Objetivo:
Este estudio pretende actualizar y profundizar en la prevalencia y características del abuso sexual infantilen estudiantes universitarios españoles.
Método:
Se ha estudiado una muestra (N= 1.033) de estudiantes matriculados en la Universidad de Barcelona durante el curso 2001/2002. Los datos fueron obtenidos mediante el cuestionario Traumatic Life Events Questionnaire (TLEQ; Kubany y Haynes, 2001). En este cuestionario el abuso sexual se define como el contacto sexual no deseado (a) entre un menor de 13 años y alguien al menos cinco años mayor, (b) entre un menor de 13 años y alguien de similar edad mediante coerción, y (c) entre un menor de 18 años y otro individuo contra su voluntad.
Resultados:
La prevalencia del abuso sexual antes de los 18 años se sitúa en un 17,9% (un 14,9% antes de los 13 años y un 3% entre los 13 y los 18 años). Un 15,5% de los varones y un 19% de las mujeres manifiestan haber sufrido esta experiencia. Se observan diferencias en el tipo de agresor y las características del abuso en función de la edad de inicio de éste y del sexo de las víctimas. Destaca el elevado porcentaje de penetración, tanto en varones como en mujeres antes de los 13 años (26,7% y 42,1%) y después de esta edad (27,3% y 25%).
Discusión:
La actualización de las cifras de prevalencia del abuso sexual infantil permite confirmar que éste sigue siendo un problema extendido en la sociedad española, siendo necesarios programas de prevención y ayuda para el elevado número de víctimas.
2. 418 N. Pereda, M. Forns / Child Abuse & Neglect 31 (2007) 417–426
El abuso sexual infantil ha sido considerado uno de los problemas de salud p´ blica m´ s graves que
u a
tiene que afrontar la sociedad y, especialmente, los ni˜ os y j´ venes (MacMillan, 1998). Los estudios
n o
realizados al respecto confirman que se trata de un problema mucho m´ s extendido de lo previamente
a
estimado y que incluso las tasas de prevalencia m´ s bajas incluyen a un gran n´ mero de v´ctimas que
a u ı
debe tenerse en cuenta.
El descubrimiento del abuso sexual infantil como maltrato frecuente y con importantes y perdurables
o ´
efectos psicol´ gicos, tanto a corto como a largo plazo, ha dado lugar en la ultima d´ cada a un notable
e
crecimiento de los estudios sobre este tema tanto a nivel nacional como internacional. Destacan los
estudios realizados con muestras j´ venes, principalmente con estudiantes universitarios. Estos estudios
o
se plantean como soluci´ n, al menos parcial, a los problemas de recuerdo y a la presencia de distorsiones
o
que suelen producirse cuando se trabaja, en estudios retrospectivos, con adultos mayores (Halperin et
al., 1996). La utilizaci´ n de muestras formadas por estudiantes universitarios tambi´ n se ha criticado.
o e
Principalmente, se ha argumentado que los universitarios se encuentran funcionando a un nivel cognitivo
superior a la media y que, probablemente, entre ellos no se incluyan demasiados casos de abuso sexual
infantil grave (Dhaliwal, Gauzas, Antonowicz y Ross, 1996). No obstante, los estudios realizados con
este tipo de muestras demuestran que las cifras no son de ning´ n modo bajas y que, en muchos casos,
u
contienen abusos sexuales severos como la penetraci´ n (Bendixen, Muus y Schei, 1994; Oaksford y
o
Frude, 2001; Rind, Tromovitch y Bauserman, 1998).
Si bien en pa´ses como Estados Unidos el estudio de este tema se inici´ hace ya algunos a˜ os (Kempe,
ı o n
1978), en Espa˜ a, el aislamiento sociopol´tico y el escaso desarrollo de los sistemas de protecci´ n social
n ı o
durante el per´odo de la dictadura, han producido un retraso en el estudio de este tema y, sobre todo, en
ı
el conocimiento y la sensibilizaci´ n social al respecto (Arruabarrena y De Pa´ l, 1999).
o u
´
Durante la ultima d´ cada han surgido importantes estudios que han favorecido el avance del
e
conocimiento sobre este problema, as´ como el establecimiento de datos nacionales que han permi-
ı
tido la comparaci´ n con el resto de pa´ses occidentales. Este creciente inter´ s tanto a nivel profesional
o ı e
como en los medios de comunicaci´ n, ha provocado un mayor conocimiento del problema y una mayor
o
sensibilidad social al respecto (Echebur´ a y Guerricaechevarr´a, 2000). A pesar de ello, los estudios epi-
u ı
demiol´ gicos realizados en Espa˜ a siguen siendo escasos. Los datos de prevalencia obtenidos en nuestro
o n
ı ´
pa´s pertenecen al unico estudio nacional realizado hasta el momento por L´ pez (1994), recogido por
o
Finkelhor (1994) en su revisi´ n. Mediante muestreo aleatorio estratificado proporcional por comunidades
o
aut´ nomas, edad y sexo, los autores obtuvieron que un 18,9% de las 1.821 personas entrevistadas de entre
o
18 y 60 a˜ os manifestaron haber sufrido abuso sexual en alg´ n momento de su infancia. En los varones
n u
este porcentaje fue del 15,2% y en las mujeres del 22,5%. Otro de los escasos estudios de prevalencia
del maltrato infantil realizados en Espa˜ a es el llevado a cabo por De Pa´ l, Milner y M´ gica (1995).
n u u
Estos autores realizaron una r´ plica del estudio de Milner, Robertson y Rogers (1990) llevado a cabo con
e
´
universitarios norteamericanos, comparando la prevalencia de maltrato infantil y, dentro de este, de abuso
sexual con y sin contacto f´sico. Los autores observaron que, de una muestra de 426 estudiantes de psi-
ı
colog´a de la Universidad del Pa´s Vasco con una media de edad de 20,6 a˜ os (DT = 3,2), un 13,4% (9,7%
ı ı n
de los varones y 14,9% de las mujeres) manifestaban haber sufrido abuso sexual infantil (un 3,9% de los
varones y un 6,4% de las mujeres antes de los 13 a˜ os; un 2,9% de los varones y un 3,7% de las mujeres
n
despu´ s de los 13 a˜ os; y un 2,9% de los varones y un 4,7% de las mujeres antes y despu´ s de los 13 a˜ os).
e n e n
Estos dos trabajos presentan diferencias metodol´ gicas que pueden haber influido en los datos
o
obtenidos. El estudio de L´ pez (1994) presenta un elevado porcentaje de abuso sexual en poblaci´ n
o o
general, abarca un amplio muestreo con representaci´ n de las diversas comunidades aut´ nomas y una
o o
3. N. Pereda, M. Forns / Child Abuse & Neglect 31 (2007) 417–426 419
gran amplitud en el rango de edad de los sujetos analizados. El trabajo de De Pa´ l et al. (1995), por
u
su parte, ofrece unos porcentajes de abuso sexual inferiores, una muestra m´ s limitada y una poblaci´ n
a o
objeto de estudio m´ s homog´ nea. Desde la elaboraci´ n de estos dos estudios ha transcurrido m´ s de
a e o a
e o n ´
una d´ cada. La situaci´ n sociocultural espa˜ ola durante este ultimo decenio ha mejorado notablemente,
con la consolidaci´ n de la democracia y la decidida incorporaci´ n a la Uni´ n Europea. As´, se ha con-
o o o ı
siderado de utilidad proceder a una actualizaci´ n de estos datos, que puedan clarificar las diferencias
o
detectadas.
Este trabajo tiene, pues, como objetivo actualizar los datos de prevalencia y de las caracter´sticas del
ı
abuso sexual infantil en una muestra de estudiantes universitarios de la Universidad de Barcelona, siendo
el primer trabajo de prevalencia llevado a cabo con muestra universitaria en la comunidad aut´ noma de
o
Catalunya.
M´ todo
e
Sujetos
La muestra se compone de 1.033 estudiantes universitarios de entre 18,0 y 30,6 a˜ os (M = 21,71;
n
DT = 2,63), pertenecientes a distintas facultades y centros adscritos de la Universidad de Barcelona
con 317 varones (30,7%), cuya media de edad es de 21,9 a˜ os (DT = 2,67); y 716 mujeres (69,3%),
n
cuya media de edad es de 21,6 a˜ os (DT = 2,61). La selecci´ n de la muestra sigui´ criterios de propor-
n o o
cionalidad en funci´ n del n´ mero de estudiantes matriculados en las distintas Divisiones Acad´ micas
o u e
y centros adscritos de la Universidad de Barcelona en el curso acad´ mico 2001/2002, situ´ ndose la
e a
proporcionalidad de la muestra en un valor promedio de 1,75%. La selecci´ n de los centros fue aleatoria
o
de entre las distintas facultades pertenecientes a cada Divisi´ n Acad´ mica y centros adscritos de la
o e
Universidad de Barcelona en el curso acad´ mico 2001/2002.
e
Materiales
La identificaci´ n y la caracterizaci´ n del abuso sexual infantil se realizaron a partir de la selecci´ n
o o o
de los tres ´tems referidos a este estresor del cuestionario Traumatic Life Events Questionnaire (TLEQ)
ı
(Kubany y Haynes, 2001), que estaba siendo empleado en un estudio sobre la vivencia de acontecimientos
estresantes en estudiantes universitarios.
El cuestionario eval´ a la vivencia de 22 acontecimientos vitales potencialmente traum´ ticos, siguiendo
u a
la definici´ n del DSM para acontecimientos traum´ ticos (American Psychiatric Association, 2002). Los
o a
acontecimientos del cuestionario se presentan en orden gradual desde aquellos estresores externos al
individuo (por ejemplo, desastres naturales, accidentes de tr´ fico) a aquellos m´ s personales (por ejemplo,
a a
ser testigo de violencia dom´ stica o ser v´ctima de maltrato f´sico infantil), lo que permite reducir el posible
e ı ı
rechazo de los encuestados a aquellas preguntas m´ s intrusivas.
a
En cuanto al abuso sexual, el cuestionario permite diferenciar entre abuso sexual infantil antes de los
13 a˜ os por alguien al menos cinco a˜ os mayor (abuso tipo I) y antes de los 13 a˜ os por alguien de similar
n n n
edad mediante el uso de la fuerza, las amenazas, el enga˜ o, la inconsciencia o el abuso de autoridad (abuso
n
tipo II), correspondi´ ndose con las definiciones presentadas en gran parte de la literatura sobre el tema
e
(Finkelhor y Hotaling, 1984; L´ pez, 1994). Los ´tems tambi´ n identifican el Abuso Sexual Adolescente,
o ı e
4. 420 N. Pereda, M. Forns / Child Abuse & Neglect 31 (2007) 417–426
definido como el contacto sexual entre un adolescente de 13 a 18 a˜ os y otro individuo, contra sus deseos
n
o sin su consentimiento.
Por otra parte, la diferenciaci´ n establecida entre abuso sexual infantil con inicio anterior y posterior
o
n ´
a los 13 a˜ os es util para nuestro estudio ya que permite equipararlos a la edad m´nima establecida en el
ı
c´ digo penal espa˜ ol para aceptar el consentimiento de una relaci´ n sexual (T´tulo VIII Cap. II. De los
o n o ı
abusos sexuales, art. 181/2).
Los ´tems tambi´ n permiten obtener informaci´ n sobre el agresor, el uso de fuerza o amenazas, la
ı e o
presencia de heridas graves en la v´ctima como resultado del abuso y la vivencia de penetraci´ n oral, anal
ı o
o vaginal.
Los estudios de fiabilidad test–retest del instrumento, llevados a cabo por Kubany y Haynes (2001)
para las experiencias de abuso sexual antes de los 13 a˜ os por alguien al menos cinco a˜ os mayor ofrecen
n n
unos ´ndices κ de,70 a,90. Los autores reportan tambi´ n una adecuada validez de contenido, convergente
ı e
y discriminante.
Dise˜ o
n
El dise˜ o que sigue este trabajo comparte las caracter´sticas de los trabajos de investigaci´ n retrospec-
n ı o
tivos de naturaleza correlacional y de los trabajos cuasiexperimentales.
Procedimiento
Selecci´ n de la muestra. Una vez seleccionadas aleatoriamente las facultades de cada Divisi´ n
o o
Acad´ mica y los centros adscritos de la Universidad de Barcelona en el curso acad´ mico 2001/2002,
e e
se estableci´ contacto con los respectivos Jefes de Estudio. Si se denegaba la petici´ n de colaboraci´ n
o o o
(3,85%) o no se obten´a respuesta del Jefe de Estudio (38,5%), se seleccionaba, de forma aleatoria, otra
ı
facultad perteneciente a la misma Divisi´ n. Las aulas, dentro de cada facultad y centro, se selecciona-
o
ban aleatoriamente en funci´ n de las posibilidades del centro, seg´ n los criterios de proporcionalidad
o u
establecidos.
Adaptaci´ n del TLEQ. El cuestionario fue traducido por psic´ logos expertos en la lengua inglesa y se
o o
realiz´ una backtranslation por otro psic´ logo nativo del Reino Unido (porcentaje de acuerdo entre los
o o
´tems: 96%). La correspondencia entre los cuestionarios originales y la traducci´ n espa˜ ola realizada fue
ı o n
evaluada por un experto en psicolog´a cl´nica, que confirm´ la adecuaci´ n del contenido de los ´tems de
ı ı o o ı
las versiones espa˜ olas. Se enviaron copias del cuestionario traducido a sus autores originales quienes
n
dieron su conformidad con la adaptaci´ n y la estructura del cuestionario (Kubany y Haynes, 2001).
o
Aplicaci´ n de los instrumentos. Se explic´ el objetivo del estudio a los jefes de estudio de las facultades
o o
y centros adscritos seleccionados previamente, obteni´ ndose su consentimiento verbal. Cada facultad
e
proporcion´ una o dos aulas con un n´ mero de estudiantes indeterminado, tambi´ n seleccionadas de
o u e
forma aleatoria. El d´a de la aplicaci´ n se realiz´ una breve presentaci´ n a los estudiantes en la que se
ı o o o
les ped´a su colaboraci´ n para responder a una serie de cuestiones, destacando su confidencialidad y la
ı o
sinceridad requerida. Se explic´ a los estudiantes que el objetivo del estudio era evaluar la vivencia de
o
acontecimientos traum´ ticos en poblaci´ n universitaria. No se hizo referencia expl´cita a la experiencia
a o ı
de abuso sexual infantil. Todos los estudiantes colaboraron y ninguno de ellos interrumpi´ la aplicaci´ n
o o
5. N. Pereda, M. Forns / Child Abuse & Neglect 31 (2007) 417–426 421
abandonando la sala. Tres investigadoras licenciadas en psicolog´a acud´an a las sesiones, facilitando la
ı ı
aplicaci´ n de los cuestionarios y atendiendo a todas las posibles dudas planteadas por los estudiantes.
o
Tras la respuesta de los estudiantes a los cuestionarios se les ofrec´a un tel´ fono de atenci´ n, as´ como la
ı e o ı
posibilidad de una atenci´ n individual y, en caso necesario, diversas sesiones de orientaci´ n con una de
o o
´
las psic´ logas investigadoras del estudio. Unicamente dos estudiantes requirieron de este servicio. Tras
o
finalizar el estudio se entreg´ un resumen global con los resultados m´ s importantes de cada facultad y
o a
centro adscrito a sus respectivos jefes de estudio.
Resultados
Se presenta a continuaci´ n la prevalencia del abuso sexual infantil en estudiantes universitarios
o
diferenciando entre abuso sexual con inicio anterior a los 13 a˜ os, independientemente de la edad del
n
agresor y abuso sexual con inicio posterior a los 13 a˜ os pero anterior a los 18 a˜ os.
n n
Dentro de la primera categor´a se incluyen: (a) aquellos casos que manifestaron haber sufrido abuso
ı
sexual antes de los 13 a˜ os por un agresor al menos cinco a˜ os mayor (tipo I) y (b) aquellos casos que
n n
manifestaron haber sufrido abuso sexual antes de los 13 a˜ os por un agresor de similar edad (tipo II).
n
Aquellos casos que manifestaron haber sufrido abuso sexual antes de los 13 a˜ os por ambos tipos de
n
agresores s´ lo fueron contabilizados una vez.
o
La segunda categor´a incluye aquellos casos que manifestaron haber sufrido contacto sexual no
ı
deseado despu´ s de los 13 pero antes de los 18 a˜ os (excluy´ ndose aquellos casos cuya respuesta a
e n e
este ´tem fuese una prolongaci´ n del abuso iniciado antes de los 13 a˜ os por un mismo agresor, que fue
ı o n
contabilizado en la primera categor´a).
ı
En la Tabla 1 se observan los porcentajes correspondientes a estas dos categor´as seg´ n el sexo de los
ı u
estudiantes.
La experiencia de abuso sexual antes de los 13 a˜ os es frecuente tanto en estudiantes varones (12,0%)
n
como, especialmente, en estudiantes mujeres (16,2%) (z = 1,75; p = ,040; OR = 1,42). El porcentaje de
abuso sexual entre los 13 y los 18 a˜ os, alcanza el 3,5% en varones y el 2,8% en mujeres, no existiendo
n
diferencias entre ambos sexos (z = ,59; p = ,278) si bien los varones presentan un mayor riesgo de
experimentar este tipo de abuso (OR = 1,25).
En total, los resultados indican que un 17,9% del total de la muestra universitaria estudiada (15,5% de
los varones y 19% de las mujeres) manifiestan haber sufrido abuso sexual con contacto f´sico antes de
ı
los 18 a˜ os. De ellos, un 14,9% ha sido v´ctima del abuso antes de los 13 a˜ os y un 3% despu´ s de los
n ı n e
13 pero antes de los 18 a˜ os.
n
Para profundizar con m´ s detalle en estos resultados, se desglosaron las categor´as anteriores en las
a ı
siguientes: (a) haber sufrido abuso sexual antes de los 13 a˜ os por alguien al menos cinco a˜ os mayor
n n
Table 1
Prevalencia del abuso sexual antes y despu´ s de los 13 a˜ os
e n
Abuso sexual antes de los 13 a˜ os (%)
n Abuso sexual entre los 13 y los 18 a˜ os (%)
n Total (%)
Varones 12,0 3,5 15,5
Mujeres 16,2 2,8 19,0
Total 14,9 3,0
6. 422 N. Pereda, M. Forns / Child Abuse & Neglect 31 (2007) 417–426
Table 2
Prevalencia del abuso sexual infantil desglosada
Abuso sexual antes Abuso sexual antes de Abuso sexual entre los Combinaciones de Total (%)
de los 13 a˜ os I (%)
n los 13 a˜ os II (%)
n 13 y los 18 a˜ os (%)
n abuso sexual (%)
Varones 6,0 4,1 3,5 1,9 15,5
Mujeres 8,7 2,9 2,8 4,6 19,0
Total 7,8 3,3 3,0 3,8
(tipo I), (b) haber sufrido abuso sexual antes de los 13 a˜ os por alguien de similar edad (tipo II), (c) haber
n
sufrido abuso sexual despu´ s de los 13 a˜ os pero antes de los 18, y (d) haber sufrido formas mixtas de
e n
abuso (abuso sexual antes de los 13 a˜ os por un agresor al menos cinco a˜ os mayor y simult´ neamente
n n a
por un agresor de similar edad o abuso sexual antes de los 13 a˜ os y tambi´ n despu´ s de los 13 pero antes
n e e
de los 18 a˜ os).
n
La Tabla 2 pone de relieve que un 7,8% del total de la muestra manifest´ haber sufrido abuso sexual
o
antes de los 13 a˜ os por un agresor al menos cinco a˜ os mayor. Esta es la categor´a de abuso sexual m´ s
n n ı a
frecuente, no existiendo diferencias significativas entre varones y mujeres (z = 1,47; p = ,071), si bien las
mujeres muestran un mayor riesgo de sufrir esta tipolog´a de abuso sexual (OR = 1,49).
ı
La vivencia de abuso sexual antes de los 13 a˜ os por alguien de similar edad y despu´ s de los 13 pero
n e
antes de los 18 a˜ os presenta porcentajes similares, oscilando entre un 4,1% y un 2,9% del total de la
n
muestra, respectivamente. No existen diferencias significativas entre varones y mujeres v´ctimas de abuso
ı
sexual antes de los 13 a˜ os por un agresor de similar edad (z = ,97; p = ,166), si bien los varones presentan
n
un mayor riesgo de experimentar este tipo de abuso sexual (OR = 1,41). Tampoco existen diferencias
entre sexos en el abuso sexual experimentado despu´ s de los 13 a˜ os pero antes de los 18 a˜ os (z = ,59;
e n n
p = ,278), si bien los varones muestran un mayor riesgo ante este tipo de abuso sexual (OR = 1,25).
Destaca que en un 3,8% del total de la muestra, los estudiantes manifiestan haber sufrido m´ s de a
una experiencia de abuso sexual por agresores distintos, observ´ ndose diferencias entre sexos (z = 2,11;
a
p = ,017), con un mayor riesgo de experimentar distintos tipos de abuso sexual en estudiantes mujeres
(OR = 2,50).
Abuso sexual antes de los 13 a˜ os: agresor y caracter´sticas
n ı
En el estudio, se ha contemplado la figura del agresor bajo las siguientes categor´as: (a) desconocido,
ı
(b) padre, madre o cuidador, (c) amigo o conocido y (d) otro familiar. Los resultados expresados en la
Tabla 3 indican que el agresor es predominantemente un amigo o conocido de la v´ctima en v´ctimas
ı ı
de sexo masculino (z = 2,80; p = ,002) y un familiar en v´ctimas de sexo femenino (z = 2,40; p = ,008).
ı
Table 3
Tipolog´a del agresor antes de los 13 a˜ os, seg´ n el sexo de los estudiantes
ı n u
Agresor
Desconocido (%) Padre, madre o cuidador (%) Amigo o conocido (%) Familiar (%)
Varones 23, 7 2,6 65,8 23,7
Mujeres 29, 3 6,7 39,6 45,7
7. N. Pereda, M. Forns / Child Abuse & Neglect 31 (2007) 417–426 423
Table 4
Tipolog´a del agresor despu´ s de los 13 a˜ os, seg´ n el sexo de los estudiantes
ı e n u
Agresor
Desconocido (%) Padre, madre o cuidador (%) Familiar (%) Amigo o conocido (%) Pareja (%)
Varones 54, 5 0 9,1 27,3 9,1
Mujeres 20 0 15 35 35
Asimismo, cabe destacar que en v´ctimas de sexo femenino el porcentaje de agresores amigos o conocidos
ı
(39,6%) y el de familiares (45,7%) es muy similar. No obstante, los individuos v´ctimas de abuso sexual
ı
pueden haber sufrido esta experiencia por parte de agresores distintos, de modo que las categor´as de
ı
agresores no son mutuamente excluyentes y la suma de porcentajes puede ser superior a 100.
Las caracter´sticas de este tipo de abuso sexual con inicio anterior a los 13 a˜ os en cuanto a uso de
ı n
fuerza y/o amenazas por parte del agresor, presencia de heridas graves en la v´ctima como resultado del
ı
abuso y penetraci´ n (oral, anal o vaginal), se detallan a continuaci´ n.
o o
Los agresores suelen usar un tipo de violencia que no deja heridas graves como resultado del abuso
sexual, ni en v´ctimas de sexo masculino (0%) ni femenino (0%). Sin embargo se detecta el uso de fuerza
ı
y amenazas en el 23,7% de varones y en el 18,1% de mujeres. La penetraci´ n (oral, anal o vaginal)
o
es elevada tanto en mujeres (26,7%), como especialmente en varones (42,1%), present´ ndose en un
a
porcentaje significativamente alto en el caso de v´ctimas de sexo masculino (z = 1,79; p = ,037).
ı
Abuso sexual despu´ s de los 13 pero antes de los 18 a˜ os: agresor y caracter´sticas
e n ı
Como muestra la Tabla 4, existe un cambio muy notorio en la tipolog´a del agresor en v´ctimas de abuso
ı ı
sexual con inicio posterior a los 13 a˜ os. Los porcentajes de agresores amigos o conocidos y familiares
n
descienden, aunque contin´ an siendo relevantes, y se incrementa el n´ mero de agresores desconocidos,
u u
cuyo porcentaje es especialmente elevado en v´ctimas de sexo masculino (z = 1,97; p = ,024). Aparecen
ı
tambi´ n como agresores frecuentes las propias parejas de las v´ctimas, especialmente en estudiantes de
e ı
sexo femenino. Recordar que la suma de porcentajes puede ser superior a 100 debido a que un mismo
sujeto puede haber sufrido abuso sexual por dos o m´ s agresores distintos.
a
Tambi´ n se detecta un cambio substancial respecto a las caracter´sticas del abuso sexual. En v´ctimas
e ı ı
de abuso sexual con inicio posterior a los 13 a˜ os se incrementa el uso de fuerza o amenazas sobre
n
las estudiantes de sexo femenino (30%; z = 2,02; p = ,021), si bien ninguna de ellas dice haber sufrido
heridas graves como consecuencia del abuso sexual (0%). Los varones manifiestan no haber sufrido la
fuerza y las amenazas del agresor (0%), ni tampoco heridas graves como resultado (0%). Los porcentajes
de penetraci´ n en varones se reducen en esta categor´a (27,3%), si bien siguen siendo muy elevados. En
o ı
las mujeres, el porcentaje de penetraci´ n no var´a significativamente en funci´ n de la edad de inicio del
o ı o
abuso (25%).
Discusi´ n
o
La prevalencia de abuso sexual infantil en estudiantes universitarios espa˜ oles se corresponde con los
n
resultados obtenidos en estudios realizados con muestras universitarias pertenecientes a pa´ses europeos,
ı
8. 424 N. Pereda, M. Forns / Child Abuse & Neglect 31 (2007) 417–426
´
siendo ligeramente superiores a estos en el caso de las mujeres y especialmente significativos en el caso
de los varones (Bendixen et al., 1994; Oaksford y Frude, 2001). Las cifras de prevalencia obtenidas en
este trabajo, en comparaci´ n con las de estudios de prevalencia publicados en Espa˜ a, hace m´ s de diez
o n a
a˜ os, muestran un aumento de los porcentajes del 4% en el caso de las mujeres y de m´ s del 5% en
n a
los varones estudiantes universitarios (De Pa´ l et al., 1995); y porcentajes muy similares a los obtenidos
u
con muestras pertenecientes a la poblaci´ n general (L´ pez, 1994). Este incremento es m´ s relevante si
o o a
se toma en cuenta que en el presente estudio s´ lo se han considerado como conductas de abuso sexual
o
aquellas en las que ha habido contacto f´sico.
ı
Como posibles explicaciones del incremento de la prevalencia del abuso sexual cabe destacar aspectos
psicol´ gicos, relacionados con las v´ctimas, y aspectos metodol´ gicos, referidos a diferencias entre los
o ı o
estudios.
Entre los primeros, Runyan (1998) sugiere que la facilidad o dificultad con que los participantes a
un estudio explican sus experiencias sexuales y, especialmente aquellas referidas a abuso sexual, var´a ı
dram´ ticamente entre culturas afectando a los estudios de prevalencia. En nuestro caso, el nivel educativo
a
universitario de la muestra analizada les podr´a haber proporcionado una mayor concienciaci´ n acerca
ı o
de su experiencia y de la necesidad de no negar, y poder relatar, los conflictos acaecidos. Otra posible
explicaci´ n podr´a ser que los estudiantes espa˜ oles tuvieran una mayor facilidad (expresividad, desin-
o ı n
hibici´ n o realismo) para relatar sus experiencias, fuesen cuales fuesen. Las diferencias encontradas con
o
el trabajo de De Pa´ l et al. (1995), tambi´ n con muestra universitaria espa˜ ola, podr´an relacionarse con
u e n ı
diferencias socioculturales (i.e., mayor sensibilizaci´ n social hacia el maltrato infantil, mayor libertad en
o
temas referidos a la sexualidad) en las cohortes objeto de estudio.
Por otro lado, las diferencias encontradas tambi´ n podr´an estar relacionadas con diferencias
e ı
metodol´ gicas como sostiene Finkelhor (1994), m´ s que con diferencias reales entre distintas pobla-
o a
ciones. Entre las diferencias metodol´ gicas de mayor relevancia cabe citar la delimitaci´ n del t´ rmino
o o e
de abuso, en s´ mismo, y de las caracter´sticas que lo definen. En el trabajo presentado el acontecimiento
ı ı
del abuso sexual en la infancia ha sido evaluado a la par que otros m´ ltiples acontecimientos estresantes,
u
siendo an´ nima la respuesta al cuestionario. Estas dos condiciones de aplicaci´ n pueden haber facilitado
o o
la respuesta de los estudiantes relativa a la revelaci´ n del abuso sexual, y reducido el rechazo que las
o
cuestiones excesivamente focalizadas sobre este tema suele provocar en los participantes de los estudios
(Briere, 1992), especialmente en el caso de los varones (Romano y De Luca, 2001; Violato y Genuis,
1993).
As´, el aumento en las cifras de prevalencia obtenidas en este trabajo, en relaci´ n a otros estudios
ı o
realizados con muestras similares, puede deberse tanto a diferencias metodol´ gicas (muestras de distinto
o
origen, instrumentos distintos, cohortes diferentes, distinta delimitaci´ n del concepto y de las carac-
o
ter´sticas del abuso, forma de recogida de datos), como a una mayor sensibilizaci´ n social respecto a este
ı o
problema que facilitar´a que la v´ctima decida revelar experiencias de este tipo; aunque no cabe descartar
ı ı
la posibilidad de una mayor ocurrencia real del abuso sexual infantil. Las caracter´sticas de este trabajo
ı
´
no permiten establecer una unica explicaci´ n. o
De los estudios espa˜ oles de prevalencia del abuso sexual se deduce que, para los varones, el porcentaje
n
de abuso es significativamente m´ s elevado al encontrado en el resto de pa´ses occidentales con muestras
a ı
similares. L´ pez (1994) justifica estos datos debido, en parte, al alto porcentaje de v´ctimas varones
o ı
que sufrieron abuso sexual infantil por parte de educadores y religiosos durante el per´odo situado entre
ı
´
1939 y 1977. Sin embargo, en la muestra analizada en el presente estudio, esta no parece ser la unica ´
explicaci´ n, puesto que las edades de los estudiantes no se corresponden con ese per´odo hist´ rico y
o ı o
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la situaci´ n psicosocial ha cambiado mucho en Espa˜ a desde el advenimiento de la democracia (menor
o n
escolarizaci´ n en internados, incremento de profesionales educativos seglares, mayor libertad ideol´ gica).
o o
A pesar de todos estos cambios, los resultados obtenidos en este trabajo indican un ligero aumento en
la prevalencia del abuso sexual infantil, tanto en mujeres (aproximadamente un 3%), como en varones
´
(un 2%), si se considera unicamente el porcentaje de abuso sexual con contacto f´sico encontrado por
ı
L´ pez (1994). Ello invita a reflexionar sobre la procedencia del perpetrador. Los datos obtenidos en el
o
´ ´
presente trabajo sugieren que este se halla en ambitos diversos, tanto intra como extrafamiliares. Desde la
perspectiva educativa, la reciente experiencia eclesi´ stica americana en relaci´ n a la revelaci´ n de abusos
a o o
sexuales obliga a no desestimar el riesgo indicado por L´ pez (1994) pero, adem´ s, cabe contemplar un
o a
´
origen vinculado a ambitos educativos seglares, familiares y de los propios pares.
Una menci´ n especial requiere la prevalencia de abuso sexual cometido por un agresor de similar edad
o
a la v´ctima. L´ pez (1994) ya indicaba hace una d´ cada, el preocupante elevado porcentaje de este tipo de
ı o e
casos que, tal y como muestra el presente trabajo, sigue siendo relevante, especialmente en el caso de los
varones. A nivel preventivo, deber´an analizarse los factores que influyen en este hecho y en la tendencia
ı
encontrada respecto a un mayor n´ mero de varones v´ctimas de este tipo de abuso sexual.
u ı
La diferenciaci´ n entre abuso sexual con inicio anterior y posterior a los 13 a˜ os, ya utilizada por De
o n
Pa´ l y colaboradores (1995), a˜ ade informaci´ n significativa a la descripci´ n de los abusos sexuales.
u n o o
Seg´ n los resultados obtenidos, parece ser que el abuso sexual m´ s frecuente es aqu´ l cometido sobre
u a e
una v´ctima menor de 13 a˜ os por un agresor con una diferencia de edad m´nima de cinco a˜ os,
ı n ı n
independientemente del sexo de la v´ctima.ı
Respecto al agresor, los resultados tambi´ n se corresponden con las publicaciones al respecto
e
(Finkelhor, 1994). Antes de los 13 a˜ os, la mayor´a de agresores suelen pertenecer al entorno cercano de
n ı
la v´ctima, siendo principalmente amigos o conocidos en el caso de los estudiantes varones y familiares
ı
en el caso de las mujeres. En los abusos con inicio posterior a los 13 a˜ os, se incrementa el n´ mero
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de agresores desconocidos en estudiantes varones, as´ como se introduce con frecuencia la tipolog´a de
ı ı
agresor pareja de la v´ctima, principalmente en estudiantes de sexo femenino.
ı
En general, las caracter´sticas de los abusos sexuales muestran que, si bien no suelen ir acompa˜ ados
ı n
de violencia f´sica y no se producen heridas en la v´ctima como resultado del abuso, los porcentajes
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de penetraci´ n son notablemente elevados, especialmente en v´ctimas varones, indicando un tipo de
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abuso muy severo y no correspondi´ ndose con los resultados de otros estudios realizados con muestras
e
universitarias. Los datos de este trabajo indican unos porcentajes de penetraci´ n oral, anal y/o vaginal
o
muy superiores a los obtenidos por Bendixen y colaboradores (1994), as´ como por Oaksford y Frude
ı
(2001). Bendixen y colaboradores (1994) hallaron un porcentaje de penetraci´ n de 3,7% en las estudiantes
o
mujeres y 0,4% en los estudiantes varones, mientras que Oaksford y Frude (2001) encontraron que un 1,4%
de las estudiantes mujeres hab´an sufrido penetraci´ n vaginal. De este modo, la poblaci´ n universitaria
ı o o
femenina analizada ha sufrido penetraci´ n en una proporci´ n entre dos y cuatro veces superior a los
o o
estudios revisados con muestras similares (un 5,03% de las estudiantes de la muestra), y en una proporci´ n o
casi seis veces superior para los hombres (un 5,99% en el caso de los estudiantes varones). Aunque estos
datos deber´an ser precisados, se puede interpretar que, en la muestra analizada, la gravedad del abuso ha
ı
sido muy elevada en los sujetos de la muestra que han informado haber sido v´ctimas del abuso sexual en
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su infancia o, por otro lado, que existe una mayor voluntad de revelar abusos sexuales, incluso aquellos
de mayor gravedad.
En s´ntesis, en este trabajo se han actualizado las cifras de prevalencia del abuso sexual infantil obtenidas
ı
en estudios espa˜ oles hace m´ s de una d´ cada, permitiendo su comparaci´ n con estudios recientes de
n a e o
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otros pa´ses e indicando un incremento en el porcentaje de v´ctimas. Los resultados siguen confirmando
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que, incluso en muestras universitarias, el abuso sexual infantil es un problema mucho m´ s extendido en
a
la sociedad espa˜ ola de lo que previamente podr´a estimarse.
n ı
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