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Un barco envió al resto de
España desde la bahía un
mensaje de socorro «que aún
me impresiona y angustia»,
relata Carmen González
Echegaray. La noche del 15 de
febrero de 1941 se originó en
la calle Cádiz un incendio que
devoró Santander. El viento
Sur huracanado aceleró la
destrucción
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4. Sábado, día 15
A lo largo de todo el día sopló un fuerte viento que, a medida que pasaban las horas, se convirtió en un ciclón.
21.00 horas
Voladuras de tejados, cristales y conducciones eléctricas. Durante toda la tarde, Santander había sido azotada
por un huracán que alcanzó ráfagas que alcanzaron una velocidad de 140 kilómetros por hora. La totalidad de
la red aérea de cables eléctricos quedó inutilizada y la ciudad sin suministro.
21.30 horas
Se hace imposible el tránsito por la calle. Los ciudadanos se refugian en sus casas o en los cafés. Se
refuerzan puertas y ventanas.
22.00 horas
La oscuridad se abate sobre la zona Oeste de la ciudad. Los centenarios árboles de la Alameda de Oviedo
son derribados por el viento, así como los árboles del Sardinero, Paseo Pereda y diversas fincas. Caen las
instalaciones de alumbrado y tranvía. Se produce un pequeño incendio en una chimenea en el número 20 de
la calle Cádiz. Aunque los informes oficiales señalaron que el origen del siniestro fue un cortocircuito, las
versiones populares trasmitidas durante años llegaron a apuntar a las brasas de un fogón que causaron el
incendio del tejado. Contra toda previsión, el ciclón arrecia y alcanza su velocidad máxima: 140 Kilómetros por
hora.
22.30 horas
Salta la tupida red de alumbrado de la calle la Blanca. El incendio de la calle Cádiz se extiende por las
Atarazanas, Rúa Mayor, Rúa Menor, Escalerilla y Banco Hispano Americano, Palacio Episcopal, Torre de la
Catedral.
Los datos oficiales de la época indican que a esa hora Atarazanas ya estaba azotada por el fuego, que
también se apoderó del Palacio Episcopal y el tejado de la Catedral. En ese momento, la población comenzó a
tomar conciencia de la gravedad de la situación, mientras miles de ciudadanos abandonaban corriendo sus
domicilios.
Todos los intentos de sofocar los incendios que se extendían por calles y edificios resultaron estériles, dada la
intensidad del viento y el material de construcción de los inmuebles, básicamente madera.
Cuando las grandes campanas de la Catedral se precipitaron al suelo, el fuego ya había superado la
desaparecida Ría de Becedo, extendiéndose por las calles San Francisco, La Ribera y La Blanca
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8. Domingo, día 16
00.00 horas
El fuego alcanza la cima de la colina sobre la que se levanta la catedral. Llueven brasas desde
este «surtidor de fuego» sobre las techumbres de madera de la Puebla Vieja. Las campanas de la
Catedral caen y se funden con el fuego. El incendio se extiende hasta la Ribera y San Francisco
(arden 50 edificios ya), así como dos filas de casas del Puente y el Callejón del Infierno,
Atarazanas y Hotel Victoria. Prosigue el incendio y arden Méndez Núñez y Calderón de la Barca.
La estrechez de las calles forma tiros de vientos que propagan las llamas a gran velocidad.
01.00 horas
Las llamas han alcanzado ya la totalidad de la calle la Blanca y la Plaza Vieja. El fuego llega a la
iglesia de La Anunciación y la calles de la Compañía y Tableros, Plaza de las Escuelas, Carvajal y
Santa Clara. La calle San José, en donde se ha refugiado gran número de enfermos, ancianos,
mujeres y niños, es evacuada.
02.30 horas
En el Café Boulevard se reúnen el gobernador civil y jefe provincial del Movimiento, Carlos Ruiz
García; el gobernador militar, coronel Burgués; el coronel del Regimiento de Infantería, Molinera el
alcalde, Pino; el presidente de la Diputación, Nárdiz, y el delegado de Orden Público, Norte. Entran
en vigencia las leyes de estado de guerra, se envían enlaces y se imparten órdenes para limitar el
incendio. Las comunicaciones de todo tipo con Santander están cortadas.
03.00 horas
Se desploman las casas de ‘Mafor’ en San Francisco y los almacenes Ribalaygua. El fuego abre
un nuevo cauce hacia la Atalaya por la calle del Peso.
03.30 horas
Se procede al uso de dinamita para crear cortafuegos. Se dinamita la zona de Sevilla Tantín para
preservar la Electra de Viesgo. Voladuras en Atarazanas y Plaza de Dato.
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10. 04.00 horas
El fuego asciende por la colina del Alta. La ciudad queda segregada en dos zonas
en sentido longitudinal. Sólo se puede pasar de una a otra por la zona de Viñas y el
paseo marítimo. A estas horas se contabilizan un muerto, 100 heridos y lesionados
y 1.000 casos de conjuntivitis.
Durante el resto de la noche, el fuego comienza a extenderse hacia la calle
Calderón y Méndez Núñez, Catedral y Puente, por el Sur, y hacia Arcillero y la Plaza
del Príncipe por el Noroeste, para, desde allí, dirigirse a San José, Bustamante,
Sánchez Silva y Tantín, y bajar por la Cuesta de La Atalaya para continuar por la
plaza de los Remedios.
08.30 horas
Han quedado organizados todos los servicios y el gobernador imparte nuevas
órdenes. A lo largo del día del domingo, prosigue el incendio y se salva el comedor
del Auxilio Social en la zona de Calderón de la Barca.
00.00 horas
El incendio cede por el Este, pero se extiende en sentido contrario. Llegan los
primeros auxilios. Bomberos de Bilbao, San Sebastián, Palencia, Burgos, Oviedo,
Gijón, Avilés y Madrid acuden a la capital cántabra. Han tardado 24 horas. Las
mangueras combaten con agua desde los tejados el fuego en los edificos
colaterales. Arden ‘La Hoja del Lunes’, ‘Alerta’
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12. Lunes, día 17
La ausencia de viento favorece los
trabajos de extinción. Empieza a
desaparecer el ‘espectáculo’ de las calles
llenas de muebles y transeúntes sin
hogar. Los bomberos penetran en la zona
calcinada. Se ahogan los últimos focos y
se busca el núcleo del incendio.
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15. Martes, día 18
El gobernador Carlos Ruiz García difunde un Boletín
Oficial de Información dando instrucciones a la
población y aportando datos sobre la magnitud de lo
ocurrido. Sobre todo se difundieron consignas,
órdenes e instrucciones concretas sobre suministros y
distribución de alimentos. Ese mismo día llegaron
desde Bilbao sendos Diarios Montañés impresos en
Bilbao y Palencia de una sola hoja. Esa misma noche
arribó a puerto el crucero ‘Canarias’.
Cambió el viento en dirección Noroeste y comenzó a
llover, con lo que se limpió la atmósfera de la ciudad,
pero aumentó considerablemente el riesgo de
derrumbamientos.
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17. Jueves, día 20
El gobernador civil dicta un decreto por el
que se obliga a todos los propietarios a
reparar los tejados de los edificios y las
salidas de humos en un plazo de 48
horas. Se procede a la incautación de las
tejeras ‘La Covadonga’, ‘Trascueto’ y
‘Agustín García’. Llegan las primeras
cocinas de campaña y comienza la
distribución de comida caliente entre los
damnificados
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39. Quince días después
El último foco, una casa de la
calle Cuesta, es extinguido. 376
edificios han sido reducidos a
cenizas y cientos de comercios
han quedado destruidos
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Textos y fotos de El Diario Montañés