1. FILOSOFÍA E HISTORIA
DEL TRABAJO
BÁRBARA INÉS ONTIVEROS
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2. SISTEMA TRIVIAL
Son aquellos sistemas que sin importar cómo se iniciaron o el mecanismo de funcionamiento, no
reconoce limitaciones ante los fenómenos humanos, sociales y culturales. Al estudiar sus raíces,
apreciamos que por costumbre se ha dividido en dos grandes ramas, el área de los sistemas
naturales (organismos) y en el de los sistemas artificiales (máquinas).
Mientras más equivalencias reconozcamos entre organismos, máquinas, hombres y formas de
organización social, mayores serán las posibilidades para experimentar los atributos que
caracterizan lo humano, lo social y lo cultural y dejaremos en evidencia sus incompatibilidades y
deficiencias.
En un principio, ante la necesidad de satisfacer en grupo, necesidades vitales como comida, techo,
ayuda del y hacia el prójimo, la protección y el resto de las necesidades humanas. Este era un
sistema basado esencialmente en una economía de caza, pesca y pastoreo, y su organización de
trabajo estaba estructurada en pequeños grupos sociales, donde todos los integrantes debían
trabajar en beneficio de la subsistencia de todo el grupo. Ya desde entonces se reconocía la
especialización y las diferencias entre los sexos; la autoridad tenía que ver con la edad, la
experiencia y el sexo, y era ejercida en representación de todo el conglomerado.
3. SISTEMA FEUDAL
También conocido como feudalismo, se refiere a las formaciones sociales históricas caracterizadas por
el modo de producción que el materialismo histórico como estructura económica y social.
Surgió con la transición del modo de producción esclavista empujada por la disolución del Imperio
romano. Influenciado por el derecho romano, derecho este sistema respondió a la incertidumbre de la
época de las invasiones que se fueron sucediendo durante siglos.
Por otra parte la Iglesia consideraba que los gobernantes lo eran por la gracia de Dios y estaban
revestidos de un derecho sagrado. El florecimiento del comercio y de la industria dio lugar al
desarrollo de las ciudades y a la aparición de una incipiente burguesía, la cual exigió a los monarcas
que mantuvieran la libertad y el orden necesarios para el desarrollo de la actividad comercial. Esa
población urbana también demandó un papel en el gobierno de las ciudades para mantener su
riqueza. Se establecieron impuestos y con estos impuestos que los gobernantes obtuvieron de las
ciudades, pudieron contratar sirvientes civiles y soldados profesionales. De este modo pudieron
imponer su voluntad sobre el feudo y hacerse más independientes del servicio de sus vasallos.
Pero al mismo tiempo este nuevo grupo social, la burguesía, aprovechó las grandes travesías y
expediciones de los siglos XV y XVI para reforzar las tendencias del intercambio y del comercio, ya
que se creó un enorme circuito comercial que abarcó a casi todo el globo terrestre. Además el
descubrimiento del Nuevo Mundo y la entrada en Europa de enormes cantidades de metales
preciosos provenientes de aquellas tierras, produjeron un cambio de las relaciones feudales puesto
que el orden económico resultante de estos acontecimientos fue un sistema en el que predominaba lo
comercial o mercantil, es decir, cuyo objetivo principal consistía en intercambiar bienes e implicó una
reciproca influencia entre colonizadores y colonizados. Lo cual produjo que la producción
eminentemente rural, patrimonio de los señores feudales, pasara a segundo plano. Este proceso fue
capitalizado por la burguesía, la que al aumentar su poder económico y al acumular riquezas, estuvo
dispuesta a eliminar a sus principales opositores, los señores feudales y a manejar los resortes de la
economía, con lo que se dio inicio a principios del siglo XVI a la llamada Revolución Comercial.
4. SISTEMA GREMIAL
Los gremios de comerciantes primeramente se desarrollaron, monopolizando luego el comercio de la ciudad y
controlaban los oficios, la venta, la distribución y la producción de todos los bienes de la ciudad. A veces permitían
comerciar a mercaderes no integrados en el gremio, pero sólo a gran escala, no permitiéndoseles realizar
transacciones concretas que eran exclusivas de los miembros del gremio. Así, los comerciantes que no pertenecían al
gremio tenían que pagar tasas especiales al señor feudal, a la ciudad, o al propio gremio, mientras que éste pagaba
cada año estas tasas, por lo que estaban exentos de otras cargas municipales. Al gremio de comerciantes
pertenecían los más ricos y poderosos, que obtuvieron una importante influencia política, logrando acceder a altos
cargos en la administración de la ciudad. A veces, el gremio admitía a comerciantes de otras ciudades, incrementaban
su poder y su influencia, llegando a monopolizar el comercio de varios centros urbanos al mismo tiempo.
En algunas ciudades la pertenencia al gremio era voluntaria, pero en otras el gremio ejercía un poder absoluto, y
quien quisiera ejercer ese oficio tenía que integrarse en la asociación. Los miembros se dividían en tres clases, como
ya dijimos: Maestros, oficiales y aprendices. El maestro era un pequeño propietario, poseía las materias primas y las
herramientas necesarias, y vendía los productos en su tienda para su propio beneficio. Los oficiales y aprendices
vivían en la casa del maestro. Los aprendices, que estaban iniciándose en la profesión, aprendían con el maestro y
recibían por su trabajo tan sólo comida y alojamiento. Cuando un aprendiz había concluido su aprendizaje se
convertía en oficial y pasaba a recibir un sueldo fijo. Con el tiempo, el oficial podía convertirse, a su vez, en maestro
tras realizar un trabajo concreto que le servía para superar el examen que los maestros le proponían y demostrar su
capacidad. Este trabajo se denominaba obra maestra. Pero los maestros preferían no aumentar la competencia, por
lo que las condiciones para convertirse en maestro eran cada vez más difíciles de conseguir, reduciéndose el ingreso
a miembros de pocas familias. A partir del siglo XIV las condiciones se hicieron tan estrictas que era casi imposible
acceder al rango de maestro.
Entre los siglos XIV y XVI los oficiales se fueron asociando para exigir mayores sueldos y mejores condiciones
laborales. Estas asociaciones se consideran precursoras de los actuales sindicatos, debido a su defensa de los
derechos de los trabajadores.
5. LA REVOLUCION INDUSTRIAL
La industrialización que se originó en Inglaterra y luego se extendió por toda Europa no sólo tuvo un gran
impacto económico, sino que además generó enormes transformaciones sociales.
La Revolución industrial estuvo dividida en dos etapas: la primera del año 1750 hasta 1840, y la segunda de 1880
hasta 1914. Todos estos cambios trajeron consigo consecuencias tales como:
Demográficas: Traspaso de la población del campo a la ciudad — Migraciones internacionales — Crecimiento
sostenido de la población — Grandes diferencias entre los pueblos — Independencia económica
Económicas: Producción en serie — Desarrollo del capitalismo — Aparición de las grandes empresas (Sistema fabril)
— Intercambios desiguales
Sociales: Nace el proletariado — Nace la Cuestión social
Ambientales: Deterioro del ambiente y degradación del paisaje — Explotación irracional de la tierra.
La locomotora de vapor fue un modo de transporte surgido durante la Revolución Industrial.
A mediados del siglo XIX, en Inglaterra se realizaron una serie de transformaciones que hoy conocemos como
Revolución industrial dentro de las cuales las más relevantes fueron:
La aplicación de la ciencia y tecnología permitió el invento de máquinas que mejoraban los procesos productivos.
La despersonalización de las relaciones de trabajo: se pasa desde el taller familiar a la fábrica.
El uso de nuevas fuentes energéticas, como el carbón y el vapor.
La revolución en el transporte: ferrocarriles y barco de vapor.
El surgimiento del proletariado urbano.
6. EL CATOLICISMO
El mismo Señor Jesús enseñó el deber de trabajar para sus seguidores. Por ello el cristiano debe buscar un trabajo
honesto donde el dinero que perciba sea fruto de su propio esfuerzo.
Principios como estos son los que han hecho de los países protestantes o de base cristiana como los USA las primeras
potencias económicas en otros tiempos.
El trabajo supone el dominio que ejerce el hombre sobre la tierra, sobre todos los recursos que ella encierra, éste
debe entenderse como la cualidad que tiene el hombre de descubrir y usar todos los recursos para llevar a plenitud la
creación. Esto supone, a la vez, tanto que, el trabajo es la dimensión fundamental del hombre, como que, el
fundamento del valor del trabajo es el hombre mismo. La confluencia del catolicismo y los fundamentos de la
profesión en sus orígenes es evidenciada a partir de: la naturalización de las relaciones sociales fundamentales de la
sociedad capitalista en su fase monopolista; la necesidad de la intervención estatal en las refracciones de la “cuestión
social”, para amortiguar la conflictividad social y legitimar el orden social vigente; la centralidad de la familia como
célula de la sociedad, garante de la reproducción material e ideológica de la vida cotidiana de la sociedad burguesa;
el Servicio Social que tiene como función socialmente demandada la reproducción de la fuerza de trabajo y en el
campo ideo-político la reproducción de la ideología dominante; y la supremacía de los aspectos ético-morales, de
inspiración espiritual y/o basados en la “ética cristiana”, en el proceso de formación y ejercicio profesional.
7. EL CAPITALISMO
El capitalismo es un sistema político, social y económico en el que grandes empresas y unas pocas personas
acaudaladas controlan la propiedad, incluyendo los activos capitales (terrenos, fábricas, dinero, acciones de la bolsa,
bonos). El capitalismo se diferencia del feudalismo, por la compra del trabajo a cambio de un salario, y ya no por la
mano de obra directa que se obtenía por concepto de costumbre, tarea u obligación.
Se diferencia del socialismo mayormente por la predominancia de la propiedad privada, en contraste con la
propiedad social de los elementos de producción. En el capitalismo el mecanismo de precios se utiliza como
supuesta señal que asigna recursos entre usos distintos. Las distintas formas del capitalismo dependen de, entre
otros, el grado al cual se utilice el mecanismo de precios, el grado de competitividad de los mercados y el nivel de
participación gubernamental en la economía.
Para definir el capitalismo es necesario definir sus principios básicos, ya que no existe un consenso sobre su
definición. Generalmente, el capitalismo se considera un sistema económico en el cual la propiedad privada
desempeña un papel fundamental. Este es el primero de los principios básicos del capitalismo. Se incluyen también
dentro de éstos la libertad de empresa y de elección, el interés propio como motivación dominante, la competencia,
la importancia del sistema de precios o de mercado y un reducido papel del gobierno.
Sobre la propiedad privada, el capitalismo establece que los recursos deben estar en manos de las empresas y
personas particulares. De esta forma, a los particulares se les facilita el uso, empleo y control de los recursos que
utilicen en sus labores productivas. Como consecuencia de lo anterior, los particulares podrán utilizar los recursos
como mejor les parezca.
8. EL MARXISMO
En las siguientes citas descubrimos que lo que escribió Adam Smith en los años de 1770 no está tan alejado de lo
que escribieron Karl Marx y Friedrich Engels setenta años después, en el famoso Manifiesto comunista.
Según Adam Smith: «Por lo general, el trabajador de la manufactura añade, al valor de los materiales sobre los que
trabaja, el de su propio mantenimiento y el beneficio de su patrono.»[2] Traducido en términos marxistas, eso
significa que el obrero reproduce en el transcurso de su trabajo el valor de una parte del capital constante (es decir,
los medios de producción -la cantidad de materias primas, de energía, la fracción del valor del equipo técnico
utilizado, etc.- que entran en la producción de una mercadería determinada) al que se agrega el capital variable
correspondiente a su salario y el beneficio de su patrono, que Marx denominó la plusvalía. Karl Marx y Adam Smith,
en épocas diferentes, consideraron que el patrono no produce valor, cuando, por el contrario, es el obrero el que lo
produce.
Según Adam Smith, el obrero crea valor... sin ningún coste para el capitalista: «Aunque el patrono adelante los
salarios a los trabajadores, en realidad éstos no le cuestan nada, ya que el valor de tales salarios se repone junto
con el beneficio en el mayor valor del objeto trabajado.»[3]
En el siguiente pasaje, Adam Smith analizó los conflictos de interés y la lucha de clases entre capitalistas y obreros
«Los salarios corrientes del trabajo dependen del contrato establecido entre dos partes cuyos intereses no son, en
modo alguno, idénticos. Los trabajadores desean obtener lo máximo posible, los patronos dar lo mínimo. Los
primeros se unen para elevarlos, los segundos para rebajarlos.
9. ERA POST MODERNA
La teoría posmoderna dice que lo importante no es el conocimiento, sino la política sobre “ como conocer”, y que lo
más importante es darse cuenta de que es un criterio político el que determina que se incluye y que se excluye de
la narración aceptada. Rechaza la distinción entre sujeto de conocimiento y objeto conocido. Sostiene que son las
narraciones sobre el conocimiento las que construyen tanto el sujeto como el objeto del conocimiento. El sujeto es
universal, el hombre de la modernidad, no es una naturaleza, sino una invención histórica y política.
Para la filosofía posmoderna, las ciencias sociales y sus programas, no se fundan en la verdad, en el hombre, o en
la razón, sino en una narración dominante, que dice tan dolo su verdad, su sujeto y su razón, la cual no puede
aspirar a la aceptación universal. Las instituciones sociales tienen la función de crear, mantener y reproducir esas
ficciones sobre la verdad, el hombre o la razón, discriminando que características se privilegiaran y cuales seran
marginadas de la narración dominante.
Esta metodología no es solo un instrumento analítico, es también una filosofía política y un instrumento de lucha
política. Esta metodología ofrece argumentos a cualquier colectivo que desee reivindicar su verdad diferente, que
posiblemente haya sido marginada por los discursos del poder. Los valores morales no se consideran universales e
imparciales, se los ve como dependientes de un contexto social y político. Sostienen que no hay un sujeto moral
externo a la experiencia, sino a una identidad moral concreta. Se privilegian experiencias marginadas u oprimidas
por razón de clase, genero, orientación sexual, edad, valía, etc.