2. LA IMPORTANCIADEL DEPORTE PARA LOS NIÑOS
Y NIÑAS
El deporte de equipo da a los más pequeños la
oportunidad de jugar en compañía, de sentirse
parte de uno todo que debe estar bien avenido
y cohesionado por poder obtener resultados
positivos al marcador, aunque los resultados del
marcador del campo no deberían ser aquello
más importante para los niños deportistas sino
el mismo hecho de jugar.
3. MÁS IMPORTANTE QUE GANAR ES:
• El sentimiento de pertenencia a un grupo.
• La valoración personal.
• La planificación y la constancia.
• Las normas en la vida. Saber que hay unas
reglas que se deben cumplir.
• La reflexión personal y la comunicación.
• La educación física.
5. Según estudios realizados, las razones por las
que los niños abandonan la práctica del deporte
son, entre otros el conflicto de intereses entre las
exigencias del deporte y otras actividades
interesantes para ellos, la inconstancia propia de
la edad por la que se apasionan temporalmente
por una cosa y le olvidan después.
6. Sin embargo, también, por el carácter
demasiado serio del entrenamiento, por el lugar
preponderante de la competición en el conjunto
de la actividad deportiva, por las relaciones
conflictivas con el entrenador y por no soportar
la presión a que se le somete. Y aquello más
lamentable es que, a veces, son los padres los
que, sin quererlo, presionan a los hijos pequeños
para que tengan que ganar y se obliguen a ser
los mejores y se sientan muy mal si no pueden
hacerlo.
7. Por todo esto, cuando se trata de deporte
infantil, no se pueden marcar como objetivos el de
educar para el deporte ni el de hacer deportistas de
élite. Sino, al contrario hay que aprovechar el que
tiene de positiva esta actividad para educar, y
propiciar que los niños y niñas se formen como
personas que, en un porcentaje muy alto, no
llegarán a ser deportistas profesionales y que, como
mucho, podrán seguir a lo largo de la vida utilizando
el deporte para su distracción, favorecimiento de
relaciones personales y mantenimiento de una
forma física y mental.
8. Las madres y los padres tienen un papel muy
importante en relación a la práctica del deporte
de sus hijos e hijas, como responsables primeros
que son de su educación. Como cada actividad
de los pequeños, es necesario que los padres
sepan qué es lo que pretenden facilitándoles a
sus hijos la actividad deportiva, si quieren que
sea un elemento más en su educación o que les
complique la vida y dificulte su crecimiento
como personas.
9. Si después de reflexionar se percatan que desean que el deporte
ayude sus hijos en su educación física, emocional y de relaciones,
deberán tratar de hablar con ellos cuando ganan y cuando
pierden, cuando los ponen en el primer equipo y cuando los
tienen sentados de suplentes, cuando marcan un gol o cuando no
les han pasado el balón...
E ir enseñándoles la necesidad de ganar para saber perder y
perder para saber ganar, y que aquello más importante no es ni
ganar ni perder sino jugar y pasarlo bien. E ir dando herrajes
personales para que aprendan a no sentirse humillados cuando
pierden, fallan un tiro o se dejan marcar un gol; aceptar las
decisiones del árbitro, aunque sean injustas porque el juego es el
juego y tiene reglas; o sentir que el entrenador no los tiene tan
bien considerados, o de igual manera, que se tienen ellos a ellos
mismos.
10. ... Y no solo hablar el padre o la madre sino
ayudar a los pequeños a que cuenten lo que
piensan y sienten en estas ocasiones, con la que
cosa la actividad deportiva servirá para que
aprendan a conocerse ellos mismos, y expresar
sus sentimientos y sus emociones.
11. Teniendo en cuenta el que he expuesto antes, la práctica
del deporte de los niños y niñas les valdrá como un
elemento positivo en su formación y crecimiento
personal, siendo una parte más de su educación, que los
ayudará a conseguir un estilo de vida saludable, una
mejora en la motricidad, el aprendizaje del trabajo en
equipo y de las relaciones interpersonales, el aumento de
la motivación y la perseverancia, etc.
Y, finalmente, sirviendo también como prevención
individual y colectiva de muchos de los problemas que en
los últimos años van surgiendo al llegar a la adolescencia
o la juventud y que solo se pueden resolver de forma
satisfactoria para la sociedad y las familias antes de que
salgan, con la educación cotidiana de los más pequeños.