Importancia del sueño para el equilibrio físico y mental
1.
2. El sueño es un proceso
diario, necesario para
mantener el equilibrio físico
mental, emocional y el bien
estar de las personas.
3. • Podemos distinguir diferencias asociadas a la edad que afectan a todos
los sujetos por igual y variaciones debidas a factores individuales
(nutrición ,ejercicio físico,etc…
• En la evolución asociada a la edad aparecen diferencias cuantitativas y
cualitativas. Un niño recién nacido duerme entre 16 y 20 horas. El bebé
cada vez duerme más por las noches aumentando de esta forma la vigilia
durante el día. A los 6 meses duerme unas 14 horas, la mayor parte por la
noche, aunque todavía sigue haciendo dos periodos de sueño al día. A
medida que el niño crece el número de horas que necesita dormir se va
reduciendo y, la mayoría, no precisa dormir durante el día y si lo hacen es
con siestas de poca duración.
4. •En el adulto medio el ciclo completo
de sueño tiene una duración
aproximada de 90 a 100 minutos. Por
el contrario, en los bebés este ciclo
tiene una duración aproximada de 47
minutos, y aumenta a 50 minutos
entre los 3-8 meses de edad.
•En cuanto a la proporción de sueño
profundo y sueño ligero, se sabe que el
sueño profundo de un adulto ocupa el 80%
del tiempo y el sueño ligero un 20%,
mientras que en un niño el sueño ligero
ocupa la mitad del tiempo que pasa
durmiendo.
5. Al despertarnos el cerebro borra la memoria a corto plazo almacenada
temporalmente en el hipocampo para predisponernos a seguir aprendiendo cosas
nuevas.
Además, todo aquello que consideramos importante de lo que hemos aprendido
el día anterior pasaría a formar parte de otra región cerebral, completando así el
proceso de aprendizaje.
6. ACOSTARSE TARDE O A HORAS VARIABLES AUMENTA LOS
PROBLEMAS INFANTILES DE CONDUCTA
Acostarse a una hora
regular es positivo para la
salud y la conducta,
especialmente en los niños,
según un estudio realizado
en el Reino Unido. Los
investigadores han
comprobado, a partir de
datos de 10.000 niños, que
aquellos que se iban
demasiado tarde a dormir,
o cada día a una hora
distinta, mostraban más
dificultades en el desarrollo.
7. Los horarios irregulares eran más comunes en la edad de tres años, con
uno de cada cinco niños yendo a la cama en distintos momentos.
A la edad de siete años, más de la mitad de los niños iban a la cama
regularmente entre las 19:30 y las 20:30. Los niños con más irregularidad
o que se iban a la cama después de las 21:00 provenían de grupos
socialmente más desfavorecidos.
Los investigadores recomiendan que los profesionales de la salud
intervengan en este aspecto para mejorar la vida de sus pacientes.