En resumen, en este marco se plantean distintos retos a los que tendremos que hacer frente durante los próximos años, entre los que destaca, el evitar el incremento de la brecha en competencias digitales entre países europeos, comunidades autónomas y centros públicos y privados. El eje clave será el sistema educativo. Este factor será determinante para impulsar la productividad, la competitividad y el crecimiento económico en un contexto de creciente digitalización global.