictar sentencia. La composición de los tribunales evidencia también la falta de imparcialidad exigible. Para juzgar a Miguel Granados Ruiz se constituyó un Tribunal integrado por el general Sali- quet como presidente y como vocales el Sr. Pradera y el gene- ral Ricardo Rada Peral. No parece lo más apropiado que el pre- sidente del Tribunal fuese un militar forzado al retiro por la Reforma de Azaña y que participó activamente en la Guerra Civil. Pero el caso más significativo es el del general Rada. Durante la Dictadura de Primo de Rivera, el general Rada con el empleo entonces de comandante, actuó como delegado gubernativo en el partido judicial almeriense de Vera en los primeros meses de 1924. Apenas unos meses atrás, en septiem- bre de 1923, Miguel Granados había sido el único concejal del Ayuntamiento de Almería que había mostrado públicamente su disconformidad con el acuerdo municipal de felicitar a Alfon- so XIII por su decisión de apoyar el golpe militar del general Miguel Primo de Rivera. En 1931 Granados Ruiz fue elegido Alcalde de Almería y Diputado a Cortes. Militante del Partido Republicano Radical Socialista y más tarde de Izquierda Republicana, tras las elecciones de febrero de 1936 fue nom- brado Gobernador Civil de Badajoz. El general Rada, propie- tario de una finca en la localidad almeriense de Fiñana, ade- más de su cargo durante la dictadura primorriverista, en la República militó en la Acción Popular almeriense y más tarde en la Comunión Tradicionalista, siendo candidato a Cortes en febrero de 1936. Los otrora adversarios políticos se veían de nuevo las caras. No parece que entre juez y enjuiciado existie- se la relación más deseada en aras de la imparcialidad precisa. En el expediente comprobamos que en la Conceptua- ción policial de Miguel Granados aparece: “Socialista y Masón” y en su Grado de Peligrosidad es calificado como: “Muy Peligroso”. Conviene que, aunque sea brevemente, rela- temos algunos aspectos de su vida política a fin de determinar la veracidad o inexactitud de estos calificativos. Efectivamen- te, Miguel Granados se había iniciado en la masonería a través de la logia Evolución nº 403 (GOE) en enero de 1921 con el nombre simbólico de Pepe Jesús. En 1923 adquirió el grado de maestre masón. Durante la dictadura primorriverista, Miguel Granados, al igual que otros muchos republicanos, encontró el refugio necesario para mantener su actividad y reflexión polí- tica gracias a la permisividad de las autoridades. En esos años encontramos a un Granados masón que participó en la Asam- blea celebrada en Sevilla por la Gran Logia Simbólica Regio- nal Mediodía de España o siendo uno de los fundadores de la Logia Progreso nº 28 en Almería. Su actividad masónica al igual que la del resto de masones españoles se vio interrumpi- da en 1928 por el cambio de opinión de Primo de Rivera que optó por suspender las logias. En 1930 retoma su actividad masónica a través ahora de la Logia Actividad nº 24, pero según consta en su expediente masónico, a finales de 1931 abandona la masonería por plancha de quite. A la vista de los datos, efectivamente sí perteneció a la masonería, pero lo hizo con el beneplácito de las autoridades gubernativas del momen- to e incluso consta su baja. Retroactividad y revisión parcial de su expediente masónico no otorgan ningún tipo de validez jurí- dica a su proceso judicial. El otro calificativo es el de “socialista”. Granados había iniciado su trayectoria política al inicio de la década de los años veinte presidiendo el Círculo Instructivo Benéfico Republicano de Almería y siendo elegido concejal del Ayuntamiento de Almería entre 1920 y 1923 como republicano. Son años de una 3 Para profundizar sobre la evolución de la Masonería, GÓMEZ MOLLEDA, María Dolores, La masonería en la crisis española del siglo XX, Madrid, 1986; y ÁLVAREZ REY, Leandro, “Republicanismo y masonería en Andalucía. Una aproximación” en MARTÍNEZ LÓPEZ, Fernando (Ed), Nicolás Salmerón y el republicanismo parlamentario. Madrid, 2007, pp: 240-247. Una visión de conjunto sobre la Ley de Responsabilidades Políticas en ÁLVARO DUEÑAS, Manuel, Por ministerio de la ley y voluntad del Caudillo. Jurisprudencia Especial de Responsabilidades Políticas (1939-19445), Madrid, 2006. Un análisis completo sobre la actuación de estos tribunales en Andalucía en GÓMEZ OLIVER, Miguel y MARTÍNEZ SÁNCHEZ, Fernando (Coord), El “botín” de guerra en Andalucía. Cultura represiva y víctimas de la Ley de Responsabilidades Políticas, Madrid, 2015 4 Para la trayectoria política de Miguel Granados Ruiz y Ricardo Rada Peral, MARTÍNEZ GÓMEZ, Pedro, La dictadura de Primo de Rivera en Almería. Almería, 2008; QUIROSA-CHEYROUZE MUÑOZ, Rafael, Católicos, monárquicos y fascistas en Almería durante la Segunda República. Almería, 1998; y ÁLVAREY REY, Leandro, Los Diputados por Andalucía de la Segunda República: 1931-1939. Diccionario biográfico, Sevilla, 2009 H Socialista y Masón
  • 22. DICIEMBRE 2015 20 Experiencias Didácticas intensa labor para contrarrestar la actuación de unos ayunta- mientos controlados por los partidos del turno y en los que Gra- nados Ruiz se erige en portavoz de los obreros almerienses que se veían abocados a la emigración ante la falta de trabajo o que protagonizaban la huelga minera en la cuenca de Serón. Denun- cias por las irregularidades en las contrataciones municipales o la defensa de la secularización de las instituciones ejempli- fican su actuación. Tras la visita de Alfonso XIII a Almería en 1922, Granados no dudó en mani- festar en un pleno municipal: “que no vuelva, que la ciudad no está para estos gastos”. En plena Dic- tadura presidió el comité de la Alianza Republicana almeriense. Tras la caída de la Dictadura retomó su acta de concejal a la vez que fue uno de los impulsores del Partido Republicano Radical Socialista en Almería. Seguidor de la línea políti- ca de Marcelino Domingo terminó integrándose en las filas de la Izquierda Republicana de Manuel Azaña. Su notoriedad política le valió para ser elegido primer Alcalde repu- blicano de Almería en 1931, Diputado a Cortes en 1931 y Gobernador Civil de Badajoz en 1936. Evidentemente, son cargos para los que fue “elegido” con la misma legitimación que los polí- ticos de posiciones más conservadoras que desempeñaron cargos similares en el periodo republicano. Pero si su presencia en la maso- nería y su actividad política se adecua a la legalidad del momento, tal vez el cali- ficativo de “Muy Peligroso” habría que buscarlo en su actua- ción al ocupar cargos políticos. Ya hemos dado cuenta de su labor como concejal en defensa de los intereses de los obreros, el res- peto a los procedimientos adminis- trativos y de la República. Iniciati- vas que en su momento no le supu- sieron ningún tipo de recriminación gubernativa. En los primeros momentos de la Dictadura de Pri- mo de Rivera, sí tenemos constan- cia de un destierro en Granada que responde más a una labor preventi- va, ya que son años de calma en la provincia. Tal es la normalidad de estos años, que Miguel Granados participó en 1926 en la celebración del aniversario de la Primera Repú- blica y la erección de la estatura en honor a Nicolás Salmerón en su pueblo natal de Alhama. Como Diputado fue elegido Secretario de la Mesa del Congreso. Sus intervenciones parlamentarias se limitan a sumarse a las iniciativas de otros Diputados alme- rienses reclamando inversiones públicas que paliasen la falta de agua para riegos. En febrero de 1932 se unió, a través de una enmienda, al proyecto de Ley sobre el Régimen del Patri- monio de la Corona solicitando que los edificios y vías públi- cas de La Granja (Segovia) pasasen a usufructo del pueblo. Como Gobernador de Badajoz tuvo que hacer frente a la ocu- pación de fincas por los sindi- catos en la primavera y el vera- no de 1936, y a la sublevación militar en julio con la deten- ción de falangistas y revolu- cionarios de izquierda. Ante el avance de las tropas del teniente coronel Yagüe y días antes de la toma de Badajoz, Miguel Granados huyó a Portugal. Días después, un grupo de falangistas penetró en Portugal con la intención de secuestrarlo y llevarlo de nuevo a España para juz- garlo por haber encarcelado al Jefe provincial de Falan- ge. Gracias a la actuación del Gobernador de Elvas pudo salvar su vida. En su expediente no consta ningún hecho que venga a dar sentido al calificativo de “Muy Peligroso” y en nuestro relato tampoco encontramos evidencia alguna al respecto. ¿Por qué entonces esa calificación? Es una pregunta a la que no encontramos respuesta más allá del simple hecho de haber