El documento analiza la publicidad sexista desde tres perspectivas: sociocultural, física y psíquica. Desde la perspectiva sociocultural, la publicidad sitúa a la mujer en roles tradicionales y de dependencia. Desde la perspectiva física, la publicidad representa un canon de belleza al que las mujeres deben ajustarse y usa el cuerpo femenino para vender productos. Desde la perspectiva psíquica, la publicidad muestra a la mujer negando sus propios deseos y siendo irracional.