Este documento presenta dos poemas cortos. El primer poema, "La Ostra y El Cangrejo", cuenta la historia de una ostra enamorada de la luna que es engañada y comida por un cangrejo astuto. El segundo poema, "La Humilde Flor", es sobre una pequeña flor que le pide a Dios no ser olvidada, y Dios la nombra "Nomeolvides".
5. La Ostra y El Cangrejo
Una ostra estaba enamorada de la Luna. Cuando su gran
disco de plata aparecía en el cielo, se pasaba horas y
horas con las valvas abiertas, mirándola.
Desde su puesto de observación, un cangrejo se dio
cuenta de que la ostra se abría completamente en
plenilunio y pensó comérsela.
A la noche siguiente, cuando la ostra se abrió de
nuevo, el cangrejo le echó dentro una piedrecilla.
La ostra, al instante, intento cerrarse, pero el guijarro se
lo impidió.
El astuto cangrejo salió de su escondite, abrió sus
afiladas uñas, se abalanzó sobre la inocente ostra y se
la comió.
Así sucede a quien abre la boca para divulgar su
secreto: siempre hay un oído que lo apresa.
Fin
6. La Humilde Flor
Cuando Dios creó el mundo, dio nombre y
color a todas las flores.
Y sucedió que una florecita pequeña le suplicó
repetidamente con voz temblorosa:
- i No me olvides! ¡No me olvides!
Como su voz era tan fina, Dios no la oía. Por
fin, cuando el Creador hubo terminado su
tarea, pudo escuchar aquella vocecilla y se
volvió hacia la planta. Mas todos los nombres
estaban ya dados. La plantita no cesaba de
llorar y el Señor la consoló así:
-No tengo nombre para ti, pero te llamarás
"Nomeolvides". Y por colores te daré el azul
del cielo y el rojo de la sangre. Consolarás a
los vivos y acompañaras a los muertos.
Así nació el "nomeolvides" o mío-sota,
pequeña florecilla de color azul y rojo.
FIN