El cáncer infantil no es una enfermedad única sino un grupo de enfermedades que se originan a partir de células malignas que crecen sin control. Aunque la incidencia es baja, los avances en diagnóstico y tratamiento han aumentado la supervivencia al 76%. Los diagnósticos se realizan mediante análisis clínicos, pruebas de imagen y biopsias. Los tratamientos incluyen quimioterapia, radioterapia, cirugía y trasplante de médula ósea.
1. ¿QUE ES EL CANCER INFANTIL?
El cáncer infantil no es una enfermedad, sino que es un complejo y heterogéneo número de distintas
enfermedades que, en general, se diferencia de los cánceres del adulto en que responden mejor a los
tratamientos y tienen una tasa más alta de supervivencia. Todas estas enfermedades tienen en común que se
originan a partir de una sola célula maligna que crece sin control, tanto en su sitio original como en otros
órganos del cuerpo. Cada una de estas enfermedades que engloban el término de cáncer infantil tiene un
pronóstico y un tratamiento diferente. La incidencia del cáncer en los niños es muy baja: 140 casos nuevos al
año por cada millón de niños menores de 15 años. Durante las últimas décadas, los avances en las técnicas
diagnósticas y en los tratamientos del cáncer infantil han aumentado la supervivencia de estos niños hasta el
76%.
¿Cómo se diagnostica? Pruebas y procedimientos médicos.
La fase de diagnóstico es de gran importancia para determinar cuál es el pronóstico y el tratamiento más
adecuado para el niño. Lo habitual es que se comience con la realización de pruebas sencillas hasta llegar a
un diagnóstico de sospecha. La confirmación del diagnóstico y el estudio de extensión pueden requerir
pruebas más complejas.
Análisis clínicos:
Análisis de sangre, de orina, de líquido cefalorraquídeo.
Pruebas por imagen Permiten ver determinados órganos en imágenes. Destacan las radiografías
(convencional o con contraste), la Tomografía Axial Computarizada (TAC o scanner), la Resonancia
Magnética Nuclear (RMN), la ecografía, la medicina nuclear (Gammagrafía) y la Tomografía de Emisión de
Positrones (PET).
Pruebas endoscópicas
Permiten ver directamente el interior de un órgano o cavidad a través de un tubo. Dependiendo de la cavidad
a estudiar, la endoscopia recibe diferentes nombres: colonoscopia (colon y recto), gastroscopia (estómago),
broncoscopia (bronquios y pulmones).
2. Pruebas histológicas: biopsia Es la prueba fundamental, imprescindible y necesaria para el diagnóstico de
un cáncer. Consiste en obtener un trozo del tumor para su análisis al microscopio.
¿Qué tratamientos existen frente al cáncer infantil? Existen cuatro tipos de tratamiento. Dependiendo del
tipo de cáncer que tenga el niño se empleará una modalidad u otra, aunque en la mayoría de los casos el
tratamiento combinará varias modalidades.
En el caso de las leucemias y los linfomas, la quimioterapia ha conseguido una gran supervivencia, debido a
la gran sensibilidad que tienen estos tumores frente a ella. Otras veces son necesarios otros tratamientos
como la cirugía y la radioterapia.
Quimioterapia
Radioterapia
Cirugía
Trasplante de médula ósea
¿Cómo afectan al niño la enfermedad y los tratamientos?Es probable que el niño sienta miedo y esté
angustiado o preocupado. Puede que se comporte de modo diferente y extraño.
"Mi hijo está triste y desanimado. No tiene ganas de hablar con nosotros ni de jugar. ¡Y sólo tiene 7 años! No
entiendo por qué no nos cuenta nada... no quiere hablar."
Conocer por qué el niño está tan aislado o tan callado os permitirá comprenderle y ayudarle mejor.
Dad tiempo al niño para que se adapte a todos los cambios que se van a producir en su vida, a
que exprese sus miedos y preocupaciones. Sed un poco permisivos con su malestar y conducta
inadecuada en los primeros días. Aun así, los límites y educación no deben cambiar.
Aunque estéis preocupados, evitad atosigarlo con preguntas sobre cómo se encuentra e
intentad no controlar en exceso cada cosa que haga o que diga.
Tratad de encontrar momentos en los que el niño pueda expresar cómo se siente y facilitádselo
(ofrecedle juegos, cojines, animadle a dibujar...).
Dejadle tiempo para descansar, relajarse o divertirse.
Recordad que sois modelos a imitar por vuestros hijos; dadles muestras de lucha y
afrontamiento, de confianza, de optimismo.
¿Cómo nos afecta la enfermedad a los padres?
El diagnóstico es un momento muy difícil de asumir. Inicialmente, una de las reacciones emocionales más
frecuentes es la negación. Todo os parecerá increíble, una pesadilla. Podéis sentiros como en una fase de
shock: mecanismo protector que da tiempo y oportunidad de absorber la información recibida.
También podéis pasar por momentos de rabia y de ira, con sentimientos de culpabilidad o resentimiento hacia
vosotros mismos o hacia los que os rodean. Sabed que estos sentimientos, miedos y preocupaciones de los
primeros momentos son normales.
Ahora el niño necesita todo vuestro apoyo y es normal que ante esta situación esté más pendiente de
vosotros. Una expresión de sentimientos con exagerada intensidad puede generarle miedos y
preocupaciones. Por eso es importante que, aunque os resulte difícil, habléis con él. Un niño que percibe la
dificultad que tienen sus padres en aceptar su diagnóstico, tiende a evitar hablar de sus propias
preocupaciones y temores, lo cual le priva de una importante fuente de apoyo.