La Cátedra UNESCO en Resolución Internacional de Conflictos y Construcción de Paz, con apoyo de la Universidad de Antioquia, realizó el pasado 28 de marzo un encuentro académico denominado "Conversaciones de Paz en Colombia: perspectivas con el ELN". Participaron ponentes nacionales e internacionales.
Declaracion jurada de la ex vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner
Diálogos de Paz: "Se requiere una negociación paralela o conjunta con el ELN"
1. Diálogos de Paz: "Se requiere una negociación paralela o
conjunta con el ELN"
La Cátedra UNESCO en Resolución Internacional de Conflictos y
Construcción de Paz, con apoyo de la Universidad de Antioquia,
realizó el pasado 28 de marzo un encuentro académico denominado
"Conversaciones de Paz en Colombia: perspectivas con el ELN".
Participaron ponentes nacionales e internacionales.
Publicado el Domingo, 06 Abril 2014
En el marco de las negociaciones que llevan adelante las Fuerzas
Armadas Revolucionarias de Colombia - Ejército del Pueblo –FARC-
EP– y el gobierno en La Habana y de las insistentes versiones que
preanuncian una probable nueva mesa de negociación con el Ejército
de Liberación Nacional –ELN–, este encuentro giró en torno al
reconocimiento del esta última organización guerrillera como un
agente importante tanto en el conflicto armado colombiano como en
el proceso de paz. También se destacó la disposición que ha tenido
esta organización para tender puentes de diálogo con el gobierno, y
la afirmación de que, para esta guerrilla, las condiciones están dadas
para afrontar un eventual diálogo que lleve a una resolución por la
vía diplomática. De esta manera, se caracterizaron los errores y
aciertos del gobierno a la hora de involucrar al ELN en las
negociaciones, entre ellos el hecho de minimizar la importancia de
este grupo armado subestimando su influencia en distintas regiones
del país, así como el control que ejerce ante la presencia de
multinacionales en las actividades minero-energéticas, el apoyo
internacional y su cercanía a varias comunidades en todo el territorio
nacional.
2. Poner fin al conflicto armado no significará, necesariamente, acabar
con la violencia. Mucho menos en un país en el que las problemáticas
no son exclusivas de esta circunstancia, sino de una larga historia de
desigualdad social e injusticias. Sin embargo, el actual proceso de paz
que se adelanta en La Habana con las FARC pone los cimientos para
un posible cambio de la realidad nacional, tal y como se promete en
las negociaciones: “Paz con Justicia Social”. Pero, ¿cómo podría
lograrse un acuerdo concreto si todas las partes involucradas en el
mencionado conflicto no están presentes?. Por otra parte, no se trata
solo de los grupos armados sino, también, de la sociedad civil que es,
ante todas las vistas, víctima de tan conocida y desconocida guerra
colombiana.
En este punto surge la pregunta sobre la participación del ELN en las
conversaciones pues, sin la vinculación de éste al proceso de paz, no
podría haber un cierre -siquiera hipotético- al conflicto armado.
Además de esto, también está en debate el reemplazo de la vía
armada por la vía política como una construcción conjunta del poder
democrático, en una democracia deteriorada y por momentos
inexistente. La negociación de paz se da en medio de un conflicto
asimétrico, es decir, en el que todas las partes involucradas no están
en igualdad de condiciones bien sea militares, políticas o sociales.
Esto, lejos de implicar una rendición de alguno de los bandos,
expresa un solapado reconocimiento del otro como parte importante
en la construcción de país.
Hay que tener en cuenta que las guerrillas en Colombia no están
derrotadas, y siguen vigentes cargando una historia de resistencia y
lucha armada de cincuenta años. Las mesas de negociación en La
Habana están dirigidas, según plantea el gobierno, a permitir una
participación política y reintegración social a todos los combatientes
que acepten los acuerdos bilaterales. No obstante, el último intento
de negociación de Paz entre el gobierno de Álvaro Uribe (del que
Santos fue ministro de Defensa) y el ELN en La Habana entre 2005 y
2007, cuya agenda se centró en generar las condiciones para que la
sociedad civil participara en las decisiones del país, fracasó por las
exigencias del gobierno que terminó demostrando su desprecio por
esas instancias que declamaba, pero en los hechos rechazaba.
A través de comunicados públicos y del diálogo establecido con el
espacio Clamor Social por la Paz, el ELN ha planteado algunas de sus
propuestas para el proceso de paz: un diálogo incluyente con las
comunidades de base y la sociedad civil, una negociación multilateral
que involucre a otros sectores importantes que fueron excluidos de la
mesa con las FARC-EP, un proceso sin tiempos establecidos ni plazos
de negociación, pues es mucho lo que tiene que decirse y que
decidirse.
3. Es deseable que el proceso de Paz se torne multilateral. Que tanto las
FARC-EP como el ELN y la sociedad civil puedan tomar parte en las
decisiones que involucran a toda la Nación y asuman el post-conflicto
de la manera más acertada, porque ese es el reto más difícil.
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