2. 1. Amenaza contra la paz
Occidente siempre tuvo una obsesión persistente:
llevar su cultura y visión del mundo a los pueblos de la Tierra.
Primero quisieron hacerlo los griegos. Y Alejandro Magno llegó
hasta la India con el propósito de conquistar a los «bárbaros» y
llevarlos a la civilización. Después lo intentaron los romanos, señores
de un imperio milenario, que sometían a los pueblos y los
integraban en su cultura, considerada la mejor. Y más tarde los
cristianos. Trataron de conseguirlo hasta que fracasó el Imperio
Romano-Germánico. Siempre quisieron —y todavía hoy siguen
queriendo— llevar la salvación al mundo entero.
3.
Un rasgo del imperialismo es que no tiene límites. Su lógica le lleva a
conquistar todo y a todos: el espacio físico, todas las esferas de la
vida, las mentes y los corazones de los pueblos. No contento con
ello, invoca el mandato divino, como el «destino manifiesto»
estadounidense o el «requerimiento» de los colonizadores ibéricos.
El presidente de los Estados Unidos, George W. Bush, ha rescatado
en nuestros días tanto la vertiente religiosa como la política del
imperialismo. Religiosamente, entiende a los Estados Unidos como
el «segundo pueblo elegido», con la misión de destruir el eje del
mal, políticamente, quiere salvar al mundo configurando la
globalización con los valores típicos de la cultura estadounidense,
que, según él, es la mejor y la más racional posible.
En su discurso el 17 de septiembre de 2002, Bush resucitó el poder
absolutista e imperial («lo que cuenta es lo que nosotros queremos»)
y declaró la guerra preventiva como instrumento de orden en el
mundo.
4. El Sueño Americano
Según Bush, consiste en transformar el Globo en un inmenso
mercado común donde todo se convierta en mercancía: el capital
material (bienes) y el capital simbólico (valores); donde todo sea
racionalmente administrable, incluso lo que no es administrable en
sí, como el afecto, la amistad, el amor, el envejecimiento, la
imagen y la muerte.
5. El imperialismo occidental es
nuestra enfermedad
Porque seguimos pensando que somos los mejores y humillamos a
los otros, perdiendo la oportunidad de aprender de ellos. No
obstante, aunque a duras penas, también hemos creado un
antídoto, que es la autocrítica.
Démonos cuenta del mal que hemos hecho a los pueblos y a
nosotros mismos. Después de todo, no somos más que una cultura y
una religión entre otras. La curación está en el diálogo, en la
apertura a los otros, en el intercambio que nos enriquece y nos
hace humildes.
6.
El rechazo del diálogo, la satanización del otro y la arrogancia
producen tragedias. Pese a estar cansados, todavía creemos que
la paz perpetua es posible, mediante aquellas virtudes que siempre
negamos, pero que un día triunfarán. Ese día bienaventurado
llegará. Sin esa esperanza, nada tendría sentido.
7. TERRORISMO: LA GUERRA DE LOS OFENDIDOS
El terrorismo recorre el mundo como un fantasma que inspira un miedo
generalizado
Síntomas del miedo generalizado ejemplo.
Con frecuencia el gobierno alarma a la nación, anunciando la
inminencia de atentados y alimentando la paranoia ya generalizada.
Basta con ocupar las mentes, activar el imaginario, internalizar el
miedo.
los talibanes ocuparon psicológicamente las mentes de los
estadounidenses. Convirtieron a los Estados Unidos en una nación
ocupada por el miedo
8. El terrorismo sigue la siguiente estrategia:
1) los actos terroristas tienen que ser espectaculares; de lo contrario, no causan una conmoción
generalizada.
2) los actos, a pesar de ser odiados, tienen que provocar admiración por la sagacidad empleada.
3) los actos tienen que sugerir que han sido minuciosamente preparados
4) los actos tienen que ser imprevistos, para dar la impresión de que son incontrolables
5) los actos tienen que quedar en el anonimato de los autores porque, cuanto más sospechosos
sean, mayor será el miedo
6) los actos tienen que alimentar el miedo durante el mayor tiempo posible
7) los actos tienen que deformar, en los ciudadanos comunes y en los órganos de seguridad, la
percepción de la realidad: cualquier cosa diferente puede representar un acto de terror posible
9. El terrorismo es toda violencia espectacular practicada con el propósito
de ocupar las mentes con el miedo y el pavor. Lo importante no es la
violencia en sí, sino su
carácter espectacular, capaz de dominar las mentes de todos
¿Cómo desmontar esta máquina de miedo y de destrucción?
nuevo ethos de socialidad, cuyos ejes serán el cuidado generalizado, la
responsabilización colectiva por el bien común, la participación, la
solidaridad y la compasión.
10. La globalización del riesgo
La globalización trajo, entre otras cosas, la planetarización de la condición
humana y la conciencia de
Que la tierra y la humanidad poseen un destino común. Por eso tenemos
que afrontar juntos el futuro como un sujeto único.
Esto nos obligaría, normalmente, a elaborar un proyecto planetario
solidario y una gestión colectiva de los problemas, con objeto de conferir
sostenibilidad a la vida del planeta.
Estados unidos, que se reúnen todos los años, más para hablar de dinero y
garantizar sus ventajas que para afrontar colectivamente la situación
social mundial, profundamente degradada e injusta.
11.
En los foros mundiales no se ha logrado ningún acuerdo
sobre las cuestiones realmente globales, como el clima,
el agua potable, el calentamiento del Planeta, las
fuentes alternativas de energía, la agricultura y la
biodiversidad. No hay voluntad de construir el bien
común planetario, ni existe una cultura para tal tipo de
postulado. Lo que une a todos es una guerra contra el
terrorismo y la defensa de los intereses comunes, hoy
globalizados.
Nunca hemos sentido tanta urgencia de sabiduría
como en los tiempos actuales. Una sabiduría que
imponga límites al poder avasallador y garantice el
futuro de la vida y de la Tierra.
12. 4. LA GUERRA: UNA CUESTIÓN
METAFÍSICA
La guerra moderna representa tal grado de devastación que sólo es
comparable a los escenarios del libro del Apocalipsis
las guerras se han ido transformando cada vez más en guerras
totales, causando más víctimas entre las poblaciones civiles que entre
los combatientes.
las guerras se han ido transformando cada vez más en guerras
totales, causando más víctimas entre las poblaciones civiles que entre
los combatientes.
13.
Todos los que venimos de una visión pacifista del mundo, de la
ecología de la integración armónica de las oposiciones, del proceso
evolutivo, concebido como abierto para formas cada vez más
complejas, altas y ordenadas de relaciones, nos preguntamos
angustiados el porque de todos estos acontecimientos.
El camino hacia la paz, enseñaba Gandhi, es la misma paz. Sólo los
medios pacíficos producen la paz. La paz es, al mismo tiempo, meta y
método, fin y medio.