El documento reflexiona sobre la dignidad de la mujer a la luz del evangelio de Juan sobre la aparición de Jesús resucitado a María Magdalena. Señala que Jesús trató a María con respeto y dignidad, rompiendo las normas que cosificaban a la mujer. También invita a identificar las situaciones que afectan la dignidad de las mujeres en la comunidad y a trabajar para construir un mundo de igualdad y fraternidad siguiendo el ejemplo de Jesús.
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Documento para Reflexionar
en los Grupos Parroquiales
“Mujer ¿Por qué lloras?”
Jn. 20,13-18
JESUCRISTO, es el principal promotor de la dignidad de la
Mujer. Nosotras y nosotros, como sus discípul@s – misioner@s
estamos llamad@s a seguir su ejemplo, transformando todas
aquellas situaciones que nos impiden vivir como hermanas y
hermanos, con la igualdad que nos da reconocernos hijas e
hijos amados de Dios.
Con una dignidad que nada ni nadie puede quitarnos, porque
fuimos creadas y creados a imagen y semejanza de Dios. Él
quiso compartirnos su
misma vida.
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En el marco del Día Internacional de la Mujer, reflexionaremos
sobre la realidad de las Mujeres de nuestra comunidad, esto
implica no sólo a las mujeres sino a todas y todos, porque solo
entendiendo nuestra dignidad podemos transformar la realidad de nuestras comunidades a la luz de la Palabra de Dios.
1. Iniciamos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Oración “Hacia una vida más digna”
(a dos coros)
Padre y Madre de amor,
Tú nos creaste a tú imagen y semejanza,
Enviaste a tu hijo Jesucristo,
Para que nos enseñará el camino para llegar a tí.
Ábrenos a la acción creadora de tú Espíritu,
y transforma nuestra vida,
Para reconocer nuestra dignidad,
y la dignidad de nuestros hermanos y hermanas.
Tú que nos hiciste hijas e hijos tuyos,
Llamándonos a vivir como hermanas y hermanos,
Enséñanos a valorarnos y respetarnos,
Como templo tuyo que somos.
Que te descubramos en nuestra vida,
Y en la vida de cada uno y cada una de nuestras
hermanas y hermanos de la comunidad.
Que nos comprometamos a trabajar por la igualdad,
El respeto y la equidad,
Para vivir como verdaderas hijas e hijos tuyos,
Haciendo realidad tu Reino de amor, de igualdad,
de justicia y de paz,
para un mundo de hermanas y hermanos. Amén.
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2. Demos una mirada a nuestra realidad:
Responder a las preguntas:
1. ¿Qué es lo que más afecta a las mujeres en nuestra comunidad?
2. ¿Por qué algunas mujeres viven estas situaciones?
• Escribir las respuestas en papelógrafos y tráelos el 6 de marzo al “II Congreso Diocesano por la Dignidad de la Mujer”
Escuchemos como se relacionó Jesús con la Mujer
LECTURA DEL SANTO EVANGELIO
SEGÚN SAN JUAN 20, 11-18
M
“ aría estaba llorando afuera, cerca del sepulcro. Mientras lloraba, se
agachó sobre el sepulcro, y vio a dos
ángeles de blanco, sentados, uno a la cabecera y el otro a los
pies, en donde había estado el cuerpo de Jesús.
Ellos le dijeron: “Mujer, ¿Porqué lloras?” Les respondió: “Porque se han llevado a mi Señor, y no sé dónde lo han puesto.”
Al decir esto, miró por atrás y vio a Jesús de pie, pero no lo reconoció. Le dijo Jesús: “Mujer, ¿Porqué lloras?, ¿A quién buscas?” Ella, creyendo que sería el cuidador del huerto, le contestó: “Señor, si tú lo has sacado, dime dónde lo pusiste y yo me lo
llevaré.” Jesús le dijo: “María.” Entonces ella se dio vuelta y le
dijo: “Raboni”, que en hebreo significa “Maestro mío”. “Suéltame, le dijo Jesús, pues aún no he vuelto donde mi Padre. Anda
a decirles a mis hermanos que subo donde mi Padre, que es
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Padre de ustedes; donde mi Dios, que es Dios de ustedes”.
María Magdalena fue a anunciar a los discípulos: “He visto
al Señor y me ha dicho tales y tales cosas”.
Palabra de Dios
Reflexionemos y compartamos:
1. ¿A quién se aparece Jesús por primera vez después de
Resucitado y porqué?
2. ¿Qué preguntas le hace Jesús a María Magdalena y por qué?
3.¿Qué misión le encomienda?
COMPLEMENTACIÓN:
Jesús se aparece por primera vez, después de Resucitado, a
una Mujer: a María Magdalena, considerada pecadora, tratada como un objeto; despreciada por todos y pisoteada en su
dignidad. Ella había perdido el sentido de su vida. AL ENCONTRARSE CON JESUCRISTO recupera el sentido de la vida, se
siente amada, aceptada, valiosa para Dios. Jesús la libera, la
levanta, le ayuda a redescubrir su dignidad.
En la cultura Judía, la mujer vivía en total exclusión y oprimida
por leyes machistas que aplastaban su dignidad. Necesitaba
levantar la cabeza, retomar el lugar que Dios le dió desde la
creación, en reciprocidad con el varón. Para Jesús, ella era destinataria privilegiada de su misión liberadora.
Jesús rompió todas las normas que habían cosificado a la mujer, y empezó a tratarla con respeto y dignidad... Por eso las
primeras comunidades Cristianas reconocen la importancia de
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la Mujer y la fuerza renovadora de la Resurrección. Eso se ve
en muchos detalles, por ejemplo: María Magdalena es la primera que llega al sepulcro, mientras Pedro y el otro discípulo
vuelven a casa sin entender bien lo sucedido.
Ella permanece fuera del sepulcro BUSCANDO a JESÚS, aunque piensa está muerto, no se da por vencida ante el sepulcro vacío… va de madrugada… y es la primera en reconocer
a Jesús Resucitado, LO EXPERIMENTA Y SE CONVIERTE EN LA
PRIMERA MENSAJERA DEL MAYOR ACONTECIMIENTO DE LA
FE CRISTIANA: ¡¡¡ EL SEÑOR HA RESUCITADO Y VIVE ENTRE
NOSOTRAS Y NOSOTROS!!!
¿Qué será lo que hacía que María fuera de madrugada al sepulcro? La experiencia de su encuentro con Jesús le cambio la
vida, la liberó, la llevó a experimentar su dignidad.
En el encuentro con Jesucristo, Él la llama por su nombre, en
la Biblia, llamar por el nombre, significa conocer a la persona,
llegar hasta lo profundo del corazón. Así Jesucristo recupera
la relación personal que había sido rota por la muerte. María Magdalena se abrazó a los pies de Jesús. Él le pide que
no lo toque, la invita a trascender, pues el encuentro con
Jesús Resucitado no nos deja en él, sino que nos lanza a los
y las demás, nos hace misioneros y misioneras servidores
y servidoras de la comunidad. Quien experimenta el amor
liberador de Jesucristo tiene la tarea de compartirlo con los
y las demás.
El Dios que se nos revela en Jesucristo, es un Dios que no es
indiferente a nuestra realidad, es un Dios interesado por todo
lo que nos pasa, por eso es el quien se acerca a la mujer y le
pregunta con gran respeto: ¿Mujer por qué lloras? Y escucha
su respuesta con respeto. Preguntémonos hoy: ¿Por qué llo-
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ran las mujeres de nuestro pueblo?; ¿Qué es lo que les está
ocasionando sufrimiento?… Jesucristo entabla un diálogo
profundo con la Mujer ¿A quién buscas? Ella buscaba a quien
le devolvió la vida, a quien le ayudo a redescubrir su dignidad…
y nosotras y nosotros ¿A quién buscamos hoy? Buscamos a
quien nos levanta y da vida? O ¿seguimos pensando que
Dios quiere el sufrimiento y el dolor?... El texto nos recuerda
que Dios vino aliviar nuestro sufrimiento, a liberarnos de todo
aquello que atenta contra nuestra dignidad.
Jesucristo confió en la Mujer, la valoró y le encomendó la misión de anunciar que Él sigue vivo, que venció el pecado, la
muerte y todo lo que la origina. La envió a proclamar la liberación de los y las pobres y oprimidas, a recordarnos que Dios
ve, oye, conoce el dolor, y que si el pueblo clama a Dios, él
escucha su clamor (Ex. 3,7). La acción de Dios es a favor de los
y las más débiles, los que están abajo en la escala social.
Jesús hizo de la Mujer, la portavoz de la nueva alianza hecha
realidad: “Subo a mi Padre y su Padre, a mi Dios y su Dios”.
Esta alianza sólo se sostiene si nos amamos como hermanas y hermanos, si construimos un mundo donde reine la
fraternidad.
Jesús vino a luchar por restablecer la vida y la igualdad, destruida por el pecado, vino anunciar y hacer presente la buena nueva del Reinado de Dios, así devolvió la esperanza a la
mujer poniéndola en igualdad de condiciones con los varones.
Llamo a ser discípulos a hombres y mujeres en igual dignidad,
derechos y obligaciones.
La experiencia de Jesucristo Resucitado en nuestra vida, nos
convierte en Testigas de la vida, del amor, la justicia, la amistad, el compromiso, la esperanza y la fe.
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La Resurrección nos recuerda que debemos vivir como
herman@s trabajando por la paz, el amor, la unidad y la fraternidad, comprometidos con nuestra realidad para que sea
una realidad de vida y no de muerte.
María Magdalena después del encuentro con Jesús, se convierte en fiel discípula, comprometida con la causa de Jesús
que es el Reinado de Dios.
3. ¿QUÉ NOS PIDE DIOS HACER?
• ¿Qué nos pide Dios hacer
para evitar la violencia hacia la Mujer?
• ¿Qué nos pide Dios para
que se respete a las Mujeres
en la familia y comunidad?
• ¿Qué pueden hacer los hombres para evitar la violencia hacia la Mujer?
4. Oración final:
Peticiones espontáneas por todas aquellas situaciones que
lastiman la vida de las mujeres de nuestra comunidad y de
nuestro Estado.
Respondemos: Te Rogamos óyenos
Dios te salve María….
Dulce Madre...
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¡¡¡ TODOS Y TODAS ESTAMOS
INVITAD@S!!!
II CONGRESO DIOCESANO
POR LA DIGNIDAD DE LA MUJER
LUGAR: Atrio de Nuestra
Señora de Ocotlán
DÍA: Jueves 6 de Marzo
HORA: De 9:00 a.m. a 3:00 p.m.
LLEVAR COMIDA PARA COMPARTIR
Mayores informes al Tel. (01 246) 46 6 43 23 y al correo
centrojuliang@yahoo.com.mx