El documento presenta un resumen de las lecturas bíblicas de un día en particular. La primera lectura es del libro de Jeremías y habla sobre enmendar la conducta. El salmo responsorial expresa el deseo de estar en la casa del Señor. El evangelio presenta la parábola de Jesús sobre el trigo y la cizaña. El documento ofrece una reflexión sobre cómo esta parábola se refiere a la convivencia del bien y el mal en el mundo y en nosotros mismos.
1. Primera Lectura: del libro de Jeremías (7,1-11):
Salmo Responsorial: Sal 83,3.4.5-6a.8a.11
R/. ¡Qué deseables son tus moradas, Señor de los ejércitos!
Evangelio: san Mateo (13,24-30):
El trigo y la cizaña
Tiempo Ordinario. Nosotros también
somos tierra fértil donde se puede
sembrar trigo y... cizaña.
Autor: Luis Felipe Nájar | Fuente: Catholic.net
2. Primera lectura
Lectura del libro de Jeremías (7,1-11):
Palabra del Señor que recibió Jeremías: «Ponte a la puerta del templo, y grita allí
esta palabra: "¡Escucha, Judá, la palabra del Señor, los que entráis por esas puertas
para adorar al Señor! Así dice el Señor de los ejércitos, Dios de Israel: Enmendad
vuestra conducta y vuestras acciones, y habitaré con vosotros en este lugar.
No os creáis seguros con palabras engañosas, repitiendo: 'Es el templo del Señor, el
templo del Señor, el templo del Señor.' Si enmendáis vuestra conducta y vuestras
acciones, si juzgáis rectamente entre un hombre y su prójimo, si no explotáis al
forastero, al huérfano y a la viuda, si no derramáis sangre inocente en este lugar, si
no seguís a dioses extranjeros, para vuestro mal, entonces habitaré con vosotros en
este lugar, en la tierra que di a vuestros padres, desde hace tanto tiempo y para
siempre. Mirad: Vosotros os fiáis de palabras engañosas que no sirven de nada.
¿De modo que robáis, matáis, adulteráis, juráis en falso, quemáis incienso a Baal,
seguís a dioses extranjeros y desconocidos, y después entráis a presentaros ante mí
en este templo, que lleva mi nombre, y os decís: 'Estamos salvos', para seguir
cometiendo esas abominaciones? ¿Creéis que es una cueva de bandidos este templo
que lleva mi nombre? Atención, que yo lo he visto."» Oráculo del Señor.
¡Es palabra de Dios! ¡Te alabamos Señor !
3. Salmo 83,3.4.5-6a.8a.11
R/. ¡Qué deseables son tus moradas, Señor de los ejércitos!
Mi alma se consume y anhela
los atrios del Señor, mi corazón
y mi carne retozan por el Dios vivo. R/.
Hasta el gorrión ha encontrado una casa;
y la golondrina, un nido
donde colocar sus polluelos:
tus altares, Señor de los ejércitos,
Rey mío y Dios mío. R/.
Dichosos los que viven en tu casa,
alabándote siempre.
Dichosos los que encuentran en ti su fuerza;
caminan de baluarte en baluarte. R/.
Vale más un día en tus atrios
que mil en mi casa, y prefiero
el umbral de la casa de Dios
a vivir con los malvados. R/.
4. Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Mateo (13,24-30):
En aquel tiempo, Jesús propuso otra parábola a la gente: «El
reino de los cielos se parece a un hombre que sembró buena
semilla en su campo; pero, mientras la gente dormía, su enemigo
fue y sembró cizaña en medio del trigo y se marchó. Cuando
empezaba a verdear y se formaba la espiga apareció también la
cizaña. Entonces fueron los criados a decirle al amo: "Señor,
¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde sale la
cizaña?" Él les dijo: "Un enemigo lo ha hecho." Los criados le
preguntaron: "¿Quieres que vayamos a arrancarla?" Pero él les
respondió: "No, que, al arrancar la cizaña, podríais arrancar
también el trigo. Dejadlos crecer juntos hasta la siega y, cuando
llegue la siega, diré a los segadores: Arrancad primero la cizaña
y atadla en gavillas para quemarla, y el trigo almacenadlo en mi
granero.»
¡Es palabra del Señor! ¡Gloria a Ti, Señor Jesús!
5. Oración
Señor, inicio mi oración pidiendo perdón por no corresponder a tu amor.
Tú sabes que en mi vida hay mucha cizaña pero, gracias a tu misericordia,
también hay buen trigo. Concédeme en esta oración purificar mi corazón,
mis hábitos, defectos y debilidades, para ser un cristiano más auténtico y
un verdadero apóstol de tu Reino.
Petición
Señor, vence con tu misericordia mi malicia y dame la gracia de amarte
más cada día.
6. Meditación
Jesús compara el Reino de los cielos con un campo de trigo para darnos a
entender que dentro de nosotros se ha sembrado algo pequeño y escondido,
que sin embargo tiene una fuerza vital que no puede suprimirse.
A pesar de los obstáculos, la semilla se desarrollará y el fruto madurará.
Este fruto será bueno sólo si se cultiva el terreno de la vida según la
voluntad divina.
Por eso, en la parábola de la cizaña, Jesús advierte que, después de la
siembra del dueño, "mientras todos dormían", aparece "su enemigo", que
siembra la cizaña.
Esto significa que tenemos que estar preparados para custodiar la gracia
recibida desde el día del bautismo, alimentando la fe en el Señor, que
impide que el mal eche raíces.
San Agustín, comentando esta parábola, observa que "primero muchos son
cizaña y luego se convierten en grano bueno". Y agrega: "si éstos, cuando
son malos, no fueran tolerados con paciencia, no lograrían el laudable
cambio". (Benedicto XVI, 17 de julio de 2011.)
7. Reflexión
En el mundo se ven siempre dos tipos de hombre, el bueno o el malo. El campo es
la tierra donde viven juntos los hombres buenos con los malos. Si vemos los
campos la forma del trigo es casi la misma que la forma de la cizaña, pero están tan
juntos que es peligroso arrancar una sin hacer daño a otra. La cizaña roba agua y
minerales de la tierra destinados al trigo.
Es una parábola que se refiere nuestro mundo. Aquí las apariencias engañan.
Nosotros también somos tierra fértil donde se puede sembrar cizaña, viene el
enemigo cuando no lo esperamos, a veces sutilmente envuelto en medias verdades
o para nuestro bien aparente. Sin embargo, estos dos campos diferentes, el mundo y
nosotros mismos, están continuamente guardados por el Sembrador. Él quita las
yerbas que crecen en nuestra tierra, nos protege como plantas débiles.
Pero podemos dejar todo el trabajo a Él, como dice san Agustín el que te creó sin ti
no te salvará sin ti. Por eso debemos orar y velar para que no sembremos con una
mano trigo y con la otra cizaña. Debemos dar fruto de conversión para escuchar
estas palabras del sembrador: la podaré y pondré abono para que dé más fruto.
8. Propósito
Que todo lo que haga, lea, vea o escuche hoy, sea digno del Espíritu Santo
quien quiero que viva en mí.
Diálogo con Cristo
Jesús, gracias por tu paciencia y comprensión ante mi debilidad. Dame la
fuerza de tu Espíritu Santo para que sea capaz de arrancar enérgicamente
toda la cizaña que disimuladamente he dejado crecer en mi vida. Me
ofrezco a Ti con todo lo que soy, porque no quiero que haya nada en mí
que no te pertenezca. Quiero vivir mi fe con autenticidad y con un espíritu
puro y nuevo.