El documento discute las diferencias entre el lenguaje humano y la comunicación animal, señalando que el lenguaje humano es arbitrario, estructurado, productivo y permite el desplazamiento, mientras que la comunicación animal carece de estas características y se limita a señales fijas en contextos específicos. Aunque los animales pueden entender instrucciones simples, no están anatómicamente preparados para adquirir un lenguaje complejo.