2. Don Alejandro, un hombre solitario. Cincuenta y tres años de edad. Rasgos
marcados con amarillentas ojeras y patas de gallo con sus cuatro milímetros
de largo. Sus grandes poros abiertos y con un aspecto ennegrecido, hacen
resaltar su blanca y redondeada nariz. Su labio superior cubierto por el pelo
de tres centímetros del bigote, a penas se puede observar. El contraste
amarillento de el sarro en las paletas con el color rojizo de su labio inferior.
Su abultada nuez, marca el ritmo de su fuerte voz.
Sus fibrados brazos conectan con su esbelto pecho recubierto de pelos
blancos y negros.
3. Don Alejandro, en un pequeño
pueblo de Madrid, visitaba
todas las tabernas donde
conoció a una bella dama, de
clase noble pero con un infiel
marido.
Al entrar Don Alejandro, ella se
fijo en él. Fue tal el flechazo
que ella se acercó
lentamente a él, con mirada
fija, casi sin parpadear y sin
mirar a otro lugar. El sin
embargo ni se percató que
ella se estaba acercando.
4. Al pasar por su lado, él
giro la cabeza
descaradamente para
mirarle el trasero, pero
no se dio cuenta de que
ella le seguía mirando.
En ese momento se creo
una pequeña alianza
sentimental entre
ambos.
5. Al día siguiente, la dama volvió
con la esperanza de
encontrarle.
Desafortunadamente, él no
apareció.
Pero dos meses mas tarde, se
encontraron en mitad de la
calle Valle Inclán. El deseo
fue tal, que los dos se
arrinconaron en un portal.
6. Se besaron un buen rato. El
cuello de Don Alejandro,
con su abultada nuez,
quedó marcado por el pinta
labios rojizo de la bella
dama.
7. Meses después, la bella
dama quedó embarazada
por Don Alejandro. Con el
miedo de que el marido les
descubriera, ella tubo que
despedirse para siempre de
Don Alejandro.
8. Fueron unos meses muy duros para
la dama. Don Alejandro la olvidó
con facilidad.
Ella, a pesar de intentarlo, no pudo.
La preocupación fue tal, que la
dama...