1. CAPACITACIÓN DE DIRIGENTES 2011
EL DIÁCONO
El cargo de diácono se describe en el Nuevo Testamento (1 Tim.
3:8-13), la Biblia confirma claramente la función de diácono en la
iglesia del Nuevo Testamento: “Porque los que ejerzan bien el
diaconado, ganan para sí un grado honroso, y mucha confianza
en la fe que es en Cristo Jesús” (1 Tim. 3:13).
El relato de la elección de los hombres conocidos como los siete
diáconos de la iglesia apostólica, según está registrado en
Hechos 6:1-8, dice que fueron elegidos y ordenados para realizar
el trabajo de “servir” a la iglesia.
Deberes de los diáconos.
1. Ayudar en los servicios y las reuniones. En las reuniones de la
iglesia, los diáconos son generalmente responsables de dar la
bienvenida a miembros y visitas al entrar en la iglesia, y de
ayudarlos, cuando sea necesario, a encontrar asiento. Además,
deben estar listos para colaborar con el pastor y los ancianos con
el fin de que las reuniones llevadas a cabo en la iglesia se
desarrollen sin contratiempos.
2. Visitar a los miembros. Otro importante deber de los diáconos
es la visitación de los miembros en sus hogares (véase la p. 60).
En muchas iglesias se agrupan a los miembros en barrios,
asignándole a cada diácono un barrio, con el plan de que visiten
cada hogar al menos una vez en el trimestre.
3. Preparar los servicios bautismales. Los diáconos deben hacer
los preparativos necesarios para esta ceremonia, con el fin de
que no haya confusión ni atraso
4. Ayudar en el servicio de comunión. Cuando se celebra el rito
del lavamiento de los pies, los diáconos o las diaconisas proveen
todo lo que sea necesario para el servicio, tal como: toallas,
palanganas, agua (a una temperatura confortable según lo
requiera la ocasión), baldes, etc. Después del servicio, deben
cuidar que los recipientes y las toallas usadas sean lavados y
guardados en su debido lugar.
Pr. Eduardo Bailón – Distrito Misionero de Ancón
2. CAPACITACIÓN DE DIRIGENTES 2011
Después de la Cena del Señor, deben ejercer mucho cuidado en
cuanto al destino dado a cualquier resto del pan o el vino que
haya sobrado después de que todos hayan participado de esos
emblemas. Cualquier resto de vino que haya sido bendecido debe
ser respetuosamente derramado. Cualquier sobrante del pan que
haya sido bendecido debe ser enterrado, quemado, o
respetuosamente disponer de él de alguna otra manera
apropiada, pero en ningún caso debe volver al uso común.
5. Cuidar de los enfermos y los pobres. Otra responsabilidad
importante de los diáconos es el cuidado de los enfermos y el
socorro de los pobres y los desafortunados. El dinero para esa
obra debe ser provisto por el fondo de pobres de la iglesia local.
El tesorero, por recomendación de la junta directiva de la iglesia,
entregará a los diáconos o a las diaconisas el dinero que se
requiera para auxiliar en los casos de necesidad. Este trabajo
está bajo la responsabilidad particular de los diáconos y las
diaconisas, pero la iglesia debe ser plenamente informada de las
necesidades, para conseguir el apoyo de los miembros.
6. Cuidar y mantener la propiedad de la iglesia. En algunas
iglesias, donde la responsabilidad por el cuidado y mantenimiento
del edificio de iglesia no ha sido asignada a una comisión de
construcción, los diáconos asumen dicha responsabilidad. Los
diáconos tienen el deber de asegurarse que el edificio de la
iglesia se mantenga limpio y en buen estado de conservación, y
que el terreno en el cual está ubicada la iglesia se conserve
aseado y atrayente. Esto incluye también la responsabilidad de
velar porque se haga la limpieza.
7. Mantener el orden en el templo. En coordinación con las
diaconisas, deben velar por la reverencia dentro y fuera del
templo. Se les ha designado autoridad para que, con amor y
paciencia, cuiden que los niños estén en sus respectivos lugares
o con sus padres.
Pr. Eduardo Bailón – Distrito Misionero de Ancón
3. CAPACITACIÓN DE DIRIGENTES 2011
Nota: Para todo lo anteriormente mencionado, el jefe de diáconos
junto con su secretario elaborará un rol de acuerdo a las
necesidades de la iglesia.
Lavamiento de los pies:
Los diáconos deben lavarse los pies antes que los hermanos.
Deben preparase áreas separadas para que los hombres y las
mujeres celebren el rito de humildad. Cuando hay escaleras o la
distancia es un problema, deben tomarse las providencias
oportunas en favor de los discapacitados. En los lugares donde
sea socialmente aceptable y donde la vestimenta sea tal que no
haya inmodestia, pueden hacerse arreglos para que el esposo y
la esposa, o los padres y sus hijos bautizados, participen juntos
del rito de humildad. Para animar a las personas tímidas o
sensibles que podrían considerar penosa la elección de una
persona a la cual lavarle los pies, deben designarse líderes de la
iglesia cuya responsabilidad, durante el lavamiento de los pies,
sea ayudar a esas personas a encontrar compañeros.
Pr. Eduardo Bailón – Distrito Misionero de Ancón