2. ¿POR QUÉ DESEAMOS SER FELICIES ¿SER FELIZ ES POSIBLE?
La virtud, que fue un concepto moral central en la Antigüedad,
en la modernidad fue sustituido por el de norma, uniéndose
así dos tradiciones; la griega, moral de virtudes, y la judía,
moral de las reglas.
3. Ante el abandono del concepto de virtud, filósofos, como
Alasdair McIntyre, después de hacer una crítica de la moral
moderna, especialmente en su vertiente ilustrada, sugieren un
rescate de la moral de las virtudes.
4. Una moral complementaria efectuaría el tránsito de la moral de la
regla (heterónoma) a la de la virtud o hábito activo (autónoma), o
lo que es lo mismo: integraría las obligaciones negativas con las
positivas y con ello estaría en condiciones de integrar la felicidad
propia con la ajena, sin que ello presupusiera un simple reflejo
mecánico, sino siempre reflexivo.
5. ¿SER FELIZ ES LO MISMO QUE SENTIRSE FELIZ?
Tanto los cínicos como los estoicos intentaron responder la
pregunta diseñando un ideal de sabio: es sabio el que sabe
ser feliz. Para cínicos y estoicos, el sabio es autosuficiente,
porque la felicidad radica en la autosuficiencia, aunque la
entiendan de distinto modo.
6. El término estoicismo viene de stoa poikile, que era el pórtico
pintado del ágora en el que enseñaba Zenón de Citio (332
A.C.), fundador de esta escuela. También los estoicos creen
que es sabio el que vive según la naturaleza, pero para
averiguar qué significa esto les pareció indispensable descubrir
cuál es el orden del cosmos, ya que solo así sabrían cómo
comportarse en él.
7. De aquí concluyen los estoicos que, como los hombres también
participamos de esa razón mediante la nuestra, el sabio ideal será el
que se percata de que todo está en manos del destino y, por lo tanto,
más vale asegurarse la paz interior, haciéndose insensible al
sufrimiento ya las opiniones ajenas. La imperturbablidad es la única
fuente de felicidad, por la que el sabio es autosuficiente.
8. FELICIDAD Y CONTEXTO:LA FELICIDAD SE ENCUENTRA O SE CONSTRUYE
Hay que diferenciar entre la ética de la justicia y la ética de la felicidad.
Las éticas de la justicia o éticas de mínimos se ocupan solo de la
dimensión universalizable del fenómeno moral, es decir, de aquellos
deberes de justicia exigibles a cualquier ser racional y que, en definitiva,
componen unas exigencias mínimas. Las ambiciones son legítimas si no
quiebran los principios de justicia y solidaridad, requerimientos mínimos
que marcan los límites de nuestros proyectos.
9. Las éticas de la felicidad, por el contrario, intentan ofrecer ideales de
vida buena jerarquizadamente, para producir la mayor felicidad
posible. Son, por tanto, éticas de máximos, que aconsejan seguir su
modelo y nos invitan a tomarlo como orientación de la conducta,
pero no pueden exigir que se siga, porque la felicidad es cosa de
consejo e invitación, no de exigencia.
10. Si quisiéramos responder a la gran pregunta de este tema ¿quién
está en forma?, ¿quién está alto de moral?, habríamos de
contestar que está alto de moral, está en forma, quien actúa
según principios universales de justicia e intenta con prudencia
día a día aprender a ser feliz.
11. ¿QUÉ SIGNIFICA TENER ÉXITO» ¿TIENE RELACIÓN CON LA FELICIDAD
Cuando planeamos algo, es porque hay una
carencia que provoca un deseo, cuya satisfacción
nos conduce a proyectar mentalmente una
situación ideal en la cual el deseo se satisface.
12. Quien ha vuelto célebre su famosa frase "El fin justifica los
medios" es Maquiavelo, cuyas teorías resultan polémicas. Sin
duda, el planteamiento maquiavélico abre tradicionalmente el
problema relativo a si la ética y la política deben permanecer
necesariamente separadas.
13. En otras palabras, ¿son incompatibles la ética y la política? ¿Es
la ética un estorbo para lograr los fines políticos? ¿Es posible la
práctica ética de la política? Como habrás sospechado, estos
siguen siendo temas de mucha actualidad, en especial cuando
se exige la rectitud en el actuar político.
14. LA FELICIDAD COMO FINALIDAD DE LA VIDA HUMANA
¿Quién no se ha preguntado alguna vez "Qué podría yo hacer para
ser feliz"? Esta pregunta estuvo en el origen de la ética en Grecia.
Los filósofos encontraron respuestas distintas, lo cual demuestra que,
como decía Aristóteles, todos estamos de acuerdo en que queremos
ser felices, pero en cuanto intentamos aclarar cómo podemos serlo
empiezan las discrepancias. Tres respuestas se perfilan en esta
época, que permanecen hasta nuestros días.
15. Ser feliz es autorrealizarse, alcanzar las metas propias de un ser
humano (eudemonismo).
Ser feliz es ser autosuficiente, valerse por sí mismo sin depender
de nada ni de nadie.
Ser feliz es experimentar placer y conseguir evitar el dolor
(hedonismo). Entre el eudemonismo y el hedonismo existe un
desacuerdo de fondo, del que son buen ejemplo Aristóteles y
Epicuro.
16. El placer (hedoné) es, según él, lo que los mueve. Los hedonistas
creen que la felicidad consiste en el placer y los eudemonistas, que
consiste en la autorrealización, que a veces proporciona placer y a
veces no, porque el placer consiste en una satisfacción sensible, y las
acciones que nos realizan no siempre proporcionan una satisfacción
sensible.
17. FELICIDAD POSIBLE Y FELICIDAD REAL
Para ser una persona moralmente sabia, es preciso aprender a
ser feliz. Y para eso es indispensable entrenarse, cultivar un
conjunto de virtudes, la más importante de las cuales es la
prudencia.
18. Sabe el prudente elegir el medio entre el defecto y el exceso, entre la
temeridad y la cobardía, entre el despilfarro y la avaricia. Sabe
apreciar la amistad, el cariño, la lealtad, y no se deja engañar por el
éxito fácil, por los amigos que lo son solo en el triunfo y no en el
fracaso.
19. El hecho de que los ideales de felicidad no sean
universalizables y, sin embargo, haya algo en lo moral que
exige valer universalmente (así como el hecho de muchos
confundan felicidad y bienestar, y para estar bien realicen
injusticias) ha llevado a éticos actuales a distinguir entre dos
aspectos de la moral: lo justo y lo bueno, la justicia y la
felicidad.
20. FELICIDAD, AUTONOMÍA Y CULTURA
Estudiar la autonomía y la cultura en el contexto de
la felicidad es pensar las acciones conducentes a
ella en dos niveles diferentes pero complementarios.
21. El primero, la autonomía, corresponde a un sentido individual que
implica situar a la felicidad en una íntima vinculación con la virtud por
medio del gobierno de la vida. A diferencia de la heteronomía, que
significa regirse por las normas de otros, la autonomía hace referencia a
las normas impuestas por uno mismo, es decir, al gobierno de la vida de
sí mismo. Pero aún queda pendiente aclarar qué significa virtud.
22. El segundo nivel tiene más que ver con el aspecto social de la
felicidad, específicamente con el aspecto cultural. Según el
científico social Néstor García Canclini existen más de 400
definiciones del concepto cultura, por lo cual es más
conveniente que hablemos de la cultura contextualizada en la
época actual. García Canclini sugiere cuestionar las
implicaciones de la supuesta globalización en la que estamos
viviendo.
23. FELICIDAD, PLACER Y ALEGRÍA
Como sabemos, los hedonistas consideran que hay moral porque los
hombres buscan el placer y huyen del dolor. Para descubrirlo basta
con una investigación empírica sobre cuáles son los móviles de la
conducta humana como la que proporciona la psicología. La ética,
entonces, está subordinada a la psicología.
24. El epicureísmo suele contraponerse al estoicismo: mientras los
estoicos cifran el ideal de sabiduría en la imperturbabilidad, el
epicureísmo lo hará consistir en un goce bien calculado. Es
sabio quien sabe organizar su vida calculando qué placeres son
más intensos y duraderos, cuáles tienen menos consecuencias
dolorosas, y los distribuye a lo largo de su vida.
25. El utilitarismo nace en el mundo anglosajón en la época moderna y es un
hedonismo social, porque considera que los seres humanos tenemos
unos sentimientos sociales cuya satisfacción es fuente de placer. Entre
ellos se encuentra la simpatía, que es la capacidad de ponerse en el lugar
de cualquier otro, sufriendo con su sufrimiento, disfrutando con su alegría.
La simpatía nos lleva a extender a los demás nuestro deseo de obtener la
felicidad.
26. FELICIDAD, ENTRETENIMIENTO, ÉXITO Y FRUSTRACIÓN
Apareció en un periódico un artículo titulado: "Nos asaltó la
cultura light". El artículo afirma que los jóvenes han desarrollado
nuevas maneras de ser y de vivir, y que esas actitudes se
evidencian en el vestir, en el hablar, en el actuar y hasta en los
hábitos alimenticios.
27. En cuanto a su manera de expresarse, se constata que los jóvenes han
introducido nuevos términos con significados muy diversos y que
acompañan estos conceptos de todo un lenguaje gestual. De otra parte,
las acciones de los jóvenes revelan una inclinación generalizada por vivir y
gozar el aquí y el ahora: gusto por las fiestas, el deporte y la recreación
en general.
28. Concluye el artículo diciendo que todas estas actitudes de los
jóvenes reflejan una cultura informal, que busca lo esencial, lo
light, la sencillez de la vida en medio de un mundo tecnificado y
caótico que ofrece pocas respuestas.
29. FELICIDAD Y DESEO
Cada uno de los asuntos importantes en la vida del ser humano requiere
de un fundamento que ilumine sus acciones y decisiones. La aspiración
por la felicidad puede constituirse como uno de los criterios esenciales y
necesarios para vivir la vida. Esta aspiración es considerada como un
criterio moral de las acciones de los hombres.
30. La felicidad, aparte de poder ser asumida como criterio moral que
ilumina y rige las acciones, es una experiencia que necesita la
realización de los deseos más profundos del ser humano, la satisfacción
de sus aspiraciones, la posesión de los bienes y la exclusión del mayor
número de males. La construcción y vivencia de la felicidad implica la
madurez personal y el continuo esfuerzo y trabajo por alcanzar los
ideales propuestos en medio de las dificultades propias de la existencia
y de las relaciones con los demás seres humanos.
31. La felicidad es una construcción continua y permanente que implica
sacrificios y equivocaciones que deben ser asumidas con responsabilidad
y criterio. Tampoco debe creerse que al cumplirse nuestros deseos se
satisfarán nuestras necesidades o se garantizará la felicidad. Aristóteles
afirmó: No es en la fortuna donde se encuentra la felicidad o la desgracia,
sino que son los actos de la virtud los únicos que deciden el encuentro con
la felicidad.
32. FELICIDAD Y VALENTÍA
Con frecuencia escuchamos que la mayor aspiración del hombre es
alcanzar la felicidad, pero ¿Qué es la felicidad? ¿Cómo se la puede
alcanzar? ¿Qué dificultades se le pueden presentar al ser humano para
ser feliz? Estas interrogantes nos invitan a asumir una postura ante las
diferentes respuestas. Los filósofos modernos, a diferencia de los
pensadores griegos y de la doctrina cristiana, no asumieron la noción de
felicidad como un bien en sí mismo.
33. Para Aristóteles, por ejemplo, la salud y la felicidad dependen del
equilibrio que se tenga en los hábitos de vida. Aristóteles anota
que las acciones pueden volverse imperfectas por exceso o por
defecto. Un ejemplo es el de la fuerza que se requiere para hacer
ejercicio procurando alcanzar y conservar la salud.
34. Vivimos en una época muy compleja. En algunas latitudes del mundo
se plantea que experimentamos la modernidad líquida; en otras nos
dicen que somos posmodernos, algunos más una mezcla de
premodernidad, modernidad y posmodernidad. A esto hay que sumarle
los pensamientos acerca de la globalización económica, financiera,
política y comunicacional.
35. LA ILUSIÓN DE LA FELICIDAD
¿Cómo entendemos nuestra realidad actual a nivel global, a nivel
americano, latinoamericano y, concretamente, nuestra realidad
ecuatoriana? Nos planteamos esta pregunta porque es necesario
entender nuestra realidad social para hablar de felicidad, no como un
concepto elevado, abstracto, irreal y por lo tanto utópico, sino de una
felicidad contextualizada con los pies en la tierra, entendiendo los
obstáculos y afrontando los desafíos que la realidad plantea para
alcanzar la felicidad.
36. La valentía hace referencia al valor para ejercer las acciones de nuestra
vida, junto con la prudencia impide que seamos cobardes (defecto) o
temerarios (exceso). La justicia es otro valor ético que se complementa
con los anteriores, nos hace tomar las mejores decisiones en nuestro
actuar, las más equitativas de acuerdo a las necesidades de la
situación.
37. En suma, estamos inmersos en una época en la que no es fácil ser
feliz si por felicidad entendemos la vida virtuosa. Pero si es fácil
engañarnos por una falsa felicidad basada en el consumo, la
hipocresía, el egoísmo/individualismo, la inequidad y la injusticia, los
cuales pueden producir falsas satisfacciones que son momentáneas y
a las que también podemos llamar ilusión de felicidad.