El documento resume el evangelio del domingo sobre la parábola de los talentos. Explica que al final del año litúrgico debemos revisar cómo hemos usado los dones que Dios nos ha dado. Aunque no todos reciben lo mismo, se espera que cada uno produzca según sus capacidades. Al final, seremos juzgados por cómo hayamos aprovechado los talentos recibidos.
2. Estamos
terminando el
año litúrgico.
El próximo
domingo será
el último:
Fiesta de
Cristo Rey.
A través del
año hemos ido
siguiendo la
vida de Jesús y
sus principales
enseñanzas.
3. Y como es casi final
del año litúrgico, es
hora de hacer una
revisión de nuestra
vida y hacer un
examen para ver
qué vamos
haciendo, o qué
hemos hecho, con
los talentos o
dones que Dios nos
va dando. Porque
de esto trata hoy el
evangelio, que
empieza así:
8. A cada uno le dio
según sus
posibilidades. No a
todos igual; pero todos
debían trabajar para
acrecentar los talentos
recibidos. Pero veamos
lo que nos dice el
evangelio de este día.
Mateo 25,14-30
9. En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta
parábola: "Un hombre, al irse de viaje, llamó a sus
empleados y los dejó encargados de sus bienes: a uno le
dejó cinco talentos de plata, a otro dos, a otro uno; a
cada cual según su capacidad; luego se marchó. El que
recibió cinco talentos fue en seguida a negociar con ellos
y ganó otros cinco. El que recibió dos hizo lo mismo y
ganó otros dos. En cambio, el que recibió uno hizo un
hoyo en la tierra y escondió el dinero de su señor. -Al
cabo de mucho tiempo volvió el señor de aquellos
empleados y se puso a ajustar las cuentas con ellos. Se
acercó el que había recibido cinco talentos y le presentó
otros cinco, diciendo: "Señor, cinco talentos me dejaste;
mira, he ganado otros cinco." Su señor le dijo: "Muy
bien. Eres un empleado fiel y cumplidor; como has sido
fiel en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al
banquete de tu señor.”
10. Se acercó luego el que había recibido dos talentos y dijo:
"Señor, dos talentos me dejaste; mira, he ganado otros
dos." Su señor le dijo: "Muy bien. Eres un empleado fiel y
cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo
importante; pasa al banquete de tu señor.“ - Finalmente, se
acercó el que había recibido un talento y dijo: "Señor,
sabía que eres exigente, que siegas donde no siembras y
recoges donde no esparces; tuve miedo y fui a esconder
mi talento bajo tierra. Aquí tienes lo tuyo." El señor le
respondió: "Eres un empleado negligente y holgazán.
¿Conque sabías que siego donde no siembro y recojo
donde no esparzo? Pues debías haber puesto mi dinero en
el banco, para que, al volver yo, pudiera recoger lo mío
con los intereses. Quitadle el talento y dádselo al que tiene
diez. Porque al que tiene se le dará y le sobrará, pero al
que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene. Y a ese
empleado inútil echadlo fuera, a las tinieblas; allí será el
llanto y el rechinar de dientes.""
11. Dios nos ha dado
muchos dones y
talentos en la vida. A
veces nos fijamos más
en pequeñas cosas
malas y no reparamos
en las grandes y buenas
que tenemos. A veces
algunos tienen muy
poco en comparación
con otros. Suele ser por
la mala voluntad de ellos
o más bien de otros que
no han sido solidarios.
Debemos saber
reconocer las grandes
cosas.
12. Entre las cosas muy
buenas tenemos la
inteligencia para
comprender y el
corazón o voluntad
para amar. Tenemos
la fe en Dios, la
Iglesia, los
sacramentos y la
gracia de Dios. Todo
esto nos da y nos
dará una inmensa
felicidad.
13. No a todos Dios nos da lo mismo. Eso se ve y se palpa;
pero sí nos da lo suficiente para que con ello podamos
edificar una felicidad infinita. A cada cual le da “según
su capacidad”. Y Dios espera. Es como si se marchara
lejos, pero está con nosotros, porque es nuestro Padre.
14. Luego nos dará un premio maravilloso, que muchas
veces nos hace gustar en la tierra. Es interesante ver
cómo le dice las mismas palabras laudatorias al que ha
producido 5 y al que ha producido 2.
Cada uno
deberá sacar
el máximo
rendimiento
a los talentos
dados por
Dios.
15. Sin embargo condena
al que había recibido
un talento. El hecho es
que no lo había
dilapidado. Sólo lo
había enterrado para
que no se lo robasen,
para conservarlo. Dios
nos pide que
trabajemos
positivamente para el
reino de los cielos, el
reino de Dios. Si has
recibido poco, no
podrás hacer mucho,
pero haz algo positivo.
16. Recordamos lo que nos dijo Jesús sobre el no juzgar a
las personas. ¡Cuántas veces nos equivocamos! A veces
vemos personas que hacen un gran trabajo, y hasta en lo
pastoral religioso. Y juzgamos por los resultados. Pero
no conocemos los talentos que Dios le ha dado. Puede
ser que debería haber hecho más, y su vida no es muy
positiva;
pero por ese
mismo trabajo
puede ser héroe
si sus talentos
son pocos. Un
trabajo sencillo
hecho con amor
vale más que un
trabajo grande
sin amor.
17. Es curioso ver a personas que parece que no tienen
tiempo, porque el tiempo se les va en cosas valadíes o en
asuntos insustanciales; mientras que hay personas a
quienes el tiempo les da para hacer muchas cosas
positivas,
Proverbios 31,10-13.19-20.30-31
como “la
mujer
hacendosa”,
de quien
habla hoy la
1ª lectura:
18. Una mujer hacendosa, ¿quién la hallará?
Vale mucho más que las perlas. Su marido
se fía de ella, y no le faltan riquezas. Le trae
ganancias y no pérdidas todos los días de su
vida. Adquiere lana y lino, los trabaja con la
destreza de sus manos. Extiende la mano
hacia el huso, y sostiene con la palma la
rueca. Abre sus manos al necesitado y
extiende el brazo al pobre. Engañosa es la
gracia, fugaz la hermosura, la que teme al
Señor merece alabanza. Cantadle por el éxito
de su trabajo, que sus obras la alaben en la
plaza.
19. Hay mujeres que parece que pueden con todo: atienden
a la casa, atienden a su trabajo y tienen tiempo para
ayudar en la iglesia y en hacer el bien a los necesitados.
Se saben organizar, son “hacendosas”.
Lo
importante
es que
buscan el
bien.
20. Hay algo importante
en la lectura de los
Proverbios, en que
insiste que no es tan
importante lo que se
hace como lo que
uno ES. Nos dice que
hay valores más
importantes que la
belleza o la
apariencia externa.
21. Nosotros sabemos
que la más
importante belleza
es la armonía
interior, que
proviene de la
riqueza en fe,
esperanza y amor.
Estas virtudes dan a
la persona un
encanto que no
pueden dar las
cosas materiales.
22. Como meditación o conclusión de esta 1ª lectura está el
salmo responsorial, que esta vez trata de la armonía
interior no sólo en una persona, sino en una familia. La
bondad de la madre se trasmite al esposo y a los hijos.
Esta
armonía
se pide
para la
gran
familia
que es la
Iglesia.
23. Como brotes de olivo en torno a tu mesa, Señor,
Automático
31. Lo de la viña fecunda en el salmo se debe a que para los
israelitas todo lo relacionado con el vino, como la viña o
la parra, eran símbolos de fecundidad, de grandeza y de
próspera vida familiar.
Feliz el
que pueda
dar buena
cuenta al
Señor de
los
talentos
que ha
recibido
en esta
vida.
32. Como vemos en
el evangelio, no
vale sólo con
decir “no robo
ni mato”, es
decir, no hago
mal a nadie. Se
trata de que
debemos hacer
positivamente el
bien.
Amar positivamente significa orar por quien te ofende y
procurar hacerle algún bien positivo.
33. Estamos en el mes de difuntos. San Pablo les decía a los
tesalonicenses que todos tendremos que dar cuenta al
Señor, los que hayan muerto y los que sigan vivos.
Todos iremos al encuentro del Señor.
Porque de
esto nos
juzgará el
Señor cuando
venga.
Porque
vendrá el
Señor.
34. Pero ¿Cuándo vendrá el
Señor? Así se lo
preguntaban los
tesalonicenses a san
Pablo. Y el apóstol les
respondía que no lo
sabemos. Pero el hecho
es que hay que estar
preparados. Así nos lo
dice hoy en la 2ª lectura:
1Tesalonicenses 5,1-6
35. En lo referente al tiempo y las circunstancias no
necesitáis, hermanos, que os escriba. Sabéis
perfectamente que el día del Señor llegará como
un ladrón en la noche. Cuando estén diciendo:
"Paz y seguridad", entonces, de improviso, les
sobrevendrá la ruina, como los dolores de parto
a la que está encinta, y no podrán escapar. Pero
vosotros, hermanos, no vivís en tinieblas, para
que ese día no os sorprenda como un ladrón,
porque todos sois hijos de la luz e hijos del día;
no lo sois de la noche ni de las tinieblas. Así,
pues, no durmamos como los demás, sino
estemos vigilantes y despejados.
36. Para san Pablo estar
preparado es vivir en
la luz a diferencia de
los que viven en las
tinieblas. A veces se
habla de las tinieblas
del error o vivir bajo el
dominio del mal. Hoy
nos dice san Pablo
que para vivir en la
luz, debemos vivir
sobriamente, que es lo
mismo que vivir en
vigilancia.
37. Vivimos en vigilancia
si nos esforzamos en
crecer en la fe, en la
esperanza y en el
amor. San Pablo
quiere infundir la
confianza en los
fieles de Tesalónica y
en nosotros. Es una
confianza arraigada
en la fe en Jesucristo
resucitado, que debe
ser el eje fundamental
de nuestra vida
cristiana.
38. Cristo se manifestará un
día brillantemente en la
luz para juzgarnos a
todos. Ojalá
encontremos en los
labios de Jesús,
dirigidas para nosotros,
las palabras que hoy
dirige a los que
recibieron cinco y dos
talentos: “Eres un
empleado fiel y
cumplidor; como has
sido fiel en lo poco, te
daré un cargo
importante; pasa al
banquete de tu señor”.
39. Y encontraremos la luz que nunca se terminará. Por
eso, hermano, no camines a oscuras. Mira que en lo
alto brilla un sol radiante, que es Jesucristo.
Él viene a
tu
encuentro.
Busca
esa luz.
Busca el
Amor.