8. PROCESOS DE NATURALIZACIÓN Y
DESNATURALIZACIÓN
El buen salvaje de Rousseau
Stelarc.
Parasite: event for invaded & involuntary body
9.
10. Desequilibrio y técnica naturaleza
Mitos, lenguaje y saberes
Dédalo enseña a volar a Icaro
Peter Greenaway. Icarus.
11. La técnica (la mano) en el
dispositivo simbólico (la voz)
“El militar que vuela en cohete es exaltado como héroe, mientras
que el ingeniero que lo ha concebido no es más que un gran
servidor de la ciencia humana: una mano” (Andre Leroi-Gourhan)
12. El lavado de lo sensible
El color es así el espejo de la
transmutación de la materia por el
agente espiritual. el “compost” es al
principio negro, después se hace blanco,
vira en seguida al amarillo y finalmente
alcanza el rojo cuando ha llegado al
estado más perfecto.
13. Paso de lo físico a lo metafísico
El andamiaje metafísico se
sostiene gracias a un
“olvido” o borradura
ejercido en el conjunto de
las metáforas
fundacionales que lo
constituyen y que marcan
el paso de lo sensible a lo
inteligible rigiendo el
nuevo orden conceptual o
representacional.
14. La estirpe estigmatizada de los
artesanos-artistas y cadena de
polaridades
Las almas abandonan el
mundo de los elementos
para elevarse sobre las
esferas de los planetas, los
cuatro estadios del alma y
los nueve coros de ángeles
hasta el cielo de las ideas
platónicas, dominado por
Cristo Pantocrator.
Manuscrito anónimo, s.
XII
16. ASCENSO A VERDAD-BIEN-BELLEZA CARA-VOZ
MODELO NATURALEZA
LA LUZ
ESTRUCTURA JERARQUIZADA DE POLARIDADES
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INTELECTO
APARIENCIA
INMANENCIA
SUSTANCIA
CAÍDA DEL SIMULACRO
ALMA FALSO-MAL-FEO MANO-ÚTIL
17. El residente de la sombra
En la imaginación histórica, el contenido semántico del “viaje” en
general procede de una diferencia entre dos mundos. Uno es real e
inmediato; es el mundo de los “hechos”. El otro es fantástico y
trascendente, y funciona como un modelo regulador para el
primero. Frente al fantástico, cuya efectividad espiritual es
infinitamente luminosa y mas perfecta, la realidad material de
todos los días corresponde a un mundo ensombrecido. Y hay que
caer en la cuenta de que la propia historia del pensamiento estético
desde su comienzo es la narración sinuosa de este “viaje” onírico
del ser entre dos mundos. Es el ascenso de la materia opaca y
quejosa en pos de la transparencia espiritual. Un movimiento cuya
dirección es contraria al descenso del espíritu hacia la materia. Hay
evaporación y hay derrame. El primero movimiento pinta el viaje
metafórico del cuerpo hacia el conocimiento y la belleza de la Luz
mas allá de lo visible. El segundo puede ser interpretado en clave
pesimista: será la venida de la Luz a la literalidad prosaica y banal
de la oscuridad en la materia. (Salabert, Pere. Figuras del Viaje.
Página 45)
18. La Khora o Matriz
De esta matriz celeste deriva
la bola roja ígnea del alma
que vivifica el embrión en el
vientre materno. La mujer
lleva en su seno el fruto
inefable que procede de la
simiente del Padre
28. La poética y el heliocentrismo
catacrético
Gracias a las traducciones que
Marsilio Ficino (1433—99) hizo
del “Corpus Hermeticum”, el
culto al sol basado en los
misterios del antiguo Egipto
conoció un nuevo esplendor. Para
Ficino, el sol encarna, en orden
descendente, Dios, la luz divina,
la iluminación espiritual y el
calor del cuerpo.
Robert Fludd, Philosophia sacra,
Francfort, 1626
38. LOS 5 SENTIDOS Y EL
PRIVILEGIO DE LA VISTA Y EL
OÍDO COMO SENTIDOS
OBJETIVOS
39. El sol-gallo y la luna-gallina se
unen como forma y materia
40. El rebis que se ve aquí en los tres colores
principales del Opus es el “cuerpo dual
del arte, es decir, el sol y la luna (...), varón
y hembra que engendran cuatro hijos”.
Son los cuatro elementos que el
andrógeno sostiene en su mano derecha.
En el centro se encuentra un espejo que
representa el Opus o la prima materia, de
la que se dice que en ella puede verse todo
el mundo.
El huevo que tiene en la otra mano indica
que de los cuatros elementos, la cáscara, la
clara, la membrana y la yema, nace la
quintaesencia: el pollito, que representa el
lapis.
S. Trismosin, Splendor solis,
Londres, s. XVI
El andrógino como cuerpo dual
del arte (sol-luna),
41. Aguarda a la estrella (de David),
invoca a Maria.
G. Stengelius, Ova Paschalia
Sacro Emblemata. lrigol_sta dc,
1672
“El huevo preserva la vida y la
esencia”, dice Paracelso. (...)
“Debes saber que el aire no es
otra cosa que un caos, y el caos es
la clara de un huevo, y el huevo es
el cielo y la tierra.” (Paragranum
II, 1530)
El huevo como Padre Creador
Luz, ojo, fuego
42. Convendría revisar la anterior relación
establecida por Leonardo entre el huevo de
avestruz y el ojo que lo incuba, o entre el amor
naciente y las funciones oculares. Porque la
mirada dinamiza las cosas con su intensidad.
Mirar da vida: produce. Si la mirada es
comparable al calor materno, entonces se asimila
claramente al sol. Y ser mirado significa retomar
a la matriz materna... del ojo. La «virtù» del ojo
equivale al calor solar en la medida en que el sol
es origen de las almas que dan calor al cuerpo.
Es la «fuerza» visual, la virtud visiva que
transmite calor y vida..., o que consume.
Emparentado a su vez con el huevo, el ojo se
iguala a la luz, al fuego. Encadenamiento
metafórico de la ocularidad, inacabable
circulación de significantes. La visualidad es un
tronco de abundantes ramificaciones que hunde
profundamente sus raíces en el inconsciente
reprimido del sexo creador. (Salabert, Pere.
Inimagenes. P. 256)
El huevo y el encadenamiento
metafórico de la ocularidad
creadora
44. En la primera escena de Un perro andaluz un joven español llamado
Luis Buñuel fuma serenamente un cigarrillo y saca filo a una navaja
contra una correa. Observa el cielo nocturno. Una nube pasajera
bisecta la luna. Buñuel separa con los dedos los párpados de una
mujer que nos está mirando y mirando cómo la miramos. Buñuel
acerca la navaja al ojo abierto y lo rasga de un solo tajo. La visión se
derrama. Las visiones se contagian. (Carlos Fuentes)
El desgarramiento de la visión
solar
45. (Simona) Pronto empezó a
divertirse obligándome a
tirar huevos en el depósito
del excusado, huevos duros
que se hundían y
cascarones casi vacíos, para
observar diferentes grados
de inmersión. Permanecía
durante largo tiempo
sentada mirando los
huevos; luego hacía que la
sentara en el asiento para
poderlos ver bajo su culo,
entre las piernas abiertas, y
por fin me hacia correr el
agua.
El ojo pineal de Bataille
El ano solar
46. Entretanto haría caer desde lo alto,
para hacerlo chorrear, un bote de
crema fresca, de blancura
resplandeciente, sobre el ano gris
de Marcela: y también ella se
orinaría sobre su bata, y si se
entreabría la bata sobre la espalda
o la cabeza de Marcela, yo también
podría orinarla del otro lado
(habiendo ya, seguramente,
orinado sus senos): Marcela podría
además, si ella quería, inundarme
enteramente, puesto que,
sostenida por mí, tendría mi cuello
abrazado entre sus muslos. Podría
también meter mi pinga en su
boca, etc.
El ojo pineal de Bataille
El ano solar
47. Es justo agregar que el cuarto de
una enferma que no abandona el
lecho durante todo el día, es un
lugar adecuado para retroceder
paulatinamente hasta la
obscenidad pueril: chupaba
dulcemente el seno de Simona
esperando los huevos tibios y ella
me acariciaba los cabellos. Fue la
madre la que nos trajo los huevos,
pero yo ni siquiera volteé,
creyendo que era una criada y
continué mamando el seno con
felicidad
El ojo pineal de Bataille
El ano solar
48. Simona estaba sentada sobre la taza y ambos comíamos un huevo
caliente con sal: sobraban tres, con ellos acaricié dulcemente el cuerpo
de mi amada, haciéndolos resbalar entre sus nalgas y entre sus muslos;
luego los dejé caer lentamente en el agua, uno tras otro; después,
Simona, que había observado largo rato cómo se sumergían, blancos y
calientes, pelados, es decir desnudos, ahogados así bajo su bello culo,
continuó la inmersión haciendo un ruido semejante al de los huevos
tibios cuando caían.
El ojo pineal de Bataille
El ano solar