Cuando hay falta de agua son las mujeres las más perjudicadas, las que buscan soluciones para que el vital líquido no falte a la familia.
Sin embargo, las políticas sobre el agua se diseñan y dirigen con una visión técnica y masculinizada que obvia las necesidades y aportaciones de las mujeres
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Agua y mujeres, la revolución inacabada
1. Agua y mujeres, la revolución inacabada
Foto de archivo del Foro Alternativo Mundial del Agua (FAMA)
Mª Ángeles Fernández. 21/03/2015 - eldiario.es
Cuando hay falta de agua son las mujeres las más perjudicadas, las
que buscan soluciones para que el vital líquido no falte a la familia.
Sin embargo, las políticas sobre el agua se diseñan y dirigen con una
visión técnica y masculinizada que obvia las necesidades y
aportaciones de las mujeres
Nutre a su familia de agua. No es casual. Cuando no hay agua,
como cuando no hay alimentos, son las mujeres las que se encargan
de su búsqueda, de su recolección.
http://www.pikaramagazine.com/2014/01/las-mujeres-sin-tierra-
alimentan-al-mundo/
Todas tenemos la imagen en la cabeza, muy recurrente en los medios
de comunicación, de una mujer africana acarrando un balde o un
bidón de agua. Hablar de agua es hablar de mujeres. Y hablar de
desigualdad de acceso al agua es hacerlo de desigualdad de género.
Algunas estimaciones sugieren que, en África subsahariana, se
dedican alrededor de 40.000 millones de horas anuales a la
recolección del vital líquido, cifra que representa el trabajo de un año
para el total de la población activa de Francia. No son minutos
2. neutrales. Ni equitativos. Son tiempos acaparados por mujeres.
Segundos, minutos, horas, días, semanas, meses, años, vidas.
El acarrear agua ocupa una parte de jornadas, ‘robando’ un tiempo
que podría estar dedicado a otras actividades; también para ir a la
escuela. Cargar con litros y litros de agua supone a la larga
problemas de salud y también expone a las mujeres a los peligros del
camino, a asaltos, a violencia… El Programa de las Naciones Unidas
para el Desarrollo (PNUD) explica que “en los países en desarrollo,
atender a los hijos, cuidar a enfermos y ancianos, preparar la comida
y buscar el agua y la leña son tareas dominadas por las mujeres. La
búsqueda de agua es parte de la desigualdad de género”.
Un ejemplo: en la zona rural de Benín, las niñas de entre 6 y 14 años
pasan una hora de promedio al día buscando agua, en comparación
con los 25 minutos de sus hermanos varones. Hay muchos otros: en
el Malawi rural, las féminas pasan alrededor de ocho veces más
tiempo que los hombres buscando agua y leña, mientras las niñas
dedican cerca de tres veces más tiempo que los niños a dichas
tareas. Y en España, cuando a una familia le falta agua suele ser la
mujer quien busca soluciones, como contó a eldiario.es la extremeña
Pilar Rodríguez. http://www.eldiario.es/sociedad/agua-provoca-
desahucios-silenciosos_0_340866018.html
“Somos nosotras quienes peleamos las pipas [camiones cisterna]. La
proveedora es la mujer. ‘Usted me avisa’, dicen los hombres cuando
quieren empezar a colaborar. Pero nunca toman la iniciativa. ¿No son
ellos los papás, los grandes y fuertes?”, explicó a Pikara Magazine
Guadalupe Doce, vecina del distrito de Iztapalapa en México DF.
http://www.pikaramagazine.com/2014/01/las-mujeres-sin-tierra-
alimentan-al-mundo/
Precisamente en México surgió el Ejército Zapatista de Mujeres por la
Defensa del Agua, que exigían agua para sus pueblos mientras
protestaban contra las presas del Sistema Cutzamala. También en
este país cuatro mujeres han logrado, tras un largo proceso judicial y
con amenazas de por medio, que el máximo tribunal condene al
Estado por el incumplimiento de derecho humano al agua y al
saneamiento, aprobado por la Asamblea de las Naciones Unidas el 28
de julio de 2010 e incluido en la Constitución mexicana.
“Las políticas relacionadas con el agua han sido generalmente
diseñadas y dirigidas con una visión técnica y masculinizada que da
escasa importancia a los factores sociales y ambientales. No se han
incorporado el enfoque de género en las acciones del gobierno
federal, estatal ni municipal, lo que es indispensable para que se
consideren las diferentes necesidades y cargas de trabajo de las
mujeres y los hombres. Las mujeres están ausentes en todos los
niveles en relación al manejo, la gestión y la toma de decisiones. Esto
3. limita la adquisición de capacidades técnicas y su empoderamiento”,
reza el informe de la ‘Agenda Azul de las Mujeres’.
Cuando hay falta de agua son las mujeres las más perjudicadas y son
ellas también las que más sufren la desigualdad cuando se habla de
gestión, pues con frecuencia son apartadas de los organismos de
toma de decisión. Son precisamente ellas quienes se hacen cargo de
la mayoría de las tareas relacionadas con el llamado ‘oro azul’: tienen
un papel fundamental en la producción de alimentos, especialmente
en la agricultura de subsistencia; y hacen la mayoría de las tareas de
cuidados no remuneradas, así como de limpieza y atención al hogar.
Sin embargo, su participación en los procesos de toma de decisiones
en materia de gestión del agua y de los alimentos sigue siendo
extremadamente baja.
Miriam Nobre, de la Marcha Mundial de las Mujeres, ha hablado
también con Pikara: “Siempre se relaciona a las mujeres y al agua
desde el sufrimiento. No se las reconoce como portavoces; se hace
un discurso emocional. Reivindicamos la participación en todos los
procesos de gestión del agua”.
http://www.pikaramagazine.com/2012/05/una-emancipacion-
pasada-por-agua-decir-agua-es-decir-violencia-sexual-perdida-de-
horas-lectivas-insuficiencia-sanitaria-problemas-de-espalda-e-
incluso-falta-de-liderazgo-claro-o-turbio-el-cauce-p/
La dignidad de una simple letrina
Una simple letrina cambiaría muchas cosas. “Si preguntáramos a
cualquier persona de un país desarrollado qué puede suponer un
verdadero avance para la igualdad de la mujer, la respuesta nunca
sería ‘una letrina’. Sin embargo, en los países empobrecidos del
mundo la carencia de algo aparentemente tan irrelevante tiene
enormes repercusiones en la dignidad, la salud, la educación y la
igualdad de las mujeres. Así, los problemas de salud que padecen
muchas niñas debido a la falta de letrinas les impiden ir a la escuela,
lo que conlleva un desperdicio de su potencial intelectual y
económico”, recoge un documento de Bakeaz.
Las mujeres que no tienen un sanitario dentro de la casa se ven
obligadas a esperar a la oscuridad para hacer sus necesidades básicas
al aire libre, ya que si lo hacen a la luz del día son frecuentemente
molestadas por hombres. Esas noches esconden casos de acoso,
asaltos y violaciones. Sí, un váter condiciona la vida.
http://www.pikaramagazine.com/2014/12/mujeres-de-la-india-
cuando-el-vater-condiciona-la-vida/
El tema de la situación en la India y la importancia de una letrina
para la salud y la para la vida misma de las mujeres saltó hace pocos
4. meses a la prensa internacional después del suicidio de dos jóvenes
que habían sido violadas. Pero en cualquier rincón del mundo, y en
cualquier época, se encuentran historias de discriminación.
Ryszard Kapuscinski, un maestro para tantas y tantos periodistas,
escribió en El Imperio: “El agua era objeto de especulación, una
mercancía del mercado negro. Especulando con ella, la gente ganaba
grandes fortunas o se arruinaba. En aquel entonces se impusieron
una serie de costumbres que sólo la Revolución logró abolir.
Reservada para hombres casados, la mujer no tenía derecho al agua.
El que acababa de ser padre de un hijo varón le casaba con una
muchacha adulta. Como hombre casado, al recién nacido le
correspondía una ración de agua. Era la manera de enriquecerse de
aquellas familias en cuyo seno nacían muchos varones. Sólo en 1925,
el Primer Congreso de los Soviets del Turkestán se promulgó el
revolucionario decreto en virtud del cual se prohibían los matrimonios
de recién nacidos y se otorgaba a la mujer el derecho al agua”.
Todavía hoy, Día Mundial del Agua, que las mujeres tengan derecho
al agua y por supuesto al saneamiento es revolucionario.