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Control de Lectura Daniel Ángel García Bautista 
(b). Buchanan J, The Relat ed but disntict "Sciences" of Economics and Political Economy, Publicada en 
Ed i t a d o por Jose Casas Pardo y Segundo Bru Parra. Vnivers it at de Valéncia.1988.87-97 
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LO RELACIONADO, PERO DIFERENCIADO DE LAS CIENCIAS DE LA 
ECONOMÍA Y DE LA POLÍTICA ECONÓMICA 
INTRODUCCIÓN 
“Ciencia”, en un sentido estrechamente definido que es descriptivo de las 
disciplinas “ciencias duras”, es explícitamente positiva. 
Ciencia es acerca del ser, “es”, o del conjetural de “es”, no del “debería”, 
la ciencia es valuada debido a que es precursora hacia su utilidad en 
control. 
“Conoce la verdad y la verdad te hará productivo”, este lema implícito ha 
servido a la ciencia bien y especialmente lo ha hecho hasta la aparición 
de horribles preguntas morales surgidas en el la mitad y años finales del 
siglo XX. El conocimiento de como el universo físico opera ha permitido al 
hombre a asumir el incremento del control sobre los “procesos naturales” 
que el observa acerca de él mismo. 
Y, otra vez exceptuando los nuevos problemas morales de estos tiempos, este 
control, hizo posible la aplicación de la ciencia, ha sido largamente 
unidireccional en efecto. Ha sido dramáticamente mejorada por el mucho 
hacer del hombre. 
El hombre es del mundo y sus actividades son “procesos naturales”. ¿Es 
entonces que el que siga aumentando el conocimiento sobre un hombre y 
sus actividades, tiene su lugar apropiado en la ciencia? ¿Y deberíamos de 
no esperar que semejante avance haga ceder resultados comparables a 
aquellos demostrados para haber emergido de otros aspectos de desarrollo 
científico general? ¿Por qué debería existir una categoría diferencial ente 
la “ciencia del hombre” y la ciencia de cualquier otra cosa?
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Estas preguntas apuntan a respuestas unidireccionales si el propósito 
normativo de la ciencia es olvidado. ¿Pueden las ciencias del hombre ser 
hechas para corresponder con las ciencias que no son del hombre en este 
respecto? 
ROBINSON CRUSOE COMO CIENTÍFICO POSITIVISTA 
Consideren a Robinson Crusoe solo en su isla. En un sentido, mucho de su 
comportamiento puede interpretarse como el de un científico positivista 
que hace y prueba hipótesis. “Este grano rojo me hace mal; este azul me 
hace bien. Los peces están en la laguna del este, los tiburones en la del 
oeste”. Crusoe esta probando hipótesis acerca de su propio cuerpo y 
temperamento, así como acerca de los elementos externos de su nuevo 
entorno. Su nivel de vivencia mejora, por su propio cálculo, en el momento 
en que aplica su conocimiento nuevo adquirido, así como controla su 
entorno, y a sí mismo, en la luz de este conocimiento. 
Ahora cambiemos a la situación de Crusoe en el momento en que Friday 
esta en la isla. Friday ahora es parte del ambiente natural de Crusoe, y 
Crusoe tendrá un incentivo para adquirir conocimiento acerca de esta 
situación así como cualquiera. El hará, por lo tanto, continuar 
comportándose como un científico positivista. Avanzará y probará 
hipótesis, así como lo hará, el conocimiento lo obtendrá; así como aplicado, 
este conocimiento permitirá a Crusoe controlar el comportamiento de 
Friday. En el momento que haga esto, Crusoe tendrá que mejorar su propio 
bienestar, en sus propios términos. Para ilustrar esto, supongamos lo 
siguiente: Crusoe descubre que Friday es extremadamente supersticioso 
acerca de las serpientes, incluso se extiende al temor de las imágenes de
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serpientes; habiendo descubierto esto, que es genuinamente científico en 
todo sentido, Crusoe puede, tal vez por medio del dibujo de imágenes en la 
arena, modificar el comportamiento de Friday en maneras que le sean 
deseables para Crusoe. 
La historia hasta este punto rechaza la habilidad de Friday para 
comportarse como un científico positivista, sin embargo, los dos son 
científicos positivistas, Crusoe y Friday, están descubriendo aspectos de su 
entorno, y están controlando este entorno a través de la aplicación de sus 
descubrimientos científicos, cada uno para el mejoramiento de su nivel de 
vida, así como ellos mismos lo evalúan. Crusoe esta explotando la 
superstición de Friday y este explota lo que aprende acerca de Crusoe. Cada 
persona individual esta mejor de lo que estaría en caso de no tener el 
conocimiento científico que ha descubierto. 
AÑADIENDO… 
La moral de nuestra historia ilustrativa de Crusoe-Friday debe ser clara. 
Cada persona, actuando como científico positivista y aplicando sus 
descubrimientos para sus propios propósitos, encuentra gratificante dicha 
actividad. Pero, debido a que no hay bases a priori para clamar que la 
ciencia, así practicada en el estudio ilustrativo, mejora el bienestar del 
grupo de dos personas. El soporte normativo para que la “ciencia”, como 
actividad que parece tan evidente en ambos casos (introducción y caso 
Crusoe), parece ahora cuestionable cuando se aplica el control y el control 
para propósitos privados individualizados no necesitan llegar a beneficios 
mutuos.
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El problema que Crusoe y Friday confrontan en vivir juntos no es científico 
en el sentido estándar, y no importa que tan rápido los avances en el 
conocimiento científico por una o ambas personas, el problema se 
mantendrá en el ajuste mutuo. No hay realidad “allí afuera” para ser 
descubierta que sea de ayuda en el cumplimiento del ajuste mutuo, cada 
persona puede llegar a conocer las propiedades de todos los elementos de 
entorno natural, y cada persona puede modelar el comportamiento del otro 
con precisión razonable en una variedad de situaciones interactivas. En 
la medida que Crusoe (Friday) descubre a Friday (Crusoe) que actuará en 
ciertas formas en respuesta al incremento o decremento de provisiones de 
bienes, cada persona puede usar algo que conocemos como la “ciencia 
económica” en hacer predicciones acerca del comportamiento del otro. Pero 
siempre y cuando cada persona actúa independientemente, el escenario 
seguirá siendo uno de un juego no cooperativo. En dicho juego, la ciencia 
puede, a lo mejor, indicar a los jugadores algo sobre selección de estrategia 
óptima. Sugerimos que una sociedad de muchas personas es simplemente 
el escenario de Crusoe-Friday con complicaciones. 
LA IMAGINACIÓN, LA EVALUACIÓN DE INSTITUCIONES ALTERNATIVAS: 
LA CIENCIA DE LA POLÍTICA ECONÓMICA 
Supongamos, sin embargo, que Crusoe (o Friday) imagina (o sueña) un 
mundo diferente, en el cual el y Friday (o Crusoe) permanecen solos en la 
isla, pero uno en el cual la interacción entre dos personas se vuelve 
cooperativa. 
Pero ¿qué escenarios imaginativos son factibles dignos de consideración?, 
Crusoe podría, por supuesto, imaginarse a si mismo y a Friday que sean
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criaturas totalmente diferentes, pero él podría contar con que tales 
pensamientos podrían reflejar vanos sueños. Dentro de la esfera de 
escenarios factibles en los cuales ambas personas permanezcan como 
especímenes reconocibles de lo que son observados, Crusoe (o Friday) 
pueden todavía imaginar “posibles” alternativas, para introducir un 
término útil de G. L. S. Shackle (economista inglés post-keynesiano, crítico 
de la decisión racional) en esta esfera. Un mundo en el que cada persona 
se abstiene de la explotación de la vulnerabilidad conocida de otra 
persona podría ser un mejor mundo para ambas personas. En su 
imaginación de la interacción de esta alternativa, requiere participar en 
la ciencia de una especie categóricamente diferente de la que describe su 
búsqueda de verdades acerca de las cualidades comestibles de granos o las 
supersticiones de Friday. 
Lo que es requerido aquí es alguna imaginación del comportamiento de 
otras personas que es categóricamente diferente de la sencilla reacción 
patrón, que podría consistir simplemente en un conjunto de respuestas 
predecibles para cambios en el entorno. Crusoe, actuando como un 
científico positivista en el sentido más simplista, y subsecuentemente 
actuando con el conocimiento obtenido, puede desarrollar un conjunto de 
predicciones acerca de las reacciones de Friday hacia estímulos externos 
(Friday puede por supuesto hacer lo mismo que Crusoe). Este conjunto de 
predicciones no serán, sin embargo, de asistencia directa en la imaginación 
de la interacción que sigue de un “brinco lejos de la anarquía”, a cambiar 
del equilibrio de ajuste independiente a “un movimiento fuera del 
dilema”. Crusoe (o Friday) deben imaginar a una persona que es, en cierto
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sentido, moralmente equivalente a si mismo con el fin de examinar las 
perspectivas de los beneficios mutuos. Además, él debe modelar las 
predichas propiedades trabajadas del escenario interactivo dentro del cual 
cada parte se comporta dentro de los límites de reglas acordadas de 
conducta. La “ciencia de la política económica” describe este proceso de 
evaluación institucional. 
Una interacción con un animal nunca podría proporcionar las bases para 
dicha construcción imaginativa. La diferencia entre un humano y un 
animal cuando interactúan fue acotada sensitivamente por Adam Smith 
en un pasaje el cual varios economistas han rechazado mucho. Smith 
presento los recursos del progreso humano rectamente en la propensión “ha 
transportar, al trueque y al intercambio de una cosa por otra”, y el 
específicamente declaró que nadie ha visto a “un perro hacer un 
intercambio justo y deliberado de un hueso por otro con algún otro perro”. 
AUTO-BÚSQUEDA DENTRO DE LOS LÍMITES 
Es esencial el entender el significado preciso del término “moralmente 
equivalente” en la anterior discusión. Crusoe no necesita imaginarse a 
Friday como ser “moral” en el sentido ordinario del término; el no necesita 
proyectar o modelar a Friday como una persona benevolente, una de las 
cuales los intereses de Crusoe importen tan bien como sus propios, incluso 
en el menor grado. Eso es decir, que Friday no necesita requerir que 
“quiera” a Crusoe y viceversa, en la interacción potencialmente productiva 
que garantice mutuamente una ventaja. Friday podría ser modelado como 
una persona autónoma que se auto-busca, pero una de la cual su
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comportamiento predecible es restringido voluntariamente dentro de los 
límites de los beneficios mutuos. 
La contribución central de la filosofía moral del siglo XVIII fue que dichos 
límites pueden ser trazados, de ambas realidades conceptual e 
institucional. Sin semejante reconocimiento no hay escape de la actitud de 
que el hombre debe ser “regido”, tanto como él se mantenga inmune de la 
aceptación total de los preceptos morales de la iglesia. “Hombre libre”, como 
una idea filosófica legitima, emergió solamente cuando fue reconocido que 
los limites del comportamiento eran mínimos, en el sentido de que ellos 
quedarían cortos de algunos niveles de “perfección ética” o del “amor 
universal”. Para los filósofos medievales, el hombre no podía ser libre 
porque no podía obtener una santidad. 
Para los economistas modernos la rueda se ha vuelto un círculo completo. 
Muchos de ellos modelaban al hombre como un maximizador de riqueza 
neta en todos los aspectos de su comportamiento. Fallan en ver al hombre 
como libre, en cualquier sentido de significado normativo, a menos que 
sea restringido dentro de los límites de la ventaja mutua. El hombre 
desencadenado es un animal; este es un simple y elemental hecho que debe 
ser conocido por todos nosotros. Y, como se discutió anteriormente, si los 
animales inteligentes pueden ser habilidosos en el uso de la llamada 
“ciencia económica”, hasta y a menos que conozcan la relevancia 
normativa de la imposición de límites del comportamiento, no pueden 
actuar como “economistas políticos”. “Ciencia económica”, definida y 
usada análogamente en las ciencias duras, requiere de que algunas
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personas sean parte de la masa, sujetos de manipulación y control de parte 
de otros. 
Más específicamente declarado, la contribución del siglo XVIII fue la 
construcción del puente entre el homo economicus por una parte y “el 
bienestar social” y “grupos de interés” del otro. Mandeville, Hume y Smith 
no inventaron la noción de la auto-búsqueda, hombre autónomo. Tal 
persona ha estado presente durante siglos, y ella enfáticamente ha sido 
traída a la conciencia filosófica de Thomas Hobbes en el siglo XVII. 
Mediante la construcción de las percepciones contractuales Hobbesianas, y 
por la postulación de la posible existencia de la soberanía limitada 
articulada por John Locke, los filósofos del siglo XVIII demostraron que, 
dentro de tales límites del comportamiento, la motivación del interés 
propio de parte de los individuos podría promover el bienestar de la 
totalidad de una comunidad de personas. 
Para regresar una vez más a la ilustración de Crusoe-Friday, y para 
concentrar solamente los cálculos de una parte, Crusoe, podemos ver que él 
debe imaginar como ambas partes deben interactuar en un escenario de 
limitaciones o restricciones, donde cada parte es motivada por el interés 
propio pero donde el ejercicio de este interés esta propiamente restringido 
por alguna adherencia a la mutua aceptación de la ley, que podría ser 
propiamente derivada moralmente, impuesta del exterior, evolucionada 
como costumbre, o contractualmente establecida. Esta “imaginación” de tal 
“economía” de personas con auto-búsqueda que toman sus decisiones 
dentro de un sistema de leyes se vuelve una construcción “científica”, pero 
es una que es categóricamente distinta de aquella donde sin rodeos modela
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a las personas como animales y la cual encarna ningún límite del 
comportamiento maximizador. 
CIENCIAS DE LA ECONOMÍA Y DE LA POLITÍCA ECONÓMICA 
Hay dos diferentes usos o aplicaciones para el ejercicio de la imaginación 
científica en relación con la interacción del comportamiento de personas 
dentro de una economía bajo la ley. Postulando la auto-búsqueda en el 
comportamiento de otras personas, dentro de los límites legales, el 
individuo, actuando como “científico”, puede hacer y probar predicciones 
acerca de su comportamiento, y estas predicciones pueden resultar útiles 
ya sea para su propio bien, o para mejorar el bienestar del científico o 
para aquellos donde actúa como agente. La predictiva “ciencia de la 
economía” es positivamente valiosa para agentes del gobierno, firmas de 
negocios, e individuos privados. Personas que pueden “jugar mejores juegos” 
si es que pueden predecir las estrategias de sus oponentes de manera mas 
precisa. 
Pero ahí yace un ejercicio categórico diferente, el cual podemos llamar la 
“ciencia de la política económica”. Su propósito es el evaluar la estructura 
de los límites, “la ley”, con unos objetivos últimos para rediseñar o 
reformar apuntando a asegurar la eficiencia mejorada en la explotación 
de la potencial ventaja mutua. Esta ciencia de la economía política 
requiere más que el hacer y probar las predicciones acerca del 
comportamiento bajo un conjunto existente de restricciones, un sistema de 
leyes dado, aunque la ultima ciencia hará por supuesto continuar siendo 
una aportación necesaria en el ejercicio. La segunda ciencia, sin embargo, 
también requiere alguna comparación de los resultados observados dentro
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de un sistema existente de restricciones y aquellas que puedan ser 
predichas para emerger bajo sistemas alternativos. Por la simple razón que 
hace que no existan ahora, los resultados de un conjunto de alternativas 
de restricciones nunca puede ser observado. Las estructuras alternativas 
existen solo como potencialidades, como límites que las personas pueden 
crear por sus propias decisiones, del vacío donde estaban y no de una 
realidad que está “ahí afuera” esperando a ser explorada y descubierta. 
En este nivel el descubrimiento metafórico el cual ha probado ser útil 
describiendo la actividad de búsqueda de ciencia ordinaria se vuelve 
positivamente engañoso en la aplicación del análisis comparativo de 
estructuras alternativas de restricciones. 
Es en esta falla para distinguir entre dos distintas ciencias el que incluso 
encarna el que la economía moderna a menudo predetermina en su propia 
razón de ser. Modelando sus propias actividades en la exploración-descubrimiento 
metafórica de las ciencias ordinarias, y la normativa-positiva 
relación entre la ciencia y el control, los economistas modernos 
con frecuencia inadvertidamente proporcionan ayuda a los esfuerzos del 
subconjunto de personas que buscan siempre el tratar a otras personas como 
potenciales respondedoras para controlar estímulos, apoyar a aquellos 
autoritarios supuestos que actúan en favor de, como agentes del aparato 
moderno del Estado. A menudo en una ignorancia al por mayor de lo que 
ellos son o tratan, los economistas modernos pueden inventar los eslabones 
por los cuales, ellos, junto con sus colegas, están encadenados por el Estado 
moderno.
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CIENCIA PREDICTIVA, COMPORTAMIENTO Y DECISIÓN 
El hombre no puede ser, en una y a la misma hora, un animal comportado 
que es sujeto de la predicción científica y un agente decisorio que resta 
como inmune del control por la manipulación de recompensas y castigos. 
Este hecho es aplicable para la persona singular o para la colectividad de 
personas en el sentido representativo o de promedio. Para poner este punto 
diferenciado, no hay forma de explicar la existencia del orden civil entre 
personas por recurrir a la predictiva ciencia del comportamiento 
solamente. Los filósofos del siglo XVIII sabían esto, pero sus contrapartes 
modernas lo olvidaron. 
Crusoe debe inicialmente imaginar a Friday como una persona, como él 
mismo, el conoce el atractivo de imponer limites en el comportamiento de 
ambas partes, pero quien podría, necesariamente, rechazar la imposición 
de límites unilateralmente. El salto de la anarquía hacia el orden es al 
mismo tiempo el salto de ser ciencia predictiva. El orden civil requiere 
acuerdos mutuos y la aceptación del comercio ético, o, más simple, respeto 
por los acuerdos contractuales de cumplimiento de promesas. El orden civil 
esta basado en el intercambio, en la forma más incluyente de este término. 
La sociedad civil requiere e implica reciprocidad en los acuerdos entre sus 
miembros. 
Pero ¿que es verdad en los acuerdos recíprocos? La ciencia predictiva es por 
naturaleza unidireccional en su búsqueda por y el descubrimiento de la 
verdad, un atributo que la realidad presume estar “ahí afuera”, bastante 
independiente de la mayoría, la cual es cerciorada o descubierta. “Los 
granos rojos son venenosos” (esta declaración científica existe por Crusoe
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bastante diferenciada de los significados a través de los cuales ha 
encontrado sobre su validez. 
Pero en contraste con tal declaración con Crusoe especulando 
filosóficamente el efecto de que ambos (él y Friday) pueden mejorar su 
cantidad, y en sus propios términos, simplemente en el comercio basado en 
la ventaja comparativa productiva. Luego últimamente se vuelve, para 
Crusoe, una hipótesis especulativa de que él podría probar en sugerir a 
Friday y por asegurar el acuerdo de Friday, el acuerdo debe ser expresado 
conductualmente en términos de adherencia a los límites del bienestar 
común. 
Dentro de los límites acordados, Crusoe podría, en efecto, moldear a Friday 
como un homo economicus, como uno que busca el ganar ventaja privada 
y que esta despreocupado acerca del bienestar de su compañero a través de 
la relación de intercambio. Recíprocamente, Friday moldea al 
comportamiento de Crusoe en una forma similar. Es importante reconocer, 
sin embargo, que, adhiriéndose a los límites, ambas partes pueden violar 
el estricto postulado del homo economicus del bienestar neto maximizado. 
Cada comerciante puede detenerse cerca de la explotación máxima de 
ventaja privada definida, no sobre cualquier preocupación benevolente 
por el bienestar del comercio en conjunto, pero en lugar de algún 
reconocimiento de la mutua ganancia para todas las partes es de sine qua 
nondel orden civil estable. En efecto, puede ser argumentado que el 
comportamiento basado en un reconocimiento de tales límites como ha sido 
discutido anteriormente es aproximadamente definido como “racional” 
bajo una definición inclusiva de la racionalidad.
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DE LA SIMPLE A LA COMPLEJA SOCIEDAD 
En medida que movemos nuestra atención de la simple interacción de dos 
personas hacia la comunidad de muchas personas, sin embargo, cualquier 
modelo de comportamiento que requiere adherencia voluntaria hacia los 
límites de la ventaja mutua para todas las personas debe ser cuestionado. 
Crusoe podría a lo mejor imaginar una sociedad de dos personas que 
incorporara el acuerdo muto en límites del comportamiento que serian 
cumplidos; él podría contar plausiblemente con una motivación de interés 
propio ilustrada o de largo alcance para guiar a cada una de las partes 
para extender los preceptos de racionalidad para incluir 
retroalimentaciones predichas de comportamiento. Pero el imaginar tales 
límites voluntarios en el comportamiento en el escenario de muchas 
personas el comportamiento propio de uno en tal predicción de limitación 
voluntarista podría llevar a consecuencias personales desastrosas. 
En una sociedad compleja de muchas personas, se vuelve necesario el 
moldear a los actores como si ellos voluntariamente no restringen su 
comportamiento hacia los límites definidos por los beneficios mutuos. Tales 
modelos de comportamiento hacen en efecto incorporar la asunción homo 
economicus (o el maximizador de ganancias netas) en el sentido estricto. 
Pero estos modelos no son usados como entradas para predecir y controlar 
en el sentido de la ciencia ordinaria. Ellos son, en cambio, usados para el 
propósito de permitir al individuo (cada individuo) hacer decisiones 
informadas y sofisticadas junto a los límites alternativos institucionales, 
límites que deben ser mutuamente conocidos y aceptados por todas las 
partes y los cuales deben ser externamente forzados por la soberanía.
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En la sociedad compleja la aplicación del rol de la soberanía, de 
gobernación, no pueden ser románticamente rechazadas; este rol debe ser 
directamente reconocido. La soberanía debe “hacer cumplir la ley”, 
“mantener la paz”, o en la terminología de este escrito, debe “mantener la 
auto-búsqueda del comportamiento de las personas dentro de los límites 
de la ventaja mutua”. La mira y rango de la autoridad otorgada a la 
soberanía estará críticamente dependiente de los analíticos resultados que 
emerjan de la construcción de modelos de interacción. Es en la precisión 
de la construcción de dichos modelos que el homo economicus postula 
acerca del comportamiento humano que asume un valor máximo. Solo con 
examinar los trabajos de modelos en donde las personas son postulados 
para comportarse exclusivamente como auto-buscadores maximizadores de 
privatizado o individualizado bienestar de ganancia neta que pueden 
apropiarse de “límites de la ley” ser definidos e insertados en las listas de 
dialogo efectivo constitucional. Seria una locura el moldear a personas 
como santos para los propósitos de generalizar resultados a una forma de 
bases por “la ley” que sean aplicados por el agente soberano. Pero, por otra 
parte, el moldear personas en términos del homo economicus para este 
propósito de derivar una estructura constitucional no es lo mismo del todo 
como las avanzadas predicciones que las personas tendrán necesariamente 
que comportarse como homo economicus, incluso en un sentido promedio 
o representativo. La legitima “ciencia de la política económica” (de 
interacción entre personas que se comportan de acuerdo a preceptos de 
maximización de ganancia neta) no es, no debería ser concebida que sea, 
análoga a la “ciencia de la economía” la cual es concebida exclusivamente
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como preocupada con la generación de hipótesis refutables. La “ciencia 
positiva de la política económica”, la cual incorpora a personas 
comportadas como maximizadores de ganancia neta, no tiene su ultimo 
propósito normativo la acumulación de conocimiento predictivo acerca de 
las relaciones de comportamiento en el mundo real observable, 
conocimiento que podría ser de asistencia ultima en establecer alguna 
soberanía que ha sido, en cambio, el propósito ultimo de permitir a las 
personas a analizar su propio comportamiento, junto con el de otros, en un 
estado imaginado y, de semejante análisis, para definir el apropiado o 
deseado conjunto de límites o restricciones que serán entonces incorporados 
en la ley asignada a la soberanía para aplicarse. 
MODELOS DE LA SOBERANÍA 
Economistas modernos, quienes no gastan mucho pensamiento en las 
preguntas metodológicas, podrían no objetar enérgicamente a las 
distinciones esbozadas anteriormente. Si se presiona, podrían ellos 
presumiblemente estar de acuerdo en que el conocimiento acerca de la 
realidad económica que ellos buscan es ante todo útil en política 
económica genuina como una entrada en el dialogo acerca de la reforma 
legal-constitucional. Habiendo hecho esto, ellos podrían regresar a sus 
coros, dejando abierto el conjunto completo de problemas creados 
concernientes de los modelos de aplicación del agente, de la soberanía, del 
gobierno, de las personas que actúan en beneficio del Estado moderno. 
Una mayor deficiencia en la filosofía política-legal-social de los siglos XIX 
y XX ha sido la falla al moldear el comportamiento de la soberanía, ó, 
más preciso, el moldear el comportamiento de esas personas que son
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facultados con poder o autorizados para actuar en favor del Estado o del 
gobierno. Esta falla ha sido bastante más penetrante que cualquier otra 
falla parecida al moldear lo que llamaríamos “hombre privado”. Este 
último ha sido continuamente moldeado como homo economicus para los 
propósitos legítimos de asistencia en los diálogos en la reforma de ley. En 
contraste, el “hombre público” ha sido raramente moldeado del todo, salvo 
implícitamente como un “santo”. Esta perversidad en análisis ha llegado 
solo a ser reconocida, y parcialmente corregida, a través de la influencia 
de la teoría de la decisión pública en los años a partir de los 60’s. 
La razón de esta perversidad yace parcialmente en la confusión acerca de 
la “ciencia económica” y la “ciencia de la política económica” 
previamente descrita. El “hombre público”, el agente que actúa en nombre 
de la soberanía, el legislador electo, el juez, el burócrata, la persona que 
elige dentro de las opciones que restringen y confinan las libertades del 
ciudadano, no pueden conceptualmente ser moldeado como alguien que se 
comporta para seguir su propio interés y al mismo tiempo ser justificado o 
legitimado en su rol funcional en algunos terrenos del “bien general”. En 
contraste y comparando, el busca-ganancia hombre de negocios (el 
carnicero en la obra de Adam Smith) puede ser moldeado como un 
maximizador de bienestar mientras al mismo tiempo ser justificado como 
un continuador del “interés general”. Como se anoto anteriormente, sin 
embargo, la auto-búsqueda en el mercado debe ser asumida para que sea 
limitada o restringida por los límites de la ventaja mutua, incluso si la 
necesidad de asumir tales límites no es tan frecuente reconocida 
explícitamente.
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¿Cómo pueden los modelos del “hombre privado” y “hombre público” ser 
locamente coherentes uno con el otro? “Hombre público” debe ser moldeado 
en términos de auto-búsqueda si es que su comportamiento es comparado 
con el de esas personas que interactúan en los modelos aceptados de 
mercado. ¿Pero como, entonces, puede cualquier rol del “hombre público” 
ser justificado del todo? 
El reconocimiento de límites puede ser de ayuda en resolver lo que parece 
ser un dilema aquí. Se vuelve necesario el diferenciar entre la predictiva 
ciencia del comportamiento, la “ciencia de la economía” y el modelar de 
los patrones de interacción para los propósitos de diseñar restricciones 
legales y constitucionales apropiadas, la “ciencia de la política 
económica”. En esta última, solo con modelar al “hombre privado” para 
que sea exclusivamente un buscador de la ganancia máxima neta puede 
el marco legal, las “leyes y las instituciones”, del mercado, ser diseñado 
tanto para seguir el “interés general” y para prevenir la indebida 
explotación del hombre por el hombre. Los principios comparables 
deberían decirnos que el “hombre público” debe ser similarmente 
modelado y por las mismas razones. La persona que es puesta en una 
posición para actuar en favor del Estado debe ser modelada como un 
maximizador de ganancias netas en su propio derecho si los límites 
constitucionales y legales que definen su poder de autoridad y su 
comportamiento dentro de esos poderes son apropiadamente diseñados. El 
“hombre público”, como su contraparte en el mercado, puede ser 
restringido para comportarse dentro de los límites de las ganancias mutuas. 
El “hombre público” no necesita que le otorguen poder de explotación de
Control de Lectura Daniel Ángel García Bautista 
(b). Buchanan J, The Relat ed but disntict "Sciences" of Economics and Political Economy, Publicada en 
Ed i t a d o por Jose Casas Pardo y Segundo Bru Parra. Vnivers it at de Valéncia.1988.87-97 
18 
su semejante probando que su comportamiento es apropiadamente 
restringido. 
El propósito de la construcción científica que incorpora al homo 
economicus es la misma como entre los dos patrones de interacción, así 
como entre las relaciones de personas dentro de mercados y las relaciones 
entre personas dentro de las políticas del gobierno. La “teoría económica”, 
así como emergida y desarrollada, ha sido casi enteramente devota al 
análisis de personas dentro de mercados, e incluso yace con una 
negligencia o vigilancia del último propósito de todo el ejercicio. Anterior 
a la “revolución de la elección pública”, había esencialmente ninguna 
comparación con la teoría de la interacción de personas dentro de la 
política. En la ausencia de teorías de sujeto, las personas que actuaban en 
favor de la soberanía eran implícitamente modelados como “santos”, con 
consecuencias predichas. Había casi una total perdida de este conocimiento 
del siglo XVIII que reconocía la necesidad de restricciones en los agentes del 
gobierno. Había una falla desarrollándose para entender y apreciar la 
razón de ser de los límites constitucionales y de los gobiernos. Ahí emergió 
la sorprendente brecha normativa en la filosofía elemental social, una 
brecha que parecía clara de ser atribuible a la ausencia de la teoría 
científica usada en este sentido constructivo apropiado. Es tal vez, una 
exageración que sugiere que millones de ciudadanos en muchos estados 
modernos podrían haber escatimado las agonías y terrores del colectivismo 
en casi todas las formas de realización tenían a la “ciencia de la política 
económica” propiamente creada pero inapropiadamente usada.
Control de Lectura Daniel Ángel García Bautista 
(b). Buchanan J, The Relat ed but disntict "Sciences" of Economics and Political Economy, Publicada en 
Ed i t a d o por Jose Casas Pardo y Segundo Bru Parra. Vnivers it at de Valéncia.1988.87-97 
19 
CONCLUSIÓN 
Los economistas por supuesto continuaran con enfrentar en ambas la 
“ciencia de la economía” y la “ciencia de la política económica”. En el 
antiguo rol ellos tratarían de construir modelos más satisfactorios del 
comportamiento humano dentro de históricas estructuras observadas 
institucionales, con pruebas empíricas siendo usadas como un importante 
criterio de progreso científico. Estos esfuerzos deben ir hacia adelante, ya 
que no hay nada en el argumento de este escrito que sugiera lo contrario. 
Los economistas deben, sin embargo, entender que la normativa 
subyacente, propósito de todo el ejercicio, es el de facilitar la comparación 
de alternativas institucionales. La “ciencia económica” no debe ser 
concebida como una asistencia ofrecida hacia agentes selectos que buscan 
usar el conocimiento científico para controlar a otros. Incluso estas 
advertencias son atendidas, sin embargo, el rol del economista, como 
científico no limitarse a la “ciencia económica” como se definió aquí. En 
la comparación de las alternativas institucionales, la “ciencia de la 
política económica” emerge para ocupar un rol que es tal vez más 
importante que su contraparte predictiva. En el último sentido, esta 
ciencia, también, encuentra su propósito normativo en control (el cual es 
ejercido por encima de nuestro comportamiento por la selección de los 
límites institucional-constitucionales dentro los cuales interactuamos uno 
con otro). Pero la distinción vital entre el uso de la ciencia para asistir en 
el control de sujetos-objetos (animados o inanimados) y el uso de la ciencia 
para asistir en el auto-control impuesto de nuestro comportamiento de
Control de Lectura Daniel Ángel García Bautista 
(b). Buchanan J, The Relat ed but disntict "Sciences" of Economics and Political Economy, Publicada en 
Ed i t a d o por Jose Casas Pardo y Segundo Bru Parra. Vnivers it at de Valéncia.1988.87-97 
20 
aquellos que son simultáneamente controladores y controlados, debe 
mantenerse en mente.

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  • 2. Control de Lectura Daniel Ángel García Bautista (b). Buchanan J, The Relat ed but disntict "Sciences" of Economics and Political Economy, Publicada en Ed i t a d o por Jose Casas Pardo y Segundo Bru Parra. Vnivers it at de Valéncia.1988.87-97 2 Estas preguntas apuntan a respuestas unidireccionales si el propósito normativo de la ciencia es olvidado. ¿Pueden las ciencias del hombre ser hechas para corresponder con las ciencias que no son del hombre en este respecto? ROBINSON CRUSOE COMO CIENTÍFICO POSITIVISTA Consideren a Robinson Crusoe solo en su isla. En un sentido, mucho de su comportamiento puede interpretarse como el de un científico positivista que hace y prueba hipótesis. “Este grano rojo me hace mal; este azul me hace bien. Los peces están en la laguna del este, los tiburones en la del oeste”. Crusoe esta probando hipótesis acerca de su propio cuerpo y temperamento, así como acerca de los elementos externos de su nuevo entorno. Su nivel de vivencia mejora, por su propio cálculo, en el momento en que aplica su conocimiento nuevo adquirido, así como controla su entorno, y a sí mismo, en la luz de este conocimiento. Ahora cambiemos a la situación de Crusoe en el momento en que Friday esta en la isla. Friday ahora es parte del ambiente natural de Crusoe, y Crusoe tendrá un incentivo para adquirir conocimiento acerca de esta situación así como cualquiera. El hará, por lo tanto, continuar comportándose como un científico positivista. Avanzará y probará hipótesis, así como lo hará, el conocimiento lo obtendrá; así como aplicado, este conocimiento permitirá a Crusoe controlar el comportamiento de Friday. En el momento que haga esto, Crusoe tendrá que mejorar su propio bienestar, en sus propios términos. Para ilustrar esto, supongamos lo siguiente: Crusoe descubre que Friday es extremadamente supersticioso acerca de las serpientes, incluso se extiende al temor de las imágenes de
  • 3. Control de Lectura Daniel Ángel García Bautista (b). Buchanan J, The Relat ed but disntict "Sciences" of Economics and Political Economy, Publicada en Ed i t a d o por Jose Casas Pardo y Segundo Bru Parra. Vnivers it at de Valéncia.1988.87-97 3 serpientes; habiendo descubierto esto, que es genuinamente científico en todo sentido, Crusoe puede, tal vez por medio del dibujo de imágenes en la arena, modificar el comportamiento de Friday en maneras que le sean deseables para Crusoe. La historia hasta este punto rechaza la habilidad de Friday para comportarse como un científico positivista, sin embargo, los dos son científicos positivistas, Crusoe y Friday, están descubriendo aspectos de su entorno, y están controlando este entorno a través de la aplicación de sus descubrimientos científicos, cada uno para el mejoramiento de su nivel de vida, así como ellos mismos lo evalúan. Crusoe esta explotando la superstición de Friday y este explota lo que aprende acerca de Crusoe. Cada persona individual esta mejor de lo que estaría en caso de no tener el conocimiento científico que ha descubierto. AÑADIENDO… La moral de nuestra historia ilustrativa de Crusoe-Friday debe ser clara. Cada persona, actuando como científico positivista y aplicando sus descubrimientos para sus propios propósitos, encuentra gratificante dicha actividad. Pero, debido a que no hay bases a priori para clamar que la ciencia, así practicada en el estudio ilustrativo, mejora el bienestar del grupo de dos personas. El soporte normativo para que la “ciencia”, como actividad que parece tan evidente en ambos casos (introducción y caso Crusoe), parece ahora cuestionable cuando se aplica el control y el control para propósitos privados individualizados no necesitan llegar a beneficios mutuos.
  • 4. Control de Lectura Daniel Ángel García Bautista (b). Buchanan J, The Relat ed but disntict "Sciences" of Economics and Political Economy, Publicada en Ed i t a d o por Jose Casas Pardo y Segundo Bru Parra. Vnivers it at de Valéncia.1988.87-97 4 El problema que Crusoe y Friday confrontan en vivir juntos no es científico en el sentido estándar, y no importa que tan rápido los avances en el conocimiento científico por una o ambas personas, el problema se mantendrá en el ajuste mutuo. No hay realidad “allí afuera” para ser descubierta que sea de ayuda en el cumplimiento del ajuste mutuo, cada persona puede llegar a conocer las propiedades de todos los elementos de entorno natural, y cada persona puede modelar el comportamiento del otro con precisión razonable en una variedad de situaciones interactivas. En la medida que Crusoe (Friday) descubre a Friday (Crusoe) que actuará en ciertas formas en respuesta al incremento o decremento de provisiones de bienes, cada persona puede usar algo que conocemos como la “ciencia económica” en hacer predicciones acerca del comportamiento del otro. Pero siempre y cuando cada persona actúa independientemente, el escenario seguirá siendo uno de un juego no cooperativo. En dicho juego, la ciencia puede, a lo mejor, indicar a los jugadores algo sobre selección de estrategia óptima. Sugerimos que una sociedad de muchas personas es simplemente el escenario de Crusoe-Friday con complicaciones. LA IMAGINACIÓN, LA EVALUACIÓN DE INSTITUCIONES ALTERNATIVAS: LA CIENCIA DE LA POLÍTICA ECONÓMICA Supongamos, sin embargo, que Crusoe (o Friday) imagina (o sueña) un mundo diferente, en el cual el y Friday (o Crusoe) permanecen solos en la isla, pero uno en el cual la interacción entre dos personas se vuelve cooperativa. Pero ¿qué escenarios imaginativos son factibles dignos de consideración?, Crusoe podría, por supuesto, imaginarse a si mismo y a Friday que sean
  • 5. Control de Lectura Daniel Ángel García Bautista (b). Buchanan J, The Relat ed but disntict "Sciences" of Economics and Political Economy, Publicada en Ed i t a d o por Jose Casas Pardo y Segundo Bru Parra. Vnivers it at de Valéncia.1988.87-97 5 criaturas totalmente diferentes, pero él podría contar con que tales pensamientos podrían reflejar vanos sueños. Dentro de la esfera de escenarios factibles en los cuales ambas personas permanezcan como especímenes reconocibles de lo que son observados, Crusoe (o Friday) pueden todavía imaginar “posibles” alternativas, para introducir un término útil de G. L. S. Shackle (economista inglés post-keynesiano, crítico de la decisión racional) en esta esfera. Un mundo en el que cada persona se abstiene de la explotación de la vulnerabilidad conocida de otra persona podría ser un mejor mundo para ambas personas. En su imaginación de la interacción de esta alternativa, requiere participar en la ciencia de una especie categóricamente diferente de la que describe su búsqueda de verdades acerca de las cualidades comestibles de granos o las supersticiones de Friday. Lo que es requerido aquí es alguna imaginación del comportamiento de otras personas que es categóricamente diferente de la sencilla reacción patrón, que podría consistir simplemente en un conjunto de respuestas predecibles para cambios en el entorno. Crusoe, actuando como un científico positivista en el sentido más simplista, y subsecuentemente actuando con el conocimiento obtenido, puede desarrollar un conjunto de predicciones acerca de las reacciones de Friday hacia estímulos externos (Friday puede por supuesto hacer lo mismo que Crusoe). Este conjunto de predicciones no serán, sin embargo, de asistencia directa en la imaginación de la interacción que sigue de un “brinco lejos de la anarquía”, a cambiar del equilibrio de ajuste independiente a “un movimiento fuera del dilema”. Crusoe (o Friday) deben imaginar a una persona que es, en cierto
  • 6. Control de Lectura Daniel Ángel García Bautista (b). Buchanan J, The Relat ed but disntict "Sciences" of Economics and Political Economy, Publicada en Ed i t a d o por Jose Casas Pardo y Segundo Bru Parra. Vnivers it at de Valéncia.1988.87-97 6 sentido, moralmente equivalente a si mismo con el fin de examinar las perspectivas de los beneficios mutuos. Además, él debe modelar las predichas propiedades trabajadas del escenario interactivo dentro del cual cada parte se comporta dentro de los límites de reglas acordadas de conducta. La “ciencia de la política económica” describe este proceso de evaluación institucional. Una interacción con un animal nunca podría proporcionar las bases para dicha construcción imaginativa. La diferencia entre un humano y un animal cuando interactúan fue acotada sensitivamente por Adam Smith en un pasaje el cual varios economistas han rechazado mucho. Smith presento los recursos del progreso humano rectamente en la propensión “ha transportar, al trueque y al intercambio de una cosa por otra”, y el específicamente declaró que nadie ha visto a “un perro hacer un intercambio justo y deliberado de un hueso por otro con algún otro perro”. AUTO-BÚSQUEDA DENTRO DE LOS LÍMITES Es esencial el entender el significado preciso del término “moralmente equivalente” en la anterior discusión. Crusoe no necesita imaginarse a Friday como ser “moral” en el sentido ordinario del término; el no necesita proyectar o modelar a Friday como una persona benevolente, una de las cuales los intereses de Crusoe importen tan bien como sus propios, incluso en el menor grado. Eso es decir, que Friday no necesita requerir que “quiera” a Crusoe y viceversa, en la interacción potencialmente productiva que garantice mutuamente una ventaja. Friday podría ser modelado como una persona autónoma que se auto-busca, pero una de la cual su
  • 7. Control de Lectura Daniel Ángel García Bautista (b). Buchanan J, The Relat ed but disntict "Sciences" of Economics and Political Economy, Publicada en Ed i t a d o por Jose Casas Pardo y Segundo Bru Parra. Vnivers it at de Valéncia.1988.87-97 7 comportamiento predecible es restringido voluntariamente dentro de los límites de los beneficios mutuos. La contribución central de la filosofía moral del siglo XVIII fue que dichos límites pueden ser trazados, de ambas realidades conceptual e institucional. Sin semejante reconocimiento no hay escape de la actitud de que el hombre debe ser “regido”, tanto como él se mantenga inmune de la aceptación total de los preceptos morales de la iglesia. “Hombre libre”, como una idea filosófica legitima, emergió solamente cuando fue reconocido que los limites del comportamiento eran mínimos, en el sentido de que ellos quedarían cortos de algunos niveles de “perfección ética” o del “amor universal”. Para los filósofos medievales, el hombre no podía ser libre porque no podía obtener una santidad. Para los economistas modernos la rueda se ha vuelto un círculo completo. Muchos de ellos modelaban al hombre como un maximizador de riqueza neta en todos los aspectos de su comportamiento. Fallan en ver al hombre como libre, en cualquier sentido de significado normativo, a menos que sea restringido dentro de los límites de la ventaja mutua. El hombre desencadenado es un animal; este es un simple y elemental hecho que debe ser conocido por todos nosotros. Y, como se discutió anteriormente, si los animales inteligentes pueden ser habilidosos en el uso de la llamada “ciencia económica”, hasta y a menos que conozcan la relevancia normativa de la imposición de límites del comportamiento, no pueden actuar como “economistas políticos”. “Ciencia económica”, definida y usada análogamente en las ciencias duras, requiere de que algunas
  • 8. Control de Lectura Daniel Ángel García Bautista (b). Buchanan J, The Relat ed but disntict "Sciences" of Economics and Political Economy, Publicada en Ed i t a d o por Jose Casas Pardo y Segundo Bru Parra. Vnivers it at de Valéncia.1988.87-97 8 personas sean parte de la masa, sujetos de manipulación y control de parte de otros. Más específicamente declarado, la contribución del siglo XVIII fue la construcción del puente entre el homo economicus por una parte y “el bienestar social” y “grupos de interés” del otro. Mandeville, Hume y Smith no inventaron la noción de la auto-búsqueda, hombre autónomo. Tal persona ha estado presente durante siglos, y ella enfáticamente ha sido traída a la conciencia filosófica de Thomas Hobbes en el siglo XVII. Mediante la construcción de las percepciones contractuales Hobbesianas, y por la postulación de la posible existencia de la soberanía limitada articulada por John Locke, los filósofos del siglo XVIII demostraron que, dentro de tales límites del comportamiento, la motivación del interés propio de parte de los individuos podría promover el bienestar de la totalidad de una comunidad de personas. Para regresar una vez más a la ilustración de Crusoe-Friday, y para concentrar solamente los cálculos de una parte, Crusoe, podemos ver que él debe imaginar como ambas partes deben interactuar en un escenario de limitaciones o restricciones, donde cada parte es motivada por el interés propio pero donde el ejercicio de este interés esta propiamente restringido por alguna adherencia a la mutua aceptación de la ley, que podría ser propiamente derivada moralmente, impuesta del exterior, evolucionada como costumbre, o contractualmente establecida. Esta “imaginación” de tal “economía” de personas con auto-búsqueda que toman sus decisiones dentro de un sistema de leyes se vuelve una construcción “científica”, pero es una que es categóricamente distinta de aquella donde sin rodeos modela
  • 9. Control de Lectura Daniel Ángel García Bautista (b). Buchanan J, The Relat ed but disntict "Sciences" of Economics and Political Economy, Publicada en Ed i t a d o por Jose Casas Pardo y Segundo Bru Parra. Vnivers it at de Valéncia.1988.87-97 9 a las personas como animales y la cual encarna ningún límite del comportamiento maximizador. CIENCIAS DE LA ECONOMÍA Y DE LA POLITÍCA ECONÓMICA Hay dos diferentes usos o aplicaciones para el ejercicio de la imaginación científica en relación con la interacción del comportamiento de personas dentro de una economía bajo la ley. Postulando la auto-búsqueda en el comportamiento de otras personas, dentro de los límites legales, el individuo, actuando como “científico”, puede hacer y probar predicciones acerca de su comportamiento, y estas predicciones pueden resultar útiles ya sea para su propio bien, o para mejorar el bienestar del científico o para aquellos donde actúa como agente. La predictiva “ciencia de la economía” es positivamente valiosa para agentes del gobierno, firmas de negocios, e individuos privados. Personas que pueden “jugar mejores juegos” si es que pueden predecir las estrategias de sus oponentes de manera mas precisa. Pero ahí yace un ejercicio categórico diferente, el cual podemos llamar la “ciencia de la política económica”. Su propósito es el evaluar la estructura de los límites, “la ley”, con unos objetivos últimos para rediseñar o reformar apuntando a asegurar la eficiencia mejorada en la explotación de la potencial ventaja mutua. Esta ciencia de la economía política requiere más que el hacer y probar las predicciones acerca del comportamiento bajo un conjunto existente de restricciones, un sistema de leyes dado, aunque la ultima ciencia hará por supuesto continuar siendo una aportación necesaria en el ejercicio. La segunda ciencia, sin embargo, también requiere alguna comparación de los resultados observados dentro
  • 10. Control de Lectura Daniel Ángel García Bautista (b). Buchanan J, The Relat ed but disntict "Sciences" of Economics and Political Economy, Publicada en Ed i t a d o por Jose Casas Pardo y Segundo Bru Parra. Vnivers it at de Valéncia.1988.87-97 10 de un sistema existente de restricciones y aquellas que puedan ser predichas para emerger bajo sistemas alternativos. Por la simple razón que hace que no existan ahora, los resultados de un conjunto de alternativas de restricciones nunca puede ser observado. Las estructuras alternativas existen solo como potencialidades, como límites que las personas pueden crear por sus propias decisiones, del vacío donde estaban y no de una realidad que está “ahí afuera” esperando a ser explorada y descubierta. En este nivel el descubrimiento metafórico el cual ha probado ser útil describiendo la actividad de búsqueda de ciencia ordinaria se vuelve positivamente engañoso en la aplicación del análisis comparativo de estructuras alternativas de restricciones. Es en esta falla para distinguir entre dos distintas ciencias el que incluso encarna el que la economía moderna a menudo predetermina en su propia razón de ser. Modelando sus propias actividades en la exploración-descubrimiento metafórica de las ciencias ordinarias, y la normativa-positiva relación entre la ciencia y el control, los economistas modernos con frecuencia inadvertidamente proporcionan ayuda a los esfuerzos del subconjunto de personas que buscan siempre el tratar a otras personas como potenciales respondedoras para controlar estímulos, apoyar a aquellos autoritarios supuestos que actúan en favor de, como agentes del aparato moderno del Estado. A menudo en una ignorancia al por mayor de lo que ellos son o tratan, los economistas modernos pueden inventar los eslabones por los cuales, ellos, junto con sus colegas, están encadenados por el Estado moderno.
  • 11. Control de Lectura Daniel Ángel García Bautista (b). Buchanan J, The Relat ed but disntict "Sciences" of Economics and Political Economy, Publicada en Ed i t a d o por Jose Casas Pardo y Segundo Bru Parra. Vnivers it at de Valéncia.1988.87-97 11 CIENCIA PREDICTIVA, COMPORTAMIENTO Y DECISIÓN El hombre no puede ser, en una y a la misma hora, un animal comportado que es sujeto de la predicción científica y un agente decisorio que resta como inmune del control por la manipulación de recompensas y castigos. Este hecho es aplicable para la persona singular o para la colectividad de personas en el sentido representativo o de promedio. Para poner este punto diferenciado, no hay forma de explicar la existencia del orden civil entre personas por recurrir a la predictiva ciencia del comportamiento solamente. Los filósofos del siglo XVIII sabían esto, pero sus contrapartes modernas lo olvidaron. Crusoe debe inicialmente imaginar a Friday como una persona, como él mismo, el conoce el atractivo de imponer limites en el comportamiento de ambas partes, pero quien podría, necesariamente, rechazar la imposición de límites unilateralmente. El salto de la anarquía hacia el orden es al mismo tiempo el salto de ser ciencia predictiva. El orden civil requiere acuerdos mutuos y la aceptación del comercio ético, o, más simple, respeto por los acuerdos contractuales de cumplimiento de promesas. El orden civil esta basado en el intercambio, en la forma más incluyente de este término. La sociedad civil requiere e implica reciprocidad en los acuerdos entre sus miembros. Pero ¿que es verdad en los acuerdos recíprocos? La ciencia predictiva es por naturaleza unidireccional en su búsqueda por y el descubrimiento de la verdad, un atributo que la realidad presume estar “ahí afuera”, bastante independiente de la mayoría, la cual es cerciorada o descubierta. “Los granos rojos son venenosos” (esta declaración científica existe por Crusoe
  • 12. Control de Lectura Daniel Ángel García Bautista (b). Buchanan J, The Relat ed but disntict "Sciences" of Economics and Political Economy, Publicada en Ed i t a d o por Jose Casas Pardo y Segundo Bru Parra. Vnivers it at de Valéncia.1988.87-97 12 bastante diferenciada de los significados a través de los cuales ha encontrado sobre su validez. Pero en contraste con tal declaración con Crusoe especulando filosóficamente el efecto de que ambos (él y Friday) pueden mejorar su cantidad, y en sus propios términos, simplemente en el comercio basado en la ventaja comparativa productiva. Luego últimamente se vuelve, para Crusoe, una hipótesis especulativa de que él podría probar en sugerir a Friday y por asegurar el acuerdo de Friday, el acuerdo debe ser expresado conductualmente en términos de adherencia a los límites del bienestar común. Dentro de los límites acordados, Crusoe podría, en efecto, moldear a Friday como un homo economicus, como uno que busca el ganar ventaja privada y que esta despreocupado acerca del bienestar de su compañero a través de la relación de intercambio. Recíprocamente, Friday moldea al comportamiento de Crusoe en una forma similar. Es importante reconocer, sin embargo, que, adhiriéndose a los límites, ambas partes pueden violar el estricto postulado del homo economicus del bienestar neto maximizado. Cada comerciante puede detenerse cerca de la explotación máxima de ventaja privada definida, no sobre cualquier preocupación benevolente por el bienestar del comercio en conjunto, pero en lugar de algún reconocimiento de la mutua ganancia para todas las partes es de sine qua nondel orden civil estable. En efecto, puede ser argumentado que el comportamiento basado en un reconocimiento de tales límites como ha sido discutido anteriormente es aproximadamente definido como “racional” bajo una definición inclusiva de la racionalidad.
  • 13. Control de Lectura Daniel Ángel García Bautista (b). Buchanan J, The Relat ed but disntict "Sciences" of Economics and Political Economy, Publicada en Ed i t a d o por Jose Casas Pardo y Segundo Bru Parra. Vnivers it at de Valéncia.1988.87-97 13 DE LA SIMPLE A LA COMPLEJA SOCIEDAD En medida que movemos nuestra atención de la simple interacción de dos personas hacia la comunidad de muchas personas, sin embargo, cualquier modelo de comportamiento que requiere adherencia voluntaria hacia los límites de la ventaja mutua para todas las personas debe ser cuestionado. Crusoe podría a lo mejor imaginar una sociedad de dos personas que incorporara el acuerdo muto en límites del comportamiento que serian cumplidos; él podría contar plausiblemente con una motivación de interés propio ilustrada o de largo alcance para guiar a cada una de las partes para extender los preceptos de racionalidad para incluir retroalimentaciones predichas de comportamiento. Pero el imaginar tales límites voluntarios en el comportamiento en el escenario de muchas personas el comportamiento propio de uno en tal predicción de limitación voluntarista podría llevar a consecuencias personales desastrosas. En una sociedad compleja de muchas personas, se vuelve necesario el moldear a los actores como si ellos voluntariamente no restringen su comportamiento hacia los límites definidos por los beneficios mutuos. Tales modelos de comportamiento hacen en efecto incorporar la asunción homo economicus (o el maximizador de ganancias netas) en el sentido estricto. Pero estos modelos no son usados como entradas para predecir y controlar en el sentido de la ciencia ordinaria. Ellos son, en cambio, usados para el propósito de permitir al individuo (cada individuo) hacer decisiones informadas y sofisticadas junto a los límites alternativos institucionales, límites que deben ser mutuamente conocidos y aceptados por todas las partes y los cuales deben ser externamente forzados por la soberanía.
  • 14. Control de Lectura Daniel Ángel García Bautista (b). Buchanan J, The Relat ed but disntict "Sciences" of Economics and Political Economy, Publicada en Ed i t a d o por Jose Casas Pardo y Segundo Bru Parra. Vnivers it at de Valéncia.1988.87-97 14 En la sociedad compleja la aplicación del rol de la soberanía, de gobernación, no pueden ser románticamente rechazadas; este rol debe ser directamente reconocido. La soberanía debe “hacer cumplir la ley”, “mantener la paz”, o en la terminología de este escrito, debe “mantener la auto-búsqueda del comportamiento de las personas dentro de los límites de la ventaja mutua”. La mira y rango de la autoridad otorgada a la soberanía estará críticamente dependiente de los analíticos resultados que emerjan de la construcción de modelos de interacción. Es en la precisión de la construcción de dichos modelos que el homo economicus postula acerca del comportamiento humano que asume un valor máximo. Solo con examinar los trabajos de modelos en donde las personas son postulados para comportarse exclusivamente como auto-buscadores maximizadores de privatizado o individualizado bienestar de ganancia neta que pueden apropiarse de “límites de la ley” ser definidos e insertados en las listas de dialogo efectivo constitucional. Seria una locura el moldear a personas como santos para los propósitos de generalizar resultados a una forma de bases por “la ley” que sean aplicados por el agente soberano. Pero, por otra parte, el moldear personas en términos del homo economicus para este propósito de derivar una estructura constitucional no es lo mismo del todo como las avanzadas predicciones que las personas tendrán necesariamente que comportarse como homo economicus, incluso en un sentido promedio o representativo. La legitima “ciencia de la política económica” (de interacción entre personas que se comportan de acuerdo a preceptos de maximización de ganancia neta) no es, no debería ser concebida que sea, análoga a la “ciencia de la economía” la cual es concebida exclusivamente
  • 15. Control de Lectura Daniel Ángel García Bautista (b). Buchanan J, The Relat ed but disntict "Sciences" of Economics and Political Economy, Publicada en Ed i t a d o por Jose Casas Pardo y Segundo Bru Parra. Vnivers it at de Valéncia.1988.87-97 15 como preocupada con la generación de hipótesis refutables. La “ciencia positiva de la política económica”, la cual incorpora a personas comportadas como maximizadores de ganancia neta, no tiene su ultimo propósito normativo la acumulación de conocimiento predictivo acerca de las relaciones de comportamiento en el mundo real observable, conocimiento que podría ser de asistencia ultima en establecer alguna soberanía que ha sido, en cambio, el propósito ultimo de permitir a las personas a analizar su propio comportamiento, junto con el de otros, en un estado imaginado y, de semejante análisis, para definir el apropiado o deseado conjunto de límites o restricciones que serán entonces incorporados en la ley asignada a la soberanía para aplicarse. MODELOS DE LA SOBERANÍA Economistas modernos, quienes no gastan mucho pensamiento en las preguntas metodológicas, podrían no objetar enérgicamente a las distinciones esbozadas anteriormente. Si se presiona, podrían ellos presumiblemente estar de acuerdo en que el conocimiento acerca de la realidad económica que ellos buscan es ante todo útil en política económica genuina como una entrada en el dialogo acerca de la reforma legal-constitucional. Habiendo hecho esto, ellos podrían regresar a sus coros, dejando abierto el conjunto completo de problemas creados concernientes de los modelos de aplicación del agente, de la soberanía, del gobierno, de las personas que actúan en beneficio del Estado moderno. Una mayor deficiencia en la filosofía política-legal-social de los siglos XIX y XX ha sido la falla al moldear el comportamiento de la soberanía, ó, más preciso, el moldear el comportamiento de esas personas que son
  • 16. Control de Lectura Daniel Ángel García Bautista (b). Buchanan J, The Relat ed but disntict "Sciences" of Economics and Political Economy, Publicada en Ed i t a d o por Jose Casas Pardo y Segundo Bru Parra. Vnivers it at de Valéncia.1988.87-97 16 facultados con poder o autorizados para actuar en favor del Estado o del gobierno. Esta falla ha sido bastante más penetrante que cualquier otra falla parecida al moldear lo que llamaríamos “hombre privado”. Este último ha sido continuamente moldeado como homo economicus para los propósitos legítimos de asistencia en los diálogos en la reforma de ley. En contraste, el “hombre público” ha sido raramente moldeado del todo, salvo implícitamente como un “santo”. Esta perversidad en análisis ha llegado solo a ser reconocida, y parcialmente corregida, a través de la influencia de la teoría de la decisión pública en los años a partir de los 60’s. La razón de esta perversidad yace parcialmente en la confusión acerca de la “ciencia económica” y la “ciencia de la política económica” previamente descrita. El “hombre público”, el agente que actúa en nombre de la soberanía, el legislador electo, el juez, el burócrata, la persona que elige dentro de las opciones que restringen y confinan las libertades del ciudadano, no pueden conceptualmente ser moldeado como alguien que se comporta para seguir su propio interés y al mismo tiempo ser justificado o legitimado en su rol funcional en algunos terrenos del “bien general”. En contraste y comparando, el busca-ganancia hombre de negocios (el carnicero en la obra de Adam Smith) puede ser moldeado como un maximizador de bienestar mientras al mismo tiempo ser justificado como un continuador del “interés general”. Como se anoto anteriormente, sin embargo, la auto-búsqueda en el mercado debe ser asumida para que sea limitada o restringida por los límites de la ventaja mutua, incluso si la necesidad de asumir tales límites no es tan frecuente reconocida explícitamente.
  • 17. Control de Lectura Daniel Ángel García Bautista (b). Buchanan J, The Relat ed but disntict "Sciences" of Economics and Political Economy, Publicada en Ed i t a d o por Jose Casas Pardo y Segundo Bru Parra. Vnivers it at de Valéncia.1988.87-97 17 ¿Cómo pueden los modelos del “hombre privado” y “hombre público” ser locamente coherentes uno con el otro? “Hombre público” debe ser moldeado en términos de auto-búsqueda si es que su comportamiento es comparado con el de esas personas que interactúan en los modelos aceptados de mercado. ¿Pero como, entonces, puede cualquier rol del “hombre público” ser justificado del todo? El reconocimiento de límites puede ser de ayuda en resolver lo que parece ser un dilema aquí. Se vuelve necesario el diferenciar entre la predictiva ciencia del comportamiento, la “ciencia de la economía” y el modelar de los patrones de interacción para los propósitos de diseñar restricciones legales y constitucionales apropiadas, la “ciencia de la política económica”. En esta última, solo con modelar al “hombre privado” para que sea exclusivamente un buscador de la ganancia máxima neta puede el marco legal, las “leyes y las instituciones”, del mercado, ser diseñado tanto para seguir el “interés general” y para prevenir la indebida explotación del hombre por el hombre. Los principios comparables deberían decirnos que el “hombre público” debe ser similarmente modelado y por las mismas razones. La persona que es puesta en una posición para actuar en favor del Estado debe ser modelada como un maximizador de ganancias netas en su propio derecho si los límites constitucionales y legales que definen su poder de autoridad y su comportamiento dentro de esos poderes son apropiadamente diseñados. El “hombre público”, como su contraparte en el mercado, puede ser restringido para comportarse dentro de los límites de las ganancias mutuas. El “hombre público” no necesita que le otorguen poder de explotación de
  • 18. Control de Lectura Daniel Ángel García Bautista (b). Buchanan J, The Relat ed but disntict "Sciences" of Economics and Political Economy, Publicada en Ed i t a d o por Jose Casas Pardo y Segundo Bru Parra. Vnivers it at de Valéncia.1988.87-97 18 su semejante probando que su comportamiento es apropiadamente restringido. El propósito de la construcción científica que incorpora al homo economicus es la misma como entre los dos patrones de interacción, así como entre las relaciones de personas dentro de mercados y las relaciones entre personas dentro de las políticas del gobierno. La “teoría económica”, así como emergida y desarrollada, ha sido casi enteramente devota al análisis de personas dentro de mercados, e incluso yace con una negligencia o vigilancia del último propósito de todo el ejercicio. Anterior a la “revolución de la elección pública”, había esencialmente ninguna comparación con la teoría de la interacción de personas dentro de la política. En la ausencia de teorías de sujeto, las personas que actuaban en favor de la soberanía eran implícitamente modelados como “santos”, con consecuencias predichas. Había casi una total perdida de este conocimiento del siglo XVIII que reconocía la necesidad de restricciones en los agentes del gobierno. Había una falla desarrollándose para entender y apreciar la razón de ser de los límites constitucionales y de los gobiernos. Ahí emergió la sorprendente brecha normativa en la filosofía elemental social, una brecha que parecía clara de ser atribuible a la ausencia de la teoría científica usada en este sentido constructivo apropiado. Es tal vez, una exageración que sugiere que millones de ciudadanos en muchos estados modernos podrían haber escatimado las agonías y terrores del colectivismo en casi todas las formas de realización tenían a la “ciencia de la política económica” propiamente creada pero inapropiadamente usada.
  • 19. Control de Lectura Daniel Ángel García Bautista (b). Buchanan J, The Relat ed but disntict "Sciences" of Economics and Political Economy, Publicada en Ed i t a d o por Jose Casas Pardo y Segundo Bru Parra. Vnivers it at de Valéncia.1988.87-97 19 CONCLUSIÓN Los economistas por supuesto continuaran con enfrentar en ambas la “ciencia de la economía” y la “ciencia de la política económica”. En el antiguo rol ellos tratarían de construir modelos más satisfactorios del comportamiento humano dentro de históricas estructuras observadas institucionales, con pruebas empíricas siendo usadas como un importante criterio de progreso científico. Estos esfuerzos deben ir hacia adelante, ya que no hay nada en el argumento de este escrito que sugiera lo contrario. Los economistas deben, sin embargo, entender que la normativa subyacente, propósito de todo el ejercicio, es el de facilitar la comparación de alternativas institucionales. La “ciencia económica” no debe ser concebida como una asistencia ofrecida hacia agentes selectos que buscan usar el conocimiento científico para controlar a otros. Incluso estas advertencias son atendidas, sin embargo, el rol del economista, como científico no limitarse a la “ciencia económica” como se definió aquí. En la comparación de las alternativas institucionales, la “ciencia de la política económica” emerge para ocupar un rol que es tal vez más importante que su contraparte predictiva. En el último sentido, esta ciencia, también, encuentra su propósito normativo en control (el cual es ejercido por encima de nuestro comportamiento por la selección de los límites institucional-constitucionales dentro los cuales interactuamos uno con otro). Pero la distinción vital entre el uso de la ciencia para asistir en el control de sujetos-objetos (animados o inanimados) y el uso de la ciencia para asistir en el auto-control impuesto de nuestro comportamiento de
  • 20. Control de Lectura Daniel Ángel García Bautista (b). Buchanan J, The Relat ed but disntict "Sciences" of Economics and Political Economy, Publicada en Ed i t a d o por Jose Casas Pardo y Segundo Bru Parra. Vnivers it at de Valéncia.1988.87-97 20 aquellos que son simultáneamente controladores y controlados, debe mantenerse en mente.