El documento analiza el narcotráfico en Bolivia durante el gobierno de Evo Morales. Muestra que los cultivos de coca legal e ilegal han aumentado, mientras que la erradicación de cultivos ha disminuido, lo que ha llevado a mayores incautaciones de cocaína. También argumenta que la política de Morales favorece al narcotráfico y ha creado una mayor corrupción y inseguridad para los ciudadanos bolivianos.