Dios le da al hablante instrucciones para vivir en la tierra comparándolo con la naturaleza como el sol, la luna, los pájaros, las flores y más. Le dice que sea como el sol al levantarse temprano, como la luna al brillar en la oscuridad pero someterse a la luz mayor, y como los pájaros al comer, cantar y volar. Le pide también que sea como el buen perro al ser obediente a su Señor, y como el agua al ser bueno y transparente.