Niños y jóvenes guaraníes se quitan la vida para no vivir como mendigos o hacinados en reservas tras perder sus tierras en manos de grandes empresas y terratenientes
Oleada de suicidios de indígenas sin precedentes en Brasil
1. Oleada de suicidios de indígenas sin precedentes en Brasil
Niños y jóvenes guaraníes se quitan la vida para no vivir como
mendigos o hacinados en reservas tras perder sus tierras en manos de
grandes empresas y terratenientes
Vida | : 29/10/2013
Una niña guaraní que vive en uno de los campamentos
improvisados Paul Patrick / Survival
MELISSA SILVA FRANCO
Brasil vive una oleada de suicidios sin precedentes en la historia de
América Latina. Se trata de la desaparición de los guaraníes, la etnia
más grande del país y la primera que fue contactada por los europeos
tras su llegada al continente hace más de 500 años.
Cada semana, este pueblo afronta la tragedia agonizante de ver cómo al
menos uno de sus integrantes más jóvenes se quita la vida ante la
imposibilidad de recuperar las tierras despojadas por empresas
extranjeras, terratenientes nacionales y por los continuos ataques por
parte de pistoleros contratados.
Así lo denuncia la ONG Survival en un amplio informe en el que se
demuestra cómo los Guaraníes han alcanzado un nivel de suicidio al
menos 34 veces superior a la media nacional. Los protagonistas de esta
epidemia son jóvenes entre 15 y 29 años, pero la víctima más joven de
la que se tiene constancia tenía solo 9 años.
Rosalino Ortiz como guaraní sabe de lo que habla. Para este hombre, lo
más desgarrador es cómo los jóvenes miran la miseria en la que viven
sin sus tierras y piensan que lo mejor es suicidarse. “Ya no tenemos
espacio. Antes éramos libres; ahora ya no somos libres. Por eso
2. nuestros jóvenes miran a su alrededor y piensan que no queda nada y
se preguntan cómo pueden vivir. Se sientan y piensan, olvidan, se
pierden y al final se suicidan”.
La escritora e investigadora Joanna Eede explica que la pérdida y la
destrucción de sus tierras está en el origen del sufrimiento mental de
estos indígenas. “Para los guaraníes, como para la mayoría de los
pueblos indígenas tribales, su tierra lo es todo. Les da alimento y
refugio, moldea sus lenguas, sus cosmovisiones y su identidad. También
es el lugar donde están enterrados sus antepasados y la herencia de sus
hijos. Simplificando: la tierra es lo que son. La línea divisoria entre el
mundo exterior de la naturaleza y el mundo interior del yo es muy fina”.
En cuanto a cifras oficiales, el Ministerio de Salud asegura que en 2012
se suicidaron 56 guaraníes, y que desde 1986 se han reportado 625
casos en la zona. Las organizaciones de Derechos Humanos denuncian
que no son cifras reales, porque las investigaciones en terreno reflejan
que desde el año 2000 cada semana ocurre un nuevo suicidio.
Desde el pasado 15 de octubre, La Vanguardia.com ha intentado
obtener un pronunciamiento por parte de la presidencia de la Fundación
Nacional del Indio (FUNAI), como dependencia oficial de los asuntos
indígenas del Ministerio del Interior y Justicia, pero hasta la fecha no se
pudo tener respuesta alguna.
Es un problema que tiene su epicentro en Mato Grosso do Sul, un estado
al sur del país, cuya extensión puede ser comparada con Alemania. En
esta zona, los guaraníes llegaron a convivir hace décadas a lo largo y
ancho de 350.000 kilómetros cuadrados entre selva y llanura.
Los guaraníes siguen presentes en esta zona pero la realidad los ha
situado en pequeñas parcelas de tierra o en la orilla de las carreteras,
en condiciones crónicas de hacinamiento y sin acceso a ningún servicio
básico. Por ejemplo, se calcula que en reservas de 3.000 hectáreas
sobreviven más de 12.000 de estos indígenas.
“Es difícil vivir aquí al lado de la carretera. Cuando llueve bebemos agua
sucia al igual que los perros. Aquí no hay pozos (…) pedimos que nos
dejen volver a nuestra tierra ancestral”, lamenta la líder guaraní
Damiana, quien ha visto morir a más de la mitad de sus familiares.
Survival internacional además denuncia que la destrucción de los
bosques ha traído como resultado la imposibilidad de cazar o pescar, y
disponen de tan poca tierra que casi no es posible el cultivo. La
3. malnutrición constituye un serio problema, y desde 2005 al menos 53
niños guaraní han muerto de hambre.
Las empresas
A partir de la década de 1980, Mato Grosso do Sul ha sido invadido por
empresas que desarrollan las plantaciones de caña de azúcar que en la
actualidad ocupan más del 60% de las tierras reclamadas por los
indígenas. A esto se le suma el interés del gobierno de Brasil por
desarrollar empresas biocombustibles en la región.
Gran parte de los indígenas trabajan para estas plantaciones –entre
ellos niños- con sueldos mínimos y condiciones deplorables. Unas 80
nuevas plantaciones de caña de azúcar y destilerías de alcohol están
planificadas en Mato Grosso do Sul, muchas de las cuales serán
construidas en la tierra ancestral que reclaman los guaraníes.
Jata Yvary es una de las comunidades más afectadas en la región. En
ella viven 225 guaraníes que perdieron sus tierras tras ser sometidos
por los terratenientes que han implantado sus empresas para cultivar
caña de azúcar que posteriormente venden a empresas extranjeras.
Las organizaciones internacionales como Survival señalan que en los
últimos cuatro años, los guaraníes de esta comunidad han sobrevivido a
pesticidas pulverizados que salen desde aviones que aterrizan en el
lugar, y que la escasez de agua ya es inevitable luego que las
maquinarias desechadas han taponado los principales arroyos de los ríos
en toda la región.
En un comunicado enviado por los líderes de Jata Yvary se conoció su
reclamo: “Nosotros los guaraníes no queremos que se plante más caña
de azúcar en nuestra tierra… daña nuestra salud, incluida la salud de
nuestros hijos, y de nuestros ancianos, y el veneno contamina el agua”.
En lo que va de 2013, dos adolescentes de 16 y 13 años decidieron
quitarse la vida al colgarse de un árbol en el que fueron hallados por los
propios habitantes de esta comunidad.
El portavoz guaraní Tonico Benites reitera que “El suicidio de guaraníes
se produce y aumenta como resultado del retraso en la identificación y
demarcación de nuestra tierra ancestral”.
Esta nueva demarcación de territorios podría estar avalada en los
próximos meses por una serie de propuestas de enmiendas a la
4. Constitución y otras leyes en materia indígena que actualmente se
discute en Brasil.
“Decenas de proyectos de ley, decretos y propuestas de enmienda a la
Constitución pretenden reducir y no hacer viables los derechos indígenas
reconocidos y garantizados por la Carta Magna. El objetivo de estas
iniciativas es, claramente, beneficiar sectores económicos vinculados a
la agroindustria o la minería de exportación” concluye Ivaldro André,
vicecoordinador del Consejo Indígena de Roraima, quien estuvo en
España denunciado estas irregularidades.
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más: http://www.lavanguardia.com/vida/20131028/54391684112/suici
dio-indigenas-brasil.html#ixzz2jDiJPaQn