2. 1.-)El concepto de todo o nada.
Que carezcas de una hora completa para ejercitar
no es razón para evitar tu actividad física. Distintas
investigaciones han comprobado que, incluso, hasta
10 minutos de ejercicios pueden ocasionar
sustanciales beneficios en la salud.
3. La mayoría de las personas tiende a focalizar los
ejercicios sobre ciertos músculos, tales como los bíceps
o los abdominales, dado que tienen más impacto sobre
la apariencia o es donde se sienten más fuertes. Para
conseguir un cuerpo fuerte y armonioso, debes
entrenar todos los grupos mayores de músculos.
Asegúrate de que tu rutina te provea esta variedad de
entrenamiento.
4. La manera más segura de lesionarte en un gimnasio es
hacer los ejercicios mal. Por ejemplo, dejar que la rodilla
vaya más allá de la punta de los pies, durante un ejercicio de
estocadas. Esto puede ocasionar una presión indebida
sobre la rodilla. Asimismo, otro error frecuente es no
completar la totalidad de los movimientos, por lo que,
desde ya, el resultado del ejercicio no será óptimo. Toda
persona que asiste a un gimnasio debe priorizar la técnica
por sobre el peso. En algunos ejercicios, resulta más fácil
levantar peso con malos movimientos. Los movimientos
adecuados, por lo general, logran que el músculo trabaje
sin exceso de peso.
5. Ejercitar demasiado, demasiado duro o muy a menudo,
es un error muy común en los entusiastas del
gimnasio. El descanso y el progreso gradual son
componentes importantes de un programa de
ejercicios seguro y efectivo.
6. Muchos encuentran una rutina o una actividad física que
les gusta y nunca la cambian. No cambiar los ejercicios
puede conducir al aburrimiento, a lo monótono, y, en
el peor de los casos, a lesiones o a sobrecargas.
7. La mayoría del equipamiento para ejercitar está diseñado
para ajustarse a un amplio rango de cuerpos y tamaños.
No obstante, depende de ti adaptar ajustar la máquina
a las necesidades únicas de tu cuerpo. Usar las
máquinas impropiamente ajustadas te alejará de los
buenos resultados e incrementará el riesgo de
lesiones.
8. Es muy común, al realizar ejercicios, pensar en
cualquier otra cosa que nada tenga que ver con lo que
estás haciendo. Sin embargo, es importante mantener
la mente enfocada en la actividad física. Leer o mirar
televisión, por ejemplo, puede afectar de mala manera
la calidad de tu trabajo, ya que la distracción puede
hacer que cambies el ritmo de la actividad.
9. Muchas personas, al terminar sus rutinas, salen
corriendo hacia las duchas, como si permanecer unos
pocos minutos más en el gimnasio pudiera
contagiarles una enfermedad severa. Tú, desde ya, no
lo harás. Tómate unos minutos para bajar el ritmo
cardíaco y para estirar los músculos. Esto no sólo
mejora la flexibilidad, sino que te prepara la próxima
sesión de ejercicios.
10. La convivencia dentro del gimnasio también debe ser
fomentada. Es decir, evita ocupar una máquina
durante media hora o evita hablar a los gritos por el
teléfono celular. Por otra parte, debes cuidar tu higiene
y la de los demás. En ese sentido, seca la transpiración
una vez que hayas terminado con una máquina. En
definitiva, debes ser considerado con las personas con
las que compartes el gimnasio.
11. El establecimiento de objetivos irreales y vagos es una de
las mayores causas por las que se abandona el
gimnasio. La clave es establecer metas de
entrenamiento específicas, apropiadas a tu estado
físico y a tus posibilidades. Puede resultar un poco
complicado, pero es necesario si deseas prolongar tu
estadía en el gimnasio. El establecimiento de metas
(todas realizables) es recomendable. Organiza un
sistema de objetivos y, paso a paso, ve por ellos. Puedes
agasajarte cada vez que cumplas uno.