La soberbia impide reconducir la posición española sobre la guerra
1. I opinión
Listas negras
Curioso viaje al centro el de esta derecha de diseño. estuvo del lado de la dotación presupuestaria, inferior
Las costuras del disfraz empiezan a descoserse, des- al fichaje de Zidane, que si comparamos con las stocks-
velando la realidad. Los ejercicios de autocontrol fra- options del compañero de pupitre, entonces no hay
Carlos Espino Ángulo,
casan a la hora de dominar los tics que forman parte color. e/ecu(fVa insular del PSC de Lanzarote
La soberbia mandó a hundirse al quinto infierno a un c3rios.esp/no@psc-lanzarote.org
de la más genuina personalidad de los centristas de
última hora. Prestige que no había de manchar la hoja de servicios
El autoritarismo aflora y se pierden los modos y ma- del asturiano más cabezón y soberbio del que haya La soberbia impi-
neras, que la educación y el respeto son para exhibir- memoria después de Don Pelayo. Lástima que el quinto
de a José María I
los entre iguales y al servicio se le trata con cortesía, infierno quedara tan cerca de la costa gallega. Pero lo
pero hasta un punto, que para eso ganamos una gue- que no es de recibo es que los de Basta Ya se de Aznar y V de
rra. batasunicen y le amarguen a Don Manuel su dorado Botella reconducir
Esto de que los cómicos se rebelen y hablen con voz retiro, forzándole a exhibir un talante que recuerda a
sus momentos estelares, aquellos en que la calle era
la posición espa-
propia no se admite ¡Hasta ahí podíamos llegar! ¿Qué
dice de libertad de expresión? Eso fuera de lo esce- suya, inquietando a los encargados del marketing de ñola sobre la gue-
narios, que si mi dios es uno y trino, usted cuando ese centro cada vez más escorado.
rra. La búsqueda
menos sea artista, y sólo artista, en el escenario, lo de La soberbia de alta velocidad trata de ver sabotajes
en los errores cometidos en el AVE, cuando no culpa
de un lugar en los
persona lo deja para sus ratos libres, y no le ponga
mucho empeño tampoco, que está mal aprovecharse a otras administraciones, todo con tal de no reconocer libros de historia a
errores propios. Mientras que a los que más tienen se
de la fama para opinar. la sombra del
La soberbia fue el primer pecado, y estos se apuntan le bajan los impuestos, prosigue la búsqueda insen-
sata del déficit cero, jugando con los controles y la
teócrata america-
los primeros a soberbios. Comenzó con la boda de la
tercera infanta. Sí, esa del Escorial, convertida en seguridad. El incremento en el número de accidentes no le lleva a des-
ferroviarios recuerda demasiado a las consecuencias
asunto de estado, pero con un toque de intimidad,
preciar el sentir
como el catalán en que habla su papá. Siguió con un de las políticas de la dama de hierro conservada en
decretazo de ida y vuelta, que entremedio acogió una whisky.
mayoritario de su
huelga tan inexistente como la imperiosa necesidad La soberbia impide a José María 1 de Aznar y V de pueblo.
de liberalizar, flexibllizar, optimizar y racionalizar el Botella reconducir la posición española sobre la gue-
mercado laboral, que eso es para la derecha centris- rra. La búsqueda de un lugar en los libros de historia a
ta, sólo un mercado. la sombra del teócrata americano le lleva a despreciar
La soberbia ha dado para más. En pocos meses se el sentir mayoritario de su pueblo.
rehace el marco legal de la enseñanza, desde la pre- No hay, por tanto, por qué extrañarse de que Pepa
escolar hasta la universitaria. El consenso educativo Luzardo se dedique a confeccionar listas negras, ve-
se confunde con un trágala a los rectores, los sindica- tando a Juan Luis Gallardo. Cosas de la soberbia, co-
tos, los profesores y las AMPAS. Aquí la humildad sólo sas de la derecha. •
(c) Del documento, los autores. Digitalizacin realizada por la ULPGC. Biblioteca Universitaria.