Homenaje a Alain Resnais - 13 Festival de Cine Francés
Visual
1. WIN WENDERS
Wenders nació en Düsseldorf en una familia católica tradicional. Su padre,
Wenders Heinrich, era cirujano. El uso del nombre holandés, "Wim", una versión
abreviada del nombre "Wilhelm / Willem" bautismal, refleja procedencia
holandesa de su madre, pero la versión holandesa fue rechazada por las
autoridades del registro civil en el año 1945 como "Ungerman". [1] se graduó de
la secundaria en Oberhausen en la región del Ruhr. Luego estudió medicina
(1963-1964) y la filosofía (1964-1965) en Friburgo y Düsseldorf. Sin embargo,
abandonó los estudios universitarios y se trasladó a París en octubre de 1966
para convertirse en un pintor. Wenders falló su prueba de acceso a la francesa
escuela nacional de cine IDHEC (ahora La Fémis), y en su lugar se convirtió en
un grabador en el taller de Johnny Friedlander, un artista estadounidense, en
Montparnasse. Durante este tiempo, Wenders quedó fascinado con el cine, y
vieron a un máximo de cinco películas al día en el cine local.
Wenders abandonó pronto las carreras de filosofía y medicina para estudiar en
la Escuela de Cine de Munich entre 1967 y 1970, donde realizó varios cortos y
su primer largometraje, Verano en la ciudad (1970). Cinéfilo apasionado y asiduo
espectador de filmoteca, cultivaba ya en esos años la crítica cinematográfica en
Filmkritik y en el diario Süddeutsche Zeitung.
Su primera película comercial fue El miedo del portero ante el penalty (1971),
basada en la novela homónima de Peter Handke. En sus primeros filmes se
interesó particularmente por distintas manifestaciones de la cultura
norteamericana. Componen este ciclo, en primer lugar, Alicia en las ciudades
(1973), en la que reinterpretó el género de la road movie bajo un punto de vista
personal. En El amigo americano (1977), basado en la novela de Patricia
Highsmith El juego de Ripley, actuaron los directores estadounidenses Dennis
Hopper, Samuel Fuller y Nicholas Ray. Se trata de un thriller centrado en la
cuestión moral, donde se presenta la amistad como valor en sí mismo.
El hombre de Chinatown (1980) fue un desastre económico, mientras que París,
Texas (1984), que cuenta la historia de un hombre sin rumbo en busca de su
mujer, ganó la Palma de Oro en el Festival de Cannes y recibió el aplauso
unánime de la crítica; se trata de un filme impregnado de cultura
estadounidense, examinada con mirada europea. La película contiene algunas
secuencias magistrales, como la conversación que Travis mantiene con su mujer
Jane (interpretada por Nastassja Kinski) a través del cristal de la cabina de un
peepshow y en la que intenta contarle lo ocurrido en su ausencia. Con París,
Texas, Wenders culminaba la etapa americana de su cine, a caballo entre la
fascinación por lo estadounidense y las influencias cinematográficas de la
2. nouvelle vague francesa, sobre todo de Godard.
Tras ello volvió a tratar temas relacionados con Alemania, como en la
impresionante Cielo sobre Berlín (1987), en la que unos ángeles observan la
entonces aún dividida ciudad. Otros de sus títulos destacados fueron Hasta el fin
del mundo (1991), una película con tintes futuristas rodada en varios países;
¡Tan lejos, tan cerca! (1993), segunda parte de Cielo sobre Berlín en la que un
ángel salva a una niña de la muerte; Lisboa Story (1995), Más allá de las nubes
(1995), dirigida en colaboración con Michelangelo Antonioni; El fin de la violencia
(1997), The Million Dollar Hotel (1999) y el documental Buena Vista Social Club
(1999), un interesante recorrido por la música popular cubana que ayudó a
revalorizar a legendarios músicos y cantantes cubanos.
Wenders comenzó su carrera durante la era del New Cinema alemana de finales
de 1960, hizo su debut como director con Summer in the City (1970). Gran parte
de la cinematografía distintivo en sus películas es el resultado de una
colaboración muy productiva a largo plazo con el holandés cinematógrafo Robby
Müller. Algunas de sus películas más exitosas y críticamente aclamados, París,
Texas y El cielo sobre Berlín, por ejemplo, han sido el resultado de fructíferas
colaboraciones con avant-garde autores Peter Handke y Sam Shepard. La
novela de Handke, El miedo del portero ante el penalti fue adaptado para el
segundo largometraje de Wenders, miedo del portero de la pena. Handke co-
escribió el guión de El cielo sobre Berlín y Hasta el Fin del Mundo, ambos con
Solveig Dommartin.
Wenders ha dirigido varios documentales aclamados, especialmente Buena
Vista Social Club (1999), de los músicos cubanos, y el alma de un hombre
(2003), el blues americano.
También ha dirigido varios videos musicales para grupos como U2 y Talking
Heads, entre ellos "Stay (Faraway, So Close!)" Y "Sax y violines". Sus anuncios
de televisión son un anuncio del Reino Unido para la Liga Premier de Canadá
cerveza.
Win Wenders es, fuera de toda duda, uno de eso directores contemporáneos
que han alcanzado las selectas salas del olimpo cinematográfico, un realizador
en toda regla que en su acervo posee ya dos o tres películas (quizá unas pocas
más) que dan testimonio de las cimas y los abismos que el verdadero arte nos
permite rozar y atisbar.
Este es el caso, justamente, de Der Himmel über Berlin, una película de 1987
que en español se conoce con los títulos de Las alas del deseo y Cielo sobre
Berlín. Para los conocedores del cine hecho por Wenders, esta es su mejor
3. película, aquella que le valió una suerte consagración en el mundo del séptimo
arte.
El argumento de la película es, desde el inicio, profundamente emotivo, pues
cuenta la historia de un par de ángeles que atestiguan el devenir de la vida en
Berlín pero sin ser capaces de tomar parte en los asuntos de los hombres; se
trata, sin embargo, de ángeles empáticos que de algún modo aprenden a sentir
pena por el sufrimiento a que está condenado el género humano, al grado de
que uno de ellos no duda en sacrificar su propia inmortalidad a cambio de aliviar
dicha tragedia.
Técnicamente, la película llamó la atención por el juego cromático en la
perspectiva. Los ángeles ven el mundo en sepia, mientras que el mundo del ser
humano es proyectado en color. Según se dice, Wenders y Henri Alekan, el
director de cámara, se sirvieron de un par de medias de seda para conseguir el
primer efecto. Por lo demás, el lenguaje cinematográfico del filme es uno de los
mejores logrados, de los más elocuentes, en toda la historia.
Cineasta alemán que se ha distinguido por su cine vanguardista y simbólico.
Modelo de las inquietudes personales y vivencias que han dominado a toda una
generación de cineastas y literatos, la trayectoria de Wenders es una de las más
interesantes de la cinematografía europea del los últimos años. Representante
destacado del cine alemán de los años 70, en los 80 y 90 se convirtió en un
respetado e influyente realizador. La ansiedad y la pasión masculina por los
viajes son temas frecuentes de su trabajo.