2. Constituye el ejemplo clásico de SÍNDROME NEFRÍTICO AGUDO. Caracterizado por la instauración repentina de hematuria macroscópica, edema, hipertensión e insuficiencia renal. BEHRMAN, Kliegman, Jenson. Nelson, Tratado De Pediatría. Vol. II. 17° edición. McGraw-Hill Interamericana, 2004 .
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4. Es mas frecuente en niños de 5 a 12 años y rara antes de los 3 años BEHRMAN, Kliegman, Jenson. Nelson, Tratado De Pediatría. Vol. II. 17° edición. McGraw-Hill Interamericana, 2004.
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6. Los riñones presentan un aumento de tamaño y los glomérulos se encuentran aumentados de tamaño, muestran proliferación difusa de células mesangiales con aumento de la matriz. Durante la fase inicial es frecuente el hallazgo de leucocitos En los casos graves se encuentran semilunas MUR O., De La Mata G. Síndrome nefrítico y Glomerulonefritis Postestreptocócica. An Pediatr Contin España 2004 BEHRMAN, Kliegman, Jenson. Nelson, Tratado De Pediatría. Vol. II. 17° edición. McGraw-Hill Interamericana, 2004.
7. Microscopia electrónica: Depósitos electrodensos o gibas en la parte epitelial de MBG. BEHRMAN, Kliegman, Jenson. Nelson, Tratado De Pediatría. Vol. II. 17° edición. McGraw-Hill Interamericana, 2004.
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9. MUR O., De La Mata G. Síndrome nefrítico y Glomerulonefritis Postestreptocócica. An Pediatr Contin España 2004
10. edema localizado en las regiones palpebral y facial de grado moderado aparece en el 90% de los casos hematuria es un síntoma constante y uniforme durante toda la micción hipertensión arterial se detecta en el 70-80% y suele ser moderada MUR O., De La Mata G. Síndrome nefrítico y Glomerulonefritis Postestreptocócica. An Pediatr Contin España 2004
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12. El diagnóstico de la GNAPE es de sospecha clínica ante el desarrollo de un síndrome nefrítico agudo precedido de infección faringoamigdalar (fiebre, exudado amigdalar y linfadenopatía regional) o impétigo estreptocócico en los 8 a 21 días previos . MUR O., De La Mata G. Síndrome nefrítico y Glomerulonefritis Postestreptocócica. An Pediatr Contin España 2004
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18. EVOLUCIÓN FAVORABLE. En pocos días se restablece una diuresis aceptable, y los edemas, la hipertensión y la hematuria macroscópica desaparecen en una a 3 semanas. La hematuria microscópica puede persistir hasta 2 años sin que ello implique un pronóstico desfavorable, . La proteinuria puede persistir de 6 a 8 semanas y el complemento se normaliza en unas 8 semanas.
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20. Las complicaciones agudas de esta enfermedad se deben a la hipertensión e insuficiencia renal aguda. Encefalopatía hipertensiva Insuficiencia cardíaca Hiperpotasemia Hiperfosfatemia Hipocalcemia Acidosis Convulsiones Uremia BEHRMAN, Kliegman, Jenson. Nelson, Tratado De Pediatría. Vol. II. 17° edición. McGraw-Hill Interamericana, 2004.