SlideShare a Scribd company logo
1 of 13
Download to read offline
Concheiro Bórquez, Luciano. Movimientos campesinos e indígenas en México : la lucha por la tierra /
Luciano Concheiro Bórquez, Sergio Grajales Ventura . En: OSAL : Observatorio Social de América Latina.
Año 6 no. 16 (jun. 2005- ). Buenos Aires : CLACSO, 2005- . -- ISSN 1515-3282
Disponible en:http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/osal/osal16/AC16CBorquezGVentura.pdf
Red de Bibliotecas Virtuales de Ciencias Sociales de América Latina y el Caribe de la Red CLACSO
http://www.clacso.org.ar/biblioteca
biblioteca@clacso.edu.ar
Movimientos campesinos
e indígenas en México:
la lucha por la tierra
Luciano Concheiro Bórquez*
y Sergio Grajales Ventura**
Cuando menos se les espera... llegan. Ni siquiera
están invitados y más bien están excluidos de la nueva
mesa. Ellos, que fueron “los hijos predilectos del régi-
men” (Warman, 1972), el centro del pacto nacional
surgido de la Revolución Mexicana de principios del
siglo XX (Roux, 2005), los que fueron nacidos para
enterrarlos varias veces por decreto a nombre de la
modernización, resurgen del “México profundo”
(Bonfil, 1990) en oleadas incesantes de resistencia,
con sus revueltas y movimientos para persistir cam-
biando, construyendo discursos que dan pinceladas a
los frescos de modernidades alternativas, confrontan-
do estrategias que se debaten entre las viejas formas
de hacer política y formas que ensayan a ser partici-
pativas e incluyentes. Para el poder, se han convertido
en una incómoda realidad. Los campesinos e indíge-
nas llegan cada vez más a menudo cargados de espe-
jos que reflejan a la sociedad en su conjunto, vienen
con la memoria de las multitudes varias y también
con visiones de futuro mucho más convincentes y
OSAL47[AÑOVINº16ENERO-ABRIL2005]
* Jefe del Área
de Investigación
“Economía Agraria,
Desarrollo Rural
y Campesinado”
del Departamento
de Producción Económica
(DP E) de la Universidad
Autónoma Metropolitana
unidad Xochimilco (UAM-X).
* * Integrante del Área
de Investigación
“Economía Agraria,
Desarrollo Rural
y Campesinado”
del DP E
de la UAM-X.
humanas que se sitúan frente por frente al “fin de la his-
toria” de los hacedores de políticas autoritarias verticales
que excluyen a la gran mayoría.
Guiados por el reencuentro con el anhelo de un mundo
mejor, el calidoscopio de actores y sujetos sociales del
mundo rural mexicano se aferra a discursos, propuestas y
prácticas que se multiplican. La marejada más profunda
proviene de “los sin nombre… los sin rostro”; entre ellos
se destaca el Ejército Zapatista de Liberación Nacional
(EZLN) que se alzó en armas hace poco más de una
década luchando por la tierra, la democracia, la libertad, la
dignidad y una fraternidad que en su andar busca abrirle
los ojos al mundo para parar la barbarie del capital, y en
donde los muchos mundos quepan en un mundo con
sus diferencias, donde los “nosotros”, los “todos somos
indios”, puedan regirse por sus usos y costumbres, en sus
territorios, de forma autónoma (ver Dussel, 1998).
También las comunidades indígenas zapatistas y un movi-
miento que se reconoce a sí mismo como indígena, que
vertiginosamente se hizo nacional y global, han seguido
presentes en el escenario, primero con su voz y después
con el silencio; con su lucha evidenciaron la falta de com-
promiso del Estado con los Acuerdos que fueron firmados
en el poblado de San Andrés sobre autogobierno, muni-
cipio libre y cultura indígenas. En un ensayo de nuevos
pactos entre los actores sociales, en este caso los pueblos
indígenas y la Nación, las cosas, por culpa directa de la lla-
mada “clase política”, llegaron a un callejón que por el
momento no parece tener una salida.
Los ecos nacionales del zapatismo perdieron presencia, y el
organismo inspirado por sus luchas y discurso, el Consejo
Nacional Indígena (CNI), se refugió en cada región, al lado
y a veces enfrente de otras organizaciones como la
Asamblea Nacional Plural por la Autonomía (ANIPA), la cual
prosiguió el camino de las alianzas políticas con los partidos
y la lucha en los ámbitos nacional e internacional por el
reconocimiento de los derechos indígenas.
OSAL48ANÁLISIS[MOVIMIENTOSCAMPESINOSEINDÍGENASENMÉXICO]
“Esta lucha
incesante que busca
el poder local
para la defensa
de la tierra
y sus recursos
naturales,
poco a poco
ha ido dibujando
procesos
de autonomías
municipales,
regionales,
de pueblos indígenas
específicos
y en general
de distintas prácticas
de territorialidad”
Para los pueblos indígenas, la lucha por la tierra, por la “madrecita tierra” (Concheiro y
Diego, 2002), representa el fundamento material y simbólico de su existencia, que si
bien tiene una larga trayectoria de más de 500 años, actualmente se ha proyectado en
una abierta insurrección municipal que desde mediados de los años ochenta del siglo
XX llegó a tomar violentamente uno de cada diez municipios de menos de 5 mil habi-
tantes (López Monjardín, 2004b). Esta lucha incesante que busca el poder local para la
defensa de la tierra y sus recursos naturales, poco a poco ha ido dibujando procesos de
autonomías municipales, regionales, de pueblos indígenas específicos y en general de
distintas prácticas de territorialidad que recomponen, en el marco de la disputa con el
gran capital y el Estado, parte del espacio rural mexicano.
También entre los remolinos de aparente resaca de la marejada indígena, se destacan
las movilizaciones y el movimiento social de los campesinos productores de mercado,
denominado El Campo No Aguanta Más. Las oleadas desde principios de este siglo
vinieron de muchos lados, enriquecieron las luces que alimentaban el calidoscopio
social; los primeros fueron los maiceros, seguidos de frijoleros, sorgueros, cañeros, piñe-
ros, cafeticultores, ganaderos, que en sus reclamos y demandas específicas se fueron
entretejiendo para enfrentar las políticas neoliberales, hasta acabar definiendo lo que
puede llamarse un programa político en defensa de sus productos pero en lucha por la
soberanía y la autosuficiencia alimentaria1
. La lucha económica adquirió así un claro sen-
tido territorial; la agenda agraria de lucha por la tierra volvió a posicionarse, la perspecti-
va ambiental se convirtió en un claro referente y ambas se extendieron a la defensa del
mercado interno y a las propuestas de desarrollo ecológicamente sustentable y cultural-
mente compatible.
Producto directo de las luchas sociales y políticas de las masas rurales –que se enmarcan
en los efectos que tiene la mundialización sobre la reestructuración espacial del dominio
del capital (Revelli, 1997)– la lucha por la tierra se ha transformado. Hoy representa, para
los campesinos e indígenas de México, desde la disputa (interna y externa) del medio de
producción básico para la economía campesina y su resemantización como referente sim-
bólico de las identidades étnicas; pasando por su adjetivación en las prácticas de territoria-
lidad, del llamado “ecologismo campesino” (Toledo, 1999: 11-22; 2000: 256) y la dispu-
ta por el poder espacialmente referido; hasta la base de un ejercicio horizontal de la demo-
cracia directa y del despliegue de las autonomías indígenas y municipales.
Reforma y contrarreforma agraria
Antes de trazar un mapa de los movimientos actuales en la lucha por la tierra de los cam-
pesinos e indígenas en México es importante recuperar, aunque sea brevemente, la
OSAL49[AÑOVINº16ENERO-ABRIL2005]
perspectiva histórica de los mismos sobre todo si consideramos que la memoria es un
componente clave en la identidad de estos movimientos.
La estructura agraria en el México contemporáneo es el resultado de una persistente
lucha de los pueblos originarios por el reconocimiento de sus tierras. Desde nuestro
punto de vista, esta historia de “larga duración” conformó las regiones y la particular geo-
grafía política de este país. La Revolución Mexicana (1910-1940) es uno de los episo-
dios más intensos y definitorios de esta lucha. Representa para muchos estudiosos2
, un
conjunto de revueltas agrarias que repartió tierras en plena insurrección armada, logró la
Ley Agraria de 1915 y el pacto social fundante del estado mexicano que se expresa bási-
camente en el artículo 27 de la Constitución de 1917 que creó la posibilidad de un
reparto agrario, primero a los pueblos y luego a los individuos organizados, generando
la llamada “propiedad social” compuesta por ejidos y comunidades agrarias.
La reforma agraria en México abarca, entonces, nada menos que 77 años, hasta que en
1992 se impuso una contrarreforma que declaró el fin del reparto agrario, la necesidad
de dar “seguridad en la tenencia de la tierra” (por medio de un programa de certifica-
ción y medición de las tierras ejidales y comunales) y la posibilidad de privatizar la pro-
piedad social de los ejidos. Las dimensiones del reparto agrario en México son muy
importantes: el 53,9% de la superficie nacional (101.583.972 ha, más de un millón de
kilómetros cuadrados) son propiedad social. Si a esta superficie le sumamos las dota-
ciones que están en trámite, los ejidos y comunidades abarcan 103 millones de ha. De
estas, sólo el 31% corresponde a la superficie parcelada, en tanto que el 66,3% ha sido
declarado por los propios sujetos agrarios, “tierras de uso común”, y el porcentaje res-
tante corresponde a solares urbanos y parcelas con destino específico (para escuelas,
unidades agroindustriales, etcétera). No obstante, el reparto fue heterogéneo y existe
una marcada desigualdad en la distribución de la tierra, primando el minifundismo3
. El
conjunto de los sujetos agrarios en la propiedad social es casi de 4,5 millones conside-
rando además de los ejidatarios y comuneros a los posesionarios y a los avecindados;
frente a 1.800.000 propietarios privados, también en su inmensa mayoría parvifundis-
tas, sobre 25 millones que viven en el medio rural.
Fuente: DGEP-PA con datos del Registro Agrario Nacional al mes de junio de 2004.
ª No incluye 443 ejidos y 210 comunidades que por diversas causas no han sido ejecutados.
OSAL50ANÁLISIS[MOVIMIENTOSCAMPESINOSEINDÍGENASENMÉXICO]
Estructura agraria por tipo de tenencia de la tierra
Tenencia Número de núcleos Número
Predios
Superficie
agrarios ejecutadosª de beneficiados Hectáreas %
Ejidal 28.540 3.447.941 84.522.909 45,7
Comunal 2.194 675.631 17.061.063 9,2
Colonias 650 55.448 3.638.338 2,0
Privada 1.654.365 73.306.041 39,6
Terrenos nacionales 147.019 6.585.121 3,6
En cuanto a los ejidos y comunidades con población indígena, estos representan el
22,9% del conjunto de los núcleos agrarios, son dueños del 28% de los bosques tem-
plados y de la mitad de las selvas que existen en propiedad social. Si tomamos en cuen-
ta que los indígenas representan entre el 10 y 12% de la población total del país (de
10 a 12 millones), podemos decir que tienen un mayor peso relativo en la propiedad
social (Robles y Concheiro, 2004). A esto se agrega que hay cerca de 100 pueblos indí-
genas de 62 etnias diferentes, en un país de megadiversidad biológica (entre los cuatro
más diversos del mundo) y que la población indígena en México representa la cuarta
parte de la población originaria en nuestro continente, lo que hace que la presencia de
los pueblos indígenas sea muy relevante, como analizaremos más adelante.
Otras dos características importantes son el envejecimiento de los ejidatarios y comune-
ros (la edad promedio es de 55 años, 62,9% supera los 50 y 31,7% tiene más de 65)
y un marcado y acelerado proceso de feminización. En 1970 sólo 1,3% de los sujetos
con derecho a la tierra eran mujeres y para enero de 2004 pasaron a ser más del 18%4
.
Relacionado con la antigüedad de la reforma agraria, el consecuente envejecimiento de
los sujetos, la feminización y la forma de acceso a la tierra, actualmente es relevante que
menos de la quinta parte de los ejidatarios haya recibido la tierra por medio del reparto,
OSAL51[AÑOVINº16ENERO-ABRIL2005]
© Andrés Thomás Conteris
lo que significa que son ejidatarios de segunda y tercera generación, lo que permite supo-
ner que le imprimen un significado distinto a su relación con la tierra.
La contrarreforma agraria, si bien ha impuesto el Programa de Certificación de Derechos
Ejidales (PROCEDE) y el Programa de Certificación en Comunidades (PROCECOM) en
aproximadamente 82,9% del total de los núcleos agrarios de todo el país, sólo ha medi-
do 69,1 millones de hectáreas y certificado y titulado los derechos sobre las mismas de
3.547.001 ejidatarios, comuneros, posesionarios y avecindados5
. Se suponía que este era
el primer paso para la privatización de la propiedad social. Sin embargo, el fracaso de esta
política se manifiesta en dos datos: de la superficie certificada, el 66,3% ha sido declarada
en asambleas tierras de uso común, lo que entre otras cosas las saca del mercado; y la pri-
vatización de la propiedad social –un derecho incorporado en la nueva legislación agraria–
es, después de 13 años de contrarreforma, un fenómeno restringido y marginal6
. Estos dos
datos evidencian una fuerte y profunda resistencia del llamado sector social frente a los
embates neoliberales; que es aún más relevante si se considera que las dos terceras par-
tes de los campesinos organizados se encuentran en instituciones corporativas, la mayoría
pertenecientes al Partido Revolucionario Institucional (PRI), el antes “partido oficial” y en el
incipiente, aunque debatido, corporativismo del Partido de la Revolución Democrática
(PRD) y el actual partido en el gobierno (Partido Acción Nacional, PAN).
Conflictividad agraria y condiciones actuales de la lucha por la tierra
La contrarreforma agraria de 1992, si bien fracasó en cuanto a la privatización de la tie-
rra del sector social y tampoco ha podido destruir las redes sociales largamente tejidas
por casi ocho décadas de reforma agraria y el despliegue de la ideología agrarista, ha
tenido no obstante un fuerte efecto en el incremento de la conflictividad agraria en el
interior de los ejidos y comunidades, entre núcleos agrarios y entre estos y los propieta-
rios privados. A nivel nacional, desde 1992 hasta fines del año pasado, las controversias
agrarias recibidas por la Procuraduría Agraria alcanzaron la cifra de 671.839 asuntos. El
primer lugar, con casi dos tercios del total, lo ocuparon las controversias individuales de
los sujetos agrarios; en segundo término las que ocurren entre sujetos agrarios y órga-
nos del núcleo de población; y en tercer orden las que involucran derechos de los núcle-
os de población agrarios que se refieren a conflictos por límites entre ejidos y por lími-
tes con terrenos de propietarios privados7
.
Desde el punto de vista histórico, durante los últimos doce años, se destacan los conflic-
tos durante 1994 y los dos años siguientes –reflejo del movimiento zapatista–; y también
resalta el trienio 2001-2003, aunque la tendencia hacia el alza empieza desde 1998. Si
a esta información agregamos la crisis estructural del conjunto del sector agropecuario
OSAL52ANÁLISIS[MOVIMIENTOSCAMPESINOSEINDÍGENASENMÉXICO]
(Rubio, 2004), el creciente empobrecimiento8
, la presión
demográfica, la migración9
y las formas mediante las cua-
les los hijos de ejidatarios acceden a la tierra, puede decir-
se que estamos ante una trágica guerra fraticida en el seno
de los ejidos y comunidades en un ambiente de “tierra
arrasada” por la crisis y la emigración (“fuga”), especial-
mente de los jóvenes, hacia Estados Unidos.
Otro aspecto que se destaca es que en los ejidos y comu-
nidades indígenas y aún en los núcleos agrarios que no
han sido certificados y entre los propietarios privados, la
conflictividad es muy similar, lo que nos lleva a pensar que
el carácter de esta confrontación refiere a causas en que
poco tienen que ver los aspectos jurídicos o legales.
Podemos decir, como lo señalan también otros investiga-
dores (López Bársenas, Avendaño y Espinosa, 2005), que
un elemento que resalta es que la mayoría de los conflic-
tos no logran resolverse en los tribunales, expresión de
una desconfianza generalizada de “lo legal” hablaría de
una crisis de hegemonía.
Oaxaca, uno de los estados con mayor población indíge-
na del país, concentra varias movilizaciones y enfrenta-
mientos abiertos por la tierra y los territorios indígenas.
Como ejemplo de esto podemos mencionar la lucha de
los ejidatarios de San Pedro Yosotato por recuperar 400
ha que les fueron invadidas por un ejido vecino desde
1976, conflicto que ha generado varios muertos a pesar
de estar “resuelto” en términos legales (López Bársenas,
Avendaño y Espinosa, 2005). También, el conflicto agrario
entre los ejidatarios de Santo Domingo Teojomulco y San
Lorenzo Texmelucan, en la sierra sur de Oaxaca, que tiene
antecedentes desde el siglo XIX y que ocasionó la muer-
te de tres campesinos en abril pasado –con lo que suman
aproximadamente 700 decesos en esa zona– y que tam-
bién cuenta con una sentencia definitiva del Tribunal
Agrario desde 1999 que no ha sido ejecutada. Asimismo,
en el mes de abril, se produjo un enfrentamiento entre
militantes del Frente Amplio de Lucha Popular (FALP), el
Frente Popular Revolucionario (FPR) y la Unión de
OSAL53[AÑOVINº16ENERO-ABRIL2005]
“La contrarreforma
agraria de 1992,
si bien fracasó
en cuanto
a la privatización
de la tierra
del sector social
[...] ha tenido
no obstante
un fuerte efecto
en el incremento
de la conflictividad
agraria en el interior
de los ejidos
y comunidades,
entre núcleos
agrarios
y entre estos
y los propietarios
privados”
Campesinos Pobres (UCP), por un predio en la ranchería Cerro Hermoso del municipio
de San Pedro Tututepec, que dejó un saldo de dos muertos y ocho detenidos. Asimismo,
entre los casos más sonados, se encuentra el de los chimalapas porque incluye una de
las selvas vírgenes más importantes, una reserva ecológica campesina enfrentada a una
reserva “oficial”, diversos grupos de ejidatarios y comuneros indígenas y mestizos enfren-
tados a grandes ganaderos que invadieron sus tierras y un problema de límites entre el
estado de Oaxaca y el de Chiapas. Este largo conflicto revivió con fuerza ya que, a prin-
cipios de 2005, 150 personas armadas, procedentes de los estados de Chiapas y
Veracruz, re-invadieron, a pesar de haber sido ya indemnizados, la porción noreste del
territorio Comunal de Santa María Chimalapa, zona de muy alta biodiversidad, decreta-
da por la propia comunidad en 1994 “Área de Conservación y Manejo Comunal”. Los
invasores fueron expulsados, pero siguen amenazando a los indios chimalapas y zoques.
En la zona del Istmo de Tehuantepec, del mismo estado de Oaxaca, a viejos enfrenta-
mientos de más de 40 años por los límites entre las comunidades agrarias de San
Dionisio del Mar, Niltepec y Unión Hidalgo y la falta de reconocimiento gubernamental
de las figuras asociativas amparadas en el derecho indígena tradicional, se suma la vora-
cidad en la ilegalidad de la renta de terrenos ejidales y comunales por parte de las
empresas inductoras de un proyecto eólico conocido como Parque Eólico del Istmo, sin
mediar consulta con los pueblos indígenas. Las luchas municipales en Oaxaca, que cuen-
ta con más de un quinto de todos los municipios del país, a pesar de contar con una ley
que permite elecciones por el sistema de usos y costumbres, son muy importantes; al
igual que la defensa de los territorios y comunidades indígenas contra megaproyectos
turísticos como el de las Bahías de Huatulco.
En el norte y centro del país destacan, en este año, la lucha de los indígenas tepehua-
nos del estado de Durango que, amparados en títulos virreinales emitidos durante el
siglo XVIII, pretenden recuperar más de 120 mil ha que están en posesión de ejidatarios
y pequeños propietarios rurales de Valparaíso, Zacatecas y Huejuquilla el Alto, Jalisco. En
el estado de Michoacán, sólo en la zona de los indígenas purépechas existen más de 60
conflictos por tenencia de la tierra y un importante planteamiento para acabar de inte-
grar la “Nación Purépecha” sobre la base de las experiencias de las autonomías munici-
pales. En el estado de San Luis Potosí, en el área de Pujal-Coy, el gobierno anunció el
17 de mayo de 2005, que de 30 mil ha en disputa, quedan pendientes de regulariza-
ción 3.500. Finalmente, y sólo como ejemplo, la comunidad de Tepoztlán en el estado
de Morelos, después de derrotar un megaproyecto turístico que costó varios muertos, y
de lograr su ejido recuperar tierras en manos de funcionarios, sigue peleando por sus
tierras comunales. Por otra parte, en el estado de México, se destacó, en los últimos
años, la lucha y también victoria de los campesinos de Atenco contra la construcción del
aeropuerto internacional en sus tierras.
OSAL54ANÁLISIS[MOVIMIENTOSCAMPESINOSEINDÍGENASENMÉXICO]
En el sur y sureste encontramos la lucha de los campesinos del estado de Tabasco con-
tra Petróleos Mexicanos para que sean indemnizados por la destrucción ambiental; el
enfrentamiento de los campesinos guerrerenses contra la construcción de presas y el
asesinato de dirigentes ecologistas que defienden los bosques y la defensa contra la pri-
vatización del agua junto con campesinas indígenas mazahuas del estado de México.
Este breve recorrido podría hacerse desde la imagen que el gobierno tiene de los con-
flictos, a través de los 14 “focos rojos” que reconoce, los más de 90 focos amarillos y
los miles de conflictos legales. También puede hacerse desde los objetivos y reivindica-
ciones de los campesinos e indígenas, donde se destacan la lucha interna por la tierra
–tanto individual como colectivamente–, la resistencia ante la privatización de la propie-
dad social y la individuación del manejo parcelado de las mismas –que tiene visos de
ser una “insurrección cívica”–, la presente lucha por la tierra frente a los grandes gana-
deros y propietarios privados, la defensa de los recursos naturales –tanto de las reservas
campesinas y comunales como la lucha en contra de la privatización del agua–, la cons-
trucción de poderes territoriales que coinciden con las luchas municipales o con regio-
nes indígenas, y, algo menos evidente, la construcción de organizaciones independien-
tes frente al gobierno y los partidos políticos.
Vale la pena recuperar, antes de concluir este rápido recuento sobre las luchas por la
tierra, el carácter político que confiere a estos movimientos la insurrección indígena del
EZLN. Para Armando Bartra, los zapatistas y el movimiento indígena agrupado en el CNI
OSAL55[AÑOVINº16ENERO-ABRIL2005]
© Andrés Thomás Conteris
han tomado como estrategia esencialmente de resistencia en la coyuntura actual –pro-
ducto de 500 años de traiciones y engaños– andar el camino de la autonomía frente
a las instituciones del estado para “fortalecer la independencia relativa de las comuni-
dades y las regiones mediante la autoprovisión de bienes y servicios y a través de auto-
gobiernos fincados en usos y costumbres” (Bartra 2005: 86-87). Si bien estamos de
acuerdo en esta caracterización, creemos que deben enfatizarse otros dos elementos.
El primero tiene que ver con la definición explícita del EZLN de las causas que deter-
minaron el levantamiento armado: la contrarreforma agraria hecha por el presidente
Salinas y el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). De ahí se puede
derivar la abierta vocación agrarista del movimiento del EZLN que tiene que ver con la
historia de los pueblos que lo componen y, especialmente, con el enlace de la larga
lucha de los campesinos e indígenas; se trata también de una clara disputa por la his-
toria y los referentes de identidad. Producto directo de la lucha zapatista, y de que a
Chiapas la reforma agraria llegó muy tarde y generó muchos conflictos10
, las invasiones
de tierra por fuerzas y organizaciones no directamente vinculadas al EZLN que se pro-
dujeron entre 1994 y 1998, llevaron a la entrega de tierras a casi 60.000 ha., produc-
to de 2.100 acciones agrarias (García de León, 2002: 63). Esta revolución agraria cam-
bió el panorama de fuerzas en Chiapas; pero la decisión zapatista de posponer la for-
malización de las tierras que tomaron las comunidades que están ligadas a ellos, per-
mitió al gobierno enfrentar campesinos contra campesinos y rodear con un cordón
“social” a los zapatistas. Esta situación ha significado que los paramilitares se organicen
y que hayan llegado a matanzas como la de Acteal; y en general a que se viva una gue-
rra de baja intensidad que tiene como uno de sus ejes la cuestión agraria. Destacan los
conflictos por los desplazados de Chenalhó, los desalojos de campesinos de la reserva
Montes Azules (incluyendo bases zapatistas), las luchas contra la “biopiratería” y por la
defensa de los saberes tradicionales, la confrontación entre finqueros y campesinos en
la zona norte y en la de Los Altos y la confrontación con los cafetaleros de origen ale-
mán para repartir sus latifundios disfrazados.
Es fundamental recordar también que los zapatistas y otras comunidades han construi-
do primero autonomías municipales y posteriormente las Juntas de Buen Gobierno,
donde uno de los temas recurrentes es precisamente el de los conflictos por la tierra,
además de las prácticas diversas de territorialidad. En el marco de la lucha del CNI y otras
fuerzas han sido muy importantes la extensión de las experiencias autonómicas, las insu-
rrecciones municipales, y en el plano de luchas territoriales de mayor alcance, la con-
frontación de diversas organizaciones coordinadas a nivel nacional y centroamericano
contra el Plan Puebla Panamá. Todo esto nos habla de un vivo proceso de construcción
social que, como decíamos al principio, desde el México profundo trae, paradójicamen-
te, las más repetidas y diversas esperanzas de que otro mundo es posible.
OSAL56ANÁLISIS[MOVIMIENTOSCAMPESINOSEINDÍGENASENMÉXICO]
Bibliografía
Bartra, Armando 2004 “De rústicas revueltas” en El nuevo movimiento campesino mexi-
cano (México: Fundación Heberto Castillo).
Bartra, Armando 2005 “Los apocalípticos y los integrados. Indios y campesinos en la encrucija-
da” en León (coord.) Los retos actuales del desarrollo rural (México: UAM-X/Fundación Ford).
Bonfil, Guillermo 1990 (1987) México profundo. Una civilización negada (México:
Grijalbo/CONACULTA).
Concheiro, Luciano y Diego, Roberto 2002 “La madrecita tierra. Entre el corazón campesi-
no y el infierno neoliberal” en Memoria (México) Nº 160, junio.
Dussel, Enrique 1998 “Sentido ético de la rebelión maya de 1994 en Chiapas (Dos ‘Juegos
de lenguaje’)” en Tarrío y Concheiro (coords.) La sociedad frente al mercado (México: La
Jornada/UAM-X).
García de León, Antonio 2002 Fronteras interiores. Chiapas, una modernidad particular
(México: Océano).
Katz, Friedrich 2004 “Un intento único de modernización en México: el régimen de Lázaro
Cárdenas” en Maihold, Günther (comp.) Las modernidades de México. Espacios, proce-
sos, trayectorias (México: Cámara de Diputados/ADLAF/Miguel Ángel Porrúa).
Knight, Alan 2002 “Armas y arcos en el paisaje revolucionario mexicano” en Joseph, Gilbert
y Nugent, Dante (comps.) Aspectos cotidianos de la formación del Estado. La revolución
y la negociación del mando en el México moderno (México: ERA).
López Bárcenas, Francisco; Avendaño, Juan y Espinosa, Oscar 2005 Con la vida en los lin-
deros. Violencia y conflictos agrarios en el Ñuú Savi (México: Derechos Indígenas).
López Monjardín, Adriana 2004a “El campo: de luchas y apuestas” en Rebeldía (México)
Nº 21-22, julio-agosto.
López Monjardín, Adriana 2004b “Los ciudadanos excluidos, la agenda pendiente en los
municipios rurales” en Concheiro, Luciano; Diego, Roberto y Couturier, Patricia (coords.)
Políticas Públicas para el Desarrollo Rural (México: Juan Pablos/UAM-X).
Revelli, Marco 1997 “Crisis del Estado-nación, territorio, nuevas formas de conflicto y socia-
bilidad” en Viento del Sur (México) Nº 11, Invierno.
Robles, Héctor y Concheiro, Luciano 2004 Entre las fábulas y la realidad, los ejidos y
comunidades con población indígena (México: CDI/UAM).
Roux, Rhina 2005 El Príncipe mexicano. Subalternidad, historia y Estado (México: ERA).
Rubio, Blanca (coord.) 2004 El sector agropecuario mexicano frente al nuevo milenio
(México: UNAM/Plaza y Valdés).
Toledo, Víctor Manuel 1999 “El otro zapatismo. Luchas indígenas de inspiración ecológica
en México” en Ecología Política (Barcelona: Icaria) Nº 18.
Toledo, Víctor Manuel 2000 La paz en Chiapas: ecología, luchas indígenas y modernidad
alternativa (México DF: Quinto Sol/UNAM).
Tutino, John 2000 “Comunidad, independencia y nación: las participaciones populares en
las historias de México, Guatemala y Perú” en Reina, leticia (coord.) Los retos de la etnici-
dad en los estados-nación del siglo XXI (México: CIESAS/INI/Miguel Angel Porrúa).
Warman, Arturo 1972 Los campesinos hijos predilectos del régimen (México: Nuestro Tiempo).
OSAL57[AÑOVINº16ENERO-ABRIL2005]
Notas
1 Al respecto, es muy importante el libro que coordinó Blanca Rubio (2004) y el artículo
de Armando Bartra (2004).
2 Por ejemplo: Knigth (2002), Tutino (2000) y Katz (2004).
3 De acuerdo con el tamaño del predio, 50,9% de los ejidatarios tiene predios de 5 ha o
menos, poseen 14,3% de la superficie y una extensión de 2,8 ha en promedio; 25,1% de
los ejidatarios posee predios mayores de 5 y hasta 10 ha, usufructúan 21,2% de la tierra y
el tamaño promedio de sus predios es de 8,4 ha; 20,4% tiene más de 10 y hasta 30 ha,
son dueños de 35,6% de la superficie y el promedio de sus predios es de 17,7 ha; 3,6%
de los ejidatarios, cuyos predios son mayores de 30 ha, tiene parcelas con una extensión
promedio de 78,1 ha y posee 29% de la superficie ejidal parcelada.
4 Procuraduría Agraria, Dirección General de Apoyo al Ordenamiento de la Propiedad Rural,
junio de 2004.
5 Por ejemplo, el 12 de abril de 2005, indígenas y campesinos de 14 ejidos y organizacio-
nes sociales de Jalisco, Michoacán y Colima exigieron que cese en forma inmediata “la ile-
gal imposición del PROCEDE y del PROCECOM en comunidades de la región occidente y
en todo el país”, y advirtieron que en caso de que continúe la política “coactiva” de los
gobiernos federal y locales para obligarlos a incorporarse a estos programas, incrementarán
sus acciones de resistencia civil y acudirán a las instancias internacionales para solicitar la
protección de sus derechos territoriales y autonomía, según fue publicado en La Jornada.
6 Sólo el 4,9% del total de núcleos agrarios ha solicitado el cambio de dominio para
829.000 ha que representan 0,9% del total de la propiedad social según el Registro
Agrario Nacional (RAN), junio de 2004.
7 Sistema Único de Información (SUI) del Tribunal Superior Agrario. Datos al 31 de diciem-
bre de 2004.
8 Informe del Banco Mundial 2005 sobre Pueblos indígenas, pobreza y desarrollo huma-
no en América Latina: 1994-2004.
9 En el período de 1992 a 2000, el número de hogares que recibió remesas en el medio
rural se duplicó, de casi 600 mil a 1,2 millones. De acuerdo con los datos del Banco de
México, durante los últimos diez años el país recibió por el concepto de remesas de los emi-
grantes mexicanos más de 45 mil millones de dólares; durante los dos últimos años, en los
que la emigración ha dado un salto cualitativo (casi se dobló la cantidad de emigrantes y
en estados de poca tradición) fue casi igual a los ingresos por la exportación de petróleo.
10 Del rezago total de expedientes reconocido a nivel nacional en 1992 correspondían a
Chiapas el 28% de los atorados en la Secretaría de Reforma Agraria, es decir 3 mil de los
10.600. Algunos de ellos llevan más de 80 años de “retraso” (García de León, 2002: 61-62).
OSAL58ANÁLISIS[MOVIMIENTOSCAMPESINOSEINDÍGENASENMÉXICO]

More Related Content

What's hot

Movimiento trabajadores rurales sin tierra (mst)power
Movimiento trabajadores rurales sin tierra (mst)powerMovimiento trabajadores rurales sin tierra (mst)power
Movimiento trabajadores rurales sin tierra (mst)powerlunagabriel
 
MST (Origen, Educación e Identidad - Romina Soledad Bada)
MST (Origen, Educación e Identidad - Romina Soledad Bada)MST (Origen, Educación e Identidad - Romina Soledad Bada)
MST (Origen, Educación e Identidad - Romina Soledad Bada)Romina Soledad Bada
 
Movimientos de los sin tierra copia
Movimientos de los sin tierra   copiaMovimientos de los sin tierra   copia
Movimientos de los sin tierra copiamichelle0096
 
Campesinos y Obreros
Campesinos y ObrerosCampesinos y Obreros
Campesinos y Obreroshysb0811
 
Movimiento sin tierras
Movimiento sin tierrasMovimiento sin tierras
Movimiento sin tierrasUPTAEB-Lara
 
Problemas Agrario en Venezuela
Problemas Agrario en VenezuelaProblemas Agrario en Venezuela
Problemas Agrario en VenezuelaAlexlnn
 
El movimiento indígena nacional
El movimiento indígena nacionalEl movimiento indígena nacional
El movimiento indígena nacionalRaul Olmedo Neri
 
El neocolonialismo desangra Guatemala
El neocolonialismo desangra GuatemalaEl neocolonialismo desangra Guatemala
El neocolonialismo desangra GuatemalaCrónicas del despojo
 
Campesinado en la actualidad
Campesinado en la actualidadCampesinado en la actualidad
Campesinado en la actualidadUPTAEB-Lara
 
Desarrollo de la propiedad territorial en venezuela
Desarrollo de la propiedad territorial en venezuelaDesarrollo de la propiedad territorial en venezuela
Desarrollo de la propiedad territorial en venezuelaJosgreny Padilla
 
Nociones Sobre El Derecho Agrario
Nociones Sobre El Derecho AgrarioNociones Sobre El Derecho Agrario
Nociones Sobre El Derecho AgrarioLinaomarvi Camacaro
 
Estudio de casos tipificacion matrices de formacion y formas de resistencia
Estudio de casos tipificacion matrices de formacion y formas de resistenciaEstudio de casos tipificacion matrices de formacion y formas de resistencia
Estudio de casos tipificacion matrices de formacion y formas de resistenciaUPTAEB-Lara
 
Ocupaciones de fincas: La expresión de la histórica concentración de la tierr...
Ocupaciones de fincas: La expresión de la histórica concentración de la tierr...Ocupaciones de fincas: La expresión de la histórica concentración de la tierr...
Ocupaciones de fincas: La expresión de la histórica concentración de la tierr...gabilosa
 
Gob. frei montalva
Gob. frei montalvaGob. frei montalva
Gob. frei montalvaClaudia
 
Movimientos de resistencia indigena en el estado de guerrero
Movimientos de resistencia indigena en el estado de guerreroMovimientos de resistencia indigena en el estado de guerrero
Movimientos de resistencia indigena en el estado de guerreroaxel josue salazar
 
Segundo gobierno Ibáñez
Segundo gobierno IbáñezSegundo gobierno Ibáñez
Segundo gobierno IbáñezClaudia
 

What's hot (20)

Campesinos trabajo
Campesinos trabajoCampesinos trabajo
Campesinos trabajo
 
Movimiento trabajadores rurales sin tierra (mst)power
Movimiento trabajadores rurales sin tierra (mst)powerMovimiento trabajadores rurales sin tierra (mst)power
Movimiento trabajadores rurales sin tierra (mst)power
 
MST (Origen, Educación e Identidad - Romina Soledad Bada)
MST (Origen, Educación e Identidad - Romina Soledad Bada)MST (Origen, Educación e Identidad - Romina Soledad Bada)
MST (Origen, Educación e Identidad - Romina Soledad Bada)
 
Movimientos de los sin tierra copia
Movimientos de los sin tierra   copiaMovimientos de los sin tierra   copia
Movimientos de los sin tierra copia
 
Campesinos y Obreros
Campesinos y ObrerosCampesinos y Obreros
Campesinos y Obreros
 
Movimiento sin tierras
Movimiento sin tierrasMovimiento sin tierras
Movimiento sin tierras
 
Movimientos rurales
Movimientos ruralesMovimientos rurales
Movimientos rurales
 
Problemas Agrario en Venezuela
Problemas Agrario en VenezuelaProblemas Agrario en Venezuela
Problemas Agrario en Venezuela
 
El movimiento indígena nacional
El movimiento indígena nacionalEl movimiento indígena nacional
El movimiento indígena nacional
 
El neocolonialismo desangra Guatemala
El neocolonialismo desangra GuatemalaEl neocolonialismo desangra Guatemala
El neocolonialismo desangra Guatemala
 
Campesinado en la actualidad
Campesinado en la actualidadCampesinado en la actualidad
Campesinado en la actualidad
 
Desarrollo de la propiedad territorial en venezuela
Desarrollo de la propiedad territorial en venezuelaDesarrollo de la propiedad territorial en venezuela
Desarrollo de la propiedad territorial en venezuela
 
Presentación1
Presentación1Presentación1
Presentación1
 
Nociones Sobre El Derecho Agrario
Nociones Sobre El Derecho AgrarioNociones Sobre El Derecho Agrario
Nociones Sobre El Derecho Agrario
 
Estudio de casos tipificacion matrices de formacion y formas de resistencia
Estudio de casos tipificacion matrices de formacion y formas de resistenciaEstudio de casos tipificacion matrices de formacion y formas de resistencia
Estudio de casos tipificacion matrices de formacion y formas de resistencia
 
Ocupaciones de fincas: La expresión de la histórica concentración de la tierr...
Ocupaciones de fincas: La expresión de la histórica concentración de la tierr...Ocupaciones de fincas: La expresión de la histórica concentración de la tierr...
Ocupaciones de fincas: La expresión de la histórica concentración de la tierr...
 
Agrario
AgrarioAgrario
Agrario
 
Gob. frei montalva
Gob. frei montalvaGob. frei montalva
Gob. frei montalva
 
Movimientos de resistencia indigena en el estado de guerrero
Movimientos de resistencia indigena en el estado de guerreroMovimientos de resistencia indigena en el estado de guerrero
Movimientos de resistencia indigena en el estado de guerrero
 
Segundo gobierno Ibáñez
Segundo gobierno IbáñezSegundo gobierno Ibáñez
Segundo gobierno Ibáñez
 

Similar to Movimientos campesinos lucha por la tierra l concheiro

Desarrollo ¿Para qué y para quién?: Los sujetos y el objeto del desarrollo
Desarrollo ¿Para qué y para quién?: Los sujetos y el objeto del desarrolloDesarrollo ¿Para qué y para quién?: Los sujetos y el objeto del desarrollo
Desarrollo ¿Para qué y para quién?: Los sujetos y el objeto del desarrolloCrónicas del despojo
 
Foro reconciliacion uco
Foro reconciliacion ucoForo reconciliacion uco
Foro reconciliacion ucocomunicarlos
 
Cultura popular héctor rosales copia
Cultura popular héctor rosales   copiaCultura popular héctor rosales   copia
Cultura popular héctor rosales copiaalbertomorenour
 
El levantamiento índigena de 1994
El levantamiento índigena de 1994El levantamiento índigena de 1994
El levantamiento índigena de 1994Hostmaro Guevara
 
Articulo migraciòn unam
Articulo migraciòn unamArticulo migraciòn unam
Articulo migraciòn unamdrbirkin
 
Articulo migraciòn unam
Articulo migraciòn unamArticulo migraciòn unam
Articulo migraciòn unamisrra11
 
Economia modernizacion del ejido maria
Economia modernizacion del ejido mariaEconomia modernizacion del ejido maria
Economia modernizacion del ejido mariaalejandra alvarez cruz
 
Ricardo Flores Magon, el apostol de la revolucion - Santillan
Ricardo Flores Magon, el apostol de la revolucion  - SantillanRicardo Flores Magon, el apostol de la revolucion  - Santillan
Ricardo Flores Magon, el apostol de la revolucion - SantillanN SinApellido
 
Magazín Páginas De Nuestramérica 2
Magazín  Páginas De  Nuestramérica 2Magazín  Páginas De  Nuestramérica 2
Magazín Páginas De Nuestramérica 2Magazín Páginas
 
MagazíN PáGinas De NuestraméRica 2
MagazíN PáGinas De NuestraméRica 2MagazíN PáGinas De NuestraméRica 2
MagazíN PáGinas De NuestraméRica 2neuropensamiento
 

Similar to Movimientos campesinos lucha por la tierra l concheiro (20)

18 barot
18 barot18 barot
18 barot
 
Desarrollo ¿Para qué y para quién?: Los sujetos y el objeto del desarrollo
Desarrollo ¿Para qué y para quién?: Los sujetos y el objeto del desarrolloDesarrollo ¿Para qué y para quién?: Los sujetos y el objeto del desarrollo
Desarrollo ¿Para qué y para quién?: Los sujetos y el objeto del desarrollo
 
Nuevo movimiento campesino ecológico foro 246[1]
Nuevo movimiento campesino ecológico foro 246[1]Nuevo movimiento campesino ecológico foro 246[1]
Nuevo movimiento campesino ecológico foro 246[1]
 
Foro 246[1]
Foro 246[1]Foro 246[1]
Foro 246[1]
 
11503205
1150320511503205
11503205
 
Derechos humanos
Derechos humanosDerechos humanos
Derechos humanos
 
Aunque no lo crean ahora
Aunque no lo crean ahoraAunque no lo crean ahora
Aunque no lo crean ahora
 
Foro reconciliacion uco
Foro reconciliacion ucoForo reconciliacion uco
Foro reconciliacion uco
 
El campo no aguanta más zapatismo cap
El campo no aguanta más zapatismo capEl campo no aguanta más zapatismo cap
El campo no aguanta más zapatismo cap
 
30
3030
30
 
Cultura popular héctor rosales copia
Cultura popular héctor rosales   copiaCultura popular héctor rosales   copia
Cultura popular héctor rosales copia
 
El levantamiento índigena de 1994
El levantamiento índigena de 1994El levantamiento índigena de 1994
El levantamiento índigena de 1994
 
Articulo migraciòn unam
Articulo migraciòn unamArticulo migraciòn unam
Articulo migraciòn unam
 
Articulo migraciòn unam
Articulo migraciòn unamArticulo migraciòn unam
Articulo migraciòn unam
 
014527
014527014527
014527
 
Semana nacional de la indignación
Semana nacional de la indignaciónSemana nacional de la indignación
Semana nacional de la indignación
 
Economia modernizacion del ejido maria
Economia modernizacion del ejido mariaEconomia modernizacion del ejido maria
Economia modernizacion del ejido maria
 
Ricardo Flores Magon, el apostol de la revolucion - Santillan
Ricardo Flores Magon, el apostol de la revolucion  - SantillanRicardo Flores Magon, el apostol de la revolucion  - Santillan
Ricardo Flores Magon, el apostol de la revolucion - Santillan
 
Magazín Páginas De Nuestramérica 2
Magazín  Páginas De  Nuestramérica 2Magazín  Páginas De  Nuestramérica 2
Magazín Páginas De Nuestramérica 2
 
MagazíN PáGinas De NuestraméRica 2
MagazíN PáGinas De NuestraméRica 2MagazíN PáGinas De NuestraméRica 2
MagazíN PáGinas De NuestraméRica 2
 

More from José Angel Alvarez Quiñones

More from José Angel Alvarez Quiñones (20)

Carta abierta a amlo: Sobre la Rifa del Tigre.
 Carta abierta a amlo: Sobre la Rifa del Tigre.  Carta abierta a amlo: Sobre la Rifa del Tigre.
Carta abierta a amlo: Sobre la Rifa del Tigre.
 
Carta abierta a AMLO
Carta abierta a AMLOCarta abierta a AMLO
Carta abierta a AMLO
 
La Desconocida Masacre de Rubén Jaramillo
La Desconocida Masacre de Rubén JaramilloLa Desconocida Masacre de Rubén Jaramillo
La Desconocida Masacre de Rubén Jaramillo
 
Tema05
Tema05Tema05
Tema05
 
Spenser 56a
Spenser 56aSpenser 56a
Spenser 56a
 
Organización
OrganizaciónOrganización
Organización
 
Mx ponencia copy
Mx ponencia copyMx ponencia copy
Mx ponencia copy
 
Mx ponencia
Mx ponenciaMx ponencia
Mx ponencia
 
Lucha agraria cap cnc
Lucha agraria cap cncLucha agraria cap cnc
Lucha agraria cap cnc
 
La ugocp en oaxaca de mal en peor
La ugocp en oaxaca de mal en peorLa ugocp en oaxaca de mal en peor
La ugocp en oaxaca de mal en peor
 
Historia agraria
Historia agrariaHistoria agraria
Historia agraria
 
Hgm reforma agraria
Hgm reforma agrariaHgm reforma agraria
Hgm reforma agraria
 
Gomez jara el bonapartismo en gro
Gomez jara el bonapartismo en groGomez jara el bonapartismo en gro
Gomez jara el bonapartismo en gro
 
Ezln
EzlnEzln
Ezln
 
Expo01 biovea 13 20
Expo01 biovea 13 20Expo01 biovea 13 20
Expo01 biovea 13 20
 
Esem1 f02
Esem1 f02Esem1 f02
Esem1 f02
 
Escritossobreche0223[1]
Escritossobreche0223[1]Escritossobreche0223[1]
Escritossobreche0223[1]
 
Cur ma isabel_palacios
Cur ma isabel_palaciosCur ma isabel_palacios
Cur ma isabel_palacios
 
Cuaderno investigacion alonso
Cuaderno investigacion alonsoCuaderno investigacion alonso
Cuaderno investigacion alonso
 
Compañeros ugocepitas de corazón verdadero
Compañeros ugocepitas de corazón verdaderoCompañeros ugocepitas de corazón verdadero
Compañeros ugocepitas de corazón verdadero
 

Movimientos campesinos lucha por la tierra l concheiro

  • 1. Concheiro Bórquez, Luciano. Movimientos campesinos e indígenas en México : la lucha por la tierra / Luciano Concheiro Bórquez, Sergio Grajales Ventura . En: OSAL : Observatorio Social de América Latina. Año 6 no. 16 (jun. 2005- ). Buenos Aires : CLACSO, 2005- . -- ISSN 1515-3282 Disponible en:http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/osal/osal16/AC16CBorquezGVentura.pdf Red de Bibliotecas Virtuales de Ciencias Sociales de América Latina y el Caribe de la Red CLACSO http://www.clacso.org.ar/biblioteca biblioteca@clacso.edu.ar
  • 2. Movimientos campesinos e indígenas en México: la lucha por la tierra Luciano Concheiro Bórquez* y Sergio Grajales Ventura** Cuando menos se les espera... llegan. Ni siquiera están invitados y más bien están excluidos de la nueva mesa. Ellos, que fueron “los hijos predilectos del régi- men” (Warman, 1972), el centro del pacto nacional surgido de la Revolución Mexicana de principios del siglo XX (Roux, 2005), los que fueron nacidos para enterrarlos varias veces por decreto a nombre de la modernización, resurgen del “México profundo” (Bonfil, 1990) en oleadas incesantes de resistencia, con sus revueltas y movimientos para persistir cam- biando, construyendo discursos que dan pinceladas a los frescos de modernidades alternativas, confrontan- do estrategias que se debaten entre las viejas formas de hacer política y formas que ensayan a ser partici- pativas e incluyentes. Para el poder, se han convertido en una incómoda realidad. Los campesinos e indíge- nas llegan cada vez más a menudo cargados de espe- jos que reflejan a la sociedad en su conjunto, vienen con la memoria de las multitudes varias y también con visiones de futuro mucho más convincentes y OSAL47[AÑOVINº16ENERO-ABRIL2005] * Jefe del Área de Investigación “Economía Agraria, Desarrollo Rural y Campesinado” del Departamento de Producción Económica (DP E) de la Universidad Autónoma Metropolitana unidad Xochimilco (UAM-X). * * Integrante del Área de Investigación “Economía Agraria, Desarrollo Rural y Campesinado” del DP E de la UAM-X.
  • 3. humanas que se sitúan frente por frente al “fin de la his- toria” de los hacedores de políticas autoritarias verticales que excluyen a la gran mayoría. Guiados por el reencuentro con el anhelo de un mundo mejor, el calidoscopio de actores y sujetos sociales del mundo rural mexicano se aferra a discursos, propuestas y prácticas que se multiplican. La marejada más profunda proviene de “los sin nombre… los sin rostro”; entre ellos se destaca el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) que se alzó en armas hace poco más de una década luchando por la tierra, la democracia, la libertad, la dignidad y una fraternidad que en su andar busca abrirle los ojos al mundo para parar la barbarie del capital, y en donde los muchos mundos quepan en un mundo con sus diferencias, donde los “nosotros”, los “todos somos indios”, puedan regirse por sus usos y costumbres, en sus territorios, de forma autónoma (ver Dussel, 1998). También las comunidades indígenas zapatistas y un movi- miento que se reconoce a sí mismo como indígena, que vertiginosamente se hizo nacional y global, han seguido presentes en el escenario, primero con su voz y después con el silencio; con su lucha evidenciaron la falta de com- promiso del Estado con los Acuerdos que fueron firmados en el poblado de San Andrés sobre autogobierno, muni- cipio libre y cultura indígenas. En un ensayo de nuevos pactos entre los actores sociales, en este caso los pueblos indígenas y la Nación, las cosas, por culpa directa de la lla- mada “clase política”, llegaron a un callejón que por el momento no parece tener una salida. Los ecos nacionales del zapatismo perdieron presencia, y el organismo inspirado por sus luchas y discurso, el Consejo Nacional Indígena (CNI), se refugió en cada región, al lado y a veces enfrente de otras organizaciones como la Asamblea Nacional Plural por la Autonomía (ANIPA), la cual prosiguió el camino de las alianzas políticas con los partidos y la lucha en los ámbitos nacional e internacional por el reconocimiento de los derechos indígenas. OSAL48ANÁLISIS[MOVIMIENTOSCAMPESINOSEINDÍGENASENMÉXICO] “Esta lucha incesante que busca el poder local para la defensa de la tierra y sus recursos naturales, poco a poco ha ido dibujando procesos de autonomías municipales, regionales, de pueblos indígenas específicos y en general de distintas prácticas de territorialidad”
  • 4. Para los pueblos indígenas, la lucha por la tierra, por la “madrecita tierra” (Concheiro y Diego, 2002), representa el fundamento material y simbólico de su existencia, que si bien tiene una larga trayectoria de más de 500 años, actualmente se ha proyectado en una abierta insurrección municipal que desde mediados de los años ochenta del siglo XX llegó a tomar violentamente uno de cada diez municipios de menos de 5 mil habi- tantes (López Monjardín, 2004b). Esta lucha incesante que busca el poder local para la defensa de la tierra y sus recursos naturales, poco a poco ha ido dibujando procesos de autonomías municipales, regionales, de pueblos indígenas específicos y en general de distintas prácticas de territorialidad que recomponen, en el marco de la disputa con el gran capital y el Estado, parte del espacio rural mexicano. También entre los remolinos de aparente resaca de la marejada indígena, se destacan las movilizaciones y el movimiento social de los campesinos productores de mercado, denominado El Campo No Aguanta Más. Las oleadas desde principios de este siglo vinieron de muchos lados, enriquecieron las luces que alimentaban el calidoscopio social; los primeros fueron los maiceros, seguidos de frijoleros, sorgueros, cañeros, piñe- ros, cafeticultores, ganaderos, que en sus reclamos y demandas específicas se fueron entretejiendo para enfrentar las políticas neoliberales, hasta acabar definiendo lo que puede llamarse un programa político en defensa de sus productos pero en lucha por la soberanía y la autosuficiencia alimentaria1 . La lucha económica adquirió así un claro sen- tido territorial; la agenda agraria de lucha por la tierra volvió a posicionarse, la perspecti- va ambiental se convirtió en un claro referente y ambas se extendieron a la defensa del mercado interno y a las propuestas de desarrollo ecológicamente sustentable y cultural- mente compatible. Producto directo de las luchas sociales y políticas de las masas rurales –que se enmarcan en los efectos que tiene la mundialización sobre la reestructuración espacial del dominio del capital (Revelli, 1997)– la lucha por la tierra se ha transformado. Hoy representa, para los campesinos e indígenas de México, desde la disputa (interna y externa) del medio de producción básico para la economía campesina y su resemantización como referente sim- bólico de las identidades étnicas; pasando por su adjetivación en las prácticas de territoria- lidad, del llamado “ecologismo campesino” (Toledo, 1999: 11-22; 2000: 256) y la dispu- ta por el poder espacialmente referido; hasta la base de un ejercicio horizontal de la demo- cracia directa y del despliegue de las autonomías indígenas y municipales. Reforma y contrarreforma agraria Antes de trazar un mapa de los movimientos actuales en la lucha por la tierra de los cam- pesinos e indígenas en México es importante recuperar, aunque sea brevemente, la OSAL49[AÑOVINº16ENERO-ABRIL2005]
  • 5. perspectiva histórica de los mismos sobre todo si consideramos que la memoria es un componente clave en la identidad de estos movimientos. La estructura agraria en el México contemporáneo es el resultado de una persistente lucha de los pueblos originarios por el reconocimiento de sus tierras. Desde nuestro punto de vista, esta historia de “larga duración” conformó las regiones y la particular geo- grafía política de este país. La Revolución Mexicana (1910-1940) es uno de los episo- dios más intensos y definitorios de esta lucha. Representa para muchos estudiosos2 , un conjunto de revueltas agrarias que repartió tierras en plena insurrección armada, logró la Ley Agraria de 1915 y el pacto social fundante del estado mexicano que se expresa bási- camente en el artículo 27 de la Constitución de 1917 que creó la posibilidad de un reparto agrario, primero a los pueblos y luego a los individuos organizados, generando la llamada “propiedad social” compuesta por ejidos y comunidades agrarias. La reforma agraria en México abarca, entonces, nada menos que 77 años, hasta que en 1992 se impuso una contrarreforma que declaró el fin del reparto agrario, la necesidad de dar “seguridad en la tenencia de la tierra” (por medio de un programa de certifica- ción y medición de las tierras ejidales y comunales) y la posibilidad de privatizar la pro- piedad social de los ejidos. Las dimensiones del reparto agrario en México son muy importantes: el 53,9% de la superficie nacional (101.583.972 ha, más de un millón de kilómetros cuadrados) son propiedad social. Si a esta superficie le sumamos las dota- ciones que están en trámite, los ejidos y comunidades abarcan 103 millones de ha. De estas, sólo el 31% corresponde a la superficie parcelada, en tanto que el 66,3% ha sido declarado por los propios sujetos agrarios, “tierras de uso común”, y el porcentaje res- tante corresponde a solares urbanos y parcelas con destino específico (para escuelas, unidades agroindustriales, etcétera). No obstante, el reparto fue heterogéneo y existe una marcada desigualdad en la distribución de la tierra, primando el minifundismo3 . El conjunto de los sujetos agrarios en la propiedad social es casi de 4,5 millones conside- rando además de los ejidatarios y comuneros a los posesionarios y a los avecindados; frente a 1.800.000 propietarios privados, también en su inmensa mayoría parvifundis- tas, sobre 25 millones que viven en el medio rural. Fuente: DGEP-PA con datos del Registro Agrario Nacional al mes de junio de 2004. ª No incluye 443 ejidos y 210 comunidades que por diversas causas no han sido ejecutados. OSAL50ANÁLISIS[MOVIMIENTOSCAMPESINOSEINDÍGENASENMÉXICO] Estructura agraria por tipo de tenencia de la tierra Tenencia Número de núcleos Número Predios Superficie agrarios ejecutadosª de beneficiados Hectáreas % Ejidal 28.540 3.447.941 84.522.909 45,7 Comunal 2.194 675.631 17.061.063 9,2 Colonias 650 55.448 3.638.338 2,0 Privada 1.654.365 73.306.041 39,6 Terrenos nacionales 147.019 6.585.121 3,6
  • 6. En cuanto a los ejidos y comunidades con población indígena, estos representan el 22,9% del conjunto de los núcleos agrarios, son dueños del 28% de los bosques tem- plados y de la mitad de las selvas que existen en propiedad social. Si tomamos en cuen- ta que los indígenas representan entre el 10 y 12% de la población total del país (de 10 a 12 millones), podemos decir que tienen un mayor peso relativo en la propiedad social (Robles y Concheiro, 2004). A esto se agrega que hay cerca de 100 pueblos indí- genas de 62 etnias diferentes, en un país de megadiversidad biológica (entre los cuatro más diversos del mundo) y que la población indígena en México representa la cuarta parte de la población originaria en nuestro continente, lo que hace que la presencia de los pueblos indígenas sea muy relevante, como analizaremos más adelante. Otras dos características importantes son el envejecimiento de los ejidatarios y comune- ros (la edad promedio es de 55 años, 62,9% supera los 50 y 31,7% tiene más de 65) y un marcado y acelerado proceso de feminización. En 1970 sólo 1,3% de los sujetos con derecho a la tierra eran mujeres y para enero de 2004 pasaron a ser más del 18%4 . Relacionado con la antigüedad de la reforma agraria, el consecuente envejecimiento de los sujetos, la feminización y la forma de acceso a la tierra, actualmente es relevante que menos de la quinta parte de los ejidatarios haya recibido la tierra por medio del reparto, OSAL51[AÑOVINº16ENERO-ABRIL2005] © Andrés Thomás Conteris
  • 7. lo que significa que son ejidatarios de segunda y tercera generación, lo que permite supo- ner que le imprimen un significado distinto a su relación con la tierra. La contrarreforma agraria, si bien ha impuesto el Programa de Certificación de Derechos Ejidales (PROCEDE) y el Programa de Certificación en Comunidades (PROCECOM) en aproximadamente 82,9% del total de los núcleos agrarios de todo el país, sólo ha medi- do 69,1 millones de hectáreas y certificado y titulado los derechos sobre las mismas de 3.547.001 ejidatarios, comuneros, posesionarios y avecindados5 . Se suponía que este era el primer paso para la privatización de la propiedad social. Sin embargo, el fracaso de esta política se manifiesta en dos datos: de la superficie certificada, el 66,3% ha sido declarada en asambleas tierras de uso común, lo que entre otras cosas las saca del mercado; y la pri- vatización de la propiedad social –un derecho incorporado en la nueva legislación agraria– es, después de 13 años de contrarreforma, un fenómeno restringido y marginal6 . Estos dos datos evidencian una fuerte y profunda resistencia del llamado sector social frente a los embates neoliberales; que es aún más relevante si se considera que las dos terceras par- tes de los campesinos organizados se encuentran en instituciones corporativas, la mayoría pertenecientes al Partido Revolucionario Institucional (PRI), el antes “partido oficial” y en el incipiente, aunque debatido, corporativismo del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y el actual partido en el gobierno (Partido Acción Nacional, PAN). Conflictividad agraria y condiciones actuales de la lucha por la tierra La contrarreforma agraria de 1992, si bien fracasó en cuanto a la privatización de la tie- rra del sector social y tampoco ha podido destruir las redes sociales largamente tejidas por casi ocho décadas de reforma agraria y el despliegue de la ideología agrarista, ha tenido no obstante un fuerte efecto en el incremento de la conflictividad agraria en el interior de los ejidos y comunidades, entre núcleos agrarios y entre estos y los propieta- rios privados. A nivel nacional, desde 1992 hasta fines del año pasado, las controversias agrarias recibidas por la Procuraduría Agraria alcanzaron la cifra de 671.839 asuntos. El primer lugar, con casi dos tercios del total, lo ocuparon las controversias individuales de los sujetos agrarios; en segundo término las que ocurren entre sujetos agrarios y órga- nos del núcleo de población; y en tercer orden las que involucran derechos de los núcle- os de población agrarios que se refieren a conflictos por límites entre ejidos y por lími- tes con terrenos de propietarios privados7 . Desde el punto de vista histórico, durante los últimos doce años, se destacan los conflic- tos durante 1994 y los dos años siguientes –reflejo del movimiento zapatista–; y también resalta el trienio 2001-2003, aunque la tendencia hacia el alza empieza desde 1998. Si a esta información agregamos la crisis estructural del conjunto del sector agropecuario OSAL52ANÁLISIS[MOVIMIENTOSCAMPESINOSEINDÍGENASENMÉXICO]
  • 8. (Rubio, 2004), el creciente empobrecimiento8 , la presión demográfica, la migración9 y las formas mediante las cua- les los hijos de ejidatarios acceden a la tierra, puede decir- se que estamos ante una trágica guerra fraticida en el seno de los ejidos y comunidades en un ambiente de “tierra arrasada” por la crisis y la emigración (“fuga”), especial- mente de los jóvenes, hacia Estados Unidos. Otro aspecto que se destaca es que en los ejidos y comu- nidades indígenas y aún en los núcleos agrarios que no han sido certificados y entre los propietarios privados, la conflictividad es muy similar, lo que nos lleva a pensar que el carácter de esta confrontación refiere a causas en que poco tienen que ver los aspectos jurídicos o legales. Podemos decir, como lo señalan también otros investiga- dores (López Bársenas, Avendaño y Espinosa, 2005), que un elemento que resalta es que la mayoría de los conflic- tos no logran resolverse en los tribunales, expresión de una desconfianza generalizada de “lo legal” hablaría de una crisis de hegemonía. Oaxaca, uno de los estados con mayor población indíge- na del país, concentra varias movilizaciones y enfrenta- mientos abiertos por la tierra y los territorios indígenas. Como ejemplo de esto podemos mencionar la lucha de los ejidatarios de San Pedro Yosotato por recuperar 400 ha que les fueron invadidas por un ejido vecino desde 1976, conflicto que ha generado varios muertos a pesar de estar “resuelto” en términos legales (López Bársenas, Avendaño y Espinosa, 2005). También, el conflicto agrario entre los ejidatarios de Santo Domingo Teojomulco y San Lorenzo Texmelucan, en la sierra sur de Oaxaca, que tiene antecedentes desde el siglo XIX y que ocasionó la muer- te de tres campesinos en abril pasado –con lo que suman aproximadamente 700 decesos en esa zona– y que tam- bién cuenta con una sentencia definitiva del Tribunal Agrario desde 1999 que no ha sido ejecutada. Asimismo, en el mes de abril, se produjo un enfrentamiento entre militantes del Frente Amplio de Lucha Popular (FALP), el Frente Popular Revolucionario (FPR) y la Unión de OSAL53[AÑOVINº16ENERO-ABRIL2005] “La contrarreforma agraria de 1992, si bien fracasó en cuanto a la privatización de la tierra del sector social [...] ha tenido no obstante un fuerte efecto en el incremento de la conflictividad agraria en el interior de los ejidos y comunidades, entre núcleos agrarios y entre estos y los propietarios privados”
  • 9. Campesinos Pobres (UCP), por un predio en la ranchería Cerro Hermoso del municipio de San Pedro Tututepec, que dejó un saldo de dos muertos y ocho detenidos. Asimismo, entre los casos más sonados, se encuentra el de los chimalapas porque incluye una de las selvas vírgenes más importantes, una reserva ecológica campesina enfrentada a una reserva “oficial”, diversos grupos de ejidatarios y comuneros indígenas y mestizos enfren- tados a grandes ganaderos que invadieron sus tierras y un problema de límites entre el estado de Oaxaca y el de Chiapas. Este largo conflicto revivió con fuerza ya que, a prin- cipios de 2005, 150 personas armadas, procedentes de los estados de Chiapas y Veracruz, re-invadieron, a pesar de haber sido ya indemnizados, la porción noreste del territorio Comunal de Santa María Chimalapa, zona de muy alta biodiversidad, decreta- da por la propia comunidad en 1994 “Área de Conservación y Manejo Comunal”. Los invasores fueron expulsados, pero siguen amenazando a los indios chimalapas y zoques. En la zona del Istmo de Tehuantepec, del mismo estado de Oaxaca, a viejos enfrenta- mientos de más de 40 años por los límites entre las comunidades agrarias de San Dionisio del Mar, Niltepec y Unión Hidalgo y la falta de reconocimiento gubernamental de las figuras asociativas amparadas en el derecho indígena tradicional, se suma la vora- cidad en la ilegalidad de la renta de terrenos ejidales y comunales por parte de las empresas inductoras de un proyecto eólico conocido como Parque Eólico del Istmo, sin mediar consulta con los pueblos indígenas. Las luchas municipales en Oaxaca, que cuen- ta con más de un quinto de todos los municipios del país, a pesar de contar con una ley que permite elecciones por el sistema de usos y costumbres, son muy importantes; al igual que la defensa de los territorios y comunidades indígenas contra megaproyectos turísticos como el de las Bahías de Huatulco. En el norte y centro del país destacan, en este año, la lucha de los indígenas tepehua- nos del estado de Durango que, amparados en títulos virreinales emitidos durante el siglo XVIII, pretenden recuperar más de 120 mil ha que están en posesión de ejidatarios y pequeños propietarios rurales de Valparaíso, Zacatecas y Huejuquilla el Alto, Jalisco. En el estado de Michoacán, sólo en la zona de los indígenas purépechas existen más de 60 conflictos por tenencia de la tierra y un importante planteamiento para acabar de inte- grar la “Nación Purépecha” sobre la base de las experiencias de las autonomías munici- pales. En el estado de San Luis Potosí, en el área de Pujal-Coy, el gobierno anunció el 17 de mayo de 2005, que de 30 mil ha en disputa, quedan pendientes de regulariza- ción 3.500. Finalmente, y sólo como ejemplo, la comunidad de Tepoztlán en el estado de Morelos, después de derrotar un megaproyecto turístico que costó varios muertos, y de lograr su ejido recuperar tierras en manos de funcionarios, sigue peleando por sus tierras comunales. Por otra parte, en el estado de México, se destacó, en los últimos años, la lucha y también victoria de los campesinos de Atenco contra la construcción del aeropuerto internacional en sus tierras. OSAL54ANÁLISIS[MOVIMIENTOSCAMPESINOSEINDÍGENASENMÉXICO]
  • 10. En el sur y sureste encontramos la lucha de los campesinos del estado de Tabasco con- tra Petróleos Mexicanos para que sean indemnizados por la destrucción ambiental; el enfrentamiento de los campesinos guerrerenses contra la construcción de presas y el asesinato de dirigentes ecologistas que defienden los bosques y la defensa contra la pri- vatización del agua junto con campesinas indígenas mazahuas del estado de México. Este breve recorrido podría hacerse desde la imagen que el gobierno tiene de los con- flictos, a través de los 14 “focos rojos” que reconoce, los más de 90 focos amarillos y los miles de conflictos legales. También puede hacerse desde los objetivos y reivindica- ciones de los campesinos e indígenas, donde se destacan la lucha interna por la tierra –tanto individual como colectivamente–, la resistencia ante la privatización de la propie- dad social y la individuación del manejo parcelado de las mismas –que tiene visos de ser una “insurrección cívica”–, la presente lucha por la tierra frente a los grandes gana- deros y propietarios privados, la defensa de los recursos naturales –tanto de las reservas campesinas y comunales como la lucha en contra de la privatización del agua–, la cons- trucción de poderes territoriales que coinciden con las luchas municipales o con regio- nes indígenas, y, algo menos evidente, la construcción de organizaciones independien- tes frente al gobierno y los partidos políticos. Vale la pena recuperar, antes de concluir este rápido recuento sobre las luchas por la tierra, el carácter político que confiere a estos movimientos la insurrección indígena del EZLN. Para Armando Bartra, los zapatistas y el movimiento indígena agrupado en el CNI OSAL55[AÑOVINº16ENERO-ABRIL2005] © Andrés Thomás Conteris
  • 11. han tomado como estrategia esencialmente de resistencia en la coyuntura actual –pro- ducto de 500 años de traiciones y engaños– andar el camino de la autonomía frente a las instituciones del estado para “fortalecer la independencia relativa de las comuni- dades y las regiones mediante la autoprovisión de bienes y servicios y a través de auto- gobiernos fincados en usos y costumbres” (Bartra 2005: 86-87). Si bien estamos de acuerdo en esta caracterización, creemos que deben enfatizarse otros dos elementos. El primero tiene que ver con la definición explícita del EZLN de las causas que deter- minaron el levantamiento armado: la contrarreforma agraria hecha por el presidente Salinas y el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). De ahí se puede derivar la abierta vocación agrarista del movimiento del EZLN que tiene que ver con la historia de los pueblos que lo componen y, especialmente, con el enlace de la larga lucha de los campesinos e indígenas; se trata también de una clara disputa por la his- toria y los referentes de identidad. Producto directo de la lucha zapatista, y de que a Chiapas la reforma agraria llegó muy tarde y generó muchos conflictos10 , las invasiones de tierra por fuerzas y organizaciones no directamente vinculadas al EZLN que se pro- dujeron entre 1994 y 1998, llevaron a la entrega de tierras a casi 60.000 ha., produc- to de 2.100 acciones agrarias (García de León, 2002: 63). Esta revolución agraria cam- bió el panorama de fuerzas en Chiapas; pero la decisión zapatista de posponer la for- malización de las tierras que tomaron las comunidades que están ligadas a ellos, per- mitió al gobierno enfrentar campesinos contra campesinos y rodear con un cordón “social” a los zapatistas. Esta situación ha significado que los paramilitares se organicen y que hayan llegado a matanzas como la de Acteal; y en general a que se viva una gue- rra de baja intensidad que tiene como uno de sus ejes la cuestión agraria. Destacan los conflictos por los desplazados de Chenalhó, los desalojos de campesinos de la reserva Montes Azules (incluyendo bases zapatistas), las luchas contra la “biopiratería” y por la defensa de los saberes tradicionales, la confrontación entre finqueros y campesinos en la zona norte y en la de Los Altos y la confrontación con los cafetaleros de origen ale- mán para repartir sus latifundios disfrazados. Es fundamental recordar también que los zapatistas y otras comunidades han construi- do primero autonomías municipales y posteriormente las Juntas de Buen Gobierno, donde uno de los temas recurrentes es precisamente el de los conflictos por la tierra, además de las prácticas diversas de territorialidad. En el marco de la lucha del CNI y otras fuerzas han sido muy importantes la extensión de las experiencias autonómicas, las insu- rrecciones municipales, y en el plano de luchas territoriales de mayor alcance, la con- frontación de diversas organizaciones coordinadas a nivel nacional y centroamericano contra el Plan Puebla Panamá. Todo esto nos habla de un vivo proceso de construcción social que, como decíamos al principio, desde el México profundo trae, paradójicamen- te, las más repetidas y diversas esperanzas de que otro mundo es posible. OSAL56ANÁLISIS[MOVIMIENTOSCAMPESINOSEINDÍGENASENMÉXICO]
  • 12. Bibliografía Bartra, Armando 2004 “De rústicas revueltas” en El nuevo movimiento campesino mexi- cano (México: Fundación Heberto Castillo). Bartra, Armando 2005 “Los apocalípticos y los integrados. Indios y campesinos en la encrucija- da” en León (coord.) Los retos actuales del desarrollo rural (México: UAM-X/Fundación Ford). Bonfil, Guillermo 1990 (1987) México profundo. Una civilización negada (México: Grijalbo/CONACULTA). Concheiro, Luciano y Diego, Roberto 2002 “La madrecita tierra. Entre el corazón campesi- no y el infierno neoliberal” en Memoria (México) Nº 160, junio. Dussel, Enrique 1998 “Sentido ético de la rebelión maya de 1994 en Chiapas (Dos ‘Juegos de lenguaje’)” en Tarrío y Concheiro (coords.) La sociedad frente al mercado (México: La Jornada/UAM-X). García de León, Antonio 2002 Fronteras interiores. Chiapas, una modernidad particular (México: Océano). Katz, Friedrich 2004 “Un intento único de modernización en México: el régimen de Lázaro Cárdenas” en Maihold, Günther (comp.) Las modernidades de México. Espacios, proce- sos, trayectorias (México: Cámara de Diputados/ADLAF/Miguel Ángel Porrúa). Knight, Alan 2002 “Armas y arcos en el paisaje revolucionario mexicano” en Joseph, Gilbert y Nugent, Dante (comps.) Aspectos cotidianos de la formación del Estado. La revolución y la negociación del mando en el México moderno (México: ERA). López Bárcenas, Francisco; Avendaño, Juan y Espinosa, Oscar 2005 Con la vida en los lin- deros. Violencia y conflictos agrarios en el Ñuú Savi (México: Derechos Indígenas). López Monjardín, Adriana 2004a “El campo: de luchas y apuestas” en Rebeldía (México) Nº 21-22, julio-agosto. López Monjardín, Adriana 2004b “Los ciudadanos excluidos, la agenda pendiente en los municipios rurales” en Concheiro, Luciano; Diego, Roberto y Couturier, Patricia (coords.) Políticas Públicas para el Desarrollo Rural (México: Juan Pablos/UAM-X). Revelli, Marco 1997 “Crisis del Estado-nación, territorio, nuevas formas de conflicto y socia- bilidad” en Viento del Sur (México) Nº 11, Invierno. Robles, Héctor y Concheiro, Luciano 2004 Entre las fábulas y la realidad, los ejidos y comunidades con población indígena (México: CDI/UAM). Roux, Rhina 2005 El Príncipe mexicano. Subalternidad, historia y Estado (México: ERA). Rubio, Blanca (coord.) 2004 El sector agropecuario mexicano frente al nuevo milenio (México: UNAM/Plaza y Valdés). Toledo, Víctor Manuel 1999 “El otro zapatismo. Luchas indígenas de inspiración ecológica en México” en Ecología Política (Barcelona: Icaria) Nº 18. Toledo, Víctor Manuel 2000 La paz en Chiapas: ecología, luchas indígenas y modernidad alternativa (México DF: Quinto Sol/UNAM). Tutino, John 2000 “Comunidad, independencia y nación: las participaciones populares en las historias de México, Guatemala y Perú” en Reina, leticia (coord.) Los retos de la etnici- dad en los estados-nación del siglo XXI (México: CIESAS/INI/Miguel Angel Porrúa). Warman, Arturo 1972 Los campesinos hijos predilectos del régimen (México: Nuestro Tiempo). OSAL57[AÑOVINº16ENERO-ABRIL2005]
  • 13. Notas 1 Al respecto, es muy importante el libro que coordinó Blanca Rubio (2004) y el artículo de Armando Bartra (2004). 2 Por ejemplo: Knigth (2002), Tutino (2000) y Katz (2004). 3 De acuerdo con el tamaño del predio, 50,9% de los ejidatarios tiene predios de 5 ha o menos, poseen 14,3% de la superficie y una extensión de 2,8 ha en promedio; 25,1% de los ejidatarios posee predios mayores de 5 y hasta 10 ha, usufructúan 21,2% de la tierra y el tamaño promedio de sus predios es de 8,4 ha; 20,4% tiene más de 10 y hasta 30 ha, son dueños de 35,6% de la superficie y el promedio de sus predios es de 17,7 ha; 3,6% de los ejidatarios, cuyos predios son mayores de 30 ha, tiene parcelas con una extensión promedio de 78,1 ha y posee 29% de la superficie ejidal parcelada. 4 Procuraduría Agraria, Dirección General de Apoyo al Ordenamiento de la Propiedad Rural, junio de 2004. 5 Por ejemplo, el 12 de abril de 2005, indígenas y campesinos de 14 ejidos y organizacio- nes sociales de Jalisco, Michoacán y Colima exigieron que cese en forma inmediata “la ile- gal imposición del PROCEDE y del PROCECOM en comunidades de la región occidente y en todo el país”, y advirtieron que en caso de que continúe la política “coactiva” de los gobiernos federal y locales para obligarlos a incorporarse a estos programas, incrementarán sus acciones de resistencia civil y acudirán a las instancias internacionales para solicitar la protección de sus derechos territoriales y autonomía, según fue publicado en La Jornada. 6 Sólo el 4,9% del total de núcleos agrarios ha solicitado el cambio de dominio para 829.000 ha que representan 0,9% del total de la propiedad social según el Registro Agrario Nacional (RAN), junio de 2004. 7 Sistema Único de Información (SUI) del Tribunal Superior Agrario. Datos al 31 de diciem- bre de 2004. 8 Informe del Banco Mundial 2005 sobre Pueblos indígenas, pobreza y desarrollo huma- no en América Latina: 1994-2004. 9 En el período de 1992 a 2000, el número de hogares que recibió remesas en el medio rural se duplicó, de casi 600 mil a 1,2 millones. De acuerdo con los datos del Banco de México, durante los últimos diez años el país recibió por el concepto de remesas de los emi- grantes mexicanos más de 45 mil millones de dólares; durante los dos últimos años, en los que la emigración ha dado un salto cualitativo (casi se dobló la cantidad de emigrantes y en estados de poca tradición) fue casi igual a los ingresos por la exportación de petróleo. 10 Del rezago total de expedientes reconocido a nivel nacional en 1992 correspondían a Chiapas el 28% de los atorados en la Secretaría de Reforma Agraria, es decir 3 mil de los 10.600. Algunos de ellos llevan más de 80 años de “retraso” (García de León, 2002: 61-62). OSAL58ANÁLISIS[MOVIMIENTOSCAMPESINOSEINDÍGENASENMÉXICO]