Rosalía de Castro nació en 1837 en Santiago de Compostela. Aunque tuvo una educación limitada, mostró talento poético desde temprana edad. Se casó y tuvo hijos, pero sufría mala salud. Publicó sus obras gracias a la insistencia de su marido. Murió de cáncer a los 48 años. Sus poemas, escritos desde los 12 años, principalmente trataban sobre el amor de una manera romántica e inquietante, reflejando posibles desamores de su juventud.

1. ROSALIA DE CASTRO
BIOGRAFIA
Nació en Santiago de Compostela, en el año 1837. Fue bautizada con los nombres de María Rosalía
Rita. Hija de padres desconocidos. Lo único que se sabe de su educación es que en la escuela
mostró talento de poeta.
Se casó con Manuel Martínez Murguía y al año siguiente dio a luz a su primera hija, Alejandra.
Rosalía nunca disfrutó de buena salud. Luchó siempre contra enfermedades y vivió dedicada a su
hogar, a sus hijos y a su marido, nunca aspiró a la fama. Su marido fue quien la convenció para que
publicara sus obras. Murió de cáncer a los cuarenta y ocho años en su casa de Padrón, la cual hoy es
un museo. Todos sus hijos murieron antes que ella, sin poder dejar herederos.
Compuso sus primeros versos a los 12 años y a los 17 años ya era conocida por su primer libro La
Flor. Merece ser considerada, al lado de Gustavo Adolfo Bécquer, como la iniciadora de una nueva
métrica castellana.
ELAMOR EN LOS POEMAS DE ROSALIA
Rosalía recoge a la perfección la tradición de los poetas románticos al escribir sobre temas
amorosos en la mayoría de sus obras tanto en prosa como en verso.
Como corresponde a la poesía romántica, el amor no es nunca motivo de felicidad sino, por el
contrario, motivo de inquietud e intranquilidad. Tanto cuando están enamorados estos poetas, como
cuando no lo están, sienten angustia. Algunas veces, esto ocurre por el miedo a perderlo y otras por
la pena de no poder conseguirlo. Habría que añadir unas supuestas experiencias amorosas de
Rosalía, cuando era joven, que acabaron de forma trágica, lo cual pudo influir en esta sensación de
“desamor” constante.
Te amo…¿Por qué me odias?
Te odio…¿Por qué me amas?
Secreto es éste el más triste
y misterioso del alma.
Mas ello es verdad…¡Verdad
dura y atormentadora!
Me odias, porque te amo;
te amo, porque me odias.
Orillas del Sar