1. 20
31-N
Hechos de los Apóstoles
Momentos antes de su Ascensión a
los cielos, Jesús quiso grabar a
fuego sus últimas instrucciones en
el corazón de aquel puñado de
hombres que le habían
acompañado durante toda la vida
pública: Recibiréis la fuerza del
Espíritu Santo, que descenderá
sobre vosotros, y seréis mis
testigos en Jerusalén, en toda
Judea y Samaría, y hasta los
confines de la tierra (Hch 1,8). Poco
después, los Apóstoles regresaban
pensativos a Jerusalén, con la
imagen de la nube que ocultaba a
Jesús fija aún en sus retinas, y con
una gran tarea por delante.
San Lucas, que había comenzado
su obra histórica explicando por
qué y cómo escribió su Evangelio,
también abre este nuevo libro con
unas palabras que lo presentan
como continuación de aquél:
Escribí el primer libro, querido
Teófilo, sobre todo lo que Jesús
comenzó a hacer y enseñar hasta el
día en que, después de haber dado
instrucciones por el Espíritu Santo a
los apóstoles que Él había elegido, La venida del Espíritu Santo (G. Doré).
fue elevado al cielo. También
después de su Pasión, Él se
1 libro de los He- HISTORIA Y biría unos años más tar-
E
presentó vivo ante ellos con chos de los Após- PREDICACIÓN de el historiador judío
muchas pruebas: se les apareció toles forma parte Flavio Josefo, y con lo
durante cuarenta días y les habló del mismo proyecto lite- El mensaje teológi- que la arqueología es
de lo referente al Reino de Dios... rario que el tercer Evan- co empapa el relato, capaz de aportar acerca
(Hch 1,1-3). Así se inicia la gelio. Tiene, por tanto, pero no distorsiona la de Palestina y el mundo
muchos rasgos comunes realidad de los hechos. mediterráneo en esa
narración de cómo los Apóstoles
con él, en lo que se re- San Lucas conjuga de época. De este modo ha
llevaron a cabo la misión recibida de sido posible, por ejem-
fiere a la intencionali- modo admirable la fina-
Jesús. A partir de ese momento, dad con la que fue es- lidad evangelizadora de plo, fijar la cronología
con la guía del Espíritu Santo, la crito y a la metodología su escrito con un traba- del reinado de Herodes
Iglesia comenzaba a dar sus de trabajo. Al igual que jo esforzado de recogi- Agripa I y establecer
primeros pasos. Primero en el Evangelio de San Lu- da de fuentes y de valo- las condiciones de su
Jerusalén, y después, poco a poco, cas, habla de unos he- ración rigurosa de las muerte (cfr. Hcb 12,20-
chos realmente acaeci- noticias que le han lle- 23 y Antiquitates iudai-
la predicación del Evangelio fue cae 19,274-363). Lo mis-
dos; pero no presenta gado. Compone así una
alcanzando las zonas vecinas de una historia desnuda, si- obra que resiste el mo sucede con el
Judea y Samaría, y siguió no revestida de una en- examen de la crítica acercamiento histórico a
difundiéndose por las orillas del señanza que permite al histórica. personajes como el rey
Mediterráneo hasta llegar a Roma. lector captar el verdade- En efecto, es posible Herodes Agripa . II, los
ro sentido de los acon- contrastar sus informa- prefectos romanos Félix
tecimientos. ciones con lo que escri- y Festo, o con judas el
Por Francisco Varo Pineda
2. galileo y Teudas, cabecillas cuenta aquello de lo que cipios y convicciones. En lientes de su vida espiri-
de alzamientos judíos contra fue testigo, sino que se sirve sus páginas late la alegría tual se condensan así: Per-
los romanos. También la ar- de fuentes fiables para la del Espíritu Santo, que deri- severaban asiduamente en
queología ha venido a ratifi- composición de su obra. Al va de la certeza en el origen la doctrina de los apóstoles y
car algunos datos, de los redactar los Hechos de los sobrenatural de la Iglesia y en la comunión, en la frac-
que no había constancia por Apóstoles, muy probable- en la protección que Dios ción del pan y en las oracio-
otras fuentes literarias, co- mente tuvo a su disposición dispensa en las persecucio- nes. El temor sobrecogía a
mo sucede con una inscrip- narraciones breves, resúme- nes a los que le son fieles. todos, y por medio de los
ción encontrada en Delfos nes de discursos, diarios de apóstoles se realizaban mu-
donde se menciona el pro- viaje, o notas de distinto ti- chos prodigios y señales. To-
consulado de Galión en po. Entre ellos, algunos LA IGLESIA DE JERUSALÉN dos los creyentes estaban
Acaya. contendrían información so- unidos y tenían todas las co-
Además, y por lo que se bre Esteban, Felipe, Berna- Los primeros capítulos sas en común. Vendían las
refiere a la figura de San Pa- bé y los primeros momentos de Hechos introducen al lec- posesiones y los bienes, y los
blo, es posible la compara- de Pablo. Otros recogerían tor en la vida de los Apósto- repartían entre todos, según
ción entre lo que él mismo datos más precisos acerca les y en cómo se fue for- las necesidades de cada
escribe en sus cartas sobre de la actividad de Pedro. mando en torno a ellos, uno. Todos los días acudían
algunos detalles de su vida Todos ellos quedaron per- gracias a su predicación y a al Templo con un mismo es-
y los sucesos que en Hechos fectamente integrados en un la acción del Espíritu Santo, píritu, partían el pan en las
se narran acerca de él: su escrito bien coherente, don- un primer grupo de fieles casas y comían juntos con
actividad como perseguidor de se refleja en todo mo- en Jerusalén, que pronto co- alegría y sencillez de cora-
de la Iglesia está atestiguada mento la acción del Espíritu menzaría a extenderse por zón, alabando a Dios y go-
tanto en los Hch 8,3 y 9,1 Santo en el nacimiento y las regiones vecinas. zando del favor de todo el
como en Ga 1,13 y 1 Co primera expansión de la Lucas condensa el tenor pueblo. Todos los días el Se-
15,9. También coinciden en Iglesia. de vida de aquellos prime- ñor incorporaba a los que
que su conversión tuvo lu- Es posible que también ros cristianos en algunas habían de salvarse (Hch
gar cerca de Damasco (Hch haya una cierta dimensión fórmulas bien expresivas. 2,42-47).
9,3 y Ga 1,17) y en que, apologética en la composi- En los primeros momentos, Aquellos primeros discí-
desde Damasco, Pablo se ción de este libro, al presen- inmediatamente después de pulos seguían frecuentando
dirigió a visitar a la comuni- tar con sencillez la vida cris- la Ascensión de jesús, dice el Templo y acostumbraban
dad cristiana de Jerusalén tiana, de modo que reclame que todos ellos perseveraban a predicar en uno de sus
(Hch 9,23-27 y Ga 1,18). Lo por sí misma la libertad y el unánimes en la oración, pórticos, el de Salomón,
mismo puede comprobarse respeto que se concedía en junto con algunas mujeres y aunque su predicación no
respecto a numerosos des- el Imperio romano a las lla- con María, la madre de je- agradaba a las autoridades
plazamientos de San Pablo, madas religiones lícitas. El sús, y sus hermanos (Hch del Templo, que eran sadu-
así como a los nombres de cristianismo aparece en los 1,14). La santidad de aquella ceos, por lo que amenazan
sus compañeros de viaje, Hechos de los Apóstoles co- Iglesia naciente proporciona y encarcelan a Pedro y Juan
como Silas o Timoteo. mo un camino de fe que un modelo para ser imita- para intentar disuadirlos de
Siguiendo la costumbre viene de Dios, abomina de do por las futuras comu- hablar de jesús. En cambio,
de los historiadores helenis- la oscuridad, y no teme el nidades cristianas. parece que en un primer
tas y judíos, Lucas no sólo debate público de sus prin- Los rasgos más sobresa- momento los fariseos no se
EL NACIMIENTO DE LA IGLESIA
Lucas, en los Hechos de los Após- por los discípulos el domingo, primer día be con rasgos sencillos y emocionantes.
toles, a la vez que compone una obra de la semana. Se centra en la oración, en la Eucaristía y
histórica, transmite importantes ense- ■ También menciona los rasgos esen- en la doctrina de los Apóstoles; y se mani-
ñanzas teológicas. De hecho, vale la ciales con los que se va constituyendo la fiesta en disposiciones y hechos excelen-
pena observar el detalle con que se jerarquía eclesiástica. A la cabeza está tes de desprendimiento, concordia y amor.
ocupa de mencionar aspectos relevan- el grupo de los Doce Apóstoles (Hch San Lucas nos ofrece este modo de vivir
tes de la vida sacramental y litúrgicá, 1,13), que será completado con Matías como patrón y modelo para las futuras ge-
de la incipiente organización eclesiásti- (Hch 1,26), pues la Iglesia se considera el neraciones de discípulos.
ca, y de las diversas actitudes de los nuevo y verdadero Israel (que se compo- ■ Entre los que forman parte de la
cristianos ante la vida social y política nía de 12 tribus) y no una secta escindida Iglesia, se menciona de modo muy espe-
de su tiempo. del judaísmo oficial. También es digno de cial a María, la Madre de Jesús. La pre-
■ La vida de la Iglesia está acompa- señalarse el lugar destacado que ocupa sencia de la Virgen en los primeros mo-
ñada en todo momento por la presencia Pedro dentro del grupo de los Doce. Pe- mentos de Iglesia fue decisiva. La ve-
.i nvisible pero real de su Señor Resucita- dro, al que se menciona cincuenta y seis neración que se le manifiesta na deriva
do, que es el centro del culto cristiano. veces, es siempre el centro de las esce- sólo del hecho de ser la Madre de Cristo,
Su presencia se hace real y verdadera nas y episodios en los que aparece con sino del papel que desempeña en la obra
en la «fracción del pan», es decir, en el otros Apóstoles o discípulos. de la Redención, como modelo de fe y fi-
sacrificio eucarístico, que se celebra ya ■ La vida de los cristianos se descri- gura del nuevo Israel, que es la Iglesia.
3. oponen a ellos, como lo sa de un militar pagano,
refleja la intervención de aunque ~temeroso de
Gamaliel (Hch 5,34-39) y, Dios, y lo bautizó junto
más tarde, el apoyo que con su familia sin necesi-
prestan a Pablo frente a dad de la circuncisión.
los saduceos (Hch 23,6-9). Si la persecución tras la
También se señala que muerte de Esteban había
al principio la gente del empujado primero a los
pueblo los mira con apre- cristianos «helenistas» a
cio (Hch 2,47; 5,13), pues abandonar Jerusalén, el
los ve como un grupo de martirio de Santiago el
renovación dentro del Mayor y la prisión de Pe-
pueblo judío, adheridos al dro, en tiempo de Hero-
Templo y a la sinagoga. des Agripa, propiciaron
De hecho, incluso muchos que también los Doce y
sacerdotes se unen a ellos muchos otros cristianos
(Hch 6,7). «hebreos» se dispersaran
En otro de esos «suma- por todo el mundo enton-
rios» se subraya el modo ces conocido.
en que vivían la fraterni- En esos momentos re-
dad y la caridad unos con sultó providencial para la
otros: La multitud de los expansión del cristianismo
creyentes tenía un solo co- la consolidación del mun-
razón y una sola alma, y do mediterráneo que ha-
nadie consideraba como bía realizado el Imperio
suyo lo que poseía, sino romano. La difusión de
que compartían todas las una lengua común (el
cosas. Con gran poder, los griego koine), el estableci-
apóstoles daban testimonio miento de comunicaciones
de la Resurrección del Se- seguras por tierra y mar, y
ñor Jesús; y en todos ellos la apertura para que cir-
había abundancia de gra- San Pedro y San Juan sanan milagrosamente a un cojo (G. Doré) cularan nuevas ideas, fa-
cia. No había entre ellos cilitaron la pronta difusión
ningún necesitado, porque del mensaje evangélico.
los que eran dueños de eran críticos con respecto al Samaría y, más tarde, en las Los primeros pasos de
campos o casas los vendían, culto en el Templo que, al orillas del Mediterráneo. esa expansión se daban en
llevaban el precio de la ven- igual que muchos preceptos La predicación del Evan- las comunidades judías
ta y lo ponían a los pies de transitorios de la Ley, ya ha- gelio por parte del diácono presentes en todos los gran-
los apóstoles; luego se repar- bría cumplido su misión. Felipe tuvo notable éxito en des centros urbanos del Im-
tía a cada uno según sus Desde esos primeros mo- Samaría. El propio Felipe perio. La vida social y reli-
necesidades (Hch 4,32-36). mentos está presente una continuó hablando de jesús giosa de ellas giraba en
Esa unidad no implica concepción más espiritual en las ciudades helenizadas torno a las sinagogas. No les
uniformidad, ya que entre del Templo (pues a Dios se de la costa mediterránea faltaban dificultades con sus
ellos había personas de le puede adorar en cual- desde Gaza hasta Cesarea, vecinos, pues el monoteís-
muy diversas proceden- quier lugar de la tierra), así donde establecería su resi- mo judío les impedía parti-
cias y mentalidades que, como una noción más uni- dencia. Más tarde, con moti- cipar en los ritos paganos
en cierto modo, apuntan ya versal y profunda de la ley vo de nuevas dificultades, la que las autoridades imperia-
a la dimensión católica, uni- de Dios. predicación llegaría también les prescribían con relativa
versal, propia de la Iglesia. hasta Damasco, Chipre y, frecuencia para todos sus
Entre ellos había judíos pro- sobre todo, hasta Antioquía súbditos. Por eso, también a
cedentes de Judea y Galilea, de Siria. veces eran objeto de perse-
que hablarían arameo; y LA PRIMERA En esta primera expan- cución. Jerusalén seguía
otros, procedentes de la EXPANSIÓN DE LA IGLESIA sión fuera de Judea, se co- siendo punto fijo de re-
diáspora o de ciudades he- mienzan a producir conver- ferencia, y lo que ocurría en
lenizadas de Palestina, que A partir de la prisión y siones de gentiles a la fe Palestina tenía eco en esas
hablaban griego. Unos y muerte de Esteban, se de- cristiana sin pasar por el ju- comunidades, por lo que la
otros mantenían puntos de sató una persecución contra daísmo. El primer caso es el predicación de las esperan-
vista distintos sobre el papel los «helenistas> por parte de del centurión Cornelio, en zas salvíficas anunciadas
del Templo y de la Ley. Los las autoridades que, al obli- Cesarea. En esa ocasión fue por los profetas y cumplidas
cristianos «hebreos» los se- gar a muchos cristianos a el propio Pedro quien, res- en jesús era, de entrada, es-
guían considerando como salir de Jerusalén y Judea, pondiendo a la iniciativa di- cuchada con atención.
dos pilares de la práctica re- propició la ocasión de que vina y al comprobar la efu- Pero los judíos eran una
ligiosa, mientras que algu- la fe en jesucristo comenza- sión del Espíritu que estaba minoría entre los poblado-
nos cristianos uhelenistas» ra a difundirse primero por teniendo lugar, entró en ca- res del Imperio romano. La
4. mayor parte de la población elección de los primeros
era politeísta y practicaba diáconos (Hch 6,1-5). Inme-
los cultos paganos. Los diatamente se desata en Je-
dioses griegos se habían ro- Se ha dicho, y con razón, que este libro podría denominar- rusalén una persecución
manizado y eran reconoci- se el Evangelio del Espíritu Santo. En efecto, aparece nombra- contra los cristianos «hele-
dos en todas partes. Tam- do casi en todas sus páginas (cincuenta y siete veces en to- nistas», en la que tiene lugar
bién se daba culto a divi- tal), como i mpulsor y guía de toda la actividad de la Iglesia el martirio de Esteban (Hch
nidades locales y familiares, naciente. 6,8-7,60).
y se abrían paso diversas Tal y como lo había prometido Jesucristo, vino sobre los
formas de religiosidad po- 2. Expansión de la
discípulos en Pentecostés y los llenó de energía y valor para
pular, con sus correspon- predicar sin miedo el Evangelio. Iglesia fuera de Jerusa-
dientes prácticas mágicas y También lo recibió el centurión Cornelio y su familia. Así lén (Hch 8,1-12,25). Como
supersticiosas. mismo, se iba transmitiendo a los fieles mediante la imposi- consecuencia de esa perse-
Además, durante el pe- ción de las manos de los Apóstoles. De modo que llegó a ser cución, los cristianos hele-
riodo helenista también se fuente de alegría y energía espiritual para todos y cada uno de nistas se diseminaron y co-
habían extendido por el ellos. menzaron a predicar el
mundo grecorromano algu- El mismo Espíritu Santo guió a la Iglesia en la elección de Evangelio por Judea, Sama-
nas religiones orientales tra- los que habían de formar parte de la jerarquía, y en el envío ría y Siria (Hch 8,1-17). A
ídas por comerciantes, mari- de los misioneros. Llena y asiste de modo especial a los cris- continuación se narran con
neros y esclavos que pro- tianos ordenados para desempeñar los diversos ministerios detalle la vocación de Pablo
metían a sus adeptos cono- sagrados; e impulsa y protege a la Iglesia en el desarrollo de (Hch 9,1-19) y el bautismo
cimientos de misterios ocul- su actividad evangelizadora. del centurión Cornelio (Hch
tos y experiencias místicas. 10,1-11,30). La persecución
Son las llamadas religiones llega también a los cristia-
DE JERUSALÉN A ROMA dos en el Espíritu Santo,
mistéricas, como las dedi- fueron decisivas para impul- nos procedentes del judaís-
cadas a los misterios de Isis, mo; muere Santiago, el her-
Se podría decir que los sar la difusión universal del
Mitra o Cibeles. Evangelio. En la primera mano de Juan, y Pedro es
Hechos de los Apóstoles son
A la vez, iba cobrando parte, se narra la evangeli- detenido y liberado milagro-
algo así como la primera
importancia social y política historia del cristianismo. En zación realizada en y a par- samente de la cárcel (Hch
el culto al emperador, con este libro, continuación del tir de Jerusalén, en torno a 12,1-25).
el que quedaba garantizado Evangelio de Lucas, se ha- la persona de Pedro. En la 3• Difusión de la Igle-
el sometimiento y la unidad bla del nacimiento y prime- segunda parte, la atención
en el Imperio. sia entre los gentiles. Via-
ra expansión de la Iglesia. del narrador se centra más
jes misioneros de San Pa-
La gente más culta consi- Todo ese Evangelio está re- bien en el vigor apostólico
blo (Hch 13,1-20,38). La
deraba que la religión po- dactado como un relato de de la Iglesia en Antioquía y
atención del relato comien-
pular era algo útil pero fal- la subida de jesús a Jerusa- en la figura de Pablo que,
so, y seguía corrientes de con sus viajes apostólicos, za a centrarse en el vigor
lén, donde se realizaría la
pensamiento o «filosofías» llevará la predicación del apostólico de la Iglesia en
salvación y desde donde co-
que buscaban un sentido Evangelio hasta Roma. Antioquía y, sobre todo, en
menzaría a predicarse el
más elevado de la vida y del Cada una de estas dos la labor de Pablo. La mayor
Evangelio. Termina en la
hombre, como el epicureís- ciudad santa. Y allí comien- grandes secciones consta a parte de esta sección está
mo y el estoicismo. za este libro que, de algún su vez de dos partes bien dedicada a sus viajes apos-
La primera expansión modo, señala el camino diferenciadas temáticamen- tólicos en los que predica el
del cristianismo tuvo lugar de apertura universal de te, de modo que la trama ar- Evangelio y va fundando
en ese complejo mundo la Iglesia desde Jerusalén gumental podría sintetizarse nuevas comunidades cristia-
cultural, en contraste con hasta Roma, la capital del así: nas en Asia Menor, Macedo-
muy diversas formas religio- Imperio, donde confluyen 1. La Iglesia en Jeru- nia y Grecia.
sas y doctrinas filosóficas. todas las culturas. salén (Hch 1,12-7,60). Tras 4. San Pablo, prisione-
Contemplada sólo con ojos Hay varias líneas de fon- la Ascensión del Señor, y ro y testigo de Cristo
humanos, la tarea que em- do en su redacción que es- una vez elegido Matías para (Hch 21,1-28,31). Una vez
prendían aquellos primeros tructuran y ayudan a com- completar el grupo de los concluido el tercer viaje de
cristianos era una osadía. prender su contenido. Se Doce (Hch 1,1-26), se habla Pablo, se dirige a Jerusalén
Pero eran conscientes de puede hacer notar, por de la venida del Espíritu donde será hecho preso. En
que, a pesar de su peque- ejemplo, que sus veintiocho Santo en Pentecostés y de la
toda esta sección Pablo,
ñez y escasez de recursos, capítulos se dividen en dos primera predicación apostó-
desde ahora prisionero, si-
tenían algo importante grandes partes de catorce lica acerca de Jesucristo
gue dando testimonio de
que aportar. No estaban capítulos cada una. En me- (Hch 2,1-13). Esa predica-
dio, al inicio del capítulo ción va dando sus frutos, y Cristo y del Evangelio, en su
introduciendo una oferta
más en el mercado de las quince, el «concilio» de Je- la comunidad crece en tor- largo viaje cautivo hasta Ro-
creencias y las ideologías, rusalén constituye el cen- no a Pedro y a los demás ma. En la Urbe quedará
sino algo verdaderamente tro teológico del libro Apóstoles (Hch 3,1-5,116). abierto el camino para la di-
revolucionario y dotado de pues, en efecto, las decisio- El progresivo aumento del fusión del Evangelio por to-
una fuerza extraordinaria. nes de los Apóstoles reuni- número de fieles reclama la do el mundo. ■