España se sitúa en el extremo contrario, junto a China y Bélgica, según un reciente estudio de EAE Business School. El año pasado desembolsamos 290 millones de euros: cada español gastó 6,16 euros al año en música y vídeos, lo que supone un descenso del 41,7% desde 2009. Y no, el futuro no es prometedor. Tampoco lo es el de la correspondencia.