El documento habla sobre la política a través de la historia. Explica que la política se remonta al Neolítico, cuando las sociedades empezaron a organizarse jerárquicamente. También describe las diferentes concepciones de la política a través de la historia, incluyendo definiciones clásicas y perspectivas éticas. Finalmente, analiza las diferencias entre las ideologías de izquierda y derecha en la política.
1. GIMNASIO DOMINGO SAVIO
LA POLÍTICA EN LA HISTORIA
La política, del griego πολιτικος (pronunciación figurada: politikós, «ciudadano»,
«civil», «relativo al ordenamiento de la ciudad»), es la actividad humana que
tiene como objetivo gobernar o dirigir la acción del Estado en beneficio de la
sociedad. Es el proceso orientado ideológicamente hacia la toma de decisiones
para la consecución de los objetivos de un grupo en asuntos públicos. La ciencia
política es una ciencia social que estudia dicha conducta de una forma
académica utilizando técnicas de análisis político; los profesionales en esta
ciencia adquieren el título de politólogos, mientras quienes desempeñan
actividades profesionales a cargo del Estado o se presentan a elecciones se
denominan políticos. El término fue ampliamente utilizado en Atenas a partir del
siglo V antes de Cristo, en especial gracias a la obra de Aristóteles titulada,
precisamente, Política. El mismo Aristóteles definía al ser humano como un animal político. También se la ha definido como
la comunicación dotada de un poder, relación de fuerzas o como el arte de lo posible. Por extensión y de acuerdo al
contexto, el concepto de política puede referirse también a la actividad de gobernar o conducir otras instituciones sociales
menores y no necesariamente públicas, como por ejemplo una empresa, confederación, instituto o cooperativa.
La política se remonta al Neolítico, donde se empezó a organizar la sociedad jerárquicamente apareciendo así el poder
sobre los demás. Hasta aquella época el poder lo ocupaba el más fuerte o sabio del grupo, pero ya hay constancia de
pueblos centroeuropeos y procedentes del mediterráneo que estaban organizados en un sistema que en ocasiones era
absolutista, y como en el caso de algunas polis griegas (Atenas) o la cultura fenicia practicaban la democracia parcial, o
estaban organizadas en asambleas. El sistema político predominante era el absolutista, en el que todo el poder era ocupado
por una sola persona. Este esquema político no cambió hasta el fin del Antiguo Régimen con la Revolución francesa en
Europa y la constitución de Estados Unidos.
Concepciones históricas de la política
Definiciones clásicas apuntan a definir política como el "ejercicio del poder"
en relación a un conflicto de intereses. Son famosas las definiciones fatalistas
de Carl Schmitt de la política como juego o dialéctica amigo-enemigo, que
tiene en la guerra su máxima expresión, o de Maurice Duverger, como lucha
o combate de individuos y grupos para conquistar el poder que los
vencedores usarían en su provecho. También está Max Weber, que define la
política estrictamente en función del poder.
Una perspectiva opuesta contempla la política en un sentido ético, como una
disposición a obrar en una sociedad utilizando el poder público organizado
para lograr objetivos provechosos para el grupo. Así las definiciones
posteriores del término han diferenciado poder como forma de acuerdo y
decisión colectiva, de fuerza como uso de medidas coercitivas o la amenaza de su uso.
Una definición intermedia, que abarque a las otras dos, debe incorporar ambos momentos: medio y fin, violencia e interés
general o bien común. Podría ser entendida como la actividad de quienes procuran obtener el poder, retenerlo o ejercitarlo
con vistas a un fin que se vincula al bien o con el interés de la generalidad o pueblo. 1
El Objetivo del 'quehacer' político
Posteriormente al contractualismo, que logra plantear al poder político como parte de un contrato entre sociedad civil y el
Estado, la política se puede apreciar como una actividad que se inclina por sí misma hacia el bien de las sociedades
humanas en general, es decir, gracias al contractualismo podemos decir que:
Si una sociedad humana está constituida por un conjunto de individuos que poseen de hecho metas e intereses propios y
particulares, mismos que serán insertados en la sociedad mediante acciones políticas concretas: entonces el objetivo del
quehacer político, sería ascender de manera consciente en la sociedad para conseguir el cumplimiento de nuestras metas e
intereses, personales y particulares, a través del convencimiento de que estos aportarán y contribuirán al mejoramiento de la
sociedad (humana) en general".
Todas las ideologías políticas se agrupan en torno a dos dimensiones que son la económica y la social. La dimensión
económica está integrada por dos ideologías opuestas, izquierda-derecha, que forman una línea horizontal y la dimensión
social está integrada por otras dos ideologías opuestas, autoritarismo-libertarismo,2 3 4 que forman una línea vertical. Juntas
estas dos dimensiones integran un mapa ideológico en el cual podemos encontrar cuatro grandes sistemas como el
totalitarismo, capitalismo, socialismo y el liberalismo, y el punto en donde se cruzan las dos líneas se considera como el
centro político.
DERECHA E IZQUIERDA POLÍTICA
Aunque los conceptos de izquierda y derecha política no sean, según muchos, autores los idóneos para definir el espectro
político, el hecho es que son aún frecuentes para posicionar planteamientos y posturas políticas en la actualidad. En este
trabajo se van a definir ambos conceptos superficialmente, simplificando los grandes problemas y contradicciones que tiene
la susodicha conceptualización.
Durante la revolución francesa dos partidos se disputaron el poder en la asamblea. Por un lado los girondinos, un partido
moderado que propugnaba un derecho al sufragio no universal, del que excluía a las clases no propietarias y que defendía
la alianza con la nobleza para establecer en Francia una monarquía parlamentaria. Por contra, los jacobinos defendían un
sufragio universal que extendían a todos los miembros de la población y la
instauración de una república. Estos últimos tenían el apoyo de las clases más
populares, mientras que los girondinos eran apoyados por los burgueses, propietarios
y algunas capas de la nobleza. En las deliberaciones de la asamblea los girondinos se
sentaban a la derecha y los jacobinos a la izquierda, de aquí la división, que aún hoy
perdura, de ideologías de izquierdas y de derecha.
Tanto dentro de las posiciones derechistas e izquierdistas hay pluralidad de
planteamientos que en muchas ocasiones están enfrentados entre sí. Un rasgo que
distancia mucho las posiciones, dentro de ambos conceptos teóricos, es el lugar que
juega la autoridad en lo público; en otras palabras, tanto en la izquierda como en la
derecha encontraremos posiciones autoritarias, antiautoritarias y planteamientos
2. intermedios. Sin ser exhaustivos se intentará reflejar cada una de esas posiciones dentro de la ideología izquierdista y
derechista.
LA DERECHA POLÍTICA:
Dada la heterogeneidad de las posturas de la derecha política es difícil dar una definición de este concepto que englobe a
todos los movimientos derechistas. Quizás una aproximación sea que mientras que en los movimientos de izquierda la
igualdad social es uno de los objetivos prioritarios del programa político, en los movimientos de derecha esta igualdad no
tiene un papel tan central; a veces los movimientos de derecha propugnan el elitismo o el mantenimiento de ciertas
diferencias entre los miembros de la sociedad (sobre todo diferencias económicas); sin embargo, la igualdad social sigue
siendo parte del proyecto político de la derecha, aunque sin la centralidad que tiene este objetivo para la izquierda.
Se analizarán los tres movimientos de derecha más importantes en la historia reciente y la actualidad de Europa: el
liberalismo, el conservadurismo y el fascismo.
EL LIBERALISMO:
Movimiento ideológico que defiende el libre mercado e intenta evitar, en lo posible, la intervención del estado en la
economía, en particular, y en la sociedad civil, en general. Este movimiento considera que la libre iniciativa y la competencia
son los motores que crean riqueza social; por lo tanto, la intervención del estado es entendida como una injerencia
totalitaria.
La libre competencia es un valor clave para el liberalismo. Del mismo modo que en el orden
natural la competencia entre los seres genera un ecosistema estable y sostenible, en la
economía de un colectivo la competencia entre productores permite que el mercado se amolde a
la demanda y la satisfaga convenientemente. La intervención del estado entorpece este orden
natural y lo corrompe.
Para el liberal los derechos individuales son fundamentales. El derecho a la propiedad de los
individuos y los colectivos debe ser respetado por el estado que no debe tener autoridad, o la
tenerla en mínima medida, para erosionar las posesiones de los individuos con impuestos. Los
servicios sociales deben ser dejados en mano de particulares, ya que si están en mano del estado se produce una
competencia desleal y, además, impide el crecimiento económico del colectivo.
Muchos liberales, aún cuando se encuadren dentro de la derecha, mantienen posturas tan aparentemente de izquierda
como el derecho al aborto, al matrimonio homosexual o al consumo y venta de drogas. Téngase en cuenta que todos los
derechos anteriores son derechos individuales sobre los que el estado, para un liberal estricto, no tiene porque
entrometerse. Otros liberales, sobre todo en EE. UU., critican los sistemas públicos de sanidad o los sistemas de pensiones
del estado; estos sistema sobrecargan, según ellos, a los ciudadanos con impuestos y frenan la libre competencia.
El liberalismo más extremo y muy poco usual en Europa es el minarquismo. Este movimiento propugna un estado mínimo
que sirva únicamente para defender la propiedad y la libertad de los individuos. El control del estado sobre los medios de
transporte, sanidad, educación o sobre el mercado debería desaparecer. En esta situación, sin apenas impuestos y sin
injerencia estatal los individuos se relacionarían social y económicamente en libertad.
CONSERVADURISMO:
Movimiento ideológico que defiende valores familiares y/o religiosos y se muestra cauto ante las
innovaciones sociales. El conservadurismo, excepto extremos muy minoritarios, no es contrario a la
innovación científica y tecnológica.
Aunque se alía frecuentemente con partidos liberales, el conservadurismo, tradicionalmente, no se ha
opuesto al intervencionismo del estado en asuntos económicos. Aunque dentro del conservadurismo
hay muy diversas corrientes, generalmente este movimiento se muestra favorable a la intervención del
estado en asuntos como la sanidad, educación, recursos sociales básicos. De este modo, el
conservador considera al estado como un garante más de la familia y del orden social naturalmente
establecido.
El conservadurismo suele ser también nacionalista. Defiende la identidad nacional del grupo social y
es más o menos combativo con las innovaciones culturales foráneas. Muchos partidos políticos que
luchan por la independencia de una región son conservadores y, por lo tanto, de derecha.
La familia tradicional es otro valor importante para el conservadurismo. La defensa de esta institución es una pieza clave en
el discurso político del conservador. Además el conservadurismo acentúa el papel social del individuo: cada persona
pertenece a una colectividad ante la que es un sujeto moral responsable.
Especialmente importante en Europa es la corriente conservadora de la democracia cristiana. Esta corriente defiende la
tradición cristiana de Europa y las costumbres a ella asociadas. La política democristiana considera que el estado debe
cuidar y proteger a los más desfavorecidos con un sistema de asistencia pública. La moral pública defendida por la
democracia cristiana es la del catolicismo con algunos matices; por lo tanto, el democristiano tenderá a oponerse al aborto,
la eutanasia, la legalización de las drogas, el matrimonio homosexual, etc.
EL FASCISMO:
El fascismo es un movimiento político surgido a principio del siglo XX. Su ubicación dentro de la derecha es rechazada por
algunos autores pero el uso común es considerarlo un movimiento de extrema derecha. Hoy por hoy
su importancia en la política europea no es mucha. A diferencia de los otros movimientos derechistas
tratados, el fascismo no considera a la democracia capitalista un modelo político-económico válido.
Frente a ella propone una sociedad fuertemente jerarquizada y militarizada. Un nacionalismo ferviente
también acompaña a los movimientos fascistas.
En lo económico el fascismo propone diversos modelos pero todos ellos coinciden en un fuerte
intervencionismo estatal. Los movimientos fascista, por lo tanto, defienden un sistema estatal
asistencial en mayor o menor medida.
Los derechos individuales, para esta corriente, son dependientes de los derechos colectivos y no son,
en ningún caso, derechos inalienables. El deber del individuo hacia su patria es absoluto. El
nacionalismo impregna buena parte de la práctica política del fascismo, siendo el engrandecimiento
de la patria e incluso la conquista de otros territorios, objetivos políticos recurrentes del discurso
fascista. Frecuentemente el fascismo llega, al defender un nacionalismo a ultranza, el racismo y la discriminación social.
Junto con el nacionalismo, el autoritarismo es otro rasgo sobresaliente del fascismo. La sociedad esta, más o menos,
rígidamente jerarquizada y los roles sociales muy definidos. El ejército y la vida militar son idealizadas y se convierten en
referente para la sociedad.
3. El fascismo al pretender una revolución social, propugna un “orden social nuevo” que rompa con el anterior para crear un
orden total que englobe a una cuerpo social más o menos homogéneo (totalitarismo). Por esta razón el fascismo no siempre
se ha relacionado amistosamente con el liberalismo o el conservadurismo.
LA IZQUIERDA POLÍTICA:
Al igual que la derecha, la izquierda política oscila entre un mayor o menor
autoritarismo. A diferencia de la derecha plantea la igualdad social como meta prioritaria
de su programa político, aunque en muchas ocasiones esa igualdad se consiga a costa
de algunos derechos individuales como el de propiedad o el de libertad de empresa.
También como la derecha, los movimientos políticos izquierdistas tienen posiciones
diversas sobre el capitalismo y la democracia. Para algunos el capitalismo es un
sistema válido aunque es precisa la intervención del estado para garantizar la igualdad
social; mientras que para otros grupos izquierdistas el capitalismo es un sistema
intrínsecamente perverso que debe ser transformado de raíz. Igualmente existen
movimientos izquierdistas defensores de la democracia burguesa instaurada en
Occidente, y otros movimientos claramente contrarios a este sistema político.
Aunque las posiciones dentro de la izquierda son, al menos, tan ricas y diversas como en la derecha política, en este trabajo
solo se van a analizar la socialdemocracia, el comunismo y el anarquismo.
LA SOCIALDEMOCRACIA:
En el siglo XIX surgieron en Europa movimientos obreros que proponían la redistribución de la riqueza entre la población, el
método para lograr esta redistribución era la revolución social. Frente a este socialismo revolucionario, la socialdemocracia
nació a finales del XIX como un intento de conseguir la redistribución de las riquezas y una mayor igualdad social a través
de elecciones democráticas.
La socialdemocracia se ha mantenido más o menos alejada de las concepciones revolucionarias y utopistas de otros
movimientos de izquierda. Los socialdemócratas defienden a ultranza la democracia occidental como sistema político válido.
En lo económico defienden un capitalismo reformado. Según la socialdemocracia, aunque el capitalismo es el sistema
económico imperante y ha aportado beneficios indudables al género humano, la tesis liberal de que el capitalismo genera
por si mismo felicidad a la mayoría del género humano es falsa. La avaricia de los ricos o la desigualdad de oportunidades
hacen que en el capitalismo sin regulación surjan estratos de población de desheredados que mal viven en la miseria. El
estado debe velar por estos sujetos más débiles y regular el mercado para subsanar estas irregularidades. La
socialdemocracia, junto con los conservadores, ha sido una gran defensora del estado del bienestar, según el cual el estado
debe proveer a los ciudadanos de los servicios asistenciales básicos. La socialdemocracia tiende a extender lo más posible
este concepto de “servicio asistencial básico” por lo que suele ser necesario aumentar los impuestos para mantener los
servicios asistenciales.
La socialdemocracia defiende en lo social la igualdad de oportunidades para todos los ciudadanos independientemente de
sexo, raza, religión u orientación sexual. Por esto el programa socialdemócrata suele acoger el reconocimiento de derechos
para las minorías (minusválidos, homosexuales, personas dependientes...) o para colectivos marginados (inmigrantes,
mujeres, etc.).
EL COMUNISMO:
Aunque ha habido teorizaciones políticas comunistas desde Platón (IV a.e.c) se entiende aquí comunismo como la ideología
política inspirada por la obra del filósofo alemán Karl Marx.
El comunismo propone la máxima igualdad social posible. Esto es inviable dentro de un sistema democrático burgués y
capitalista. El capitalismo es el sistema creado por los predadores para rapiñar a sus presas, promueve desigualdades al
promover la acumulación de capital. Por lo tanto, en defensa de la sociedad, el estado, creen
los comunistas, debe controlar la economía del país de manera más o menos absoluta. De
este modo, el estado planifica la economía de un territorio, las necesidades, a que van
dirigidos los recursos, etc.
En los regímenes comunistas el estado posee los medios de producción de riqueza como las
fábricas; los obreros dan la mayor parte de la fuerza de su trabajo al estado pero a cambio
reciben de este alojamiento, trabajo, comida, etc. Es importante subrayar que en una
economía planificada como la que existe en los países estrictamente comunistas no existe el
paro ni la pérdida de vivienda por embargo bancario, por ejemplo. Los medios de trasportes
públicos como trenes y autobuses son gratuitos o muy baratos.
En los países comunistas existe un solo partido, el partido comunista, que es el que toma las
decisiones y delibera. Como todo el mundo puede entrar a formar parte del partido, los
comunistas no creen que se esté negando la participación política a nadie. La democracia es
incompatible con el comunismo ya que los órganos del poder y de los medios de comunicación son ocupados por la élite
económica o sus fieles vasallos.
En los países comunistas no existe libertad de prensa como la conocemos en Occidente. En ocasiones hay censuras y no
se puede criticar abiertamente al régimen sin ser acusado de “traidor a la patria”. La disidencia política no comunista está
más o menos perseguida. Debe tenerse en cuenta que en tanto que el estado provee de todo a sus ciudadanos ejerce o
puede ejercer un fuerte poder sobre ellos, por lo que son regímenes políticos que caen fácilmente en el autoritarismo y en
cierta falta de respeto hacia los derechos individuales. No obstante, existen y
han existido muchos países comunistas, cada uno con sus peculiaridades, en
alguno de los cuales los derechos individuales eran más respetados que en
otros.
Países comunistas en la actualidad son, por ejemplo, Cuba, China o Corea del
Norte.
EL ANARQUISMO:
Al igual que el comunismo, el anarquismo es un movimiento izquierdista
revolucionario. Pretende llegar a la igualdad social mediante la revolución. Sin
embargo, su perspectiva del proceso revolucionario es muy diferente a la del
comunismo por lo que estos dos movimientos han estado en continuo conflicto.
4. El anarquismo critica al capitalismo por las mismas razones que el comunismo. El capitalismo promueve la desigualdad
social y la depredación de los más poderosos (ricos) sobre los más débiles (pobres). En tanto que el motor del capitalismo
es la acumulación de capital deja a una capa de población sin parte en la riqueza social.
Sin embargo, y en esto se separa profundamente del comunismo, el anarquismo también critica al estado. El estado es una
estructura política creada bajo la base de que unos hombres deben dominar sobre otros y dirigir sus destinos. Desde la
perspectiva anarquista no es posible la igualdad social mientras persistan este tipo de estructura del poder ya que el
poderoso frente al que no tiene el poder, representa la diferencia social más radical de todas. Por esta razón el anarquismo
propone la destrucción del estado y su sustitución por comunas independientes en las que la democracia sea directa y no
representativa; es decir, que cada cual en la asamblea posea derecho a hablar y a votar sobre los asuntos a debatir. Los
medios de producción pertenecerán al colectivo de la comuna que decidirá como utilizarlos, obviamente para el bien común.
El anarquismo es respetuoso con los derechos individuales que no dañen la economía colectiva; por esta razón no reconoce
al individuo derecho a la propiedad de los medios de producción. Los movimientos anarquistas, por lo tanto, reconocen la
igualdad de derechos de todos y la máxima amplitud de estos derechos.
EDAD DE PIEDRA.
Un matriarcado es un término que se aplica, a veces laxamente, a sociedades en
las que existe una preponderancia de la autoridad femenina en aspectos
importantes de la vida pública o privada.
Patriarcado término antropológico usado para definir la condición sociológica en
que los miembros masculinos de una sociedad tienden a predominar en posiciones
de poder; mientras más poderosa sea esta posición, más probabilidades que un
miembro masculino retenga esa posición.
EN AMÉRICA:
CACICAZGO: El término proviene de la palabra taína cacique, nombre dado a los
jefes de tribus amerindias en las islas del Caribe. Posteriormente, pasó a designar
a personas de gran influencia en territorios rurales de España. En 1884 fue
incorporada al Diccionario de la lengua de la Real Academia con su significado
actual en sus dos acepciones:
Dominación o influencia del cacique de un pueblo o comarca
Intromisión abusiva de una persona o una autoridad en determinados asuntos, valiéndose de su poder o influencia.
En general, se ha enfocado el problema del caciquismo como de carácter esencialmente político y predominantemente
electoral. El cacique habría sido una pieza más en la estructura de la Administración centralizada: era el jefe local de uno de
los partidos, eslabón en la cadena de una de las muchas clientelas que componían el sistema político. Como tal su misión
consistía en la manipulación electoral tendiente a la consecución de unos resultados más o menos ficticios, muchas veces
obtenidos por medios ilegales, favorables a su jefe de filas. La base de su poder no habría residido por tanto en su posición
económica, sino en su control de los mecanismos administrativos; el cacique, tanto liberal como conservador, tiene en la
localidad una influencia que deriva de su control sobre los actos de la Administración; ese control se ejerce en el sentido de
imponer a la Administración actos antijurídicos; la inmunidad del cacique respecto a los Gobiernos deriva del hecho de que
él es el jefe local de su partido, siendo los gobernantes también jefes nacionales de facciones del mismo o de otro partido o
facción, necesitados todos de la lenidad gubernamental para perdurar como tales partidos o facciones. Ese dominio de los
mecanismos administrativos habría permitido al cacique la creación y el mantenimiento de un patronazgo, posible gracias a
la distribución discriminatoria de favores que beneficiaba a sus fieles.
EDAD ANTIGUA:
Una ciudad-estado es un Estado que solamente consta de una ciudad y un exiguo territorio circundante, como por ejemplo
Singapur o la Ciudad del Vaticano actualmente. Aunque los motivos de su origen son variados, predominan las razones de
tipo comercial (sobre todo en la Edad Media) y, en consecuencia, también de tipo político.
Las primeras ciudades-estado se hallaban al sur de Mesopotamia, entre los ríos Tigris y Éufrates, en el territorio de Sumer.
Los ciudadanos ya practicaban una cultura agraria. Alrededor del siglo IV a. C. los ciudadanos ya controlaban las aguas y
las aprovechaban al máximo. Allí surgieron las ciudades-estado que eran muy independientes.
IMPERIO: Un imperio (del latín imperium) es, en los términos más rigurosos, un Estado multinacional, multireligioso y
multiétnico que consiguió al menos parte de su territorio por conquistas de anexión. También se puede referir a un estado a
cuyo frente está el Emperador. Por extensión, "imperio" puede referirse también a la etapa histórica donde una etnia o
nación, desarrolló una política imperial o bien a la potencia que ejerce el poder imperial.
LA POLIS GRIEGA:
El término proviene de la palabra taína cacique, nombre dado a los jefes
de tribus amerindias en las islas del Caribe. Posteriormente, pasó a
designar a personas de gran influencia en territorios rurales de España. En
1884 fue incorporada al Diccionario de la lengua de la Real Academia con
su significado actual en sus dos acepciones:
Dominación o influencia del cacique de un pueblo o comarca
Intromisión abusiva de una persona o una autoridad en determinados
asuntos, valiéndose de su poder o influencia.
En general, se ha enfocado el problema del caciquismo como de carácter
esencialmente político y predominantemente electoral. El cacique habría
sido una pieza más en la estructura de la Administración centralizada: era el jefe local de uno de los partidos, eslabón en la
cadena de una de las muchas clientelas que componían el sistema político. Como tal su misión consistía en la manipulación
electoral tendiente a la consecución de unos resultados más o menos ficticios, muchas veces obtenidos por medios ilegales,
favorables a su jefe de filas. La base de su poder no habría residido por tanto en su posición económica, sino en su control
de los mecanismos administrativos; el cacique, tanto liberal como conservador, tiene en la localidad una influencia que
5. deriva de su control sobre los actos de la Administración; ese control se ejerce en el sentido de imponer a la Administración
actos antijurídicos; la inmunidad del cacique respecto a los Gobiernos deriva del hecho de que él es el jefe local de su
partido, siendo los gobernantes también jefes nacionales de facciones del mismo o de otro partido o facción, necesitados
todos de la lenidad gubernamental para perdurar como tales partidos o facciones. Ese dominio de los mecanismos
administrativos habría permitido al cacique la creación y el mantenimiento de un patronazgo, posible gracias a la distribución
discriminatoria de favores que beneficiaba a sus fieles.
Aristóteles: Considera que el fin que busca el hombre es la felicidad,
que consiste en la vida contemplativa. La ética desemboca en la
política. El organismo social de Aristóteles considera al Estado como
una especie de ser natural que no surge como fruto de un pacto o
acuerdo. El hombre es un animal social («zoon politikon») que
desarrolla sus fines en el seno de una comunidad. La política del
hombre se explica por su capacidad del lenguaje, único instrumento
capaz de crear una memoria colectiva y un conjunto de leyes que
diferencia lo permitido de lo prohibido.
Aristóteles expuso en la Política la teoría clásica de las formas de
gobierno, la misma que sin grandes cambios fue retomada por diversos
autores en los siglos siguientes.
La célebre teoría de las seis formas de gobierno se basa en el fin del
régimen político (bien común o bien particular). Los regímenes políticos
que buscan el bien común (puros) son:21
Si gobierna una sola persona: monarquía
Si gobiernan pocas personas: aristocracia
Si gobiernan muchas personas: república
Y las degradaciones de estos regímenes políticos se traducen en:22
La degradación de la monarquía es la tiranía
La degradación de la aristocracia es la oligarquía
La corrupción de la democracia es la demagogia
Aristóteles define la monarquía como el gobierno de una sola persona, la más virtuosa y noble de la polis; la aristocracia
como el gobierno de unos pocos (los más virtuosos) y la república como la mezcla entre una oligarquía (gobierno de los
ricos) y una democracia (gobierno de los pobres).
Existe para Aristóteles una gradación entre las formas de gobierno. El más "divino" por lo justo pero también por la dificultad
de su realización, es la monarquía. Le siguen la aristocracia y la república. La desviación del primer régimen es la peor
forma de gobierno: la tiranía, seguido de la oligarquía. La desviación más moderada en cuanto a su corrupción es la
democracia.23
Cada una de las seis formas de gobierno es analizada en un contexto histórico particular, por lo que presenta muchas
variantes reales de cada una.
EDAD MEDIA
Durante el feudalismo existían reyes, cada señor feudal poseía poder sobre esclavo, y este
debía regirse a su autoridad. Este sistema es desplazado luego por la monarquía absoluta
que se estableció en Europa, en la cuál es rey era el que tomaba las decisiones.
El sistema feudal es lo más característico en la edad media, la propiedad, concretamente la
de la tierra, era adquirida, consolidada y defendida mediante guerras que sostenían los
señores feudales para perpetuar y ampliar sus dominios.
El poder político estaba totalmente descentralizado, de hecho no había naciones en el
sentido moderno de la palabra. Los feudos -porciones relativamente pequeñas de territorio-
eran gobernados con base a ciertas prácticas de costumbre y, generalmente, prevalecían
las personales y caprichosas decisiones del señor amo.
El trabajador tenía que luchar incansablemente para sólo obtener algunos medios con que
alimentar su sufrida existencia. Las clases de relaciones entre patronos y trabajadores eran
de amo a esclavo, a base de decisiones autocráticas. El señor feudal era amo absoluto, su
poder de decisión era ilimitado, a tal grado que llegaba a “decidir” hasta en la noche de
bodas de sus vasallos (derecho de pernada o prima nocti).
Doctrinas sobre la naturaleza del poder monárquico: Existen dos teorías sobre la naturaleza del poder monárquico y
son: pactista (Eiximenis) y absolutista (Ulpiano).
El pactismo es la tendencia al pacto o al compromiso, especialmente para resolver problemas políticos o sociales. La
monarquía feudal se caracterizaba por una relación intermediada del rey con sus vasallos, a través de una red de relaciones
feudo-vasalláticas, lo que daba a este muy poco poder por sí mismo.
A partir de la baja edad media, se fue configurando una monarquía autoritaria, ya que el rey fue incrementando su poder, en
equilibrio con los estamentos representados en las instituciones parlamentarias, que en España se denominaron Cortes;
mientras que la existencia de privilegios personales, familiares, estamentales, etc. (fueros y cartas pueblas de ciudades),
hacía muy dispersa la acción del poder central, que ni siquiera se establecía en una capital política o corte permanente, sino
que debía marcar su presencia física en todo el territorio mediante la corte itinerante.
Origen del poder monárquico: El mismo monarca, para autenticar su poder, decía que este le había sido atribuido por el
poder de Dios y que era Dios el que a través del rey, daba las órdenes.
Facultades del rey: El rey tenía bajo su persona los tres poderes (legislativo, judicial y militar). El era quien dictaba las leyes
y las hacía cumplir a través de la justicia. Así mismo era el más alto mandatario del ejército.
Carácter de la monarquía medieval: En la alta edad media, el reino visigodo, la monarquía era electiva y no siempre el hijo
mayor, o ni siquiera hijos, era el heredero al trono. Pero esto se fue perdiendo y se empezó a hacerse, la monarquía
hereditaria.
Era el hijo mayor el que heredaba el trono, siempre que este fuera varón, en caso contrario pasaba al mayor de los varones.
6. EDAD MODERNA:
NICOLÁS MAQUIAVELO: Aunque Maquiavelo nunca lo dijo, se le atribuye la frase "el fin
justifica los medios", ya que resume muchas de sus ideas.
Se considera a Maquiavelo como uno de los teóricos políticos más notables del Renacimiento,
pues con su aporte se abre camino a la modernidad en su concepción política y a la
reestructuración social.
Tradicionalmente, se ha encontrado una aporía en el pensamiento maquiaveliano como
consecuencia de la difícil conciliación de sus dos obras principales, los Discursos sobre la
primera década de Tito Livio y El príncipe.
En los Discursos, Maquiavelo se declara partidario de la república, partiendo del supuesto de
que toda comunidad tiene dos espíritus contrapuestos: el del pueblo y el de los grandes (que
quieren gobernar al pueblo), que están en constante conflicto. Para Maquiavelo el mejor
régimen es una República bien organizada (toma como ejemplo la República Romana), aquella
que logre dar participación a los dos partidos de la comunidad para de esta manera contener el
conflicto político dentro de la esfera pública.
Maquiavelo señala, y de aquí la calificación de bien organizada, que es primordial que en dicha república se disponga de las
instituciones necesarias para canalizar el conflicto dentro de las mismas sin las cuales la república se desarmaría. Ninguna
de las otras formas de gobierno como la aristocracia, la tiranía, la democracia o la monarquía logran el equilibrio de los
partidos dentro del régimen por lo que son inestables.
Los intérpretes proclives a las tesis republicanas han pretendido, desde Rousseau, conciliar la contradicción entre los
Discursos y El príncipe considerando que este último supone un ejercicio de ironía que sencillamente desnudaba a la luz
pública lo que eran las verdaderas prácticas del poder.
Sin embargo, la oposición a la república que podría inferirse en El príncipe, debe tenerse en cuenta que cuando Maquiavelo
lo escribe está escribiendo para mostrar a Lorenzo II de Médici como debe desempeñarse si es que quiere unificar Italia y
sacarla de la crisis en la que se encuentra. Maquiavelo aclara también que puede existir un hombre cuya virtud política
(saber aprovechar los momentos de fortuna y escapar de los desfavorables) supere a la república en conjunto pero dicha
virtud política morirá con el mortal que la posea, cosa que no ocurriría en una república bien organizada.
Además de esto, debe recordarse que el Príncipe presenta analogías con la figura romana y republicana del dictador,
investido de poderes absolutos durante un breve período y teniendo que rendir cuentas posteriormente ante la república. En
este sentido, la contradicción entre los dos textos principales de Maquiavelo no es tal. Si es así, entonces el principado y la
república deberían ser entendidos como formas de gobierno subordinadas a la auténtica preocupación política de
Maquiavelo: la formación de un Estado moderno en la Italia de su tiempo.
Maquiavelo entiende que todo Príncipe debe tener virtud y fortuna para subir al poder: virtud al tomar buenas decisiones y
fortuna al tratar de conquistar un territorio y encontrarse con una situación (que no fue provocada por él mismo) que lo ayuda
o beneficie conquistar. Aquel príncipe que obtenga el poder mediante el crimen y el maltrato, siendo éste vil y déspota; debe
entender que una vez subido al poder tiene que cambiar esa actitud hacia el pueblo. Dándole liberio al pueblo, para ganarse
el favor del mismo, ya que al fin y al cabo estos serán los que decidan su futuro.
Maquiavelo fue además un auténtico precursor del trabajo de los analistas políticos y columnistas de nuestros días: “todos
estos príncipes nuestros tienen un propósito, y puesto que nos es imposible conocer sus secretos, nos vemos obligados en
parte a inferirlo de las palabras y los actos que cumplen, y en parte a imaginarlo” (carta a Francesco Vettori, julio de 1513).
En todo caso, distintos textos del pensador arrojan luces y sombras sobre la coherencia interna de su obra. Así, el florentino
llega a afirmar no sin ironía que "desde hace un tiempo a esta parte, yo no digo nunca lo que creo, ni creo nunca lo que digo,
y si se me escapa alguna verdad de vez en cuando, la escondo entre tantas mentiras, que es difícil reconocerla” (carta a
Francesco Guicciardini, mayo de 1521).
JHON LOCKE
En política, John Locke es considerado el padre del liberalismo moderno. Propone que la soberanía emana del pueblo; que
la propiedad, la vida, la libertad y el derecho a la felicidad son derechos naturales de los hombres, anteriores a la
constitución de la sociedad.
El Estado tiene como misión principal proteger esos derechos, así como las libertades individuales de los ciudadanos.
También sostiene que el gobierno debe estar constituido por un rey y un parlamento. El parlamento es donde se expresa la
soberanía popular y donde se hacen las leyes que deben cumplir tanto el rey como el pueblo. Anticipándose a Montesquieu,
a quien Locke influyó, describe la separación del poder legislativo y el ejecutivo. La autoridad del Estado se sostiene en los
principios de soberanía popular y legalidad. El poder no es absoluto sino que ha de respetar los derechos humanos.
Al Estado le confiere funciones de decisión en controversias entre los individuos, en el contexto de la pluralidad y la
tolerancia, puesto que se dan diversidad de opiniones e intereses entre los hombres, fruto de las distintas vías individuales
de búsqueda de la felicidad, por lo que el desacuerdo y los conflictos son inevitables.
Postula que los hombres viven en el estado de naturaleza en una situación de paz y sometidos a leyes naturales que surgen
de la razón. Los hombres salen a través del pacto social del estado de naturaleza porque no existe allí justicia imparcial que
asegure los derechos naturales. El ingreso a la sociedad civil es a través del contrato. Si es violado por la autoridad pública
que resultó de la voluntad de los ciudadanos, se vuelve al estado de naturaleza. La autoridad
se sostiene en tanto asegure los derechos naturales que el individuo buscó proteger al entrar
en la sociedad.
JUAN CACOBO ROUSSEAU: Las ideas políticas de Rousseau influyeron en gran medida
en la Revolución francesa, el desarrollo de las teorías republicanas y el crecimiento del
nacionalismo. Su herencia de pensador radical y revolucionario está probablemente mejor
expresada en sus dos más célebres frases, una contenida en El contrato social: «El hombre
nace libre, pero en todos lados está encadenado»; la otra, contenida en su Emilio, o De la
educación: «El hombre es bueno por naturaleza», de ahí su idea de la posibilidad de una
educación.
Rousseau produjo uno de los trabajos más importantes de la época de la Ilustración; 3 a
través de su Contrato Social, hizo surgir una nueva política.4 Esta nueva política está basada
en la volonté générale, voluntad general, y en el pueblo como soberano. Expone que la única
forma de gobierno legal será aquella de un estado republicano, donde todo el pueblo legisle;
independientemente de la forma de gobierno, ya sea una monarquía o una aristocracia, no
debe afectar la legitimidad del Estado.5 Rousseau le da gran importancia al tamaño del
Estado, debido que una vez la población del estado crece, entonces la voluntad de cada
7. individuo es menos representada en la voluntad general, de modo que mientras mayor sea el estado su gobierno debe ser
más eficaz para evitar la desobediencia a esa voluntad general.6
En sus estudios políticos y sociales Rousseau desarrolló un esquema social en el cual el poder recae sobre el pueblo,
argumentando que es posible vivir y sobrevivir como conjunto sin necesidad de un último líder que fuese la autoridad. Es
una propuesta que se fundamenta en la libertad natural con la cual, Rousseau explica, ha nacido el hombre. En El Contrato
Social, Rousseau argumenta que el poder que rige a la sociedad es la voluntad general que mira por el bien común de todos
los ciudadanos.7 Este poder sólo toma vigencia cuando cada uno de los miembros de una sociedad se une mediante
asociación bajo la condición, según expone Rousseau, de que “Cada uno de nosotros pone en común su persona y todo su
poder bajo la suprema dirección de la voluntad general; y cada miembro es considerado como parte indivisible del todo.”8 En
fin, Rousseau plantea que la asociación asumida por los ciudadanos debe ser “capaz de defender y proteger, con toda la
fuerza común, la persona y los bienes de cada uno de los asociados, pero de modo tal que cada uno de éstos, en unión con
todos, sólo obedezca a sí mismo, y quede tan libre como antes
THOMAS HOBBES: La época de Hobbes se caracteriza por una gran división política la cual confrontaba dos bandos bien
definidos:
Monárquicos: que defendían la monarquía absoluta aduciendo que la legitimidad de ésta venía directamente de
Dios.
Parlamentarios: afirmaban que la soberanía debía estar compartida entre el rey y el
pueblo.
Hobbes se mantenía en una postura neutra entre ambos bandos ya que si bien afirmaba que
la soberanía está en el rey, su poder no provenía de Dios. El pensamiento filosófico de
Hobbes se define por enmarcarse dentro del materialismo mecanicista, corriente que dice que
sólo existe un "cuerpo" y niega la existencia del alma. También dice que el hombre está regido
por las leyes del Universo. En estos dos conceptos su pensamiento es parecido al de Spinoza,
sin embargo se diferencia en gran medida de éste al afirmar que el hombre es como una
máquina, ya que según Hobbes, el hombre se mueve continuamente para alcanzar sus
deseos; este movimiento se clasifica en dos tipos: de acercamiento, el hombre siempre se
acerca a las cosas que desea y de alejamiento, el hombre se aleja de las cosas que ponen en
peligro su vida. Así dice que la sociedad está siempre en movimiento.
Escribió Leviatán, un manual sobre la naturaleza humana y como se organiza la sociedad.
Partiendo de la definición de hombre y de sus características explica la aparición del Derecho
y de los distintos tipos de gobierno que son necesarios para la convivencia en la sociedad. El
origen del Estado es el pacto que realizan todos los hombres entre sí, subordinándose desde
ese momento a un gobernante, el cual procura por el bien de todos los súbditos y de él mismo. De esa forma se conforma la
organización social.
Su visión del estado de naturaleza anterior a la organización social es la "guerra de todos contra todos", la vida en ese
estado es solitaria, pobre, brutal y breve. Habla del derecho de naturaleza, como la libertad de utilizar el poder que cada uno
tiene para garantizar la auto conservación. Cuando el hombre se da cuenta de que no puede seguir viviendo en un estado
de guerra civil continua, surge la ley de naturaleza, que limita al hombre a no realizar ningún acto que atente contra su vida o
la de los otros. De esto se deriva la segunda ley de naturaleza, en la cual cada hombre renuncia o transfiere su derecho a un
poder absoluto que le garantice el estado de paz. Así surge el contrato social en Hobbes. Junto con los Dos Tratados sobre
el Gobierno Civil de John Locke y El contrato social de Rousseau, el Leviatán es una de las primeras obras de entidad que
abordan el origen de la sociedad.
CONDE DE MONTESQUIEU: Dos son fundamentalmente los puntos en que los diferentes autores insisten al señalar la
aportación original de Montesquieu al estudio científico de las sociedades humanas:
Montesquieu acomete la tarea científica de describir la realidad social según un método analítico y «positivo» que
no se detiene en la pura descripción empirista de hechos, sino que intenta organizar la multiplicidad de datos de la
realidad social en un reducido número de tipos.
Dar una «respuesta sociológica» a la aparente diversidad de los hechos sociales, bajo el supuesto de que existe un
orden o causalidad de estos hechos susceptible de una interpretación racional.
Es considerado uno de los precursores del liberalismo y fue quien elaboró la teoría de la separación de poderes:
Modernamente la doctrina denomina a esta teoría, en sentido estricto, separación de funciones o separación de
facultades, al considerar al poder como único e indivisible y perteneciente original y esencialmente al titular de la soberanía
(nación o pueblo), resultando imposible concebir que aquél pueda ser dividido para su ejercicio.
FRANCOIS GUIZOT: Durante estos años Guizot es uno de los líderes, con Royer-Collard, de los Doctrinarios, un pequeño
partido fuertemente vinculado a la Carta Otorgada de 1814 y a la corona, que intentaba una política del justo medio entre el
absolutismo y la Revolución. Sus opiniones tienen más el rigor de una secta que la elasticidad de un partido político.
Adherido a los grandes principios de la libertad y la tolerancia, se oponían firmemente a las tradiciones anárquicas de la
Revolución. Los elementos de inestabilidad social siempre estaban activos, y esperaban someterlos, no por medidas
reaccionarias, sino por la aplicación firme del poder enmarcado en una constitución basada en el sufragio de la clase media
y defendido por los mayores intelectuales del momento. Se oponían del misma fuerza tanto al espíritu democrático de la
época como al militarismo de tradición imperial y al sectarismo y absolutismo de la corte. A pesar de tales intenciones, son
más conocidos por su constante oposición a las demandas populares que por los servicios que sin duda dieron a la causa
de la libertad moderada. Como era previsible, fueron barridos por la revolución (1830).
REVOLUCIÓN FRANCESA :
La Revolución Francesa fue el cambio político más importante que se produjo en
Europa a fines del siglo XVIII, sirvió de ejemplo para otros países y promovió la
democracia en el mundo.
La influencia de la Revolución Francesa fue enorme. El gobierno, la economía y las
relaciones sociales fueron modificados en Francia, en gran parte de Europa y el mundo. Sus
ideas y sus hechos repercuten todavía en la actualidad. Nuestras ideas de libertad,
democracia, derechos y deberes; nacieron de este conflicto europeo de finales del siglo 18.
La Revolución Francesa fue un enfrentamiento social y político, que sacudió a Francia y
otras naciones de Europa que enfrentaban el sistema del antiguo régimen basado en la
monarquía.
Inició cuando el Tercer Estado, institución que representaba las mayorías, se reveló y tomó el poder en 1789. La revolución
8. finalizó con un golpe de estado de Napoleón Bonaparte en 1799.
La Revolución Francesa derrotó al absolutismo del rey y estableció un nuevo régimen donde la burguesía, y las masas
populares fueron la fuerza política dominante.
Democracia
La palabra democracia deriva del término griego, compuesto por demos que significa "pueblo", kratos que quiere decir
"gobernar", y el sufijo iα; el término por tanto significa, literalmente, "gobierno del pueblo", y fue acuñado en Atenas en el
siglo V a.C.
De todas formas, el significado del término ha cambiado con el tiempo, y la
definición moderna ha evolucionado mucho sobre todo desde finales del
siglo XVIII, con la sucesiva introducción de sistemas democráticos en
muchas naciones y sobre todo a partir del reconocimiento del sufragio
universal y del voto femenino en el siglo XX. Hoy en día, las democracias
existentes son bastante distintas al sistema de gobierno ateniense del que
heredan su nombre.
A partir de fines del siglo XVIII la palabra "democracia" se utiliza como
sinónimo de democracia liberal o democracia constitucional. Suele
entenderse por ello, un tipo genérico de Estado surgido de la
Independencia de los Estados Unidos de 1776 y luego más o menos
generalizado en las repúblicas y monarquías constitucionales que
emergieron de los procesos de emancipación o revolucionarios contra
las grandes monarquías absolutistas y establecieron sistemas de gobierno
en el que la población puede votar y ser votada, al mismo tiempo que el derecho de propiedad es preservado, los
derechos individuales protegidos y los privilegios de sangre, raza, fortuna, sexo, religión, etc., desaparecen.
Actualmente se considera a la democracia como una forma de Estado en la cual, en teoría, el poder para cambiar
las leyes y las estructuras de gobierno, así como el poder de tomar todas las decisiones de gobierno reside en la
ciudadanía, o cuerpo electoral, pues los gobernantes son electos a través del voto popular. En un sistema así, las
decisiones tanto legislativas como ejecutivas son tomadas por gobernantes, cuya legitimidad, según el orden jurídico,
deriva de su elección por los gobernados.
La democracia directa, llamada en algunas publicaciones democracia pura,1 es una forma de democracia y una teoría de
la educación cívica en la que la soberanía se presenta en la asamblea de todos los ciudadanos que deciden participar.
Dependiendo de lo particular del sistema, esta asamblea podría aprobar movimientos ejecutivos, leyes, elegir o destituir a
los funcionarios, y realizar enjuiciamientos. La democracia directa está en contraste con la democracia representativa, donde
la soberanía se ejerce por un subconjunto del pueblo, generalmente sobre la base de la elección.
El gobierno representativo es aquel en que el titular del poder político no lo ejerce por sí mismo sino por medio de
representantes, quienes a su turno formulan las normas jurídicas, las hacen cumplir, deciden los problemas públicos y
desempeñan las más importantes funciones de la soberanía. Cuando el pueblo, como titular del poder político, designa
representantes suyos para la integración de los órganos que ejercen los diversos atributos del mando, existe la democracia
representativa.1
Democracia participativa es una expresión amplia, que se suele referir a formas de democracia en las que los ciudadanos
tienen una mayor participación en la toma de decisiones políticas que
la que les otorga tradicionalmente la democracia representativa. Es
una de las democracias más usadas en el mundo.
Puede definirse con mayor precisión como un modelo político que
facilita a los ciudadanos su capacidad de asociarse y organizarse de
tal modo que puedan ejercer una influencia directa en las decisiones
públicas. En la actualidad se manifiesta usualmente por medio de
referendos o plebiscitos que los representantes elaboran para
consultar de iniciativas de consulta que los ciudadanos presentan a
los representantes. En una etapa más avanzada, el proyecto
fundamental de la democracia participativa es la creación de un
mecanismo de deliberaciones mediante el cual el pueblo, con su
propia participación, esté habilitado para manifestarse por igual con
puntos de vista tanto mayoritarios como minoritarios ... Sin negar que
todo sistema democrático eventualmente ha de descansar en
decisiones mayoritarias, los mecanismos o instituciones de
participación tienen el propósito de hacer hincapié en el pleno
respeto a las minorías, sus opiniones y su amplia manifestación a
través de un mecanismo participativo e institucionalizado