Vladimir Putin ha gobernado Rusia desde 1999 como presidente o primer ministro, centralizando el poder y debilitando las instituciones democráticas. Rusia se ha vuelto más asertiva en la escena mundial, anexando Crimea en 2014 y apoyando a los separatistas en el este de Ucrania, lo que ha deteriorado las relaciones con Occidente y Estados Unidos.